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Aparece con música
la IGLESIA en un bofetón, con Cáliz y Hostia.
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IGLESIA | Dulcísimo esposo mío, | | soberano Rey eterno,
| | a quien cantan «santo, santo» | | los coros de tu luz llenos
| | desde el inmóvil impíreo | 5 | eternamente
atendiendo | | al decoro de tu iglesia, | | a mi amparo, a
mi consuelo, | | lleguen hoy al sacro trono | | de tu majestad
envueltos | 10 | mis suspiros y mi llanto | | en humos de sacro
incienso. | | Bien sabes, señor, bien sabes, | | los
agravios que padezco, | | las sin razones que sufro | 15 | y
los rigores que siento; | | Roma tiembla, que es alcázar
| | adonde tengo mi asiento, | | fundado por esas manos | |
en la firmeza de Pedro. | 20 | Inundaciones de herejes | | combaten
mi pobre leño, | | que, sin perder el timón,
| | mira al norte verdadero. | | Weimar tala poderoso | 25 |
con el campo del soeco, | | y con cuantos alemanes | | engaña
el falso Lutero, | | las católicas provincias, | | a
saco, a sangre y a fuego, | 30 | ejecutando crueldades, | |
cometiendo sacrilegios, | | con tan continuas victorias,
| | con ejército tan grueso | | que se promete de Roma
| 35 | triunfar después del imperio. | | El rey de Hungría,
Fernando, | | está en gran peligro puesto, | | pollo
del nido imperial, | | águila del sol espejo; | 40 |
no permitáis que se pierda | | este joven, que yo espero,
| | capitán y defensor | | de mi católico celo,
| | eterna sabiduría | 45 | con vuestro poder inmenso:
| | levantad otro David | | contra aqueste filisteo; | | enviad
de vuestra mano | | el socorro y el remedio. | 50 | Librad de
este faraón | | a vuestro afligido pueblo, | | pues
librastes a Betulia | | de Holofernes, monstro fiero, | | y
por su llanto a Ezequías | 55 | de Senaquerib soberbio.
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(Al son de música sale en otro bofetón
el arcángel SAN MIGUEL.)
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SAN MIGUEL | Llegaron
tus oraciones, | | Iglesia, al impíreo asiento | | y
esos globos de zafiros | | taladraron y rompieron; | 60 | yo
te vengo a referir | | provisiones del acuerdo, | | a tu ruego
despachadas | | del consistorio supremo. | | La casa de Austria,
oprimida, | 65 | tiene un hereje blasfemo | | que habla mal
y siente mal | | de tu mayor sacramento, | | la casa de Austria,
que siempre | | rindió el católico pecho
| 70 | a la debida obediencia | | de la fe, digno trofeo, | | y
en tan santa devoción | | el maravilloso ejemplo | | que en el cielo y en la tierra | 75 | alcanza divinos premios.
| | Por esto, la casa de Austria | | tiene brillando y luciendo
| | tu púrpura y el arnés | | que en tu defensa
se ha puesto | 80 | otro Fernando glorioso, | | arzobispo de
Toledo, | | hermano del rey Felipe, | | de tantas provincias
dueño, | | que ya ha salido del nido | 85 | imperial,
alzando el vuelo, | | a que el sol le reconozca | | por águila
del imperio. | | Despídense los hermanos | | en el encumbrado
cerro | 90 | de Montserrate sagrado, | | atlante del mejor cielo;
| | embárcase en Barcelona | | ya con militar estruendo
| | en las galeras de España | 95 | y del siciliano reino;
| | el marqués de Villafranca | | y el del Viso le sirvieron,
| | que son de estas dos armadas | | dos generales perfectos;
| 100 | llega a Italia, y le reciben | | todos dentro de sus
pechos, | | que roba los corazones, | | noble, agradable y
discreto. | | Previene gente en Milán | 105 | sin la
que le va siguiendo, | | levanta caballería, | | coroneles
y tercios, | | llamado del rey de Hungría, | | que es
su ejército pequeño, | 110 | y el de Weimar muy
pujante | | de bravos soldados viejos. | | El húngaro
a Nördlingen | | tiene sitiado y estrecho, | | fortificando
cuarteles | 115 | para sus alojamientos. | | ¡Guárdate,
Weimar, que llega | | Fernando, rayo del cielo, | | que el
monte de tu soberbia | | ha de volver polvo y viento!
| 120 | Iglesia santa, confía | | y porfía en dulces
ruegos, | | porque venza tu oración, | | y de Fernando
el esfuerzo, | | que la devoción que tiene | 125 | al
soberano misterio | | del Cáliz y de la Hostia | | le
ha de dar mil vencimientos, | | que Jerusalén le aguarda
| | otro segundo Grofedo | 130 | y hace temblar ambos polos
| | el resplandor de su acero. | |
|
|
IGLESIA | Ya me vuelvo a mi
oración, | | llena de gozo y consuelo. | | Miguel, mi
amparo y custodia, | 135 | en tus manos me encomiendo. | |
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SAN
MIGUEL | Iglesia de Dios, adiós, | | que yo a los cielos
me vuelvo, | | adonde tendrá Fernando | | el socorro
verdadero. | 140 |
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(Vanse. Salen WEIMAR, HORNOS, GUSTAVO
y GRANZ.)
|
HORNOS | Gran duque de Weimar, rayo encendido,
| | vengador de la muerte de tu tío, | | cuya vida ha
costado tanto precio | | como lo mereció su heroico
brío. | | ¿Quién se puede oponer con valor necio
| 145 | a tu valiente ejército y el mío? | | pues
temeroso vemos cada día | | el campo rehusar el rey
de Hungría; | | si cerca a Nördlingen, se ha defendido.
| | Pólvora le metiste y municiones, | 150 | y de gentes
está fortalecido | | sin causa de temer sus invasiones;
| | a la batalla provocado ha sido | | el húngaro en
diversas ocasiones; | | luego temor tiene y acobarda | 155 | quien sus alojamientos sólo guarda. | |
|
|
WEIMAR | Hornos
y Granz, valientes capitanes | | con cuya generosa compañía
| | desplegaré mis nobles tafetanes, | | [................................................]
| 160 | honor de los soecos y alemanes, | | que han probado
mejor su valentía, | | que presto rendiréis
a cautiverio | | las águilas sagradas del imperio.
| | Vamos a Nördlingen, no a socorrella, | 165 | que está
bastantemente socorrida; | | no a descercalla, no, ni a
defendella, | | sino a quitar al húngaro la vida,
| | que como sigo mi marcial estrella | | que a mayores victorias
me convida, | 170 | de que el húngaro asista ya me corro,
| | a cercar la ciudad que yo hoy socorro; | | en sus alojamientos
encerrado | | hace razón de Estado lo que es miedo;
| | pues verá, si el palenque y estacado | 175 | le defiende
a mi cólera y denuedo, | | que mis valientes armas
no ha probado, | | aunque ya reconoce lo que puedo | | en tantas
leguas de ganada tierra, | | que le poseo en tan sangrienta
guerra. | 180 |
|
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(Sale FABRICIO.)
|
FABRICIO | Este
hipogrifo con alas | | [..................................]
| | que ahora dejo rendido | | en esa florida margen; | | he
corrido algunas millas | 185 | sólo por venir a darte
| | un aviso, que en la guerra | | suele ser tan importante.
| | El infante don Fernando | | (que españoles llaman
Marte), | 190 | hermano del rey Felipe, | | iba a socorrer a Flandes,
| | y del húngaro avisado | | viene con él
a juntarse | | trayendo lucida gente | 195 | y bizarros capitanes,
| | de infantería española | | dos tercios
inexpugnables, | | napolitanos nombrados, | | borgoñones
y alemanes. | 200 | Por eso vine, señor, | | antes que acometas,
antes | | que embistas solo al de Hungría | | y acompañado
le halles | | de italianos y españoles. | 205 | Son gente
tan arrogante | | que rabian ya por llegar | | donde mueran
o te maten. | |
|
|
WEIMAR | Calla, cobarde, no quieras | | que mi
paciencia se agravie. | 210 | ¡Pluguiera a Dios que del orbe
| | las cabezas se juntasen, | | para que juntas, de un golpe
| | divididas por el aire, | | postradas entre mis plantas,
| 215 | mi sed de su sangre aplaque! | | Ese, que celebran tanto
| | por soldado y arrogante, | | ¿es más que un polluelo
tierno, | | que ahora del nido sale | 220 | a examinarse en los
rayos | | de mi sol para abrasarse, | | y buscar su atrevimiento
| | sus precipicios fatales; | | sino es que con la nobleza,
| 225 | heredada de sus padres, | | venga ya diestro en las lides
| | sin ejercitar examen? | | ¿Qué gente puede traer,
| | puesto que a Flandes pasase, | 230 | adonde tiene más
fuerza | | que tendrá por estas partes? | |
|
|
HORNOS |
Cuatro o cinco mil descalzos | | que ni la milicia saben,
| | y si algunos la ejercitan | 235 | es con desnudos alardes.
| | Y a poco tiempo que esperes | | tendrás número
más grande, | | que ya a nuestro campo marcha | | el
socorro del Ringrave. | 240 |
|
|
WEIMAR | Hornos valiente, ¿eso dices?
| | ¿Agora quieres que aguarde | | cuando de cólera
rabio | | y reviento de coraje? | | Hoy veré los españoles
| 245 | que mañana he de almorzarme, | | que aún
no tengo en todos ellos | | para mi sed y mi hambre, | | y ese Infante Cardenal | | haré que tiemble y se espante,
| 250 | y que huya de mi vista, | | y, si arrogante esperare,
| | átomos indivisibles, | | que apenas puedan juntarse,
| | le haré a tajos y reveses, | 255 | si se volviere gigante.
| | ¡Suene el clarín alentado | | y toque a marchar
el parche, | | que la dilación ofende | | de lo que
tardo en vengarme! | 260 |
|
|
|
(Vanse. Salen por una puerta
el REY DE HUNGRÍA, el MAESTRO TEUTÓNICO, GALASO,
PICOLOMINI, y por la otra el INFANTE CARDENAL, el de LEGANÉS,
DON MARTÍN IDIÁQUEZ, y RIVERA, soldado, al
son de cajas y clarines.)
|
REY | Vuestra alteza, señor,
sea bien venido. | |
|
|
INFANTE | Y vuestra majestad muy bien hallado.
| |
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|
REY | Mi deseo con verle se ha cumplido. | |
|
|
INFANTE | El
mío con mirarle se ha logrado. | |
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|
REY | De todo el mundo
me veré temido | 265 | con tal hermano y tal amigo al lado;
| | desde hoy ya desestimo, ya desprecio | | las arrogantes
armas del soecio. | |
|
|
INFANTE | Meréceos mi deseo esos
favores. | |
|
|
REY | ¡Oh, gran Fernando!, honor de los mayores
| 270 | vuestros, cuya grandeza | | coronó de laureles su
cabeza, | | que, sobre sacra púrpura vestido | |
el arnés de la fe resplandeciente, | | desde España
has corrido | 275 | tantas provincias de diversa gente, | | hecho
un Marte cristiano, | | a quien la religión puso
en la mano | | la católica espada, | | que presto el
hombre asombrará bañada | 280 | en sangre de esta
hidra que vomita, | | atónito retrato del Cerbero,
| | que ya tiembla los filos de tu acero; | | con tu venida
este cercado muro | | de Nördlingen, si fuera de diamante,
| 285 | no estuviera seguro. | |
|
|
INFANTE | ¡Oh rey famoso!, a quien
la fama cante | | en brevedad hazañas tan lucidas,
| | que eran bastantes para largas vidas; | | a aprender me
han traído mis deseos | 290 | en vuestra escuela, glorias
y trofeos. | |
|
|
REY | Dadme otra vez los brazos | | que han
de hacer la herejía mil pedazos. | |
|
|
INFANTE | En los
vuestros, la Iglesia soberana, | | el estoque y la púrpura
imperiales | 295 | ha de poner mañana, | | merecidas de
hazañas inmortales, | | ya que tenéis mi
vida | | a la Hostia y el Cáliz ofrecida, | | como al
servicio vuestro dedicada. | 300 |
|
|
REY | Cansado llegaréis
de esta jornada. | |
|
|
INFANTE | Pues he llegado a tiempo, ya descanso,
| | que por Dios y por vos nunca descanso. | |
|
|
TEUTÓNICO |
Dé la mano vuestra alteza | | al teutónico maestre;
| 305 | [...................................] | | mi amor a tanta
nobleza. | |
|
|
GALASO | A Galaso vuestra alteza | | le dé
su mano a besar. | |
|
|
INFANTE | Siempre he sabido estimar | 310 | vuestra
heroica fortaleza. | |
|
|
LEGANÉS | Dele vuestra majestad
| | al marqués de Leganés | | la mano. |
|
|
REY |
Noble
marqués, | | pecho y brazos ocupad. | 315 |
|
|
IDIÁQUEZ |
Don Martín Idiáquez llega | | por vuestra mano,
señor. | |
|
|
REY | ¡Oh vizcaíno valor | | que los
rayos del sol ciega! | | De tan valientes soldados, | 320 | de
tan bravos capitanes | | temblarán los alemanes | |
herejes y rebelados. | | Ya me prometo victoria | | seguramente
con tales | 325 | defensores imperiales | | que a España
dan tanta gloria. | | ¿Qué gente trae vuestra alteza?
| | El número saber quiero, | | que en lo demás
ya yo infiero | 330 | su valor y fortaleza. | |
|
|
INFANTE | Tres mil
caballos armados, | | diez y siete mil infantes, | | para
el socorro bastantes | | de través tan apretados;
| 335 | tres tercios de Lombardía | | y cuatro napolitanos,
| | dos de españoles lozanos | | de briosa infantería,
| | y traigo dos regimientos | 340 | de Borgoña; de Alemania
| | otros dos, con capitanes | | dignos de grandes aumentos;
| | traigo quinientos dragones, | | caballeros de mi guarda,
| 345 | que ninguno se acobarda | | de pelear con leones; | | y
por la fe que peleo | | de nuestra Iglesia romana, | | que
hemos de vencer mañana | 350 | nuestros enemigos, creo.
| |
|
|
REY | Dios a nuestro celo acuda, | | que así, hermano,
lo confío, | | que vuestro celo es el mío,
| | y Dios a su casa ayuda. | 355 | Vuestra alteza a sus cuarteles
| | venga y comerá conmigo. | |
|
|
INFANTE | Con tal hermano
y amigo | | vengo a ganar mil laureles. | |
|
|
TEUTÓNICO |
Vueseñorías también | 360 | han de ser mis
convidados. | |
|
|
|
|
(Vanse.)
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RIVERA | Irá Rivera también.
| | De Rivera no hacen caso, | | porque me ven pobre y roto,
| 365 | mas, ¡voto a Dios!... mas no voto | | el no, la hambre
que paso, | | que por lo hidalgo pudiera | | ser al más
pintado igual, | | que ya ha habido general | 370 | que se ha llamado
Rivera. | | La milicia es religión; | | paso mal que
en casos tales | | se brinden los generales | | y ayune
este motilón; | 375 | por comer no se ha de hablar, | |
pero yo no lo sé hacer, | | que cuando otros veo comer
| | siento mucho el ayunar. | | Cogeré mi pan y vaca;
| 380 | lo que monte mi ración | | diré: ¡hágote
capón! | | ¡no está la ternera flaca! | |
¡qué sazonado jigote! | | ¡qué gazapo y francolín!
| 385 | Aqueste es vino del Rin | | y me hacen un brindiscote;
| | yo haré la razón, señor, | | y
beberé en la campaña | | la salud del rey de
España | 390 | y del propio Emperador. | | Aquesto es mental
historia, | | engañar el pensamiento, | | llenar
las tripas de viento, | | y comida de memoria. | 395 | Mas ¿por
qué estoy encogido | | donde habrá tanto sobrado?
| | ¡Oh, lleve el diablo lo honrado | | en un hombre mal
comido! | | Yo voy a matar la gana | 400 | si ha quedado algo fiambre,
| | que si hoy mato bien mi hambre | | mataré herejes
mañana. | |
|
|
|
(Vase. Salen WEIMAR, HORNOS
y GRANZ.)
|
HORNOS | Vengo de reconocer | | sitio y fortificaciones
| 405 | que ocupan en sus cuarteles | | alemanes y españoles;
| | dos leguas de nuestros reales, | | junto a los suyos,
un bosque | | importa mucho ocupar | 410 | para nuestras pretensiones;
| | ya le ocupan mosqueteros | | suyos, mas echando golpe
| | de gente le cobraremos | | con el plomo y con el bronce.
| 415 | Hay también una colina | | que de por medio se pone,
| | del uno y del otro campo | | sitio eminente, de donde
| | se pueden batir sus reales | 420 | hasta que se desaloje,
| | y así importará ocuparla | | con valor, industria
y orden. | | Ayer la ciudad batieron | | con bizarros corazones
| 425 | y desembocando el foso | | nos ganaron una torre, | | mas
recóbrase con fuego | | que abrasó los borgoñones
| | que la ocupaban, que pocos | 430 | se escaparon con la noche.
| |
|
|
WEIMAR | Al bosque vaya a cobrarle | | Biteremberg con mil
hombres, | | y, para darle la mano, | | Granz con otros
mil sajones; | 435 | a la colina caminen | | dos regimientos valones,
| | y lo restante del campo, | | puestos en armas conformes,
| | salga la caballería | 440 | y marchen los escuadrones,
| | que hoy les pondré esos polluelos | | pigüelas
y capirote, | | y haré que su atrevimiento | | sus
cortas vidas malogre, | 445 | que no quiero, si les doy | | un
día más, que ellos se tomen | | presunciones
de vencer | | sin que yo se las acorte. | | Verán
que soy como el rayo | 450 | que apenas la nube rompe, | | como
víbora de fuego | | que baje en cercos veloces,
| | cuando deslumbra y espanta | | y mata todo de un golpe,
| 455 | que tengo gana de verme | | ya degollando españoles.
| |
|
|
HORNOS | Pues ¡a embestir la colina! | |
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|
WEIMAR | ¡Ea! ¡a
recobrar el bosque, | | a presentar la batalla | 460 | del peso
de todo el orbe! | | ¡Resuene el clarín templado,
| | el parche en ecos rimbombe, | | repetidos de las huecas
| | cavernas de aquesos montes! | 465 |
|
|
|
(Vanse. Salen el
INFANTE, el REY, LEGANÉS, IDIÁQUEZ y DON PEDRO
GIRÓN. Suenan clarines y cajas.)
|
INFANTE |
El enemigo soberbio | | embiste nuestras batallas | | y nos
ganó el bosquecillo | | que era de tanta importancia.
| | Esta colina conviene | 470 | defenderla y sustentarla, | | que
en el paso de este día | | es el fiel de las balanzas.
| |
|
|
REY | Aunque está bien guarnecida | | de gente napolitana
| 475 | con el tercio de Toralto | | y con el conde de Salma | | y su tercio, y el de Ubormes | | de la gente de Alemania,
| | es menester socorrella, | 480 | que el enemigo la carga. | |
|
|
INFANTE | Con un tercio de españoles | | don Martín
Idiáquez vaya, | | que su gente es tan valiente
| | que quedará en la campaña | 485 | antes que perder
un paso | | de este puesto que se guarda. | |
|
|
IDIÁQUEZ |
Parto luego a obedecerte | | conduciendo mis escuadras.
| |
|
|
REY | Desde este puesto se miran | 490 | por la colina y sus faldas
| | embestir el enemigo, | | y la resistencia honrada | | que hacen los nuestros ¡Ay cielos, | | que en los alemanes
hallan | 495 | flaqueza que los retiran | | de su puesto, los rechazan,
| | que vienen desordenados! | |
|
|
INFANTE | Hacia aquella parte
cargan | | que defiende don Martín, | 500 | que, porque
no le deshagan | | sus escuadrones viendo, | | con las picas
los aparta, | | con las espadas castiga, | | con la lengua
los infama; | 505 | del bravo Paniguerola | | y Guasco, los tercios
bajan | | a ayudar a Gambacurta, | | que lo perdido restaura.
| | El conde Juan Cervellón | 510 | y Picolomini andan
| | gobernando y restaurando | | puesto de tanta importancia.
| | Sobre Toralto se arrojan | | unas escocesas mangas,
| 515 | las más fuertes de Weimar, | | que los amarillos
llaman, | | ¡con qué valor los resiste! | | ¡qué
diestro que los rechaza! | | ¡qué notable estrago ha
hecho | 520 | la mosquetería italiana! | |
|
|
REY | Paniguerola
ha caído, | | y tal que no se levanta. | |
|
|
INFANTE |
¡Oh valiente capitán, | | laureles te dé la
fama! | 525 | Juan de Orozco, su sargento, | | gobierna, que también
matan | | a su alférez; buen soldado | | es Orozco,
¡qué bien anda, | | cómo gobierna y embiste,
| 530 | y parte del bosque gana! | | Con los españoles tiene
| | Weimar tema temeraria, | | que son de diamantes pienso,
| | o rocas que bate el agua. | 535 | El gran duque de Lorena
| | hacia la colina marcha, | | que es general de la Liga
| | Católica de Alemania, | | ¡qué valeroso pelea!
| 540 | ¡qué sangrienta que se ataca | | la porfiada escaramuza
| | y rigurosa batalla! | | ¡cuál juega la artillería!
| |
|
|
LEGANÉS | A Yaso mató una bala | 545 | al lado de
vuestra alteza. | | Su vida importa guardarla | | que con esto
la vitoria | | nos dará el cielo más llana.
| | Su alteza deje este puesto | 550 |
|
|
INFANTE | Cuando miro tan trabada
| | la guerra por tantas partes, | | y los campos de esmeralda
| | hechos jaspe con la sangre | | española y italiana
| 555 | ¿queréis que yo me retire? | | Señor, esta
es vuestra causa; | | bien sabéis que yo defiendo
| | vuestra ley divina y santa, | | vuestra verdadera fe, | 560 | y vuestra Iglesia romana; | | ¡ayudadme aqueste día
| | a que se rompa y deshaga | | el poder de los herejes
| | que la afligen y maltratan! | 565 | ¡Rey don Fernando, embistamos!
| |
|
|
REY | Dios nos ayuda y ampara | | ¡a ellos!, que de este modo
| | nuestra vitoria se allana. | | ¡San Esteban, pues, y
a ellos! | 570 |
|
|
|
(Vanse. Suena ruido de artillería;
salen acuchillándose. Y luego sale RIVERA con un hereje
a cuestas.)
|
RIVERA | Mientras siguen el alcance,
| | mientras la vitoria cantan, | | de este hereje los despojos,
| | que he ganado con mi espada, | | quiero ver y recoger,
| 575 | por si hay oro o por si hay plata. | | En aquesta faltriquera
| | tiene una bolsa pesada. | | ¡Yo he cogido linda presa!,
| | mas, ¡vive Dios!, que son balas; | 580 | Bercebú lleve
la fruta | | que es buena para tirada; | | en esta otra faltriquera
| | trae una cosa tan larga | | ¡ay! que es hueso de tocino,
| 585 | aunque con poca substancia. | | Con esto, que al apetito
| | suele servir de mostaza, | | gastó el hereje
esta bota | | que casi no tiene nada; | 590 | apárola, y
vuelvo a ver | | si hallo mayores ganancias, | | que cuando
a todos les sobra | | a un desdichado le falta. | | ¡Vive
Dios!, que he peleado | 595 | con desesperada rabia, | | y en bañando
aquestos campos | | de la sangre rebelada, | | al lado de
don Martín | | Idiáquez (cuyas hazañas
| 600 | han restaurado perdida | | la vitoria que hoy se gana),
| | cuando astuto y valeroso | | a su tercio ordena y manda
| | que no dispare ninguno, | 605 | y al tirarles se agazapan
| | y dispara el enemigo, | | por alto las balas pasan,
| | y luego disparan todos, | | que no se perdió una
bala, | 610 | enflaqueciendo a Weimar | | ver tan extraña
matanza, | | que van los cuerpos rodando | | desde aquestas
cumbres altas | | en los raudales crecidos | 615 | de la sangre
que derraman. | | Dios sabe cómo he servido | | que
para mi premio basta, | | pues un don Diego de Bustos,
| | sargento mayor, que tanta | 620 | opinión gana este
día, | | después de tantas hazañas | | que con mortales heridas | | dijo, ya en la boca el alma:
| | «dichoso yo, pues que muero | 625 | donde tanto honor se gana».
| |
|
|
|
(Vase. Salen como primero SAN MIGUEL y la IGLESIA.)
|
SAN MIGUEL | Ahora sí militante | | Iglesia,
triunfante Roma, | | de tus fieros enemigos | | has de quedar
vitoriosa, | 630 | deshechas y consumidas | | ya las heréticas
tropas, | | anulado su poder, | | y todas sus fuerzas rotas,
| | porque la mano de Dios | 635 | obra siempre vencedora | | en
los dos Fernandos que | | son columnas de su honra. | |
El ave de dos cabezas, | | que a ver el sol se remonta, | 640 | que a Júpiter administra | | sus venganzas tronadoras
| | han sido estos dos mancebos | | del Austria perlas preciosas,
| | cuyo católico celo | 645 | les dio tan grande vitoria,
| | correspondiendo a tus ruegos | | la suma deidad piadosa.
| | Con estos dos hijos tuyos | | te asegura y te decora.
| 650 | Enjuga, pues, las mejillas | | resplandecientes y hermosas
| | que bañó tu sentimiento | | del rocío
del aurora, | | y con alegre semblante | 655 | en tus dos hijos
te goza, | | y da a Dios debidas gracias | | que yo me subo
a la gloria, | | que en la ciudad de Toledo, | | la más
ilustre y famosa, | 660 | antigua, opulenta y rica | | de los límites
de Europa, | | en su santa iglesia (que es | | de nuestro
Fernando esposa) | | tan honrada de las plantas | 665 | de mi reina
y mi señora, | | han estado intercediendo, | | en esta
ocasión forzosa, | | en la Virgen del Sagrario
| | su imagen más viva y propia, | 670 | su generoso cabildo,
| | su clerecía devota, | | todo su rebaño, que
ama | | de su infante la persona. | |
|
|
IGLESIA | Mil gracias
te doy, señor, | 675 | cuya mano poderosa | | arma mis amados
hijos | | de corazones de rocas, | | y el caballo y caballero
| | has sumergido en las ondas | 680 | de su ciega confusión,
| | de su propia sangre roja. | | Mercedes son, y favores
| | de esa mano generosa, | | con que mi pecho respira | 685 | y
mis deseos se logran. | | Siempre arderá en mis altares
| | las más felices aromas | | con holocaustos debidos
| | a mi Cáliz y a mi Hostia, | 690 | de quien es la casa
de Austria | | tan peregrina devota, | | que por eso la sublima
| | y la ensalza más que a todas. | | Agradecido
el Infante | 695 | hará que se reconozca, | | dando en Toledo
su iglesia | | de este suceso memorias, | | aumentando devoción
| | en cualquiera alma piadosa | 700 | con las banderas que envía
| | y con la fiesta que dota. | | El principal estandarte
| | suyo, vencedor, adorna, | | entre los de los vencidos,
| 705 | esta iglesia victoriosa. | | Para este tiempo aperciba
| | Febo su ardiente carroza | | que, a tan nobles vencedores,
| | aún es pequeña lisonja, | 710 | y la ingrata
Damnes forme | | de sus ramas y sus hojas, | | para su frente
guirnaldas, | | para su triunfo coronas. | | Suene el clarín
de la Fama, | 715 | sus veloces alas rompan | | desde los hielos
de Escitia | | a la abrasada Etiopia, | | y todo el orbe
celebre, | | en cuanto el sol ciñe y dora, | 720 | la victoria
de este día | | dando a Dios de ella la gloria. | |
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SAN
MIGUEL | Bien lo permite la fe | | de las armas españolas,
| | que después de Dios han sido | 725 | de su mano ejecutoras.
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(Vanse. Suena dentro: ¡victoria, victoria!, y
al son de clarines y cajas, salen el INFANTE, el REY y los
demás.)
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INFANTE | ¡Gran victoria, amado hermano!
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REY | ¡Gran victoria, y muy sangrienta! | | Poderosos enemigos
| | del todo deshechos quedan. | 730 |
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INFANTE | ¿Qué falta
de nuestra gente? | |
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LEGANÉS | Señor, entre hombres
de cuenta, | | entre heridos y entre muertos | | a seiscientos
hombres llegan; | | del enemigo se hallan | 735 | ocho mil en la
refriega, | | nueve mil en el alcance | | que ha durado cuatro
leguas. | |
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REY | Los despojos son gruesos, | | entran con
sesenta piezas | 740 | de artillería, caballos, | | armas,
municiones, tiendas, | | y prisioneros los más
| | de las rebeldes cabezas. | | Sólo Weimar se escapó;
| 745 | Ulma le cerró las puertas | | y a Ubitembergue pasó
| | en un caballo que vuela. | | Hanse ganado este día
| | estandartes y banderas | 750 | en la batalla y alcance, | |
en número de trescientas, | | que a vuestras plantas,
de alfombras | | sirvan para fama eterna | | de tan lucido
socorro, | 755 | de amistad tan verdadera. | |
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INFANTE | Enviaré
las que he ganado | | a mi toledana iglesia, | | a mi esposa,
por quien venzo, | | que a Dios siempre por mí ruega.
| 760 | Don Martín, dadme los brazos. | | Ser Alejandro
quisiera | | y daros de todo el mundo | | la mitad, debida
deuda | | a tan bizarro valor. | 765 |
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IDIÁQUEZ | Más
estimo a vuestra alteza | | este favor que mil mundos, | |
y mil vidas que tuviera | | perderé en vuestro servicio,
| | pues con tal honra me premia. | 770 |
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INFANTE | Valerosos capitanes,
| | la victoria ha sido vuestra | | y vuestra fama inmortal
| | se rotulará en estrellas. | |
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REY | A gozar de la
victoria | 775 | viene mi esposa la reina. | |
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REY | Ya con las damas se apea. | |
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(Sale la REINA con las damas.)
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REINA | Parabién
de la victoria | | os doy con lágrimas tiernas | 780 | de
gozo, de veros libre | | de tan peligrosa empresa. | | En estas
firmes columnas | | la Cristiandad se sustenta. | | Palmas,
coronas y olivas | 785 | coronen vuestras cabezas; | | mis damas
también os canten | | la victoria en dulces letras,
| | como Israel del gigante | | vencido al pastor profeta.
| 790 |
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INFANTE | Hermana y señora mía, | | vuestra
majestad alegra | | nuestros campos vencedores | | con su
gallarda presencia. | | Pisé rebeldes despojos, | 795 |
que es bien que a sus pies se ofrezcan, | | ganados por el
valor | | de su esposo en esta guerra. | |
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REY | El todo de
esta victoria | | sólo ha sido vuestra alteza. | 800 |
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INFANTE |
Dense a Dios iguales gracias | | en todas nuestras iglesias,
| | y acábese en un sarao | | de arpas y de vihuelas,
| | porque las damas no canten | 805 | de Belona las fierezas.
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INFANTE | Tenga ahora una
bandera, | | y al senado perdón pida, | | aunque
donaire no tenga. | 810 |
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RIVERA | Por la brevedad del tiempo | |
puede pedir el poeta, | | en premio de sus deseos, | | el
agrado que os desea. | | Advertid que es hijo vuestro | 815 | y,
adonde llegan sus fuerzas, | | os ofrece confiado | | de que
el perdón os merezca. | |
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