1
Como en la edición de los catorce volúmenes de sus Obras Completas (cfr. Alianza Editorial, Madrid 1989 ss.) no se ha publicado todavía, utilizaré la versión de A. Millares Caria: LAS CASAS, B. de, Historia de la Indias, t. II-III, México-Buenos Aires 19652.
2
Cfr. PÉREZ FERNÁNDEZ, I., Inventario documentado de los escritos de Fray Bartolomé de las Casas, Bayamón 1981, 209.
3
Su proceso «duró desde poco después de Pentecostés, 27 de mayo, hasta el día de la Asunción, 15 de agosto; aunque, en lo íntimo de su conciencia ya venía operando la actitud decidida de los dominicos a favor de los indios desde fines de 1511. El mismo Padre Las Casas la viene a llamar "conversión" en un pasaje un poco irregular» (PÉREZ FERNÁNDEZ, I., Cronología documentada de los viajes, estancias y actuaciones de Fray Bartolomé de Las Casas, Bayamón 1984, 227); sobre la de mediados de septiembre de 1522, cfr. Ib., O. C., 315. D. Ramos es claro y acertado en cuanto a subrayar el carácter de proceso de esta iluminación de su conciencia, pero lo es menos en cuanto a las motivaciones señaladas para el cambio de su postura frente al trato dado a los indios. (Cfr. Ib., «La conversión de Las Casas en Cuba: el clérigo y Diego Velásquez», en Estudios sobre Fray Bartolomé de Las Casas, Sevilla 1974, 251-257).
4
LAS CASAS, B. de, Historia, III 92.
5
Ib.
6
LAS CASAS, B. de, Historia, III 92-93.
7
LAS CASAS, B. de, Historia, III 93.
8
Ib.
9
Cfr. PÉREZ FERNÁNDEZ, I., «Estudio preliminar», en LAS CASAS, B. de, Brevísima relación de la destrucción de África, Salamanca-Lima 1989, 11-56.
10
LAS CASAS, B. de,
Brevísima, 248 (el texto entre / / en el manuscrito
autógrafo está escrito en el margen y es una
adición del mismo Las Casas). Anteriormente, al hablar de
las incursiones de los portugueses en la Islas Canarias y del
maltrato con pretexto de Cristianización al que sometieron
sus habitantes, hace una mención implícita del mismo
texto bíblico: «y con esto
pensaba el infante y los portogueses que Dios no tenía por
pecado el sacrificio que le ofrecían tan bañado en
humana sangre»
(Ib., O. C., 204).