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El taller sevillano de Carpintero y algunas consideraciones sobre el uso de las figuritas

Jaime Moll


Universidad Complutense de Madrid

En trabajos anteriores1, hemos dado a conocer la atribución a Sevilla y Zaragoza de dos de las piezas del tomo facticio de pliegos españoles y portugueses que perteneció al bibliófilo portugués de principios del siglo XIX, Francisco de Melo Manuel da Cámara, conservado en la Biblioteca Nacional de Lisboa2. Al estudiar la producción del taller sevillano de los Carpintero, hemos podido localizar en el tomo lisboeta cuatro pliegos pertenecientes a este taller. El análisis bibliográfico realizado ha dado como resultado la atribución de los restantes pliegos del tomo a imprentas españolas y portuguesas, que expondremos después de una revisión de la labor de los Carpintero y de los problemas que presenta.






ArribaAbajoEl taller de los Carpintero

Nuestro buen amigo y estudioso de la imprenta sevillana, Klaus Wagner, presentó en 1975 una visión de conjunto del taller de Estacio y Simón Carpintero -que identifica plenamente como padre e hijo- completado con documentación inédita3, que se añade a la dada a conocer por Gestoso4, documentación que el propio autor amplía en 1982, en su estudio sobre Montesdoca5.

El primer problema que podemos plantear es el de la fecha del inicio del taller propio, bajo el nombre de Estacio Carpintero, pero con la intervención de Simón en sus relaciones externas. Ya a fines de 1543 -teniendo en cuenta que el texto es de octubre y la normal inmediatez de la publicación de las relaciones- o inicios de 1544 es su primera obra conocida, sin fecha de publicación, en cuya portada figura escuetamente: «Impresso en Seuilla por Estacio Carpintero». Frente a ello, dos documentos de 1542 presentan actuaciones del padre y del hijo. El 11 de febrero recibe Simón a un aprendiz6. ¿Lo hace en su taller o en taller ajeno donde trabajaba, como posteriormente sucede a veces en la imprenta madrileña del siglo XVII? El 4 de agosto, el padre, Estacio, es apoderado por Dominico de Robertis y Andrés de Burgos para que los represente ante la Real Chancillería de Granada7. ¿Estaba trabajando en uno de los dos talleres? Hay que tener en cuenta que el 11 de julio de 1542, un grupo de libreros e impresores protesta por la concesión a los Cromberger, el 6 de junio, de la exclusiva del envío a Nueva España de cartillas y libros junto con la prohibición del establecimiento de imprentas en dicho virreinato8. Los impresores que firman el documento, sin precisar individualmente su profesión, son Andrés de Burgos, Dominico de Robertis y Bartolomé Pérez, aunque es de señalar que desconocemos de este último impresiones posteriores a 1536, mientras que los otros dos están plenamente en activo. No figura Estacio Carpintero, que por otra parte merece la confianza de los maestros de los dos talleres sevillanos perjudicados por los Cromberger. Creo que podemos deducir que en 1542 Estacio no se había independizado.

Las obras conocidas hasta ahora, sin una búsqueda exhaustiva, en las que figura el nombre de Estacio Carpintero, son de 1545 y 1550, año este último de su muerte, más el pliego sin fecha señalado. Son las siguientes:

  • 1. El sumptuoso y memorable recebimiento de la Serenissima Princessa doña Maria [...] Por el Illustrissimo señor don Juan Alonso de Guzman duque de Medina Sidonia en la ciudad de Badajoz. [1543-1544]. 4º, 4 h. Biblioteca March, 51/5/5 XXIV (n° 23)9.
  • 2. Micael de Carvajal, Tragedia áurea llamada Josephina. 15 de enero de 1545. 4º, 32 h. Ant. Colección del Duque de T'Serclaes10.
  • 3. La donzella Teodor. 1545. 4º, 12 h. Ant. Colección del Duque de T'Serclaes11.
  • 4. Las leciones de Job trobadas por un devoto religioso de la orden de los predicadores. Con un infierno de dañados. 1545, 4º, 8 h.
    B.N., R174012.
  • 5. Imitatio Christi, Contemptus mundi: agora nuevamente romançado. Enero de 1550. 8º Evora, Biblioteca Pública e Arquivo Distrital, Séc. XVI, 608513.
  • 6. Castigos y enxemplos de Caton. 1550. 8º, 16 h.
    Ofrecido en venta por la Librería Layetana, de Barcelona, en 194414.

Con el nombre de Simón Carpintero hemos localizado las siguientes obras:

  • 7. Relación... de las rebeliones que ha ávido en el reyno d'Inglaterra. 1554. 4º. Biblioteca Bodleiana, 4º H.44.Art.BS15.
  • 8. Missale cordubense. Córdoba, con el librero Alejo Cárdena como socio, 28 de septiembre de 1561.
    B.N., R 39521.
  • 9. Pedro de Medina, Regimiento de navegación. Febrero de 1563, 4º B.N., R 24279. Madrid, Museo naval, CF 12.
  • 10. Manuale sacramentorum secundum morem et consuetudinem alme ecclesiae cordubensis. 6 de octubre de 1563. 4º, 126 f.
    Córdoba, Biblioteca de la Catedral16.
  • 11. Juan de Robles, La vida y excelencias y milagros de sancta Anna. 1563. 4º Biblioteca Nacional de Lisboa, Res. 695V17.
  • 12. Vitoria contra moros avida en la ciudad d'Oran. Relacion digna de memoria en la qual se contiene el cerco y las batallas y rebatos que ha havido entre los catholicos christianos y los moros y turcos ... en Oran dende ocho dias del mes de abril hasta ocho dias del mes de junio que llego el socorro... 1563. Fol., 2 h.
    Gallardo, Ensayo, I, n° *979 (Descripción de un ejemplar de Gayangos, que no se encuentra en la Biblioteca Nacional).

Lo primero que llama la atención al analizar la relación anterior de obras impresas por los Carpintero es la discontinuidad de su taller, establecido siempre «a san Pedro, en la calle de Francisco del Alcáçar». La causa más probable parece ser el tipo de obras que imprimen, obras de consumo en su mayor parte, que no han llegado hasta nosotros. Klaus Wagner ha dado a conocer el interesante contrato, de 18 de julio de 1545, con Francisco Falero, para la impresión de «un arte para mostrar a leer con una ynstitución christiana»18. y documentos sobre la compra de papel de Iº de marzo de 1546, 10 de octubre de 1548 y 28 de abril de 1549, papel que se necesitaba en el taller19, lo que demuestra que trabajaba.

Es éste un importante problema de la imprenta sevillana de esta época y de tiempos posteriores. Los encargos de impresos de cierta importancia eran escasos y se dedicaba principalmente a obras de amplia difusión, muchas de interés temporal y por lo tanto perecederas, de las que sólo una pequeña parte ha llegado hasta nosotros y, en muchos casos -también en los Carpintero- sin indicaciones tipográficas. El envío a las Indias de estas menudencias ampliaba su mercado.

La pragmática de 1558 es causa de preocupación entre los impresores y editores sevillanos. Simón Carpintero intenta una solución favorable a este problema cuando el 6 de noviembre de 1559, da poderes a Martín Montesdoca para que «pueda parescer e paresca ante sus Magestades y ante los señores de su muy alto Consejo, presidente e oydores de sus reales Audiencias y Chancellerías y ante quien convenga, y pedir que sean servidos de me mandar dar licencia para que yo pueda ynpremir todas las suertes de libros y menudencias en que los muchachos deprenden a leer, ynpresos de cinquenta años a esta parte en España, fasta la cantidad de cinquenta pliegos cada libro20, no embargante que por la premática real de su Magestad está proybido y mandado que no se ynprima syn licencia y esamen de su Magestad»21.

El intento individual de Simón Carpintero se transforma en 1560 en corporativo. Libreros e impresores de Sevilla, en busca de una solución al problema que les supone para determinado tipo de impresiones el cumplimiento de la pragmática de 1558, solicitan a la Inquisición que los inquisidores de Sevilla vean y den licencia para las menudencias que quieren imprimir22. La justificación de la petición es claro reflejo de la importancia que dan a la rapidez que exige la difusión de la actualidad: «algunas vezes vienen a esta ciudad cartas misivas de nuevas de casamientos o pazes o victorias o cosas semejantes y si se uviese de venir a pedir al Consejo licencia serían ya muy antiguas». La respuesta de la Inquisición es, por supuesto, negativa: han de acudir al Consejo. La solución que se encuentra es que las autoridades delegadas en Sevilla den la correspondiente licencia para impresos de poca extensión23.

Las normas del índice de 1559 también preocupan a libreros e impresores. No pueden imprimirse obras anónimas y son muchas las que componen sus surtidos. Exponen a la Inquisición: «Iten, suplicamos a V. Alteza, que porque ay algunos libros de romance buenos en que leen niños, como som Sid Rui Díaz y Ynfante don Pedro y Abad don Juan y otros semejantes, los quales nunca tuvieron nombre de autor y por esto no osamos ynprimirlos, suplicamos a V. Alteza, mande que siendo buenos y antiguos y vistos por los señores ynquisidores los podamos imprimir»24. La petición es aceptada.

Viviendo en Sevilla, no es de extrañar que Simón Carpintero también se dedicase al envío de mercaderías a las Indias, como lo demuestran los documentos de 4 de septiembre de 155525 y 6 de noviembre de 155926, con lo que podía completar sus ingresos.

Frente a la discontinuidad de la producción, hemos de señalar la continuidad en el uso de las letrerías góticas, cinco en total, aunque, por los impresos conocidos, una es sólo usada por Estacio y otra sólo por Simón, que también emplea una redonda de cuerpo pequeño.

La falta de contratos para obras relevantes y complejas no indica que los impresores sevillanos careciesen de la pericia técnica necesaria para su producción. Hay suficientes libros que lo confirman. Simón Carpintero lo demostró en la ejecución del Regimiento de navegación, de Pedro de Medina y del Missale cordubense, sobre el que Klaus Wagner ha publicado interesante documentación. Martín Montesdoca y el librero de Córdoba Alejo Cárdena contrataron con la fábrica de la catedral de Córdoba la impresión de mil ejemplares de un misal, financiando la mitad la catedral, una cuarta parte Montesdoca y la otra el librero. Estos dos últimos se repartirían a partes iguales las ganancias. Montesdoca traspasó el 6 de noviembre de 155927 su parte en el contrato a Simón Carpintero por 64.875 maravedís, que pagó con dinero que tenía depositado en la Casa de Contratación. Para la realización de esta obra, Simón Carpintero no disponía de matrices para fundir en el mismo cuerpo tipos de grado distinto, necesarios en los libros litúrgicos, ni matrices de canto llano, que ha de alquilar a Juan Gutiérrez, el librero comprador del taller de Montesdoca28.

Del análisis de las letrerías y de los elementos gráficos usados atribuimos al taller de los Carpintero cuatro nuevos impresos pertenecientes al tomo de la Biblioteca Nacional de Lisboa, a los que hay que añadir uno de la British Library, identificado por D. E. Rhodes. La dificultad se presenta al intentar asignarlos al padre o al hijo, excepto en un caso en que figura la fecha de 1560. La proximidad del uso de los elementos gráficos ha sido la pauta que hemos seguido, sujeta, por supuesto, a posibles variaciones.

A Estacio Carpintero le atribuimos:

  • 13. Jorge Manrique, Coplas que hizo a la muerte de su padre. Pliegos I.
  • 14. Espejo de enamorados. Pliegos XIV.
  • 15. Blasco de Garay, Dos cartas. Pliegos XIX.

Y a Simón Carpintero:

  • 16. Las coplas de Mingo Revulgo glosadas por Hernando del Pulgar. Pliegos XVIII.
  • 17. Luis de Aranda, Glosa peregrina. 1560.4° British Lybrary, C.189.d.l.29



ArribaAbajoEl tomo de pliegos españoles y portugueses de la Biblioteca Nacional de Lisboa

De los veinte pliegos del tomo lisboeta, sólo dos tienen colofón: el número XVI, Cristóbal de Castillejo, Diálogo de Mujeres, Medina del Campo, Pedro de Castro, 22 de noviembre de 1548, y el XVII, Marqués de Santillana, Coplas de Bias contra Fortuna, Sevilla, Antonio Álvarez, 23 de diciembre de 1545. Anteriormente, hemos identificado como de Sevilla, Andrés de Burgos30, el pliego X, Luis Hurtado, Romance de las cosas notables que tiene la imperial ciudad de Toledo, y del taller de los sucesores de Pedro Hardouin31, en Zaragoza, el XV, Jaime de Güete, Vidriana. Analizados sus elementos tipográficos y gráficos podemos atribuir a la sevillana imprenta de Domenico de Robertis otros tres pliegos32: II, Alonso de Cervantes, Glosa de las coplas de Jorge Manrique; VII, Las quejas que hizo la reina Elisa Dido sobre la partida de Eneas y VIII, Chistes hechos por diversos autores. O sea, con los cuatro del taller de los Carpintero, un total de once pliegos, frente a los nueve restantes que, como expondremos a continuación, asignamos a imprentas portuguesas.




ArribaEl problema de las figuritas

Si exceptuamos dos pliegos (II y VII), en los dieciocho restantes del tomo de Lisboa vemos en sus portadas o encabezamientos el uso, normal en este tipo de publicaciones, de figuritas. Mucho se ha hablado sobre el intercambio de sus tacos entre impresores. Puede darse en algún caso o, más bien, el de su traspaso a otro impresor. Los elementos gráficos deben siempre tratarse en el análisis bibliográfico con mucha cautela, pues mientras en unos casos forman un conjunto inamovible de los cajones de un determinado impresor, en otros son usados coetáneamente por dos impresores -es lo que más puede desorientar- aunque, por lo general se trata de elementos que podríamos llamar excepcionales, que se pueden dejar o alquilar. Sin embargo, los elementos más comunes, entre los que incluimos las figuritas, lo normal es que cada impresor tenga su conjunto propio.

De los dieciocho pliegos con figuritas, catorce presentan un conjunto coincidente en su diseño. ¿Han pasado de un impresor a otro o han sido estampados de tacos distintos basados en el mismo diseño? En este último caso, no podemos afirmar si nos encontramos ante la obra de un entallador, que realiza copias para venderlas a impresores, o si, al ponerse de moda un diseño, varios impresores encargan copias a su entallador, que, como es natural, no son exactamente iguales, pues no pretenden ser falsificaciones sino la adopción de un determinado estilo. Incluso, cuando se trata de simular elementos ajenos para la realización de una edición contrahecha, la copia no es exactamente igual. Recordemos el caso de las réplicas sevillana y lisboeta de la marca de la imprenta de Pedro Madrigal33.

Analizando las figuritas basadas en el mismo diseño, de los pliegos I, IV, V, VI, IX, X, XI, XII. XIII, XIV, XVII, XVIII, XIX y XX, podemos distinguir cinco grupos:

  • A. XVII, con pie de imprenta, Sevilla, Antonio Alvarez, 1545.
  • B. X, que atribuímos a Andrés de Burgos. Las figuritas se encuentran en otras producciones suyas con pie de imprenta.
  • C. I, XIV, XVIII y XIX, atribuidos al taller de los Carpintero, como hemos expuesto anteriormente.

Los ocho pliegos restantes pueden dividirse, según las figuritas, en dos grupos, perfectamente diferenciadas sus letrerías y otros elementos gráficos. Son los siguientes:

  • D. V, Christobal Falco, Trovas de Chrisfal; VI, Juan Cirne, Tragedia de los amores de Eneas y de la reina Dido; IX, Pedro de Aguilar, Glosa sobre cuatro coplas que «Quién dará a los mis ojos lágrimas para llorar»; XI, Antonio Ribeiro Chiado, Pratica doyto feguras; XII, Antonio Ribeiro Chiado, Auto das regateyras, y XX, Bernaldim Ribeiro, Trovas de dous pastores. Por los elementos gráficos -en uno de ellos, XII, aparece el nombre- y letrerías han de atribuirse al taller de Germo Galharde.
  • E. IV, Gabriel de Sarabia, Obra sobre la muerte de la princesa doña María y XIII, Antonio Ribeiro Chiado, Auto Terceiro. Sus figuritas son las mismas de la edición de la Comedia Eufrosina, de Jorge Fereira de Vasconcellos, Coimbra, João de Barreira, 1555. Otros elementos gráficos y sus letrerías se encuentran en las producciones del taller de João de Barreira y João Alvares, de Coimbra y Lisboa, al que atribuimos estos dos pliegos, a los que hemos de añadir el número III, Jorge de Montemayor, Glosa de diez coplas de Jorge Manrique.

Faltan estudios básicos sobre los dos talleres portugueses representados en el tomo de pliegos de la Biblioteca Nacional de Lisboa para poder fijar su cronología. El año 1536, que figura grabado en una pilastra de un tabernáculo de Galharde (pliegos VI y XX) sólo indica el momento de la realización del grabado. Provisionalmente, creemos que se pueden datar entre 1550 y 1560, fechas, por supuesto, sujetas a revisión,

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Cinco realizaciones distintas del mismo diseño:

  • 1: Sevilla, Antonio Alvarez, 1545. Marqués de Santillana, Coplas de Bias contra Fortuna. (Pliegos, XVII).
  • 2: Sevilla, Andrés de Burgos, 1546. Thebayda. Seraphina. (B.N., R 465).
  • 3: Sevilla, Simón Carpintero. Las coplas de Mingo Revulgo, glosadas por Hernando del Pulgar. (Pliegos, XVIII).
  • 4: Coimbra, João de Barreira, 1555. Jorge Ferreira de Vasconcellos, Comedia Eufrosina. (B.N., R 2821).
  • 5: Lisboa, Germao Galharde. Juan Girne, Tragedia de los amores de Eneas y de la reyna Dido. (Pliegos, VI).




 
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