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1

[Las páginas 53 a 56 presentan el aparato de notas del original.

La página 75 presenta el índice del original (N. del E.)]

 

2

GASPAR ARCHENT AVELLÁN: Romancero villenense (Valencia, 1927), p. 81-89.

 

3

JOSÉ MARÍA SOLER GARCÍA: El yacimiento musteriense de la cueva del Cochino, Servicio de Investigación Prehistórica de la Excelentísima Diputación Provincial. Serie de Trabajos Varios, núm. 19. Valencia, 1956.

 

4

ENRIQUE DUPUY DE LÔME Y SÁNCHEZ LOZANO: Explicación de la hoja número 820, Onteniente (Valencia-Alicante), del Mapa Geológico de España a escala 1:50.000 (Madrid, 1954), cap. III, p. 25-28.

 

5

El término de Villena se halla repartido entre las siguientes hojas del Mapa Topográfico Nacional a escala 1:50.000: 819, Caudete; 820, Onteniente; 845, Yecla; 846, Castalla, y 870, Pinoso. El paraje que nos interesa ocupa la porción SW. de la hoja 820, que tiene su ampliación, a escala 1:25.000, en la hoja 820-III, Benejama, del Plano Director del Servicio Geográfico del Ejército.

 

6

1) El brazalete de Portalegre ha sido estudiado por MARIO CARDOZO en «Joalharia lusitana», «Conimbriga», vol. I (1959), p. 13-27, quien ha tenido la gentileza de enviarnos la fotografía que publicamos.- 2) ANTONIO BLANCO FREIJEIRO: Origen y relaciones de la orfebrería castreña. «Cuadernos de Estudios Gallegos», tomo XII, núm. 36 (Santiago de Compostela, 1957), p. 6 y ss., con la bibliografía principal del brazalete de Estremoz.

 

7

Son diversas las opiniones emitidas por los autores que han estudiado el procedimiento técnico utilizado en el brazalete de Estremoz. JOSÉ RAMÓN MÉLIDA [Arqueología española (Barcelona, 1929), p. 233] se limitó a decir, sin más precisiones, que la joya se había hecho «torneando un lingote». FRANCISCO ALVAREZ-OSSORIO [Noticia acerca de una joya posthallstáttica portuguesa que se conserva en el Museo Arqueológico Nacional (Madrid, 1941), p. 35-37] creyó, acertadamente a nuestro juicio, que se hizo de una sola pieza, pues «no cabe suponer -dice- que se moldeasen por separado los nueve aros, o al menos cinco de que consta, y después se uniesen a martillo, pues la superficie interior es lisa y nada se observa que pudiera ser así fabricado». FERNANDO RUSSELL CORTEZ [O brecelete de Estremoz, Rev. «Nummus», vol. II (Porto, 1954), p. 71-73] sostiene, contra la opinión anterior, que se moldearon los nueve aros por separado para unirlos después a martillazos. ANTONIO BLANCO FREIJEIRO [Ob. cit. en nota 5, 2], después de examinar la pieza al microscopio, lanzó la hipótesis de que «las coronas de puntas y calados son el resultado de un paciente trabajo, en el cual se hicieron (por corte o molde, aunque en este último caso serían aún más regulares) piezas en forma de cubo, provistas de una punta, y además piezas semicilíndricas, colocadas encima y debajo de cada cubo, todo ello soldado». MARIO CARDOZO [Ob. cit. en nota 5, 1] considera inaceptable la hipótesis de RUSSELL CORTEZ, pues con tal procedimiento de soldadura, la violenta percusión del martillo deformaría y destruiría los aros de puntas. En su opinión, el brazalete de Portalegre, gemelo del de Estremoz, se habría obtenido con el uso de cinceles apropiados, duros, resistentes y de fino corte, actuando directamente sobre una argolla maciza de superficies lisas y sección plano-convexa, en cuya cara externa habría esculpido el artista la ornamentación.7.1 Cree que un trabajo de esta naturaleza sería extremadamente lento y singularmente delicado y exigiría, como el procedimiento de la soldadura preconizado por BLANCO FREIJEIRO, mucha habilidad profesional. En el texto puede verse expresada la identidad de nuestro punto de vista con el del ilustre prehistoriador portugués.

 

7.1

Idéntica circunstancia hizo pensar a MARIO CARDOZO [Ob. cit. en nota 5, 1, p. 23] que el brazalete de Portalegre había sido seccionado a cincel por sus descubridores.

 

8

1) El brazalete de Portalegre ha sido estudiado por MARIO CARDOZO en «Joalharia lusitana», «Conimbriga», vol. I (1959), p. 13-27, quien ha tenido la gentileza de enviarnos la fotografía que publicamos.- 2) ANTONIO BLANCO FREIJEIRO: Origen y relaciones de la orfebrería castreña. «Cuadernos de Estudios Gallegos», tomo XII, núm. 36 (Santiago de Compostela, 1957), p. 6 y ss., con la bibliografía principal del brazalete de Estremoz.

 

9

1) JOSEPH DÉCHELETTE: Manuel d'Archéologie Préhistorique Celtique et Gallo-Romaine, III, 1927, p. 280, fig. 312.2) GIOVANNI BECATTI: Oreficerie antiche (Roma, 1955), p. 60 y lám. C-1.

 

10

1) JOSÉ MARÍA SOLER GARCÍA: El enterramiento neolítico de la cueva de las Lechuzas. Revista «Villena», núm. 1. Villena,1951. 2) IDEM, ID.: Cueva de las Lechuzas. «Noticiario Arqueológico Hispánico», I, 1952, p. 44, noticia núm. VIII. Madrid, 1953.