[123]
Silvas
[125]
En un rompimiento
¿Quid non mortalia pectora cogis, | |
Auri sacra fames? | |
Virg. AEneidos. |
¿A quién no vence con su brillo el oro? | |||
Vende la madre el néctar de su pecho | |||
al hijo ajeno de oro vil sedienta, | |||
en tanto que, de pajas sobre un lecho, | |||
el suyo apenas de desmayo alienta, | 5 | ||
el suyo que dio a luz con mil dolores, | |||
que engendró de la sangre de sus venas | |||
entre dulces amores, | |||
y que sería un bálsamo a sus penas. | |||
Al hombre vende el hombre | 10 | ||
cual una res en público mercado, | |||
y de esclavo ruin, o libre honrado, | |||
también el oro distribuye el nombre. | |||
Más fiero monstruo no hay en el abismo: | |||
por él de la hambre y de la sed forzado, | 15 | ||
rabioso y despechado, | |||
se vende el hombre mísero a sí mismo. | |||
El oro.... ¿Pudo en ti, Celina, ahora, | |||
mudar un corazón donde brillaba, | |||
más puro que el aliento de la aurora, | 20 | ||
el amor que tu lengua me juraba? | |||
Un coche de marfil, un tren brillante, | |||
las armas son de mi rival felice: | |||
su mágico esplendor cegó tus ojos, | |||
llevando por despojos [126] | 25 | ||
la fe que me ofreciste en otros días. | |||
¡Con qué mentidos tus halagos eran | |||
y tus besos picadas de la abeja, | |||
que su veneno deja | |||
clavando su aguijón en cuanto toca! | 30 | ||
¡Y cuando me estrechaban tus abrazos | |||
y tus labios se unían a mi boca, | |||
eran aquellos lazos | |||
donde el deleite reimprimió su sello, | |||
los nudos con que ahoga la culebra | 35 | ||
enroscándose el cuello! | |||
¡Y tal fealdad oculta un rostro bello! | |||
¡Dichoso aquél que, de tu vista lejos, | |||
no vio tus negros ojos rutilantes | |||
con lascivo mirar buscarle amantes | 40 | ||
ni vivió con la luz de sus reflejos! | |||
¡Desgraciado de aquél que oyó tu acento, | |||
que el ruiseñor más dulce y más canoro, | |||
que observó tu rosada tez atento | |||
y prendido quedó en tus hebras de oro! | 45 | ||
Tú me viste encendido, arrebatado, | |||
por la grata ilusión de una mirada, | |||
de deleite temblar todo agitado | |||
al tenerte en mis brazos estrechada. | |||
Yo sentí palpitar tu amable seno | 50 | ||
blandamente a la par de mis sentidos, | |||
y, de placer y ardor el pecho lleno, | |||
agitarse tus orbes conmovidos. | |||
Entonces, de tus labios nacarados, | |||
que vertían la esencia de la rosa, | 55 | ||
embelesado oí el nombre de esposa, | |||
más dulce para mí que el son suave | |||
del manso viento dando entre las hojas, | |||
y más que el vuelo rápido del ave [127] | |||
que ufana luce al sol sus plumas rojas. | 60 | ||
¡Oh Celina! Y cuando amor su copa hermosa | |||
nos daba en una noche silenciosa, | |||
en vez del gozo que beber creía, | |||
¿solamente amarga perdición bebía? | |||
¡Infeliz!, que ora por el campo corro, | 65 | ||
preguntando a los vientos, | |||
al río y a los árboles frondosos | |||
dónde están tus pasados juramentos. | |||
Nada me dicen, y penetro al bosque | |||
que acostumbrabas visitar conmigo, | 70 | ||
y afligido las huellas mismas sigo | |||
que solías seguir. Aquel castaño | |||
cuyo ramaje a descansar incita, | |||
el sauce aquél que trémulos sus brazos | |||
y lagrimosos sin cesar agita | 75 | ||
en silencio, me acuerdan las caricias | |||
que me hiciste gozar aquí a su sombra, | |||
siendo la muelle grama nuestra alfombra, | |||
la grata soledad nuestras delicias. | |||
¡Oh, nunca tal placer gozado hubiera | 80 | ||
huyendo cual la sierpe tus encantos! | |||
¡Nunca mis ojos a mirar volviera | |||
en tu nevada faz hechizos tantos! | |||
Por beldad que no ha visto, ¿quién suspira? | |||
En su pequeño búzaro cerrada | 85 | ||
es la brillante perla despreciada, | |||
porque escondido su esplendor no admira. | |||
¡Y qué! ¿Verá la vid sus dulces uvas | |||
en ajeno árbol, el peral su fruto | |||
sin clamar por venganza a las estrellas, | 90 | ||
sin llenarse de horror, de triste luto? | |||
¿Veré yo en otros brazos, oh Celina, | |||
las gracias que estuvieron en mis brazos, [128] | |||
sin implorar la cólera divina | |||
contra quien forma tan tiranos lazos? | 95 | ||
Lo veré, falsa: que el honor injusto | |||
mis labios cerrará con cien candados, | |||
y el mundo adora su execrable busto. | |||
¡Funesto honor! Tus leyes aborrezco, | |||
leyes de maldición en sangre escritas | 100 | ||
con que engañoso al crimen precipitas | |||
a dorar con palabras la falsía. | |||
Por ti, impostor, con rostro indiferente | |||
tendré ya que mirar desde este día | |||
a mi esposa, mi amor, la gloria mía, | 105 | ||
la que de mirto ornó mi altiva frente. | |||
¡Y todo se acabó! ¡Y el cielo pudo | |||
trocar un pecho de maldad desnudo! | |||
Cubierta de diamante y de perlas, | |||
y en perfumes arábicos bañada, | 110 | ||
evitarás mi vista y mi presencia | |||
de tu Adonis esposo acompañada. | |||
Una misma Ciudad nos da su asilo | |||
y morada a los dos, de un mismo campo | |||
gozamos el riquísimo tesoro, | 115 | ||
y, bello, un mismo sol desde su lampo | |||
nos derrama su luz en hilos de oro; | |||
y, eterno, un valladar mi dicha impide | |||
cual de Ocaso a los reinos de la aurora | |||
y cual del negro mar do el indio mora | 120 | ||
al ruso helado do el horror reside. | |||
Adiós, corre al altar donde te llama | |||
el esclavo interés, la vil codicia, | |||
pero no esperes encontrar delicia | |||
en unos lazos que el averno trama. | 125 | ||
Al encender su antorcha el himeneo | |||
verás salir, en vez de luz hermosa, [129] | |||
funesto humo que, en nubes convertido, | |||
cubra el sagrario con su niebla odiosa. | |||
Quédate a Dios, de otro mortal esposa, | 130 | ||
contigo queden las promesas falsas, | |||
los suspiros mentidos | |||
que estos mares oyeron suspendidos. | |||
Míralos encrespar ora sus ondas | |||
murmurando tu negra alevosía, | 135 | ||
y darte en rostro la constancia mía | |||
sin que a sus justas réplicas respondas. | |||
¡Ay!, que mi corazón en este instante | |||
se rompe de dolor. Tu imagen bella | |||
juzgo tener delante | 140 | ||
y aun mi esposa reconozco en ella. | |||
Deja que por la vez postrera llore, | |||
que los encantos de tu risa admire, | |||
que en tus ojos del sol la lumbre mire | |||
y que oyéndote hablar tu labio adore. | 145 | ||
¡Ay!, déjame llorar, ésta es la ofrenda | |||
última que podrá mi pecho darte, | |||
cuando la muerte sobre mí se tienda | |||
y del horror de este lugar me aparte. | |||
Si el polvo frío en el sepulcro siente, | 150 | ||
todavía amaré bajo su losa | |||
la que agitó mi pecho dulcemente, | |||
la que mil veces se llamó mi esposa. [130] | |||
El Sí | |||
¿He oído bien, Celina? ¿Ha pronunciado | |||
un delicioso «sí» tu hermosa boca, | |||
y mi pasión el término ya toca | |||
tantas veces y tantas suspirado? | |||
Abre segunda vez tus labios bellos, | 5 | ||
tus dos graciosos órdenes de perlas, | |||
y recoja yo en ellos | |||
el dulce «sí» que se escapó a tu lengua. | |||
¿Lo has dicho? ¡Oh, qué placer! Mi alegre pecho, | |||
al grato acento de tu voz deshecho, | 10 | ||
de júbilo palpita y alegría, | |||
sale de su lugar, que vino estrecho | |||
a tanta gloria, y ebrio en este día | |||
de gusto en gusto salta | |||
hasta la cumbre del placer más alta. | 15 | ||
¿Mío su corazón? ¿Celina mía? | |||
¡Oh milagro de amor! ¿Es ésta aquélla | |||
tan altiva cual bella | |||
que a mi doliente suspirar reía? | |||
¿Es ésta aquélla cuyo pecho entonces | 20 | ||
competía en dureza con los bronces? | |||
Otra, una otra era esa beldad tan dura; | |||
no era, no era Celina, | |||
que fina respondió a mi afecto y pura, | |||
tan pura cual cristal, cual oro fina. | 25 | ||
¡Venció el amor! ¿Y quién su voz resiste? | |||
Tu dulce languidez, tus muertos ojos, | |||
hoy me ofrecen cariños, y no enojos, | |||
y en sus niñas tu afecto retratando | |||
de tus labios están el «sí» aprobando. [131] | 30 | ||
No ya cruel retirarás tus brazos, | |||
huyendo desdeñosa mis abrazos; | |||
los tenderás al cuello | |||
y, buscando tus labios a los míos | |||
cual buscan a la mar los claros ríos, | 35 | ||
al pecho amor imprimirá su sello. | |||
Tú, afable y cariñosa | |||
cual del viento a los soplos lo es la rosa, | |||
apurarás la copa de delicias | |||
que brindan el deleite y las caricias. | 40 | ||
¿No ves cuál ríe el tiempo venidero | |||
de esperanzas orlado, | |||
de nuestra dicha celestial traslado? | |||
Vendrá la aurora con su luz dorando | |||
de los montes la cumbre, | 45 | ||
y al primer rayo de su hermosa lumbre | |||
iré a las selvas a mi bien buscando. | |||
No ya triste saldré cual muchas veces | |||
llorando tu esquivez, tu torvo ceño, | |||
que otros placeres con tu amor me ofreces, | 50 | ||
con tu cariño dulce y halagüeño. | |||
¿Sabes, sabes, Celina, | |||
cuánto vale el sentir un noble afecto? | |||
¿Cuántos gustos la suerte nos destina? | |||
Oiré suspirando tus suspiros, | 55 | ||
feliz te miraré reír riendo, | |||
y, en tus gozos los míos recibiendo, | |||
tú el espejo serás de mis acciones. | |||
¿Y esto ha podido un «sí» que veces tantas | |||
rehusaste (10) pronunciar? ¡Que tantas horas | 60 | ||
y tan bellas auroras | |||
nos robó entre tus labios detenido! | |||
Mira ahora que de ellos ha salido, | |||
cual si vuelvo los ojos, [132] | |||
me llevo tus amores por despojos, | 65 | ||
y si ríe mi boca, qué sonrisa | |||
la tuya torna a mi amorosa risa. | |||
Así, rondando el viento | |||
en torno de las flores, | |||
le vuelven mil olores | 70 | ||
por mil besos que él da. | |||
Así, colores ciento | |||
tornan al alba hermosa, | |||
porque su broche ansiosa | |||
abriéndolas está. | 75 | ||
La Constancia | |||
Ya de verde arrayán la sien ceñida | |||
vuelvo a pulsar la cítara de plata, | |||
cantando de una ingrata | |||
hija de amor la crueldad vencida. | |||
En la cumbre más alta del Pirene, | 5 | ||
cuando reluzca el sol del medio día | |||
y la mar duerma en calma, | |||
henchido de alegría, | |||
reuniré bajo un árbol mis amigos, | |||
y rosas derramando a manos llenas, | 10 | ||
«sed -les diré- de mi placer testigos: | |||
premió Celina la constancia mía». | |||
Yo la vi más hermosa | |||
que una naciente rosa | |||
cuando el abril colora la pradera. | 15 | ||
La vi la vez primera | |||
bajo el frondoso Plátano sentada [133] | |||
que da sombra a la fuente de Cibeles | |||
con su hojosa y tendida cabellera. | |||
Junto a ella, cien claveles | 20 | ||
crecían en sus tallos, | |||
cien veces menos rojos que su boca; | |||
de una enyedrada roca | |||
se lanzaba la espuma de otra fuente, | |||
y la vi menos pura y menos blanca | 25 | ||
que su alma tez y alabastrina frente. | |||
¿Qué entonces pude hacer? Cedí rendido | |||
a la brillante luz de aquellos ojos, | |||
que se llevan las almas por despojos | |||
do el vivo sentimiento está esculpido. | 30 | ||
Mi amor la dije, y ella huyó ligera | |||
al punto de mi lado. | |||
Testigo el río fue, la selva, el prado, | |||
de mi continuo lloro: | |||
yo regué triste sus arenas de oro, | 35 | ||
yo en su orilla mil veces recostado, | |||
oprimido mi pecho con la pena, | |||
mordía mi cadena. | |||
Corrí, la supliqué, mi justo ruego | |||
en bárbaro despecho | 40 | ||
y en rabia la encendía, | |||
y aquella cara, afrenta de la rosa, | |||
donde el sacro pudor resplandecía, | |||
por instantes se vía | |||
en vivas llamas encendida y tinta, | 45 | ||
cual los colores con que Febo pinta | |||
el cielo reluciente | |||
al lanzarse en la mar del Occidente. | |||
Una vez y otra vez cortado había | |||
el segador por julio las espigas, | 50 | ||
y, cual la nieve fría, [134] | |||
a mi pasión Celina se mostraba. | |||
Del corazón la llaga se aumentaba | |||
y, contagiando al cuerpo su veneno, | |||
gemía todo de dolores lleno. | 55 | ||
¡Cuánto sufrí! Las hayas | |||
y los robles más duros, | |||
al oírme llorar, también lloraron, | |||
y escuchando mis males se ablandaron. | |||
Ya, en fin, cedía triste | 60 | ||
a mi crudo destino, | |||
y abierto mi sepulcro me enseñaba | |||
la desesperación con torvo rostro, | |||
cuando, mi vista al campo revolviendo, | |||
mil objetos pasmado fui advirtiendo. | 65 | ||
Yo vi de mármol una fuerte peña | |||
deshecha por el agua que cayendo | |||
gota a gota de lo alto la filtraba. | |||
Yo vi cual se doblaba, | |||
del peso de los años abrumada, | 70 | ||
una soberbia encina | |||
que se miró del viento atropellada, | |||
y, siempre victoriosa, | |||
sus furores burló verde y pomposa. | |||
Yo vi ceder sus nieves el invierno | 75 | ||
y, en líquidos arroyos convertidas, | |||
dar a la selva flores, | |||
frutos al árbol y al vergel amores. | |||
Vi también pulular la tierna yerba | |||
del nuevo año en los primeros meses, | 80 | ||
y la vi en rubias mieses | |||
tornarla junio con sus rayos de oro. | |||
A tan sagrado aviso de natura | |||
no osó un instante resistir mi pecho, | |||
dos veces incliné en amor deshecho [135] | 85 | ||
mi frente al suelo con la fe más pura | |||
y, mil flores quemando, | |||
fui sus leyes sagradas venerando. | |||
«¡Oh Celina! -exclamé-, de hoy más la llama | |||
que vive en mis entrañas escondida | 90 | ||
formará mis placeres | |||
o las amargas penas de mi vida. | |||
Yo siempre te amaré, mi labio amigo | |||
pronunciará tu nombre solamente, | |||
y el corazón ardiente | 95 | ||
sólo la dicha gozará contigo. | |||
Un día llegará en que tú, rendida | |||
a mi constante afecto, | |||
orles mis sienes de laurel hermoso | |||
y en tus brazos exista venturoso». | 100 | ||
Llegó ya, amigos, se juró mi amante; | |||
el río oyó su sacro juramento, | |||
y suspendió al instante | |||
su grave son por escuchar atento. | |||
Ved sacudir los árboles sus ramas | 105 | ||
mi victoria cantando | |||
y al bello sol lanzando | |||
con mayor majestad sus vivas llamas, | |||
ved reír la pradera, | |||
susurrar los arroyos, | 110 | ||
y, alegre y placentera, | |||
trepar al alto monte la cordera. | |||
Así, lloviendo luces, | |||
abre la aurora el nacarado oriente, | |||
y, pintando los cielos | 115 | ||
de oro y azul y grana, | |||
aparece riendo la mañana. | |||
Sus adornos se visten los rosales, | |||
las fuentes sus cristales, [136] | |||
que antes dormían, desatando juegan, | 120 | ||
y en todas partes reina la alegría, | |||
imagen celestial de un nuevo día. | |||
¿Qué entonces las tinieblas de la noche | |||
valen ya y sus horrores, | |||
cuando caídos por el suelo estaban | 125 | ||
los tallos de las flores? | |||
Del alba luz la célica victoria, | |||
al disipar la obscuridad nociva, | |||
destruye su memoria | |||
y hace que sola la alegría viva. | 130 | ||
El cuarto de Celia | |||
¿Es éste el cuarto do mi bien habita? | |||
¿Es éste el tocador donde se adorna? | |||
He aquí el corsé divino que contorna | |||
su talle delicado, | |||
ésta es la gasa donde amor ocultos | 5 | ||
con arte encierra dos hermosos bultos, | |||
aquéllos son sus guantes, | |||
aquéste su vestido nacarado | |||
con el cual yo la vi la vez primera, | |||
cuando quedé por el amor llagado, | 10 | ||
cuando ella se juró mi prisionera. | |||
Mas, ¿Celia dónde está? ¿Dónde se encuentra? | |||
En su alcoba reposa mi querida, | |||
en su lecho feliz yace dormida. | |||
Veo su faz con el calor hermosa, | 15 | ||
cual en abril la rosa, | |||
su pechito inocente palpitando [137] | |||
que poco a poco se levanta y baja, | |||
quizá de alguna pesadilla herido | |||
que de sus sueños el placer ataja. | 20 | ||
Mas tú duermes, tú robas a la vida | |||
estas horas, en tanto que yo velo | |||
y compro mi consuelo | |||
a costa del reposo que tú gozas. | |||
Aquesa dulce calma, | 25 | ||
espejo fiel de tu alma, | |||
la frialdad de tu pasión publica. | |||
No, no duerme quien ama, | |||
sólo bebe pesares y tristeza: | |||
el ardor que le inflama, | 30 | ||
contino abrasa su dañado pecho. | |||
Levanta, mi adorada, de ese lecho, | |||
no perdamos las flores que derrama | |||
el amor este día. | |||
¿Cruel, no me oyes? ¿Y podrá ese sueño | 35 | ||
robarme mi alegría, | |||
privar mis brazos de su amado dueño? | |||
Oh Celia, que te pierdes, no conoces | |||
los preciosos momentos | |||
que huyen tras juventud cual presto rayo. | 40 | ||
¿Qué es el mundo? Inocente, entre cadenas, | |||
cual otras, te condenas | |||
al fiero parecer, a mil engaños. | |||
Así pasan los años, | |||
se eclipsa la beldad, y los placeres | 45 | ||
los convierte un tirano | |||
en precisos deberes, | |||
y en oprobio de amor compra una mano. | |||
No hay más ley que el amor: a amor le agrada | |||
un pecho libre que si da delicias, | 50 | ||
son sabrosas caricias, [138] | |||
de gustos hermosísima lazada. | |||
Despierta, Celia, el corazón mil vuelcos | |||
dándome está de gozo, | |||
en tu estancia dichosa me alborozo, | 55 | ||
tú sola faltas al contento mío. | |||
No temas, quien te adora | |||
no es capaz de faltar a su promesa; | |||
no temas, mi señora, | |||
que quebrante mis firmes juramentos. | 60 | ||
Pero, ¡oh Dios!, la suerte | |||
me separa de ti, ya oigo ruido. | |||
¿Cuándo, objeto querido, | |||
podré sin sustos ni recelos verte? | |||
A los expósitos | |||
Con motivo de la subscripción hecha por varios señores de esta ciudad para mantenerlos | |||
«Mi atributo mayor es dar sustento | |||
a cuanto ser mi Omnipotencia cría, | |||
pues que goce el mortal la gloria mía | |||
y de sus venas salte su alimento.» | |||
Dijo natura así, y en dos veneros | 5 | ||
brotó del pecho femenil el néctar | |||
que, al nacer a la vida, | |||
ansioso busca el tiernecito infante, | |||
que es su único manjar y su bebida. | |||
¡Oh, qué placer! Ver a la hermosa madre | 10 | ||
cuál de su propia sangre se desprende | |||
y, con aquel aliento que se quita, [139] | |||
al nuevo aliento de su hijo atiende. | |||
Sólo un Dios inspirar al alma pudo | |||
tan noble y generoso sentimiento, | 15 | ||
haciéndole bajar desde el Olimpo | |||
a dar la vida al mundo y el contento. | |||
¡Bien haya aqueste Dios! ¡Bien haya el día | |||
en que, alzado al igual de las estrellas, | |||
en alas del amor y la alegría | 20 | ||
vieron su tierno corazón las bellas! | |||
La tierra, agradecida | |||
a tan inmenso don, rindió a sus plantas | |||
cuantos tesoros en su seno anida. | |||
En sus labios vertió el olor la rosa | 25 | ||
y en la alba cara sus colores rojos, | |||
el sol la lumbre trasladó a sus ojos | |||
y dio al cabello el oro de sus rayos. | |||
De entonces se adoró, cual una Diosa, | |||
a la humilde beldad, y ufano el hombre, | 30 | ||
al incensar su imagen soberana, | |||
«ved, ved -decía-, el misterioso origen | |||
de do la vida y subsistencia mana. | |||
He aquí de la generación humana | |||
el oriente feliz. Venid, mortales, | 35 | ||
y ante su altar glorioso confesemos, | |||
que a la luz de sus niñas celestiales | |||
nuestro existir dulcísimo debemos». | |||
Y esta gran obra de la eterna mano, | |||
y este ser tan sensible y virtuoso, | 40 | ||
¿pudo tornarse en la sangrienta fiera | |||
que hoy es oprobio de la especie entera? | |||
¿No oís, no oís los míseros vagidos, | |||
el triste suspirar y amargo llanto | |||
de tantos inocentes desvalidos | 45 | ||
al horror entregados y al espanto? [140] | |||
Su impía madre de virtud desnuda | |||
los dio a luz de las nieblas protegida, | |||
y, apenas disfrutaban de la vida, | |||
expuestos los dejó a la muerte cruda. | 50 | ||
El hambre, la miseria, | |||
el luto, la orfandad (11) y el abandono, | |||
en esas frentes do el dolor se ciñe, | |||
tuvieron siempre su execrable trono. | |||
¡Ay! Que nunca escuchará su oído | 55 | ||
el dulce nombre de querido hijo, | |||
ni en la madre su tierno rostro fijo | |||
verá el contento a la delicia unido. | |||
Maldición, maldición a la insensible | |||
que los lazos rompió más sacrosantos, | 60 | ||
que abandonando sus entrañas mismas | |||
a dolor condenó mortales tantos. | |||
La niegue su verdor la fértil tierra, | |||
la hermosa fuente su cristal retire, | |||
do quiera monstruos y tinieblas mire, | 65 | ||
acerbos lutos y funesta guerra. | |||
¿Dónde huirá? La imagen de su crimen | |||
sus pasos seguirá por todas partes, | |||
en todas partes oirá cuál gimen | |||
los tiernos, infelices angelitos, | 70 | ||
y cuál sus tristes gritos | |||
su pecho duro y criminal oprimen. | |||
Confundida verá la tigre hircana | |||
estrechar sus hijitos a su seno, | |||
y, sensible a las leyes de natura, | 75 | ||
arder su corazón de amores lleno. | |||
Verá la osa sangrienta | |||
y la soberbia, líbica leona | |||
cuál al amor de madre se abandona | |||
y sus pequeños hijos alimenta. [141] | 80 | ||
Inferior a las fieras en ternura, | |||
execración y escándalo del mundo, | |||
en vano alzarse del horror procura | |||
do le sumió su bárbaro delito. | |||
Sí, que a un niño inocente, | 85 | ||
cuyos hombros pudieran de la Patria | |||
el templo sostener, lanzó a las puertas, | |||
al borde mismo de la tumba fría, | |||
que a devorar la humanidad abiertas | |||
contempla con pavor el alma mía. | 90 | ||
¿Y bastante no es ya su triste llanto | |||
y la horrible miseria que los cubre | |||
para añadir el hombre a duelo tanto | |||
su cruda indiferencia? | |||
-No, niños, no temáis, que abre sus brazos | 95 | ||
la tierna compasión en este día, | |||
y, alzando del oprobio vuestras frentes, | |||
derrama por vosotros su ambrosía. | |||
¿No la veis? Sus benéficas miradas | |||
do quiera tornan el amor, la calma, | 100 | ||
y del placer y el júbilo animadas | |||
el júbilo y placer le dan al alma-. | |||
-No temáis, si unos monstruos horrorosos | |||
pudieron entregaros a la muerte, | |||
hoy un tropel de seres generosos | 105 | ||
sobre vos dulces beneficios vierte. | |||
Ya no cruel os ahogará en la cuna | |||
hambre voraz o pálido desmayo, | |||
que ya asoma de amor hermoso un rayo, | |||
nuncio feliz de celestial consuelo. | 110 | ||
¿Pudiera sordo el cielo | |||
no atender vuestras lágrimas amargas, | |||
vuestros clamores desoír injusto? | |||
Él inspiró los nobles corazones, [142] | |||
y, bañados en llanto de ternura, | 115 | ||
a obedecer corrieron de natura | |||
las dulces y halagüeñas sensaciones-. | |||
Segundos días de doña Concha... | |||
¿Es el sol, es el sol que abre de Oriente | |||
las puertas de cristal resplandeciente? | |||
¿Son sus rayos que doran la montaña, | |||
su luz la que la baña? | |||
Él es que sube el cielo proclamando | 5 | ||
de ti, Conchita, el venturoso día, | |||
el instante feliz en que naciste | |||
a formar mi ventura y mi alegría. | |||
¡Oh!, nunca tan hermoso y placentero | |||
le he visto yo salir del Océano, | 10 | ||
ni cuando agosta rosas en verano, | |||
ni cuando hielos rompe en el invierno. | |||
Hoy es más bello su color dorado, | |||
su cara más graciosa, | |||
más fúlgido su rayo y nacarado, | 15 | ||
y su luz más preciosa. | |||
Así celebra tu natal felice | |||
sus tesoros más ricos ostentando, | |||
y al mundo dichas y placer predice | |||
de oro y nácar su manto desplegando. | 20 | ||
¿Hoy es tu día? ¡Oh, qué de gustos siento | |||
poblar mi corazón en este instante! | |||
Hoy naciste, y contigo mi contento | |||
nació a la par, nació mi dulce amante. [143] | |||
En tanto que tendido en mi cunita | 25 | ||
mis primeros vagidos exhalaba, | |||
¡quién me dijera que a la luz Conchita, | |||
oh Dios, su madre afortunada daba! | |||
La daba a luz, y en mi niñez posando | |||
la aurora celestial no bendecía, | 30 | ||
la aurora de este día | |||
que tantos bienes para mí criaba. | |||
Si hubiera de mi cuna | |||
visto tu cara bella, | |||
desde la aurora aquella | 35 | ||
te amara el corazón. | |||
Mi alma y mis ojos a una | |||
te hubieran proclamado | |||
su único dueño amado, | |||
su norte y su razón. | 40 | ||
Una misma ciudad nos encerraba, | |||
un mismo sol su resplandor nos daba, | |||
¡y vivían extraños nuestros pechos | |||
para ser uno por los cielos hechos! | |||
¡Cuántas y cuántas veces, | 45 | ||
en los brazos ajenos recostado, | |||
en mis tiernas niñeces | |||
por tu lado, mi bien, me habrán pasado! | |||
Y no habrá palpitado | |||
mi pechito inocente | 50 | ||
que tanto y tanto amor ahora siente. | |||
Si hubiera entonces mi razón tenido, | |||
si hablar mi lengua conseguido hubiera, | |||
tu amor tan sólo mi lenguaje fuera; | |||
levantando mi tierna manecita | 55 | ||
hubiera señalado a mi Conchita | |||
diciendo que te amaba, | |||
que en ti mi dicha y mi placer cifraba. [144] | |||
De la niñez el llanto | |||
desparecido hubiera, | 60 | ||
propicio a mí riera | |||
el niño, ciego Dios. | |||
Y nosotros en tanto, | |||
para mayor fortuna, | |||
en una misma cuna | 65 | ||
viviéramos los dos. | |||
Aquellos días de niñez perdidos | |||
hoy sean por nosotros redimidos, | |||
celebremos, dichoso, de tu vida | |||
el momento más bello, oh mi querida. | 70 | ||
¿No ves, no ves cuál brinco de contento, | |||
cuál se espacia en mi pecho la alegría? | |||
Mi Conchita, mi amor, delicia mía, | |||
instante más feliz nunca he gozado, | |||
tu blanca mano al corazón me aplica, | 75 | ||
sentirás presurosos sus latidos, | |||
su agitación de mi placer indica | |||
el torrente, el gran gozo que me inunda. | |||
¡Oh!, si pudiese, mi tirana hermosa, | |||
cual un reloj deshecho, | 80 | ||
pieza por pieza descubrir mi pecho, | |||
¡cuántos amores para ti hallarías!, | |||
¡en él cuántos cariños leerías! | |||
Cada hoja de la rosa | |||
exhala un nuevo olor. | 85 | ||
Cada parte del pecho | |||
tiene escrito un amor. | |||
Mi corazón es tuyo, | |||
mi placer y mi bien, | |||
y el aire que respiro | 90 | ||
lo debo a ti también. | |||
¿Oyes el himno que las aves cantan [145] | |||
formando un celestial, divino coro, | |||
con su piar canoro? | |||
Las alabanzas son de tu hermosura, | 95 | ||
elogios son debidos a tus gracias | |||
y a tus dotes, de tu alma a la ternura. | |||
¿Los oyes, oh Conchita? Pues uniendo | |||
con ellas la voz mía, | |||
mil años te deseo, mil placeres, | 100 | ||
una eterna ventura y alegría. | |||
Siempre fresca y lozana | |||
existas cual la flor de la mañana. | |||
Del amor en los brazos, | |||
al año venidero | 105 | ||
nos ría placentera | |||
aqueste mismo sol. | |||
Yo goce tus abrazos, | |||
tú en juventud eterna | |||
vivas siempre más tierna | 110 | ||
que el bello girasol. | |||
La Mañana | |||
¿Y no despiertas, mi Celina amada, | |||
al himno universal con que a la aurora | |||
saludos da la tórtola canora, | |||
el céfiro, la fuente y la cascada? | |||
Deja el lecho, fugaces se deslizan | 5 | ||
las horas del placer que amor señala, | |||
y el vaho del vivir veloz se exhala | |||
sin nunca ya tornar después de huirse. | |||
¿No ves ardiente al céfiro besando [146] | |||
con su soplillo blando | 10 | ||
los hermosos cogollos de los sauces, | |||
y su librea nacarada, hermosa, | |||
la simple mariposa | |||
al aire poco a poco desplegando? | |||
¿Oyes la abeja con su dulce trompa | 15 | ||
que, enantes que la flor su broche rompa, | |||
con continuo vagar la ronda alegre, | |||
y robando su esencia más preciosa | |||
la lleva a su panal y allí reposa? | |||
Todo ser en acción sus miembros pone | 20 | ||
adorando la luz del claro día, | |||
ponlos, pues, tú también, pastora mía, | |||
y embellezcan tus ojos la mañana. | |||
Mira el vivo matiz que los tapetes | |||
de flores engalana, | 25 | ||
el rico tulipán su cerco hermoso | |||
abriendo vanidoso, | |||
y el nevado jazmín entre sus ramas | |||
de verde desmayado reluciendo | |||
y su aroma subido despidiendo. | 30 | ||
¡Qué olor tan bello la nariz regala! | |||
Ya la azucena, afrenta de la plata, | |||
copos de nieve al vivo nos retrata, | |||
y sobre el tallo tierno | |||
se mece con los besos que en sus hojas | 35 | ||
imprime el cefirillo. | |||
Con noble majestad sus frentes rojas | |||
levantan a los cielos los claveles, | |||
y el ambiente embalsaman | |||
perfumando los campos y vergeles. | 40 | ||
¿No ves, no ves la reina de las flores, | |||
de Gnido gloria, la purpúrea rosa | |||
rodeada de amores, [147] | |||
que codician su olor para una hermosa? | |||
Ella dio su color cuando natura | 45 | ||
tiñó tus labios con su grana pura. | |||
Dale un beso no más, que bien merece | |||
su belleza besar tu dulce boca | |||
y, entre las gracias que el amor convoca, | |||
la primera beber tu hermoso aliento. | 50 | ||
Dale un beso no más, y luego el cielo | |||
de su existencia doblará los soles, | |||
y esta parte de ti su firme apoyo | |||
y su escudo será, y el cierzo leve, | |||
que travieso y fugaz sus hojas mueve, | 55 | ||
humilde encogerá sus tiernas alas | |||
el sol ardiendo sin ajar sus galas. | |||
Brota el agua del centro de una roca | |||
y a otra roca enyedrada se despeña, | |||
y así, de peña en peña, | 60 | ||
saltando va espumosa a la enramada. | |||
Bajar la escucha la dormida fuente, | |||
y sus caños de plata desatando, | |||
desliza retratando | |||
cuanto encuentra al pasar en su corriente. | 65 | ||
Su espejo fiel, purísimo convida | |||
y brinda al labio sus cristales bellos, | |||
y, mirándose en ellos, | |||
las zagalas sus gracias aderezan | |||
con una flor que cortan por su mano, | 70 | ||
con un rizo que tienden por su frente, | |||
y entre el mirto escondidos sus amantes | |||
una dulce emoción su pecho siente. | |||
¿De do tan bella, celestial mañana, | |||
abriendo vienes a la luz las puertas? | 75 | ||
¿De do tanto placer tu dedo mana, | |||
belleza tanta y esplendor tan puro? [148] | |||
Yo te amo, que probando está mi pecho | |||
mil dulces sentimientos y recuerdos. | |||
¿Y pudo haber un día | 80 | ||
en que, sumido entre letargo y sueño, | |||
mis sentidos negase a los placeres, | |||
a la viva expresión y gratas ansias, | |||
que imprimen tus bellezas en los seres? | |||
Salve, salve, del día primavera, | 85 | ||
dulce imán que despiertas las pasiones | |||
y, encendiendo de amor los corazones, | |||
tal los derrites cual al fuego cera; | |||
mil veces salve, eternas horas vive, | |||
y de mi amor la admiración recibe. | 90 | ||
¿Y tardas, oh Celina? ¿Y embotada | |||
tu mente por el sueño no contempla | |||
la soberbia llegada | |||
del rubicundo sol del mar saliendo? | |||
¡Qué ráfagas preceden a su vista! | 95 | ||
¡Qué desgarrada lista | |||
de colores se esparce por el éter! | |||
¡Cuál huyen las tinieblas, apremiadas | |||
unas de otras, y en humo desparecen! | |||
Cantad, alondras, que su imagen veo, | 100 | ||
a una hostia símil de centellas llena, | |||
purísima y serena, | |||
subir la esfera con su luz ardiendo. | |||
¡Qué tren, qué gala tan soberbia ostenta! | |||
Los próceres se doblen humillados, | 105 | ||
suenen los ríos, suene la cascada, | |||
y en debida oblación de su llegada | |||
sus perfumes destilen estos prados. | |||
¿Qué la vista admirar en tanto objeto | |||
que de golpe se ofrece por do quiera? | 110 | ||
Este hervor general, este secreto [149] | |||
bullir del alma, y el delirio ciego | |||
que, inflamado de fuego, | |||
en gozo universal enciende el pecho, | |||
el labio anudan y de pasmo llenan; | 115 | ||
y desde el cedro más altivo y bello | |||
hasta la humilde y despreciable malva, | |||
con su mecer continuo le hacen salva | |||
adorando el influjo que los cría; | |||
y de la garza que los cielos toca | 120 | ||
hasta la torpe boca | |||
del grillo, despacible le saluda. | |||
¿Y sólo el hombre desconoce el precio | |||
de la incesante luz, del aura hermosa, | |||
que respira la aurora deliciosa? | 125 | ||
Mísero aquél que, el corazón loando | |||
a la expresión del vivo sentimiento, | |||
nunca probó el placer ardiente y puro | |||
que pruebo este momento. | |||
Su alma inflexible y cual la nieve fría, | 130 | ||
el llanto hermoso, el llanto de ternura | |||
jamás probó, que el hijo de natura | |||
sensible prueba al vislumbrar el día. | |||
Tú que sabes amar, tú, cuyo pecho | |||
de cera fácil hecho, | 135 | ||
de placer en placer llevar se deja | |||
cual del prado al vergel la hermosa abeja, | |||
sal al campo, que vuela la mañana, | |||
y mil flores se agostan y mil rosas. | |||
Vendrá la tarde y llegará tras ella | 140 | ||
los campos a enerar la noche triste. | |||
¡Ay!, que su imagen bella | |||
no es la imagen risueña de la aurora | |||
que afectos acalora | |||
y la copa nos brinda de delicias. [150] | 145 | ||
Y pasarán; y nunca ya tornando, | |||
y este día a otro día eslabonando, | |||
compondrán la cadena | |||
que el fuerte brazo romperá del hado, | |||
término a que la suerte nos condena. | 150 |
La Guerra |
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