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Ibídem.

 

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Ibídem.

 

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Ibídem.

 

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Ibídem.

 

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En este trabajo la colocación de las cartas, telegramas y presupuestos se indicarán con la sigla ASAC (Archivo Storico delle Arti Contemporanee), seguido de la sigla S. N. P. (Scatole Nere Padiglioni), con el número 15 (Sección Española). Las fotos se indicarán de la misma manera pero con la inclusión de la palabra apéndice (Appendice 2) antes del número

 

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Antonio Flórez Urdapilleta, terminada su carrera universitaria en la Escuela de Arquitectura de Madrid, fue becado por la Academia de España en Roma y en el año 1910 regresa a Madrid, después de haber permanecido en Italia y en Austria varios años. Como todos los arquitectos becados por la Academia Española de Roma, cuando regresa ingresa automáticamente como profesor auxiliar en la Escuela de Arquitectura de Madrid y, más tarde, es nombrado profesor numerario de la cátedra de «Copia de Elementos Ornamentales, llamada en argot estudiantil 'Cachos'». Poco después obtiene el primer premio en el concurso de la escuela «Froebel», para Pontevedra y, algunos meses después es nombrado Arquitecto conservador del Teatro Real de Madrid. Simultáneamente ingresa como arquitecto escolar en la Dirección General de Primera Enseñanza del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. Puede decirse que desde ese momento hasta 1936 sus actividades se concretan en tres ramas de la arquitectura: a) labor docente; b) arquitectura escolar, ocupa desde 1920 el cargo de jefe de la Oficina Técnica de Construcción de Escuelas; e) restaurador y conservador en el Teatro real de Madrid. No le interesó nunca el ejercicio privado de la profesión, pero no obstante realizó algunos proyectos arquitectónicos. En las tres ramas a que se dedicó en los mejores años de su vida dejó una inmensa labor. Por las investigaciones que he realizado sobre su obra, puedo calificarlo como un hombre de espíritu inquieto, dotado maravillosamente para todas las manifestaciones artísticas: la pintura, la música, la escultura, con mano fácil y segura como arquitecto. Cfr. GINER DE LOS RÍOS, Bernardo, 50 Años de Arquitectura Española II, Madrid, Adir Editores, 1980, pp. 69-76.

 

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Javier de Luque López, en algunos textos figura como Javier Luque López, hijo del arquitecto sevillano homónimo, nació en 1871 y falleció en el año 1935, se graduó de arquitecto en el año 1899. Fue profesor de ingenieros en Bilbao y catedrático de construcción en Madrid, gana en 1906, en sociedad con Julio Apraiz, el concurso para levantar la neogótica Catedral de Vitoria, iniciada en 1907 y terminada en 1914, y en calidad de funcionario del Ministerio de Instrucción, se encargó de gran cantidad de pequeños y grandes trabajos oficiales, que culminaron con su participación a partir de 1924 en las obras de la nueva sede del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes y de la Presidencia del Consejo de Ministros en la calle Alcalá, obra pragmática, cuyo proyecto inicial, realizado por Velázquez, fue aprobado en 1917, y el definitivo de Luque López en 1924. Entre otras obras podemos citar el Instituto Geológico de Madrid, iniciado en 1920 y concluido en 1923, y del Instituto Cajal de Biología, junto al Observatorio Astronómico en Madrid, comenzando en 1924 y concluido en 1927. Se le encarga en el año 1925 el proyecto de un hospital para la Facultad de Medicina en los terrenos de la Moncloa. En 1927, es uno de los más firmes rivales del arquitecto López Otero como posible director del proyecto de la Ciudad Universitaria, para la cual llegó a trazar incluso un anteproyecto con el que polemizó oficialmente. Referente a este tema, en el año 1931, el arquitecto Luque López, publicó un opúsculo titulado «Ciudad Universitaria de Madrid». Pero la obra arquitectónica más conocida es la que proyectó en sociedad con el arquitecto José Espelius Anduaga, para la sede del Ministerio de Marina, en el Paseo del Prado. Cfr. ALONSO PEREIRA, José Ramón, Madrid 1989-1931 de Corte a Metrópoli, Madrid, Secretaría General Técnica de la Consejería de Cultura y Deporte, de la Comunidad de Madrid, 1985, pp. 135-136.

 

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La costumbre de la gestión de Fradeletto, consistente en financiar la construcción de los pabellones por parte de la municipalidad, es un lejano recuerdo.

 

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Joaquín Vaquero Palacios, nació en Oviedo en el año 1900, ejercitó la profesión de arquitecto sólo en la década de 1940, anteriormente trabajó como decorador y pintor. Después de su participación en una exposición organizada en su ciudad natal, en el año 1919, Vaquero Palacios se trasladó a Madrid.

En 1927 obtuvo el título de arquitecto en la Escuela de Arquitectura de Madrid. Entre los años 1923 y 1925 siendo aún estudiante trabajó como responsable del Estudio de Decoración de la Empresa Waring y Guillow, interviniendo en los trabajos de decoración del Palacio Real y del Palacio de Liria. En el año 1927 realiza una exposición de sus propios cuadros en París y al año siguiente en Nueva York, y Washington, realizando telones escenográficos para la First National Pictures. Participó junto a Luis Moya en el concurso internacional para el monumento-faro a Cristóbal Colón en la República Dominicana, en esta ocasión obtuvo el tercer premio, lo que dio lugar a polémicas intervenciones por parte de los autores contra el dictamen del jurado. De regreso a España, en el año 1929 participó en la Exposición Nacional de Barcelona, y en el año 1930, recibe la medalla de oro de arquitectura en la Exposición Nacional de Madrid. Hasta 1940, año en que participa en la Bienal de Venecia, Vaquero Palacios expone con regularidad, en su patria y en el extranjero. En el año 1950 se trasladó a Roma, en donde permaneció 15 años, participando en numerosas exposiciones y manifestaciones artísticas; entre estas, estuvo presente en las exposiciones venecianas de 1952, 1954 y 1956. Vuelto a España en el año 1971, se establece definitivamente con su taller en Segovia. Cfr. MULAZZANI, Marco, I Padiglioni della Biennale. Venezia 1887-1988, Milano, Electa, 1988, pp. 62-63.

 

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Madrid, Taurus, 1973.