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ArribaAbajo ¿Qué paso sigue después del papel en blanco?


Ricardo Gómez



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¿Qué paso sigue después del papel en blanco?
Cuando esa ventana se abre y exige,
Exige un paisaje en la pluma para llenar su marco,
Exige viento, colores, pájaro, cantos,
Exige amantes a lado y lado de sus caras,
¿Exige mucho, exige poco?, no sé,
Lo que sí sé es que me pide desnudo
Me pide dispuesto y abierto
Más que una ventana pareciera un espejo
Cómplice implacable que no está dispuesto a transigir
Me exige que ría, me exige que llore,
Que sangre, grite o me acongoje
Me pide una cara, para dibujar en su caballete
Y unos pinceles precisos, fieles
Pero no fieles como uno de pide a una novia que sea fiel, no,
Fieles como los equipos de sonido y todas esas cosas
Abstractas que se supone que son el mundo real
Esa gran metáfora.


9

Cuando a uno le hablan del paraíso se lo pintan de colores.
Hay angelitos y hay querubines, también hay santos.
Y -por dios, qué blasfemia!- no hay putas.
Cuando a uno le hablan del paraíso, lo hacen los curas
y lo hacen poniendo un acento muy marcado en la miel
con la que saben endulzar la mierda que hacen comer a gran
des y
chicos.
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Pero, sabes qué,
yo no sé si paraíso, infierno o qué
pero el lugar al que fui no es como lo describen los curas,
cristianos y paganos,
vaya que hay putas y vaya que no hay angelitos,
es un paraíso en blanco y negro,
o colores si tienes con qué pagar tu subscripción
al servidor de cable más cercano.
Por eso yo no creo en paraísos,
y mucho menos en santos, querubines y calles sin putas.
El gris es gris aquí y en Cafarnaum
y ni los que pintaron Lo que el viento se llevó
le pueden pintar la cara a la miseria.
Sabes, cuando alguien me regaló un reloj
recortado de Cosmopolitan
creí que era una broma, y reí.
Pero cuando le vi la cara a Dios no me reí en absoluto,
tal vez él sí, no sé.
Lo curioso en esta «Divina Comedia» no son las respuestas,
¿Quién hace la broma?
¿Quién ríe al final del show?
Cuando uno mira el show
desde alguna sucia butaca
no sabe a ciencia cierta cuál es su papel
porque es una comedia en la que todos, tarde o temprano,
tenemos algún rol.
Y para reír sabemos lo que la vida nos ha enseñado.
En mi tierra, tierra de masacres y fosas comunes,
sabemos que el último será el primero.
Y de eso sí que sé yo.