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José Bergamín, «Ahora que me acuerdo», Entregas de la Licorne, n.1-2, 1953, p. 63.

 

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«Reproducimos este poema de José Bergamín, publicado en la revista Índice, de Madrid, porque pensamos que la América Española también se lo merece. Sólo cuando Bergamín se fue de Uruguay a Francia se consumó su destierro total, pues se desterró de su lengua. Creemos, con todo, que esta lengua todavía tiene oídos que saben escuchar a quien mejor la habla» (Entregas de la Licorne, n. 11, 1958, p. 60).

 

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«Moralidad y misterio de Don Juan» ha sido publicado, con una nota introductoria mía, en Tirso de Molina, immagine e rappresentazione, Esi, Napoli, 1991 (Actas del Segundo Coloquio Internacional Tirso de Molina, Salerno, mayo de 1989).

 

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Ahora en el libro del mismo título, Taurus, Madrid, 1980, que incluye también «Rojas, mensajero del infierno» (con el título «Rojas, releyendo la Celestina») y tres capítulos más sobre Sade, Byron y Nietzsche.

 

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Ramón Gaya, art. cit., p. 212.

 

196

Guido Castillo, «La pintura y la enseñanza del maestro Joaquín Torres García», El Removedor, n. 27, 1950, p. 8. Torres García había vivido en España y Francia entre 1892 y 1934, y probablemente ya entonces había conocido a Bergamín; entre el 33 y el 34 se había establecido en Madrid, frecuentando a García Lorca, Moreno Villa, Manuel Altolaguirre y al escultor Alberto (Cfr. J. Torres García, Historia de mi vida, Montevideo, 1939, pp. 293-300).

 

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Sarandy Cabrera, que había sido uno de los fundadores de El Removedor y principal colaborador de Guido Castillo, en Marcha, «Revista de Revistas», n. 564, 16-2-1951, p. 15, reseña duramente este artículo: «Abre el número un escrito de Bergamín titulado ‘Entre sombras anda el fuego: la triple llama’, donde el autor se entrega a una serie de contradictorias o paradojales reflexiones sobre Torres García y su pintura, sin abandonar el clima poético de las palabras, compuestas y recompuestas en distinto orden, y los conceptos iluminados contra el sesgo habitual de los lugares comunes, habilidad en que es tan ducho Bergamín».

 

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También esta revista viene reseñada en las páginas de Marcha (n. 630, 11-7-1952, p. 15), esta vez por José Enrique Etcheverry, que dedica a los poemas de Bergamín dos líneas bastante neutrales: «‘Dos Nocturnos’ de José Bergamín muestran al escritor español menos absorto en los juegos verbales que dominaron su última producción lírica conocida».

 

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Están todos ausentes tanto de «100 autores del Uruguay», Capítulo Oriental, Buenos Aires, n. 45, 1969, como del Diccionario de literatura uruguaya, Arca, Montevideo, 1987. Pablo Rocca, en la ficha para el Diccionario cit., III, afirma que «los colaboradores proceden de la Facultad, profesores y alumnos, en número similar» (p. 343).

 

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Dirigido por Carlos Quijano, discípulo de Rodó, permaneció fiel, no obstante una moderna ‘flexibilidad ideológica’, a algunos principios inamovibles: tercermundismo (antiimperialismo y anticomunismo), socialismo nacional y humanista, firme rechazo a todo tipo de dictadura. Cfr. Pablo Rocca, 35 años en Marcha, Montevideo, División Cultura de la Intendencia Municipal de Montevideo, 1992.