21
Desquietud sólo aparece una única vez en I
N., 2, 4: «Muchos quieren proceder y privar con los
confesores, y de aquí les nacen mil envidias y
desquietudes»
.
22
Sin entrar ahora en el problema semántico de este tipo de antónimos, baste señalar que la mayoría de los autores coincide en adscribirles, de modo genérico, un significado negador del contenido de los términos no derivados. Así Guilbert, «Art. cit.», Warczik, «Art. cit.» o Lyons, op. cit., especialmente p. 258.
23
Menguar y
resfriar aparecen oponiéndose a crecer en
un mismo contexto, en que de nuevo resalta la acción de los
contrarios: «Pero cuando el tal
amor nace del dicho vicio sensual, tiene los efectos
contrarios, porque cuanto más crece lo uno
tanto más mengua lo otro y la memoria juntamente;
porque si crece aquel amor, luego verá que se va
resfriando en el de Dios y olvidándose de él
con aquella memoria y algún remordimiento en la conciencia,
y, por el contrario, si crece el amor de Dios en el alma,
se va resfriando en el otro y olvidándole; porque,
como son contrarios amores, no sólo no se ayuda el
uno al otro, mas antes el que predomina apaga y confunde al otro y
se fortalece en sí mismo, como dicen los
filósofos»
(I Noche, 4, 7).
24
«En la purgación de los cuales la
diferencia que hay a estotra es la que de la raíz a la rama,
o sacar una mancha fresca a una muy asentada o
vieja»
(II Noche, 2, 1).
25
Natural
forma parte de antítesis en la que el término opuesto
es el antónimo morfológico sobrenatural:
«Estas naturales potencias no
tienen ni pureza, ni fuerza ni caudal para poder recibir y gustar
las cosas sobrenaturales al modo de ellas, que es
divino, sino sólo al suyo que es humano y
bajo»
(II Noche, 16, 4)
26
Puede consultarse nuestro trabajo El símbolo de la Noche en San Juan de la Cruz. Estudio léxico-semántico. Salamanca, Publicaciones de la Universidad, 1982.
27
II Noche, 9, 2.
28
I Noche, 4, 8.
29
II Noche, 9, 5.
30
II Noche, 14, 3.