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211

Esta conjugación es análoga a la de los verbos italianos finire, riverire, etc.

 

212

En latín era desconocido el ante-presente: cantavi significa a la vez canté y he cantado.

 

213

La misma identificación del presente con el futuro, de la co-existencia con la posterioridad, se observa en el subjuntivo latino, y creo que en el de todas las lenguas romances.

 

214

[«segundo» en el original. (N. del E.)]

 

215

No hay en latín, en francés ni en italiano, forma alguna de verbo que corresponda exclusivamente a nuestro modo hipotético.

 

216

Es falsísima la idea que han dado de nuestro subjuntivo casi todas las gramáticas castellanas llamando a cante, presente, a cantare, futuro, y considerando por tanto la forma compuesta haya cantado como un pretérito perfecto, es decir, como un puro pretérito, y la forma hubiere cantado, como un futuro perfecto, esto es, como un mero ante-futuro. Cante y cantare son presentes y futuros; haya cantado y hubiere cantado, ante-presentes y ante-futuros; en el subjuntivo, sea común o hipotético, no se hace diferencia entre la relación de co-existencia y la de posterioridad, por lo que toca a su expresión gramatical, y éste es un principio en que conviene el castellano con el latín y con los otros dialectos romances, y aun con lenguas de muy diverso tipo, como es la inglesa. Aplicando este principio a mi nomenclatura, podemos formularlo diciendo que en el subjuntivo, Presente=Futuro, Co=pos.

Atendiendo a la mera forma material y exterior de la conjugación, he llamado a cante, presente, a cantase o cantara, pretérito, a cantare, futuro, etc.; denominaciones abreviadas, que no formulan completamente el verdadero significado de los tiempos.

 

217

Este uso secundario del indicativo no es de la lengua castellana sola, sino de todos los dialectos romances y del idioma inglés.

 

218


«Yo, señora, una hija bella
Tuve... ¡qué bien tuve he dicho!
Que aunque vive no la tengo,
Pues sin morir la he perdido».


(Calderón)                



«Filium unicum adolescentulum
Habeo... ¡Ah! ¿Quid dixi habere me? Immo habui».


(Terent.)                


 

219

Obsérvese el pleonasmo del que.

 

220

Si se quiere resucitar este antiguo ante-co-pretérito, consérvesele a lo menos el carácter de tal, que es el que tiene en este ejemplo de Mariana: «Los de Gaeta, con una salida que hicieron, ganaron los reales de los aragoneses, y saquearon el bagaje, que era muy rico, por estar allí las recámaras de los príncipes; las compañías que quedaran allí de guarnición fueron presas»; quedaran por habían quedado. No se imite la arbitrariedad licenciosa con que Meléndez desfiguró su significado, como se ve en los pasajes que voy a copiar:


«Astrea lo ordenó, mi alegre frente
De torvo ceño oscureció inclemente,
Y de lúgubres ropas me vistiera».



Debió decir vistió. Se puso vistiera porque proporcionaba un final de verso y una rima fácil.


«¿Qué se hiciera de tus timbres?
¿De la sangre derramada
De tus valerosos hijos,
Cuál fruto, dime, sacaras?».



Debió decirse se ha hecho, has sacado, o por el latinismo de que hablábamos poco ha se hizo, sacaste.


«Un tiempo fue cuando apenas
En lo interior de su casa,
Como deidad, la matrona
A sus deudos se mostrara».



¿Quién no percibe que la forma imperiosamente demandada por el sentido es mostraba?