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301

Vemos separados los dos elementos de sino en algunas expresiones proverbiales como en ayunas si de pecar no, que traen Cervantes y otros. Antiguamente era de mucho más uso esta separación, como se ve en los ejemplos siguientes del Amadís: «Después de Dios otro reparo si el suyo» (de Amadís) «no tenían»; «Hale tanto menester» (a Amadís Urganda la desconocida) «que si por él no, por otro ninguno puede cobrar lo que mucho desea».

 

302

Yo miraba esta locución como un reprensible italianismo de Cervantes; pero encuéntrase en obras anteriores al Quijote, y en que no es presumible la afectación del modismo italiano e poi: «Crecería vuestro provecho dándoos el uno al otro la mano; y pues, sabe que es menester que ames, si quieres ser amado» (La Celestina). «Mire Vuestra Excelencia que este negocio toca a la Virgen nuestra señora, que ha menester su orden. Y pues, muchos y muchas entraran en ella, si pudieran estar sujetos a quien», etc. (Santa Teresa).

 

303

Guillermo Budé en sus Comentarios sobre la lengua griega, citado por el Brocense.

 

304

Debo advertir que varios lugares del texto están redactados en el concepto de que se escribe i por y, j por g; por ejemplo, al hablar de los plurales de los nombres en i precedidos de vocal (números 109, 499), de la terminación femenina de los adjetivos (número 143), del género de los sustantivos en i (número 174), y finalmente en la ordenación de algunas listas (número 171, capítulo I). Sólo en lo último he hecho alteración.

 

305

No resisto a la tentación de copiar las siguientes palabras de N. Winkler en su obra Nomen, Verb und Satz: «Estoy también muy distante de admitir que en el pensamiento deban existir realmente y como tales las categorías de sujeto, objeto y predicado; pues constantemente y a cada paso tropiezo con fenómenos lingüísticos que están en insoluble contradicción con tal idea, y que me demuestran que dichas categorías no pertenecen a las leyes inmanentes del pensamiento, sino que se han constituido por una mera abstracción» (p. 117, Berlín, 1887).

 

306

Con la letra R. designo en las citas la Biblioteca de autores españoles publicada por don Manuel Rivadeneira. Hago las referencias a ella por la facilidad con que puede consultarse en cualquier parte; pero en obsequio de la juventud estudiosa debo advertir que poquísimos tomos de ella merecen confianza para investigaciones filológicas. Para esto es menester, en cuanto sea posible, acudir a las ediciones originales, o a lo menos a las no muy distantes de ellas.

 

307

En R. 40, 2261 (lo mismo que en la edición de Sevilla, 1539, fol. 1681) se halla cubriese y no se cubriese, como trae el primer ejemplo del Amadís, copiado en el número 748. El pasaje de Coloma, número 1041, se lee con la preposición a, deudores de a quien, en R. 28, 452; pero en la edición de Amberes, 1625, p. 121, se halla como lo trae Bello; de modo que en casos como éstos puede haber variedad en las ediciones. Otro ejemplo: R. 28, 2661 trae «pacífico el color de sus adornos y plumas», lo cual desharía el reparo del Autor sobre la repetición del artículo en «pacífico el color de los adornos y las plumas» (número 845); pero ésta es la lección de las ediciones primeras, y para hablar con justicia, el texto de Solís en la Biblioteca de Rivadeneira es defectuosísimo.

 

308

Sobre la Canción a las ruinas de Itálica véase Memorias de la Academia Española, I, p. 175 y ss.; sobre la Epístola moral, Revue hispanique, VII, pp. 248-50; sobre el Lazarillo, Morel-Fatio, Études sur l'Espagne, I, pp. 111 y ss. París, 1895.

 

309

Dejamos sin acento asimismo en esta edición ateniéndonos a la ortografía académica, que coincide en este caso con la de Bello. Es caso distinto el de cortésmente, etc., porque en asimismo el adverbio así pierde su propio acento. (Comisión Editora. Caracas)

 

310

Acentuamos fué, rió, dió, fuí en esta edición, ateniéndonos al criterio académico, y no al de Cuervo. La idea de la Academia es sin duda mantener el acento en todos los pretéritos, monosílabos o polisilábicos. (Comisión Editora. Caracas)