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361

Es fuera de toda duda que en latín no se dijo ittur, pugnatur, itum est, pugnatum est, sino por analogía con dicitur, traditur, dictum est, traditum est, es decir, que la pasiva impersonal de los intransitivos es posterior a la pasiva de los transitivos; siendo esto así, la explicación de Prisciano sería mera conjetura gramatical, como la de nuestro Autor, pero no probanza que sirviese de base para una doctrina científica. Véase Gramática, número 1116, nota.

 

362

Nebrija hace de este participio una parte de la oración separada, «por la manera de significar que tiene muy distinta» de las otras, y la llama «nombre participial infinito: nombre, porque significa substancia y no tiene tiempos; participial, porque es semejante al participio del tiempo pasada; infinito, porque no tiene géneros, ni números, ni casos, ni personas determinadas».

 

363

Véase Rönsch, Itala und Vulgata, p. 432. He aquí ejemplos de la edad media española: «Sacpissime vero accedit, ut orando sive psallendo, ignitum vehementer eloquium Dei sentiens, repente totus ignescat» (Herberto, año 1178, Esp. Sagr., 16, 418). «Et si isti populatores invenerint aliquem hominem in suo horto aut in sua vinea faciendo ei damnum...» (Fueros de San Vicente de Sosierra, año 1172. Llorente, Prov. Vasc., 4, 207). «Iste habuit guerram cum cognato suo Rege Magno Fernando, et intefectus est ab illo in Tamara preliando» (Epitafio de Vermudo III, año 1037, Esp. Sagr., 14, 476). «Fortunio, sciendum quod in Concilio deliberatum fuit de meo dato judicio confirmat» (Escritura del año 878, Esp. Sagr., 16, 426).

 

364

Véanse más ejemplos en Freund, WB, s. v. in, I, B. d; Hand, Tursellinus, s. v. in, II, 6; cf. ib. I, 43.

 

365

Ejemplos: Siglo XV: «En yendo por el camino adelante vino a la gente un gentil ome inglés» (Crónica de Pedro Niño, pág. 159). «Mandolo matar su muy amado e muy obedescido señor el Rey, el cual en lo mandando matar, se puede con verdad decir se mató a sí mismo» (Crónica de don Álvaro de Luna, tít. 128). «Dixeles en respondiendo» (Marqués de Santillana, Obras, pág. 366). Siglo XIV: «Aunque faga el viento en buscando, no les empece» (Libro de la Montería, I, 7). «Dale allí grandes voces en andando en derredor dél» (López de Ayala, Libro de la caza de las aves, 8). «Cualquier que matare a otro, aunque lo mate en pelea, que muera por ello, salvo si lo matare en defendiéndose» (Ordenamiento de Alcalá, 22, 2). Siglo XIII: «Si oviere el rey fijos de ganancia, aquel quel matare e guerra o en defendiéndose, es tanto como si matare al mayor rico ome del regno» (Espéculo, 2, 4, 7). Omito citar más ejemplos de otros códigos de esta época, por haberlo hecho copiosamente don León Galindo y de Vera en su Memoria sobre el progreso y vicisitudes del idioma castellano en nuestros códigos legales, Madrid, 1863.

 

366

Consúltense las Introducciones de Antonio de Lebrija, lib. IV, cap. IX.

 

367

Véanse mis Apuntaciones críticas, § 336.

 

368

En la explicación de este caso me he apartado un poco del señor Caro, y además he tenido presente la doctrina del docto literato mexicano don Rafael Ángel de la Peña en su luminoso y erudito Tratado del Gerundio (México, 1889).

 

369

También es de uso corriente el gerundio sin el enclítico se en frases que se emplean para señalar la situación de las cosas: «Llegué con Quillarte, mi criado, a un lugar que se llama Acquapendente, que viniendo de Roma a Florencia, es el último que tiene el Papa» (Cervantes, La española inglesa). Véanse mis Apuntaciones críticas, § 298.

 

370

En la expresión longa positione la última palabra es traducción del griego imagen, que no significa aquí posición, colocación, sino postura (como decían nuestros antiguos) o convenio; las sílabas a que se refiere son, pues, convencional y no naturalmente largas. La mala inteligencia de este término, como de otros muchos del lenguaje gramatical, ha dado margen a graves errores (Véase Seelmann, Die Aussprache des Latein nach physiologisch-historischen Grundsaetzen, Heilbronn, 1885, página 107).

Es oportuno recordar aquí que con el asterisco antepuesto a una forma se da a entender que es hipotética, o sea que su existencia se colige por inducción, y no porque se encuentre comprobada en los monumentos literarios.