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Grupo de los Cien: no sólo se mata a la ballena a arponazos

(Desplegado)

Homero Aridjis





La ballena gris alumbra a sus ballenatos en la laguna de San Ignacio. ¿Su enemiga?: La corporación japonesa Mitsubishi



El gobierno de México y las Naciones Unidas han reconocido a la Reserva de la Biosfera Desierto del Vizcaíno, el área protegida más grande de América Latina, como uno de los lugares más preciosos de la Tierra.

Este hecho no ha impedido a la Mitsubishi de Japón y al gobierno mexicano planear una infraestructura industrial para producir siete millones de toneladas más de sal marina al año en la reserva.

¿Cuáles serán sus víctimas incidentales? Criaturas al borde de la extinción: el halcón peregrino, el berrendo peninsular, la tortuga marina y la ballena gris, cuya recuperación como especie ha sido una de las más espectaculares del siglo XX.




Uno de los grandes éxitos ambientales del mundo... en peligro otra vez

La ballena gris emigra cada año de Alaska a las cálidas lagunas saladas de Baja California Sur, protegidas por México desde 1972. En ellas, sin ser perturbada, se aparea y alumbra a sus ballenatos. Con tanta fortuna, la ballena gris fue sacada el año pasado de la Lista de Especies en Peligro de Extinción.

De pronto, la amenaza a su existencia ha vuelto.

La Exportadora de Sal, S. A., copropiedad de la multinacional Mitsubishi y del gobierno de México, además de la salinera que ya tiene en laguna Ojo de Liebre, intenta realizar un proyecto de expansión en la Reserva de la Biosfera Desierto del Vizcaíno, que impactará 212.319 hectáreas.

Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, laguna de San Ignacio es el lugar de crianza más prístino de la ballena gris.

Pero ¿qué le pasará a este santuario una vez que comiencen las operaciones de la Exportadora de Sal?, entre cuyos planes están los siguientes:

  1. Sacar el agua de la laguna las 24 horas del día mediante dos estaciones de bombeo con capacidad para extraer 30.000 litros por segundo hacia los vasos de concentración/evaporación, unos 462 millones de toneladas métricas cada año. Esto afectará la salinidad y la temperatura del agua necesarias para las ballenas.
  2. Construir un muelle de dos kilómetros de largo justo en la ruta migratoria de las ballenas hacia la laguna.
  3. Embarcar sal y transportar combustible diésel, aumentando considerablemente las posibilidades de contaminación. En Guerrero Negro, otra laguna donde opera ESSA y que fue frecuentada por las ballenas, desde hace dos años no se ha visto ninguna debido a los cambios provocados por las actividades de la empresa.

También peligra el apoyo financiero del Banco Mundial para administrar la Reserva de la Biosfera Desierto del Vizcaíno, otorgado con base en el «Programa Operativo Anual, 1995», preparado por el Instituto Nacional de Ecología (INE), el cual omite mencionar los 120 millones de dólares que invertirá ESSA en su proyecto «Salitrales de San Ignacio».




Se trata de un refugio natural de importancia mundial, no de una tierra baldía industrial

A la reserva de la biosfera más grande de América Latina, la compañía salinera la considera «terreno inerte» y pretende pasar por alto los daños permanentes que su proyecto le ocasionará a la zona de San Ignacio. De hecho, en las 465 páginas de su Estudio de Impacto Ambiental, ESSA sólo dedica 23 líneas a la ballena gris.

No fue ninguna sorpresa que el Instituto Nacional de Ecología, basándose en argumentos legales y científicos, haya rechazado el estudio.

Ahora el INE debe defender su dictamen de la presión del secretario de Comercio y del gobernador de Baja California Sur, a quienes parece no importarles que el proyecto de la Mistubishi se realice en una reserva de la biosfera protegida por las leyes ambientales del país, y en violación de éstas.

Por los millones de dólares que están en juego, el gobierno, poseedor de 51% de ESSA, ha impugnado la decisión de su propio brazo ambiental y ha presentado un recurso de inconformidad contra el INE.

No se trata aquí de oponer a la naturaleza contra el empleo. El desarrollo equilibrado de la reserva contempla las necesidades de subsistencia de las gentes que en ella habitan, las cuales viven de la pesca y el ecoturismo.

Las operaciones de la salinera han creado una economía falsa: recintos alambrados para el staff de la Mitsubishi y condiciones de pobreza para los trabajadores mexicanos, como se puede observar en el pueblo de Guerrero Negro.




Esta es la primera prueba para las leyes ambientales mexicanas después del TLC y el colapso del peso

El Tratado de Libre Comercio despertó muchas preocupaciones de orden ambiental en México, Estados Unidos y Canadá. Ahora vemos que estas preocupaciones estaban justificadas.

La ballena gris pasa el verano en aguas de Canadá y Estados Unidos. Si el gobierno mexicano arruina su hábitat invernal, las repercusiones se sentirán en toda la región del TLC.

El Grupo de los Cien está muy preocupado por las consecuencias humanas y naturales de la crisis económica mexicana.

En tiempos de crisis, el medio ambiente es fuertemente agredido porque los políticos y los tecnócratas miopes se apresuran a sacrificar ecología por cash. México ya ha pagado el precio de este tipo de conducta muchas veces antes. El patrimonio se pierde sin que se paguen las deudas.

Únase a nosotros en este acto de solidaridad con la naturaleza. Escriba al presidente de la República para protestar por esta venta del patrimonio natural de usted y de sus hijos:

Dr. Ernesto Zedillo Ponce de León,

Residencia Oficial de los Pinos,

Col. San Miguel Chapultepec,

Del. Miguel Hidalgo, México, D. F., 11850.



Firman, entre otros: Homero Aridjis, Octavio Paz, sir James Goldsmith, Carlos Fuentes, Allen Ginsberg, Margaret Atwood, Günter Grass, Lester Brown, Yves Bonnefoy, Kjell Espmark, J. M. G. Le Clézio, Peter Matthiessen, Roger S. Payne, Miroslav Holub, W. S. Merwin, sir Edward Goldsmith, Tom Hayden, David Brower, A. S. Byatt, Lincoln Brower, Anne Ehrlich, Gary Snyder, Laurens van Krevelen, Peter Raven, Cees Noteboom, Vassily Aksyonov, Leonora Carrington, Betty Ferber, John G. Robinson, Terry Tempest Williams, Adam Markham, Goran Sonnevi, Michael H. Glantz, Petra Deimer, Antonio Alatorre, Jewell James, Barbel Bohley, Manuel Álvarez Bravo, Gilberto Aceves Navarro, Federico Campbell, Fernando Césarman, Alí Chumacero, Helen Escobedo, Manuel Felguérez, Joaquín Díez-Canedo, Salvador Elizondo, Jesusa Rodríguez, Roger von Gunten, Juan García Ponce, Vicente Rojo, Jan Hendrix, Carlos Monsiváis, Juan José Gurrola, Bárbara Jacobs, Ofelia Medina, Paulina Lavista, Joy Laville, Francisco Martín Moreno, Sergio Pitol, Augusto Monterroso, Manuel Ulacia, María Elena Sánchez, Juan Carlos Cantú y grupos ecologistas de todo el mundo, entre los cuales están: Grupo de los Cien, IFAW, Animal Welfare Institute, Whale and Dolphin Conservation Society, Cetacean Society International, WWF, International Wildlife Coalition, Earth Island Institute, Greenpeace, Humane Society International, National Audobon Society, Save the Whales, Marine Mammal Fund, NRDC, Rainforest Action Network, PETA, Japan Whale Conservation Network, Canadian Alliance for Furbearing Animals, Baja Discovery.





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