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221

Quare auctoritate Domini nostri Jesu Christi, beatorum Apostolorum Petri et Pauli, ac Nostra, declaramus, pronuntiamus el definimus, doctrinam quae tenet beatissimam Virginem Mariam in primo instanti suae Conceptionis fuisse singulari omnipotentis Dei gratia el privilegio, intuitu meritorum Christi Jesu Salvatoris humani generis ab omni originalis culpae labe praeservatam, immunem esse a Deo revelatam, atque idcirco ab omnibus fidelibus firmiter constanterque credendam (Ibid).

 

222

Gregor. Nyss., Orat de Nativ. Christi, Patrol. graec., tom. XVI, col. 1139; Germán. Constantino., De Praesentat. Mariae, Patrol. graec., tom. XVIII, col. 296; Cf. Joann. Damase., Homil. I in Dormitionem B. V. Mariae. Patrol., graec., tom. XCVI, col. 707.

 

223

Koran., cap. XIX, vers. 16.

 

224

Exod., XXXVIII, 8.

 

225

Judic., XI, 39; I Reg., II, 22.

 

226

Joseph, De Bello jud., lib. V, cap. XIV y XVI.

 

227

Nunca princesa ni joven nacida en los palacios de los más potentes monarcas, dice M. Augusto Nicolás en su obra titulada: La Virgen María, según el Evangelio, recibió educación tan superior, ni reportó de ella frutos más dignos. En efecto, María tuvo por maestro a la Gracia y por preceptor al Verbo; al Verbo que educaba él mismo a su Madre y la formaba para este divino destino. La Gracia es una educación infusa que no destruye la naturaleza, sino que la eleva y enriquece. ¿Quién no ha visto alguno de estos discípulos de la Gracia, que en las condiciones más vulgares de la sociedad, ofrecen toda la flor de sentimiento, toda la nobleza de carácter, toda la distinción de conducta y aun de modales que se encuentran apenas en las clases más elevadas? ¿Pues qué no debería ser María llena de Gracia desde su concepción, formada por el feliz maridaje de todas las virtudes mucho mejor de lo que lo hubiera sido por las Musas; enriquecida con todos los dones del Espíritu Santo para ser su Templo; dotada de todas las inspiraciones de la Eterna Sabiduría, para ser su Morada; alumbrada en fin con todos los resplandores del cielo por el Padre de las luces para ser su Hija y la Madre de su Hijo? «Así, la joven María, dice el Ángel de la escuela, crecía más en gracia que en cuerpo, y cuantos momentos se añadían a su vida, otras tantas gracias se le aumentaban.»

(N. del T.)

 

228

Nazareth interpretatur flos; unde dicit Bernardus, quod flos nasci voluit de flore, in flore et floris tempere (Jacob. de Voragine, In Annunciatione).

 

229

Lucas, I, 39-56.

 

230

Vida de Jesús, Introd., pág. XLI.