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621

Monseñor Mislin, Los Santos Lugares, tom. II, pág. 413, 414.

 

622

De Sauley, Dicc. de las Antig. Bibl., pág. 153, 154.

 

623

La puerta Probática, dice el doctor Sepp, era una de las doce puertas de Jerusalén en tiempo de Nuestro Señor. El manantial surtía del Sudeste, y al pie de la montaña del Templo, siendo recogidas al punto sus aguas en un estanque o depósito. De este hecho y del de la curación del cielo de nacimiento en la piscina de Siloé, podremos deducir, que Jesús subía comúnmente al Templo, y bajaba de él por la parte del Mediodía y de la puerta llamada Hulda, porque era más suave la pendiente y más fácil de bajar por este lado: mientras que por el del norte era muy escarpada». (Doctor Sepp, Vida de Nuestro Señor Jesucristo, tom. II, pág. 17.)

 

624

Sabido es que en el mes de agosto de 1863, se ha adjudicado el gran premio bienal, por todas las Academias reunidas, a M. J. Oppert, por su magnífico descubrimiento de la interpretación de los monumentos cuneiformes.

 

625

Juan, V, 2.

 

626

El nivel de la fuente de Siloé está cerca de doscientos pies más bajo. (Monseñor Mislin, Los Santos Lugares, tom II, pág. 513.) Concíbese que esta disposición de los lugares no impedía, que surtiera el mismo manantial subterráneo a las dos fuentes. Creemos, pues, que Calmet pudo decir sin cometer error que «la piscina Probática se llenaba con las aguas de Siloé».

 

627

Sepp, La Vida de Nuestro Señor Jesucristo, tom. II, pág. 14.

 

628

Allioli, Nuevo comentario sobre todos los Libros de las divinas Escrituras, edición Vivés, tom. VIII, pág. 497-498. Monseñor Mislin, Los Santos Lugares, tom II, pág. 413; Scholtz, Traducción y explicación del Nuevo Testamento, Juan V, 2.

 

629

Doctor Sepp, Vida de Nuestro Señor Jesucristo, tom. II, pág. 15. Se ve que esta explicación no tiene nada de común con los sistemas naturalistas del siglo precedente. Los críticos del tiempo de Voltaire entendían la palabra griega a)/ggeloj no como significando un Ángel, «sino según dice M. L. Paris, un sacerdote o levita que iba del Templo situado no lejos de allí, a agitar el agua en que se había lavado recientemente las víctimas degolladas. Estas aguas, mezcladas con la sangre y con la grasa de los animales, no bien se calentaban, podían causar en los humores de los enfermos una sensible mejoría. Pero ¿se puede explicar con este raciocinio la curación de los ciegos, de los tullidos, de los paralíticos de nacimiento? Más valdría decir que Dios es grande, y confesar el poder que tiene de imprimir a las aguas de la piscina, la virtud sobrenatural de que se trata». (L. Paris, Telas pintadas y Tapicerías de la ciudad de Reims, en 4.º, 1863, tomo I, pág. 148, 149.) Añadamos que la expresión a)/ggeloj sin artículo y aun sin la adición determinativa de Kuri/ou, que no se halla en el texto original, según hemos observado, no deja en el estilo de la Escritura, de tener la significación precisa de un Ángel. No se hallará en toda la Biblia un ejemplo contrario, pues jamás se toma en olla el término a)/ggeloj en el sentido vago de un enviado o mensajero ordinario.

 

630

[«adoptarlas» corregido de la fe de erratas del original (N. del E.)]