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Escena I

 

DON SEVERO y DON CARLOS.

 
DON CARLOS
¿Y quién pudiera prever
que te cegaras, maldito?
DON SEVERO
Todo el que entra en un garito
ha de jugar y perder.
Así nada es de extrañar 5
que yo jugara y perdiera;
lo que sí me desespera,
es me dejase arrastrar
por un loco como tú
a esa lóbrega mansión. 10
DON CARLOS
Es casa de diversión.
DON SEVERO Es
casa de Belcebú.
DON CARLOS
¿Aún la cólera te dura?
—112→
¿Qué viste tan malo allí
que así te alterara?
DON SEVERO
Vi
15
un infierno en miniatura,
y no merece otro nombre,
porque se deja al entrar
cuanto puede recordar
los privilegios del hombre. 20
En un ahumado aposento,
anegado en porquería,
he visto en un solo día
lo que no pudiera en ciento.
Sobre una mesa o bufete 25
allí un mandil se descubre,
que más empuerca que encubre,
y al que se llama tapete.
Yace encima un mal velón
moribundo, desdichado, 30
quien, a pesar de su estado,
manifestó la intención
que de alumbrarnos tenía;
mas le faltó un requisito,
y fue el aceite maldito, 35
que estaba en Andalucía.
Pues de esta mesa en redor,
y por tal luz alumbrados,
encontramos ya sentados,
—113→
esperando un redentor, 40
a una porción de estafermos,
que por ser desaliñados,
flacos, puercos y estropeados,
me parecieron enfermos.
Pero ¡ay Dios y qué sudores 45
tuve! ¡Qué susto me diste
cuando al oído me dijiste:
éstos son los jugadores!
Luego descubrí al banquero
fumando su cigarrito, 50
manejando aquel librito,
o recogiendo dinero.
A bosquejar no me atrevo
ni sus dedos ni sus uñas,
no se quejan las garduñas, 55
o chille un cristiano nuevo;
pero añadiré sencillo,
que si le encuentro en la calle,
en lugar de saludalle
le doy mi capa y bolsillo. 60
¡Qué juramentos! ¡Qué horrores!
¡Qué reniegos! ¡Qué porvidas!
Y otras voces conocidas
tan sólo entre jugadores.
Acá gana una judía, 65
allí las sotas se dan,
piérdese un buen ganarán
o quiebra contrajudía.
—114→
Allí sin soga se amarra,
se apunta sin escopeta, 70
sin necesidad se aprieta,
se mata sin cimitarra;
también se entierra sin ser
doctor ni sepulturero,
y en fin, se pierde el dinero 75
sin oír, sin hablar, sin ver.
Estos, amiguito, son
los primores que sin tasa
se encuentran en esa casa
que llamas de diversión. 80
Y no siento, ciertamente,
haber jugado y perdido,
sino el haber conocido
pocilga tan indecente.
DON CARLOS
Es verdad; pero disculpa 85
tengo, y sabes que el entrar
fue sólo disimular.
DON SEVERO
No: tú no tienes la culpa;
bien lo sé. La culpa es mía,
mi confesión es bien clara, 90
y obré anoche, cual obrara
un chico de escuela pía.
Si yo hubiera despreciado
—115→
tus bravatas, si me río
y no admito el desafío, 95
todo estaba remediado.
El deber y la amistad
me lo mandaban así,
y aunque yo lo conocí
me cegó la vanidad. 100
Luego, ya se ve, quisimos
disimular este error,
cometiendo otro mayor.
¿Y qué es lo que conseguimos?
Pasar una noche entera 105
mezclados con gariteros,
malgastar nuestros dineros,
y perder la lisonjera
opinión de la honradez.
DON CARLOS
¿Y quién saberlo podrá? 110
DON SEVERO
La conciencia.
DON CARLOS
Callará.
DON SEVERO
¿Calla jamás este juez?
  —116→  
DON CARLOS
Vamos, vamos, ten paciencia,
que según voy entendiendo,
aún están todos durmiendo 115
en casa; y por consecuencia
nuestra falta no han notado.
DON SEVERO
¿Y los criados?
DON CARLOS
¿Presumir
quieres que lo han de decir?
DON SEVERO
Un secreto en un criado 120
se indigesta luego, luego.
DON CARLOS Es
que yo les prevendré
que callen.
DON SEVERO
Peor.
DON CARLOS
¿Y por qué?
DON SEVERO
Porque pierdes criado y ruego.
Depender del dependiente, 125
—117→
es trocar los frenos, Carlos;
y quien llega a equivocarlos
no deshace fácilmente
tamaña equivocación,
lográndose de este modo 130
que uno pierda su acomodo,
y el otro su estimación.
DON CARLOS
No importa, voyles a hablar.
DON SEVERO
¿Al fin te decides?
DON CARLOS
Sí.
DON SEVERO
Haz lo que quieras, y di, 135
pues vas adentro, a Gaspar,
que venga sin dilación.
DON CARLOS
¿Tienes algo que mandarle?
DON SEVERO
Sí: se me ha ocurrido enviarle
a casa.
DON CARLOS
Una comisión
140
para el viejo, ¿eh?
  —118→  
DON SEVERO
Pues.
DON CARLOS
Ya estoy;
quizá será por dinero.
DON SEVERO
Hombre, no seas majadero:
anda si quieres.
DON CARLOS
Voy, voy.


Escena II

 

DON SEVERO, solo.

 
DON SEVERO
¡Ya mi paciencia se apura! 145
No existe mayor tormento
que estar uno descontento
de sí mismo. ¡Qué locura
la de anoche, y qué vileza
al mismo tiempo! ¡Qué! ¿Es dable 150
que jugador miserable,
perdiera yo la cabeza,
hasta el punto de jugar
dinero que no era mío?
—119→
Y después de un desafío... 155
¡Y después de enamorar
la novia de quien me debe
su primera educación!...
Pues, señor, en conclusión,
soy un pícaro, un aleve. 160
¿Y era yo quien presumía
no tener ningún defecto?
¿Era yo el hombre perfecto?
Y al primer tapón... Daría
cuanto tengo y tener puedo 165
por morirme ahora, ahora...
pero ¡es tan linda esta Flora!
¿Y quién sabe si por miedo
hubieran todos tenido
mi prudencia?... A nadie agrada 170
pasar por cobarde... y nada
más simple que enfurecido,
cuando Carlos me injurió,
me acordase que primero
he nacido caballero 175
que no su amigo... pues no,
no he sido tan delincuente;
y cuanto más reflexiono
encuentro más en mi abono.
Si Gaspar va diligente, 180
y vuelve con el dinero,
antes que este don Fermín
me lo pida, ya por fin
—120→
del mal el menos. Yo quiero
suponer por un momento 185
que se ignore lo ocurrido:
entonces nada hay perdido.
Pues bien, tomemos aliento,
que quizá no se sabrá,
y siempre que en adelante 190
viva más cauto, es constante
que el mundo me apreciará
como me apreció hasta aquí.
Bien dice Carlos, que soy
muy tímido: así desde hoy 195
he de ser lo que antes fui.


Escena III

 

DON SEVERO y GASPAR.

 
DON SEVERO
¿Gaspar?
GASPAR
Señor, os confieso
que yo he sido un mandarín,
un borracho, un puerco espín.
DON SEVERO
Vamos, no hablemos ya de eso; 200
si la primera impresión
de una culpa nos altera,
—121→
luego la hacen más ligera
el tiempo y la reflexión.
Así que ya no me irrita 205
lo que ayer juzgué gran culpa.
GASPAR

 (Aparte.) 

Cuando mi amo me disculpa
sin duda me necesita.
DON SEVERO
Siempre fiel te he conocido,
servicial, de buen humor. 210
GASPAR

 (Aparte.) 

¡Ay! ¿Qué me alaba, señor?
¿Qué es lo que habrá sucedido?
DON SEVERO
Y darte una prueba quiero,
Gaspar, de mi estimación,
enviándote en comisión 215
a casa.
GASPAR
Por...
DON SEVERO
Por dinero.
  —122→  
GASPAR
¡Ya!
DON SEVERO
A mi padre has de decir
algún cuento, una ficción,
que perdí por distracción
la bolsa, que...
GASPAR
Eso es mentir.
220
DON SEVERO
Mentir no, que en realidad
para dañar no conspira.
GASPAR
Ello no será mentira,
mas no es decir la verdad.
DON SEVERO
Conque ¿no quieres?
GASPAR
Querré
225
si usted lo toma a su cuenta.
DON SEVERO
Tu escrúpulo me revienta.
Sí tomo.
  —123→  
GASPAR
Pues mentiré.
DON SEVERO
ERROR EN LA PARTICION DE LOS VERSOS
( Verso anterior no finalizado )Le dirás que en Villafranca
me ha sucedido un fracaso... 230
cualquier cosa, porque el caso
es que no tengo una blanca;
pero por Dios te suplico
que vayas y vuelvas pronto.
GASPAR
¡Toma! ¿Pues soy algún tonto? 235
Voy a ensillar el borrico
de don Fermín.
DON SEVERO
¿Estás loco?
¿En borrico?... Dame risa.
Si esto llamas ir aprisa,
¿qué será tu poco a poco? 240
No, señor, has de alquilar
la mejor mula de paso,
y día y noche (éste es el caso)
has de andar sin descansar.
¿Lo entiendes?
GASPAR
Sí que lo entiendo.
245
  —124→  
DON SEVERO
Pues bien, marcha a prevenir
mula y alforja.
GASPAR
¿Y me he de ir
sin carta de usted?
DON SEVERO
Corriendo
voy a escribir una esquela
para padre, que razón 250
tienes.
GASPAR
Pues, señor, alón.
DON SEVERO
Oyes, no olvides la espuela.


Escena IV

 

DON SEVERO, solo.

 
DON SEVERO
¡Cuánto cuesta el enmendar
un error! Si se supiera,
más fácil mil veces fuera 255
obrar bien, que no faltar.
Y aunque nuestro orgullo es ciego,
el desengaño no es mudo,
—125→
por eso lo que no pudo
el crimen, lo pudo luego, 260
la vergüenza de que clara
se descubra su fealdad.
¡Qué compasión en verdad
merece el que se separa
de la línea del deber! 265
¡Infeliz! Harto le cuesta,
y el tiempo me manifiesta
lo que no supe entender,
cuando venturoso el nombre
ignoraba del disgusto; 270
mas ¡ay!, que siempre fue injusto,
si fue venturoso el hombre.


Escena V

 

DON PEDRO y dicho.

 
DON PEDRO
¡Cuánto agradezco a mi estrella,
don Severo, el encontraros
solo!
DON SEVERO
¡Hola, señor don Pedro!
275
¿Levantado tan temprano?
DON PEDRO
¡Ay, amigo de mi vida!
Siempre madruga un cuidado.
  —126→  
DON SEVERO
Es verdad.
DON PEDRO
Y por desgracia
yo me encuentro hoy en el caso 280
de necesitar consejos,
de reclamar los sagrados
derechos de la amistad.
DON SEVERO
Pues ¿cómo?
DON PEDRO
Solos estamos,
supongo.
DON SEVERO
Sí.
285
DON PEDRO
ERROR EN LA PARTICION DE LOS VERSOS
( falta parte inicial )
Es que sintiera
285
que pudieran escucharnos,
y después...
DON SEVERO
No tema usted,
pues aún no se ha levantado
don Fermín, y la familia
anda en sus quehaceres.
  —127→  
DON PEDRO
¡Bravo!
290
Nada entonces me detiene.
DON SEVERO

 (Aparte.) 

¿Qué será esto?
DON PEDRO
Amigo, me hallo
en un fiero compromiso.
DON SEVERO
¿Y puedo serviros de algo,
señor don Pedro?
DON PEDRO
Sí tal,
295
me podéis servir de tanto,
que solamente confío,
para salir del barranco
en que estoy, en vuestro celo
en la amistad, en el raro 300
y prodigioso talento
que os adorna.
DON SEVERO
Demasiado
me honráis vos, amigo mío,
y os suplico, que dejando
—128→
esos elogios, digáis 305
en qué tan afortunado
podré ser, que útil os sea.
DON PEDRO
Pero siempre es necesario
establecer los motivos
que me impelen a buscaros. 310
De otro modo os sorprendiera,
sin duda, que entre los varios
amigos que tengo, os busque
y prefiera siendo el lazo
que nos une tan reciente; 315
y esto fuera muy extraño
a no mediar lo que media.
Mas, amigo, vamos claros,
nunca se repara en fechas
cuando se necesita.
DON SEVERO
Hartos
320
ejemplos pueden citarse
de esta verdad.
DON PEDRO
Yo ahora trato
de buscar un hombre serio,
justo, desinteresado,
imparcial, fiel, venturoso, 325
y éste sois vos.
  —129→  
DON SEVERO

 (Aparte.) 

El retrato
no es del todo parecido.
DON PEDRO
Son luces de usted; sus vastos
conocimientos, sus rectos
principios, y su exaltado 330
amor a la virtud, pueden
asegurarme que el sano
consejo que necesito,
estará exento de humanos
intereses, de pasiones 335
y de esos afectos bajos,
que dirigen comúnmente
los que damos y tomamos.
DON SEVERO
En lo que alcanzan mis luces,
señor don Pedro...
DON PEDRO
Bien. Paso
340
al asunto. Yo me encuentro,
como juez y magistrado,
en la dura alternativa,
en el caso triste y raro
de tener que atropellar 345
un amigo, o los sagrados
—130→
derechos de un ministerio
terrible, mas necesario.
DON SEVERO
¿Y este amigo ha delinquido?
DON PEDRO
La ley le condena.
DON SEVERO
¿El caso
350
os parece tan difícil?
DON PEDRO
Sí me parece; pues varios
incidentes favorecen
y escudan su atropellado
arrojo. Luego, es mi amigo, 355
nos tratamos como hermanos
ambas familias, y es fuerte
cosa verse precisado...
DON SEVERO
Pero la ley.
DON PEDRO
En cuanto a eso
no puede disimularlo: 360
le coge de medio a medio.
  —131→  
DON SEVERO
Pues, señor, un magistrado
no debe entonces dudar:
y es un crimen el retardo
más pequeño, la menor 365
dilación, si fuere en daño
de su augusto ministerio.
DON PEDRO
Ni yo de ofenderlo trato;
pero pudiera, como hombre,
encontrar más avisado 370
el medio de conciliar...
DON SEVERO
Imposible es encontrarlo.
La ley indica la senda,
y el juez los ojos cerrados,
debe seguirla y llegar 375
al fin propuesto. Si incauto
los abre, arriesga el perderse,
pues buscará los atajos,
y con ellos, los peligros.
DON PEDRO
¿Conque prescindo de cuanto 380
me interese en su favor?
DON SEVERO
Sí, señor, o vais errado.
Y no os parezca tampoco
—132→
que hacéis un extraordinario
sacrificio. No, en la historia 385
encontraréis un romano
Dictador que condenó
a su hijo. También un Casio
y un Bruto que dieron muerte,
uno al padre, otro al amado 390
bienhechor. En fin, mil hechos
iguales, que demostraros
podrán cuánto los afectos
se miran subordinados
a los deberes, y cuánta 395
gloria nos da el sujetarlos.
DON PEDRO
Mil gracias, amigo mío.
Confieso habéis disipado
todas mis dudas, y pronto,
pronto conoceréis si hago 400
caso de vuestros consejos.
DON SEVERO
¡Hola! Ya se ha levantado
don Fermín.
DON PEDRO
Tanto mejor.
Ahora veréis lo que valgo,
cuando amigos como vos 405
me infunden valor.
  —133→  
DON SEVERO
El diablo
me lleve, si yo comprendo
qué analogía...


Escena VI

 

FERMÍN, DOÑA TOMASA, DON CARLOS, COLASA y dichos.

 
DON FERMÍN
¡Levantados,
y a estas horas ya en visita!
Pues esto, o mucho me engaño 410
o es pedirme chocolate.
DON PEDRO
Sí, chocolate, el que traigo
no es muy bueno para usted.
DON FERMÍN
¡Oiga!
DON PEDRO
Soy muy desgraciado,
don Fermín.
DON FERMÍN
¿Qué dice usted?
415
  —134→  
DON PEDRO
¿Y he de ser yo, cielo santo,
quien entregue esta familia
al dolor?
DON FERMÍN
Pues ¿cómo?, claro,
diga usted lo sucedido,
que esos gestos y esos ascos 420
me matan a confusiones,
y me indican...
DON PEDRO
Mucho y malo
deben indicar a usted,
y nunca hubiera encontrado
en mí bastante valor 425
(lo confieso) para daros,
siendo tan amigo vuestro,
semejante trabucazo,
sin los prudentes consejos
del hombre que estáis mirando. 430
Mis deberes, como juez,
no me recordasen sabios,
si una lógica elocuente
no me hubiese demostrado,
que la ley no tiene amigos, 435
sino aquellos que observando
sus preceptos, siguen siempre
—135→
la línea que ella ha trazado.
Por eso, al fin me decido...
y a mi pesar... violentando 440
mis afectos... he venido...
DON FERMÍN
¿A qué, señor? Concluyamos.
DON PEDRO
A prender a don Carlitos.
DON SEVERO

 (Aparte.) 

¡Qué escucho!
DON FERMÍN
¿Qué es esto, Carlos?
DON CARLOS
Lo ignoro, y como no sea 445
por un lance, un altercado
que con un desconocido
tuve ayer noche, no caigo
en lo que pueda ser.
DON FERMÍN

 (A DON PEDRO.) 

Vaya
¿es esto?
  —136→  
DON PEDRO
Lo han acertado
450
ustedes.
DON FERMÍN
¿Y tal friolera
bastará para...?
DON PEDRO
Despacio,
señor don Fermín, que yo
no soy ningún mentecato
para obrar tan de ligero. 455
Sepa usted que han delatado
a Carlos por desafío
tenido anoche: por varios
conductos me vino el soplo;
y yo, como magistrado, 460
no puedo disimular
un hecho que saben tantos.
Fuera esto comprometer
sin ton ni son, y en tal caso
el individuo...
DON FERMÍN
Ya entiendo:
465
y después aconsejado
por don Severo...
  —137→  
DON PEDRO
Cierto.
DON FERMÍN
¡Hombre!
¿Está usted endemoniado?
¡Éste es un cuñadicidio!
DON SEVERO
Señor don Fermín, reclamo 470
vuestra indulgencia. Escuchadme
y juzgadme si he faltado
al deber, o a la amistad.
DON FERMÍN

 (Alejándose de él.) 

Déjeme usted, por San Pablo.
A lo menos si ya hubiesen 475
ustedes emparentado,
anda con Dios, que no fuera
usted el primer cuñado,
ni el último que lo hiciese;
pero antes es un milagro, 480
una cosa nunca vista.
DON SEVERO
Carlos, tú que me has tratado
y me conoces a fondo
di, si me juzgas tan malo,
tan perverso, que...
  —138→  
DON CARLOS

 (Alejándose de él.) 

No sé;
485
pero sólo sí reparo,
que no aconsejas muy bien.
DON SEVERO
Flora, por Dios...
DOÑA TOMASA

 (Alejándose de él.) 

Muy villano
vuestro proceder parece;
suspendo mi juicio, y no hago 490
poco.
COLASA
Óigame usted un consejo,
pues parece aficionado.
Quien obra mal hace bien
en callar.
DON SEVERO
¡Estoy soñando!
Me desprecian, y huyen todos 495
de mí, cual si fuera el diablo,
sin oírme, sin informarse
tan siquiera hasta qué grado
soy criminal. ¿Y por qué
me huyen? ¿Por qué soy malvado? 500
—139→
Porque tengo la apariencia
contra mí: si así juzgamos
siempre, no me maravilla
encontrar tantos culpados.
DON PEDRO
Juzgamos, ni más ni menos, 505
lo mismo que aconsejamos.
Cuando no nos duele, duro;
y cuando nos duele, blando.
DON SEVERO
Diga usted, señor don Pedro,
a estos señores, si acaso 510
pude saber se trataba
de Carlos.
DON PEDRO
No le nombramos,
en efecto.
DON FERMÍN

 (Acercándose.) 

¡Hola! Pues eso
es otra cosa.
DON CARLOS

 (Acercándose.) 

En salvando
tu amistad, nada me importa 515
lo demás.
  —140→  
DOÑA TOMASA

 (Acercándose.) 

Pues yo no parto
tan de ligero, por eso
hice muy bien en dudarlo.
COLASA

 (Acercándose.) 

Sí señora, siempre dije
lo mismo.
DON SEVERO
¡Qué desengaño,
520
y qué lección! Lo que siento,
señor don Pedro, y lo extraño
a la verdad, es que usted
me comprometiese tanto.
DON PEDRO
Señor, yo busqué un consejo 525
que me ilustrase en tamaño
compromiso; usted no debe
resentirse, si arrastrado
por la opinión de sus luces...
DON SEVERO
Pero en empeño tan arduo 530
usted debió, cuando menos
nombrarme al interesado,
para que yo...
  —141→  
DON PEDRO
¿Y qué hace el nombre
para el hecho?
DON SEVERO
Sí, que Carlos
es mi amigo, y...
DON PEDRO
Se prescinde
535
de estos febles y mundanos
afectos, cuando se trata
del bien social.
DON SEVERO
Sin embargo...
DON PEDRO
Y si no, acuérdese usted
de aquel dictador romano 540
que me citó no hace mucho.
DON SEVERO
Diré que ha sido un borracho;
pues de otra suerte no hiciera
tan repugnante atentado.
La naturaleza nunca 545
pierde sus derechos santos,
y aquél que los desconoce
es imbécil, o malvado.
  —142→  
DON PEDRO
¿Y Bruto?
DON SEVERO
¡Oh! No lo nombréis;
fue un parricida.
DON PEDRO
Pues Casio
550
no le fue entonces en zaga.
DON SEVERO
¡Ya se ve!
DON PEDRO
¿Mas lo contrario
no dijisteis hace un credo?
O al menos lo habré soñado.
DON SEVERO
Es que entonces...
DON PEDRO
Es que entonces
555
era el paciente un extraño,
y a su costa siempre es bueno
ser justo y cargar la mano.
¿No es verdad?
DON SEVERO
Qué responder
no sé.
  —143→  
DON FERMÍN
Pero ese adversario
560
de Carlos, ¿quién es? ¿Se puede
saber?
DON PEDRO
Señor, lo ignoramos;
y si Carlos no lo dice...
DON SEVERO
Lo diré yo.
DON CARLOS

 (A DON SEVERO, aparte.) 

¡Mentecato!
¿No ves que a tu amada Flora 565
comprometes?
DON SEVERO

  (Lo mismo, a DON CARLOS.)  

Pero Carlos,
¿he de permitir...?
DON FERMÍN
¿Qué es eso,
señores?
DON CARLOS
Nada, un encargo
que le dejo.
  —144→  
DON FERMÍN
¡Lindo cuento!
Pues como dé los recados 570
como los consejos...
DON PEDRO
Vaya,
si usted no tiene reparo,
don Carlos, nos marcharemos
juntos.
DON CARLOS
No lo tengo. Vamos.
DON FERMÍN

 (Aparte, a DON PEDRO.) 

¡Ay, Virgen santa! Oiga usted 575
¿dónde va el chico?
DON PEDRO

 (Aparte, a DON FERMÍN.) 

A su cuarto
a que se desnude, y duerma
el tiempo que ha trasnochado.
DON FERMÍN
¡Conque, a la cárcel!
DON PEDRO
No hay medio:
es fuerza formar sumario, 580
y remitirlo a Pamplona.
  —145→  
DON FERMÍN
Pues, señor, acompañarlo
quisiera yo hasta la cárcel.
DON PEDRO
Venga usted.
DON FERMÍN

 (A DON SEVERO.) 

Pronto despacho,
y a mi vuelta, don Severo, 585
tenemos que hablar un rato
a solas.
DON SEVERO
Está muy bien.
DON PEDRO
Vamos, que es muy tarde.
DON CARLOS
Vamos.
DOÑA TOMASA
¡Qué desdicha!
COLASA
¡Señorito
de mi vida!
DON FERMÍN
¡Qué quebranto!
590
¿En la cárcel un Peralta?
—146→
¡Ay, si mis antepasados
levantaran la cabeza,
no se armara mal fandango!


Escena VII

 

DON SEVERO, solo.

 
DON SEVERO
¡Qué me sucede! ¿Qué pasa 595
por mí? No sé lo que fue,
mas desde que puse el pie
en esta maldita casa,
ni me conozco, ni puedo
hacer sino desatinos. 600
¡Cuál será, cielos divinos,
el fin de todo este enredo!
Si se llega a descubrir
que fui yo quien ha reñido
con Carlos, estoy lucido; 605
y si no, ¿he de permitir
que él sufra en dura prisión
mientras que alegre paseo?
Es imposible, y yo creo
que fuera una vil acción 610
silencio tan criminal.
Así romperlo sabré...
Mas ¡necio! ¿Y qué ganaré?
¿Mi mal calmará su mal?
—147→
No por cierto, y solamente 615
se logrará en realidad,
sin curar la enfermedad,
aumentar otro paciente.
Mi temor crece a medida
que los riesgos se acrecientan, 620
y las dudas atormentan
más mi pecho que la herida:
fuerza será que yo busque
mi remedio en un consejo,
antes de que vuelva el viejo 625
y su cólera me ofusque.
A Flora voy a buscar,
ella será mi doctor,
si un mal que ha causado amor,
amor lo sabe curar. 630