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671

Conc. de Florenc., Decreto para la instrucción de los armenios.

 

672

Ses. 23, cap. 11, De Reform. En la práctica todas las órdenes menores se confieren sin mediar intersticios.

 

673

El año no es astronómico, sino eclesiástico.

 

674

Conc. Trid., ses. y cap. citados.

 

675

Ídem íd., cap. 13.

 

676

Ídem íd., cap. 14. El caso de necesidad o utilidad de la Iglesia podría ser la escasez de eclesiásticos, o bien respecto de los que hubiesen recibido beneficios para cuyo desempeño es necesario el orden de presbítero.

 

677

Un testimonio de esto tenemos en el canon 10 del concilio de Sárdica, dado contra los eusebianos que profesaban la herejía arriana, los cuales ordenaban obispos sin guardar la debida progresión de recibir las órdenes por grados. Esto era un cebo para atraer algunos ambiciosos de las clases distinguidas, contra cuyo abuso establecieron, «ut si quis dives, vel ex foro scholasticus, episcopus fieri dignus habeatur, non prius constituatur, quam lectoris et diaconi et presbyteri ministerium peregerit, et in uno quoque gradu, si dignus existimatus fuerit, ad episcopatum per progressionem possit ascendere.» Por este canon se ve claramente que solamente se exigía el orden de lector, tal vez como el más principal de todos los menores, los cuales se consideraban más bien como oficios que como honores, creyendo por tanto que bastaba ejercitarse en uno de ellos como medio de preparación para las órdenes sagradas. Los escolásticos pertenecían a la clase de abogados. Véase la nota del párrafo 181.

 

678

Los escritores eclesiásticos, cuando hablan de algunos casos particulares de órdenes conferidas en la antigüedad, se explican en unos términos que dan a entender haberse omitido alguna de las del orden jerárquico; así, por ejemplo, San Martín de Tours y San Félix de Nola, dice Sulpicio Severo, in vita Sancti Martini, siendo exorcistas, se ordenaron de presbíteros. Orígenes, el anacoreta macedonio, San Paulino y San Agustín, según refieren también otros escritores, desde la clase de legos subieron a la de presbíteros. Juan Morino sostiene, en vista de estos hechos (de Sacris ordin., parte 3.ª, exercit. 11, cap. 2.º), la omisión de alguna de las órdenes sagradas. Tomasino dice, por el contrario, que este lenguaje no prueba la omisión, sino que los historiadores hablan únicamente del último orden recibido, dando por supuesto que recibieron los anteriores, aunque fuese una misma liturgia.

 

679

Las órdenes menores pueden conferirse en domingo o día festivo, cap. 3.º, de Temp. ordin.; la tonsura en cualquier día de la semana. En los tres primeros siglos, las sagradas se confortan también en cualquier día; después de dada la paz, únicamente en los domingos, según San León el Magno, epíst. 11; pero a fines del siglo V ya señaló el papa Gelasio las cuatro témporas, epíst. 9 ad Episcop. Lucaniae, cap. 11, y otro día ea mitad de la cuaresma, que Alejandro III trasladó al sábado antes de pasión, cap. 3.º, de Temp. ordin, añadiendo en la misma decretal el sábado santo.

 

680

Cap. 8.º, 13 y 16, de Temp. ordin. En los dos primeros se reserva al romano pontífice la facultad de dispensar; en el tercero al obispo, después de haber cumplido el ordenado la penitencia que éste le hubiese impuesto. Esta contradicción se salva teniendo presente que el cap. 16 es de Gregorio IX, y los otros dos de Urbano e Inocencio III, que como anteriores fueron derogados por el posterior.