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Notas

1.       Información, Los Reyes, julio 10/1593. Declaración del Capitán Francisco Ruiz del Pueyo.

     Información, La Trinidad, 6 de Enero 1593.

     Logrosán, provincia de Extremadura, partido de Trujillo, etc., etc.

     Es patria de don Juan Sorapán de Rieros, que redujo los preceptos de la medicina española a proverbios vulgares, y de don Martín del Barco Centenera, que escribió la Argentina y Conquista del Río de la Plata y Tucumán, con varios sucesos ocurridos en el Perú.- Diccionario Geográfico-Estadístico de España y Portugal, por el doctor Sebastián de Miñano, tomo V, año 1826.

2.       Medina.- La Inquisición de Lima, tomo I. PALMA. -Suplemento de La Nación, Enero Iº/907.

3.       MEDINA.- La Inquisición en el Río de la Plata.

4.       Carta de Centenera, sin fecha. Documentos inéditos del Archivo de Indias.

5.       Carta de Centenera.

6.       Carta del señor Unamuno.- Salamanca, 4 de marzo de 1912.

7.       En esa época el consejo lo formaban: Presidente, Juan de Ovando.- Consejeros: Castro, Zapata, Molina, Botello, Otalora, Gasca, Gamboa, Santillán y Espadero.

8.       Carta de Centenera, sin fecha.- Doc. del Archivo de Indias, tomo II.

9.       Archivo de Indias.- Minuta, sin lugar, día ni mes, Est. 2 -Caj. 5 Leg. I/6.

10.       GARAY.- Documentos referentes a la Historia del Paraguay, tomo I.

11.       Ya citada -sin fecha-. Documentos inéditos del Archivo de Indias, tomo XI.

12.       Vino con Mendoza.- Se encontró en la despoblación de Bs. As. en 1541. estando de cura de la Iglesia del Espíritu Santo; fue partidario de Alvar Núñez, y es autor de los primeros versos escritos en el Río de la Plata.

13.       Llegó en la Armada de Alvar Núñez; fue Provisor en 1571, y tuvo grandes dificultades con Felipe de Cáceres.

14.       Se cree que llegó con el obispo fray Pedro de la Torre.

15.       Partidario del Adelantado Cabeza de Vaca, por cuyo motivo fue preso; desempeñó el curato de Ciudad Real, durante el gobierno de Alonso de Riquelme y Rui Melgarejo.

16.       La Capitana de 300 toneladas; la nao Almirante de 150 ton..; la nao Santiago de 100 ton.; la çambra María de los Cielos 58 ton.; el Patax Santa María de Gracia de 40 ton. (Archivo de Indias).

17.       Hombres casados 50, doncellas 33, solteros y niños 303. Mujeres casadas 33, viudas 4, Clérigos 3, Cirujanos 2. (Archivo de Indias).

18.       Carta firmada por el Arcediano Martín de Centenera. Isla Cabo Verde 22 diciembre, 1572.

19.       Archivo de Indias.- Est. 143.- Caj. 3 -Leg. 1.

20.       Información levantada a pedido de Alonso Fernández Montiel, a nombre del Gobernador Ortiz de Mendieta. Asunción, 13 de abril 1577.

21.       Declaración del Piloto Mayor Pedro Díaz en la Información anteriormente citada.

22.       Carta de los Oficiales Reales.

23.       Testimonio del poder que da Torres de Vera a Juan de Garay nombrándolo Teniente de Gobernador. La Plata, abril 19 de 1578.

24.       Archivo de indias.

25.       Archivo de Indias.

26.       Testimonio del recibimiento hecho por el Cabildo de la ciudad de la Asunción al Capitán Juan de Garay en el uso y ejercicio de los cargos de Teniente General, Capitán General y justicia Mayor de la Provincia del Río de la Plata. Asunción 15 septiembre de 1578.

27.       Carta de Hernando de Montalvo a Su Majestad. Asunción 15 noviembre 1579.

28.       Carta de Martín Barco de Centenera al Consejo de Indias.- Asunción marzo 14 de 1580.

29.       Carta ya citada de mayo 14 de 1580.

30.       Carta de Juan de Garay a Su Majestad. Asunción, marzo 5 de 1580.

31.       Carta sin fecha ni firma dirigida a Su Majestad pero indudablemente de don Martín Barco de Centenera.- Archivo de Indias.

32.       Orígenes de Buenos Aires.

33.       El carnaval en el año 1581 cayó en los días 5, 6 y 7 de febrero.

34.       Información levantada en la Trinidad, enero 6 de 1593.

35.       Información de servicios. Los Reyes, 10 de julio de 1583.

36.       En aquel tiempo dependían del Arzobispado de Lima, los obispos de Quito, Popayán, Cuzco, La Plata, Santiago de Chile, Imperial, Panamá, Nicaragua, Paraguay y Tucumán.

37.       Santo Toribio, por Monseñor Carlos García Irigoyen, Tomo II.

38.       Santo Toribio, por Monseñor Carlos García Irigoyen, Tomo II.

39.       Certificado expedido por los Secretarios del Concilio, Barco de Centenera y el licenciado Menacho a pedido del obispo Victoria.

40.       Canto XXIII.

41.       Revista Patriótica del Pasado Argentino, t. IV.

42.       Minangua, voz guaraní que significa «Tierra de los minuanes».

43.       MEDINA.- La inquisición de Lima, t. tomo I.

44.       Carta de Ruiz del Prado, fecha 12 octubre de 1589, citada por Medina en la Inquisición de Lima, tomo I.

45.       MEDINA.- La Inq. en el Río de la Plata.- Ricardo Palma, en el suplemento de La Nación de enero 1º de 1907, transcribe la misma sentencia.

46.       Carta de los oficiales Reales.- Asunción 2 de mayo de 1586.

47.       Historia de la conquista del Río de la Plata, Tomo III.

48.       Gaspar Quevedo en nombre de la Trinidad, Don Gonzalo Martel de Guzmán por Santa Fe y el Cabildo por la Asunción.

49.       Archivo de la Nación.

50.       Información.- La Trinidad, Enero 9 de 1593.

51.       Revista del Archivo General de Buenos Aires. Tomo I.

52.       Información de Trinidad, enero 6 de 1593.

53.       Información de Trinidad, enero 6 de 1593.

54.       Archivo de Indias.

55.       Carta a Su Majestad del Cabildo de Buenos Aires, acreditando al Licenciado Barco de Centenera, Arcediano del Río de la Plata, como su apoderado general para representar el estado de aquellas provincias y pedir su remedio, Buenos Aires 17 de febrero de 1593.

56.       Los cabildantes que firman esta comunicación son: Hernando de Mendoza, Pedro Morán, Hernando de Montalvo, Juan Díaz de Ojeda, Antonio Bermúdez y Andrés Gutiérrez.- Escribano del Cabildo. Mateo Sánchez.

57.       Carta a Su Majestad sin fecha ni firma, probablemente escrita en el Perú en 1587.

58.       Martín del Barco Centenera, sacerdote y poeta español: n. en Logroño (1535/1602). Acompañó a Ortiz de Zárate en la expedición al Río de la Plata (1572) y compartió durante veinticuatro años la suerte de los exploradores españoles en la Argentina. Fue Arcediano de la Iglesia del Paraguay. Contribuyó a las letras y a la historia con un poema o escrito poético, titulado «Argentina y Conquista del Río de la Plata, Tucumán y otros sucesos del Perú» (Lisboa 1602), de valor casi exclusivamente histórico, pues ilustra la historia de más de veinte años de la conquista de América meridional, período y lugar acerca de los cuales existen pocos documentos. Dejó además la novela «Desengaños del mundo».- ENCICLOPEDIA UNIVERSAL ILUSTRADA EUROPEA-AMERICANA. Tomo VII.

59.       Razón de las personas que al presente en esta Corte están para ir al Río de la Plata.- Sin fecha.

Carta al Presidente del Consejo.- Isla de Cabo Verde, 22 febrero 1572.

60.       Suplemento de La Nación, enero lº de 1907.

61.       En la Biblioteca del Museo Mitre se guarda un ejemplar.

62.       Estos poemas americanos correspondientes al siglo XVI, guardan la siguiente cronología: Araucana, 1578; Cortés valeroso, 1588; Elegías de Varones etc. 1588; Arauco Domado, 1596; Peregrino indiano, 1599; Argentina, 1602; Nueva Méjico de Villagra, 1610.

63.       Ar. Dom. Cant. VI oct. 15.

64.       Quintana, introducción a su Musa épica. Allí se estima en todo lo que vale el mérito moral del autor de La Araucana, y recomendamos su lectura a los que se sientan inclinados a la crítica literaria y busquen buenos maestros como guía para desempeñar tan difícil oficio. Hablamos de crítica aplicada a las letras antiguas españolas y nada más.

65.       El doctor don Francisco Xarque fue cura rector, del Perú en la imperial villa de Potosí, y canónigo después de una catedral de España, en donde escribió y dio a luz libros tan absurdos como curiosos.

66.       La gran reina Isabel de Inglaterra. Tomás Cawendish, a quien él llama Candish.- Canto XXVI, oct. Iª.

67.       Arauco Dom.- Canto XXIII.

68.       Hist. del Nuevo Mundo, «prólogo», pág. XI.

69.       Bibliothèque Americaine etc., nº 255, pág. 51.

70.       Como en las Indias sólo se apetece plata y oro, están sus escritores tan olvidados como sus historias poco vistas, decía Juan Rodríguez de León, en su discurso apologético al conocido Epítome de su hermano don Antonio el año 1629.

71.       Edición Americana T. 2º, pág. 472. Traducción española, tomo III pág. 148-149.

72.       Véase la nota 3ª del canto 2º de La Argentina.

73.       Este poema es la mejor historia de aquel país que pudo escribir su autor, dice el señor Ticknor: Tomo 3º, pág. 149 de la traducción de su obra sobre la literatura española.

74.       Canto 25, octava 12.

75.       Canto 8º.

76.       Canto 8º oct. 8.

77.       Se infiere de la lectura de este poema que el autor tenía compromiso con Zárate de escribir los hechos de que éste se prometía ser el héroe.

78.       Nota 6ª del canto VII.

79.       Véase el párrafo 133 de la historia del Paraguay etc., edición de Madrid.

80.       Talanquera.- Sitio que asegura de algún riesgo.

81.       Octava décima quinta del canto IX.

82.       Octavas 18 y 19 del misino canto IX.

83.       Canto 9, octava 43.

84.       Canto IX, octava 43.

85.       Suprimimos algunos detalles, verdaderamente repugnantes como que continúa la octava 45.

86.       Canto X, oct. 15.

87.       Es bien sabido que en casi todas las lenguas europeas la palabra caribe, suena como antropófago, bárbaro superlativamente feroz, indómito, etc. etc., aplicada a un hombre o una acción cometida por hombres. Sin embargo, el verdadero nombre de la nación Caribe, era Callinago, según el Diccionario del dominicano francés Domingo Bretón, publicado en 1666. (Véase la Revista del Plata.- Tom. 3º nota 1ª de la pág. 202).

88.       Así escribe siempre el autor este nombre propio, mostrándonos cómo lo pronunciaban los que le llevaban, en la época de la conquista. La medida del endecasílabo manifiesta claramente que la ua, es un diptongo que se disuelve con un acento en la primera vocal, debiendo leerse: charrú-a-has. Y si esto fuese así, como nos parece evidente, ¿adónde iría la liviana etimología que da don Pedro de Angelis a la voz Charrúa con el auxilio de los calepinos guaranís?

89.       Canto X, oct. 28 y siguientes.

90.       En la edición bonaerense dice aquesta ligera: nos permitimos alterar estas palabras como se ve, atendiendo al sentido.

91.       Canto XII, oct. 36.

92.       Nombre de un juego que consiste en lanzar unos discos de fierro sin más auxilio que el de la fuerza del brazo.

93.       Ensayo, libro 2º, cap. 4º.

94.       Con mis ojos vi aqueste día a este indio que abrazándose con el caballo cortó con los dientes la una rienda del caballo y así murió con la rienda en la boca a puñaladas que le dio Juan de Osuna. Nota de Centenera.

95.       Resumen histórico del origen y sucesión de los Incas, etc., etc., por don Jorge Juan y don Antonio Ulloa, pág. CXII.

96.       Canto XVII, octs. 21-22.

97.       Ib. oct. 25.

98.       Gonzalo de Abreu, se llamaba el Gobernador y no Abrego como escribe Centenera.

99.       Canto XIX, octava 52.

100.       Canto XIX, octava. 16.

101.       El capitán Alonso de Vera.

102.       Es muy poco correcta la edición bonaerense que seguimos.- Unas veces escribe con V otros con B este apellido.

103.       Canto XXI, octava 76.

104.       Véase a Funes, T. lº.

105.       Abreu.

106.       Nota única del canto XXI.

107.       30 y 31 del canto XXII.

108.       Alude Centenera al volcán Misti cantado con inspiración por el doctor don Miguel del Carpio y sobre el cual el malogrado joven y sabio Manuel R. Paz Soldán, ha escrito las siguientes consideraciones en la introducción a una de sus memorias sobre cuestión de física matemática: «Nada hiere más la imaginación de un pueblo que la vista de un elevado, impresión que se aumenta si en él se notan los signos de la actividad volcánica. En el Perú, que aunque vecino a la República Ecuador, no se conocen sino muy pocos volcanes, mientras que en la República, en Chile y Centro América, los hay en grande abundancia, no puede dejar de despertar nuestra curiosidad el colosal Misti, muchas veces mayor que el Vesubio y el Etna y el Cotopaxi, y que en clase de volcanes elevados ocupa uno de los primeros lugares, presentándose al espectador, que lo contempla desde su base, tan grandioso como el Chimborazo, porque este sentimiento no se despierta por la altura absoluta sobre el nivel del mar sino por su altura desde su base».

(Estudio sobre la historia de las montañas aplicado al volcán de Arequipa).

109.       Don Benjamín Vicuña Mackenna, Historia crítica y social de la ciudad de Santiago.

110.       Así escribe el autor; otros Ganero. Sólo los apellidos de estos personajes da generalmente Centenera.

111.       Listado se lee en la edición de Buenos Aires, que es la única que tenemos en este momento a la vista.

112.       Obras selectas del Perú.

113.       Este santo Arzobispo fue predilecto de Felipe II, quien le nombró Inquisidor y enseguida le obligó a aceptar el alto cargo con que vino a América: entonces contaría 40 años de edad, y sirvió su iglesia hasta el año 1606 en que falleció. Su canonización tuvo lugar bajo el pontificado de Benedicto XIII, ciento veinte años más tarde. En proceso de sus milagros se refiere el siguiente que presenciaron sus compañeros de viaje al atravesar el istmo de Panamá. Vadeaba el Santo un río, y al llegar a la mitad se advirtieron venir hacia él dos grandes caimanes, de cuya ferocidad estremecido el mulo en que cabalgaba, hizo tales contorsiones, viendo tan cercana su muerte que echó de sí al Arzobispo, el cual cayó en el agua embarazado en sus propias vestiduras. Los caimanes luego que vieron la presa segura, se aceleraron a devorar al santo Arzobispo. Nadie dudó de su muerte, ni de que su vida no podía prolongarse más que lo que tardase en llegar cualquiera de los caimanes y atravesarle con sus espantosos colmillos. El santo advirtió el grande peligro en que se hallaba, por una parte de ahogarse viéndose en medio de un río sin saber el arte de nadar, ni poderle practicar aunque le supiera; y por otra parte viendo venir con las bocas abiertas a despedazarle dos bestias tan enormes. Levantó su corazón a Dios, imploró en misericordia, y al punto advirtió dos contrarios efectos. Los caimanes quedaron inmobles como si fueran dos rocas; y el cuerpo del santo tan ligero, que como si fuera de corcho fue nadando sin industria y sin trabajo hasta llegar a la orilla. El retrato que existe de este personaje en la sala capitular de Lima, tiene una larga inscripción que refiere su vida y milagros, y en ella se lee: que tuvo la gloria de alternar con los ángeles, siempre que recitaba el oficio divino: que su rostro despedía rayos luminosos y que predijo él mismo su muerte que aconteció el día jueves de una semana santa.

114.       Hija de Sayri-Tupac-Inca, y a la cual, después de bautizada, dieron por mujer a uno de los asesinos de su padre, a don Martín García de Loyola, para que por este medio pudiese gozar el repartimiento que le venía a la Coya por herencia. Los araucanos vengaron la muerte del Inca, matando a Loyola en una sorpresa que le dieron a él y 30 españoles más, estando éste en la frontera de Chile, encargado de un empleo militar de alta graduación.

115.       Las dos primeras producciones de la imprenta Sud-Americana, son documentos rarísimos que no es fácil haber a la mano; así es que hasta ahora no hemos leído una descripción de ellas que pueda satisfacer a un verdadero curioso en la materia. Por esta razón creemos oportuno darla aquí, un tanto in extenso, confiados en que nos la agradecerán quienes la lean con la atención que en nuestro concepto merece. A más, los libros de que vamos a dar cuenta no son únicamente una curiosidad tipográfica, sino un documento precioso para conocer las creencias y costumbres de los peruanos, la manera como las combatieron los misioneros católicos, y también para comparar las dos lengua del Perú con el auxilio de la nuestra.

     La «provisión real» que encabeza el «Confesonario», ofrece una idea de las circunstancias que dieron origen y mediaron para su impresión en Lima; y dice, que habiendo dispuesto S. M., en procura del bien de los naturales del Perú, se juntase y celebrase un Concilio provincial para proveer a la conversión de aquellos y reformación de los sacerdotes que los hayan de doctrinarles; y habiendo dicho Concilio, ordenado una cartilla, catecismos y confesonario, etc., que le mandaron traducir en las dos lenguas generales, del Perú, quichua y aimará, fue indispensable imprimirlos en los reinos del Perú, para ahorrar los gastos y las dificultades que ofrecería esa impresión en los reinos de Castilla donde no estarían a mano los correctores de las dichas lenguas indígenas. En vista de esto, la Audiencia expidió un auto con fecha 13 de febrero de 1584, concediendo licencia al impresor Antonio Ricardo, Piamontés, y «no a otro alguno» para imprimir dicho catecismo, asistido de los padres Juan de Atiença, rector de la Compañía de Jesús, y del padre Joseph de Acosta de la misma Compañía, y «de dos de los que se hallaron a la traducción de nuestra lengua castellana en las de los indios». El impresor o quien le representase, debía vender la obra con arreglo a la tasa oficial, que era de «un real cada pliego en papel», y pagarse con el producido la imprenta, el impresor y las demás personas que en ello se ocuparen, so pena que de no hacerlo así perderían sus bienes y saldrían desterrados perpetuamente de todas las Indias de S. M.

     Se deduce también de este auto, que la oficina de Antonio Ricardo, debía establecerse para la impresión del Confesonario en la Casa y Colegio de la Compañía de Jesús de la ciudad de los Reyes, «en el aposento de la dicha casa que señalare el Rector de ella» y con asistencia de las personas expresadas en el auto. Cada ejemplar debía llevar la firma del padre Rector o del padre maestro Joseph de Acosta, sin cuyo requisito no podría venderse uno solo. A pesar de la fecha que queda expresada arriba, el auto concluye con las siguientes palabras: dada en la ciudad de Los Reyes a doce días del mes de agosto de mil y quinientos y ochenta y cuatro años.

     Confesionario / para los curas / de indios / con la instrucción contra sus / ritos: y exhortación para ayudar a bien morir: y sum / ma de sus privilegios: y forma de impedi / mentos del matrimonio. / Compuesto y traducido en las / Lenguas quichuas, y aimará. Por autoridad del Concilio / Provincial de Lima, del año 1583.- Impreso con licencia de la / Real Audiencia, en la Ciudad de Los Reyes, por Antonio / Ricardo primero impresor en estos Rey / nos del Perú / Año de M. D. LXXXV. / Está tasado un Real cada pliego, en papel, in 4º.

     Este título tiene en el centro de la carátula que le contiene una lámina con la cifra conocida de la Compañía despidiendo rayos de luz, con esta inscripción en rededor: ejus Jesum vocabis nomen; y más afuera esta otra: Ecce salutiferum nomen, quo vita salusque constat, et hoc nobis coelica regna parat.

     Al título sigue con el de «provisión real», el auto que queda extractado, y luego las demás materias en el orden siguiente: Erratas. Aprobación del «Confesonario» firmada por Toribius Archiepiscopus de los Reyes. Decreto del Concilio sobre el Confesonario (en latín). Proemio sobre el Confesionario e instrucción de las supersticiones y ritos de los indios; en que se declara cómo se han de aprovechar desto los sacerdotes.- Confesionario.- (Es una serie de preguntas numeradas, en los tres idiomas).- Preguntas para los caciques y curacas, y hechiceros. Exhortación o plática después de oída toda la confesión. En una de estas exhortaciones contra la borrachera se lee: ¿Por qué te emborrachas tantas veces? ¿No te basta comer y beber, y holgarte sino que te has de volver peor que una bestia sin juicio? ¿No ves las maldades que hacen los borrachos? Cómo se apuñalean y hieren y matan, y a veces se echan sus madres? Tu carnero y tu caballo nunca beben más que lo que han menester; y tú eres peor que un caballo, que te tornás bestia).- Instrucción contra las ceremonias y ritos que usan los indios conforme al tiempo de su infidelidad: 6 capítulos en español.- (El primero, «de las idolatrías, comienza así»: Común es a casi todos los indios adorar guacas, ídolos, quebradas, peñas, o piedras grandes, cerros, cumbres de Montes, manantiales, fuentes, y finalmente cualquier cosa de naturaleza que parezca notable. Ítem, es común adorar el sol, la luna, estrellas, el lucero de la mañana, las cabrillas y otras estrellas, etc. Toda esta instrucción es muy interesante).- Supersticiones de los indios, sacadas del segundo Concilio Provincial de Lima, que se celebró el año de sesenta y siete.- Los errores y supersticiones de los indios sacadas del Tratado y averiguación que hizo el licenciado Polo. (Estos dos tratados abrazan todas las creencias religiosas de los peruanos de la Sierra y del litoral). Exhortación breve para los indios que están ya muy al cabo de la vida, para que el sacerdote o algún otro le ayude a bien morir. Otra exhortación más larga para los que no están tan al cabo y tienen necesidad de disponer su ánima.- Letanía. De algunos privilegios y facultades concedidas para las Indias, por diversos sumos Pontífices. El cual vio y aprobó el santo Concilio provincial de Lima del año de M. D. LXXXIII, y mandó que se pusiese juntamente con el Catecismo para que los curas y las demás personas a quienes toca, tengan noticia de ello.- La forma que se ha de tener en publicar los impedimentos de matrimonio cuando se hacen las amonestaciones, es la siguiente: Convendrá por lo menos algunas veces al año cuando se junta todo el pueblo, hacerla leer como está aquí por extenso, para que no tengan ignorancia de cosas que tanto les importa saber.- Los impedimentos que hacen que no valga el matrimonio que se contrae con algunos de ellos son los siguientes, los cuales se han de decir en las amonestaciones.

     Este es el contenido del Confesionario: tiene tres foliaturas diferentes.- 27 fol. 16 fol. 24 fol. y al fin: impreso en la ciudad de Los Reyes, por Antonio Ricardo, primero impresor de estos Reinos del Perú. Año de M. D. LXXXV.

     En este mismo año 1585, por la misma imprenta de Antonio Ricardo y la misma ciudad de Los Reyes, se dio a luz un vol. in 4º de 215 fol. o 430 pág. con este título: TERCERO / CATHECISMO / Y EXPOSICIÓN DE LA / DOCTRINA CHRISTIANA, POR / SERMONES PARA QUE LOS CURAS Y OTROS / MINISTROS PREDIQUEN Y ENSEÑEN A LOS INDIOS / Y A LAS DEMÁS PERSONAS. / CONFORME A LO QUE EN EL SANTO / CONCILIO PROVINCIAL DE LIMA SE PROVEYÓ. / IMPRESO CON LICENCIA DE LA REAL AUDIENCIA, EN LA CIUDAD DE LOS REYES, POR ANTONIO RICARDO PRIMERO IMPRESOR EN ESTOS REINOS DEL PERÚ.- AÑO DE M. D. LXXXV. Está tasado un real por cada pliego en papel. Los sermones son XXI, en lengua quechua y aimará, y colocados en dos columnas.

     La carátula tiene la misma viñeta descripta arriba con esta inscripción en rededor: Dulce tuum nostro scribas in pectore nomen namque tuo constant nomine nostra salus. Después de la foja consagrada al título y erratas, siguen siete más sin numeración, comprendiendo las «provisiones reales» y la «tabla de las materias y cosas notables que se contienen en los sermones». Este volumen tiene bastante perfección tipográfica y por el carácter y distribución de los títulos, etc., remeda las ediciones llamadas elzevirianas.

116.       Ticknor.- Obra varias veces citada. Edición de Boston, T. 2, pág. 170.

117.       Drake partió del puerto Plymouth el día 15 de noviembre de 1877, y al año justo tomaba tierra en la isla de la Mocha, sobre el Pacífico chileno.

118.       En Buenos Aires no se alumbraron las calles con faroles, y velas de sebo, hasta después que se erigió en Capital de Virreinato.

119.       Nombre menos noble dan a este mismo navío algunos otros escritores, entre otros el señor Vicuña Mackenna que ha sacado partido del que él acepta, para divertir a sus lectores con algunos juegos de palabras chistosas. Véase su interesante historia de Valparaíso.

120.       Véase la relación del viaje al Estrecho de Magallanes por la fragata española María de la Cabeza.- Madrid, 1788.

121.       Véase el Registro Estadístico tomo 2º de 1860 pág. 6, redactada por el señor don M. R. Trelles, y el artículo de este mismo en el tomo 2ºde la «Revista del Río de la Plata», titulado: Francisco de Mandojana: socorro para Chile y episodio de los Anales de Buenos Aires.

122.       Aún no tenemos una biografía completa y esmerada de nuestro fundador; uno de los conquistadores que a par de Irala nos reconcilian con sus compañeros de espada y arcabuz, por sus servicios positivos y por el acierto de sus medidas gubernativas.

123.       Ciento y treinta, dice Centenera.

124.       El objeto y motivo del último viaje de Caray en que le sorprendió la muerte, es desconocido de los antiguos historiadores, incluso el Deán Funes. Este supone que iba de visita a la capital del Paraguay y en son de paseo, acompañado, por vanidad, de una lucida comitiva. Azara da como razón del viaje, la traslación a paraje más adecuado de la población de San Salvador, y cae en errores a que le expone su completa ignorancia de la llegada del gobernador de Chile a Buenos Aires y su paso por tierra hacia aquel Reino. Siempre prevenido contra Centenera, le atribuye la intención de «zaherir» a Caray; pero esto no es cierto, pues leyendo con calma e imparcialidad la crónica en verso, se advierte que su autor es incapaz, ni en éste ni en ningún otro lugar de ella, de ofender la verdad, ni la buena reputación de nadie. Dos versos de La Argentina serían el más justo y cristiano epitafio que podría escribirse sobre la losa fúnebre de Garay, y son estos que se hallan al final del canto XXIV:

          Perdónele quien puede, que provecho

          sabemos que en la tierra mucho ha hecho.

Centenera dice lo que sabe, lo que vio: no acusa a nadie directamente y se contenta, a veces sin saberlo, con dar los antecedentes que pueden servir de acusación y de descargo, para que el lector falle con equidad sobre el mérito de los personajes cuyos nombres manda a la posteridad, bajo la custodia de sus endecasílabos. (Funes. lib., 2º cap. II.-Azara, Edición de Madrid, tom. 2º núm. 148, pág. 211).

125.       De este género son las pinceladas poéticas que tanto indisponían a Azara y a nosotros nos ponen de buen humor.

126.       Ensayo hist. T. 1º, lib. 2º, cap. IX, pág. 269.- Edición de 1810.

127.       «Párroco idiota hasta la irregularidad» (Funes).

128.       A la oct. 10 del vigésimo canto.

Obera, Obera
paytupa, Iesus,
yendebe hiye,
hiye, hiye.

129.       Holguemos, holgemos y refléjese sobre nosotros el resplandor de Dios y de Jesús.

130.       Véase Bib. selecta de lit. españ. por Mendibil e Silvela, Tom. IV.- Poesía épica.

131.       Macana, dice una nota de este canto XX, es una arma que usan los chiriguanos de vara en largo, de un palo recio y a manera de espada, y en lugar de punta tiene al cabo pala.

132.       La Palometa, podría ser tal vez un disco de piedra ajustado por el centro a un cabo de madera.

133.       Este pasaje lo relata con felicidad y concisión el deán Funes, inspirándose en la relación de Centenera que acaba de leerse con todos sus detalles, preciosos por los pormenores en que entra el autor como testigo ocular. El deán escribe así: conforme a las leyes del duelo se emplazaron para aquella tarde, en que con sólo dardo y macana entraron en palestra a presencia de todo el pueblo, apadrinado Urambia de Urambieta y Curemo de Niantombia. (Xiantombia, se lee en la edición de Centenera de que servimos). En la intrepidez con que ambos se acometieron, no parecía sino que cada uno recogía los últimos restos de unas fuerzas perdidas, para morir con honra. Urambia quebró el dardo a Curemo, echando éste mano a la macana se defendía con valor. Causaba lástima ver las heridas de dos ancianos empeñados en destruirse. Despartiéronles al fin los padrinos y decidieron los jueces que aunque ninguno había vencido, ambos eran dignos de la victoria. Libro 2º Cap. IX, T. lº, pág. [...] de la edición de 1816.

134.       Funes ib. pág. 275.

135.       En Extremadura.

136.       La Argentina, canto VI, oc. 28.

137.          

Viniendo de la iglesia una mañana
que había sacrificio celebrado,
una comadre mía, Mariana,
de su pequeña choza me ha llamado,
en una isla de antes la tirana
le había a su marido sepultado,
y oíd lo que me dice muy gozosa
aunque del hecho suyo recelosa.
Un solo perro había en el armada
de gran precio y valor para su dueño,
llamado entró ese día en su posada;
mas nunca más salió de aquel empeño,
porque ella le mató de una porrada
al tiempo del entrar, con un gran leño;
mostrándolo me dice: «¿qué haremos?»

     Yo dije: «asad señora y comeremos».

138.       Canto 20.

139.       Así lo clasifica Ticknor, Historia de la literatura española, t. 2, pág. 437, edición de Boston.

140.       Tomás Candisch, señor de Miteley, le llama Centenera.

141.       Canto XXV.

142.       Ib. Oct. 16.

143.       Canto XXVIII, oct. 32.

144.       Yerba que siente.

145.       Triumphis mortis.- Cap. 20.

146.       El 17 de octubre de 1572: «Y el año del setenta y dos corría», dice Centenera. Canto 8º, Oct. 2ª.

147.       El señor doctor don Vicente F. López en su novela histórica conocida de todo el mundo, pone a contribución la crónica rimada de Centenera, mostrando cuánto campo suministra a la sagacidad del genio para penetrar en los adentros de la sociabilidad colonial, misteriosa como la de un claustro de la edad media.