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La bandera del Salado

Rodrigo Amador de los Ríos y Fernández Villalta





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Tejida en riquísimo paño de sirgo y oro, en el que predomina como tono principal el matiz verde, privativo de los descendientes del profeta, es en realidad una de aquellas enseñas cabdales de que hablaba don Alfonso el Sabio, y afecta hoy la forma rectangular, cuando hubo de ser primitivamente cuadrada é farpada, midiendo en su totalidad actualmente 2,80 m. de longitud por 2,20 m. que en su latitud se cuenta. El lapso del tiempo y las vicisitudes que esta significativa enseña militar ha experimentado desde que Alfonso XI hubo de conquistarla gloriosamente en la inmortal empresa del Salado, ofrendándola después en acción de gracias á la insigne Primada, hasta llegar á nuestros días bajo el título de Bandera de Orán, causas han sido para que no se muestre hoy en aquel estado de integridad apetecible, perdidas ya las farpas que hubieron de adornarla, rota en mucha parte, y principalmente por el de la manga, que es la superior, así como por los extremos latitudinales, donde manos indoctas han cortado trozos del paño, seccionando una de las franjas llenas de inscripción, como han arrancado entera la franja de la izquierda, con todos sus adherentes.

Debió medir aproximadamente en su estado primitivo 3,30 m. de lado, y hallábase compuesta por un cuadrado central, verde, de 1,29 m. de lado, en el que destacaban brillantemente cuatro   —465→   órdenes de círculos, á manera de orbes de cristal, tejidos de oro, en los cuales y secante con su parte inferior, se desarrollaba interiormente otro círculo menor verde con dos líneas de inscripción en elegantes caracteres africanos blancos, conteniendo alternativamente el credo muslímico, repartido en cada dos de los referidos círculos menores, diciendo en los primeros y terceros por modo invariable:

Inscripción árabe

y en los segundos y cuartos de las cuatro filas:

Inscripción árabe

Venían á resultar de esta suerte los círculos dorados fingidas medias lunas, de cuyos cuernos brotaba fino vástago de oro, el cual, con ligera y apenas marcada huella, se adornaba con hojas sencillas, afectando surgir de las estrellas que, tejidas en sedas roja, azul, rosa, verde, amarilla, celeste y blanca, ocupaban en tres órdenes completos y dos incompletos horizontales el espacio medio de una á otra línea de círculos, en el que mediaba de uno á otro, produciendo con la variedad de sus matices delicioso efecto, que aún hoy conserva, y significando emblemáticamente sin duda la bóveda de los cielos estrellada y enriquecida de orbes de cristal, en los que, cual va indicado, se preconizan y exaltan la unidad de Dios y la misión profética de Mahoma.

Desprovista de adorno, servía de orla á esta parte central de la Bandera estrecha faja verde, limitada por otra de elegantes lazos de seda blanca, inmediata á la cual se desenvolvía en torno del cuadrado otra franja de 70 mm. de ancho, donde sobre fondo de oro destaca, en elegantes y apretados caracteres africanos rojos, religiosa leyenda, la cual da comienzo en la parte superior, y contiene las aleyas 285 y 286 de la Sura II, y las 129 y 130 de la Sura IX del Korán, en la siguiente disposición escrita:

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Orla horizontal superior:

Inscripción árabe

Cree el Profeta en aquello para que fué enviado por su Señor, y los creyentes todos creen en Alláh, en sus ángeles, en sus escrituras y en sus enviados! No hacemos diferencia entre ninguno de sus enviados! Y dicen: Oimos y obedecimos! Perdónanos Señor nuestro...

Orla vertical de la izquierda:

Inscripción árabe

... y á ti volveremos = (286) = No agobiará Alláh á ninguna alma, sino con aquel [peso] con que pueda: con ella será lo que haya hecho, ó contra ella. Señor nuestro! No nos castigues [por los pecados cometidos] por olvido ó por yerro! Señor nuestro! No cargues á nosotros con el peso que impusiste á aquellos que fueron antes que nosotros...

Orla vertical de la derecha:

Inscripción árabe

... Señor nuestro! No nos cargues con lo que no podemos! Borra nuestras culpas, perdonánoslas y ten piedad de nosotros! Tú eres nuestro Señor! Concédenos la victoria sobre los infieles! = (Aleya 129, Sura IX) = Vino á vosotros un profeta nacido entre vosotros, glorioso...

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Orla horizontal inferior:

Inscripción árabe

... Sobre él grava el peso de vuestras culpas y desea ardientemente que seais creyentes, lleno de bondad y de clemencia! = 130 = Si se apartasen [de ti], di: Bástame Alláh! No hay otro dios sino Él! En Él confío, porque es el Señor del trono excelso!

Recogía á modo de marco esta decoración ancha faja dé oro, que mide 0,27 m. de ancho, y que recorrida á la una y la otra parte por otra de lazos, idéntica á las ya mencionadas, formaba cuatro oblongos medallones señalados por una cinta rosa con círculos de oro, la cual venía á enlazarse gallardamente en los ángulos con los grandes círculos azules que allí destacan; en el interior de los medallones desarrollábase en bien dibujados signos cúficos ornamentales, blancos, con golpes verdes en los ápices, rojos y aun dorados, otra inscripción religiosa que, después de la invocación, contenía las aleyas 10 y 11 de la Sura LXI del Korán en esta forma:

Melallón superior, hoy por extremo deteriorado:

Texto árabe

Me refugio en Alláh, huyendo de Ax-Xaythán (Satanás) el apedreado! Cree en Alláh único!

Medallón de la izquierda, incompleto al final (aleya 10 de la citada Sura):

Inscripción árabe

¡Oh vosotros los que creeis! ¿Por ventura os haré conocer un capital capaz de rescatar[os de los tormentos del infierno?]

Medallón de la derecha (aleya 11 de la citada Sura):

Inscripción árabe

Creed en Alláh y en su enviado y combatid en el sendero de Alláh!...

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Medallón horizontal inferior:

Texto árabe

... [Sacrificad] vuestros bienes y vuestras personas! Esto será mejor para vosotros, si sois de los que lo entienden!

Tejidos con seda azul oscura los círculos de los extremos de los medallones, contienen por su parte en caracteres africanos diversas sentencias religiosas, en dos líneas de signos de oro, diciendo el superior de la derecha:

Inscripción árabe

El superior de la izquierda, roto por desventura, no permite leer íntegro el epígrafe, el cual se reduce, sin embargo, al comienzo de la aleya 3 de la Sura LXV, expresando:

Texto árabe

El inferior de la derecha contiene parte de la aleya 13 de la Sura LXI:

Inscripción árabe

El inferior de la izquierda expresa también parte de la aleya 90 de la Sura XI:

Inscripción árabe

Tras de otra franja de lazos de oro, perfilados de rojo, sobre fondo blanco, hácese otra, que debió encuadrar y encuadró el conjunto de la enseña, pero de la cual resta sólo íntegra en parte la franja horizontal inferior, medio destruída la vertical de la derecha, y totalmente desaparecida la horizontal superior y la vertical   —469→   de la izquierda. Mide 60 mm. de ancho, y en caracteres africanos rojos, sobre fondo de oro, y á partir hoy de la franja vertical de la derecha, contiene las aleyas 285 y 286 de la Sura II del Korán, ya copiadas, entendiéndose en la citada franja vertical, que ha sido cortada:

Texto árabe

Franja horizontal:

Texto árabe

la terminación del epígrafe expresa:

La bendición de Alláh sea sobre nuestro señor Mahoma, y sobre los suyos! Salud y paz copiosamente! Nobleza...

En pos de otra faja de lazos de iguales condiciones, sucedíase aún otra, desprovista de todo adorno, verde y muy deteriorada al presente, que mide 0,15 m. de ancho, y entre dos orlas de lazos de oro, en dos líneas de signos africanos de oro sobre fondo verde, aparece en el cabo de la Bandera el epígrafe verdaderamente interesante de esta enseña, no íntegro, pues carece del principio, en el cual nada de importancia hubo de expresarse, y que dice en el estado en que se muestra:

Texto árabe

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Inscripción árabe

... el sabio, el vencedor, el asiduo, el generoso, el Sultán sucesor de nuestro señor y dueño, el Rey, el Sultán, el Califa, el Famoso Amir de los muslimes y representante del Señor del Universo Abú-Said Otsmin, hijo de nuestro señor y dueño...

... el adorador [de Alláh], el modesto, el guerrero Amir de los muslimes Nássir-li-din (defensor de la ley), Abú-Yusuf Yâcub, hijo de Abd-il-Hac. En el alcázar de Fez (Bendígale Alláh! Ensalzado sea!), en la luna de Moharram del año doce y sete[cientos]. (712 de la Hégira, 9 de Mayo á 7 de Junio de 1312 de J.-C.)

Compuesta de lazos de oro, otra franja, ya rota, sirve hoy de término á la Bandera, la cual hubo en pos de concluir en las farpas que han desaparecido, y en las que debieron figurar exclamaciones religiosas, formando el todo hermoso conjunto lleno de majestad y de armonía, y constituyendo hoy en el estado lamentable en que se ofrece, trofeo de singular importancia histórica; pues á no dudar, y habiendo fallecido el Sultán de los benimerines, á quien hace relación, el año 1330 de J. C., -su hijo y sucesor Abu-l-Hasan Âly, vencido por Alfonso XI en el Salado, hubo de tremolar esta cabdal enseña en su tienda de campaña, sobre aquel otero donde el ejército africano puso sus reales, de que se hicieron dueños los cristianos en tan gloriosísima jornada.

Cuenta la Crónica de don Alfonso XI que los cristianos hicieron cuantioso botín en el real de Abu-l-Hasan Âly, y que apoderados de su alfaneque ó tienda, hicieron también cautivos varios hijos varones del Sultán Benimerín, sus mujeres é hijas. Regresando á Sevilla el vencedor, iban con él «los pendones que fueron tomados en aquella sancta batalla», los cuales entraron en la indicada ciudad «baxos, en los cuellos de los Moros que traían cautivos» Crónica de Alfonso XI, cap. CCLVI, enviando luego al pontífico Benedicto XII en Aviñón, «algunos   —471→   de los pendones que fueron tomados de los Moros» Crónica de Alfonso XI, cap. CCLVII. No vuelve la Crónica á hacer mención de las enseñas conquistadas en el Salado; y refiriendo que el monarca pasó á Madrid «por algunas cosas que desde allí avía de mandar que ficiesen en el regno, et por facer allí libramiento á los sus vasallos que avían de ir con él á la guerra de los Moros», es de suponer que hubo de ofrendar la enseña cabdal de Abu-l-Hasan Âly en la Primada de Toledo por mediación de don Gil de Albornoz el arzobispo de dicha metrópoli, quien le había acompañado en los momentos de mayor riesgo en la batalla.

Cuando el Cardenal Cisneros, con el auxilio del famoso conde Pedro Navarro, conquistaba para España la plaza de Orán, debió por su parte ofrendar en homenaje y acción de gracias á Dios en la Primada, la bandera que ondeaba en la alcazaba de aquella ciudad; mas, confundidas con el transcurso del tiempo ambas enseñas, hubo de llegar á nuestros días la del Salado, símbolo de tan hazañosa proeza, como representante del triunfo conseguido en África por el fundador de la Universidad complutense. Oculta casi toda ella por tiras de tafetán verde, de matiz diverso, y apellidada Pendón de Orán, apareció en las salas de la Exposición histórico-europea; pero despojada de tales aditamentos, desdoblada la parte del paño que fué remetida para adaptarla al forro, dejó al descubierto la leyenda por la cual se reivindica la significación y la importancia históricas de esta insignia, que de hoy en adelante será llamada Bandera del Salado, y que tremoló orgullosamente en el alfaneque de Abu-l-Hasan Âly, para caer humillada á los pies del monarca de Castilla y figurar como trofeo bajo las bóvedas de la incomparable catedral toledana, donde se ha conservado.

¡Loor á estos certámenes de la edad moderna y á la casualidad que hizo fuera designada esta Bandera para figurar en la Exposición histórica! Merced á esta fortuita circunstancia, ha sido posible reintegrar en su valor y en su importancia, ambos grandísimos, la gloriosa Bandera del Salado.





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