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Detalle  de  una ilustración  del Libro de astromagia   de Alfonso X.

Figura 20. Sacrificio a Mercurio cuando está en Géminis. Alfonso X, Libro de astromagia, Biblioteca Vaticana, MS Reg. lat. 1283ª, fol. 32r.

El hermetismo árabe originado en Harrán nos proporciona una gran cantidad de textos en cuya búsqueda y traducción se afanaron los sabios de la corte de Alfonso X68, pero una vez más es infructuosa la indagación de precedentes figurativos de la cultura visual que se plasma en las ceremonias astromágicas de la miniatura alfonsí. Sin embargo, contamos con algunas imágenes tardías procedentes del mundo islámico de esta vertiente de la magia astral que los sabeos harranianos vincularon a la figura de Hermes. En el Ki ab al-bulh an de Oxford69, fechado en el año 1399, encontramos un personaje que parece hallarse en un paisaje campestre que le sirve como fondo, pero la escena se halla enmarcada por un arco, lo que parece sugerir que se desarrolla ante las puertas de un templo (Figura 21). El individuo, que tiene clavada su mirada en un astro representado en la clave del arco, toma una sustancia de una vasija y la quema en un incensario que tiene ante sí. Del texto se deduce que se trata nada menos que de Hermes Trismegisto, y que el edificio es el santuario de la ciencia hermética, el templo egipcio de Hermes al que se refiere Albumasar en su Kitab al-uluf70. Hermes aparece como el gran maestro de la magia astral, adornado con la barba que distingue a los sabios y ataviado con una túnica que le cubre hasta la cabeza. Mientras mira fijamente el astro al que dedica el ritual mágico, arroja un mineral a un quemador, y al fondo, un atril sostiene un libro donde deben de hallarse las fórmulas de encantamiento con las palabras secretas que ha de pronunciar al hacer su invocación. Aunque contamos con alguna imagen anterior de Hermes en el interior de su templo egipcio, es otra vertiente de la figura del mítico personaje la que se destaca71. Me refiero a la representación de Hermes como alquimista dentro de su templo egipcio de Abu Sir, que se halla en un manuscrito árabe realizado en 1339 (Figura 22)72. Pero para hallar otra imagen que remite a Hermes como sabio de la magia astral hay que avanzar algunas décadas. El horóscopo de Iskandar Sultan (Wellcome Library, MS Persian 474) es un manuscrito realizado en 1411 cuyo frontispicio está compuesto por una doble página con un diagrama cósmico circular con imágenes de ángeles, planetas y signos del zodíaco73. Una de las escenas plasma la figura de la luna junto a tres planetas, para expresar la conjunción, de estos astros en el momento del nacimiento del príncipe timúrida (Figura 23). Si observamos la iconografía de los planetas veremos algunos elementos que captan nuestra atención. La imagen de la Luna es bastante convencional en la iconografía islámica, y Saturno se representa como una divinidad hindú con varios brazos, como sucede con frecuencia en esa época. Más singulares son las figuras de Júpiter y Mercurio. Júpiter aparece manejando un astrolabio, lo que no parece haber sido un rasgo distintivo de su iconografía con anterioridad, y Mercurio tiene ante sí un libro que está sobre un atril, cuando lo común es que esté leyendo un libro o un rollo que sostiene entre sus manos. En realidad, lo que parece que se está representando es una ceremonia de magia astral, y el maestro de ceremonias no puede ser otro que Hermes, que desde la Antigüedad se había asimilado con Mercurio y así se había identificado en Harrán74, y al que los árabes habían caracterizado iconográficamente como sabio75.

Detalle  de  una ilustración  de Hermes en su templo.

Figura 21. Hermes en su templo. Kitab al-bulhan. Oxford, Bodleian Library, Ms. Or. 133, fol. 29r. (1399).

Detalle  de  una ilustración  de  Hermes como alquimista.

Figura 22. Hermes como alquimista en su templo. Biblioteca del Palacio Topkapi, MS Ahmet III 2075, fols. 2v. y 3r. (Bagdad, 1339).