Agudamente advierte A. González Troyano que tal visión estaba a su vez mediatizada por una serie de tópicos a los que ni la misma autora, con todas sus ínfulas de objetividad, pudo sustraerse: «¿No será que una serie de 'condicionantes' obligan, de forma consciente o inconsciente, a ver, a 'pintar', a narrar, de una determinada manera el mundo andaluz? ¿No será que deben respetarse unos 'topoi' que se imponen como invariantes ineludibles?» («Andalucía en la obra narrativa de Fernán Caballero», en R. Reyes Cano y J. Ramos Ortega (coords.), Autores andaluces. La imagen de Andalucía en la literatura de la España contemporánea (1840-1916), Cádiz, 1992, p. 23). (N. del A.)
De consulta obligada para esta cuestión es el libro de R. Brown, La novela española. 1700-1850, Madrid, Dirección General de Archivos y Bibliotecas, 1953. (N. del A.)
La fusión de novela y metanovela la considera J. M. Schaeffer rasgo esencial del Romanticismo, según la teoría de F. Schlegel: «La théorie critique comme prolongement de l'oeuvre romantique est un dernier trait central de la métathéorie schlégelienne: la critique d'un roman prolonge ce roman, elle ne lui est donc pas extérieure. Le commentaire de l'oeuvre fait partie de l'oeuvre. La théorie du Roman est une partie intégrante du Roman» (La naissance de la littérature. La théorie esthétique du romantisme allemand, París, 1983, p. 44.) (N. del A.)
F. Caballero, La Gaviota, C. Bravo-Villasante (ed.), Madrid, Castalia, 1983, p. 212. (N. del A.)
Comenta Rafael a Stein: «eso es bueno para vosotros los alemanes, no para nosotros. Una novela fantástica española sería una afectación insoportable» (ibíd., p. 214.) (N. del A.)
Y el mismo Rafael: «El sentimentalismo es tan opuesto a nuestro carácter como la jerga sentimental al habla de Castilla» (ibíd., p. 214.) (N. del A.)
Ibíd., p. 214. (N. del A.)
Ibíd., p. 215. (N. del A.)
D. de Valencina (ed.), Cartas de Fernán Caballero, Madrid, Hernando, 1919, p. 17. La carta la fecha Valencina en 1848. (N. del A.)
Hablando de doña Cecilia, le otorga «el mérito supremo de haber creado la novela moderna de costumbres españolas, la novela de sabor local, siendo en este concepto discípulos suyos cuantos hoy la cultivan, y entre ellos Pereda, que, afín además por sus ideas con las de Fernán Caballero, se ha gloriado siempre de semejante filiación intelectual» («Don José María de Pereda», en: Estudios sobre la prosa del siglo XIX, J. Vila Selma (ed.), Madrid, 1956, p. 200). (N. del A.)