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570

C. Coronado, Obras poética, G. Torres Nebrera (ed.), Mérida, 1993, p. 345. (N. del A.)



 

571

No comparto la opinión de muchos críticos que creen que Alberto murió realmente. Expongo los datos en que me baso para discrepar en mi trabajo «Alberto el misterioso», en: G. Carnero, I. J. López y E. Rubio (coords.) Ideas en sus paisajes. Homenaje al Profesor Rusell, P. Sebold, Universidad de Alicante, 1999, pp. 329-338. (N. del A.)



 

572

C. Coronado, op. cit., p. 549. (N. del A.)



 

573

R. de Castro, Follas Novas, M. Mayoral y B. Roig (eds.), Vigo, 1990, p. 117. (N. del A.)



 

574

J. Brody Kramnick, Making the English Canon. Print-Capitalism and the Cultural Past, 1700-1770, Cambridge, Cambridge University Press, 1998, p. 1. (La traducción es mía.) (N. del A.)



 

575

H. Bloom, The Western Canon The Books and School of the Ages, New York/San Diego/London, Harcourt Brace & Company, 1994, p. 428. (En el resumen de ideas que sigue y que debe tomarse en cuenta en el presente debate, la paginación se indica entre paréntesis en el texto.) (N. del A.)



 

576

El subrayado es mío. Viriato Díaz Pérez, en unas «Notas y ensayos sobre una traducción de 'El Cuervo' de Edgard Poe» publicadas en la revista modernista Helios, establece los cánones del arte nuevo del siglo XX en la lectura de ciertas tendencias romántico-simbolistas en las literaturas anglo-americana y francesa del siglo XIX: «[...] en la obra de Poe podrían encontrarse en germen todas las tendencias del que pudiera llamarse arte ventieval, ventisecular. Algunas veces podría entreverse un a modo de credo moderno en la obra del poeta. Yo he creído encontrarle esbozado en el Domain of Arnheim. Allí están por lo menos sus bases, amplias, sencillas y revolucionarias... Lo imprescindible para este espíritu singular está en el aire puro y libre... en el aniquilamiento nirvánico de la pasión... y en la creación de lo bello 'de un nuevo género...' Yo creo que en estos cánones pudieran estrecharse Mallarmé y Verlaine, Emerson y Ruskin, Maeterlinck y Nietzsche... todos los que en suma son o fueron sabiamente revolucionarios en lo moderno. Esta belleza de nuevo género de que Poe nos habla, fue la que presidió la creación de El Cuervo. Por el anhelo de esta belleza, se llegó en esta obra y en The Bells y otros fragmentos, a un arte que pudiéramos llamar definitivo e insuperable, arte para ese Futuro severo de que nos habla Nietzsche... No puede negarse que lo que él denominara 'principio poético' ha ejercido verdadera influencia en la literatura universal» (n.º 2, marzo de 1903, t. 3, p. 347. En las referencias a artículos de Helios cito la primera página). Véase mi estudio previo [Patricia O'Riordan] «Helios, revista del modernismo (1903-1904)», en: Abaco 4 (1973), pp. 55-150, en la p. 132. (N. del A.)



 

577

C. Bousoño, Épocas literarias y evolución. Edad Media, Romanticismo, Época Contemporánea, Madrid, Gredos, 1981 (2 vols. Véase t. 1, pp. 10 y 49-50). (N. del A.)



 

578

R. Pérez de Ayala, Obras completas, J. García Mercadal (ed.), Madrid, Aguilar, 1963, t. 4, pp. 1037 y 1040-1041. Conforme a esto declara: «El estilo absolutamente personal, sin nada de raza vieja ni nada de época actual, es un imposible. Por este derrotero la novedad del estilo es inaccesible, porque la personalidad pura -aquello profundamente íntimo que a cada cual distingue de los demás hombres- es por esencia inefable y, por ende, ininteligible de los demás. Un estilo absolutamente personal no sería ni nuevo ni viejo, sería una especie de tenebroso ruido, caos pregenesíaco» (1041). (N. del A.)



 

579

T. 1, n.º 1 (abril 1903), p. 120. Bloom, op. cit., p. 20, observa que el cambio de gusto literario conduce a una revalorización del género literario, que diferentes géneros se consideran canónicos según la época. La teoría literaria de Pérez de Ayala precede a la de Bloom en la misma trayectoria de la tradición humanista de Occidente: «La sustancia de la cultura reside en eso que desde hace veinte siglos se viene llamando humanidades. [...] Los clásicos contienen la más intensa saturación de humanismo y de humanidad; o sea, de experiencia humana» («Humanidades I Eficacia educativa», en: Más divagaciones literarias, op. cit., pp. 1214-1215). (N. del A.)