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ArribaAbajoActo II

 

La misma decoración del primer acto.

 

Escena I

 

EL CONDE y EL BARÓN.

 
 

(Salen juntos de la casa.)

 
EL BARÓN
¡Nada!, ¡nada!, ¡ni un indicio!
EL CONDE
¿Está usted cierto? ¿Ha observado?...
EL BARÓN
Hablé con ella dos horas
y la observé muy despacio.
EL CONDE
¿Y dice usted...?
EL BARÓN
Digo y juro
5
que está su juicio muy sano.
EL CONDE
Si usted lo afirma de veras...
EL BARÓN
Y vive Dios, que no alcanzo
en qué pudo usted fundar
su opinión, su anuncio infausto.10
EL CONDE
No faltaban apariencias;
mas, en fin, si fue un engaño,
mil gracias al cielo rindo,
y ojalá que también falso
salga mi juicio respecto15
del pobre Luis.
EL BARÓN
No dudarlo.
EL CONDE
¡Ah!, mucho temo, Barón...
Ya está usted viendo lo raro
de su conducta; no bien
llegan ustedes, y en tanto20
que padece su futura
aquel singular espasmo,
desaparece de pronto,
y en el zénit ya miramos
el sol, sin que haya podido25
mi diligencia encontrarlo.
EL BARÓN
Cierto; ni aun al desayuno
asistió; mas dice Pablo
que lo ha visto no distante
de casa. Tal vez los campos,30
que son aquí tan hermosos,
quiso admirar paseando
por estos alrededores.
EL CONDE
De nuevo en su busca salgo,
y plegue a Dios que usté acierte.35
EL BARÓN
Sí; no hay que ser visionario.


Escena II

 

EL BARÓN.

 
EL BARÓN
Si fuera cierto que Luis...
Porque en cuanto a Inés, es claro
que sólo la asoció el Conde
a la desgracia, pensando40
que yo mejor guardaría
secreto el suceso amargo,
si me hallaba cual él propio
afligido, interesado.
Pero se me hace muy duro45
de digerir el fracaso
de mi yerno... Quizá sea
un trastorno momentáneo
que el mismo amor origine,
y después de estar casado50
y tranquilo... ¡Sí! yo arrostro
por todo. Setenta y cuatro
cuento, y no quiero vivir
en mi vejez solitario,
y descender al sepulcro55
sin ver antes que renazco
en dos o tres nietecitos,
que pidan balbuceando
mi bendición, y me llamen
«Papá grande»... ¡Sin descanso60
me tiene ha tiempo este anhelo!
Sin cesar pienso mirarlos
tan traviesillos... tan monos...
Mimando al abuelo... ¡vamos!
¡Inés tiene treinta y seis!65
¡No! Yo no admito retardo.
Bueno es que esté preparada
la capilla; que el vicario
vendrá sin falta esta noche,
y si no está rematado70
Luis, bien se puede...

 (Llamando.) 

¡Tomasa!
¡Juan! ¡Eh, Juan!


Escena III

 

EL BARÓN y JUAN.

 
JUAN
¿Qué manda el amo?
EL BARÓN
Hoy muy tarde comeremos;
así que deje el cuidado75
de la cocina Tomasa...
JUAN
Ya tiene en el horno el pavo,
y sin plumas los capones,
y sin escama el pescado...
¡Ella todo!... Para nada80
le hace falta aquel pelmazo
de cocinero, que usía
como gran cosa nos trajo,
y que sólo mandar sabe
y estar haciendo arrumacos85
a la Blasa.
EL BARÓN
Bien; ve y dile
a tu mujer que la mando
que antes de nada se ocupe
de la capilla.
JUAN
Ya estamos.
EL BARÓN
Que coja abundantes flores90
y las ponga en lindos jarros,
y en los grandes candeleros
los cirios, que están guardados
en aquel escaparate...
JUAN
Ya sé en cuál; en aquel ancho95
de cedro.
EL BARÓN
¿Sin duda está
el crucifijo de mármol
en el altar?
JUAN
No se mueve
nunca de allí.
EL BARÓN
Lo ordenado
ve a cumplir, pues.
 

(FLORA en este momento aparece por la glorieta.)

 
JUAN
Sin demora.
100
Muy contentos, muy ufanos
nos tiene la boda a todos.
EL BARÓN
¿Sí?
JUAN
    ¡Ya se ve! Y es gallardo
el novio, como no hay muchos.
Lo que me tiene atontado105
es ver que en todo este día...
EL BARÓN

 (Interrumpiéndole.) 

¡Vete a cumplir mi mandato!
JUAN
Al momento; pero es cosa
bien rara, a mi ver, que estando
en día de casamiento...110
EL BARÓN
¡Eh! ¿Tendremos comentarios?
Guardar la lengua y servir.
JUAN
Yo... sí... pero... pues... pensando...
EL BARÓN

 (Irritado.) 

¿Y quién te ha dado permiso
para pensar, mentecato?115
JUAN
Naide... ni yo lo hice adrede...
EL BARÓN
¡Qué tiempos los que alcanzamos!
¿Que hasta esto piense!...
JUAN
No pienso
Fue... que pensé sin pensarlo.
EL BARÓN
Pues no vuelva...
JUAN
¡Ca!, en mi vida.
120
EL BARÓN
Respetar es necesario,
como a mí mismo, a mi yerno.
JUAN
Sí, señor; así lo hago.
EL BARÓN
Y creer que es bueno, y justo,
y racional, y sensato,125
cuanto él diga o ejecute.
JUAN
Así será.
EL BARÓN
Por lo tanto,
aunque lo vieres andar
pies arriba y boca abajo,
y decir que el día es noche,130
y que el círculo es cuadrado,
hay que afirmar que es aquello
muy justo y digno de aplauso.
JUAN
Como así lo ordene usía...
EL BARÓN
¡Lo ordeno!
JUAN
Bien.
EL BARÓN
No olvidarlo.
135
¡Vete!
JUAN
Me voy.
 

(Lo hace por la derecha.)

 
EL BARÓN
Veré ahora
a Inés; aún está en su cuarto;
mas, pues pasó su accidente,
debe pensar en su ornato.
Me parece que es prudencia140
decirla de un modo vago,
atenuante, la desgracia
del novio. Pudiera acaso
por su conducta ofenderse
no sabiendo... El sexo flaco145
lo único que no perdona
es la tibieza, y pintando
lo que pasa al pobre Luis,
como un efecto tirano
de su amorosa impaciencia,150
no le hago a su causa daño.
¡Ay, Dios!, casar a una hija,
según veo, es más trabajo
que los doce que nos cuentan
de Alcides.
 

(Se va por la derecha.)

 


Escena IV

 

FLORA.

 
FLORA

 (Bajando al proscenio.) 

Se fue el anciano
155
desconocido; en la casa
huéspedes hay hoy, y ¡cuántos!
Quizá por eso sería
que me mandó muy temprano
Tomasa a ver a la Bruna,160
y hacerla no sé qué encargo.
Ella pensará que estoy
con la vieja...

 (Sonriendo con malicia infantil.) 

¡Vaya un chasco
el que se lleva! No fui,
ni siquiera lo he pensado.165
Escondida en la glorieta
pasé la mañana... al cabo
nada logro, y me fastidio...
¡Cada minuto es tan largo!

 (Se sienta entre las flores, y dice, después de un momento de silencio.) 

    ¡Con qué esplendor, con qué orgullo170
os desplegasteis, ¡oh flores!,
del aura al plácido arrullo,
de tibia luz entre albores!
Después, del sol los rigores
    ajaron vuestra frescura,175
y enmudeció el aura pura
que -vagando en libres giros-
con amorosos suspiros
cantaba vuestra hermosura.
    Tampoco yo vengo ahora180
tan ufana y tan riente
como me encontró la aurora
al asomarse en Oriente.
Si aún dais corona a mi frente,
    no ya gozo al alma mía;185
pues no sé cómo, este día
-que nuestro destino iguala-
cual a vosotras la gala,
me robó a mí la alegría.
    No acierto, flores, de dónde190
me viene este afán primero,
ni qué objeto se me esconde,
que inútilmente aquí espero;
mas no... ¡engañaros no quiero!...
    A un hombre di esta mañana195
la flor de lis, nuestra hermana,
y ahora se aleja el cruel...


Escena V

 

FLORA y DON LUIS.

 
DON LUIS

 (Que entra por el fondo al decir FLORA el último verso.) 

Oigo su voz... ¡Flora!
FLORA

 (Aparte.) 

¡Es él!

 (Aparenta no verlo y juega con las flores con aire melancólico.) 

DON LUIS
¡Por fin te encuentro, tirana!200
FLORA
¡Ay, flores!
DON LUIS
¿Por qué suspiras?
FLORA
Si en olvido nos tuvistes,
del sol sufriendo las iras,
¿por qué de hallarnos te admiras
mustias al volver, y tristes?205
DON LUIS
    Me dijo luan que no estabas
en la quinta; que solías
recorrer las cercanías;
que muy tarde regresabas
cuando eran buenos los días;210
    y yo -anhelante por verte-
montes, playas he corrido
del calor en lo más fuerte.
FLORA

 (Llegándose a él.) 

¿De veras?... ¡sí! que se advierte
en tu rostro humedecido. 215

 (Le enjuga la frente con las flores que tiene en la mano.) 

DON LUIS
¡Ángel celeste!...

 (Aparte.) 

¡Me inspira
tal respeto su candor!...
FLORA

 (Viendo la flor de lis que lleva en un ojal.) 

¿Conque, conservas mi flor?
DON LUIS
¡Oh, sí!, en mi pecho la mira,
objeto de ardiente amor.220
    ¿No es igual a la que sella
tu tez pura, alabastrina?
¡Naturaleza, con ella,
por su creación más bella
te señaló y peregrina!225
FLORA

 (Sonriendo con inocente coquetería.) 

    ¿Conque, tan hermosa soy?
Yo, a la verdad, lo sabía;
mas no con tanta alegría
-como al decirlo tú hoy-
mi corazón lo sentía.230
    ¿De qué sirviera a la rosa
su perfume penetrante
ni su beldad primorosa,
si nadie la viera hermosa,
ni la aspirara fragante?235
    Pude ver indiferente
mis ojos y labios rojos
en el cristal de una fuente;
pero hoy los veo en tus ojos
¡Y es cosa muy diferente!240
DON LUIS
    ¡Ah!, de tu Luis piedad ten,
pues perderá la razón
con tales cosas, mi bien.
FLORA
¿Luis te llamas?
DON LUIS
Sí.
FLORA
¡También
eso más! Mi corazón 245
    lo adivinó. Te ama tanto
porque el cielo lo dispuso,
y como sello me puso
tu nombre casi.
DON LUIS

 (Transportado.) 

¡Qué encanto!

 (Reprimiéndose.) 

 (Aparte.) 

¡No!, de su candor no abuso.250
FLORA

 (Acercándosele cariñosamente cuando él se desvía.) 

   ¿Qué tienes? ¿Te has enojado?
DON LUIS
Padezco, Flora.
FLORA
¿Tú?
DON LUIS
¡Mucho!
FLORA
Mas ¿por qué?
DON LUIS
Soy desgraciado;
me es contrario, injusto el hado.
FLORA
No te entiendo, aunque te escucho. 255
DON LUIS
No entiendas; ¡ah!
FLORA

 (Con sensibilidad.) 

Sin embargo,
sólo al eco de tu acento
venir a mis ojos siento
lágrimas de llanto amargo.
DON LUIS
¡Es tan grande mi tormento!260

 (Notando que llora FLORA.) 

Pero no llores tú, no.
FLORA
Pues sí desgraciado eres,
¿cómo, ingrato, cómo quieres
no lo sea también yo?
DON LUIS
¡Oh perla de las mujeres! 265
    Si yo a tu lado viviera,
jurándote a cada instante
eterno amor, fe constante,
¿a qué monarca pudiera
tener envidia tu amante?270
FLORA
    ¿Qué dudas, pues, si es así?
Pues tú quieres y yo quiero,
sé desde hoy mi compañero,
no te separes de mí.
DON LUIS
Preciso fuera primero 275
    ser tu esposo.
FLORA
Selo pues.
No pienses que yo me asombre;
Tomasa a Juan da ese nombre,
¡y dulce, muy dulce que es!
DON LUIS

 (Aparte.) 

¡Que esto escuche, y calle un hombre!280
FLORA
    Seremos inseparables.
DON LUIS
¡Flora!...
FLORA
Los dos gozaremos
placeres puros y extremos;
goces del alma inefables.
DON LUIS
¡Ah! ¡Lo sé! ¡Fueran supremos! 285
FLORA
    Pues ¿quién la desgracia nombra?
Juntos del monte en las faldas,
juntos del bosque a la sombra,
¡flores nos darán alfombra!
¡flores nos darán guirnaldas!290
    Correremos, Luis querido,
cual cervatillos gemelos,
por todo el campo florido...
o cual pichones de un nido,
que al par emprenden sus vuelos.295
    Juntos nos verá al brillar
la aurora, juntos el sol
su ardiente rayo al lanzar,
y al sepultarse en el mar
tiñéndolo de arrebol.300
    Juntos -sin que nos dé espanto
de la noche el rostro austero-
a cada hermoso lucero
de los que bordan su manto,
pondremos nombre hechicero. 305
    Y si te aduerme el frescor,
para arrullarte, Luis mío,
cantaré un himno de amor
que aprendí del ruiseñor
en una noche de estío.310
    Pero si plácida luna
su pálida faz ostenta,
y allá en las aguas -que argenta-
juega la brisa importuna,
o suspira soñolienta, 315
    también los dos -a la par
rompiendo las mansas olas-
las haremos suspirar
y en mil círculos formar
caprichosas aureolas;320
    ¡pues cuando ligera nado
batiendo la blanca espuma,
no vuela en el aire pluma
ni pez surca el mar salado,
que aventajarme presuma! 325
DON LUIS
    Cesa, Flora; me haces daño
con cuadro tan lisonjero.
FLORA
¿Pues no lo hallas verdadero?
DON LUIS
¡Ay!, por fatalismo extraño,
tú enciendes mi amor primero330
    en el propio infausto día
en que tal vez...
FLORA
¿Qué sucede?
DON LUIS
De un deber la tiranía,
a aceptar cadena impía
acaso obligarme puede.335
FLORA
    ¿Cadena?
DON LUIS
Al tender quizá
la noche su opaco velo,
pronuncie a la faz del cielo...
Decirte no puedo más...
se apaga mi voz, y un hielo340
    por mis venas corre.
FLORA

 (Como recordando de pronto.) 

¡Ah! ¡Sí!
Lo recuerdo en este instante
El anciano hablaba aquí
con Juan, y todo lo oí,
porque no estaba distante. 345
    Trataron de un casamiento
¿Era el tuyo?
DON LUIS

 (Aparte.) 

Suerte cruda!
FLORA
¿Era el tuyo?
DON LUIS

 (Aparte.) 

¡Atroz momento!
FLORA
¡Era el tuyo! ¡Sí! ¡Lo siento!
No puede quedarme duda.350
DON LUIS
Lo has acertado, no miento.
FLORA
    Pues si de otra eres esposo
¿por qué decir que soy bella,
y por el campo afanoso
correr buscando mi huella? 355
DON LUIS
¡Porque te amo!
FLORA
¡Mentiroso!
¿Me amas y hacer compañía
prefieres a otra mujer?
DON LUIS
¡Ah!, no ha sido elección mía;
cediendo a larga porfía,360
obligado por deber
    tirano...
FLORA
¿Te obligan?
DON LUIS
Sí.
Un empeño... la opresión
que ejercen con su opinión
los hombres...
FLORA
¡Ah! ¿Cómo así?
365
¿Tan malos los hombres son?
    Pues huye de ellos... ¿qué esperas?
¡Huyamos! Cese tu afán;
dejo a Tomasa y a Juan...
y a mis flores...

 (Conmovida.)  

Las postreras
370
que bese, aquéstas serán.
¡Ven! ¡Dicen que el mundo es grande!
Lejos, muy lejos iremos,
y allá dichosos seremos
porque no habrá quien nos mande. 375
DON LUIS
Pero...
FLORA
¡Corramos! ¡Volemos!
DON LUIS
Escucha...
FLORA
No tengo oídos.
DON LUIS
Mas ¿cómo vivir los dos
solos, pobres, desvalidos,
por ese mundo perdidos?...380
FLORA
¡En todas partes hay Dios!
    No han allegado un tesoro
flores que viven un día,

 (Señala las del jardín.)  

y ya ves que Él, que las cría,
de nácar, púrpura y oro,385
las viste a su fantasía.
    Y oyes en tomo del nido
dos pajarillos cantar
con amoroso descuido,
aunque nada han recogido390
que los pueda alimentar
    pero saben que la mano
que al sol rige a su placer,
y enfrena al rudo Oceano,
es la que cuida del grano395
que mañana han menester.
DON LUIS
    ¡Ah!, tus acentos me encantan,
me enloquece tu ternura,
y por lograr la ventura
que me ofreces, no me espantan400
riesgos mil, te lo asegura
    mi corazón; mas deberes
tienen los hombres honrados,
y hay compromisos sagrados
que hoy impiden lo que quieres. 405
FLORA
¿Lo impiden?
DON LUIS
Pero me alienta
una esperanza, aunque triste;
no te digo en qué consiste,
mas pues ella me sustenta,
no olvides, Flora, que existe.410
FLORA
    Nada espero, nada ya,
sino un eterno dolor.
DON LUIS

 (Desprendiéndola del ojal.) 

Testigo sea esta flor.
FLORA
No la invoques; ¡muerta está!

 (Se la quita interrumpiéndole.) 

¡Ya ves! Consume tu amor. 415
DON LUIS
    Pues yo por él te aseguro,
aquí, a presencia del cielo...
FLORA

 (Interrumpiéndole y señalando las flores del jardín.) 

Y yo por ellas te juro
-y el sol las queme, y el hielo,
si muevo un labio perjuro-420
que más no te he de creer,
si aquí no logras probarnos
que no hay para ti deber
que primero deba ser
que el de acogernos y amarnos.425
 

(Se va por la izquierda.)

 


Escena VI

 

DON LUIS.

 
DON LUIS
    ¡Flora! Seguiré tus pasos...
Mas ¿a qué? ¿Con qué designio?
justo es su enojo... ¿Qué puedo
decirla, ni a qué me obligo?
De si es o no loca Inés430
hoy depende mi destino...
Sólo una causa cual ésa
romper puede un compromiso
tan grave. ¡Si Dios se digna!...
¡Oh!, mí deseo es impío; 435
mas no alcanzo otro recurso.
Ver, indagar, es preciso

 (En ademán de dejar la escena.)  

Si la vista no me engaña
la trae el cielo a este sitio.


Escena VII

 

DOÑA INÉS, DON LUIS y BEATRIZ.

 
DOÑA INÉS

 (A BEATRIZ, al salir.) 

Tal vez me libre el Señor440
por ese medio imprevisto.
BEATRIZ
¡Calla! Está aquí.
DOÑA INÉS
Lo celebro.
Saber lo que hay determino.
DON LUIS

 (Aparte y observando a DOÑA INÉS con disimulo.)  

Ansío y temo el hablarla.
¡Si la hallo cuerda, me abismo! 445
DOÑA INÉS

 (A BEATRIZ, mirando a hurtadillas a DON LUIS.) 

¡Si lo hallo loco, me salvo!
BEATRIZ
¡Háblale, pues!
DON LUIS

 (Aparte.) 

¡Me decido!
 

(DOÑA INÉS y DON LUIS, que se han observado a hurtadillas, se acercan de pronto el uno al otro, diciendo al mis mo tiempo la palabra siguiente.)

 
DON LUIS y
DOÑA INÉS
Quisiera...
DON LUIS
Prosiga usted,
señora.
DOÑA INÉS
No; le suplico
450
que hable usted...
DON LUIS
Sólo quería,
por el placer que recibo
en ello, escuchar su acento...
DOÑA INÉS
También yo gozo infinito
oyendo al señor don Luis.455
DON LUIS
De tal dicha no soy digno.
DOÑA INÉS
Estando ya tan cercano
el instante decisivo
que enlazar debe por siempre
con el de usted mi destino,460
justo es que hablemos los dos
con franqueza, sin testigos
importunos.
DON LUIS
Yo lo anhelo.

 (Aparte.)  

Apenas tengo resquicios
de esperanza.
DOÑA INÉS
Si usted gusta...
465

 (Invitándole a sentarse, y haciéndolo ella.) 

DON LUIS
Con placer y agradecido.

 (Se sienta.) 

 

(BEATRIZ se aleja un poco. DOÑA INÉS y DON LUIS se observan mutuamente, esperando cada uno de ellos que hable el otro.)

 
BEATRIZ

 (Aparte.) 

    ¡Si yo pudiera a Tomasa
ver entretanto!
DOÑA INÉS

 (Aparte.) 

Principio,
pues él calla, daré yo
a la plática en que cifro470
mi esperanza.
DON LUIS

 (Aparte.) 

¡Está turbada!...
A echar la sonda me animo.
DOÑA INÉS y
DON LUIS

 (A un tiempo.) 

Conque...

 (Se detienen ambos.) 

DOÑA INÉS
¡Vamos! Diga usted.
DON LUIS
Parece que convenimos
el momento de empezar475
siempre a la vez.
DOÑA INÉS
Yo retiro
mi palabra; a usted le toca
comenzar, claro y explícito,
este coloquio importante.
DON LUIS
Con deferencia me eximo;480
pues saber lo que usted quiere,
lo que espera, es cuanto ansío.
DOÑA INÉS

 (Como desesperanzada al oír a su interlocutor hablar razonablemente.) 

¡Ah, don Luis!, no espero nada.
Suerte infausta me ha cabido.
DON LUIS

 (Aparte.) 

(Cobro ánimo.) ¿Con que juzga485
usted que tiene mal signo?
DOÑA INÉS
Sí, muy malo; no hay quien pueda
quejarse con más motivo
del rigor, de la injusticia...
BEATRIZ

 (Acercándose presurosa.) 

Querida Inés, te convido490
a dar un corto paseo;
ya ves, el tiempo es magnífico.
DON LUIS

 (Aparte.) 

Bueno. La nodriza teme
dejarla hablar.
DOÑA INÉS
No te impido
que vayas a espaciarte; 495
antes, más bien, te lo exijo.
DON LUIS
Sí, corra usted.
BEATRIZ
Pero...
DOÑA INÉS
¡Vete!
BEATRIZ
Pues lo ordenas, no replico.

 (Se aleja sin desaparecer de la escena.)  

 (Aparte.)  

¡Dios ponga freno en su boca!
DON LUIS
¿Conque, acusa usted de impíos500
a sus hados?
DOÑA INÉS
Y tampoco
juzgará usted que propicios
son los suyos.
DON LUIS
¿Yo? La causa
no alcanzo; mas ya imagino
cuál es la que encuentra usted:505
saber que no soy querido
por quien su mano me otorga
que, antes bien, horror la inspiro.
DOÑA INÉS
¿Lo piensa usté así?
DON LUIS
¡Lo veo!
Aquel espanto, aquel grito510
que hoy -al brindarle mi brazo
me mostró todo el desvío
que siente por mí...
DOÑA INÉS
No acierta
usted: mi espanto provino
de un objeto que...
BEATRIZ

 (Acercándose nuevamente con prisa y con inquietud.) 

Inesita,
515
suele el aire ser nocivo
a personas delicadas;
yo te ruego...
DOÑA INÉS

 (Indignada.) 

Y yo te intimo
que a interrumpirme no vuelvas.
DON LUIS

 (Aparte.) 

¡Es loca! ¡Sí! ¡Ya respiro!520
Si un incidente casual
motivó lo que he creído
fuera horror a mi persona...
DOÑA INÉS
Que se engañó le repito.
De otro punto hablar debemos525
más importante, y le pido
me oiga un momento.
DON LUIS
Ya escucho...
DOÑA INÉS
Confieso que no concibo
que en un negocio tan grave
como es casarse, sumiso530
al gusto de otro, se plegue
usted, y acepte unos grillos
que harto le deben pesar.
DON LUIS

 (Aparte.) 

¡Malo!... ¡Encuentro raciocinio!
DOÑA INÉS
Usted jamás podrá amarme,535
y por respetos mezquinos
torciendo su inclinación,
se ha prestado a un sacrificio.
DON LUIS
¡Sacrificio!... ¡Qué palabra
tan fuerte!
DOÑA INÉS
La ratifico.
540
No use usted de miramientos,
que hoy fueran intempestivos.
Tanto le oprime y trastorna
aquel enlace maldito
que le imponen, violentando, 545
señor don Luis, su albedrío,
que el Barón llegó a creer
DON LUIS
¿Qué?
DOÑA INÉS
¿Qué? Me pesa decirlo.
Que estaba usted loco.
DON LUIS

 (Levantándose con asombro.) 

¡Yo!
DOÑA INÉS
Y confieso mi delito;550
de nuestro yugo cercano
de tal modo me horrorizo,
que fundé triste esperanza
en hallarle a usted sin juicio.
DON LUIS
¡Cosa más rara!... Señora,555
éste es un hecho inaudito...
porque... -lo veo- tampoco
es loca usted...
DOÑA INÉS

 (Levantándose con asombro también.) 

¡Cómo!
DON LUIS
Digo
que igual ha sido el engaño
y el crimen; pues yo he creído560
que su razón no era sana,
y -por horrible egoísmo-
mi libertad fundé en ello
con odioso regocijo.
DOÑA INÉS
¡La coincidencia es extraña!565
Mas, en fin, lo positivo
es que nos casan, si modo
no encuentra usted de impedirlo.
DON LUIS
Eso a usted le corresponde.
DOÑA INÉS
¡A mí!... Mi sexo es muy tímido;570
pero no es justo que a un hombre
se le trate como a un niño,
y de su suerte futura
otro disponga a su arbitrio.
DON LUIS
Ni hay razón para que usted, 575
con su edad, con su atractivo,
pudiendo a gusto escogerlo
se deje dar un marido.
DOÑA INÉS
Caballero, tengo un padre.
DON LUIS
Señorita, tengo un tío.580
DOÑA INÉS
Mas, pues yo para que rompa
hoy le estimulo, le aguijo
DON LUIS
Hacerlo fuera un ultraje
a su decoro, que estimo
en mucho; fuera prestar 585
pretexto al vulgo maligno
para suponer patrañas
que manchasen su honor limpio.
Usted sí que romper puede
sin desdoro, sin peligro;590
pues a los fueros de dama
todo le está permitido.
Plánteme usted; cuando más,
lo achacarán a capricho....
y si aún eso evitar quiere,595
diga usted -la doy permiso-
que soy un necio, un tronera,
que estoy plagado de vicios.
DOÑA INÉS
No prosiga usted; primero
que recurrir a artificios,600
a ser por siempre infeliz
me conformo, me resigno.
DON LUIS
Mas, ¡ah señora!, por Dios;
no es soportable el martirio
de mirar siempre a su lado605
un objeto aborrecido.
Téngase usted compasión;
rompa su empeño conmigo
sin miramiento ninguno.
Si es menester me arrodillo610
demandándole esa gracia,
por su bien, no por el mío.

 (Dobla una rodilla a los pies de DOÑA INÉS.)  

DOÑA INÉS
Pero, don Luis...


Escena VIII

 

DON LUIS, DOÑA INÉS, EL BARÓN y EL CONDE.

 
EL BARÓN

 (Al ver a DON LUIS a las plantas de DOÑA INÉS.) 

¡Bravo! ¡Bravo!
No hay que asustarse, chiquillos.
Gozamos el Conde y yo615
al veros así, tan tímidos,
tan amartelados.
DOÑA INÉS
¡Padre!
EL BARÓN

 (A DON LUIS.) 

¡Tú también, pobre novicio,
te ruborizas?
DON LUIS
Señor...
EL CONDE
¿Dónde has estado, sobrino?620
DON LUIS
Me perdí por esos campos,
y acaso le habré tenido
inquieto a usted; mas perdón
de su bondad solicito.
EL BARÓN
Ya no hay en nadie inquietudes,625
gracias a Dios; ni aun vestigios
quedan de ellas.

  (Al CONDE.) 

¿No es verdad?
EL CONDE
Si opina usted...
EL BARÓN
Lo que opino
es que la boda esta noche
debe hacerse.
EL CONDE
Convenimos,
630
sin embargo, en que se aplace
el suceso apetecido,
si la salud de esta dama
lo exige.
EL BARÓN
Yo garantizo...
EL CONDE
A ellos toca el resolver,635
y yo, amigo, me anticipo
a decir que -pues los veo
cabizbajos e indecisos-
desde luego mejor fuera
retardáramos...
EL BARÓN
No atino
640
por qué razón, Conde. ¡Ea!
hablar vosotros... ¡prontito!
¿Qué queréis? ¿Qué deseáis?
DOÑA INÉS
En todo, padre, suscribo
a lo que diga don Luis...645
DON LUIS
Yo, tío, a Inés me remito.
Hoy o mañana es igual
para mí.
DOÑA INÉS
Pienso lo mismo;
si ha de ser, no importa el cuándo.
EL BARÓN
Pues entonces yo decido650
la cuestión por lo más pronto.

 (A DON LUIS.)  

¿Lo apruebas?
DON LUIS

 (Suspirando.) 

No contradigo.
EL BARÓN

 (A DOÑA INÉS.) 

¿Y tú?
DOÑA INÉS

 (Suspirando.) 

Prometí obediencia.
EL BARÓN
¡Conde!, ya usted los ha oído,
y condesciende sin duda...655
EL CONDE
Si ellos quieren, no replico.
EL BARÓN
¡Eh, pues! ¡Abraza a tu esposa!
DON LUIS
Pero...
DOÑA INÉS

 (Aparte, apoyándose en BEATRIZ.) 

¡Esto más!...
EL BARÓN
¡Ve, Luisito!
Abraza y firme... ¿Qué esperas?
Lo consiento, lo autorizo.660
DON LUIS
Obedezco... ¡Ah!
 

(En el momento en que DON LUIS se adelanta para acercarse a DOÑA INÉS, que se halla algo desviada hacia la derecha, aparece FLORA por la izquierda, a espaldas del CONDE. DON LUIS, que al ir a abrazar a su futura dirige a su tío una mirada de angustia, ve a FLORA y lanza un grito; ella corre velozmente y se entra en la glorieta haciéndole un gracioso gesto de amenaza; él se para turbado, sin llegar a DOÑA INÉS, con los ojos fijos en la glorieta.)

 
EL BARÓN

 (Aparte.) 

¿Qué le pasa?
EL CONDE

 (Llegándose a él.) 

¡Luis!
EL BARÓN
¿Acaso te has torcido
un pie?
EL CONDE
¿Qué miras?

 (Siguiendo con sus ojos la dirección de los de DON LUIS.)  

DON LUIS
Yo... nada...
EL CONDE
¡Nada!
DON LUIS
No... En efecto, miro...
Pero no es nada... una flor...665
EL CONDE y
EL BARÓN
¡Una flor!...
DON LUIS

 (Turbado y sin saber qué decir.) 

¡Pues!... de improviso
me acordé que esta mañana,
al verla, tuve el designio
de presentársela a Inés...
y avergonzome el olvido670
de aquel propósito.
EL CONDE

 (Aparte.) 

¡Siempre
las flores!
EL BARÓN

 (Al CONDE.) 

Será un marido
ejemplar.

 (A DON LUIS.)  

Pues llega, corta,
y hazle la ofrenda a tu ídolo,
que la distracción pasada675
perdona a tu amor contrito.
 

(DON LUIS, siempre mirando a la glorieta, corta la primera flor que encuentra, que es una de lis.)

 
EL CONDE

 (Bajo al BARÓN.) 

Sepa usted que son las flores
su escollo, su precipicio,
su extraña monomanía...
EL BARÓN
¡Bah, Conde!...

 (A DON LUIS.) 

De tu cariño
680
presenta la linda prenda.
DON LUIS

 (Presentando la flor a DOÑA INÉS.) 

Ruego a usted...
DOÑA INÉS

 (Retrocediendo con espanto al ver la flor.) 

¡Cielos!... ¡Oh impío!...
¡Ella... otra vez!... ¡en tu mano!...
¡Aparta, aparta, vestiglo!...
Ya te comprendo... ¡Sí! ¡Basta!685
¡Soy inocente!... yo espiro.

 (Cae desmayada.) 

EL BARÓN
¡Hija!
DON LUIS
¡Conde!...
EL CONDE
¡Desmayose!
BEATRIZ
Como un tronco: ¡Dios benditol
Si las flores la producen
vapores y parasismos.690
EL CONDE
Las flores!
BEATRIZ
Sólo su nombre
basta a sacarla de quicio.
EL BARÓN
¡Es posible!
EL CONDE
¡Cosa extraña!
BEATRIZ
Tiene espasmos convulsivos
siempre que las ve.
EL BARÓN
Si hubiera
695
tal circunstancia sabido...
mas volviendo... ¡Inés! ¡Hija!
EL CONDE

 (Aparte.) 

¡Señor!, esto es inaudito.
BEATRIZ

 (Dándole a oler un pomo.) 

Con esta sal de Inglaterra...
Siempre la traigo conmigo700
para un lance.
DOÑA INÉS
¡Ah!
EL BARÓN
Ya respira.
BEATRIZ
¡Hija!
EL BARÓN
¡Inesita! ¡Mi hechizo!
DOÑA INÉS
¿En dónde estoy?...
EL BARÓN
En mis brazos.
BEATRIZ
Con tu Beatriz.
DOÑA INÉS
Necesito
aire... me falta el aliento...705
Tuve un sueño...
BEATRIZ

 (Interrumpiéndola con viveza.) 

¡Sueño ha sido;
no hables más!
EL BARÓN
Darla reposo.
BEATRIZ
Que me preste el Conde auxilio
para llevarla a su cuarto.
DON LUIS
Yo también...
BEATRIZ

 (Rechazándolo.) 

No; no es preciso.
710
Entre el Conde y yo...
EL CONDE
Inesita,
mi brazo la ofrece arrimo.
Apóyese usted...
EL BARÓN
¡Llevadla!
Yo, con este reumatismo,
no tengo, y más si me asusto,715
ni las fuerzas de un mosquito.
 

(Se llevan a DOÑA INÉS entre EL CONDE y BEATRIZ.)

 


Escena IX

 

EL BARÓN, DON LUIS, luego JUAN, TOMASA, CRIADO 1.º y CRIADO 2.º

 
DON LUIS

 (Aparte.) 

O está loca muy de veras,
o nada de esto me explico.
EL BARÓN
¡Malditas las flores sean!
Como yo hubiera previsto...720
Pero ni una ha de quedar
con vida en estos dominios.

 (Llamando.) 

¡Antonio! ¡Pablo!
DON LUIS

 (Aparte.) 

¿Qué intenta?
EL BARÓN
¡Eh! ¡Tomasa! ¡Juan! ¡Benito!
JUAN

 (Viniendo, y en pos suya los criados.) 

¿Llama el amo?
TOMASA

 (Saliendo de la casa.) 

¿Qué ha pasado?
725
EL BARÓN
¡Escuchad todos! Yo firmo
sentencia de muerte...
JUAN

 (Retrocediendo.) 

¡Muerte!...
EL BARÓN
Contra esos seres dañinos
que flores tienen por nombre.
Quede al punto destruido730
este jardín.
JUAN

 (Aparte.) 

¡Santo Dios!
EL BARÓN
¡Que ni un resto, ni un vestigio
encuentren aquí mis ojos
de que tal cosa ha existido!
 

(Se entra en la casa.)

 


Escena X

 

DON LUIS, JUAN, TOMASA y luego FLORA .

 
 

(Toda esta escena es muy viva.)

 
JUAN
Pero las probes...
TOMASA
Nos toca
735
obedecer, pues servimos.
JUAN
¡Mis flores!...¡ay!... ¡qué soponcio!
TOMASA
El amo manda.
JUAN

 (Llorando.) 

No impido...
Pero...
CRIADO 1.º
¡Eh!, manos a la obra.
CRIADO 2.º
¡A ellas, pues!
 

(Van a arrancar las plantas y FLORA sale de pronto de la glorieta y los de tiene con su ademán.)

 
FLORA
¡No lo permito!
740
¡Atrás todos!
JUAN

 (Con tono plañidero.) 

¡Flora!
TOMASA

 (Con tono de reconvención.) 

¡Niña!
DON LUIS

 (Aparte.) 

¡Yo a este impulso no resisto!
CRIADO 1.º
¡Nada me para! Obediencia
es mi aquel.
CRIADO 2.º
Me encuentro listo.
 

(Vuelven a avanzar hacia las flores.)

 
FLORA
¡Tened! ¡Lo mando!... ¡Lo ruego!745
¡Por Dios! ¡Por Dios!...
TOMASA

 (Sujetándola.) 

¡Loca!
FLORA

 (Luchando por desasirse de TOMASA.) 

¡Inicuos!
¡Al arrancar la primera,
oiréis mi postrer suspiro!
DON LUIS

 (Aparte.) 

¡Pobre niña!...
JUAN

 (Sollozando.) 

¡Ay!...
TOMASA
Que se haga
lo que el señor ha prescrito.750
DON LUIS

 (Corriendo a ella.) 

¡Flora!
FLORA

  (Que se suelta de los brazos de TOMASA y va a arrojarse entre las flores.) 

¡Mi tumba serán,
como antes mi cuna han sido!
DON LUIS
¡Salid; ni una hoja se arranque!
TOMASA
Señor don Luis...
DON LUIS
¡Lo prohíbo!
CRIADO 1.º
El amo las condenó...755
DON LUIS
Pero yo las patrocino,
porque las amo, y resuelvo
no tolerar desatinos.
FLORA

 (Con regocijo y entusiasmo.) 

¡Él nos ama! ¡Él nos defiende!
¡Ahora al mundo desafío!760
DON LUIS
¡Mi bien!
FLORA

 (Bajando al proscenio y dirigiéndose a las flores que hay a uno y otro lado.) 

¡Nardos!, ¡dalias!, ¡rosas!
¡claveles!, ¡violetas!, ¡lirios!,
¡él es nuestro!

 (Se echa en los brazos de DON LUIS.)  

DON LUIS

 (Transportado.) 

¡Para siempre!
TOMASA
¡El novio de Inés!...
JUÁN
¡Ay, Cristo!