1
Se trataba también de un tópico romántico, que había encontrado su más célebre representación en la figura de Antony, y ofrecería a Larra la oportunidad de una crítica mordaz (véase el segundo artículo de la reseña de este drama en El Español del 25 de junio de 1836). Martínez de la Rosa, que seguramente asistiría en París a alguna representación del drama dumasiano, pudo sentir la influencia de la pieza francesa, pero enlazó también el tópico con el tema de la anagnórisis que remitía más bien al teatro sentimental.
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En este aspecto la Conjuración de Venecia aparece más cercana a las tragedias neoclásicas que a los futuros dramas románticos: el núcleo de la trama lo brinda la pasión política, en tanto que el amor resulta ser un motivo bastante marginal en lo que se refiere a la estructura de la pieza.
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La cursiva es mía.
4
En el acto III de
La Fulgencio, pieza estrenada en 1801 (Estas viudas [...] / al punto que quedan
libres, / cierta autoridad ostentan
). La
viudita reaparece en La sociedad sin
máscara del Marqués de Cagigal, publicada en
1818 y en varias otras comedias de principios del XIX.
(Véase E. Caldera, La commedia romántica in
Spagna, Pisa, Giardini, 1978, pp. 39 y 59-60).