Las cortes de la
muerte
|
|
Salen con sus trajes referidos el TIEMPO, el PECADO, el dios CUPIDO y la MUERTE.
|
|
MUERTE |
Cuanto en el mundo camina, |
|
Pecado, a mí ya se
inclina. |
|
|
|
TIEMPO |
Y cuantos viviendo
están |
|
pasan por mí, y yo por
todo. |
5 |
|
|
MUERTE |
Tiempo, que corriendo vas, |
|
detente, mas no podrás |
|
hallar de pararte el modo. |
|
|
|
PECADO |
¿Pues
sosiega la inquietud? |
|
|
|
TIEMPO |
¿Adónde el Hombre
quedó? |
10 |
|
|
MUERTE |
En la locura paró |
|
del mundo su juventud. |
|
|
|
TIEMPO |
Muerte, que
estás dividida |
|
en lo temporal y eterna. |
|
y desde la infancia tierna |
15 |
vas acechando la vida; |
|
mientras que
llega a pasar |
|
el Hombre por este valle |
|
de lágrimas, y ahora
hablalle |
|
nos da la ocasión
lugar, |
20 |
referiros
será bien |
|
los pasos en que me fundo, |
|
y doy como Tiempo al mundo |
|
y sus historias
también. |
|
|
|
PECADO |
Aquí
tienes dos testigos |
25 |
de lo que por él
pasó |
|
desde que Dios le crió. |
|
|
|
|
PECADO |
Yo primero que la Muerte |
|
vi el mundo en el
Paraíso, |
30 |
cuando ser como Dios quiso |
|
el Hombre. |
|
|
MUERTE |
Pecado, advierte
|
|
que yo por la
Envidia entré |
|
en el mundo, en que no
había |
|
Muerte; que mi
monarquía |
35 |
después de los años
fue |
|
del justo Abel y Caín; |
|
que las vidas no eran
mías |
|
entonces, y aquellos
días |
|
tuve principio en su fin. |
40 |
|
|
TIEMPO |
Pues
oídme a mí, que soy |
|
desde el edificio hermoso |
|
del mundo, y con presuroso |
|
vuelo por los años voy. |
|
En seis naturales
días |
45 |
crió el mundo el Rey del
cielo, |
|
por cuyo número algunos |
|
dan seis mil años al
tiempo. |
|
Entre cuatro ilustres
ríos, |
|
de aquel oscuro silencio |
50 |
sacó un jardín, cuyas
flores, |
|
estrellas terrestres fueron. |
|
Crió a Adán,
fabricó a Eva |
|
del mismo, y los dos vivieron |
|
por mano de Dios casados, |
55 |
venturoso amor sin celos |
|
De los dos primeros padres |
|
del mundo ¡oh, Muerte!
nacieron |
|
Caín y Abel, que a las
manos |
|
de la fiera Envidia muerto, |
60 |
en voz convirtió la
sangre, |
|
dando en el cielo los ecos |
|
(¡tan antiguo es en el
mundo |
|
ser envidiados los buenos!). |
|
Descendió de Seth,
Enoch, |
65 |
de Noé los tres que
dieron |
|
principio, Cham, Sem, Japhet, |
|
al renovado universo. |
|
Castigó Dios a los
hombres |
|
por pecados deshonestos, |
70 |
con inundaciones de agua |
|
que los montes excedieron; |
|
que en menos agua no pudo |
|
cesar tan infame fuego. |
|
Nemroth, biznieto de Cham, |
75 |
hizo dividir soberbio |
|
las lenguas y las naciones. |
|
Comenzó el asirio remo: |
|
hizo el idólatra Nino |
|
estatua a su padre Belo; |
80 |
fue del trigo autor Osiris, |
|
como Noé del sarmiento. |
|
Pasaron hasta Abraham |
|
desde el diluvio trescientos |
|
y sesenta y siete años, |
85 |
aunque del día primero |
|
del mundo dos mil y veinte: |
|
cuando su Artífice
eterno |
|
prometió la
bendición |
|
de las gentes, procediendo |
90 |
la generación humana |
|
de su santísimo Verbo, |
|
de Isaac, figura de Cristo, |
|
naciendo en la tierra en
tiempo |
|
de una soberana Virgen, |
95 |
como sin tiempo en el cielo. |
|
Engendró Jacob doce
hijos, |
|
pasó a Egipto, y de
él salieron |
|
seiscientos mil y más
hombres, |
|
prodigioso y raro aumento, |
100 |
de sesenta que Jacob |
|
llevó a Egipto, hijos y
nietos. |
|
Éstos por la seca arena |
|
pasaron el mar Bermejo; |
|
que las procelosas ondas |
105 |
muros de cristal se hicieron: |
|
y entre Elim y Sinaí |
|
cuarenta años
anduvieron, |
|
suspirando por Egipto; |
|
¡tal puede el trato en los
necios! |
110 |
Fue el maná divino
enigma |
|
del que ha de bajar del cielo; |
|
que Pan Angélico llama |
|
el Rey Profeta en sus versos. |
|
Curólos siempre
Moisés; |
115 |
adoraron el becerro, |
|
con otras graves ofensas, |
|
por donde no merecieron |
|
ver la tierra prometida: |
|
que sólo de todos ellos |
120 |
el capitán Josué |
|
pasó el Jordán,
Moisés muerto. |
|
Sucedieron los jueces |
|
desde Othoniel primero |
|
a Sansón, Elí y
Samuel, |
125 |
y a petición de su
pueblo |
|
reinó Saúl, y
David |
|
cuarenta años tuvo el
cetro; |
|
ésos mismos
Salomón, |
|
aquél del famoso
templo, |
130 |
depositó del
maná... |
|
|
|
PECADO |
Párate si puedes,
Tiempo; |
|
que viene el Hombre a quien
hoy |
|
robar y prender tenemos. |
|
|
|
TIEMPO |
En este tiempo está el
mundo, |
135 |
pero siempre voy corriendo. |
|
|
|
|
(Salen ahora el HOMBRE y el ÁNGEL.)
|
|
|
HOMBRE |
¿Qué podía dar
el viento |
|
sino lo mismo? |
|
|
|
HOMBRE |
¡Oh, qué arrepentido
vengo! |
140 |
|
|
ÁNGEL |
Pues, Hombre, si fuiste loco, |
|
no seas necio; como un necio |
|
es terrible de sufrir. |
|
|
|
HOMBRE |
Bien dices, del mal lo menos. |
|
Ya la locura del mundo |
145 |
me ha cansado y la aborrezco, |
|
porque me entregó al
olvido, |
|
y no hay peligro más
cierto |
|
que el olvidarse de Dios. |
|
|
|
ÁNGEL |
No te serán mal ejemplo |
150 |
las lágrimas deste
valle. |
|
|
|
HOMBRE |
¡Qué solitario,
qué espeso |
|
de cuidados y dolores! |
|
|
|
|
(Llegan ahora los cuatro, encarándose con el
HOMBRE.)
|
|
|
ÁNGEL |
Como aquél de
Jericó, |
155 |
en ladrones dado habemos. |
|
|
|
HOMBRE |
¿Pues a un pobre
peregrino?... |
|
|
|
|
HOMBRE |
Señores, ya me
quitaron, |
|
quebrando el primer precepto, |
160 |
de la inocencia el vestido; |
|
pobre y desterrado vengo. |
|
Perdí la justicia y
gracia, |
|
pues yo, ¿qué dinero
llevo, |
|
aventurero en el mundo? |
165 |
|
|
ÁNGEL |
Señores, ya que
salieron |
|
a robar a un peregrino, |
|
con piedad pueden hacerlo: |
|
¿quién son? |
|
|
|
ÁNGEL |
Bien se le ha visto en lo
negro |
170 |
de la cara; negra sea |
|
su vida y sus pensamientos. |
|
|
|
PECADO |
Así queda negra una
alma |
|
que pierde a Dios. |
|
|
ÁNGEL |
Yo lo creo;
|
|
que luego toma el color |
175 |
el que es carbón del
infierno; |
|
¿y él quién
es? |
|
|
|
ÁNGEL |
Con eso hace tan mal tiempo. |
|
Señor Tiempo, así
mejore |
|
de salud y de sucesos |
180 |
que se vaya poco a poco; |
|
que se quejan mil mancebos |
|
que ayer se acostaron
niños |
|
y hoy se levantaron viejos. |
|
|
|
TIEMPO |
No tengo la culpa yo. |
185 |
|
|
ÁNGEL |
¿Cómo que no, pues
quién? |
|
|
TIEMPO |
Ellos,
|
|
que la mitad de la vida |
|
duermen, y yo nunca duermo. |
|
También me abrevian a
mí |
|
más de lo que soy, pues
veo |
190 |
que todos se quitan
años, |
|
pues el más cuerdo y
modesto |
|
niega los que yo le doy. |
|
|
|
ÁNGEL |
Mirándole estoy atento |
|
cómo trae de oro el
rostro |
195 |
cuando hay tan poco dinero. |
|
Mas ya lo entiendo, que como |
|
siempre el retablo de duelos, |
|
aunque encima está
dorado, |
|
es madera por de dentro. |
200 |
¿Y él quién
es? |
|
|
|
HOMBRE |
Nunca se logren sus huesos: |
|
¿por qué viene de
repente? |
|
Dirá que se lo debemos |
|
por ahorrar de pesadumbres, |
205 |
de quejas, dolor, enfermos, |
|
de médicos y boticas. |
|
|
|
MUERTE |
No, sino por ejemplo |
|
para los que quedan vivos; |
|
mas son tan locos y necios, |
210 |
que lo que sucede en otros |
|
juzgan imposible en ellos. |
|
|
|
ÁNGEL |
En verdad, señora
Muerte, |
|
que andáis muy discreta en
eso, |
|
y preguntádselo a Job: |
215 |
veréis que la vida es
sueño, |
|
y tela que el dueño
corta, |
|
cuando quiere, por el medio. |
|
¿Y ese desnudo quién
es? |
|
|
|
|
|
CUPIDO |
No hay en el mundo cuidado |
|
que mate como el Amor. |
|
|
|
|
CUPIDO |
Pues yo, reina, te diré |
225 |
las señas de su rigor. |
|
Es Amor un
accidente |
|
sobre lo más natural, |
|
porque amar lo que es igual |
|
se sigue naturalmente. |
230 |
Es una pena
agradable |
|
y es un gustoso dolor, |
|
un apacible rigor |
|
y un veneno saludable. |
|
Es una dulce
pasión, |
235 |
de los sentidos empleo, |
|
donde es tirano el deseo |
|
y es esclava la razón. |
|
Es un campo de
batalla |
|
que no puede resistirse, |
240 |
pues viendo al alma rendirse, |
|
el entendimiento calla. |
|
Es un excesivo
exceso |
|
hidrópico de hermosura, |
|
y una engañada locura |
245 |
que piensa que tiene seso. |
|
Es un
desvanecimiento |
|
de la dulce fantasía, |
|
de la esperanza porfía |
|
y engaño del
sufrimiento, |
250 |
Es un perezoso
modo |
|
de no mudar voluntad, |
|
y una loca ceguedad |
|
que piensa que lo ve todo. |
|
Es un ser que no
es en sí, |
255 |
y de otro recibe
acción, |
|
y es una imaginación |
|
que se sustenta de sí. |
|
Es un desmayo que
fuerza, |
|
y es una flaqueza fuerte; |
260 |
es fuerte como la muerte, |
|
y es una muerte sin fuerza. |
|
Finalmente, Amor
es Dios, |
|
que sus absolutas leyes |
|
saben abatir monarcas, |
265 |
e igualar con las abarcas |
|
las coronas de los reyes. |
|
Por eso, a Amor,
los primeros |
|
pintan desnudo en la fama, |
|
pues por regalar su dama |
270 |
se quedan todos en cueros. |
|
|
|
|
CUPIDO |
Esto es,
|
|
pintado en cifra, el Amor. |
|
|
|
|
(Vanse todos. Mutación del teatro en un
salón, en el que aparece la MUERTE, sentada en su trono. Van
entrando y tomando asiento, el PECADO, la LOCURA, el TIEMPO, el HOMBRE, el ÁNGEL, el DIABLO, la ENVIDIA y CUPIDO, levantándose cada uno
al hablar.)
|
ÁNGEL |
¡Oh
Pecado!¡Oh Tiempo! ¡Oh Muerte! |
|
¿Qué nuevas Cortes
son éstas? |
275 |
|
|
MUERTE |
Ahora veréis
manifiestas |
|
las causas y triste suerte |
|
que al mundo y al
Hombre afligen. |
|
Ea, el programa publiquen, |
|
que abierta está la
asamblea:' |
280 |
comience la perorata |
|
y hable agora la Locura. |
|
|
|
LOCURA |
Soy la Locura del mundo, |
|
hija de Nemroth me nombro, |
|
que quiso escalar el cielo |
285 |
de su riqueza ambicioso. |
|
Como en un cristal cifrado, |
|
en mí podéis verlo
todo; |
|
aquí hallaréis un
ruido |
|
que vuelve los aires sordos, |
290 |
porque todo mi palacio |
|
es una casa de locos, |
|
donde en ciego laberinto |
|
de confusión, veréis
cómo |
|
aquéllos son locos
destos |
295 |
y éstos lo son de los
otros. |
|
Ninguno está en su
lugar |
|
contento, que ni tesoros, |
|
oficios, ni dignidades |
|
le hacen rico ni dichoso. |
300 |
El casado envidia al libre, |
|
y éste juzga dulce
adorno |
|
de la vida, la mujer, |
|
los hijos feos o hermosos. |
|
El soldado al labrador, |
305 |
cuando da la tierra a logro |
|
el trigo, que ha de volverle |
|
con réditos al Agosto. |
|
El labrador, malcontento, |
|
envidia al que perezoso |
310 |
hace de la noche día, |
|
come en plata y bebe en oro. |
|
Hay aquí mil
pretendientes |
|
que van siguiendo quejosos, |
|
los Ministros, y ellos
más |
315 |
de papeles y negocios. |
|
Aquí hallaréis
ignorantes, |
|
soberbios, vanagloriosos, |
|
filósofos con el vulgo, |
|
mudos con los hombres doctos. |
320 |
Gastos en haciendas cortas, |
|
en largas, dueños tan
cortos, |
|
que guardan para la muerte, |
|
comen aire y viven rotos. |
|
Mándales Dios que
sustenten |
325 |
al pobre, y vuélvenle el
rostro; |
|
que Avaricia y Caridad |
|
han hecho eterno divorcio. |
|
Veréis mozos como
viejos, |
|
veréis, como viejos,
mozos, |
330 |
las esperanzas de viento, |
|
y los sucesos de plomo. |
|
Pero no quiero cansaros: |
|
la Locura soy, e ignoro |
|
cómo los hombres no
caen |
335 |
en que son ceniza y polvo. |
|
Les di aposento en mi casa |
|
y de regalo y posada, |
|
el cuarto de los
engaños |
|
Vanidad, mi mayordomo, |
340 |
y Ostentación, mi
criado, |
|
les adornan sus vestidos; |
|
la Gula, mi cocinero, |
|
les guisa olvidos y
lothos: |
|
eché de casa el Sosiego |
345 |
por viejo y escrupuloso. |
|
La memoria de la Muerte |
|
mandé se fuese a los
yermos |
|
de la Tebaida, y llamé |
|
al Sueño, bufón
gracioso. |
350 |
La novedad, la mentira |
|
y las nuevas estén
prontos |
|
para entretenerle siempre |
|
al hombre que sea loco, |
|
pues quien entre locos anda, |
355 |
es fuerza que salga loco. |
|
Todo es lisonja y
engaño, |
|
todo es locura y soberbia: |
|
a Dios le llaman de vos, |
|
al hombre llaman Alteza, |
360 |
cortesana a la mujer |
|
que vive con
desvergüenza; |
|
mocedades a los vicios, |
|
a los hurtos diligencia, |
|
a la pobreza deshonra, |
365 |
y honra al fausto y la
riqueza; |
|
valiente al que es temerario, |
|
discreción a la
cautela, |
|
alegre al que es un borracho, |
|
morena a la mujer negra; |
370 |
los oficios llaman artes, |
|
todos los nombres se truecan, |
|
sólo a la Muerte no
mudan |
|
porque iguala cuanto
encuentra. |
|
Loco es y
será el señor |
375 |
que por haberse
empeñado |
|
viste y come de prestado, |
|
pues propio fuera mejor. |
|
Loco el
príncipe que da |
|
y no paga lo que debe; |
380 |
loco el que a mandar se atreve |
|
cuando en otra casa
está. |
|
Loco es el que ha
consumido |
|
su caudal sin fundamento; |
|
loco el que hace testamento |
385 |
cuando no tiene sentido. |
|
Loco el que su
hacienda emplea |
|
donde se puede perder; |
|
loco el que tiene mujer |
|
hermosa, y busca la fea. |
390 |
Loco el que tiene
dinero |
|
sobrado, y lo pasa mal; |
|
loco el hijo de oficial |
|
que se mete a caballero. |
|
Loco el que suele
perder |
395 |
al juego todo el caudal; |
|
loco aquél que dice mal |
|
de quien se le puede hacer. |
|
Loco aquél
con quien pretenden |
|
largas esperanzas vanas, |
400 |
y loco el que ha por sanas |
|
las mujeres que se venden. |
|
Andan ya tantos
bellacos |
|
en el mundo entretenidos, |
|
unos de seda embutidos |
405 |
y otros metidos en sacos, |
|
que no es fácil conocer |
|
el hombre cuál es
virtud, |
|
pues siempre está en
inquietud. |
|
. . . . . . . . . . . . . . . . . .
. |
410 |
Han hecho ya
granjería, |
|
según ya nos lo
refieren, |
|
para alcanzar lo que quieren |
|
los hombres, la
hipocresía. |
|
|
|
MUERTE |
Ya que ha hablado la Locura, |
415 |
hable si quiere ahora el Malo. |
|
|
|
DIABLO |
Todo el mundo me idolatra |
|
y por rey y señor jura, |
|
quemando inciensos sabeos |
|
en aras de plata pura. |
420 |
De las víctimas los
fuegos |
|
la región del aire
alumbran, |
|
y al rojo señor de
Delos |
|
los humos la cara ofuscan. |
|
Sólo en el pueblo
hebreo |
425 |
algunos justos se excusan |
|
de rendirme vasallaje |
|
con esperanzas confusas |
|
del Mesías prometido |
|
que los profetas anuncian, |
430 |
pero aquéstos son tan
pocos, |
|
que mi cuidado descuidan |
|
de que en este triste tiempo |
|
sus vaticinios se cumplan, |
|
porque está el orbe
más ciego |
435 |
que se ha imaginado nunca. |
|
Los diez divinos preceptos |
|
escritos en piedra dura, |
|
no tan sólo no los
guarda, |
|
mas culpas nuevas estudia. |
440 |
El santo amor desfallece, |
|
el apetito se encumbra, |
|
la Verdad anda arrastrada, |
|
la Mentira rema y triunfa; |
|
la lisonja en la privanza |
445 |
a la Fe crédito usurpa, |
|
la maldad camina en coche, |
|
la bondad sola y desnuda. |
|
La Justicia sin balanzas, |
|
con más vela que una
grulla, |
450 |
pesca con vara y anzuelo |
|
en lagunas de agua turbia. |
|
La Templanza anda sin freno, |
|
la Fortaleza procura, |
|
en vez de mármoles
puros, |
455 |
romper de plata columnas. |
|
La Prudencia sin espejo |
|
por no ver blancas las rubias |
|
hebras, y en vez de culebra |
|
en la mano, ave nocturna. |
460 |
La tiranía gobierna, |
|
manda y veda la Lujuria, |
|
la Avaricia es adorada, |
|
idolatrada la Gula, |
|
la Soberbia es el monarca |
465 |
que gobierna aquesta chusma, |
|
hidra de siete cabezas |
|
y con juicio ninguna. |
|
|
|
MUERTE |
Puesto que el Malo ha acabado |
|
de hablar, hable el Pecado. |
470 |
|
|
PECADO |
No hay en el
mundo contento |
|
ninguno, pues todo cuanto |
|
miro y toco, hallo un encanto, |
|
un prodigio y un portento. |
|
Todo es sombras y
apariencias, |
475 |
todo sueños y visiones, |
|
todo antojos e ilusiones, |
|
todo horrores y violencias. |
|
Dicen que la
variedad |
|
de aqueste mundo abreviado, |
480 |
que así es razón que
se nombre, |
|
puede divertir al hombre |
|
más triste y
desconsolado: |
|
pues fuera de las
grandezas |
|
que en su esfera se contienen, |
485 |
de gustos que van y vienen, |
|
de tesoros y riquezas, |
|
jardines, plantas
y flores, |
|
fuentes, animales, aves, |
|
coches, carrozas y naves, |
490 |
vicios, deleites y olores, |
|
verás que
baja esperanzas |
|
y que otras sube a la luna, |
|
porque al son de la fortuna |
|
por puntos hace mudanzas. |
495 |
Verás que
en sus altas cumbres |
|
hay muchas cosas molestas |
|
y que a veces hace fiestas |
|
de las mismas pesadumbres. |
|
Verás
cómo van siguiendo |
500 |
sólo a los que pueden
más, |
|
y cómo dejan
atrás |
|
a los que vienen cayendo. |
|
Verás
engordar los ricos |
|
con sangre de los menores, |
505 |
y que los peces mayores |
|
quieren comerse a los chicos. |
|
Verás los
necios premiados, |
|
sin premio los entendidos, |
|
los menguados aplaudidos |
510 |
y los doctos retirados. |
|
Verás
vecinos que, apenas, |
|
aunque su casa se abrasa, |
|
ven lo que pasa en su casa |
|
y murmuran las ajenas. |
515 |
Verás a
los usureros |
|
dar mohatras a porfía |
|
y confesar cada día |
|
sin dejar de ser mohatreros. |
|
Verás
casadas muy bellas, |
520 |
pero siempre entre compadres, |
|
y doncellas que son madres |
|
y se casan por doncellas. |
|
Verás
mentiras, patrañas, |
|
ignorancias, falsedades, |
525 |
traiciones, enemistades, |
|
rencillas, odios,
cizañas, |
|
cuentos, chismes,
disensiones, |
|
cautelas, provechos,
daños, |
|
logros, mohatras,
engaños, |
530 |
juramentos, maldiciones; |
|
bandos,
encuentros, pendencias, |
|
injusticias, desafueros, |
|
penas, azares, agüeros, |
|
y en fin, tantas diferencias |
535 |
en el uno y otro
estado, |
|
según lo que persuaden, |
|
que por lo vario te agraden |
|
ya que no por lo ajustado. |
|
|
|
MUERTE |
Ahora hable el Ángel. |
540 |
|
|
ÁNGEL |
Las cuatro postrimerías |
|
son aquellas que llamamos |
|
Muerte, Juicio, Infierno y
Gloria |
|
(ten, cristiano, en tu
memoria), |
|
desde que al mundo llegamos. |
545 |
En todas nuestras
acciones |
|
nos dice por esto el sabio |
|
que dellas nos acordemos |
|
y en la mente propongamos |
|
las cuatro
postrimerías. |
550 |
La primera causa espanto: |
|
y así el Filósofo
dice |
|
que en lo terrible y amargo |
|
no hay cosa como la Muerte. |
|
Y aunque siempre está
amagando, |
555 |
porque tiene para herir |
|
siempre levantando el brazo, |
|
cuando vecina se mira |
|
sin apelación, y cuando |
|
quiere desatarse el alma |
560 |
deste edificio de barro; |
|
cuando está pálido el
rostro, |
|
sin fuerza y flacas las manos, |
|
desbaratados los pulsos, |
|
el cabello enmarañado, |
565 |
hundidos ojos y sienes, |
|
seca la lengua y los labios, |
|
débil la
respiración, |
|
vigor y aliento postrados, |
|
perdido el conocimiento |
570 |
y los dientes traspillados; |
|
y entre mortales congojas |
|
se esfuerza y anima en vano |
|
el corazón que primero |
|
tuvo idea, y como amparo |
575 |
del cuerpo, muere postrero, |
|
y cuando el horror es tanto |
|
deste tránsito forzoso |
|
que aun a Dios no ha
perdonado, |
|
porque él lo quiso
temer; |
580 |
no ha consuelo, no hay regalo |
|
como la dulce memoria |
|
de aquel divino holocausto, |
|
el Sacramento bendito |
|
de Pan divino y humano, |
585 |
y el haberlo recibido |
|
con devoción y con
llanto. |
|
Llega el alma al tribunal |
|
de quien Job, que fue dechado |
|
de virtud y de paciencia, |
590 |
estaba siempre temblando, |
|
y quisiera estar primero |
|
en el Infierno, con tanto |
|
que, pasado aquel juicio, |
|
viese a Dios desenojado; |
595 |
tribunal que a nadie
exceptúa, |
|
como lo dice San Pablo. |
|
Segunda postrimería |
|
en quien los buenos y malos, |
|
trémulos, se consideran |
600 |
como las hojas del
árbol |
|
a los enojos del cierzo |
|
y a los alientos del austro. |
|
Si omnipotente y severo |
|
es el Juez, ¿qué
gusano, |
605 |
qué hormiga, qué
polvo, o nada, |
|
tendrá valimiento osado |
|
para replicar entonces |
|
a las culpas y a los cargos, |
|
siendo el Juez riguroso |
610 |
y siendo suyo el agravio? |
|
Aquí en confusión se
vieron |
|
los ángeles y los
santos; |
|
¿qué hará el
hombre de vil tierra, |
|
si el cielo se vio manchado? |
615 |
Aquí de un gran
patriarca |
|
oigo la voz preguntando: |
|
¡Ah, Señor! Si es flor
el hombre |
|
producida de los rayos |
|
del sol, y queda marchita |
620 |
cuando espira en el Ocaso, |
|
si es una sombra su vida |
|
que jamás en un estado |
|
permanece, ¿por qué
causa |
|
vuestra poderosa mano |
625 |
entra con él en juicio? |
|
Aquí, pues, donde
esperando |
|
está el Alma la
sentencia |
|
que por lustros y por
años, |
|
por siglos y eternidades, |
630 |
lo que fuere decretado |
|
se ha de ejecutar, aquí |
|
hallé que el mayor
descargo |
|
es el haber recibido |
|
este manjar sacrosanto, |
635 |
donde con Dios nos unimos |
|
en el modo y ser más
alto |
|
de las uniones divinas, |
|
la hipostática
exceptuando, |
|
porque Dios no era decente |
640 |
deste novísimo caso. |
|
Al tercero, donde (¡ay
triste!) |
|
mis sentidos se turbaron, |
|
llegué al centro de la
tierra, |
|
llegué al abismo
profano, |
645 |
llegué al seno de
Moloc, |
|
llegué al remo del
espanto, |
|
llegué al Infierno, en que
Dios, |
|
después de cogido el
grano, |
|
como lo dice Mateo, |
650 |
que mal apaga desmayos, |
|
da al corazón la
memoria |
|
(horror da sólo el
pensarlo, |
|
con ser cuanto se imagina |
|
un borrón, un punto, un
rasgo) |
655 |
aquí abrasa y no
consume |
|
el fuego que está
elevado, |
|
porque atormente y aflija |
|
de un modo extraordinario. |
|
A un intensísimo
frío |
660 |
se pasa dél a un
letargo |
|
en que duerme la esperanza |
|
y en que está despierto el
daño. |
|
A ocho se reducen todas |
|
sus penas: frío,
gusanos, |
665 |
tinieblas, azotes, fuego, |
|
confusión, demonios,
llantos. |
|
Pero los que aquí
padecen |
|
aun más que los mismos
diablos |
|
son apóstatas, herejes, |
670 |
que llaman sacramentarios, |
|
simoniacos, nicolaítas, |
|
nósticos, nestorianos, |
|
maniqueos, triteítas, |
|
adamitas, arrianos, |
675 |
taboritas, saduceos, |
|
artemios, apolinarios, |
|
marcelinos, angelinos, |
|
socráticos, puritanos, |
|
avicenses, rocacenses, |
680 |
y otro seno estaba en blanco |
|
para husitas, calvinistas, |
|
hugonotes, luteranos: |
|
todos, porque en este Pan |
|
eterna vida negaron. |
685 |
Los que este maná no
comen |
|
ni de éste no han
gustado, |
|
hambre y sed aquí
padecen. |
|
¡Oh, qué
confusión! ¡Qué caos! |
|
¡Qué gemidos!
¡Qué blasfemias! |
690 |
¡Qué suspiros tan
amargos! |
|
Donde el tormento mayor |
|
es carecer del descanso |
|
de ver a Dios, mientras Dios |
|
vive eternidades de
años |
695 |
en fábrica de zafir |
|
con lunares de topacios; |
|
ese alcázar donde a
Dios |
|
dicen siempre: ¡Santo,
Santo! |
|
Los tronos y potestades; |
700 |
ese divino palacio |
|
que Dios labró para
sí, |
|
donde bienaventurados |
|
espíritus, ya
gloriosos, |
|
están viendo, están
amando |
705 |
aquella Esencia indivisa, |
|
donde los gozos son tantos, |
|
que en cada atributo suyo |
|
glorias inmensas hallaron. |
|
|
|
MUERTE |
La Envidia le toca hablar. |
710 |
|
|
ENVIDIA |
Yo tengo vanos
antojos |
|
y todos son importunos, |
|
pues para sacar a otro uno, |
|
me suelo quebrar los ojos. |
|
Y es mi gusto tan
extraño, |
715 |
que a trueco de dar pesar, |
|
sin que me pueda importar |
|
siempre antepongo mi
daño. |
|
|
|
ÁNGEL |
En ese infernal
veneno |
|
no sé qué gustos
estén. |
720 |
|
|
ENVIDIA |
Que a mí, más que el
propio bien, |
|
me deleita el mal ajeno. |
|
|
|
ÁNGEL |
Condición,
según la cara, |
|
de carcomida langosta. |
|
|
|
ENVIDIA |
El trabajo más se
agosta, |
725 |
que nunca en mudar repara. |
|
|
|
ÁNGEL |
El que tienes es
eterno, |
|
mas dél, ¿qué
premio has sacado? |
|
|
|
ENVIDIA |
No más de haberme
vengado, |
|
que es bastante. |
|
|
ÁNGEL |
En el infierno
|
730 |
no hay tormento más
robusto |
|
que el que a ti mismo te das. |
|
|
|
ENVIDIA |
En ver padecer no más |
|
consiste todo mi gusto. |
|
|
|
ÁNGEL |
¿Y
adónde con pecho ruin |
735 |
los veloces pasos mudas? |
|
¿Llevas el cordel a
Judas, |
|
o la quijada a Caín? |
|
Aunque tu mayor
blasón |
|
y más valerosa prueba, |
740 |
fue dar la manzana a Eva |
|
y a su marido azadón. |
|
|
|
LOCURA |
Dejemos
bachillerías, |
|
puesto que en Cortes hablamos |
|
de la Muerte, en que ahora
estamos, |
745 |
que adornan hidras y
arpías. |
|
Así ¡oh,
señores! que si os place, |
|
haré una fiesta que en el
Corpus se hace. |
|
Yo la he de hacer, usando de mis
chanzas, |
|
los carros, los gigantes y las
danzas. |
750 |
|
|
|
LOCURA |
Yo solo. Ea, escuchad, que
empiezo.
|
|
Vaya de carros y de
representantes, |
|
mientras otro apercibe los
gigantes. |
|
¡Ah, hermano! Apartad aquese
carro: |
|
¿Con quién hablo?
Apartad. ¡Hola, portero! |
755 |
A la plaza llevad ese primero: |
|
llegad esotro. Apártate,
muchacho. |
|
¡Ay, que le vuelvas! Tente,
¿estás borracho? |
|
Apartad esa gente. Yo no
puedo: |
|
llegad más de ese lado:
quedo, quedo; |
760 |
señores, los sombreros, que
me ahogan: |
|
bájate, moza, no veré
persona; |
|
estuviérase en casa la
fregona. |
|
No ha de subir. ¿Por
qué? Porque no paga. |
|
Soy soldado. Donosa
soldadesca: |
765 |
¿Quién la bebe,
galanes? ¡Oh, qué fresca! |
|
Empiecen. ¿A qué
aguardan? De aquí a un rato, |
|
sale Roque muy rubio y
mojigato, |
|
diciendo con su flema y
melodía; |
|
mas de que se despeje
Vueseoría, |
770 |
que representaremos con
trabajo. |
|
Ea, fuera de aquí, apartad,
abajo, |
|
no ha de quedar un alma. Espere un
poco, |
|
que soy criado. Aunque lo sea,
baje. |
|
¿Conóceme usted? Ya
sé que es paje: |
775 |
baje, o arrojaréle. No
rempuje, |
|
que ya le bajan. ¡Ay, que me
machacas! |
|
Ya salen a cantar, ojos
urracas, |
|
(Saca la LOCURA una guitarrilla, y
canta.)
|
¿Por
qué el Alma solicitas, |
|
diablo mecánico y vil? |
780 |
Porque es como el perejil, |
|
que se come sin pepitas. |
|
(Se coloca la LOCURA una tunicela por la cabeza, con
cuernos para denotar es el diablo, y sigue
representando.)
|
Los
músicos se van, y sale airado |
|
un diablo por debajo del
tablado. |
|
Yo soy aquél chamuscado |
785 |
que jugando a salta tú |
|
quedé hecho
Belcebú |
|
en el suelo derrengado, |
|
y obstinado |
|
de que el Alma vuelva y saque, |
790 |
quiero darla un triquitraque. |
|
Alma, Alma, tras mí
vente |
|
que fácil se alcanza
mente |
|
del infierno el badulaque. |
|
Ahora se aparece una gran
nube, |
795 |
y bajando hasta el suelo
rechinando, |
|
sale el Alma, y responde
renegando. |
|
(Quítase ahora la tunicela
de demonio y pónese otra blanca y una cabellera rubia, y
representa.)
|
Cierto,
señor Barrabás, |
|
que yo no entiendo su
ahínco, |
|
ya sé que cincuenta y
cinco |
800 |
es un seis, siete y un as. |
|
Y si Caifás |
|
juzgando se
condenó, |
|
¿qué culpa le tengo
yo? |
|
Y aquí da fin,
auditorio, |
805 |
el Alma del Purgatorio |
|
que del Diablo se
escapó. |
|
|
|
|
|
ENVIDIA |
Tal tenga la salud el que lo ha
hecho. |
|
|
|
LOCURA |
Éstos han sido versos de
repente; |
810 |
que si escribo y estudio con
cuidado, |
|
mucho peor los hago de
pensado. |
|
Mas ¿qué ruido es
éste?¡Ah, son los gigantes! |
|
Vedlos, que ya a la puerta los
arriman, |
|
y quieren los que sustentan la
maraña |
815 |
dar a alguna taberna un
¡cierra España! |
|
Donde echando un polvillo y otro
todos, |
|
de aquellos polvos vengan estos
lodos. |
|
Salgámoslos a ver. Vamos
aprisa; |
|
de solo imaginarlo me da risa. |
820 |
|
|
|
(Vase la LOCURA y
sale luego en cuclillas haciendo la gigantilla, y canta la
MÚSICA.)
|
|
Ésta
sí que es fiesta de gusto, |
|
ésta sí que es fiesta
de amor. |
|
Desarrimen los gigantes |
|
y con tiento
cárguenlos, |
|
porque traen los que los
cargan |
825 |
diferente cargazón. |
|
Dancen en orden iguales, |
|
vueltas dando alrededor, |
|
y los músicos alegres |
|
canten este dulce son. |
830 |
Ésta sí que es fiesta
de gusto, |
|
esta sí que es fiesta de
amor. |
|
|
|
MUERTE |
¡Ah, Locura! No hagas
más, |
|
y ahora el Hombre hable si
quiere |
|
a su saber y sabor. |
835 |
|
|
HOMBRE |
Lo haré así como
pudiere |
|
(aunque con grande dolor) |
|
si me prestáis
atención. |
|
Por la puerta de
la culpa |
|
entró la Muerte en la
tierra, |
840 |
que no viéramos su cara |
|
si ella no abriera la puerta. |
|
Era la vida hijadalgo, |
|
pero perdió su nobleza, |
|
que la empadronó la
culpa |
845 |
y ha quedado por pechera. |
|
Es la Muerte ejecutor |
|
que a nuestra naturaleza |
|
cita al nacer, y al morir |
|
por remates saca prendas. |
850 |
Las edades son los plazos |
|
de la ejecutada deuda, |
|
cuyos días son
contados, |
|
pues el mayor llega a ochenta. |
|
Traba, pues, la
ejecución |
855 |
sobre bienes que lo sean, |
|
porque el término es
forzoso |
|
algún tanto se
suspenda. |
|
Es la Muerte un mirador |
|
de donde claro se ojea |
860 |
lo profundo de la culpa |
|
y lo largo de la pena. |
|
Es noche que sigue al
día, |
|
puesto que muchos entiendan |
|
ser Josué deste sol |
865 |
salud, contento y riqueza. |
|
Para un poco, claro
día, |
|
detente tú, noche
negra, |
|
que en lo largo y en lo corto |
|
os juzgo por nave incierta. |
870 |
Es Muerte piedra de toque |
|
en cuyas rayas nos muestra |
|
el vicio su falsedad |
|
y la virtud su firmeza. |
|
Es un estrecho de mar |
875 |
donde la vida se anega, |
|
la cual nada propiamente, |
|
pues nada más nada que
ella. |
|
Arrojalda a buena parte, |
|
olas de congojas llenas; |
880 |
que ya se que es cuerpo muerto |
|
y le habéis de echar a
tierra. |
|
Es la Muerte un claro sol |
|
que descubre a la conciencia |
|
los átomos de la culpa |
885 |
por muy sutiles que sean. |
|
Tente, sombra de la vida, |
|
hasta pasar esta siesta; |
|
que los pasos de la Muerte |
|
al paso que alumbran, queman. |
890 |
Es el sepulcro del hombre |
|
casa propia solariega, |
|
que tan solo es de alquiler |
|
la que goza por herencia. |
|
Casero y no morador |
895 |
es, si bien lo consideras, |
|
pues cesa el arrendamiento |
|
al punto que el dueño
llega. |
|
Es la Muerte para el rico |
|
campana que toca a queda, |
900 |
y en dándole,
quitarán |
|
las armas de su moneda. |
|
Su escudo y armas reales |
|
hasta aquí pueden
traerlas |
|
que aunque ellas digan Plus
Ultra, |
905 |
sepan que miente la letra. |
|
Es Muerte reloj de sol, |
|
cuyas sombras nos
enseñan |
|
las horas que van pasando |
|
y las pocas que nos quedan. |
910 |
Es acíbar su memoria |
|
que pone al pecho la Iglesia |
|
para destetar un alma |
|
de sus gustos y ternezas. |
|
Es una espada desnuda |
915 |
que está sobre la
cabeza, |
|
sin más fiador que un
cabello |
|
ni más lejos que cabe
ella. |
|
Alza los ojos, memoria, |
|
pues ves que de un hilo
cuelga, |
920 |
y es tan laso el de la vida, |
|
que por momentos se quiebra. |
|
Es la Muerte un artillero |
|
que a todas edades llega; |
|
que están cuna y
ataúd |
925 |
en igual distancia della. |
|
Batiendo está las
murallas, |
|
y como no son de piedra, |
|
hace en ellas grande estrago |
|
cualquier bala de dolencia. |
930 |
Ponte, Tiempo, de por medio, |
|
sé deste mundo defensa, |
|
que peto a prueba de muerte |
|
no hay monarca que le tenga. |
|
¡Oh, corta y cansada
vida, |
935 |
qué de males te rodean, |
|
qué de enemigos te
siguen |
|
y qué de tiros te
asestan! |
|
La Muerte viene a tu alcance, |
|
mas ten al miedo la rienda, |
940 |
que ya tienes nueva vida |
|
si tú sabes usar della. |
|
Ya la Muerte espera muerte, |
|
nadie sin culpa la tenga; |
|
que a manos de aquesta vida |
945 |
sabemos que quedó
muerta. |
|
Por la puerta de la gracia |
|
entró la vida en la
tierra; |
|
porque no hay vida sin gracia |
|
ni muerte sin culpa fea. |
950 |
Alhóndiga y
armería |
|
es la militante Iglesia, |
|
donde hay Pan que te sustente |
|
y armas con que te defiendas. |
|
Es este Pan celestial, |
955 |
para lo que toca a guerra, |
|
peto a prueba de la muerte |
|
por ser él la vida
mesma. |
|
Es espada que te adorne, |
|
mas será, si bien no
llegas, |
960 |
espada en mano de loco |
|
con que a ti mismo te hieras. |
|
En lo que toca a manjar |
|
es Maná, que si le
pruebas |
|
a todas las cosas sabe |
965 |
porque en Dios todo se
encierra. |
|
Es ración que tiene el
alma, |
|
y es tan rica su prebenda, |
|
que a darla menos que a Dios |
|
no fuera ración entera. |
970 |
Es un alto mirador |
|
desde donde la Fe ojea |
|
lo distante y lo profundo |
|
de la eternidad excelsa, |
|
es pináculo divino |
975 |
donde el mismo Dios te lleva |
|
a mostrar lo que dará |
|
al que adore su presencia. |
|
Es sol entre pardas nubes, |
|
y aunque sus rayos no veas, |
980 |
en sus efectos divinos |
|
verás que alumbra y
calienta. |
|
Es Océano del Padre, |
|
y tanto en Cáliz se
estrecha, |
|
que te puede en un instante |
985 |
pasar a la vida eterna. |
|
Es una piedra de toque |
|
adonde ser Judas muestra |
|
falso doblón de a dos
caras, |
|
y Tomé tomé de
cuenta. |
990 |
Son sus blancos accidentes |
|
sepulcro donde se encierra |
|
el cuerpo de Cristo vivo |
|
porque le coma la tierra. |
|
Es leche dulce y suave |
995 |
que tiene al pecho la Iglesia |
|
para sustentar un alma |
|
que se crió para rema. |
|
Es reloj que da la una. |
|
y son las dos si se cuenta; |
1000 |
que la persona de Cristo |
|
tiene dos naturalezas. |
|
Es quinta esencia de bienes, |
|
pero no es sino primera, |
|
que aunque Dios es Uno y
Trino, |
1005 |
es solamente una esencia. |
|
Es vida de nuestra vida |
|
y es alma del alma nuestra, |
|
porque vivir sin comer |
|
repugna a naturaleza. |
1010 |
Comed y no moriréis, |
|
dijo la antigua Culebra, |
|
y a decirlo deste pan, |
|
fuera infalible sentencia. |
|
Y pues es vida el manjar, |
1015 |
llámese quien no le
prueba |
|
homicida de sí mismo, |
|
pues le tiene y le desprecia. |
|
Ésta es la vida y la
muerte, |
|
y con ser cosas opuestas |
1020 |
las he querido probar |
|
con unas razones mesmas. |
|
En fe que la muerte es vida |
|
para un alma justa y buena, |
|
y la vida amarga muerte |
1025 |
para un ingrato que peca. |
|
|
|
|
(Ábrese ahora una apariencia y se ve al NIÑO DIOS, vestido de
pastorcico, en un trono en manera de juicio, y al lado derecho los
corderos blancos, y al otro los cabritos negros.)
|
NIÑO |
Corderos blancos
y puros, |
|
los de mi mano derecha, |
|
los benditos de mi Padre, |
|
venid a la gloria eterna, |
1030 |
desde el principio del mundo |
|
fabricada para vuestra: |
|
porque cuando tuve hambre |
|
me disteis en vuestra mesa |
|
de comer, y cuando sed |
1035 |
de beber, y cuando era |
|
huésped, cama, y me
cubristeis |
|
cuando llegué a vuestra
puerta |
|
desnudo, y estando enfermo |
|
fue vuestra visita llena |
1040 |
de piedad, y porque os vi |
|
preso en la cárcel con
ella. |
|
(Los corderos blancos se levantan en alto, figurando suben
a la gloria; y vuelve a los cabritos negros y dice:)
|
Apartad de mí,
malditos, |
|
los de mi mano siniestra, |
|
al fuego eterno, a las llamas, |
1045 |
a la apercibida pena |
|
para el ángel pertinaz |
|
a quien sigue su soberbia. |
|
Con hambre, nunca me disteis |
|
de comer en vuestra mesa, |
1050 |
ni a beber teniendo sed, |
|
ni me disteis en la vuestra |
|
posada, cuando pasaba |
|
peregrinando por ella. |
|
No me cubristeis desnudo |
1055 |
y no me visteis siquiera |
|
una vez, preso y enfermo, |
|
y así, mi justicia
eterna |
|
en el monte de mi cielo |
|
a eterno fuego os sentencia. |
1060 |
|
|
|
(Los cabritos negros se hunden en el tablado, saliendo
llamas de fuego con ruido de truenos. Desaparecen todos, quedando
solos el NIÑO DIOS,
el ÁNGEL y el
HOMBRE. Y canta la
MÚSICA.)
|
|
Vela, vela,
pecador, |
|
mira que el mundo te
engaña, |
|
que anda el lobo en la
campaña, |
|
huye y teme su rigor. |
|
Mira que llega a
la puerta |
1065 |
y con deleites convida, |
|
la lámpara esté
encendida, |
|
no la halle el Esposo muerta. |
|
Entra con
muestras de amor |
|
y siembra entre ellas
cizaña, |
1070 |
que anda el lobo en la
campaña: |
|
huye y teme su rigor. |
|
|
|
|
(Cesa la MÚSICA: pónese el
HOMBRE de rodillas delante
del NIÑO DIOS, y
dice:)
|
HOMBRE |
Ahora conozco mi
engaño |
|
y os suplico arrepentido |
|
me oigáis, Señor,
condolido |
1075 |
de mi culpa y grave
daño. |
|
Si lo puedo
decir, a mi malicia |
|
debéis la gloria que
tendréis triunfando, |
|
pues perdonando, más que
castigando. |
|
satisfacéis, Señor,
vuestra justicia. |
1080 |
Si fue morir
vuestra mayor delicia, |
|
más consigue su afecto
perdonando, |
|
y así me vuelvo a Vos,
considerando |
|
vuestra piedad a mi perdón
propicia. |
|
Si a tanto
padecer para valerme |
1085 |
no podéis igualar con
castigarme, |
|
perdonarme debéis,
agradecerme. |
|
Perdonadme,
Señor, para ganarme; |
|
que perderéis la gloria con
perderme |
|
que os ha de resultar de
perdonarme. |
1090 |
|
|
|
(Canta la MÚSICA.)
|
|
No quiere, no, el
Redentor |
|
la muerte del pecador, |
|
sí que muera
arrepentido, |
|
pues perdonar al vencido |
|
es gloria del vencedor. |
1095 |
|
|
ÁNGEL |
Esta
parábola enseña |
|
lo que el Hombre debe a Dios; |
|
y que es locura que pierda |
|
gloria eterna, por no hacer |
|
por Él cosas tan
pequeñas, |
1100 |
pues haciéndolas
tendrá |
|
el Cielo, donde le espera |
|
premio, que es el mismo Dios |
|
con su bendición
eterna. |
|
|
|
HOMBRE |
Y aquí da fin ¡no os
asombre! |
1105 |
el auto (de aquesta suerte) |
|
de Las Cortes de la Muerte, |
|
con las miserias del Hombre. |
|
|
|