Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

31

Hasta el presente, los datos conocidos sobre el cargo de «Virrey» de Apulia que se piensa ejerció don Jerónimo, proceden de los preliminares de sus libros. Sobre la significación e importancia de la obra citada, consúltese Carlos CLAVERÍA, Le Chevalier délibéré de Olivier de la Marche y sus versiones españolas, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1950, y su artículo en Estudios dedicados a Menéndez Pidal, vol. VI, páginas 287-311.

 

32

Esta última obra parece irremisiblemente perdida. La versión de La Arcadia se conserva en un códice de la Biblioteca Nacional, Ms. 1.469, que también contiene El victorioso Carlos. Otra copia manuscrita de este poema se halla en la Hispanic Society of America, New York. Existe una edición incompleta del Primer libro de Don Clarisel con estudio preliminar de J. Borao (Sevilla, 1879); el manuscrito completo del primer libro, que hemos consultado, se encuentra en la Hispanic Society of America, Ms. HC 397/715. En Zaragoza (Biblioteca de la Facultad de Filosofía y Letras, Mss. 162 y 163) se hallan los códices que contienen las Partes Segunda y Tercera del libro de caballerías de Urrea. Sobre las vicisitudes de los códices mencionados, véase el artículo de Geneste citado en la nota 34.

 

33

Según Nicolás Antonio, el Desafío fue impreso en Venecia. Latassa, op. cit., volumen III, p. 384, habla de «muchas» cartas de la guerra de Alemania que se publicaron en Amberes con la Historia de don Luis de Ávila. No obstante, las ediciones del Comentario de la guerra de Alemania (Amberes, 1550) de este autor descritas en Gallardo (Ensayo, §§ 309 y 310) no contienen, al parecer, tales cartas de Urrea. Posiblemente se tratase de epístolas en verso, como la dirigida por don Jerónimo en 1547 al duque de Sessa sobre «la presa del Duque de Saxonia», que fue incluida en la Segunda Parte del Cancionero General (Zaragoza, 1552). Cf. ed. A. RODRÍGUEZ-MOÑINO en «Floresta», Joyas Poéticas Españolas, n.º 7, Valencia, Castalia, 1956, pp. 295-307.

 

34

Cf. P. GENESTE, «Les poésies dans le Clarisel de las Flores de Jerónimo Urrea», en Mélanges à la mémoire de Jean Sarrailh, Paris, 1966, vol. I, pp. 367-378.

 

35

Cito según la edición prologada por Juan Francisco Andrés de Uztarroz, impresa en Zaragoza, Diego Dormer, 1642, f. 11.

 

36

Ibid., f. 28.

 

37

Véanse, por ejemplo, las fiestas descritas en Primera Parte, cap. 51, especialmente ff. 236-237 (Ms. de la Hispanic Society, HC 397/715).

 

38

Esta epístola en tercetos y unas octavas de Urrea pueden leerse en Gutierre de CETINA, Obras, ed. J. Hazañas, Sevilla, 1895, vol. I, pp. 288-289, y vol. II, pp. 36-50.

 

39

Relato de Carino en la Prosa VIII. Señaló esta influencia E. Primiceiro en su ed. El Abencerraje, Nápoles, 1929, según indica G. CIBOT en Bulletin Hispanique, XL, 1938,p. 284.

 

40

«Elogio a la memoria de Don Jerónimo Ximénez de Urrea», ed. cit., supra, nota 35. No están de acuerdo los biógrafos de Urrea respecto al lugar de su muerte. El poeta don Martín de Bolea y Castro, que se dice sobrino suyo, afirma al prologar el Diálogo de la verdadera honra militar, en la ed. de Madrid, 1575, que don Jerónimo murió cuando se ocupaba de dar esta obra a la estampa en el reino de Aragón. En varias copias mss. del Nobiliario de Aragón de Pedro Garcés de Cariñena con adiciones de Jerónimo Zurita, se lee en nota al margen: «Este don Gerónimo tradujo a Orlando, y después fue frayle de S. Francisco» (Bibl. Nac., Mss. 3.1563 f. 77r., 3.327 y 11.699). Es extraño que, de ser cierta esta información, ni don Martín ni el Cronista Andrés consignaran el hecho.