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11

M. Blanchot, El libro por venir, Madrid, Editorial Trotta, 2005, p. 261.

 

12

D. Moyano, «Entrevista con Rita Gnutzmann», Revista Hispamérica, Buenos Aires, n.º 46/47, 1987, p. 114.

 

13

G. Agamben, Profanaciones, Buenos Aires, Adriana Hidalgo editora, 2005, p. 93.

 

14

Esta novela es la última novela escrita por Daniel Moyano; permaneció inédita durante trece años. Acerca de ella, su hijo, -Ricardo Moyano- señala en el Prólogo: «escrita en Oviedo y en Madrid durante los últimos meses de su vida, no tuvo la oportunidad de la más mínima corrección ni reescritura, y fue su precipitado canto de cisne. La Pulpera es mi abuela que no conocí, es la Argentina, es Nieves del Libro de navíos y borrascas, es una larga glosa al poema de Gelman y a la canción que escuchó en su infancia, que le gustaba y que cantó muchas veces y que yo tuve el gusto de acompañarlo con mi guitarra. No creo tampoco que los horrible dolores de su enfermedad que padeció mientras escribía los últimos capítulos de «la pulpera» fueran mayores o peores que los que sufriera en su alma durante toda su vida y sobre todo en este ajuste de cuentas final con mi abuelo» (R. Moyano, «Prólogo», en D. Moyano, Dónde estás con tus ojos celestes, Buenos Aires, Editorial Gárgola, 2005, pp. 10-11. El subrayado me pertenece).

 

15

D. Moyano, Dónde estás con tus ojos celestes, op. cit., p. 17.

 

16

Ibid., p. 235.

 

17

Ibid., pp. 241-242.

 

18

A. Negri, «El monstruo político. Vida desnuda y potencia», en AA. VV., Ensayos sobre biopolítica, Buenos Aires, Editorial Paidós, 2007, p. 93.

 

19

A. Negri, Ibid., p. 93.

 

20

«Invisible e insensible, polimorfa y adele -y por ello, como lo observa J. Derrida (Khôra), exorbitante con respecto a la determinación misma de la madre o de la matriz-, la chora es entonces la pura potencia de retención que está en el origen de toda construcción, tanto que, con un razonamiento que se mantiene próximo al Timeo y a la vez al De anima, Plotino funda de manera explícita el paralelismo entre alma y chora en el hecho de que ambas son potencialmente todas las cosas... El alma y el mundo surgen juntos, a partir de un acto de retención que crea el tiempo, o sea, el número y la magnitud que dan forma a las cosas...» (J. Derrida y M. Ferraris, El gusto del secreto, Buenos Aires, Editorial Amorrortu, 2009, pp. 219-220).