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Las traducciones literales y la identificación de «Morfemas» en Lorenzo Hervás (1735-1809): el estado de las lenguas del mundo

Manuel Breva-Claramonte


Universidad de Deusto, Bilbao


ArribaAbajoIntroducción

La relativa originalidad de Hervás ya fue señalada por Lázaro (Las ideas lingüísticas), Coseriu («Rumänisch und Romanisch», «Das Rumänische», «Hervás» y «Lo que sabemos de Hervás») y resaltada por Tovar (Mitología, «América del Norte», «The Spanish», «América del Sur» e I Catalogo, pp. 19-71 en Hervás). Así, se han destacado su aportación a la lingüística románica e hispánica, su contribución al establecimiento de varias familias lingüísticas, su concepción de sustrato y su influjo sobre Humboldt, Adelung y Vater en el conocimiento que éstos tenían de las lenguas amerindias. Breva («Dos aspectos») trata de las ideas de Hervás sobre la búsqueda del "artificio" gramatical de las lenguas, algo que le lleva a realizar descripciones morfosintácticas de tipo sincrónico. Este aspecto de la obra de Hervás ha sido menos estudiado que su contribución a la lingüística comparada (véanse Sarmiento, «Lorenzo Hervás y Panduro» y Breva y Sarmiento, pp. 11-37 en Hervás, I Vocabolario). Por ello, la finalidad de este artículo es mostrar el método y el tipo de descripciones morfosintácticas que efectúa Hervás de las lenguas del mundo.

He dividido este estudio en dos partes. En la primera parte, me ocupo de la vida y los volúmenes lingüísticos de su Idea dell'Universo, de las razones religiosas y de carácter profano que motivaron su obra, de sus consideraciones sobre la primera lengua y de sus opiniones en torno a la diversidad lingüística existente en el mundo actual. En la segunda parte, trato el tema de las traducciones literales de los padrenuestros, que he subdividido en dos secciones, una sobre el método de recogida de datos y otra sobre el análisis que realiza del padrenuestro en vasco y en chiquito, idioma hablado en Paraguay. La primera parte es como una introducción al tema central de mi trabajo o examen de las traducciones literales, donde muestro cómo Hervás analiza e identifica los componentes de las palabras o morfemas y su función.






ArribaAbajoVida y volúmenes lingüísticos de Idea dell'universo

Lorenzo Hervás y Panduro nació en Horcajo de Santiago (Cuenca) y murió en Roma. Entró en la compañía de Jesús y fue profesor en los Colegios de la Compañía en Cáceres, Murcia y Madrid. Salió de España cuando fueron expulsados los jesuitas en 1767 y residió, excepto por unos años que pasó en España, en Italia. Hervás era un autor representativo del siglo XVIII en cuanto que desea recoger en una obra enciclopédica el progreso de las ciencias de su siglo. Tiene razón Fermín Caballero (Conquenses ilustres, p. 87) cuando indica que de la obra de Hervás es la parte lingüística «la más interesante, la que más ha estendido la fama del autor, la que sobrevivirá... Aquí se halla concentrado el genio de Hervás, mostrándose hombre de grandes concepciones, de voluntad y fuerza para ejecutarlas, de talento industrioso...». Aunque Caballero, biógrafo del jesuita, no entiende o no quiere explicar por qué la parte lingüística es la más interesante, sí afirma que es la que más fama le ha dado (cf. Tovar, Mitología, pp. 136-138).

Su Idea dell'Universo (1778-1787), escrita en italiano, es una enciclopedia de 21 tomos, donde trata de la vida del hombre, describe el universo en un viaje al mundo planetario, se ocupa de la historia del planeta Tierra y finalmente aborda el tema de las lenguas del mundo en los últimos cinco tomos. La mayor colección de recogida de datos de las lenguas del mundo que se había obtenido hasta entonces se encuentra en los últimos cinco tomos de su Idea dell'Universo. Desafortunadamente estos cinco tomos han tenido menor difusión que el Catálogo de las lenguas de las naciones conocidas, que aparecieron en España con posterioridad (1800-1805). La menor divulgación de los tomos de lingüística de Idea dell'Universo (en España prácticamente no hay ejemplares salvo en la Biblioteca de los Jesuitas del Santuario de Loyola en Azpeitia [Guipúzcoa]; y allí donde se hallan como en la Biblioteca de los Franciscanos de Santiago de Compostela faltan los últimos volúmenes) se debe a que se encontraban escondidos al final de una obra que trataba otros temas, obra que, por otro lado, resultaba cara y difícil de conseguir por sus grandes dimensiones. El Catálogo en español es una ampliación del volumen XVII, Catalogo delle lingue conosciute (1784), que ofrece una clasificación de las lenguas del mundo con menos datos que los últimos tomos de su Idea dell'Universo1.

En el volumen XVIII, Trattato dell'origine degl'idiomi (1785), Hervás estudia el origen, formación, mecanismos y armonía de las lenguas. Quizá sea éste el que tenga menor interés para los lingüistas contemporáneos. En el volumen XIX, Aritmetica di quasi tutte le nazioni conosciute (1786), Hervás describe los numerales de las lenguas americanas, las europeas, las asiáticas y las africanas. En su análisis, observa que muchas lenguas tienen sistemas de base diez, cien y mil; o sea, que para formar números esas son las cifras que más se suelen repetir. El contenido de la Aritmetica del jesuita conquense constituye en realidad una tipología lingüística de los numerales en las lenguas conocidas de finales del siglo XVIII.

En el volumen XX, Vocabolario poligloto, Hervás maneja unos 150 idiomas para buscar las relaciones entre ellos. Recoge 63 palabras, las más usuales del vocabulario básico, en más de 110 lenguas y dialectos con el propósito de encontrar el parentesco entre ellas. Por experiencia y reflexión, el sabio jesuita pensó que los nombres de las cosas corrientes podrían aportar la luz necesaria para el conocimiento de la verdadera afinidad y diversidad de los idiomas. Así, 24 términos se refieren a partes del cuerpo como boca y brazo, y los restantes son conceptos primarios como casa, pájaro, piedra y pez. En la lista aparecen palabras abstractas de más difícil comprensión, como alma y demonio, que fueron incluidas por razones religiosas (Vocabolario poligloto, vol. 20, pp. 161-219). El volumen XXI se titula Saggio pratico delle lingue y contiene la colección de padrenuestros y las traducciones literales de éstos en más de 300 lenguas del mundo. A partir de aquí, nos vamos a centrar principalmente en el examen de este volumen.


ArribaAbajoMotivaciones religiosas y profanas de su obra

El interés de Hervás por las lenguas rebasa el simple campo lingüístico. En Hervás existen motivaciones de tipo religioso, deseando nuestro autor confirmar con sus hallazgos las ideas expuestas en la Biblia2. El Génesis era interpretable en el sentido de que Dios creó una lengua infusa en los primeros hombres de la cual procederían todas las demás. Hervás asegura que esto se prueba experimentalmente por algunas palabras cuyas raíces y sonidos son comunes a naciones que no se han tratado desde la dispersión de los pueblos. Así los vocablos seis y siete proceden de un radical que es común a más de 70 lenguas (Saggio pratico delle lingue 1787, vol. 21, pp. 9, 11). A lo sumo la afirmación de Hervás probaría que esas 70 ó más lenguas podrían proceder de un tronco común, pero no explicaría el origen del resto de las lenguas. Quizá lo que Hervás pretenda sea mostrar posibles restos dispersos de esa primera lengua infusa3, aunque su estudio del estado de las lenguas del mundo parece convencerle de que existe una gran variedad de estructuras y de funcionamiento de elementos en dichas lenguas.

Por otro lado, en el célebre castigo de la Torre de Babel ocurrió la confusión de lenguas, surgiendo a raíz del citado castigo las 72 lenguas matrices de los descendientes de Jafet, Cam y Sem, de los cuales derivarían los idiomas conocidos. Hervás también mantiene que la confusión de lenguas, que se reconoce expresamente en la Revelación, se puede demostrar experimentalmente en la diversidad lingüística que existe en el mundo. Es más, de las noticias que se tienen de las naciones del mundo, piensa que en la confusión de Babel existió un mayor número de idiomas diversos que los que normalmente se establecen por los estudios sagrados. A esta conclusión ha podido llegar igualmente por la variedad lingüística que ofrecen los datos recogidos sobre los idiomas de la tierra (Saggio pratico delle lingue, vol. 21 pp. 10, 23).

Asimismo las lenguas nos ayudan a reconstruir y a perfeccionar nuestros conocimientos de la historia4 profana. Hervás asevera que la historia de las naciones se suele reconstruir a partir de las noticias que nos han transmitido los antiguos autores sobre las tradiciones, la religión y las costumbres; pero en su época el examen y la observación de las lenguas constituyen documentos nuevos y sólidos para interpretar con nueva luz los acontecimientos más antiguos y memorables del género humano5. Hervás añade que las palabras, la sintaxis y la pronunciación de las lenguas cuidadosamente analizadas son un medio para distinguir las naciones no menos seguro y cierto que el que nos ofrecen sus costumbres, su religión y sus características particulares. Si en el mundo no hubiera escritura ni tradiciones, las lenguas serían ahora los únicos documentos a nuestro alcance para la reconstrucción de la historia de las naciones; a pesar de la luz aportada por la tradición, las lenguas sirven para corregir errores históricos (Saggio pratico delle lingue, vol. 21, pp. 24 y 27).




ArribaAbajoLa primera lengua y la diversidad lingüística

El conocimiento que tiene Hervás de las lenguas del mundo le lleva a adoptar determinadas posturas sobre la afinidad, diversidad y las relaciones genéticas de los idiomas. Algunos estudiosos intentaban reconstruir una lengua madre de todos los idiomas, contra lo cual, según Hervás, está la tradición, la historia y la experiencia. Los autores religiosos y los etimólogos se solían preguntar si la primera lengua todavía se conservaba después de la confusión de los idiomas y cuál sería esa lengua. Hervás cree que es imposible saber cuál es esa lengua, aunque había muchos estudiosos que se inclinaban por el hebreo o el caldeo. Hervás continúa afirmando, como Gottfried Wilhelm Leibnitz en su Collectanea etymologica (1717), que son inútiles las investigaciones que intentan buscar una lengua madre de todas las demás y mantiene que resultaría más fecundo establecer, a través de las palabras radicales de las lenguas, la relación y el comercio de las naciones que las hablan. En efecto, se trata de hallar relaciones de parentesco entre los idiomas, de buscar afinidades como en el Vocabolario poligloto y de catalogar las lenguas del mundo (Saggiopratico delle lingue, vol. 21, pp. 17, 21 y 26).

Influido por la propia realidad lingüística que observa, Hervás trata de mostrar con ejemplos que todas las lenguas no podían proceder de un tronco común, afirmando que así como de un caballo no nace un perro, tampoco es verosímil que de un idioma proceda otro sustancialmente distinto. Cita una frase del cochimí6, que es una lengua hablada en California, en la que Creo en Dios porque no se puede engañar se dice Diò-juò noogosò praedèbat kaenambal najua muguibi, que traducido literalmente sería Dios-en creo engañarse no puede porque. Aduce otro ejemplo sacado del japonés, en cuya lengua pasaré delante del hombre se dice fito no maie uo-touore, o sea hombre del delante pasaré. El japonés7 es una lengua del tipo (S)ujeto O(bjeto) V(erbo), de ahí que al no haber un sujeto explícito en el ejemplo anterior, nuestro gramático haya conseguido una frase con un orden de palabras totalmente contrario al español. De estos datos, deduce Hervás que sería difícil que las mencionadas lenguas provinieran del latín o de otra lengua semejante. En su opinión, lenguas afines pueden diferir en cuestiones de uso, como el canadiense que para expresar le saludo dice teo-rong-joañion, es decir, te unjo. Los modismos se introducen fácilmente en las lenguas, pero estos intercambios no se dan en los aspectos sustanciales del lenguaje como son los distintos órdenes sintácticos (Saggio pratico delle lingue, vol. 21, pp. 15-16).

Hervás afirma igualmente que sería casi imposible que del latín procediera una lengua como el aimará8, que utiliza partículas interpuestas para indicar varias significaciones. Así, en aimará, se interpone a los verbos de movimiento el infijo ca, si la acción se realiza súbitamente. Por ejemplo, apatha equivale a 'llevar', en tanto que apacatha quiere decir 'llevar súbitamente'. Si el verbo no es de movimiento, la partícula ca indica la acción actual del verbo. Ikitha significa 'duerme', mientras que ikicatha equivale a una acción actual o progresiva, es decir, 'duerme actualmente' o 'está durmiendo'. Los hablantes de la lengua quechua o peruana9 utilizan de un modo muy elegante las partículas interpuestas. Así, coni significa 'dar', mientras que copuni, con el infijo pu, quiere decir 'volver a dar'; apani significa 'llevar' y apamuni con el infijo mu equivale a 'llevar hasta aquí, traer'. En la lengua araucana o chilena, ayen es 'río' del verbo reír, y aleyan 'no río' con el infijo negativo la para el indicativo, mientras que ayeli es 'ría' y ayenoli 'no ría', con el infijo negativo no para el subjuntivo10. La conclusión que saca Hervás es que sería prácticamente imposible que estas lenguas procedieran de una lengua europea o del latín, en las que no se usan las partículas interpuestas (Saggio pratico delle lingue, vol. 21, pp. 16-17).

A la luz de tanta variedad lingüística, Hervás cree que es muy improbable que de un solo idioma puedan derivar el vocabulario, la pronunciación y el artificio gramatical de lenguas tan distintas. Por consiguiente, no hay razón para afirmar que el hebreo sea la lengua madre de todos los idiomas del mundo. La postura de los que defendían el hebreo como lengua madre era excusable en el siglo anterior, ya que no se tenía una idea clara de las lenguas que se hablaban fuera de Europa y por la sencilla razón de que en Europa existían palabras afines a las correspondientes hebreas (Saggio pratico delle lingue, vol. 21, p. 17). Pero, en la época de Hervás, con los conocimientos alcanzados por los descubrimientos geográficos iniciados en el Renacimiento, la experiencia lingüística mostraba que el hebreo no era la lengua madre de todas las demás.






ArribaAbajoLas traducciones literales de los padrenuestros

Hervás se proponía escribir la historia de las lenguas, empresa que parecía temeraria y hasta utópica. Por ello y como ejemplo de lo que podría ser esa historia futura, intenta presentar unas pocas frases de las lenguas conocidas que muestren las semejanzas y diferencias existentes en los distintos idiomas. Por su estancia en el estado pontificio y por su contacto con los misioneros, el jesuita conquense piensa que lo más sencillo para tan fatigosa tarea sería recoger la oración dominical en el mayor número de lenguas posible. En el Saggio pratico delle lingue, presenta esta colección de oraciones dominicales en más de trescientas lenguas con traducciones literales.


ArribaAbajoMétodo de recogida de datos

El método seguido por Hervás para recoger padrenuestros y efectuar las traducciones literales o la identificación de morfemas es doble. Por un lado, se vale de informantes o conocidos que hablaban las lenguas objeto de estudio y, por otro, se sirve de las publicaciones existentes en las lenguas analizadas para completar su información. La oración dominical había sido vertida por los misioneros en casi todas las lenguas conocidas. Con el fin de poner en práctica su método, recurre a los misioneros jesuitas que vivían en Italia, a los extranjeros que habían llegado a Roma durante su estancia y a otros conocidos suyos esparcidos por diversos reinos europeos. Hervás insta a los misioneros a que hagan traducciones literales, según unos criterios que él había establecido de antemano, y señala que sin las observaciones de los misioneros, en las que buscaba aclaraciones sobre aspectos gramaticales, su investigación habría resultado inútil (Saggio pratico delle lingue, vol. 21, pp. 53 y 55).

Hervás manifiesta que había resuelto muchas dudas a través de unos misioneros ya ancianos, quienes trataban de traer a la memoria las palabras, el artificio o estructura y el funcionamiento de determinadas lenguas, después de más de 20 años de abandono de su práctica con los nativos de naciones dispersas por la faz de la tierra. En opinión de Hervás, su proyecto había nacido un poco tarde, ya que dieciocho años después de su llegada al Estado Eclesiástico habían muerto más de doscientos misioneros y con la muerte de algunos de ellos habían desaparecido también los conocimientos que teníamos de lenguas extrañas (Saggio pratico delle lingue, vol. 21, pp. 55-56).

Hervás busca en las bibliotecas públicas y privadas los trabajos que han salido a la luz sobre las lenguas del mundo como son los catecismos, las versiones de los Santos Evangelios, las gramáticas y los diccionarios. Muchas de estas publicaciones, que a veces se las procuran los propios misioneros, son contrastadas con los datos de sus informantes. Así, explica que ha examinado atentamente aquellas versiones de los padrenuestros que le han dado sus amistades o que ha encontrado publicadas, contrastándolas con las que por sí mismo o con la ayuda de los hablantes de esas lenguas ha hecho, resolviendo de dicho modo ciertas contradicciones o anomalías, con el fin de formarse una idea exacta del carácter de los idiomas objeto de estudio. Se sirve de los informantes tanto para revisar las colecciones de padrenuestros ya existentes como para mejorar las versiones que recoge él mismo. En último lugar, cuando no había informantes de quienes obtener la oración dominical, utilizaba los respectivos catecismos y, si no podía conseguir la oración dominical en una lengua concreta, consultaba los textos de dialectos o lenguas emparentadas (Saggio pratico delle lingue, vol. 21, pp. 9, 53, 55 y 58). Con el método descrito anteriormente, Hervás intenta poner al alcance de los lectores, en un solo volumen, las expresiones, el carácter y el funcionamiento de diversas lenguas. A las versiones literales de los padrenuestros, añade comentarios y notas gramaticales que nos ayudan a identificar los morfemas, la distribución de éstos y el orden de palabras.




ArribaAbajoAnálisis de los padrenuestros

Las traducciones literales o descripciones morfosintácticas de los padrenuestros son un aspecto muy significativo de la obra de Hervás, pues reúnen la mayor colección de datos sobre las lenguas del mundo que se había realizado hasta la fecha. Si bien es verdad que procura estudiar la afinidad y la disparidad de las lenguas en los tomos de su Idea dell'Universo, mostrando mediante la comparación sus relaciones genéticas, también hallamos en su obra un deseo descriptivo de tipo sincrónico cuando afirma que con los contenidos del Vocabolario poligloto y con la colección de padrenuestros conseguiremos hacernos una idea general del «stato di quasi tutte le lingue conosciute del mondo» (Saggio pratico delle lingue, vol. 21, p. 27). Es de sumo interés el estudio del artificio o funcionamiento estructural de las lenguas del mundo que realiza el jesuita conquense.

El orden de las lenguas en las que Hervás propone traducciones literales es semejante al que aparece en su Catálogo de las lenguas, colocando en primer lugar las lenguas de América meridional, luego de la septentrional, las lenguas del Océano Pacífico, las lenguas de las naciones orientales, del Asia, de Europa y de África. Aclara que hasta ahora se habían publicado oraciones dominicales en siete idiomas americanos y por lo general sin traducción literal y que él las publica en cincuenta idiomas americanos, yuxtaponiendo a la mayoría de éstas una traducción literal11. Asimismo cita a los autores que son la fuente de sus oraciones dominicales, y donde no los cita es por la sencilla razón de que las ha conseguido de misioneros y amigos (Saggio pratico delle lingue, vol. 21, pp. 54 y 58-59).

En lo tocante a la trascripción de los sonidos de tantas lenguas, es claro que Hervás no tenía las ventajas de los lingüistas actuales, quienes disponen de los símbolos que proporciona la Asociación Internacional de Fonética fundada a finales del siglo pasado. Hervás explica que ha adoptado la ortografía española para las palabras de los idiomas no europeos, dado que la mayor parte de las lenguas y naciones no europeas han sido descubiertas por los españoles y por los portugueses, y que estos países se han servido de sus alfabetos, que son bastante semejantes, para representar los sonidos de dichas lenguas. Seguramente se trata de una referencia al hecho de que la mayor parte de los descubrimientos geográficos anteriores a la época de Hervás habían sido realizados por los españoles y los portugueses. Por otro lado, también es evidente que prácticamente casi todos los diccionarios, las gramáticas y los catecismos se habían publicado para el uso de estos dos países en sus propias ortografías. Por esta razón, en el tomo de los padrenuestros adopta la ortografía española, a no ser que advierta al lector que hace uso de una ortografía distinta, como es el caso de algún padrenuestro que aparece en el alfabeto francés (Saggio pratico delle lingue, vol. 21, p. 59). Hervás es consciente de la importancia de las traducciones literales cuando asegura que estas versiones dan mayor relieve, utilidad y valor a su obra, la cual sin dichas versiones literales carecería de interés, pues de otro modo las oraciones dominicales darían la impresión de proceder de idiomas inventados a capricho. Por ejemplo, sería absurdo afirmar que en la lengua vilela, hablada en Paraguay, existe la expresión Tatekis lauellat yasit12. Por el contrario, si en la susodicha frase se identifican los elementos gramaticales y se consigue describir su valor semántico mediante la traducción literal (Tate-kis padrenuestro; laue-l-lat alturas-las-en; yasit estando), entonces el lector tiene delante de sí la significación propia de los vocablos vilelos y el artificio o estructura morfosintáctica de esta lengua. Observamos que en la lengua vilela los adjetivos posesivos van pospuestos al nombre, como es el caso de kis, que aparece detrás del nombre tate. El artículo va pospuesto al nombre, así l, que significa 'la', sigue al nombre laue. No hay preposiciones sino posposiciones, como advertimos en la forma lat, que significa 'en'. Por último, en dicha lengua se usa el participio de presente yasit en lugar del relativo y del verbo. Estos y otros comentarios semejantes, que se hallan en las versiones literales, hacen asequibles y útiles estos textos en diversas lenguas y nos muestran de modo práctico y concreto la gran variedad de vocablos y de orden de elementos que existen en las lenguas del mundo (Saggio pratico delle lingue, vol. 21, pp. 56-57).




ArribaAbajoEl padrenuestro en vasco

Vamos a presentar ahora ejemplos pormenorizados de identificación de morfemas que aparecen en lo que Hervás denomina traducciones literales de los padrenuestros. Hemos elegido en primer lugar el padrenuestro en el dialecto guipuzcoano de la lengua vasca. Es claro que para el estudio de la oración dominical en vasco Hervás ha debido consultar la gramática del Padre Manuel de Larramendi, que llevaba el sugerente título de El imposible vencido, arte de la lengua bascongada (1729) y su Diccionario trilingüe castellano, bascuence y latín (1745). Igualmente, y tal como exponíamos en la sección dedicada al método de recogida de datos, Hervás también debió consultar a informantes jesuitas vascohablantes en Roma. A continuación ofrecemos el padrenuestro con su traducción literal yuxtapuesta y unas letras en paréntesis en el mismo texto, que corresponden a las letras de las notas explicativas que aparecen debajo del texto. Nosotros nos referiremos al contenido de esas notas en los comentarios que siguen a la traducción literal13 .

Aita (a) gure-à Padre nuestro-el
ceru-etan (b) cielos-en
zaude-n-à (c) estás-que-el;
santifica-bedi (d) santificado-sea
zure (e) izen-a tu nombre-el;
betor (f) venga
zure (g) erreñu-a tu reino-el
gu-gana (h) nosotros-a;
eguin-bedi (i) hecho-sea
zuru borondate-a tu voluntad-la
nola (k) ceru-an como cielo-en,
ala lurre-an así tierra-en.
Egun (l) iguzu guere Hoy danos a nosotros
egun-oroco (m) de-día-cada
ogui-á (n) pan-el;
ta barcatu-eguizcutau (o) y perdónanos
guere (p) zorr-ac nuestras deudas-las
guc (q) guere zordun-ai nosotros nuestros deudores-a
barcatzen-diestegun perdonando-les-estamos
bezela como;
ta (r) ez-utzi y no dejar
tentacio-an tentación-en
erorten caer;
baña (s) libra-gakzatzu más libra-nos
gaitz-atzu14 mal-del
Ala (t) izandedilla así sea.

La traducción literal nos indica el orden de las palabras y el valor de muchos de los morfemas. En las notas, Hervás identifica los componentes de las palabras con mayor detalle, explicándonos la categoría gramatical a la que pertenecen y la función que desempeñan. Así, en la nota (a), señala que gureà se compone de gure 'nuestro' y del artículo a 'el'. En la nota (b), afirma que ceruetan incluye ceru 'cielo' y la posposición etan, la cual convierte en plural al nombre ceru-etan 'cielos-en' de ceru-an 'cieloen', de tal manera que el número del nombre se marca mediante la posposición. Envía al lector a la nota (k), donde hay ejemplos de la misma posposición en singular ceru-an 'cielo-en' y lurre-an 'tierra-en'. En la nota (c), indica que zaudenà tiene los constituyentes zaude 'estás' del verbo ser o estar, la letra n que equivale al relativo 'que' y el articulo a 'el'. En la nota (d) explica que santificabedi se compone de santifica (que es voz latina) y de la forma bedi 'sea', añadiendo que izanbedi sería la forma más propia y completa de decir 'sea', pues contiene tanto el verbo izan 'ser' como bedi que es la marca del presente de subjuntivo. Así pues, en satificabedi está elíptico el verbo izan.

En la nota (1), Hervás explica que egun significa 'hoy' y que iguzu 'danos' es la segunda persona del singular del imperativo. Pero no especifica que i 'dar' es la marca del verbo, gu es 'nos' y zu 'tu'. También traduce guere por 'a nosotros', si bien guere es un adjetivo posesivo15'nuestro', el cual junto con ogui-á (nota n) forman la frase nominal guere... ogui-á, es decir 'nuestro... pan-el'. En la nota (m), afirma que egunoroco se compone de egun 'día' y oroco 'de cada', siendo egun-oro 'día-cada' y egunoroco 'de-día-cada', lo que es una manera algo confusa de decirnos que co es una posposición cuyo significado es 'de'.

En la nota (o), Hervás aclara que barcatueguizcutau es segunda apersona del singular del imperativo y que barcatu equivale a 'perdonar'. Pero no descompone barcatu en barca o raíz y en tu o marca imperfectiva. Tampoco analiza los elementos de eguizcutau, que son egui verbo auxiliar, z marca de objeto plural, cu 'nos' y tau (o tzu?) 'tu', que aparece frecuentemente como zu. En la nota (p) indica que zorrac incluye zorr 'deuda' y el artículo ac, que marca el plural del nombre. En la nota (q), afirma que gu y guc significan 'nosotros', en tanto que zordunai se compone de zordun 'deudor' y de la marca ai, la cual expresa el dativo de plural. Hervás no analiza la línea siguiente barcatzen-diestegun, donde barcatzen contiene la raíz barca, el nominalizador tze y la marca inesiva n; todo lo cual equivale a algo así como 'en el perdonar', de ahí que la traducción 'perdonado' sea bastante acertada. Diestegun se compone de die marca de verbo ditransitivo, es decir con objeto directo e indirecto, ste 'les', gu 'nosotros' y n, un complementante que indica que la oración depende de bezela. Barcatzendiestegun equivale literalmente a 'perdonar-el-en-ditrans-les-nosotros-que'. En la nota (r) apunta que ez es la partícula negativa y utzi el infinitivo. Dos líneas más abajo no explica erorten, que traduce por un infinitivo, pero que es un sustantivo verbal, donde eror es la raíz, te es un nominalizador y n es la marca inesiva, o sea 'caer-el-en'. Finalmente, en la nota (s), aclara que libra-gaitzatzu es segunda persona del singular del imperativo, aunque no identifica los componentes de libra-gaitzatzu, que son libra 'librar', g primera persona, a tiempo presente, it plural de primera persona, za raíz del auxiliar y tzu 'tu'. En términos generales, el jesuita conquense efectúa una descripción morfosintáctica del padrenuestro en vasco bastante acertada. A veces, por falta de una noción clara y consciente de morfema en nuestro analista, el lector moderno tiene la impresión que la descripción de los datos no es lo suficientemente explícita. Así, cuando afirma que etan convierte al nombre en plural en ceruetan 'cielos-en' de ceru-an 'cielo-en', uno piensa que hubiera podido precisar que en la posposición etan, et es la marca de plural del nombre, y que an es 'en'. La traducción literal nos da una idea del orden de palabras de dicha lengua y nos ayuda a identificar un número determinado de formas. Excepto en su análisis de algunos tiempos verbales complejos donde no identifica todos los elementos, el desmenuzamiento gramatical del texto vasco es muy encomiable, sobre todo si se tiene en cuenta que fue realizado en el siglo XVIII.




ArribaAbajoEl padrenuestro en chiquito

A continuación presentamos la descripción que ofrece Hervás del padrenuestro en lengua chiquita. Se trata de un idioma del Paraguay, que era poco conocido en el siglo XVIII. Hervás ha recabado información de esa lengua del abate Joaquín Camaño, quien la había aprendido con el propósito de escribir un misionario o libro del misionero. El abate Joaquín Camaño, después de dieciséis años de ausencia del Paraguaya, no había tenido ocasión de leer ningún libro en chiquito, pero todavía había sido capaz de aclarar el raro artificio o funcionamiento estructural de ese idioma. Se trata pues de una lengua sobre la que escasea la documentación escrita y de la que Hervás obtiene prácticamente toda su información de un informante misionero. Veamos el texto16:

Zoiyai (a) Nuestro-Padre,
n'aca (b) que estás
ape alto, (arriba;)
Anauscia (c) reverenciado-sea
n'iri el-tu-nombre
M'ayee-ti (d) que-venga
zoiñemo nosotros-a
ntaquinunaui (e) el-que-acabar-puede-no
zubacabo (f) nuestro-ser-futuro
aeza (g) en tu posesión
ape arriba, (en lo alto.)
Oximacacia (h) cumplida-sea
n'oñema (i) la-tu-voluntad
auna aaqui aquí en-el-suelo
tacana como
aeza ape en-tu-posesión arriba (o en lo alto.)
Ache zoiñemo (k) da a-nosotros
caimaa ahora
anatàs el acostumbrado
zom-otuburio (l) nuestro-alimento-futuro;
Aiximacai dad la paz
ito (m) zoiñemo otra vez a-nosotros
yucatu (n) por
n'ominahiti los-pecados
zoboi de-nosotros,
tacana zomi como nosotros
zopiximacat'ito nosotros-damos la paz otra vez
mo (o) unama a estos que
pocheneneco (p) tienen odio
zumanene sobre-nosotros;
Tap'ataisoca (q) no permitas
inahiti zobi pecado de-nosotros;
Aitaicimunozo defiende-tú
zomi nosotros
ii (r) n'inahiti de el-mal.

Como en el caso del vasco citado anteriormente, las notas que adjunta Hervás ayudan a identificar los constituyentes de las palabras y a descubrir su funcionamiento en dicha lengua. En la nota (a) explica que zoiyai se compone del afijo pronominal zoi 'nuestro' y de yai 'padre'. En la nota (b), señala que n'aca contiene una n' o ni (que cuando se combina con verbos, equivale al relativo 'que') y la forma aca raíz de acas 'esencia o existencia'. En la nota (c) afirma que anauscia es el imperativo de zanauca 'soy reverenciado' y que este imperativo se usa en frases religiosas, pero no identifica los posibles morfemas dentro del verbo. En la nota (d) descompone la expresión m'ayeeti en m' 'que', en ayee o forma verbal y en la partícula ti, la cual se une a verbos de movimiento con una función embellecedora, un término que suele emplear Hervás cuando no está seguro del valor gramatical de un determinado elemento. En la nota (e) explica que n'taquinunaui incluye n' 'el que', taquinu, raíz de taquiruzco 'se acaba', donde se muda la r por la n a causa de la partícula nau, la cual en vocablos compuestos significa 'poder'; la i final equivale a la negación 'no'. En la nota (f) señala que zubacabo comprende las formas zub 'nuestro', aca 'ser', mencionada anteriormente, y bo, que denota cosa futura. En la nota (g) aclara que a-eza tiene el mismo valor que en latín apud te 'junto a ti', es decir 'en tu casa o en tu posesión'. En una sección posterior donde hace un pequeño estudio de los pronombres, Hervás indica que aeza es un genitivo de posesión con el valor del tui latino. Desde el punto de vista semántico, es curiosa la larga perífrasis 'el-que-acabar-puede-no nuestro-ser-futuro arriba' para significar 'tu reino en el cielo'; se trata de dos conceptos, reino y cielo, que no existían en chiquito y que por consiguiente habrá que interpretar por medio de una paráfrasis.

En la nota (h) Hervás explica que oximacacia es un verbo pasivo como antes anauscia, pero no identifica los morfemas de dicha forma. En la nota (i) afirma que n'oñema se compone de n', que sabemos por una nota precedente que equivale al artículo, y ,de oñema 'tu voluntad, donde no hay separación entre tu y voluntad. En la nota (k) señala que ache es el imperativo de yacheca,'doy' y acheca 'dar'; no explica zoiñemo, pero de su estudio posterior sobre los pronombres queda claro que zoiñemo es el equivalente del dativo latino nobis. En la nota (l) indica que zomotuburio contiene zom, 'nuestro', otuburi, 'alimento' y o, marca de futuro. En la nota (m) aclara que ito es un adverbio con el valor de 'otra vez'. En la nota (n) destaca que yucatu, 'por', es una preposición de ablativo, al tiempo que traduce más literalmente que en la versión yuxtapuesta la frase aiximacai ito zoiñemo yucatu n'ominahiti zoboi por 'reconciliar otra vez a nosotros por los pecados de [hechos por] nosotros'. En n'ominahiti, n' es 'el', om la marca de plural e inahiti, 'pecado o mal'. Por los comentarios sobre los pronombres en chiquito también podemos identificar a zomi como 'nosotros', tanto para el nominativo como para el acusativo. En la línea siguiente no explica zopiximacat'ito 'nosotros nos reconciliamos otra vez'; zo es probablemente el pronombre sujeto, si bien no queda claro que partes de esa palabra corresponden a 'nos' y al verbo propiamente dicho.

En la nota (o), indica que mo es una preposición de dativo y que unama es un artículo masculino del plural, el cual cuando se coloca junto a un verbo se traduce por 'éstos que'. En la nota (p), afirma que pocheneco, 'tienen odio', es un verbo neutro, pero no identifica sus componentes. En la línea siguiente, zumanene 'sobre nosotros', no aclara qué parte corresponde a cada una de las dos palabras, aunque de la sección sobre los pronombres se puede deducir que zuma es 'nosotros' y nene 'sobre'. En la nota (q) señala que tap', es decir, 'no', es una partícula prohibitiva en tap'ataisoca. En la línea siguiente, inahiti es 'pecado' y zobi 'de nosotros', fácilmente identificables,

el primero porque ya aparece unas líneas antes y el segundo por la propia traducción. Sin embargo, en la sección sobre pronombres, zobi figura sólo como ablativo de singular a me, mientras que el ablativo de plural es zoboi, o sea a nobis. Finalmente, en la nota (r) explica que ii es una preposición de ablativo, que n' es el artículo del nombre y que inahiti es 'mal', la misma palabra que vimos anteriormente para 'pecado'.

Observamos, pues, que Hervás ha realizado un gran esfuerzo con el fin de identificar el valor y la función de los componentes de las palabras en la lengua chiquita. Su esfuerzo es sumamente loable por cuanto se trata de una lengua que era poco conocida y de la que obtiene los datos directamente del abate Joaquín Camaño. Echamos en falta que no haya aislado con mayor precisión los constituyentes de algunas formas verbales y que no haya mostrado de una manera más pormenorizada las semejanzas y diferencias entre los adjetivos posesivos y los pronombres personales, que aparecen con cierta frecuencia en el padrenuestro en chiquito. La causa principal es que no tiene una consciencia clara de la noción de morfema y de sus implicaciones para describir las lenguas del mundo. Todavía utiliza la noción clásica de paradigma en el estudio de ciertas palabras del padrenuestro, aunque la evidencia de los datos le llevan a menudo a una identificación de morfemas antes de que dicho término entrara a formar parte de la teoría lingüística.








ArribaAbajoConclusión

La idea motora en la lingüística de Hervás era la catalogación y la clasificación de las lenguas del mundo para probar los principios religiosos de la lengua infusa y la diversidad lingüística. Dentro de este ideario lingüístico encajan perfectamente la dimensión comparativa y descriptiva de la obra de Hervás. Con el fin de establecer la familia de naciones, Hervás necesita comparar las lenguas agrupándolas por principios de afinidad y diversidad. Coseriu y Tovar, en trabajos citados previamente, han estudiado la faceta comparatista de Hervás17. El interés de Hervás por la recogida de datos y por el estado de las lenguas conocidas del mundo surge igualmente por un deseo de catalogación y de búsqueda de las familias lingüísticas. Pero rebasa ese fin tal como se desprende de este trabajo. Aprovechándose de su conocimiento de unos trescientos cincuenta idiomas a través de informantes, de textos, de gramáticas y de diccionarios, Hervás descompone y analiza el funcionamiento de las palabras, anunciando de este modo las descripciones morfosintácticas de finales del siglo XIX y del siglo XX.

En las traducciones literales nos percatamos de que Hervás, al no tener un concepto claro de morfema como postulado teórico, a veces deja ciertos constituyentes de los vocablos sin analizar o identifica otros mediante un rodeo, como en la presentación de las formas del vasco ceru-etan 'cielos-en' y ceru-an 'cielo-en', de las que se deduce que et es la marca de plural, aunque nuestro autor no lo afirme de modo explícito. El análisis más incompleto es el de las formas verbales, influido por el peso de la tradición europea que consideraba a éstas más como un todo a paradigma que como un conjunto de elementos. Si bien la noción de paradigma pesaba fuertemente sobre Hervás, de su trabajo con informantes de lenguas dispersas por la geografía de nuestro planeta y de los estudios de sus predecesores, salta a la vista que Hervás utiliza el constructo teórico de morfema en los análisis de los padrenuestros, forzado por los hechos lingüísticos que trata de describir. En realidad, sus traducciones literales son, en gran medida, ejercicios de identificación de morfemas. En la descripción de determinadas formas verbales de la lengua vasca o del idioma chiquito no descompone los posibles morfemas dentro del verbo. A veces sí identifica los constituyentes verbales, como cuando explica que en quechua coni significa 'dar', mientras que copuni, con el infijo pu, quiere decir 'volver a dar'; o en la perífrasis del idioma chiquito n'taquinunaui, que descompone en n'-taquinu-nau-i, o sea 'el que-acabar-puede-no'. Así pues, a pesar del peso de la tradición europea, la realidad lingüística de las lenguas del mundo le lleva a la utilización del morfema como constructo teórico. Si en algunos casos ésta identificación no llega tan lejos como el lector moderno hubiera deseado, se debe al peso del modelo paradigmático de la gramática clásica. Por otro lado, aunque la realidad lingüística de las lenguas del mundo hubiera podido forzar a los misioneros informantes y a Hervás a cambiar del modelo paradigmático al modelo morfémico, es posible que éstos no hubieran tenido conocimientos suficientes de las lenguas sometidas a estudio para efectuar una identificación más completa de morfemas. El interés de Hervás por la recogida de datos para conocer el estado de las lenguas del mundo se perdió en el siglo XIX por el florecimiento de la lingüística comparativa indoeuropea y el énfasis en la ley fonética, si bien este interés resurgirá más tarde de manera independiente con el estructuralismo norteamericano. No hay que olvidar que el estructuralismo norteamericano nació, en gran parte, por una necesidad misionera de descubrir el funcionamiento fonético y morfosintáctico de las lenguas indígenas con vistas a traducir y llevar el mensaje evangélico a los indios de América, igual que había sucedido anteriormente con los predecesores de Hervás y con los misioneros coetáneos de éste. Dichas descripciones constituyen un aspecto significativo pero menos conocido de la obra de Hervás, tal vez por la mayor divulgación del Catálogo de las lenguas de las naciones conocidas, que contiene menos datos lingüísticos que los últimos cinco tomos de Idea dell'Universo, o tal vez porque esta tradición se perdió y surgió luego de manera independiente.




ArribaBibliografía

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