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Napoli Signorelli le escribe al comediógrafo español: «Es verdad que D. Simón Rodríguez me pasó su última comedia El sí de las niñas, pero con el que la leyese y se la volviese sin tardar; así lo hice. Yo la habría traducido quedando en mi poder, como lo he hecho de su Barón, de la Mojigata y del Viejo y la Niña. Estas tres las traduje sin alteraciones, como en La Comedia nueva me lo había permitido. El Barón y El viejo y la Niña están impresas El año teatral de Venecia, ni tengo de ellas ejemplar alguno. La Mojigata, que tuve a bien llamar La Bacchettona, no se admitió por escrúpulos del Govierno Austríaco de entonces [...] Lo cierto es que las cuatro comedias de V. que yo conozco las he traducido. Pero hay otra, que yo no conozco?» (en Mininni 1914: 439). Sorprende en cambio el silencio sobre la última pieza moratiniana en la última edición de la Storia critica, donde el italiano alude en 1813 a El barón una vez más como la última comedia del amigo de que él tenía noticias (Storia, IX: 185).

 

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En 1830 salen a la luz dos versiones de la popular pieza: una más fiel al texto español, editada por L. Monteggia, Il sì delle fanciulle. Commedia in tre atti in prose di L. F. di Moratín. Versione dallo spagnolo di Luigi Monteggia, colaborador del periódico barcelonés El Europeo (Marsella, s. e., 1830) y una adaptación italiana mucho más libre realizada por D. E. Govean, Il sì delle ragazze. Commedia in tre atti tradotta dall'originale spagnolo (Milán, Visaj, 1830). Más tarde, a principios de los años cuarenta se editó una tercera versión italiano, aún más libre de las precedentes, publicada también en Milán: Si col labbro e non col cuore (Milán, 1841), traducida por Carlo Varese. Véase a este respecto A. Mariutti de Sánchez de Rivero (1960: 793-4).

 

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Belén Tejerina, al abordar el problema de la desaparición de los cuatro volúmenes de manuscritos del hispanista napolitano al que se refiere Mininni (1914: 521-522), apunta que «oggi a Napoli, sia alla Biblioteca dell'Accademia Pontaniana sia alla Biblioteca Nazionale si ignora dove siano finiti questi quattro grandi volumi; sembra che essi siano andati bruciati durante la guerra del 1940-45, ma non esiste alcun documento che dia ragione della perdita» (1996: 108). A continuación la estudiosa se pregunta entonces con razón: «Com'è possibile che A. Mariutti li abbia consultati intorno al 1959-60 se andarono bruciati nel 1945? Li aveva forse consultati vent'anni prima, oppure, sebbene non lo dica esplicitamente, la studiosa cita di seconda mano il libro di Mininni?», explicación -esta última- por la que Tejerina parece inclinarse; véase Criteri di edizione e traduzione, en Tejerina ed. (1996: 108-9).

 

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Los años en que Signorelli residió en Milán, entre 1801 y 1804, ejerciendo como director y profesor de Declamazione en la Escuela de la Accademia del Teatro pattriotico y de Poesia rappresentativa en la escuela pública de Brera, fueron muy probablemente los más fecundos de su fase más madura. Sobre la estancia del napolitano en la ciudad lombarda, véase Mininni (1914: 171-188). Lamentablemente las alusiones del biógrafo a las comedias de Moratín traducidas en dicho período son más bien escasas y sus apreciaciones no siempre atinadas, cuando no superficiales y forzadas (1914: 185 y 187).

 

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L. F. de Moratín, Il vecchio e la giovane, trad. di P. N. Signorelli, A. Rosa, Venecia, 1805, Anno Teatrale, II, Tomo III (agosto) (El viejo y la niña, B. Cano, Madrid, 1790; Il Barone, trad. di P. N. Signorelli, A. Rosa, Venecia, 1806, Anno teatrale, III, Tomo II (febrero) (El barón, Villalpando, Madrid, 1803); La bacchettona, trad. di P. N. Signorelli, A. Rosa, Venecia, 1806, Anno Teatrale III, Tomo VIII (agosto) (La mojigata, Villalpando, Madrid, 1804). La prestigiosa colección teatral italiana acogió numerosas piezas del teatro europeo; éstas para su publicación, entre otras normas establecidas, como anuncia en su «Avviso agli autori e traduttori», debían presentar «uno scopo di sana morale» y respetar «almeno le principali regole della drammatica»; en Anno Teatrale, continuazione di Teatro Moderno Applaudito, ossia Raccolta Annuale, año II, Tomo I, Venecia, A. Rosa, 1805, XXXV-XXXVI. De todas ellas existe sólo una ed. moderna de Il Vecchio e la giovane, editada por Belén Tejerina, con un interesante estudio introductorio (1996: 7-77) y un esmerado aparato crítico filológico.

 

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El crítico napolitano, no se olvide, no sólo se cimentó en la traducción de comedias de obras españolas, sino que adaptó y volcó al italiano tanto tragedias griegas como piezas de los clásicos franceses, aunando algunas de ellas en una apreciable perspectiva comparativa: Delle migliori tragedie greche e francesi, Milán: Stamperia e Fonderia al Genio, 1804-1805, 3 vols. En dicho esfuerzo destaca el análisis y las traducciones del Hipólito de Eurípides y la Fedra de Racine y el análisis y la traducción de la Ifigenia in Aulide de Eurípides con la homónima del célebre dramaturgo francés. Cfr. al respecto Mininni (1914: 181-5). Por los mismos años que salían a la luz sus traducciones de las comedias moratinianas, Signorelli publicaba también para la colección teatral de Anno Teatrale, las versiones italianas de tres dramas franceses: la tragedia de Voltaire L'orfano della Cina (1804) y las comedias L'ingresso del mondo (1804) e I perturbatori delle famiglie (1805), ambas de Picard, sin olvidar la versión italiana de la famosa Misantropia e Pentimento de Kotzebue, redactada por el literato napolitano entre 1800 y 1801 durante su breve exilio parisino, donde, junto a otros patriotas napolitanos, el hispanista se había refugiado a raíz de la caída de la efímera Repúbblica partenopea.

 

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G. Martinazzi señala que la pieza española se representó el 31 de diciembre de 1800, mientras que otras dos obras teatrales traducidas por el napolitano fueron representadas en el mismo coliseo de Milán en los primeros años del siglo XIX (Abbé de l'Èpée: 11 de marzo de 1801 y Misantropia e pentimento: 11 de marzo de 1803); Accademia de' filodrammatici di Milano (Milán, Pirola, 1879: 115-7). Mininni, recordando los obstáculos que la pieza había tenido que enfrentar antes de que se publicara en España. Basándose muy probablemente en las palabras del mismo Signorelli, quien en una carta al dramaturgo español, le señalaba que, si bien había traducido al italiano La mojigata, la misma «no se quiso admitir por escrúpulos del Gobierno Austríaco de entonces [...]» (1914: 439). Mininni sostuvo que la traducción italiana no había sido publicada, asegurando de modo equivocado que la versión del dramaturgo napolitano permanecía inédita; (1914: 185 y 524-5). Cfr. a este respecto también Mariutti de Sánchez Rivera, quien anota la equivocación en que cae Mininni, mientras que es más bien cauta en cuanto a la representación de la pieza de Moratín en los escenarios italianos (1960: 790-1).

 

18

Sobre el concepto y la teoría de la traducción en Italia en la fase a caballo entre Setecientos y Ochocientos, se remite al esclarecedor estudio de Emilio Mattioli (2001: 88-101).

 

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Sobre las traducciones de Signorelli, se remite a Mariutti de Sánchez Rivero (1960: 775-794), Caldera (1980: 149-160) y nuestro estudio (Quinziano 2001: 267-272).

 

20

Carta de P. Napoli Signorelli a L. F. de Moratín (Nápoles, 3 de octubre de 1806), en Mininni (1914: 439).