Tomo LI de la B. A. E. (Escritores en prosa anteriores al siglo XV), cit., págs. 276a-278b.

Quisiera volver, ahora, a la feliz pista a que ha aludido Luis Sainz de Medrano y que ha sido el pretexto de nuestra búsqueda. De verdad, habría que profundizar más esta intuición acerca de ciertas posibles influencias del Libro del caballero y el escudero en la Payada (Canto XXX). A primera vista la espera ha sido un poco decepcionada y parece no haber llevado a grandes resultados. Sin embargo, lo que asoma, sobre todo, es -como en muchos casos que hemos estudiado de El Libro Infinido- la compresión detonante del mensaje poético de José Hernández. Sólo un ejemplo: en el texto juanmanuelino (Libro del caballero et del escudero, Tomo LI de la B. A. E. (Escritores en prosa anteriores al siglo XV), cit., págs. 234a-257b), el caballero joven le dirige al caballero anciano algunas preguntas («qué cosa es el paraíso», «qué cosa es la mar», «qué cosa es la tierra», etc.), recibiendo largas respuestas que, por la época, se podrían considerar «científicas». Las preguntas de Martín Fierro son muy parecidas, pero no iguales, ya que se formulan con una leve, pero importante variante, deslizando líricamente sobre un eje metafórico respecto a las del caballero medieval. Martín Fierro pregunta: «has de decirme al momento / cuál es el canto del cielo» (vv. 4059-4060), «decíme cuál en el mundo / es el canto de la tierra» (vv. 4101-4102), «es preciso que me espliques / cuál es el canto del mar» (vv. 4125-4126), etc. Las preguntas «científicas» del joven medieval se sustituyen, por lo tanto, en el poema de la pampa, por otras de carácter evidentemente lírico. Y líricas tienen que ser forzosamente las respuestas. ¡Lo que sólo es concebible después de la experiencia romántica!