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Testamento de Leonardo Ruiz de la Peña anexo al «Libro de Profesiones» de La Concepción, f. 2, fechado el 17 de julio de 1586, ante Melchor de Molina, escribano público.
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Para dar una idea aproximada de los mecanismos de funcionanúento de una obra pía, véase Loreto López, 1998.
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La citada novicia era hija legítima del capitán Joseph Antonio Ortiz Casqueta, marqués de Altamira, vizconde de san Antonio, AGNEP, notaría 1, 3 de noviembre de 1751, ff. 174-176.
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El lapso que constitucionalmente dotaba a las religiosas de velo negro de voz y voto varió de un monasterio a otro, en el caso que aquí exponemos se trata de La Concepción. Regla, c. 1645, p. 44.
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El periodo de noviciado podía variar de una orden a otra, por ejemplo, las carmelitas, antes de profesar, permanecían tres meses en calidad de postulantes y dos años de noviciado. Ramos Medina, 1990, p. 133. En La Concepción la aspirante pasaba diez meses en el noviciado y después de profesar vivía dos años en el jovenado. Regla, c. 1645, p. 43.
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Para otros monasterios las edades de profesión de las legas también variaban
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«Las que no fueren del coro, en vez del oficio divino digan veinte y quatro veces el paternoster con el Ave María por Maitines, y por Laudes cinco: Por prima, Tercia, Sexta, Nona y Completas siete: y por Vísperas doce». Regla, 1630, p. 21.
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En la edad media, comenzó la práctica de añadir a las horas canónicas algunas preces. Gozaron de especial favor los oficios breves, compuestos de algunos salmos en honor de algún misterio o algún santo. Entre estos se fue haciendo popular y general el llamado oficio parvo en honor de la santísima Virgen María. Iguacen, 1991, p. 648.
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Libro de profesiones de Santa Teresa, 2 de febrero de 1615.
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Regla, 1765, p. 61.