391
Los mayordomos se ocupaban de la complicada administración de los bienes, de las operaciones de compra-venta, préstamos, cobro de rentas y réditos, etcétera; es decir de aspectos ligados directamente con el mundo económico exterior. Para ser nombrados como tales debían exhibir una fianza ante notario público y ser aprobados por el obispo y el vicario de los conventos. Al respecto véase Staples, 1986, pp. 131-167.
392
Citado por Kamen, 1981, p. 487.
393
Hubo casos en que ya se había conformado previamente un certificado de pureza de algún miembro de la familia, generalmente un hermano, que había ingresado al seminario tridentino y se consideraba como válido para la novicia.
394
Informaciones de legitimidad y limpieza de Ana María Pérez de Tembra, novicia del segundo convento de Carmelitas Descalzas de la ciudad de los Ángeles de Nuestra Señora de La Soledad, 19 de julio de 1750. Tuvo dos primas hermanas en el convento de Santa Catalina y dos más en el de dominicas de Santa Rosa. Cfr. pp. 300-301 de este texto.
395
Ibidem.
396
Espinoza, J., 1680, p. 4.
397
Su principal riqueza consitía en una hacienda e ingenio de valor mayor a los 30 000 pesos, admeás de otras propiedades en la ciudad.
398
Espinoza, J., 1680, pp. 5 y ss.
399
Ibidem.
400
Catalina de San Idelfonso (1678), Mariana de los Reyes (1669) y Juana de Santa Rosa (1680) fueron monjas profesas en el convento de Santa Catalina de Sena de la ciudad. ACSCP. Libro de profesiones.