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91

Obras, II, 104 b. Para las iniciales de este texto, Lomba y Pedraja (Cuatro estudios, págs. 342-43, nota 2) sugiere los siguientes nombres: Alonso, Carnerero y Bretón.

 

92

Véase J. M. de Cossío, art. cit., «La poesía de don A. Lista», pág. 59.

 

93

A. Rumeau publica esta oda, según el manuscrito original, en «Larra, poète» (1948), págs. 516-518.

 

94

Éste es el título que aparece en la portada, como título del folleto, con el siguiente pie de imprenta: «Madrid, 1827. Imprenta de D. M. de Burgos». El poema empieza en la página 5 con el siguiente encabezamiento: «A la Exposición primera de las Artes españolas. Oda». Citamos por el ejemplar que se halla en la Biblioteca de la Universidad de Toronto. Según A. Rumeau («Larra, poète», 1946, pág. 516, nota 3), el folleto es raro. Fue anunciado en el Diario de Avisos el 1 de octubre de 1827 (ibíd.).

 

95

Memorias, ed., cit., pág. 167 a. El periódico oficial, La Gaceta de Madrid, trataba de explicar esta pobreza de la exposición «por no haber llegado los avisos a todos los puntos de la Península, o por no haberse recibido con la conveniente anticipación, o porque los términos en que estaba concebido el anuncio fueron interpretados diversamente, o porque los fabricantes españoles no estaban preparados para esta grandiosa y útil revista, o porque muchos de ellos no calculasen el influjo que ella debía ejercer sobre nuestra prosperidad fabril» (apud F. Suárez, Documentos, ob. cit., pág. 234, nota 217). F. Suárez dice que la exposición de «este primer año fue apenas un ensayo». Se repitió al año siguiente y a partir de entonces se hizo trienal (ibíd.).

 

96

Véase J. Vicens Vives, Manual de Historia Económica de España, con la colaboración de J. Nadal Oller, cuarta edición. Barcelona, 1965, pág. 669.

 

97

Al tratar de la coyuntura histórica, en el capítulo primero, ya indicamos las relaciones políticas y sociales de estas directrices económicas. En la Historia Económica de España, pág. 668, dice Vicens Vives: «Desde este momento -1827- recibe amplio apoyo el equipo que ha constituido el ministro de Hacienda, López Ballesteros, al que se vinculan asentistas, banqueros emigrados, hombres de negocios, etc. Este grupo es el que ha promulgado la ley de Minas de 1825 y el arancel de 1826. En lo sucesivo preparará el utillaje financiero y comercial mínimo: Código de Comercio, 1829; Bolsa de Madrid, 1831. Tres hombres: el emigrado Aguado, el catalán Gaspar Remisa y el castellano Javier Burgos, movilizan proyectos considerables: minas, canales, altos hornos. Mientras tanto, en las Antillas se forjan las primeras grandes fortunas del siglo XIX: la de los Guell y Xifré. En conjunto, bajo la depresión se observan los primeros latidas de un futuro más risueño».

 

98

Ibíd., pág. 557.

 

99

M. Chaves reprodujo esta dedicatoria (ob. cit., página 22) y la oda (ibíd., págs. 195-202). Recientemente, en Obras, II, 349-51, se halla la oda, pero no la dedicatoria.

 

100

«Al armamento de las provincias españolas contra los franceses», en Poesías completas, ed. cit., de A. Dérozier, pág. 326.