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141

«Según habrán Vms. observado en el Prólogo de esta Obra, los discursos del Pensador llevarán casi siempre un espíritu de reforma». (El Pensador Matritense. Discursos críticos sobre todos los asumptos que comprehende la Sociedad civil. Tomo primero. Barcelona: Por Francisco Generas, Impresor [s.a.], pág. 24. El subrayado es nuestro).

 

142

«Los asuntos del Gobierno, su plan, ni sus máximas, tampoco me inquietan, ni tientan mi curiosidad. Amo a mi Rey, como fiel vasallo, y a mi Patria, como buen hijo: Yo soy un pasajero en la Nave del Mundo: pretendo hacer en ella mi viaje; pero no mandarla, ni fiscalizar a los que tienen ese cargo». Ibíd., pág. 18.

 

143

Advierte en su Discurso I (pág. 23): «como la caridad bien ordenada empieza por sí mismo, determiné dar corriente a mi genio, siempre que no me lo prohibiese la decencia, la Religión, o la política». Sin embargo, El Censor se mostró bastante atrevido. «Hasta ahora -escribe Sempere y Guarinos-, el Pensador, y los autores de otros papeles periódicos, no se habían propuesto otro [principio] que el de ridiculizar las modas, y ciertas máximas viciosas introducidas en la conducta de la vida. El Censor manifiesta otras miras más arduas y más arriesgadas. Habla de los vicios de nuestra legislación; de los abusos introducidos con pretexto de Religión, de los errores políticos y de otros asuntos semejantes». (Ensayo de una biblioteca española de los mejores escritores del reynado de Carlos III, IV. Madrid, 1787, página 191).

 

144

Historia de los heterodoxos españoles, ed. de E. Sánchez Reyes, V, segunda edición. Madrid, 1964, páginas 311-12. Según Menéndez Pelayo, «El Censor fue desde el principio un periódico de abierta oposición».

 

145

Véase T. Egido López, ob. cit.

 

146

La información más completa sobre Pan y Toros que se ha recogido hasta ahora es la que se halla en el reciente artículo de François Lopez, «Pan y Toros. Histoire d’un pamphlet. Essai d’attribution», BHi, LXXI (1969), págs. 255-79.

 

147

Véase Manuel Gómez Imaz, Los periódicos durante la guerra de la Independencia (1808-1814). Madrid, 1910.

 

148

Véase Iris María Zavala, «La prensa exaltada en el trienio liberal: El Zurriago», BHi, LXIX (1967), páginas 365-388.

 

149

Las cartas del Pobrecito Holgazán, como observó Lomba y Pedraja, «no son estudios de costumbres, sino artículos de política» (Cuatro estudios, pág. 4). Precisamente las cartas de Miñano influyen en las de Larra no en cuanto artículos de costumbres, sino en cuanto artículos de política. Véase sobre esto nuestro artículo citado sobre El Pobrecito Hablador, especialmente el apartado «Las cartas del Pobrecito Holgazán y del Pobrecito Hablador», págs. 27-35.

 

150

Véase nota 37 [141] del presente capítulo.