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411

«Quién es el público y dónde se encuentra», Obras, I, 73 b y 74 a y b.

 

412

Ibíd., 76-77.

 

413

«El casarse pronto y mal», ibíd., 113 a.

 

414

«Carta a Andrés Niporesas desde las Batuecas», ibíd., 83 (nota).

 

415

Art. cit. sobre El Pobrecito Hablador, pág. 429, y nuestro art. cit. sobre la misma revista.

 

416

Obras, I, pág. XVI.

 

417

Ibíd., 83 (nota). Véase también sobre esto el artículo «Jardines públicos», escrito pocos días después de la proclamación del Estatuto Real, ibíd., 412 a-b.

 

418

Ibíd., 82. Los Apuntes sobre el bien y el mal de España (el Pobrecito Hablador pone «de este país») fueron escritos por Miguel Antonio de la Gándara a mediados del siglo XVIII y se imprimieron en 1804 en Almacén de frutos literarios, inéditos de los mejores autores, Madrid, imprenta de don Mateo Repullés. Se hicieron numerosas reimpresiones en diversos lugares de España. El texto citado por Larra se halla en el art. LIV (t. I, pág. 159 de la reimpresión de 1820, Madrid, Imprenta de la Viuda de López). Otros textos le hubiera gustado citar sin duda, por ejemplo: «Si [los españoles] no se hacen conocer por sus escritos, es porque se hallan acobardados, desazonados, desabridos y caídos de ánimo. La falta de libertad estanca la Literatura» (CXXVIII, ed. cit., t. II, pág. 112). «El tiempo de las decadencias y descensos, no es para hacer sublimes progresos. Éste es aquél en que actualmente vivimos». El autor citado por Larra cree que con la regeneración de España «tendrán envidia al castellano hasta las divinas plumas de les Fenelones, Racines, Fontaynelles, Maysillones, Montesquieus, Wolteres (sic) y Rouseaus (sic), etc., que a la verdad han escrito en su idioma poco o nada menos que los Homeros, Demóstenes y Cicerones en los suyos» (CXXXIX, ed. cit., t. II, pág. 176). Sobre esta obra, vid. G. Desdevises du Dezert, «Un réformateur au dix-huitième siècle: don Miguel Antonio de la Gándara», RABM, XIV (1906), págs. 274-93; R. Herr, ob. cit., pág. 41. Sobre el proceso y encarcelamiento de Gándara, Constancio Eguía Ruiz, S. J., Los jesuitas y el motín de Esquilache, Madrid, 1947, capítulo primero de la cuarta parte: «Un célebre encartado, el abate Gándara», páginas 191 y sigs.

 

419

El Pobrecito Hablador, buen heredero de los ilustrados españoles, mantiene el concepto de los «tres siglos de decadencia» por ellos acuñado. Recuérdese lo de esa «inmensa mayoría que se sentó hace tres siglos», según el texto a que se refiere la nota 60 [413] de este apartado. Sobre esto véase también el artículo de Fígaro «Literatura. Rápida ojeada sobre la historia e índole de la nuestra» (Obras, II, 131 a). La diferencia entre dos o tres siglos de decadencia dependerá de la época en que escribe el autor. Al menos desde Quintana ya son tres los siglos de decadencia.

 

420

En mi art. cit. sobre el Pobrecito Hablador, páginas 42-43.