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Lápidas romanas inéditas de Marañón, Pancorbo, San Martín de Galbarín y Luzcando, en las provincias de Navarra, Burgos y Álava

Federico Baráibar





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ArribaAbajo Marañón

En la pared norte del cementerio de este lugar del valle de Aguilar, provincia de Navarra, en el ángulo con la de poniente, hay una piedra arenisca de 1 m. X 0,66 m., con la siguiente inscripción, de la que obtuve calcos en 2 de Septiembre de 1890.

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Inscripción

D(is) M(anibus). Ma(rco) Cæ(lio) Flavino an(norum) LX et Ma(rco) Cæ(lio) Flavo an(norum) XXXV Doitena Ambati Celti f(ilia) soc(ero) et marito f(aciendum) c(uravit).

Á los dioses Manes. Á Marco Celio1 Flavino de 60 años y á Marco Celio Flavo de 35 años. Doitena, hija de Ambato Celto, á su suegro y marido mandó hacer este sepulcro.

Es de notar, en la inscripción transcrita, el vocablo Doitena, nombre de la dedicante, nuevo á mi juicio en la epigrafía hispano-romana, pues no figura en la copiosísima colección del sabio Dr. Hübner; pero no es único. Suena igualmente bajo la forma Doidena en otra lápida romana, inédita, de Pancorbo, de la que hablaré luego.

En la pared antedicha del cementerio de Marañón existen otras dos piedras, que conservan restos de discos, adorno que solía usarse como cabeza en las lápidas romanas de Álava.

La pobre aldea navarra, en que subsisten estos vestigios, fué   —48→   plaza de alguna consideración en la Edad Media. Tenía castillo, cuyos alcaides firmaban en documentos de importancia. La Historia ha conservado el nombre de algunos de estos jefes militares2: el de D. García López que suscribe en 1110 una donación de la titulada reina y emperatriz de España Doña Urraca; el de D. Rodrigo Martínez, cuya firma se lee en la merced hecha en Tudela por D. Sancho el Sabio á la iglesia de Santa María (1157); en el fuero de Laguardia (1165); en el dado por el mismo monarca á los pobladores francos de Iriberri (1174) ó barrio nuevo de Pamplona; el de D. Enrique de Viana, nombrado en una memoria referente á 1294, descubierta por Garibay y citada por el P. Moret3; y el de Martín Sánchez Acebedo, alcaide en 1333, reinando D. Felipe III y Doña María.

Con la lápida descrita puede Marañón ufanarse de haber tenido población en la edad antigua y remontar su abolengo á la época romana. El sepulcro de Marco Celio Flavino y de Marco Celio Flavo, los otros dos de que hay indicios en el actual cementerio, y otra piedra cuya inscripción fué borrada há poco, al enlosar en 1889 el pórtico de la iglesia, comprueban el acierto con que D. Francisco Coello y Quesada4 supuso probablemente romano el antiguo camino, que por los valles del Yuglarez y del Ega iba de Ocio a Marañón hasta Santa Cruz de Campezo. Ni debía ser esta la única vía que enlazaba entonces á Marañón con los demás poblados; pues en la venta de la villa de Quintana se conserva un trozo de calzada, como de 1,50 m. de anchura, que, por su dirección, debía llegar á Marañón ó Beruedo, pasar por Asa, cuyos monumentos romanos son notables5, y unirse en Logroño á la de Astorga á Tarragona. La calzada de Quintana se bifurca en dirección á Maestu y Guereñu y hacia Apellániz y Azáceta. Consérvanse de estas bifurcaciones trozos considerables,   —49→   como lo es uno de 200 á 300 m. en el monte Mauchibio, cerca de Maestu, en un sitio llamado Pozo negro, al Sur del manzanal de D. Abdón Goiti. Denomínanle en el país la calzada romana; tiene 1,50 m. de anchura, y está formado por dos cintas de gruesas piedras con otras menores dentro. Ambas calzadas, salvando los puertos de Azáceta y de Guereñu, se unirían probablemente en Alegría y Salvatierra con la gran vía militar de Astorga á Burdeos, descrita en el Itinerario de Antonino.




ArribaAbajo Pancorbo

Posee mi ilustrado amigo D. Francisco Juan de Ayala un cuaderno en papel de hilo titulado Copia de un papel manuscrito por el Sr. D. Lorenzo de Prestamero, presbítero, capellán que fué de esta ciudad de Vitoria, sobre el camino romano y otras antigüedades muy curiosas, sacadas por el mismo Prestamero de otros papeles. En él se lee:

«Hasta Pancorbo se conservan claros y sin interrupción muchos trozos de camino romano, como se manifiesta en el plano que levantó su arquitecto D. Manuel de Echanove y se remitió á la Secretaria de Estado.»

«En el barrio de Santiago de esta villa, en donde actualmente está la escuela de niños, se conserva una piedra labrada, en una de las ventanas, con la inscripción siguiente:

Inscripción

Domicia Doidena y Domicio Reburro á Ambata Plandida, su madre.»

Otro ejemplar del Códice Prestamero, que se conserva en el archivo de la Diputación provincial, da la misma noticia.

En carta de D. Esteban Martínez, alcalde del Ayuntamiento   —50→   de Pancorbo, fecha á 7 de Agosto de 1894, me comunica este señor que la lápida dedicada á Ambata Plandida existía en aquella villa, pero desapareció al reconstruirse el edificio en que estaba, por no habérsele dado importancia. No se ha podido averiguar quién se llevó la piedra, ni dónde se encuentra.

De la obra de Prestamero, escrita hace un siglo, hizo mención honrosísima la Real Academia de la Historia en la sección primera de su Diccionario geográfico-histórico de España6.

No es temerario suponer idénticos Doidena y Doitena nombres femeninos, que se hallan en la misma fonética relación que Ambatus, Ambadus, Ambata, Ambada, Tannegadinia, Dannadinnis de otras lápidas7. De Doidena son asimismo formas equivalentes Dovide (H. 5714) y Dovidena (5744, 6299), que quizá se pronunciaban Douide y Douidena. El masculino, tal como nos lo han descubierto las lápidas, se presenta bajo las formas Dobiter (782), Doiderus (5708, 5711, 5720) y Doviderus (5738). Resulta este cuadro sinóptico:

MASCULINO.   FEMENINO.
Dobiter.   Dovide(n).
Doiderus.   Doidena, Doitena.
Doviderus.   Dovidena.

Suprimiendo las terminaciones latinas us (masculina), a (femenina), tenemos en el substrato ibérico dos elementos comunes, raíz (doi, doui, dobi), radical (doi-t, doui-t, dobi-t); y un elemento diferencial er (masculino), en ó e (femenino). La misma estructura nos dan los vocablos teutónicos zwei-t-er, zwei-t-e, y el griego Caracteres griegos (segundo). Algo más nos enseñan las lenguas célticas. La raíz, que significa dos, se dice doi en gael; doué en címbrico.



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ArribaAbajoSan Martín de Galbarín

Es lugar éste del condado de Treviño, y pertenece, así como Pancorbo, á la provincia de Burgos. En la parte exterior de la casa del párroco y en un esquinal que mira á poniente, hay una piedra arenisca de metros 0,80 X 0,35. Se supone traída á fines del sido pasado, de una ermita que existió en el término llamado Sierrita, al O. del pueblo. La ví en 1893 y obtuve calcos de la inscripción, pero se han estropeado por la mala calidad del papel y los accidentes del viaje de regreso. Una lluvia torrencial, que nos sorprendió en el camino, deshizo casi todo el trabajo. La inscripción ha sufrido mutilaciones, al ser acomodada en la pared la piedra en que estaba abierta. Son, sin embargo, fáciles de suplir las fallas, y menos de sentir, por consiguiente, los destrozos del cantero. Lo que se salvó está perfectamente conservado, por lo cual puede responder de la exactitud de esta copia:

Inscripción

D(is) M(anibus). M(arcus) Anto[ni]us Fas[cus] an(norum) LX e[t] Aurel(ius) p(ater) an(norum) [... h(ic) s(iti) s(unt).]

A los dioses Manes Marco Antonio Fusco de 60 años y su padre Aurelio de ... años yacen aquí.



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Arriba Luzcando

Es Luzcando, ó Luscando, una de las nueve aldeas de la jurisdicción de Acilu en la hermandad de Iruraiz, á unas cuatro leguas y media de Vitoria y una de Salvatierra. Linda por oriente con tierras del lugar de Ocáriz, en cuya ermita de San Miguel, hoy vivienda de pastores, se conservan lápidas romanas. Ocupa Luzcando bellísima posición al pie de los montes de Encia, que se levantan por el mediodía con fragosas cumbres y verdes faldas donde hayas y robles forman en verano umbrías deliciosas. Al poniente, el paisaje se dilata en hermosísima serie de términos hasta Vitoria, que parece confusamente bordado sobre montes esfumados y casi transparentes por la mucha distancia. Luzcando fué, no es; y á pesar del antiguo auge que da á entender la tradición de que en él funcionaron simultáneamente siete escribanos, estaba abandonado cuando lo visitamos en 19 de Septiembre de 1894.

La casa cural y la desespiritualizada iglesia debieron ser construidas en parte con materiales allegados de la vía romana que, según el Itinerario de Antonino, iba de Asturica ad Burdegalam, y atravesaba de O. á E. la llanada de Álava. Danlo á entender así las inscripciones y otros restos que perseveran en las piedras de ambas fábricas. Dos de estos epígrafes se conservan perfectamente, uno sobre todo, y no ofrecen dificultades para su interpretación y lectura.

1. En la casa cural, sirviendo de antepecho á la ventana abierta al mediodía, hay una piedra caliza de 1 m. por 66 cm. con la inscripción siguiente:

Inscripción

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D(is) M(anibus). M(arco) Semp(ronio) Fusco Oculati f(ilio) an(norum) LV Fuscinus fr(atri) m(erenti) s(ibique) f(ecit). H(ic) s(itus) e(st).

A los dioses Manes. A Marco Sempronio Fusco, hijo de Oculato, de 55 años. Fuscino hizo este sepulcro para su hermano, que bien lo merecía, y para sí. Aquí está sepultado.

Adornan el marco de la inscripción sarmientos, pámpanos y racimos. La mitad superior ocupan dos discos, sobreponiéndose al menor el mayor, en cuya cima se ven posar dos palomas. El disco menor está entre dos páteras, adorno que no aparece en las demás lápidas de la provincia; pero si los discos y sarmientos, de los que hacen muestra diferentes lápidas: en Salvatierra (Hübner, 2942), San Román (H. 2945), Ibárgüen (H. 2941), Contrasta (H. 2956), Ocáriz (H. 2943), Iruña (H. 2935) y Urbina de Basabe (H. 2921). Todas las lápidas alavesas, excepto las marmóreas de Iruña, son de piedras muy ordinarias, con adornos, las que los tienen, sumamente toscos. Los de la de Luzcando, sin ser primorosos, ni mucho menos, revelan más riqueza y elegancia.

2. En la pared norte de la misma casa cural, hay otra piedra arenisca de metros 0,38 X 0,l9, con la siguiente leyenda bastante estropeada:

Inscripción

[Va]leria Sentoni con[ingi] suo carissimo [ann]orum XXXV et [sibi] f(aciendum) c(uravit).

Valeria cuidó se hiciese este sepulcro para sí y para su carísimo cónyuge Sentón, de 35 años.

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3. En el exterior de la pared poniente de la iglesia se conserva una piedra caliza de metros 0,41 X 0,18, con restos de una figura, al parecer humana, encerrada en un recuadro. Debajo subsiste una D, sigla probable de D(is). El resto del epígrafe ha desaparecido.

4. Igual suerte ha tenido otro abierto en una piedra, también caliza, acomodada en la pared exterior del mediodía de la misma iglesia. Mide el sillar metros 0,47 X 0,17; y de su leyenda, indudablemente fúnebre, á juzgar por los vestigios, queda lo siguiente:

Inscripción

..... an(norum) XXX, h(ic) e(st). Sit t(ibi) [t(erra) l(evis).]

..... de 30 años. Aquí yace. Séate la tierra ligera.

En los muros de la misma iglesia se dejan ver otras piedras con varios adornos geométricos, iguales á los que persisten en la ex-ermita de San Miguel de Ocáriz, y en la de la iglesia de San Román cerca de Albéniz.

Las lápidas de Luzcando constituyen un nuevo jalón para trazar la dirección de la vía romana que, penetrando en nuestra provincia por Deobriga (Puentelarrá ó Arce cerca de Miranda de Ebro) salía hacia el Pirineo por el llamado Boquete de la Borunda. La serie de epígrafes romanos, de vestigios de calzada y otros restos antiguos estaba interrumpida desale Tullonio (Alegría cerca de Dullancio) hasta Alba (Salvatierra). Con las lápidas descritas, hay un punto intermedio entre ambas mansiones, que tal vez permite llevar más al S. el trazado de la vía, y rectificar algunos datos de la geografía antigua de Álava.





Vitoria, 18 de Octubre de 1891.



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