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ArribaAbajoCapítulo IX

Establecimientos de comercio, industria y artes


Junta de comercio. Esta junta, que antes formaba un cuerpo con el consulado, quedó independiente desde que por la publicación del código de comercio en 1830 se circunscribió a la parte judicial la autoridad de los tribunales de comercio. Desde entonces la junta entiende exclusivamente en todo lo relativo a la administración y fomento, recaudación del subsidio y demás. Fórmase del señor intendente que la preside; y de varios comerciantes nombrados por S. M., y celebra sus sesiones en la plazuela del Ángel, esquina a la calle de Carretas, donde se halla su secretaría.

Bolsa89 de comercio. Por ley de 10 de setiembre de 1831 se ha servido S. M. crear una bolsa de comercio en que se reúnan las personas dedicadas al tráfico y giro comercial, y los agentes públicos que   —236→   intervienen en sus contratos y operaciones. Los objetos principales de las de esta bolsa son la negociación de los efectos públicos, la de las letras de cambio, libranzas, pagarés, y cualquiera especie de valores de comercio, la venta de los metales preciosos y de todo género de mercaderías, la aseguración de los efectos comerciales contra todos riegos terrestres y marítimos, el fletamento de buques, y los trasportes del interior por tierra y por agua, sin que sea permitida otra reunión en lugar público ni secreto para ocuparse en negociaciones de tráfico que la de la bolsa. Esta se halla bajo la autoridad del intendente de la provincia, y para la conservación del buen orden y policía interior hay un inspector con nombramiento real. La reunión de la bolsa se verifica todos los días no feriados desde las doce hasta las tres en punto, destinándose exclusivamente la primera hora a las negociaciones de los efectos públicos, y las dos siguientes a las demás operaciones comerciales. La junta sindical de los agentes de cambio fija con presencia de las operaciones hechas en la bolsa el curso o precio corriente de los efectos y cambios, redactando el boletín de cotización que se fija a la puerta, y al día siguiente se inserta en los periódicos. El colegio de agentes de cambio creados por la misma ley se compone del número de 18, y habrá también según aquella un número determinado de corredores de plaza.

La bolsa se halla establecida en la parte izquierda del entresuelo de la real casa de la compañía de Filipinas, calle de Carretas, local que ocupaba antes la tesorería de este cuerpo.

La puerta principal, formada por un arco elíptico   —237→   de 8 pies de ancho y 15 de alto, da entrada a una pieza de ingreso que guarda las dimensiones proporcionadas. A la izquierda de esta pieza se encuentra la entrada a la oficina de los traspasos en el gran Libro de la deuda pública, y al frente un desahogado arco elíptico de diez pies de luz con puertas de enverjado imitando al bronce antiguo, da paso a dos galerías una al frente y otra al costado izquierdo, la primera con 59 pies de línea y 19 de ancho, y la segunda 85 por 18 de ancho. En el centro de la galería del frente se halla un nicho de planta circular en donde está colocada una magnífica péndola real construida por don Narciso Rubio, y en rededor de las paredes hay tableros con los artículos 8, 12 y 32 de la ley de creación. La inspección se halla al costado izquierdo.

Ambas galerías reciben luces del gran salón por diferentes huecos de ventana, antepechados, unos circulares y otros elípticos, y por tres escalinatas se desciende a aquel, cuya material disposición consiste en un rectángulo de 58 pies por 33 de ancho. Ocho columnas de orden jónico distribuidas dos en cada lienzo presentan los lados pariformes en arcos adintelados, y una sencilla cornisa arquitrabada corona la obra con la altura de 24 pies. Los lienzos de pared están pintados imitando a varios mármoles, y lo mismo las basas, columnas, capiteles, cornisas, balaustradas, jambas moldadas, y las arquivoltas de los arcos, distinguiendo sus claves con dos lises, y una cabeza de Mercurio todas doradas. En los intercolumnios y su macizo hay cuatro tableros de forma prolongada; en el de frente, adornado por la parte superior con dos coronas de laureles, se lee en letras   —238→   de bronce esta inscripción: en el reinado del señor don Fernando VII año de 1832; el del lado opuesto no tiene inscripción, y en los de los costados se encuentran los artículos 27 y 31 de la ley. Sobre las ventanas y arcos que dan luz a la galería en fondos rehundidos están inscriptos por orden alfabético los nombres de las ocho plazas españolas Barcelona, Bilbao, Cádiz, Coruña, Málaga, Santander, Sevilla y Valencia; y en ocho tarjetas de resalto los de otras tantas plazas extranjeras: Amsterdam, Génova, Lisboa, Londres, Nápoles, París, Petersburgo y Viena. El pavimento es de alabastro gris y blanco.

En el centro de la tercera parte de dicho salón a la altura de un pie se ha construido el estrado de los agentes de cambio, elevándose un zócalo de piedra de Colmenar en forma elíptica, cuyos ejes son el mayor de 17 pies y el menor de 15. Tiene dos balaustradas de hierro, una interior de buen dibujo pintada de blanco, y otra exterior en figura de canastillo de color dorado; el estrado se une con la escalinata de tres gradas que asciende a la sala de la junta sindical por balaustradas también de hierro. Cuatro zócalos colocados en los costados laterales de los intercolumnios sustentan otras tantas estatuas colosales representando la España, la Paz, Mercurio y Neptuno. A la cornisa general del gran salón sirve de conclusión un pequeño zócalo en que estriba la armadura de madera y hierro para el cerramiento de cristales con la altura de 131 pies hasta la cúspide.

El salón destinado para la junta sindical de los agentes de cambio, que se halla en el centro del lado opuesto a la galería del frente, tiene un sencillo adorno en jambas, corniseta y un escudo de armas reales   —239→   que sostiene y presenta un genio con el signo de Amaltea. El interior de esta sala es de forma panóptica, cerrada por arcos y bóvedas de armadura que corresponden a curvas elípticas de diferentes centros, proporcionando espacios para custodia de papeles y lugar para la caja. En la sobrepuerta interior hay un tarjetón con el artículo 130 de la ley.

El proyecto y dirección de la obra en todos sus ramos ha corrido a cargo del arquitecto académico de mérito de la real de san Fernando don Antonio Conde González; las estatuas y escudo han sido ejecutadas por el escultor de cámara don Francisco Elías; los capiteles, basas, cornisetas, modillones, balaustres, cabeza de Mercurio y demás adornos, son tallados por don Manuel Rodríguez, académico de mérito de la real de san Fernando por la perspectiva; el pintado y dorado es de don Rafael de Moya, y las obras de hierro se han construido en el taller del maestro cerrajero de la real casa don Francisco López. El gasto de toda la obra lo ha costeado la real hacienda.

Banco español de san Fernando. Creado por real cédula de 9 de julio de 1829, refundiendo en él, bajo este título, el antiguo banco conocido con el nombre de san Carlos, creado en 1782. Por consecuencia de la liquidación verificada a este, se reconoció por S. M. a favor del nuevo de san Fernando una acción de 40 millones de reales en efectivo, transigiendo aquel por esta cantidad cuantas acciones o créditos pudiera tener contra el estado. Al mismo tiempo se dispuso la formación del nuevo Banco sobre una sociedad anónima de accionistas, que subsistirá por treinta años, a menos que se   —240→   prorrogue90

por un decreto especial; y bajo un fondo de 60 millones de reales constituido 30símbolo acciones de a dos mil reales cada una. Sus operaciones se fijan: 1.ª en descontar letras y pagarés de comercio: 2.ª ejecutar las cobranzas que se pongan a su cuidado: 3.ª recibir en cuenta corriente las cantidades que se entreguen en su caja, y pagar letras por cuenta de sus dueños hasta su total importe: 4.ª hacerse cargo de los depósitos voluntarios o judiciales que se hagan en el banco en dinero, barras o alhajas de oro o plata: 5.ª hacer préstamos a particulares sobre garantías de alhajas de oro y plata justipreciados, que no excedan de las tres cuartas partes de su valor ni tengan mayor plazo que el de seis meses: 6.ª hacer con el real tesoro, giro y caja de amortización las negociaciones en que se convenga. Igualmente se concede al banco la facultad privativa de emitir billetes pagaderos a la vista al portador. Estos billetes circulan sólo en la corte, y los hay de tres clases, de a 500 reales, de a 1símbolo y de a 4símbolo, representantes entre todos doce millones de reales. Los pagos se ejecutan todos los días de diez a una, sin demora ni detención, en plata y oro, y a las mismas horas se expenden billetes al que los pide. En dicha real cédula se dispone también la organización del nuevo banco con un comisario regio, una junta de gobierno y un director, como asimismo la administración de él y demás particulares. La utilidad de este establecimiento es notoria, por la vida que ha de comunicar a la circulación interior, por el aumento del crédito y el restablecimiento de la confianza pública. Sólo en la emisión de los billetes pagaderos al portador se han proporcionado las inmensas   —241→   ventajas de ahorro de traslaciones y tiempo en las cobranzas, quiebra de monedas y molestia de su recuento, facilitando más y más las operaciones y comunicándoles la rapidez y la seguridad que deben tener. Estas notas o billetes ya fueron conocidos en tiempo del banco de san Carlos, corriendo con más estimación aun que el metálico en 1796 y 97; y aquel establecimiento hallándose agobiado, dio el golpe maestro de recogerlas, pagándolas todas en metálico antes que las circunstancias le impidiesen verificarlo; cuya honradez y buena fe será imitada por el banco de san Fernando. Está situado este establecimiento en la calle de la Montera frente a san Luis, y en él se hallan todas sus dependencias.

Reales casas de moneda y departamento de máquinas. En el reinado de Felipe III se fabricaron las dos casas en que está dividido este establecimiento, sitas en la calle de Segovia una en frente de otra. Antiguamente no se labraba moneda en Madrid por cuenta del rey y sí del tesorero, cuyo oficio estaba enajenado de la corona; pero en el reinado de Felipe V se incorporó a ella, y desde entonces este establecimiento ha corrido siempre por las ordenanzas que aquel le dio. En él se pueden acuñar diariamente de 50 a 60símbolo monedas, para lo cual está provisto de las máquinas y operarios correspondientes. El local es poca cosa, y lo material de la moneda tampoco iguala en perfección a la extranjera.

El departamento de grabado y construcción de máquinas para la moneda está sito en la carrera de san Francisco. Fue creado en el reinado de Carlos IV, y año de 1803, con objeto de reunir en un   —242→   sólo punto todos los elementos del arte de hacer moneda, y dar la enseñanza por principios fundamentales; para lo cual hay en él una escuela de grabado de monedas y medallas, en que se formaron profesores de mérito, y que ha sido restablecida en 1828. En este establecimiento se hallan reunidos las matrices y punzones originales de la moneda; los diferentes tipos en que se ha acuñado desde la reforma en 1772; los troqueles para la acuñación en la casa de Madrid; los de las medallas grabadas desde Felipe V acá con motivo de proclamaciones, victorias, y otros sucesos notables; un buen monetario, modelos del antiguo; dibujos, estampas, planos y libros pertenecientes al instituto; un volante, un laminador, un corte y un mutón, construidos en París por el célebre Droz, y una porción de máquinas, aparatos y modelos, obra de esta casa, que no ceden en perfección a los extranjeros. Sus talleres son muy espaciosos.

Conservatorio de artes. Por decreto de S. M. de 18 de agosto de 1824 se ha establecido en Madrid un conservatorio de artes, cuyo objeto es la mejora y adelantamiento en las operaciones industriales, tanto en las artes de oficio como en la agricultura. Para ello se mandó en dicha real orden que este establecimiento se dividiese en dos departamentos, el uno depósito de objetos artísticos, y el otro taller de construcción, donando al primero las máquinas que formaban el antiguo gabinete y otras que se hallaban esparcidas, como asimismo dispone que se depositen allí los modelos que se presenten en solicitud de privilegios, que se concederán mediante un servicio a este conservatorio. En su consecuencia se   —243→   formó este con un señor director y otros empleados. Posteriormente se han establecido en él las cátedras de aplicación a las artes, y se trata de llevar a efecto el plan general de enseñanza de que se hizo mención en el capítulo anterior. Por último, por real decreto de 30 de mayo de 1826 se mandó que todos los años desde el día de san Fernando se haga una exposición pública de los productos de la industria española, con el objeto de acelerar los progresos de las artes y fábricas por medio de una noble emulación; y circulada en aquel año una instrucción al efecto, tuvo principio la primera exposición el día 30 de mayo de 1827, la segunda en 1.º de julio de 1828, y la tercera en 30 de mayo de 1831, habiéndose posteriormente resuelto por S. M. que en lo sucesivo91 se verifique cada tres años. Estas exposiciones han excedido en gran manera las esperanzas de los buenos españoles, por la multitud de objetos de todas clases y su delicada perfección que han concurrido de todas las provincias, demostrando unos adelantos de que apenas se tenía noticia. S. M., en vista de las memorias de la junta nombrada para la calificación de estos objetos, le ha manifestado su satisfacción, y en su consecuencia ha dispensado a los artistas que más se han distinguido diferentes premios, como honores, cruces, escudos de armas reales, cartas de aprecio, medallas de oro, plata y bronce, y menciones honoríficas. El conservatorio de artes está situado en la calle del Turco, en la casa que fue almacén de cristales, que es un gracioso y prolongado edificio construido por el arquitecto don Manuel Martín Rodríguez; y en el mismo se han hecho las exposiciones.

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Compañía de los cinco gremios. Esta célebre compañía de los cinco gremios mayores de Madrid tuvo principio en 1679, y la formaron los mercaderes de tejidos de seda de plata y oro; de mercería, especería y droguería; de paños; de joyería, y de lienzos. Su primitivo objeto fue la recaudación de las rentas reales del casco de esta capital y sus agregados, la que corrió a su cargo hasta 1808. En 1763 se erigió en compañía general de comercio compuesta de los mismos individuos accionistas; y si bien a los principios fue libre a los individuos de dichos gremios mayores el incorporarse o no en ella, después, por el nuevo reglamento que el gobierno dio a esta compañía en 1785, se obligó a todos los que hubiesen de hacer en Madrid el comercio de dichos géneros a que forzosamente se interesasen en esta compañía con la acción de 200símbolo mil reales, su mitad o una cuarta parte; hasta que, tolerado y extendido en Madrid el comercio libre de todos aquellos géneros, ha cesado la obligación de incorporarse, y la compañía se ha ido reduciendo a un cortísimo número de individuos accionistas. Cada gremio de los cinco nombra un apoderado general que le representa; y el cuerpo de apoderados elige los diputados directores generales de la compañía que desempeñan todos sus negocios, giros y asuntos; y de la reunión de estos con los apoderados se forma la junta general de gobierno, presidida hoy por un señor comisario regio. En el mismo año de 1785 el rey encomendó a la compañía varias reales fábricas para su restablecimiento y fomento, las cuales con otras de la compañía se elevaron al grado de prosperidad en que las admiraron nacionales y extranjeros,   —245→   como fueron la de tejidos de seda, plata y oro en Talavera de la Reina, la de paños superfinos en Ezcaray, la de hilar y torcer seda en Murcia, la de tejidos de sedas en Valencia, la de paños finos y regulares en Cuenca, la de jabón en Carabanchel de abajo, y la de sombreros finos en Madrid. La irrupción francesa en 1808, tan funesta para la España, causó el exterminio de estas fábricas, y si bien al recobro de nuestra independencia la compañía las fue restaurando con nuevos sacrificios, se ha visto precisada a suspender las demás, y sostiene solamente las de Talavera, Ezcaray y Madrid; habiendo merecido sus elaboraciones la más honorífica mención, y los primeros premios en las exposiciones de 1827 y 28. El decadente estado de esta compañía, la más antigua comercial de España, sus eminentes servicios al rey y al estado, y la suerte de un gran número de familias arruinadas por imposiciones de capitales hechas en ella, reclaman la protección que el rey nuestro señor ha manifestado por la restauración agrícola, fabril y comercial del reino. Está situado este establecimiento en la calle de Atocha; y el edificio que ocupa, que es uno de los más elegantes de Madrid, fue construido en 1791 por el arquitecto don José de la Ballina.

Compañía de Filipinas. Fue fundada en 10 de marzo de 1785, y tiene para su régimen una junta de gobierno y una dirección que se nombran por la junta general de accionistas de la compañía. Los objetos que se tuvieron al formar esta fueron fomentar las islas Filipinas, hacer productor su suelo feraz, promover su industria, extender su navegación y comercio, y connaturalizar en España el de Oriente.   —246→   La compañía realizó desde luego estos objetos, estimulando el cultivo del añil, azúcar, algodón, especería y otros frutos, y haciendo una inmensa extracción de ellos. Igualmente consiguió fomentar las manufacturas, fábricas, minas; atraer el comercio de Asia, atajar las riquezas que iban a la China y otros países; abaratar las telas y especerías, con otros resultados de la mayor importancia. Baste decir que en los cinco primeros años hizo circular 88.731.559 reales y 12 maravedises, invirtiéndolos en navíos, armamentos, víveres, etc. Adelantó la marina con nuevos descubrimientos útiles, noticias y derroteros que entregó en el depósito hidrográfico. Por último, en los acontecimientos de 1808 socorrió las tesorerías de España con 77 millones de reales. De todo ello se deduce la sabiduría que asistió al gobierno para erigir un establecimiento tan útil, el celo con que ha sido administrado, y la conveniencia de que obtenga la protección de S. M. para salir de los desgraciados atrasos a que le redujo la guerra, aliviando así la suerte de sus accionistas, y haciendo en fin partícipe al estado de la experiencia y conocimientos que ha adquirido. El edificio que ocupa en la calle de Carretas es de una bella arquitectura, y parece ser de la escuela de Herrera.

Real compañía de la Habana. Fue erigida en 1740, y se estableció la dirección en dicha ciudad, permaneciendo en ella hasta 1757 en que se sirvió S. M. mandar que residiese en Madrid. Sus objetos principales son fomentar la agricultura de la isla de Cuba, auxiliando a los cosecheros de azúcar con sus fondos, recibiendo en pago frutos para trasportarlos a la Península y al extranjero, y hacer remesas de   —247→   todas clases de frutos a las Américas, cuyos productos retorna en géneros coloniales; pero las ocurrencias de aquellos países han limitado las operaciones de esta compañía. Está situada en la calle de Embajadores, número 8.

Sociedad de seguros mutuos de incendios de casas de Madrid. Esta sociedad fue creada en 1822 por algunos propietarios bajo la protección del excelentísimo ayuntamiento, y aprobada después por el supremo consejo en 31 de marzo de 1824. Su objeto es que todo socio sea asegurador y asegurado para proporcionarse una garantía mutua infalible, obligando en hipotecando sus fincas a los daños que causen los incendios e indemnizarse recíprocamente, repartiendo su importe a prorrata92 del capital asegurado. Para su gobierno económico y administrativo, que es sumamente sencillo, hay dos directores, un contador, un tesorero, un secretario, y un archivero, cuyos destinos son cargos anuales electivos de entre sus individuos que los desempeñan gratuitamente: el nombramiento de estos funcionarios se hace en la junta general de socios que se celebra en los primeros quince días del mes de enero de cada año, en la cual la dirección da noticia de todo lo ocurrido desde la anterior: el signo distintivo del seguro es una lápida fija en cada casa con esta inscripción: «asegurada de incendios»: Tiene además la sociedad sus arquitectos, bombas y obreros que asisten a cortarlos.

El número de los edificios inscriptos hasta fin de agosto asciende a 5037, inclusos varios reales establecimientos, iglesias, conventos, casas de grandes, y corporaciones de todas clases, por el capital de   —248→   792.339.949 rs. vn., cuya respetable garantía con dificultad podrán ofrecer las compañías o empresas particulares conocidas para el mismo fin. Los fondos de la sociedad consisten únicamente en un cuartillo de real por mil del valor de las fincas que se presentan al seguro para atender a los gastos y tener un remanente en caja, con el fin de no demorar la indemnización de los daños entretanto que se verifica la cobranza de los repartimientos; los cuales desde su instalación, que van trascurridos diez años, han sido cuatro, sin pasar el mayor de cuartillo, y el total de ellos de cinco octavos de real por mil, con cuyo cortísimo sacrificio se han cubierto todas las indemnizaciones, gastos en la asistencia a los fuegos, y demás que han ocurrido.

Las ventajas que proporciona esta utilísima institución, la exactitud con que ha cumplido sus promesas, la gran suma inscripta, y el método simplificado de sus operaciones han dado tan conocida estimación a las casas, que es una de las causas esenciales de las mejoras que se advierten tanto en su progresivo aumento como en la reedificación de un número considerable que a cada paso se presenta a la vista. Su oficina principal está en los portales de la Plaza Mayor, frente al peso real.

Compañía de reales diligencias. Este interesante establecimiento tuvo principio en Cataluña en 1815, y luchando con los inconvenientes de una empresa naciente, fue adelantando en ella hasta llegar a extender su carrera desde Barcelona a Madrid en 1819. Desde entonces, con la protección del Soberano, se ha ido generalizando en términos de tener establecidas las carreras de Madrid a Valencia y   —249→   Barcelona, a Bayona, a Sevilla y Cádiz, a Badajoz, a Valladolid y Burgos, a Zaragoza, a Guadalajara, Toledo y sitios reales, además de otras menores de Barcelona a Perpiñán, de Valencia a san Felipe, y de Barcelona a Zaragoza. Los precios y días de salida y entrada pueden verse en la instrucción del capítulo segundo. Esta compañía conduce la correspondencia pública en la carrera de Francia. Los carruajes que emplea de distintas formas para las varias carreras, la organización de sus oficinas, postillones y escoltas, las mejoras y disposiciones que ha ocasionado en las posadas, y por último las instrucciones particulares del establecimiento, todo está perfectamente combinado hasta un punto de perfección que parecía increíble hace pocos años. Puede verse por menor en el Manual publicado por la compañía, que se vende en su oficina principal. Esta está situada en la real casa de postas detrás de correos, y de allí salen todos los carruajes.

Compañía española de empresas varias. Fue aprobada por S. M. en 1828, y en ella se reunieron varios sujetos de carácter y capitales con objeto de promover empresas de utilidad conocida, y que convengan también a los intereses de la compañía, fijando la duración de esta en diez años, a no ser que se estime por la misma su continuación, y en 25símbolo reales el precio de cada acción. Para el gobierno de la compañía hay una junta de individuos de la misma, que celebra sesiones parciales, y en 1.º de abril y en 1.º de octubre hay junta general de accionistas. Hasta ahora esta compañía ha establecido una fábrica de alabastros, otra de alfombras, y se propone otros proyectos más vastos. Las oficinas de   —250→   esta compañía y sus talleres están situados en la calle de la Reina, esquina a la del Clavel.

Real compañía de impresores y libreros del reino. Fue creada en 1763 con el objeto principal de reunir fondos para hacer frente a los gastos anticipados de la impresión de libros del rezo divino, que hasta entonces se había hecho para las iglesias de España e Indias en Amberes y Bruselas, en cuyas ciudades contrataban su realización los padres del Escorial, que tienen el privilegio del señor don Felipe II para hacer la venta de ellos con el beneficio de una cuarta parte sobre el coste total. Formada la compañía, se realizó la contrata con el monasterio, obligándose aquella a costear todas las anticipaciones para los libros de rezo y tenerlos almacenados a disposición de los padres, lo que verifica constantemente.

Los capitales que se reunieron con este motivo y el aumento de trabajo que produjo, contribuyeron no poco a los progresos de la tipografía en España, que llegó en el reinado del señor don Carlos III al punto de perfección que es notorio. La compañía hizo otras varias impresiones útiles; y cuenta en el día con un capital muy saneado próximamente de tres y medio a cuatro millones de reales, que con el privilegio exclusivo de la impresión del rezo le hace susceptible de un aventajado rédito, y que sus acciones de a 1500 reales cada una sean muy estimadas en el comercio. Tiene una junta de dirección y otra de gobierno, y está situada en su casa propia calle de Preciados. El despacho de libros del rezo está en la de la calle del León.

Otras empresas particulares. Hay además otras   —251→   sociedades o empresas particulares con distintos objetos, tales como la compañía de lonjistas en el arco de san Ginés, la de drogueros en la plazuela de san Esteban, la empresa de derechos de puertas en la calle del Arenal, y otras varias.




Fábricas y talleres

En la imposibilidad de dar una descripción de las muchas fábricas de todas clases que existen en Madrid, hay que limitarse sólo a manifestar su número, pero deteniéndose antes en algunas de las principales, que por su importancia merecen esta preferencia.

Real fábrica de tabacos. La elaboración de cigarros y rapé se estableció en Madrid en 1809 por el gobierno intruso en el edificio dedicado a la fábrica de aguardiente, junto al portillo de Embajadores, llegando su mayor aumento en aquella época a tener 800 operarias. Continuó la fábrica después de la guerra hasta mediados de 1816, teniendo 400 a 500 operarias que elaboraban cigarros mistos, comunes de Virginia y cigarrillos de papel. En diciembre de 1817 se restableció a cargo de un director interino, y en 1818 se nombró un superintendente con iguales prerrogativas93 que el de la fábrica de Sevilla, subsistiendo así hasta 1822 con unas 600 operarias, elaborando cigarros de todas clases. Por último, en julio de 1825 se ha restablecido otra vez y continúa, habiendo llegado en el año de 1830 a 3500 operarias, que elaboraron 30.956 libras de cigarros mistos, 640.693 de comunes de Virginia, 5527 de habanos, y 48.618 mazos de tusas. En el día cuenta 2200 operarias, y las labores son proporcionadas a   —252→   este número. El jefe tiene el dictado de superintendente. El edificio en que se halla esta fábrica (que ya hemos dicho ser en la calle de Embajadores) fue mandado construir en el año de 1790 para fábrica de aguardientes, barajas, papel sellado y depósito de efectos plomizos. Su figura es regular y sencilla, teniendo de línea su fachada 428 pies y 237 el costado, que multiplicados componen un total de 101.436 pies superficiales. Tiene además un corralón por el costado que mira al mediodía, y prolonga su fachada en 63 pies con 14.931 de superficie. A espaldas de este edificio está el edificado en el mismo año para fábrica de licores, que ocupa 26.676 pies, y entre ambos edificios otro corralón de 30.442 pies.

Real fábrica de platería. Don Antonio Martínez, natural de Huesca, sobresaliendo en el arte de platería, vino a Madrid en el reinado de Carlos III, y llamando por sus felices disposiciones la atención de aquel gran monarca, obtuvo su protección, bajo la cual le envió pensionado a París y Londres para adquirir todos los conocimientos en su arte. Consiguiolo Martínez, y a su regreso trajo una porción de máquinas, y con los auspicios reales se fundó la fábrica y escuela de platería, que, bajo la dirección del mismo Martínez, consiguió a poco tiempo un gran renombre. Esta escuela de todos los ramos del arte, empezando por el dibujo y modelo, ha dado desde su creación, y continúa dando, alumnos distinguidos, que han merecido ser premiados por la real mano de S. M. En cuanto a las obras de la fábrica son de tal modo bellas que parecen haber llegado a la perfección; en ella se trabaja no sólo la plata y el oro,   —253→   sino el bronce, el alabastro, y hasta los estuches y cuchillos con un pulimento superior. La casa real ha ocupado siempre a esta fábrica en obras de la mayor consideración, que por su belleza han cautivado la admiración general. También se trabaja para el despacho público. La disposición de los talleres es magnífica, pues sólo el grande obrador tiene de largo 115 pies, 34 de ancho y 22 de alto, y en él pueden trabajar cómodamente 200 oficiales, y hasta 300 repartidos en los demás talleres. Las máquinas son inmensas y de gran coste, y el despacho es una graciosa rotunda a la entrada por la fachada principal. Por último, todo el edificio es elegante y uno de los más grandiosos de su clase en Europa. Está situado en la calle de san Juan, haciendo esquina y fachada al prado frente al museo. Fue dirigido por el arquitecto don Carlos Vargas, y comprende 67.400 pies de sitio. Su fachada principal la forma una galería con diez columnas dóricas, y encima se eleva un gracioso adorno de escultura que representa a Minerva premiando las nobles artes, y en el frontispicio un imitado bajo relieve presentando varios genios ocupados en la aplicación de sus artes respectivas al rededor del sepulcro del fundador don Antonio Martínez, lo cual, así como los vasos etruscos colocados en el plinto de la cornisa superior hacen muy buen efecto. Este establecimiento tiene la honra de ser visitado frecuentemente por SS. MM., como también lo fue por los señores reyes de Nápoles y su alteza el príncipe Maximiliano de Sajonia.

Real fábrica de tapices. En el reinado de Felipe V vinieron de su orden desde Flandes don Juan   —254→   Vandergotten y sus tres hijos, maestros de tapicería, para enseñar este arte en España. Para ello se estableció la fábrica fuera de la puerta de santa Bárbara, en el edificio que antes fue almacén de pólvora, el mismo en que hoy subsiste; y desde entonces han salido de ella obras primorosas de tapicería, que decoran los palacios y los primeros edificios de la corte y sitios reales, y son uno de sus principales ornamentos. Los dibujos son de Goya, Bayeu, Maella, y otros profesores distinguidos. Esta fábrica cesó en tiempo de la invasión francesa, y sus oficiales perecieron hasta quedar reducidos al número de ocho; pero desde 1814 empezó a trabajar, aunque lentamente, hasta 1824, en que S. M. acordó las bases o contrata que hoy la rige, y con este impulso ha seguido trabajando, contando en el día seis oficiales de los antiguos y treinta de los jóvenes, que están divididos por clases para tapices, para alfombras y composturas. Se pueden contar trabajando siempre cuatro telares de tapices y otros tantos de alfombras; estas son de la clase que llaman turcas, y en su dibujo, colorido y gusto nada tienen que envidiar a las extranjeras. Las lanas que se emplean en ellas se tiñen en esta real fábrica con toda perfección. Por último, para el adelanto de los jóvenes ha establecido el actual director una escuela de dibujo. Esta fábrica no sólo trabaja para la casa real, sino también para los particulares.



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Según un estado moderno que tengo a la vista consta haber en Madrid las fábricas y talleres siguientes94

Doscientos de carpinteros; veinte y dos de ebanistas; veinte de carreteros; treinta y cuatro de maestros de coches; treinta y cuatro de silleros; uno de jaulero; ocho de fuelleros; ocho de torneros; siete de cesteros; quince de guitarreros; setenta de cerrajeros; diez y seis de herreros de grueso; dos de puntas de clavar; diez de espaderos; diez de caldereros; diez y seis de latoneros; seis de estereros, doce de doradores a fuego; cinco de botones de todos metales; uno de botones de asta y pezuña; cinco tenerías; doscientos sesenta y cinco de zapateros; veinte de guanteros; veinte de manguiteros; setenta de guarnicioneros; quince almacenes de curtidos; ciento y setenta de sastres; sesenta de modistas; cincuenta de roperos de nuevo; ochenta costureras que ocupan; seis de tiradores de oro; ocho de telas de seda de lo ancho; diez de pasamanería; cuatro de ingenios; treinta y dos de cordoneros; ocho tintes de seda y lana; cinco fábricas de cerveza; ochenta de hojalateros; tres de instrumentos de aire; ocho de marmolistas; quince de yeseros; veinte y ocho de esparteros de esparto; tres ídem de paja; ocho de cereros; dos de construir anteojos; sesenta y siete de confiteros; veinte y cinco de bizcocheros; quince de fideeros; cuarenta de plateros; veinte y cuatro de   —256→   impresores; setenta de libreros; noventa encuadernadores; dos de polvos de imprenta; seis fábricas de sombreros; treinta y cinco tiendas de ídem; ocho de latoneros; veinte y siete de relojeros de composturas; doce de bordadores; cuatro de bordadoras; doce de componer quitasoles y abanicos; siete almacenes de madera; dos de papel pintado para adorno de salas; seis de cuerdas de vihuela; una de encerados de hule; tres de albarderos; veinte de jalmeros; cinco de tejidos de lino y cáñamo; dos de mantas tirillanas; sesenta doradores y pintores; ocho de plumistas; cinco de floristas; cinco de papel de estraza y cartones; quince tiendas de venta de papel blanco; sesenta de peluqueros; veinte y cuatro montereros; catorce de velas de sebo; ocho de vidriado; ocho de ladrillo; diez de cuchilleros.

Del plan que antecede resultan ochenta y un ramos destinados a los oficios que pueden auxiliar las necesidades de este vecindario. De ellos hay uno que vende y comercia con las primeras materias, que son los laneros; que sepan preparar las mismas para diferentes usos; son los curtidores, ladrilleros y para vidriados; distribuidores de varios productos de la naturaleza, son los carpinteros, ebanistas, sombrereros, carreteros, maestros de coches, silleros de madera, jauleros, fuelleros, yeseros, cereros, torneros y guitarreros; productores con materias preparadas los plateros, cerrajeros, herreros de grueso, de puntas de clavar, doradores a fuego, cuchilleros, botoneros de todos metales, tiradores de oro, latoneros, caldereros, tejedores de telas de seda, de lino y cáñamo; y repartidores en trozos de los productos de las fábricas los zapateros, sastres, modistas,   —257→   guanteros, guarnicioneros, roperos, montereros, etc., porque los demás manufactureros sólo son auxiliadores de los consumos indispensables del vecindario a que se dedican, y con los cuales tienen formado su establecimiento.

De todo resulta que la industria de Madrid no puede ser más limitada, porque realmente no hace más que emplearse en socorrer y desempeñar las necesidades diarias de este vecindario.

En Madrid no hay ninguna fabricación que en concepto de tal se haga comercio con sus productos, a excepción de muy poco con lo que sale de las imprentas, de sillas de madera, ebanistería, y algo del ramo de curtidos con extensión a las poblaciones de estas cercanías, y en tal concepto es claro que en Madrid las artes estarán siempre en razón de los consumos del mismo vecindario, porque la localidad no presta ninguno de los auxilios que pueden favorecer las fábricas, ni en primeras materias, ni en agua, ni en leña, ni baratura de jornales, no obstante de resultar que en todos los ramos que van indicados se ocupan 8161 personas diariamente.

La fabricación de todos los productos de la industria ha adelantado sobre manera en esta capital en los años últimos, en términos de llegar a competir muchos de los ramos con lo más precioso que nos viene del extranjero.

Ebanistas. En el ramo de ebanistería es tal la perfección, seguridad y buen ensamblaje de las piezas, tal el gusto y la variedad en las formas que ofrecen toda clase de muebles, tal en fin la delicada conclusión del trabajo y la comodidad del precio, que nada dejan que desear al más exigente; siendo   —258→   bastantes a prestar a nuestras casas el aspecto de la elegancia y del buen gusto. Para prueba de esta verdad recórranse los surtidos almacenes de las calles de Hortaleza, Jacometrezo, Caballero de Gracia, y tantos otros.

Silleros. Las sillas de madera de cerezo, labrada en cuadro, que anteriormente se introducían de Burdeos y Bayona, y posteriormente venían de Tolosa de Guipúzcoa, se construyen en el día en esta corte con tal perfección y baratura, que no solamente surten a la capital, sino que se extraen para las provincias a donde han llevado el buen gusto de esta fabricación, cerrando con ello la puerta de este comercio a los extranjeros. La madera de cerezo y de haya que se emplea para ellas en Madrid la traen con abundancia y baratura de las cercanías de Santander.

Guitarreros. La construcción de guitarras permanecía en estado pasivo por la opresión de sus ordenanzas gremiales, y sin embargo en Barcelona se hacía mucho comercio de ellas con las Américas; mas desde que este ramo adquirió la libertad de poderse fabricar, ha presentado singulares mejoras en las formas y construcción, y por consiguiente más fuerza de tono en los sonidos, haciendo más y más recomendable un instrumento característico de nuestra nación.

Tenerías. Otro de los ramos que más han prosperado en esta capital, es el de curtidos de toda clase de suela, becerros, badanas, baldeses, charoles, etc., siendo tal el consumo que se regulan en 288símbolo pieles las que se curten al año en la misma, y han merecido en las exposiciones diferentes   —259→   premios y menciones muy honoríficas.

Guanteros. La fabricación de los guantes de piel se ha generalizado y perfeccionado en esta capital de un modo tal, que reconocida su competencia con los extranjeros por la finura de la piel, variedad y delicadeza de los colores y buen cosido, como igualmente la baratura de su precio, han ocasionado la prohibición de los de iguales clases extranjeros.

Las pieles de España para guantes fueron tan famosas, que antiguamente, cuando no estaba perfeccionada la guantería en Francia, se decía allá como un proverbio que para hacer buenos guantes era menester que concurriesen tres reinos: la España con sus pieles preparadas, la Francia para cortarlos, y la Inglaterra para coserlos. Todo esto ha desaparecido, pues en España se encuentra ya todo lo necesario para su buena conclusión; y sólo en Madrid se fabrican sobre 60símbolo pares al año.

Sastres, modistas y roperos de nuevo. Es tal la perfección con que se cortan y cosen los vestidos para ambos sexos, que en nada ceden a lo que se trabaja en París, si bien las órdenes de la moda continúan expidiéndose desde aquella capital. Sin embargo, no podemos menos de manifestar que el precio de este trabajo es tan subido y arbitrario que excede a toda regularidad.

Cerveza. En marzo de 1828 se averiguó que el lúpulo, hombrecillo o hublón, flor indispensable para la fabricación de la cerveza, se criaba espontáneamente, aunque en corta cantidad, en las cercanías del canal de Manzanares y soto de Migas calientes, y con más abundancia en los alrededores de Guadalajara   —260→   y la Alcarria; siendo su coste una cuarta parte de la que se traía del extranjero, y su calidad la mejor a juicio de los fabricantes. También se encuentra esta planta muy abundante en Aragón y Cataluña. En las fábricas de cerveza de esta corte se ha mejorado y variado este género extraordinariamente, y se regula su despacho en 8000 botellas diarias.

Fideeros. Es increíble las mejoras que el ramo de pastas finas ha tenido en estos últimos años. Sea un ejemplo la fábrica de don José Charlone en la calle de Jacometrezo, que ha merecido la mención honorífica en las exposiciones públicas, y está surtiendo a la Casa Real desde 1812, además del vecindario de la corte y del de muchas ciudades de provincia; acreditándolo así su despacho de 5000 arrobas anuales de pastas finas y 500 de entrefinas, cantidad muy crecida, si se atiende a la clase de alimento no muy común en Castilla.

Impresores. El ramo de impresiones llegó a tal prosperidad en esta corte en el tercio último del siglo pasado, que fueron apreciadas en Europa las que salían de la imprenta Real, las de Ibarra, Sancha y otras, citándose aún como modelos en este género la del Salustio de 1772 y la de la Historia de Mariana de 1780, impresiones de Ibarra, así como la famosa del Quijote de la Academia en 1780. Estas y otras impresiones iban adornadas con magníficas estampas ejecutadas por los excelentes grabadores de aquella época Carmona, Selma, Moles, Montaner, Ballester, Albuerne y otros, adorno de que carecen las ediciones del día por la notable decadencia a que ha venido el arte del grabado desde   —261→   que los famosos Esteve, Ametller, Peleguer y otros trabajan poco. El invento de la litografía ha sido una de las causas que han contribuido al descuido del grabado. Las impresiones que se hacen en el día en Madrid compiten en general con las francesas en elegancia, corrección y buen gusto, si bien no las permite lucir tanto como éstas la mala calidad del papel que por lo regular se usa.

Entre las que honran más la tipografía moderna española, merecen el primer lugar las obras de Moratín impresas en 1831 por don Eusebio Aguado; el Aminta del Tasso, traducción de Jáuregui, impresión en miniatura por el mismo Aguado; sin que dejen de ser notablemente bellas las obras que salen de las prensas de Sancha, Burgos, Amarita y otros varios.

Las fundiciones españolas de la imprenta Real, de Barrios y de Aguado padre en Madrid; de los padres carmelitas y viuda de Brussi en Barcelona; y de Climent en Valencia, surten en general de caracteres a todas las imprentas de España; sin que dejen de traerse algunos más escogidos de Didot, de Mollé, de Laurent-y-Berni, y de otros de París. Las referidas fundiciones españolas se han provisto recientemente de matrices extranjeras hincadas con punzones grabados allí según el gusto y adelantamientos modernos para llenar los deseos de los impresores.

Por último deben citarse los encuadernadores Alegría, Ginesta y Cifuentes.

Sombrereros. La excelente fabricación de los sombreros ha desterrado los extranjeros, con los cuales se equivocan por su finura, ligereza, buen negro y duración; de suerte que de las fábricas de   —262→   esta capital se surte todo el vecindario y varias poblaciones del reino. Últimamente los señores Seitre hermanos, calle de Preciados, fabrican sombreros de tisú de seda o felpa impermeables imitando a los de castor, los cuales reúnen a su hermosa vista la circunstancia de ser muy baratos, y se fabrican también de estas mismas clases en casa de Lefebre, en la calle de san Fernando, premiado por el Rey N. S. en la exposición pública. Se regulan en 15 a 20000 sombreros los que se fabrican anualmente en Madrid.

Papel pintado. La fábrica de don Pedro Giraud de Villete, establecida en 1786, ha ofrecido en estos últimos años productos de tal belleza que contribuyen a adornar y engrandecer los palacios, casas de Grandes y particulares pudientes de Madrid y las provincias, asegurándose un consumo considerable y constante por la variedad y elegancia de sus dibujos y demás circunstancias. Últimamente ha establecido otra fábrica don Pedro Marrot, de la que salen igualmente los más brillantes productos.

Pianos. Los fabricantes don Francisco Fernández, Hosschruders, y Kuschel, alemanes y otros han conseguido perfeccionar este ramo, hasta el punto de cerrar casi la puerta a la competencia extranjera; siendo singularmente notables las obras que han presentado en las varias exposiciones públicas de 1827, 1828 y 1831. La sólida construcción, finura y delicadeza proporcionan suavidad y sonoridad en las voces, y aseguran el aprecio de los pianos construidos en esta corte. Por un cálculo aproximativo se construyen en ella 200 al año.

Instrumentos de aire. A esta clase de instrumentos se les ha añadido mucha perfección y aumentos   —263→   de puntos aplicables para acompañados que antes no tenían, y se han inventado otros que anteriormente no eran conocidos; y este aumento y extensión que se le ha dado a este ramo instrumental es debido (sin poder dudar) al establecimiento de cuerpos músicos en todos los regimientos. Anteriormente nos surtían los alemanes y franceses de estos instrumentos, pero adoptados los cuerpos músicos en los regimientos de nuestro ejército, se han establecido en Madrid hasta tres talleres con tanta perfección y baratura, que nada de este ramo se introduce del extranjero y su progreso y aumento está en razón de los consumos.




Ferias y mercados

La feria da principio en Madrid el día 21 de setiembre y concluye el 4 de octubre, aunque por lo regular se dan algunos días de prórroga95: consiste en muebles nuevos y viejos, loza, alfarería, esteras, mantas, vidrios, cuadros, libros, juguetes de niños, y frutas; y se celebra a lo largo de la calle de Alcalá, construyéndose al intento cajones de madera. También se ocupan con estos muebles las plazuelas y calles anchas, y el espectáculo de tantos objetos es singular y muy divertido para el forastero y desocupado. Hasta hace pocos años se celebraba la feria en la plazuela de la Cebada, y acertadamente se ha mudado de allí. La feria de Madrid ha sido el objeto de la crítica de algunos que no han calculado su utilidad.

El mercado de caballerías se celebra en la plazuela del Rastro los jueves de cada semana.