Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
IndiceSiguiente


Abajo

Mario Benedetti: Inventario cómplice

Carmen Alemany

Remedios Mataix

José Carlos Rovira (eds.)




ArribaAbajoIntroducción


ArribaAbajoPara un inventario cómplice

En julio de 1996, al confirmarse la propuesta de la Escuela de Formación del Profesorado del nombramiento de Mario Benedetti como Doctor Honoris Causa por la Universidad de Alicante, un grupo de miembros de esta Universidad pensamos que la mejor manera de centrar el acontecimiento sería celebrar un Congreso sobre la obra del escritor, trazando, junto al espacio de reconocimiento, otro de reflexión. Se trataba de permitir un encuentro de especialistas sobre su obra y sobre la literatura latinoamericana que pudieran opinar y debatir sobre lo que Benedetti significa en nuestras letras y nuestra cultura.

Queremos comenzar manifestando nuestro agradecimiento a las personas que trabajaron para que este encuentro fuera posible y, por supuesto, agradecer también la participación de todos los que se dan cita en estas páginas: junto a lo mejor de la crítica sobre el autor (con alguna ausencia justificada e inevitable), el encuentro fue también una reunión de amigos de Mario Benedetti, por esa dinámica de relaciones que el escritor establece con sus numerosos lectores y una cierta complicidad afectiva que existe entre los mismos. Debemos advertir también que, a partir de un determinado momento, tuvimos que empezar a poner puertas contra nuestra voluntad a los que querían participar en el Congreso. Un número prudente de ponencias, que se pudiera resolver en tres días, era suficiente para este primer encuentro. El interés despertado, las comunicaciones recibidas en la secretaría de la Sociedad de relaciones internacionales de la Universidad de Alicante, los casi cuatrocientos participantes inscritos, fueron una agradable dificultad que nos hizo comprobar que tres días de Congreso eran insuficientes para realizar este primer encuentro. Pero no teníamos más.

Al revisar y seleccionar el comité científico las ponencias presentadas, un debate sobre el título que las podía unificar nos llevó a afirmar la propuesta de Mario Benedetti: inventario cómplice. Para cualquier lector del escritor uruguayo las dos palabras tienen fuertes resonancias y no hay que hacer un esfuerzo muy grande para encontrarse con los significados de inventario: desde sus recopilaciones poéticas al valor derivado de invenir; desde inventar a la realización de una escritura tantas veces cedida al lector «a beneficio de inventario», es decir para que tome «la cosa de que se trata solamente en lo que beneficia y despreocupándose de las obligaciones que implica» (como dice María Moliner, cuyo diccionario informatizado tanto apasiona a Mario).

Sobre el carácter cómplice de estas páginas tampoco son necesarias muchas precisiones. El autor explicó suficientemente en el «Prólogo» a Crítica cómplice los sentidos y límites de la misma: la idea de Cortázar del lector cómplice -quien «podría llegar a ser copartícipe y copadeciente de la experiencia por la que pasa el novelista»-, la diferencia rotunda entre la crítica cómplice y la «crítica de apoyo», puesto que la primera no tiene que ser elogiosa, aunque «si es desfavorable o señala carencias, debe partir de una comunicación entrañable con la obra». La afirmación en cualquier caso de la emotiva complicidad de lectores recorre las páginas que presentamos, para afirmar precisamente con Benedetti que «verdaderamente es una lástima (y tal vez una carencia) que los diccionarios sólo admitan la complicidad para el delito, como si todavía no hubiera llegado a las provincias académicas esa incanjeable complicidad que es el amor. ¿Y qué es la crítica (ya que descifra, comprende, vincula, disfruta, revela, participa y se duele) sino un complejo y vital acto de amor?»

Bastante entrada la primavera de 1997, Alicante se convirtió por fin en una ciudad benedettiana. La investidura del poeta uruguayo fue ocasión de un encuentro entre los días 13 y 17 de mayo, centrado en el Congreso Internacional sobre su obra, que estuvo abierto además a recitales poéticos, proyecciones cinematográficas, representaciones teatrales, conciertos, que nutrieron la vida de la Universidad y que fueron estimulantes para la relación que ésta debe mantener, y creemos mantiene, con la sociedad. Los actos en Alicante se completaron con recitales y conferencias en Orihuela, y se extendieron a Valencia en la semana siguiente.

A la Caja de Ahorros del Mediterráneo le cabe el mérito de haber financiado y amparado una parte importante de la actividad, a su Presidente D. Román Bono Guardiola, que participó en la inauguración del Congreso; a su director de la Obra Social, D. Francisco Monllor, y a ese permanente dinamizador cultural que es D. Carlos Mateo, coordinador de las actividades de extensión que referimos, queremos manifestar nuestro testimonio de gratitud.

Los agradecimientos a personas de la Universidad que hicieron posible aquellas jornadas plantearían aquí una lista amplísima que podemos resumir en la figura de nuestro Rector, el Dr. D. Andrés Pedreño Muñoz, quien cierra este libro con su discurso en la investidura del escritor, y que es un factor de dinamización de la voluntad de encuentro, cooperación y solidaridad de nuestra Universidad con América Latina.

A Eva Valero y Pedro Mendiola debemos su generosa ayuda en la corrección final de estas actas.

Al cerrar esta nota introductoria, un sentido final sobre la intención que tiene también este libro se nos hace presente. Junto a su papel conmemorativo y lo que significa una reflexión colectiva sobre la obra múltiple, poética, narrativa, teatral, ensayística, de un escritor, estas páginas quieren ser también una contribución a esa «razón crítica» que enarboló Mario Benedetti como instrumento del intelectual, esa actitud que define bien en Subdesarrollo y letras de osadía de 1986, cuando se pregunta: «Ahora bien, ¿qué pasa con el intelectual que no tiene como apoyo constante o recurso extremo, ni a Dios, ni al Iluminismo, ni al monarca ilustrado, ni al comisario del pueblo, ni a las beneméritas Fundaciones norteamericanas? ¿Qué le queda sino la razón crítica?» Desde ese sentido y esa razón están construidas estas páginas y este homenaje a Benedetti. Desde el ejercicio de esa independencia intelectual que es imprescindible en los tiempos que vivimos, sobre los que tendremos que decir, otra vez con Mario Benedetti, que: «Pocas veces, como en estos tiempos la cultura se ha visto sacudida por una tan devastadora corriente de pesimismo. Es cierto que este instante de la historia no es el más propicio para euforias, pero en otras etapas de riesgo el mundo intelectual supo arreglárselas para enarbolar esperanzas e imaginar salidas que aparecían de antemano condenadas». También desde una voluntad de moderado optimismo está construido este inventario cómplice.

Alicante, 31 de octubre de 1997

Carmen Alemany - Remedios Mataix - José Carlos Rovira







IndiceSiguiente