Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.


ArribaAbajoOrden de los lepidópteros

El orden que hemos estudiado últimamente nos ofrece ejemplos curiosísimos de la industria de los animales; en el que vamos a dar a conocer, aunque no presenta tanta variedad de hábitos, las facultades instintivas que les concedió el Criador, bástanle para la conservación de las especies. Dichas facultades son más notables en la larva que en el insecto perfecto, otra diferencia que distingue el orden de los lepidópteros del de los himenópteros; pero la naturaleza ha compensado ampliamente esta inferioridad en que en cuanto a las facultades instintivas se hallan con respecto a las abejas; pues si no son los más industriosos, son los más bellos y elegantes entre todos los insectos.

Cuatro alas escamosas y una trompa son dos caracteres que pertenecen exclusivamente al orden que va a ocuparnos. Las alas son membranosas, lo mismo que las de los neurópteros y de los himenópteros; pero en sus dos superficies cúbrenlas unas escamitas de colores semejantes a un polvo farináceo, que se despega de ellas al tocarlas (de ahí procede el nombre lepidópteros, equivalente a alas escamosas). Estas escamitas son muy brillantes; su forma y color varían al infinito; aseméjanse a un polvo impalpable; implántanse en el ala por medio de un pedículo, y están de plano cubriéndose unas a otras. Podemos considerarlas como otras tantas plumitas adheridas a una membrana delicada y transparente; legitimando esta comparación el que todas se hallan atravesadas por tráqueas que las hacen permeables al aire, como los plumas. En el arranque de cada una de las alas superiores vese una piececita semejante a una chatarrera. La trompa, llamada también lengua, está arrollada en espiral, como un resorte de reloj, y es el órgano con el cual el insecto absorbe de las flores la miel, que es su único alimento. Este órgano, cuya posición indica ya su naturaleza, representan las dos maxilas. Reconócese por la presencia de dos pequeñísimos palpos, situados junto a su base exterior y de figura tuberculosa. Estas maxilas presentan extraordinaria longitud; a la cual parece que sirve como de tránsito la de los himenópteros, aunque en los lepidópteros es mucho más considerable. Consisten en dos filamentos huecos, presentando como una ranura a lo largo del borde interno, y que hacen el oficio de un sifón. Todavía veremos este órgano de succión modificarse en otros insectos chupones, como los hemípteros y los dípteros (Chinches y Moscas). Si los palpos maxilares, o superiores, son poco aparentes, los labiales o inferiores, al contrario, lo son en gran manera, y forman una especie de vaina en que se aloja la trompa; por lo regular son levantados, compuestos de tres artículos, e insertos en un labro fijo triangular, muy pequeño, que constituye la pared inferior de la boca. Las mandíbulas se reducen a dos piececitas casi invisibles, córneas y más o menos velludas, situadas una a cada lado, en el borde superior y anterior de la región anterior de la cabeza, inmediatas a los ojos. El labro, o labio superior, también existe, aunque en reducidísimas proporciones.

imagen

Partes de la boca de un lepidóptero.15

Las antenas, cuya forma varía, compórtanse siempre de muchos artículos. Hay algunas especies que presentan dos ojos lisos, aunque ocultos entre las escamas. Los tres segmentos del coselete se reúnen en un solo cuerpo; el primero es muy corto y los dos restantes se confunden. El abdomen, compuesto de seis o siete anillos, adhiérese al tórax por una porción muy pequeña de su diámetro y no tiene aguijón, un taladro como los himenópteros. Los tarsos constan de cinco artículos enteros y ligeramente espinosos en su parte inferior; las patas unas veces son iguales y propias para caminar; otras son desiguales, y en este último caso las dos anteriores son pequeñas y ocultas, o muy velludas y arrimadas al cuello.

La hembra regularmente es de mayor tamaño que el macho, del que a más se diferencia por el menor brollo de sus matices. Estos a veces suelen ser del todo diversos, circunstancia que ha inducido en error a algunos naturalistas haciéndoles tomar por especies distintas lo que en realidad es una sola. Los huevos se hallan dentro de una cáscara muy dura; la hembra los adhiere a las plantas propias para suministrar alimento a su posteridad, y hecho esto perece muy en breve. El gusano que sale del huevo, nace precisamente en la época en que crecen las hojas que le sirven de alimento, coincidencia que es una de las pruebas más admirables de la previsión del Autor de la naturaleza, o de la Providencia que vela por la conservación de las especies. Conócense estos gusanos con el nombre de orugas; aunque principalmente para estos insectos debiera haberse conservado el nombre de larva, que significa máscara; pues nunca insecto alguno se presentó más enmascarado o encubierto bajo su forma de gusano de lo que se presenta la Mariposa bajo la de Oruga. Tienen éstas seis pies escamosos o engarabitados, y a más, de cuatro a diez pies membranosos, cuyos dos últimos están situados en el extremo posterior del cuerpo. Las que tienen diez o doce pies se han denominado geómetras o agrimensoras, pronto veremos de ello la razón. Generalmente el cuerpo de las orugas es prolongado, casi cilíndrico, blando, de varios colores, y se divide en trece segmentos. Distínguese nueve estigmas de cada lado: unas veces son lisas, otras cubiertas de pelos, de tubérculos o de espinas. Cubre su cabeza una piel más o menos córnea, y presenta aquella en cada lado seis ojuelos lisos. Distínguense también antenas muy cortas y cónicas. Por último, la conformación de la boca es a propósito para la masticación, pues está provista de fuertes mandíbulas, de dos maxilas, de un labio inferior y de cuatro palpos. La mayor parte de las orugas pasan su vida encima de los vegetales cuyas hojas devoran. Otras roen las flores, las semillas, las raíces, y hasta la sustancia leñosa de los árboles; otras hay que atacan las materias animales, como lana, pieles cuero, grasa, etc. Algunas se nutren con alimentos diversos; pero las hay que solo quieren una especie de alimento, y siempre las hallamos en una misma especie de planta. Por lo regular mudan cuatro veces de piel antes de pasar al estado de ninfa, y cuando se disponen a sufrir esta metamorfosis, la mayor parte se hilan un capullo, en el cual quedan encerradas. La materia sedosa que para este uso emplean se forma en ciertos órganos particulares, análogos a las glándulas salivales, cuyo conducto excretorio aboca en un mamelón cónico situado al extremo del labro. Otras orugas se contentan con juntar, mediante hebras de seda, las hojas u otras sustancias sólidas, y de ellas hacen un envoltorio grosero. Finalmente, hay muchísimas que permanecen sin capullo y al descubierto, adheridas por el extremo posterior en algún punto mediante de una hebra de seda que las mantiene como suspendidas, o se fijan pasando dicha hebra a modo de un ceñidor en torno del cuerpo.

Cuando la oruga ha pasado al estado de ninfa, queda fajada a la manera de una momia; es decir, que cubre todo su cuerpo una membrana bastante recia, y debajo de la misma se distinguen fácilmente las partes externas del futuro insecto: de ahí viene el nombre de pupa, que dan los autores a la ninfa de los lepidópteros. Desígnasela más generalmente con la denominación de crisálida, por la razón de que en ciertas especies presenta manchas doradas y plateadas (chrysos, voz griega, significa oro). Por esto mismo llamáronla los latinos aurelia. Cuando la crisálida, envuelta en seda, se acerca a su postrera metamorfosis, excreta cierto líquido particular propio a reblandecer uno de los extremos del capullo y facilitar su salida. A menudo una de dichas extremidades es más endeble, o por la disposición de las hebras presenta una salida favorable, como veremos en breve.

El orden de los lepidópteros ha sufrido y sufrirá aún muchas clasificaciones; pero ni una tenemos que fácilmente conduzca a determinar las especies establecidas; por lo que nos contentaremos con indicar los caracteres de los grupos más marcados, y en seguida daremos a conocer las especies más interesantes y curiosas.

Latreille dividió los lepidópteros en tres familias, que corresponden precisamente a los tres grandes géneros de que se compone este orden en Linneo; a saber: Los diurnos, cuyas alas quedan levantadas perpendicularmente en estado de reposo; los crepusculares, que durante el reposo tienen las alas tendidas horizontalmente, y las antenas en forma de clava oblonga y prismática; y las nocturnas, cuyas alas son también horizontales y hasta forman un plano inclinado; y cuyas antenas disminuyen en grosor desde la base a la punta.


ArribaAbajoFamilia de los diurnos

Los lepidópteros diurnos, se llaman así, porque vuelan solamente durante el día; y son los más vistosos por la viveza de sus colores. Generalmente tienen las antenas terminadas en un botón oval o esférico, o tienen igual grosor en toda la extensión de su longitud; en algunos son estos órganos delgados hacia la punta, la cual termina en garfio. Sus orugas tienen diez y seis patas, y sus crisálidas presentan una forma angulosa. Esta familia comprende el género Papilio de Linneo. En unos la crisálida está pegada por la cola, y por un lazo transversal dispuesto a modo de cinturón; en otros solo está suspendida por la cola; en otros finalmente se halla metida en un capullo; lo cual ha motivado la formación de tres secciones entre las diurnas, tales son: suspensas, succintas y arrolladas. Pondremos de acuerdo con esta moderna clasificación de los diurnos, las categorías establecidas por Linneo en la brillante familia de las mariposas. El célebre naturalista derramó en su nomenclatura los tesoros de la mitología, combinando por un agradable artificio las bellezas naturales de la creación con las bellezas poéticas que creó la imaginación de los hombres, haciendo que las unas recordasen las otras.

Las especies del género Papilio se dividen en cinco falanges, o tribus, que son: los Caballeros, los Plebeyos, los Heliconios, los Danaides y los Ninfales. Los Caballeros tienen sus primeras alas más largas, en el borde posterior que en el interno: comprenden los Troyanos y los Griegos; los primeros llevan colores oscuros, y una mancha de sangre en el pecho, lo que atestigua el valor con que combatieron por su desdichada patria (Lamentabile regnum!). Entre estas mariposas figuran Héctor, la luz de la Dardania; Príamo, semejante a los Dioses; Hécuba, su esposa, completo modelo de la desgracia; Polidoro, su postrer hijo, desgraciado huésped del traidor Polimnestor; Astyanax, tierno y desdichado hijo de Héctor, resto de tantos reyes sepultados bajo las ruinas de Troya; Niso y Euríalo, amigos que tuvieron la dicha de morir juntos; el venerable Anquises; el piadoso Eneas y su hijo Ascanio; el cobarde Paris, y la infiel Helena. Los Griegos no tienen el pecho ensangrentado; antes adórnanles los brillantes colores de la victoria, y en el ángulo interno de sus alas inferiores brillan dos manchas al modo de dos ojos centellantes. Al frente de ellos marcha Agamenón, el rey de los reyes, que sacrificó a su hija y fue asesinado por su esposa. Siguen luego Menelao, reclamando de Paris su culpable esposa, de quien está sumamente prendado; Protesilao, de nombre fatal, el primero que desembarcó en las playas troyanas y también la primera víctima de la guerra; Idomeneo, que por cumplir un voto temerario inmoló su hijo; Aquiles, que con tal crueldad vengó la muerte de su amigo Patroclo, y respetó a Príamo suplicante; Pirro, hijo degenerado de Aquiles, homicida de Pólito y de Príamo; que degolló al hijo a la vista del padre, y al padre sobre el cadáver del hijo; el impaciente Ayax; Diomedes, que hirió con su esposa a Venus; Filótetes, posesor de las flechas de Hércules; el prudente Néstor, y el elocuente Ulises; Palamedes, inventor del juego de ajedrez; el cobarde Tersites, y el astuto Sinon; con los dos hermanos Podalirio y Macaón, médicos del ejército griego, los cuales van en torno del hinojo y otras plantas aromáticas, cuyo zumo cura las heridas.

Así es como, uniendo Linneo a los insectos más brillantes los nombres más sonoros y armoniosos de la fábula, nos traslada a los tiempos heroicos, cuya historia fue el encanto de nuestra mocedad, y da cierto realce literario a las nociones científicas.

Los plebeyos son más pequeños y de colores menos ricos que las mariposas de la precedente tribu; así es que forman el vulgo; del modo que los Caballeros constituyen la nobleza en la nación de los Diurnos. Hay plebeyos campesinos (Plebeii rurales) y plebeyos ciudadanos (Plebeii urbicola). Los campesinos presentan manchas de color más oscuro que el del fondo de las alas: entre ellos citaremos a Vulcano, Cupido, Himeneo, Marte, Ganimedes, el escanciador de los Dioses; el bello Narciso; Marsias, el presumido tocador de flauta, desollado vivo por Apolo; Argos, el de los cien ojos; Endimión, pastor querido de Diana; el cazador Acteón, que tuvo la desgracia de ver a esta diosa en el baño, y convertido en ciervo fue despedazado por sus propios perros; Jacinto, muerto por Apolo, y convertido en flor; Adonis, que perdió la vida entre los dientes de un jabalí, y fue transformado en anémona por la desconsolada Venus; Lino, maestro de Orfeo en el arte de tocar la lira; Midas el famoso rey de usuales orejas; Pélope, de quien comió un hombro Ceres, y que fue padre de Atreo y de Triestes; Píramo y Tisbe, tiernos y desgraciados amantes; y los pastores de Virgilio Aminlas y Coridon. -Los plebeyos ciudadanos presentan a menudo manchas transparentes en las alas. En esta sección hallamos al tétrico Saturno, y al alegre Momo; a Júpiter, Mercurio, y al buen Filemón, que le dio hospitalidad sin conocerle, al bebedor Sileno; a Proteo, el pastor de los rebaños de Neptuno; a los pastores Alexis y Menalco; al rey Augías, el de los inmundos establos, que limpió Hércules desviando el curso del río Alfeo, y haciendo pasar sus aguas por ellos.

Los Heliconios tienen las alas muy enteras, redondeadas, y a menudo desnudas y sin escamas: son los habitantes del Helicón y del Parnaso. Entre ellos vemos a Vesta, Mnemosine, Apolo y las nueve Musas. Las Danaides tienen las alas enteras, blancas, o abigarradas; son mariposas que frecuentan las flores de las crucíferas. En esta falange hallamos el dios Morfeo; Pomona, diosa de los vergeles; la Aurora, de rosados dedos; Calipso, inconsolable por la partida de Ulises, y su graciosa ninfa Eucaris preferida de Telémaco; el indiscreto Faetonte, que tan caro pagó la presunción de regir el carro del sol; Dánae, que recibió la lluvia de oro, y su hijo Perseo, libertador de Andrómeda; Dédalo, desventurado inventor del laberinto de Creta; Galantis, la artista sirviente que fue metamorfoseada en comadreja por Juno; Piritoo, que queriendo arrebatar a Proserpina fue devorado por el Cancerbero; la obediente víctima Ifigenia; y Electra su hermana, que ayuda a su hermano Orestes a dar muerte a su madre; Polixenes, inocente causa de la muerte de Aquiles, y degollado bajo su sepulcro por Pirro. Tras estos nombres sacados de la fábula, siguen otros de ciertas celebridades históricas, como: Creso, rey de Lidia, que solo en la cruz se acordó de los sabios consejos de Colón; Zoilo, quemado vivo en Esmirna por haber criticado con malignidad la obra de Homero; y finalmente, las harto célebres Erinea, Ródope, Mesalina, Cleopatra, y en medio de estos nombres, por cierto nada edificantes, encontramos el de la verdadera heroína Judit.

Las Ninfales tienen las alas dentadas; unas traen en ellas rasgos en figura de ojos, y otras no; y a estas últimas llaman ciegas. Entre las primeras hallamos a Minerva, y a la desdichada Aragne, convertida por aquella en araña, por celos de su habilidad; a Medusa, otra víctima de Minerva quien cambió en serpientes sus cabellos; la blanca Europa, arrebatada por Júpiter, y cuyo nombre lleva el continente que habitamos; Aretusa, amiga de Diana convertida en fuente al huir de la persecución de Alfeo; la ninfa Egeria, consejera de Numa; Briseida, la bella esclava, cuyo rapto encendió en el pecho de Aquiles una cólera tan fatal a los griegos. Siguen a estas la multitud de amantes desgraciadas, como son: Galatea, que dio la preferencia al pastor Acis, sobre el cíclope Polifemo, y presenció como este aplastó a su rival bajo una peña; Semele, que deseando ver a Júpiter su amante con todo el esplendor de su gloria, fue consumida por el rayo; Circe, que con todo el poderío de la magia, fue desechada de cuantos amó; Calisto, ninfa de Diana, a quien esta deidad convirtió en osa para castigarla de ser amada de Júpiter; Io, transformada en vaca por Juno y vigilada por Argos por orden de esta misma diosa; Fedra, hija de Minos y de Pasifae; Ilia, vestal, madre de Rómulo y de Remo, que fue enterrada en vida; Hermíone, la novia de Pirro y de Orestes; y Deyanira, que creyó ganar de nuevo el amor de Hércules regalándole la emponzoñada túnica del centauro Nelson. -Entre las Ninfales sin ojos, vemos diosas tales como Juno, Cibeles, Latona, Ceres, Diana, Belona, Tetis, la intrépida Pentasilea, reina de la Amazonas, que fue al socorro de Príamo, y pereció a los golpes de Aquiles Antíope, otra amazona, esposa de Teseo y madre de Hipólito; Atalanta, princesa de ligeros pies, que hacía dar muerte a los amantes que vencía en la carrera, pero a quien llegó el turno de ser vencida, por haberse detenido a recoger las tres manzanas de oro que su contendiente, le arrojó al paso; la Amazona Camila, todavía más ágil que Atalanta; puesto que corría por encima de las espumantes olas sin mojarse los pies; Eufrosina, una de las tres Gracias; la celosa Clitia, primero amada y luego aborrecida de Apolo, metamorfoseada por este dios en heliotropo; Antígona, hija virtuosa de Edipo, con Progne, desventurada hermana de Filomela.

Para señalar las especies de género Sphinx, que por sí solo constituye la familia de los Crepusculares, continuó Linneo sacando del inagotable repertorio de la fábula, nombres melodiosos o expresivos. Como prefieren estos insectos la oscuridad a la luz del sol, han recibido nombres que solo recuerdan ideas sombrías o terribles; de modo que para hallar el origen de su mayor parte nos es preciso bajar a los infiernos. Desde luego darnos con el adusto Plutón; el río, o laguna Estigia, por la cual juraban los dioses del Olimpo; Eridna, diosa de la discordia; las implacables furias Meguera, Alecto y Tisífone; la parca Cloto que hila la trama de nuestros días, y su hermana Átropos, que la corta con su inexorable tijera, y que lleva en el pecho la efigie de una calavera. También hallamos aquí a la envenenadora Medea; al terrible Tántalo, que sirvió el cuerpo de su hijo Pélope a la mesa de los dioses para asegurarse de su divinidad; el temerario; Ixión, que se atrevió a amar a la esposa de Júpiter; el ladrón Caco, que robó los ganados de Hércules; y el centauro Nesión, que quiso robar a este su esposa Deyanira; siguen las tres ilustres troyanas Andrómaca, viuda de Héctor, fiel a su dolor; Casandra, hija de Príamo, la doncella de suelta cabellera, que predijo todas las calamidades de su patria, y que fue mirada como insensata por los Troyanos; y finalmente Creusa, esposa de Eneas, a la que dejó este detrás de sí al huir, y que acabó sus días en las llamas.

Ahora que podemos apreciar fácilmente los fecundos recursos que encontró Linneo en el personal de la fábula y de la antigüedad; ¿qué diremos de nuestros modernos nomencladores, que no satisfechos con dividir y subdividir al infinito los géneros establecidos por Linneo, se han tomado la libertad de imponer sus propios nombres a las especies nuevamente descubiertas? ¿Sabéis lo que contestarán a los que se admiren de esta orgullosa debilidad? Contestarán con cándida sencillez que dando su nombre al insecto, dan un cimiento a su inmortalidad, cuyo cimiento, aunque parece frágil, pues cada año se destruye, pero renace cada año, siendo en realidad más sólido que cuantos monumentos ha inventado el hombre: «las lápidas, el mármol, el bronce, pasarán, dicen; pero nuestro nombre nunca perecerá mientras exista la especie que lo lleva en la superficie del globo. -Ciertamente, esta es una gloria adquirida con poco dispendio; la que se compra por medio de una estatua, de un hermoso cuadro, de una epopeya, tragedia, y hasta de una simple fábula, es mucho más dispendiosa, al paso que mucho menos duradera: economía en los medios; lujo en los resultados, he ahí la marcha del genio. En fin, si tales nombres fuesen sonoros y melodiosos, el placer del oído nos compensaría la insignificancia de los mismos. Veamos; ¿sabéis cuáles son los nombres que estos caballeros recomiendan a la posteridad? Ahí van algunos: Bryophila Dardouini, Heliothis Frivaldsehkyi, Cleophana Dejeanii, Hadena Teitschkii, Leucana Andorregyii, Luperina Desyllesi, Erebia Lefebvrei, Chencerina Ramburaria, Euapythecia Guinardiaria, etc., etc.

Si se halla irritante la alianza monstruosa de dos nombres, el uno sonoro y significativo, y el otro que desgarra el tímpano sin expresar ninguna idea; si se piden nombres de especies más expresivos o menos bárbaros, os darán por respuesta los que los impusieron que son sus propios nombres, y que no pueden dar otros mejores; que aunque no pertenecen a los tiempos heroicos los han latinizado y hechos clásicos mediante la terminación i, que indica un genitivo.

Pero en lugar de esto, ¿no fuera mejor que tapar con grosero barro los agujeros del magnífico edificio que levantó Linneo con mármol de Paros, emplear los mismos materiales que usó este celebérrimo arquitecto? La cantera aún no está agotada, aún quedan nombres a millares más melodiosos que los vuestros (sin que añadan o quiten cosa alguna a vuestro mérito, que somos los primeros en reconocer). Acudid a Homero y a Virgilio, a esos amigos de nuestra juventud, y en ellos hallaréis no solo nombres sonoros y epítetos pintorescos; sino que os comunicarán el sentimiento de la belleza, que tanto se aviene a la seria majestad de la ciencia, y a la que debió Linneo la mitad de su ingenio.

Quédanos que exponer la historia de las especies más interesantes del orden de los lepidópteros. Concebimos muy bien cuanto hay de pesado en la minuciosa enumeración de líneas, manchas, ángulos, senos, etc., que forman sus caracteres distintivos; no obstante, no es imposible pasar por alto estos indispensables pormenores. Para evitar la sequedad y aridez de las descripciones específicas nesitaríase la elegante sencillez y sutil observación del Doctor Neófobo, único capaz de describir con la gracia digna del asunto los exquisitos contornos, los armoniosos matices, los variados movimientos siempre atractivos de estos tan delicados como brillantes insectos. El que haya leído las obras de este autor, acaso no haya visto en él más que un poeta, un novelista, un crítico, un filólogo y un anticuario; pero es más aún que todo esto, pues es un naturalista. A la vista tengo la prueba de que fue de naturalista su verdadera vocación, al leer su correspondencia de quince años con otro aficionado a la historia natural, que llegó a ser jefe de ingenieros de puentes y calzadas. En estas cartas he visto una alma abrasada de un santo fervor por la entomología. Siendo discípulo querido del célebre Girod de Chantrans, vivía en los ricos montes de Jura, donde de continuo estaba recogiendo, observando y describiendo.

El descubrimiento de una nueva especie lo sumergía en un éxtasis, de que solo a los escogidos es dado formarse idea. En cierta obra suya confiesa que el recuerdo más intenso de su juventud es (sin ninguna excepción) el del carabo auropunctatus, que vio brillar al pie de una encina después de un chubasco.

Observación de hábitos, colección, descripción, clasificación de especies, todo quería abarcarlo; y había formado el plan de una grande obra, que hubiera comprendido la historia de todos los órdenes de insectos; en ella hubiéramos hallado el cadencioso y abundante estilo de Buffon, junto a la fórmula exacta de Linneo; y estos dos nombres tan incompatibles hubiéranse confundido en el de Carlos Nodier. Los verdaderos amantes de la historia natural nunca deplorarán bastante los acontecimientos que, contrariando el destino de este autor, lo hicieron caer en el trono académico.

Algunos días antes de su elección, ignorante de su candidatura, le hice una larga visita: acababa de leer con sabroso placer su correspondencia inédita, y pasamos dos horas en compañía de Fabricio y de Linneo. Le hablé del Melolontha fullo, del cual había él descubierto nuevamente cierta variedad; y también del primer esfinge átropos que cogió entre las hojas de una patata; del bombix medio-pavón, hallado por él mismo en los contornos de Lyon, y que había nacido a su vista; del Lamia circulionoides, del cual en un día recogió ciento cincuenta muestras; le recordó sus ansias por efecto del retardo de una caja de capricornios que le remitía un amigo; así como la alegría con que recibió esos preciosos coleópteros. En una palabra, acumulando citas y recuerdos halagüeños, lo conduje a sus montañas, haciéndole olvidar la Academia, la lingüística y hasta el alfabeto. Por espacio de dos horas se mostró radiante de satisfacción; pero al despedirme vi como que una nube oscureciese su frente; púsose cogitabundo y silencioso, de suerte que creí ver en aquella súbita tristeza un triste presentimiento. Dos días después vi anunciado en los periódicos que se lo había elegido miembro de la Academia francesa; entonces entendí lo que su anterior melancolía significaba: era el último suspiro del naturalista, y nuestra larga conversación fue un eterno adiós a la entomología.

Posteriormente a la clasificación de Linneo, se han descubierto muchísimas especies exóticas, y hasta algunas indígenas, que no pueden entrar en ella; por lo que han debido establecerse nuevas secciones secundarias en su gran género Papilio, y comprenden, como ya hemos dicho, toda la familia de las diurnas. Las diurnas de Europa son en número de 310 especies, distribuidas por Mr. Boisduval, cuyo catálogo hace ciertamente autoridad, en 31 géneros. Sin embargo, pueden reducirse a 15; y conocidos sus caracteres distintivos tendréis una noción completa de la familia.

Las diurnas, conforme hemos dicho, se han dividido, por la disposición de sus crisálidas en succintas, suspensas y enroscadas. Entre las succintas definiremos los géneros Mariposa, Thais, Dorotis Parnasio, Piéride y Poliomato. De las suspensas escogeremos los géneros Danaide, Limenita, Ninfal, Arginea, Melitea, Vanesa, Apatura y Sátiro. Por último los enroscados pueden ir comprendidos en el género Hesperia.

Las Mariposas propiamente tales, tienen las alas inferiores escotadas en su borde interno; la clava de las antenas casi arqueada; los palpos muy cortos con un tercer artículo no visible: representan los Caballeros de Linneo. Las Thais tienen escotado el borde interno de las alas inferiores; la clava de las antenas casi arqueada; los palpos más largos que la cabeza, erizados de pelos, y formados de tres artículos bien distintos; las alas son dentadas, de color amarillo de hierro, y con manchas negras y rojas. Las Dorotis tienen las alas inferiores escotadas en el borde interno; las antenas cortas y con clava casi corva; los palpos muy velludos, y apenas más largos que la cabeza, compuestos de tres artículos bien distintos; las alas son enteras, y casi desprovistas de escamas como membranosas, y algo arrugadas. Las Parnasias, tienen las alas inferiores escotadas en su borde interno, las antenas cortas, con clava recta y casi ovoidea; los palpos más largos que la cabeza, elevados hasta más allá de la frente y compuestos de tres artículos bien distintos, llenos de largos pelos; las alas muy enteras, redondeadas, desnudas en su cara inferior lo mismo que en sus bordes; la hembra lleva en el extremo del abdomen una bolsa córnea en forma de barquichuelo: pertenecen a los Heliconios de Linneo. Las Piérides tienen las alas inferiores sin escotadura en el borde interno, y que se adelantan hacia el abdomen para formarle un canal: en su mayor parte representan las Danaides de Linneo. Las Poliomatas tienen los palpos compuestos de tres artículos distintos; las alas inferiores canaliculadas, con celdilla central abierta hacia atrás (esta celdilla en los géneros que preceden está cerrada); son de corta talla, de cuerpo delgado, y representan los Plebeyos de Linneo.

Las Danaides tienen los palpos cortos, compuestos de tres artículos distintos; las alas inferiores tienen cerrada su celdilla central; los cuatro pies traseros son los únicos que sirven para caminar, y los dos delanteros se hallan replegados debajo del coselete. Las Danaides en parte representan la falange del mismo nombre, de que trata Linneo. -Las Limenitas tienen cuatro pies andadores; las antenas de la misma longitud del cuerpo, con clava delgada y poco marcada; los palpos velludos y apenas tan largos como la cabeza; las alas dentadas; la celdilla central de las inferiores abierta; pertenecen a las de Linneo. -Las Ninfales tienen cuatro pies andadores; las antenas como las Limenitas; los palpos con pelos cortos, y con el último artículo muy diminuto y oculto bajo de los pelos; y las alas dentadas; la celdilla central de las alas inferiores abierta: forman parte de la falange del mismo nombre en Linneo. Las Argineas tienen cuatro pies andadores, las antenas de extremidad corta, oval, comprimida y hueca en figura de cuchara; los palpos más largos que la cabeza, erizados de escamas, distantes en sus extremos; el artículo del medio es grande, y el último delgado; las alas son casi dentadas, en su cara superior leonados con manchas y estrías negras. Las Meliteas casi no difieren de las Argineas, manchadas a modo de un tablero de jugar a las damas; pero el color anacarado se ve reemplazado por el amarillo: las Meliteas pertenecen a las Ninfales de Linneo. Las Vanesas tienen cuatro pies, andadores; las antenas recias y súbitamente terminadas en un botón oval y blanquecino en la punta; los palpos son la mitad más largos que la cabeza, erizados de pelos y de escamas, terminan gradual e insensiblemente en punta y están contiguos; el artículo del medio tiene una longitud doble de la del último, el cual es de figura cónica; los ojos son velludos, y más aún los pies delanteros; las alas son angulosas, especialmente las superiores, las inferiores tienen abierta la celdilla central: las Vanesas forman parte de las Ninfales de Linneo. Las Apaturas solo se diferencian de las Ninfales por sus orugas, que no tienen el dorso espinoso; sus palpos más largos que la cabeza, y su vuelo es alto: pertenecen también a las Ninfales de Linneo. Los Sátiros tienen cuatro pies andadores; los palpos bastante largos y velludos; las alas adornadas con ojos; la celdilla central de las inferiores está cerrada; tienen el vuelo bajo y como a saltos; pertenecen igualmente a las Ninfales. Las Hesperias tienen seis pies andadores; la celdilla central de las alas traseras abierta; la cabeza gruesa y a veces más ancha, junto con los ojos, que el tórax: representan los plebeyos ciudadanos de Linneo.

Vamos a describir sucintamente las especies más hermosas pertenecientes a las varias secciones que acabamos de establecer; y fácilmente hallaremos comprobados en las mismas los caracteres de los géneros que ya conocemos; este estudio nos ofrece el mayor interés.

MARIPOSA PODALIRIO (Papilio Podalirius, LIN.). Tiene las alas amarillas; las superiores cruzadas por líneas negras en forma de llamas; las inferiores tienen también líneas semejantes; entre estas hay dos muy aproximadas y en medio de ellas otra leonada; en su borde posterior tienen algunas semilunas azules, y detrás de la última, el ala se prolonga en una especie de cola negra, con sus bordes y extremo amarillos; hacia el extremo del borde interno, se ve una mancha rojiza que rodea una semiluna azul. Encuéntrase en los cardos y espinos en flor a la orilla de los bosques, por los meses de abril, mayo, julio y agosto. Su oruga es lisa, abultada en su parte anterior, verde con tres líneas blancas longitudinales y rasgos oblicuos con puntitos rojos: vive en los endrinos, albérchigos y otros arbustos de la familia de las rosáceas. La crisálida es encarnada con pintas negruzcas y verrugas de color de hierro en la espalda.

MARIPOSA MACAÓN (Papilio Machaon, LIN.). Tiene las alas amarillas, con nervosidades negras; en su borde posterior se ve una serie de manchas amarillas, de las cuales las superiores tienen la forma de medio disco, y las inferiores de semiluna. Las alas superiores presentan en su corte, arista, o borde anterior cuatro manchas negras; las inferiores terminan en una especie de cola angosta, y tienen en la parte interna de sus bordes algunas manchas amarillas, una línea de manchas azules, de las cuales la más interna tiene un ojo colorado. Frecuenta los bosques y los prados, en mayo, junio, julio y agosto. Su oruga es de color rosáceo y verde con anillos negros, anchos y señalados alternativamente con una serie de puntos anaranjados. Vive en el hinojo y otras umbelíferas. La crisálida es escamosa, verdusca oscura, con verrugas amarillentas en el dorso.

imagen

La mariposa Macaón (larva, crisálida e insecto).

MARIPOSA ALEXANOR. (Papilio Alexanor, Esp.). Tiene las alas amarillas, con el limbo termina, cuatro fajas en las superiores y dos en las inferiores, negro, y en estas vese un ojo colorado hacia sil ángulo interno. Habita al sud de Europa.

MARIPOSA PROTESILAO (Papilio Protesilaus, LIN.). Lleva una especie de cola, lo mismo que las precedentes; sus cuatro alas son casi semejantes en cuanto al color, blancas, con listas pardas; en su parte inferior se ve una lista colorada, y el ángulo interno de las alas inferiores es leonado. Vive en la América meridional.

MARIPOSA ASCANIO (Papilio Ascanius, LIN.) También lleva cola: tiene las cuatro alas negras, con una faja blanca; la lista de las alas inferiores no llega al borde de estas, y posteriormente la rodea una auréola colorada; de este mismo color se ven manchas semilunares hacia el borde posterior; el cuerpo es negro, con manchitas coloradas. Vive en el Brasil.

MARIPOSA IDOMENEO (Papilio Idomeneus, LIN.). Fabricio colocó esta especie en su género Morfo; pertenece a la América meridional; tiene las alas algo festoneadas, pardas, azuladas en su raíz y nebulosas en su cara inferior; en las inferiores se ve un ojo grande y amarillento.

MARIPOSA TAIS HIPSIPILA (Thais Hypsipila, FABR.). Tiene las alas amarillas con manchas negras, y el limbo terminal de las cuatro negro, con una lista amarilla que lo recorre a modo de un festón: en la cara inferior de las alas se ven ramificaciones de color rojo-leonado. Encuéntrase esta bella especie en los Alpes, su oruga es de color amarillo de limón, con una serie de espinas negras y velludas en el dorso, y una línea lateral leonada, interrumpida por unos puntos negros. Reside en las aristoloquias.

MARIPOSA TAIS PROSERPINA (Papilio Rumina, LIN.). Sus alas son amarillas, con manchas negras y puntos de escarlata; las inferiores tienen el limbo terminal negro, con una línea amarilla undulada. Aparece en el mes de mayo en el mediodía de Francia. -El Thais medesicaste de Huber, es una simple variedad, cuyas alas inferiores presentan el limbo terminal amarillo, con dos líneas negras y unduladas.

TAIS DE CERISY (Thais Cerisyi, GOD.). Tiene la cara superior de las alas de un amarillo claro de ocre, con la raíz negra; las alas superiores ostentan siete fajas negras transversales, y las inferiores son muy dentadas; la cara superior de las primeras alas es de matiz más claro, y en la cara inferior de las segundas se ve como un baño blanco-anacarado, o plateado, con tres manchas blancas, amarillas y llenas de un polvillo negruzco. Esta mariposa, dedicada a Mr. Lefebure de Cerisy, habita en los cementerios de los turcos en las cercanías de Esmirna. Vuela en enero y febrero.

DORITIS APOLINEA (Doritis Apollinea, OCHSENSHEIM.). Sus alas superiores son casi transparentes, polvoreadas de blanco y de negro; las inferiores son de un amarillo claro con ligeros rasgos negruzcos en toda su superficie; las caras inferiores de las cuatro alas están casi del todo desprovistas de escamas, y son lustrosas; las inferiores tienen el borde posterior casi transparente, y separado de la paste amarilla por una hilera de ojos azules, rodeados de negro y superados por una semiluna colorada. Vuela a principios de la primavera por los alrededores de Esmirna y de Constantinopla.

MARIPOSA APOLO (Papilio Apollo, LIN.). Tiene las alas blanquecinas, con cinco manchas en las superiores; y en las inferiores dos ojos con iris de escarlata, la pupila blanca, y un cerco negro en su contorno: debajo de la raíz están adornadas con cuatro manchas coloradas rodeadas de negro. Esta linda mariposa habita en los Alpes; vuela en junio y julio. Su oruga es de un negro aterciopelado, con dos series longitudinales de manchas anaranjadas a cada lado del cuerpo. Vive en las saxífragas. La crisálida es ovoidea, lisa, negra y polvoreada de azulado.

MARIPOSA FEBO (Parnassius Phoebus, GOD.) Es más pequeña que el Apolo, al cual, no obstante, se asemeja mucho. La más externa de las manchas negras del ala superior está polvoreada de encarnado; debajo de la raíz de las superiores se ven cuatro manchas coloradas. Esta mariposa vive en los prados pantanosos de los altos Alpes, la loma del Montblanc, etc., y vuela en junio y julio.

MNEMOSINA (Parnassius Mnemosine, LIN.). Tiene las alas blanquizcas; con dos manchas negras junto a la arista de las alas superiores, y el borde interno de las inferiores negruzco. Vive en los montes del Delfinado, y vuela en junio.

HELICONIA EUCRATES (Heliconius eucrate). Tiene las alas oblongas; las superiores muy enteras, negras, y con la base y el borde interno leonados; una lista amarilla en el medio, con una mancha blanca y redondeada en la parte superior; las alas inferiores son algo dentadas, y debajo de las mismas junto a su margen hay una hilera de rasgos blancos.

PIÉRIDA DE LA COL (Papilio brassicae, LIN.).Tiene las alas blancas; dos gruesas manchas negras y visibles por ambas caras en las alas superiores, que tienen un rasgo negro en su ángulo externo, pero tan solo con respecto a la cara inferior. Las superficies inferiores de las alas, también inferiores, son de un amarillo sucio de ocre. El macho tiene las alas superiores con pintas negras, pero únicamente en sus caras inferiores, las cuales en lo que corresponde a los ángulos externos son negras superiormente y amarillentas inferiormente. Esta mariposa se encuentra en todas partes desde abril hasta octubre; su oruga es ceniciento-azulada, con tres líneas amarillas, longitudinales, separadas, por puntos negros tuberculosos, de cada uno de los cuales sale un pelo; causa grandes estragos en las huertas, royendo las hojas de las plantas crucíferas y hortalizas. Su crisálida es verdusca, cubierta de pintas negras, con los costados y la cresta o arista dorsal de color amarillo.

PIÉRIDA DEL NABO (Papilio napi, LIN.). Es superiormente blanca, con un punto negro hacia el extremo del borde anterior de las segundas alas, y otro igual entre la parte media y el borde terminal de las primeras; a más, tienen estas últimas la terminación negra; la cara inferior de las alas superiores es blanca, con nervosidades negruzcas, y la cúspide de un amarillo claro con dos puntos negros; la superficie inferior de las alas inferiores es de un amarillo claro, con ramificaciones negro-verduscas bastante anchas. Durante la primavera y el otoño, se encuentra en todas las praderas. Su oruga es de un verde-oscuro, más claro en los costados, con los estigmas de color leonado, verruguitas blanquizcas, puntos negros y un ligero vello. Vive en los nabos, y en el Arabis perfoliata. La crisálida es más gruesa que la de la Piérida de las coles, y su color verde-amarillento.

PIÉRIDA DEL BERRO (Pieris cardaminea, LIN.).Vulgarmente denominada Aurora: tiene las alas blancas; una semiluna negra hacia el centro de las superiores; y las inferiores con jaspes verde-amarillos. El macho tiene la mitad del ala superior correspondiente a la cúspide, de un bello color amarillo azafranado, con el exterior ribeteado de verde-oscuro superiormente, y más claro hacia la cara inferior. Vive esta linda mariposa en las florestas y jardines, y vuela en mayo. Su oruga es verde, con tres líneas blancas longitudinales, y se nutre con las hojas de los berros, y otras crucíferas. La crisálida es verdusca-amarillenta, con una línea blanca lateral.

PIÉRIDA EUFEMIA (Zegris eupheme, D'ESPER.). Tiene las alas blancas superiormente, con una mancha rosada muy estrecha en su cúspide, y una semiluna negra en el centro. La superficie superior de las primeras alas tiene como un baño de amarillo; y la cara inferior de las segundas es de un amarillo claro polvoreado de negruzco. Esta rara y brillante especie se encuentra en mayo en los montes Tchapschalsh en la Rusia meridional; y en el mes de abril en España en los alrededores de Granada y de Málaga.

PIÉRIDA LIMÓN (Papilio ramni, LIN.). Es una hermosa especie que aparece casi sin interrupción en nuestras campiñas desde los primeros asomos de la primavera hasta los últimos días de otoño. El macho tiene las alas de un amarillo de limón; y la hembra verduscas; en la parte céntrica de la cara superior preséntase un punto anaranjado, el cual en la inferior es de color de herrumbre. La oruga es deprimida hacia la parte trasera del cuerpo, de color verde, con una línea de matiz más claro a lo largo de cada lado, y ligeros puntos negros en el dorso. Vive en los espinos cervales y otros arbustos. La crisálida es verdusca, con una mancha rojiza y una línea más clara en cada lado.

La PIÉRIDA CLEOPATRA (Papilio cleopatra, LIN.). Es considerada como una variedad de la precedente. Tiene las alas de un amarillo de limón, con un disco anaranjado en la cara superior en el macho; y en la hembra blanquizco, con la base algo más amarilla; en el centro inferior de las cuatro alas se ve un punto de color de herrumbre. Vive esta especie al mediodía de Europa en la primavera y otoño. En Córcega presenta unos colores más vivos que en Provenza

La PIÉRIDA ELATEA (Pieris elathea, LIN.). (Therias elathea de los modernos.) Tiene las alas redondeadas y muy enteras, con el borde negro superiormente; las alas superiores amarillas; las inferiores blancas, y debajo de estas últimas hacia el centro dos puntos negros; la cara superior de las primeras presenta el borde interno anaranjado. Esta especie es particular de América.

El POLIOMATO ESTRIADO (Papilio baeticus, LIN.). Tiene las alas enteras; las inferiores presentan en su ángulo interno un hilillo en forma de cola; la superficie superior de las alas es de un color violáceo azulado, con el limbo de color pardo-negruzco; la cara inferior es cenicienta, con estrías blanquizcas unduladas; las alas inferiores presentan una lista blanca continua, y dos ojos con iris dorado junto al ángulo interno.

El POLIOMATO ALEXIS (Polyommatus alexis, HUBNER.). Llámanle vulgarmente, Argos azul: es una especie tan común como numerosa, cuya oruga vive en la mielga, la zulla, la retama y otras leguminosas. El macho tiene las alas superiormente de color azul celeste, con cambiantes violáceos, y una rayita negra que va siguiendo el borde, con una franja muy blanca. Las alas de la hembra son pardas superiormente, con una serie de manchas leonadas junto al borde posterior, y un rasgo negro en el centro de las superiores. Inferiormente todas cuatro alas son casi de los misinos matices; es decir, grises, con una serie de manchas leonadas contenidas o encerradas entre dos líneas de puntos y le rasgos negros, cuyos puntos, lo mismo que los que guarnecen lo restante de la cara inferior, están rodeados de blanco.

El POLIOMATO HIPPOTHOE (Papilio hippothoe, LIN.). Tiene las alas enteras, con los bordes de color blanco, inferiormente son cenicientas, con numerosos ojuelos. Vive en los prados húmedos de Francia, y vuela en el mes de junio. En Inglaterra existe una variedad de este mismo (Polymmaturs dispar) que tiene las caras inferiores de las cuatro alas de un color leonado dorado muy vivo, con un pequeño ribete negro en los bordes en el macho, y con un baño de un matiz negro pardo en la hembra. La cara inferior de las primeras alas es de un leonado claro, con bordes ceniciento-azulados; la cara inferior de las segundas alas es de un azulado bajo, con una faja terminal de un leonado vivo, con puntos negros colaterales en ambos lados. Esta variedad rara se encuentra en Inglaterra en las praderas pantanosas de los alrededores de Withelsea. Encuéntrase también en Picardía.

La DANAIDE CRISPÍA (Papilio chrysippus, LIN.). Tiene las alas algo sinuosas leonadas, con el disco negro y puntuado de blanco: la cúspide de las superiores de un negro subido, con una faja muy blanca; y las inferiores con algunos puntos negros en el centro. Es esta especie africana; y aunque se encontró también en Nápoles, no ha vuelto a presentarse desde el año de 1809.

La CAMILA (Papilio camilla, LIN.). Tiene la cara superior de las alas de un negro azulado reluciente, con una línea de manchas blancas en el medio; las inferiores son debajo de su raíz de un azul plateado y sin manchas. Esta especie frecuenta las orillas de los arroyos en el centro y mediodía de Francia; vuela a fines de julio y a principios de agosto. Llámanla también Silvano azul celeste.

La LIMENITA SIBILA (Papilio sibylla, LIN.). Llámanla también Pequeño silvano o Luto. Vive en los bosques y vuela durante la canícula. Tiene la cara superior de las alas pardo-negruzca, con una hilera de manchas blancas hacia la parte media; la cara inferior de las segundas alas es hacia la base de un azul ceniciento, con manchas negras.

La NINFAL DEL ÁLAMO (Papilio populi, LIN.). Es una especie hermosa y bastante grande, que únicamente se halla del 10 al 20 de junio en las selvas del norte de Francia. Llámanla también gran silvano. Sus alas son superiormente pardo-negruzcas, con una faja de manchas blancas en el medio; una serie de semilunas de color leonado hacia el borde posterior; dos filas de manchas azuladas junto a este borde en las inferiores; las cuatro caras inferiores de todas las alas son de color leonado claro, con manchas blanco-azuladas, dispuestas en las superiores en fajas entrecortadas; manchas azuladas, interrumpidas por líneas negras, dominan a lo largo del borde posterior en las cuatro alas.

El APTURO JASIO (Papilio jasius, LIN.). Es una de las mayores ninfales europeas; la parte superior de las alas es de un color pardo negruzco reluciente, con una faja de manchas y el borde posterior de un amarillo leonado; interiormente el color es variado de herrumbroso y oliváceo, con una lista y jeroglíficos blancos.

El APURO ILIA (Papilio ilia, LIN.). También lo llaman pequeño Marte: tiene las alas dentadas y de color pardo-negruzco; tienen reflejos violáceos con cambiantes en el macho; con manchas en las superiores, y una faja síncopa en las inferiores, de color blanco, o anaranjado. Las superiores tienen hacia su centro un ojo negro, rodeado de un círculo anaranjado. Debajo de las alas inferiores, se ven de dos a cuatro puntitos negros hacia la base. Esta especie vuela en las selvas húmedas desde el 20 de junio a mediados de julio. La oruga es escamosa y de un verde ceniciento, con los dos ángulos superiores de la cabeza prolongados a manera de cuernecitos bifurcados y levemente truncados. Vive en la copa de los álamos y de los sauces. La crisálida forma a modo de quilla o arista, y es de color verde-amarillento claro.

El APTURO IRIS, o GRAN MARTE (Papilio iris, LIN.). Es mucho mayor que la especie antecedente; sus alas son dentadas y pardo-negruzcas, con reflejos violáceos y cambiantes en el macho, con manchas blancas en las alas superiores y una lista incidentada en las inferiores, del mismo matiz blanco: carece de puntitos blancos debajo de las alas inferiores. Esta especie habita en los mismos sitios, y aparecen en las mismas épocas que el Pequeño Marte. Su oruga vive en la copa de las encinas.

La NINFAL DIRSEA (Papilio dirse, LIN.). Es una especie perteneciente a las Indias: tiene las alas angulosas y pardas; con una faja amarillenta en las superiores, oblicua y visible en ambas a dos caras; en las superficies inferiores de las cuatro alas se ven undulaciones negras.

La NINFAL POSTVERTA (Catagramma postverta). Tiene las alas casi dentadas; las del macho son superiormente de un verde lustroso; y las de la hembra en su cara inferior son pardo-negruzcas, con listas blancas; la cara inferior de las segundas alas en ambos sexos es de un blanco-violáceo, con seis líneas transversales de color de herrumbre.

La NINFAL MACRIS (Cibdelis macris). Tiene las alas casi dentadas, superiormente pardas, con un reflejo violáceo cambiante en el macho; en la cara inferior de las primeras alas hay tres ojos muy marcados; y siete en la cara inferior de las segundas.

La VANESA ANTÍOPE (Papilio antiopa, LIN.). Tiene las alas angulosas, de un negro-purpúreo muy subido, una ancha faja amarillenta en el borde posterior, hacia cuya parte interna se extiende una serie de puntos azules. Las primeras alas llevan dos manchas amarillas hacia el extremo de su arista. Vive esta especie en los bosques y prados durante toda la primavera. Su oruga es espinosa, negra, con manchas en el dorso; y las ocho patas membranosas anteriores pardo-rojizas: vive en el olmo, el sauce y el abedul. La crisálida es negruzca, polvoreada de azulado, con dos series de espinas cónicas, y una hilera intermedia de botones, negros con la cima de color ferruginoso.

La VANESA DE C BLANCA (Papilio c album, LIN.). Llaman también a esta especie Roberto el Diablo, tiene las alas muy angulosas, en su cara superior leonadas y mosqueadas de negro, con el borde posterior de color de herrumbre, con puntos amarillos; la cara inferior es parduzca, con matiz verduzco; las alas inferiores tienen, cada cual hacia su parte media, un semicírculo blanco que representa una c, o la mitad de una x. Este insecto es común durante el verano. Su oruga vive en el nogal, el olmo, etc.

La VANESA IO (Papilio Io, LIN.). Tiene las alas angulosas y dentadas; su parte superior es de un leonado rojizo, con una gran mancha en forma de ojo en cada una. El ojo perteneciente a las superiores es rojizo en el centro, rodeado de un círculo semipartido de azul y de amarillo; los ojos de las inferiores son azules, con un cerco negro; el corte de las alas superiores lleva dos listas negras, cortas y oblicuas, separadas por una manchita amarilla, sus ojos están cortados transversalmente por una hilera de puntos blancos. Vive esta especie en los bosques, prados y jardines desde mayo a octubre. Su oruga es negro-lustrosa, cubierta de espinas sencillas, con puntos blanco-azulados; y las patas posteriores de color de herrumbre; viven reunidas en las ortigas y el lúpulo. La crisálida es parda, con manchas doradas, y una doble fila de líneas de espinas cónicas con la base rojiza inclinadas hacia atrás.

La VANESA POLIGLOROS (Papilio polychloros, LIN.). Llámanla vulgarmente gran tortuga: tiene las alas angulosas, leonadas superiormente, con un ribete negro entrecortado por pequeñas líneas amarillas y una serie de manchas blanquecinas; las alas superiores junto a su corte tienen tres manchas negras, y cuatro más pequeñas debajo. La oruga es azulada o parduzca, con una línea leonada a los lados del cuerpo; sus espinas son amarillentas y algo ahorquilladas. En sus primeros tiempos viven reunidas bajo una tela sedosa, pero después de su primera muda se dispersan: encuéntranse en el olmo, el sauce, la encina y otros varios árboles frutales. La crisálida es de un matiz ceniciento rosado, con manchas doradas en su parte anterior. Tiene a lo largo del dorso dos líneas de espinas cónicas, cortas, negras, con la punta obtusa y amarillenta. En medio de estas espinas hay otra serie de mameloncillos del mismo color que las espinas.

La ARGINIA AGLAE (Paplio Aglaia, LIN.). Tiene las alas poco dentadas, leonadas, manchadas de negro superiormente; y veinte y una mancha plateadas debajo de las inferiores, las cuales presentan un matiz verdoso. Esta especie vive en los bosques, y vuela en junio y julio. Su oruga es espinosa, negruzca, con una faja blanca dorsal, y una serie longitudinal de manchas rojas en los costados: vive en las violetas. La Crisálida es rojiza, con undulaciones pardas y eminencias poco marcadas.

La ARGINIA ELISA (Argynnis Elysa, GODART). Tiene la parte inferior de las cuatro alas de un leonado más o menos vivo, según el sexo, con nervosidades ligeramente marcadas de negro. La cara inferior de las segundas alas es amarilla, con un sinnúmero de manchas plateadas, dispuestas en cinco fajas desiguales. Esta especio habita en Córcega y Cerdeña y aparece en julio.

El SÁTIRO GALATEA (Papilio Galathea, LIN.). Llámanlo comúnmente Medio-luto. Tiene las alas algo dentadas, pardo-amarillentas, con la raíz y la punta negras, y con pintas blancas superiormente. La mancha correspondiente a la raíz de cada ala es oval; las alas inferiores tienen dos o tres ojos negros. Esta especie es muy común en los bosques en julio y en agosto. La oruga es verde, con tres líneas oscuras longitudinales; la cabeza parda, con dos espinillas coloradas en la bifurcación del ano. Vive en la grama de los prados. La crisálida es ovoidea, amarillenta, con dos manchas negras en forma ocular a cada lado de la cabeza.

El SÁTIRO FRINEO (Saltyrus Fhryne, HUONER). Tiene la parte superior de las cuatro alas de color de hollín subido en el macho, y blanco de leche en la hembra; la cara inferior de las segundas alas es estriada, con rasgos pardos longitudinales, y el extremo adornado con una lista plateada muy estrecha. Encuéntrase esta especie en las estepas de Rusia, donde aparece en Junio.

La MELITEA ATALÍA (Melitaea Athalia, BORKHAUSEN). Tiene las alas algo dentadas, superiormente leonadas, reticuladas de negro; la cara inferior de las segundas es de un amarillo claro, con dos fajas leonadas, y ocho rayas negras unduladas. Vive en los parajes sombríos de los bosques, y aparece en los meses de mayo y fin de julio. La oruga es espinosa, y se alimenta de llantén. La crisálida es grisácea, con dos puntos negros, y puntos rojizos en el dorso.

MARIPOSA RIFEA (Papilio Ripheus, LIN.). Los modernos lo han colocado en la sección de las enroscadas, bajo el nombre de Urania Ripheus. Las alas constan de seis dentellones, prolongados en forma de cola, negros, con listas verdes; las segundas alas son verdes en su cara inferior, y en su ángulo interno tienen una gran mancha de color de orín, con puntos negros. Vive en Madagascar.

La HESPERIA ARACINTA (Hesperia Aracynthus, FABR.). Llámanla vulgarmente Espejo: tiene las alas de un pardo-negruzco con reflejos, la punta de las superiores tiene manchitas amarillas en ambas caras; la parte inferior de las segundas es de un amarillo rojizo, con doce manchas blancas, redondeadas y circunvaladas de negro; las seis últimas manchas de la cara inferior de las segundas alas se hallan unidas formando una faja curva. En la hembra la cara superior de las alas presenta cuatro manchas amarillas, una de las cuales ocupa el centro. Vive esta especie en las selvas pantanosas; y aparece a fin de junio y a principios de julio.




ArribaAbajoFamilia de las Crepusculares

Estos lepidópteros, cuyo nombre de familia no presenta toda la exactitud que fuera de desear, pues que varias de sus especies tienen el vuelo diurno, tienen inmediata a la raíz del borde externo de sus alas inferiores una cerda recia, escamosa, en forma de crin o de espina, la cual pasa por un garfio de las alas superiores, impidiendo que se vuelvan a elevar durante el reposo, y manteniéndolas en situación horizontal o inclinadas. Este carácter le hallaremos también en la familia de las nocturnas; de las cuales se diferencian las crepusculares por sus antenas claviformes, prismáticas, o ahusadas. Las orugas todas tienen diez y seis patas; y las crisálidas, regularmente encerradas en un capullo, u ocultas en la tierra, solo muy rara vez presentan las formas angulosas que se notan en las de la familia que antecede. Ciertos autores han llamado a estos insectos Mariposas abejones a causa del zumbido que despiden cuando vuelan. Todos están comprendidos en el gran género Esfinge de Linneo. Este nombre les viene de la actitud de algunas de sus orugas, que tienen la parte anterior del cuerpo enderezada como la Esfinge de la fábula. Es verde manzana, y a cada lado del cuerpo tiene seis líneas oblicuas, de color violáceo hacia la parte anterior, y blanco hacia atrás; sus patas escamosas son de un amarillo claro, y las membranosas verdes con el extremo negruzco; sus estigmas son de un amarillo anaranjado; el cuerno del penúltimo anillo es amarillento en la parte inferior, y negro lustroso en la superior. Vive generalmente en todas las jazmíneas; sufre su metamorfosis en agosto, y no emplea más que la tierra en la construcción de su capullo: encuéntrase en los jardines de París. La crisálida es de un pardo castaño, con la vaina de la trompa levemente curva y de mediana longitud, lateralmente comprimida en su parte media, y redondeada en la extremidad. El insecto perfecto no sale hasta el mes de junio del año que sigue, y aun a veces permanece en estado de ninfa por espacio de dos o tres años.

El ESFINGE ELPENOR (Sphinx Elpenor, LIN.). Es tipo del subgénero Deilephila de Ochsenheimer, que solo difiere del subgénero Esfinge por tener las antenas simplemente prismáticas; y las alas inferiores algo prolongadas en forma de lóbulo en su ángulo interno. Las alas superiores son de un verde oliváceo, con fajas longitudinales y transversales de color de púrpura. Las inferiores son negras en la raíz y puntuadas en su extremo. Encuéntrase esta hermosa especie en París con bastante frecuencia. Su oruga, lo mismo que las de otras especies del subgénero Deilephila, es notable por la belleza de los colores; por la extremidad anterior del cuerpo, el cual es grueso y abultado; y por la prolongación de la cabeza en forma de jeta de cerdo; circunstancia que le ha granjeado el nombre de Cochina. Esta especie de hocico es susceptible de recogerse en el tercer anillo. Vive en los epílobos y en la vid; come mucho; crece con prontitud, y se fabrica un capullo con seda y partículas de tierra. La ninfa adquiere el estado de insecto perfecto en el mes de junio del año siguiente.

El ESFINGE DE DAHL (Deilephila Dahlii). Tiene las primeras alas de color ceniciento violáceo en su cara superior, cruzadas oblicuamente por una faja verde-violácea; las alas inferiores son de un hermoso color encarnado, con dos fajas negras. Esta hermosa especie vive en Cerdeña y Córcega, y vuela en junio y setiembre.

El ESFINGE CELERIO (Sphinx Celerio, LIN.). Vulgarmente le dan el nombre de Fénix y pertenece a los Deilephila. Superiormente es de un pardo-claro; las primeras alas tienen un punto y una faja oblicua de un blanco amarillento; las segundas son de un blanco, rosado en el centro cruzado por nervosidades negras y ostentan una faja negra junto al borde posterior; a lo largo de la cara dorsal del abdomen se extiende una línea blanca, con sus bordes negruzcos, y una fila de rasgos blancos a cada lado. Vive esta especie al mediodía de Francia, y aparece en mayo y setiembre.

El ESFINGE DE LA ONAGRO (Sphinx oenotheroe, FABR.). Es el tipo del subgénero Pterogon de Boisduval, el cual solo se diferencia del antecedente, en que tiene el borde posterior de las alas anguloso, y el abdomen terminado en un copete de pelos: en medio de las alas superiores corre una faja más oscura y señalada con un punto negruzco; las alas inferiores son amarillentas o rojizas, con una faja verde. La hembra carece de pincel en la extremidad del abdomen. Es una especie rara en las cercanías de París. Su oruga vive en el epílobo y la onagra; envuélvese en las hojas pegadas con hebras de seda, y su metamorfosis se efectúa en julio. La crisálida adquiere toda la perfección de insecto en mayo del año inmediato.

La ESFINGE DE LAS RUBIÁCEAS, (Sphinx Stellatarum, LIN.). Es el tipo del subgénero Macrogloso de Ochsenheimer: caracterízanle una trompa de igual longitud que el cuerpo; antenas terminadas en forma de clava, y casi cilíndricas; alas cortas, abdomen grueso, complanado, y lateralmente guarnecido de hacecillos de pelos, obtuso, y barbudo en su extremo. La especie en cuestión tiene las antenas blanquecinas inferiormente; las alas pardo-cenicientas con fajas transversas, undulantes y nebulosas, más oscuras en las alas superiores. Las segundas alas son de un amarillo de orín; vense unas manchas blancas a los lados del abdomen. Este insecto, aparece dos veces al año, por la primavera y el otoño. Es el más ligero de nuestros esfinges; su oruga es muy común en las rubiáceas, con especialidad en el galio. La crisálida se encierra en un grosero capullo hecho con seda y algunas fibras de yerbas.

El ESFINGE ABEJÓN (Sphinx fusiformis, LIN.). Pertenece al mismo subgénero que el antecedente; tiene las cuatro alas diáfanas, con nervosidades, una faja marginal, y una mancha hacia la parte media del corte de las superiores, de color herrumbroso purpúreo; en su raíz son oliváceas superiormente, y amarillentas inferiormente. La cara superior del cuerpo es de un verde oliváceo, con los últimos anillos de un matiz algo más bajo, con pelos de un amarillo claro en sus bordes; atraviesa el abdomen en su parte media una faja del mismo color herrumbroso que el borde de las alas. El pecho y parte inferior de los palpos, los muslos y las piernas están cubiertos de pelos de un amarillo claro, y los tarsos son pardos con pelos grisáceos; por último, las antenas son de un negro azulado. Este esfinge aparece dos veces al año, a mediados de mayo, y a mediados le julio. Principalmente merodea en las flores azules de la salvia de los prados, y se encuentra a menudo en Vincennes y en Meudon. Su oruga vive en las madreselvas; preséntase salpicada de pintas de verde claro, y tiene las patas, parte inferior del cuerpo, el contorno de los estigmas, y el cuernecito, de un rojo castaño; los estigmas son negros y en el centro blancos; el cuerno es granujiento y algo corvo. Esta oruga es muy fácil de criar; y cuando no sufre su metamorfosis en otoño, pasa todo el invierno en estado de crisálida.

El ESFINGE DE CROACIA (Sphinx Croatica). Tiene las alas superiores de un verde oliváceo, con una faja marginal parda; las alas inferiores de un rojo ferruginoso; el cuerpo del color de las alas superiores, con una ancha faja parda, dos listas amarillas, y el pincel de escamas en que termina el abdomen de color negro.

La ESFINGE ÁTROPOS (Sphinx Atropos, LIN.). Es el tipo del subgénero Acherontia de Ochsenheimer, y sus caracteres son: una lengua gruesa, y más corta que el pecho; palpos cortos, y muy obtusos, cabeza abultada; antenas cortas y recias; alas superiores lanceoladas, y las posteriores redondeadas en su ángulo interno; abdomen muy grueso, y menos cónico que en los verdaderos esfinges; los tarsos con fuertes garfios, y el vuelo pesado y crepuscular. El color de las primeras alas es una mezcla de pardo-oscuro, de pardo-amarillento y de amarillo claro; las alas inferiores son amarillas, con dos fajas pardas; en el coselete se ve una mancha amarillenta, en que hay groseramente dibujados en negro unos ojos, mejillas y boca, representando en su conjunto la cara de un esqueleto; el abdomen está rodeado por listas anulares negras. La oruga es de un hermoso color amarillo, y tiene a cada lado del cuerpo, empezando desde el cuarto anillo, siete listas oblicuas, verdes, más oscuras hacia la parte anterior; y además, en el dorso se ve una serie de siete listas azules con puntos negros, y separadas de las antedichas por unos puntos verdes: las partes laterales de la cabeza son negras; el cuerno es áspero, largo y corvo. Vive en las patatas y en otras varias especies de plantas del género solanum. A fines de julio es cuando trabaja en su metamorfosis: arréglase un capullo con partículas de tierra bien complanadas hacia la parte interior, y reunidas mediante un líquido glutinoso que fluye de su boca. La crisálida es de un color pardo-claro; y la trompa está oculta debajo de la máscara. El insecto nace en setiembre en estado de perfección; y cuando vuela o cuando es cogido, despide un zumbido o sonido plañidero. Debe notarse que el equinoccio autumnal, época de la aparición de este insecto, es también época de disenterías y otras enfermedades epidémicas a menudo mortales; siendo esto así, pues, nada debemos extrañar que en ciertos años en que abunda esta esfinge, y en los cuales reinan epidemias, el vuelo nocturno de este insecto, su voz lúgubre y en especial su cara de esqueleto, hayan difundido el terror por entre los habitantes del campo, y que lo miren como el nuncio de una próxima mortandad. En 1729 aparecieron muchísimos en la baja Bretaña, y como su aparición coincidió con la de unas calenturas muy graves, que se llevaron a muchos al sepulcro, el pueblo atribuyó esta calamidad a nuestra esfinge. Cierto cura remitió al Mercurio de Francia una descripción espantosa del Átropos: describiolo como un viviente emblema de una pompa fúnebre. El ministro de marina envió a Reaumur unos dibujos de esta esfinge, que le habían remitido de Bretaña; cuantas colmenas puede introducirse; pues hemos referido lo que aconteció en el colmenar de Huber, con las maravillosas precauciones que tomaron las abejas para precaver las invasiones de este parásito; precauciones que se hallaron conformes con las que había ideado y puesto en práctica el mismo Huber. Reaumur atribuye el sonido quejumbroso del Átropos al frote de la trompa con los palpos, en los cuales se ingiere; pero Lorey da una explicación muy diferente, pues dice haberse asegurado con experimentos positivos, de que dicho sonido no debe atribuirse al frote entre cuerpos sólidos, sino a vibraciones de aire. Este sale por un estigma que se abre junto a la base del abdomen, y que cuando el insecto está en reposo, se ve cerrado por un hacecillo de pelos muy finos que forman como radios. Lorey cortó sucesivamente los palpos, la trompa, y hasta la cabeza; y sin embargo, el sonido continuó lo mismo que antes de esas mutilaciones.

imagen

Esfinge Átropos.

La ESFINGE DEL TILO (Sphinx Tiliae, LIN.). Es el tipo del subgénero Esmerinto de Ochsenheimer, caracterizado por una cabeza pequeña y encogida; palpos muy cortos y obtusos, que no pasan más allá de los ojos; una lengua muy corta o casi nula; antenas casi lineares, algo unduladas, interiormente dentadas en el macho, sencillas en la hembra; alas angulosas, y con los bordes dentados; y el vuelo pesado y nocturno. Boisduval considera los Esmerintos como que establecen un tránsito de las Esfinges a los Bombyx. La especie en cuestión tiene las alas recortadas; las superiores pardo-verduscas, con manchas pardas en el centro; las inferiores de un leonado verdoso; el coselete ceniciento, con tres líneas verduscas. La Esfinge del tilo varía mucho, y se encuentra muy comúnmente en los olmos, castaños de India; y especialmente en los tilos, donde vive la oruga; la cual es escamosa, de color verde claro, con siete líneas laterales, oblicuas, blanquecinas, orilladas anteriormente de verde oscuro, y aun a veces de rojo; el cuerpo es azul y en la punta verduzco. Las patas todas son verdes, aunque las escamosas se hallan interrumpidas por un matiz rosado claro.

La ESFINGE MEDIO PAVÓN (Sphinx ocellata, LIN.). Pertenece a los Esmerintos, lo mismo que la esfinge del tilo. Tiene las alas angulosas; las superiores pardas con diferentes matices, y las inferiores de un rojo subido, y en cada una de ellas, una mancha negra y azul en figura de ojo; el abdomen es pardo, con listas coloradas en su parte inferior. Esta especie no es rara en los contornos de París. Su oruga es escamosa, de un verde tierno en el dorso, y verde azulado en los costado y el vientre, a cada lado tiene siete rayas blancas oblicuas, de las cuales la posterior es más marcada y termina a la raíz de la cola. Esta es azul con el extremo verde. Los estigmas son blancos con el contorno ferruginoso; las patas escamosas son de color de rosa; y las membranosas verdes. La cabeza se ve rodeada de amarillo. Encuéntrase esta oruga en el sauce, las mimbreras y árboles frutales. La crisálida es levemente escamosa, de color pardo-castaño subido, con el ano bien redondeado y terminado en una punta casi obtusa.

La ESFINGE APIFORME (Sphix apiformis, LIN.). Es la especie mayor de Francia. Tiene la cabeza amarilla, con una mancha blanca al lado interno de los ojos y una semiluna amarilla al lado externo. Los ojos son pardos; los palpos amarillos y algo más oscuros superiormente; las antenas son negras en su parte superior, y herrumbrosas en la inferior, el coselete es negro-parduzco, con cuatro manchas amarillas, dos de las cuales son anteriores y laterales de forma triangular, y las otras dos son posteriores, más reducidas, y menos vivas; el pecho es pardo negruzco y sin manchas, y el abdomen amarillo, con los anillos primero y cuarto negros; guarnecido de un vello pardo; todos los demás son simplemente bordados de negro, el quinto y los dos últimos son parduzcos en su porción dorsal; los muslos son amarillos exteriormente y pardos en su parte interna, las piernas y tarsos son leonados; las cuatro alas son transparentes con el ribete marginal, las nervosidades y una semiluna en las superiores de un color pardo-herrumbroso. Esta especie se encuentra a fines de mayo hasta mediados de julio, en los troncos de los sauces y álamos. La oruga vive en ellos solitaria en los tallos y en las raíces, y sufre su metamorfosis en marzo o en abril. Es ligeramente pubescente, blanquizca, con una línea más oscura que se extiende a lo largo del dorso. La cabeza es gruesa y pardo-oscura. La crisálida es oblonga, parda, y está encerrada en un capullo de un tejido apretado, y cubierto de panículas de madera; y la oruga que lo fabricó no se transforma hasta quince días después de haber concluido la construcción de su envoltorio.

La ESFINGE FILIPÉNDULA (Sphinx Filipendulae, LIN.). Es el tipo del subgénero Zigenia; caracterizado por antenas terminadas en clava undulosa. La especie de que tratamos tiene las alas superiores de un verde reluciente, y algo dorado; con seis manchas de un colorado de carmín, dispuestas pares en la cara superior, y casi confundidas en la inferior; las dos manchas de la base son ovales; y las otras cuatro redondeadas y más pequeñas. Las alas inferiores tienen ambas superficies de un colorado de carmín, con los bordes azules, con ribete pardo, el cual vemos también en las primeras alas. El cuerpo es verde bronceado; con las antenas de un azul subido superiormente, y negras en su parte inferior. Las patas son del mismo color del cuerpo, con la cara interna de los muslos y piernas amarillentas; la trompa es de un pardo-negruzco reluciente. La oruga es amarilla, con nueve manchas en cada segmento dorsal; los estigmas y las mandíbulas son negras, la parte superior de la cabeza es de un pardo lustroso con el borde externo más oscuro. Vive en la filipéndula, la verónica y la oreja de ratón; en figura de esquife con arrugas longitudinales. La crisálida es amarillenta, con el envoltorio de las alas pardo; llega al estado perfecto a mediados de junio, y es la más común de nuestras zigenias.

La ZIGENIA FEGEA (Sphinx phegea, LIN.). Es el tipo del subgénero Syntomis; caracterizado por la delgadez de sus antenas casi lineares, y apenas ahusadas. La especie que nos ocupa tiene las alas de un azul o de un verde-negruzco de una y otra cara, con seis manchas blancas algo transparentes en las superiores, y dos semejantes en las inferiores. El cuerpo es del mismo color de las alas con las porciones superiores de los anillos primero y quinto abdominales amarillas de ocre, lo mismo que dos manchas a cada lado del pecho; las antenas son negras desde la base hasta más de su mitad, y desde este punto hasta el extremo son blanquizcas. La oruga está provista de hacecillos de pelos pardos; tiene las patas y la cabeza rojizas; y vive en el llantén, la escabiosa y la romaza. La crisálida es de un color pardo-claro, con las celdillas y el envoltorio de las alas amarillento, lo mismo que el segundo anillo abdominal. El insecto perfecto aparece al mediodía de Europa en junio y julio.

La ZIGENIA ESTÁTICA (Sphinx statices, LIN.). Es el tipo del subgénero Procris, caracterizado por antenas casi lineares, bipectíneas en los machos, y apenas dentadas en las hembras. La especie de que tratamos tiene el cuerpo, la parte superior de las antenas y de las primeras alas de un verde-dorado; la parte inferior de las mismas alas y ambas superficies de las inferiores pardo-cenicientas; la trompa es negra. Vive en la romaza, en la globularia y en la acedera. El insecto perfecto aparece a mediados de julio en los bosques y en las pendientes de los collados. Pósase con preferencia en la estaticé, de donde le vino su nombre específico.




ArribaAbajoFamilia de las Mariposas nocturnas

Los lepidópteros que componen esta familia, tienen la mayor parte, lo mismo que las crepusculares, las alas trabadas en estado de reposo por medio de una crin córnea, o de un hacecillo de seda, que parte del borde externo de las segundas alas y pasando por un anillo, o corredera situado debajo de las primeras; dichas alas son horizontales o inclinadas, y a veces arrolladas en torno del cuerpo, las antenas van disminuyendo de grosor desde su raíz hasta la punta, o son setadas. Estos insectos no vuelan más que de noche o después de puesto el sol; varios están desprovistos de trompa. Las orugas en su mayor parte se fabrican un capullo; y tienen de diez a diez y seis pies. Las crisálidas son todas redondeadas, sin eminencias angulosas ni puntuadas. Linneo reunió los nocturnos todos en su género Falena; aunque él mismo lo subdividió en ocho secciones, que, no obstante las numerosas especies descubiertas después de él, son aún las divisiones más naturales que pueden establecerse en la turba de las Falenas. Las diez tribus que Latreille ha establecido para las nocturnas, reproducen casi completamente las secciones linneanas: vamos pues a señalar sus caracteres. 1.º Las Hepiales, tienen la trompa muy corta, y poco distinta; las antenas por lo regular cortas, las alas oblongas e inclinadas, y el abdomen de la hembra prolongado en forma de cola. Las orugas se mantienen ocultas en lo interior de las plantas de que se alimentan; y fabrican su capullo en gran parte de materias vegetales. Esta tribu comprende los Cosos, Hepiales propiamente dichos. 2.º Los Bombyx tienen la trompa corta; las antenas enteramente pectíneas en el macho; las alas tendidas y horizontales, o inclinadas a modo de tejado; pero las inferiores sobresalen lateralmente de las superiores. Las orugas viven también en las plantas, cuyas partes tiernas roen, y la mayor parte se fabrican un capullo de seda. Esta tribu comprende las Saturnias, las Bombyx, las Lesiscampas, etc. 3.º Los falsos Bombyx: difieren de los verdaderos en que tienen las alas con freno; las superiores cubriendo las inferiores en estado de reposo, y la trompa muy distinta: comprenden las Escamosas, las Calimorfas, las Lithosias, etc. 4.º Las Aposuras no se diferencian de las tribus que preceden más que por un solo carácter, que igualmente las separa de las demás nocturnas; y consiste en que la oruga carece de patas en la extremidad del abdomen. Esta tribu se compone de los géneros Dicranuro y Platypteryx. 5.º Las Noctuales, caracterizadas por una trompa córnea, arrollada en espiral, y con frecuencia bastante larga: por los palpos terminados de repente por un artículo muy diminuto, o mucho más pequeño que en el antecedente, el cual es largo y deprimido; las antenas son sencillas, el vuelo rápido, y en ciertas especies diurno. Las orugas generalmente están provistas de diez y seis patas, y algunas de catorce o de doce; pero las que están próximas al extremo del abdomen nunca faltan: la mayor parte se fabrican un capullo, en el cual se encierran. 6.º Las Torcedoras solo se diferencian de las Noctuales por las alas superiores, cuyo borde externo es corvo en la base, y en seguida va estrechándose, lo cual les comunica cierto aire particular. Las orugas tienen diez y seis patas; tuercen y arrollan las hojas mediante hebras de seda, y se construyen así con las mismas un tubo que les presta abrigo: constituyen el género Pirales. 7.º Las Agrimensoras tienen el cuerpo delgado, la trompa no muy larga, membranosa, o casi nula; los palpos pequeños; las alas anchas y situadas en forma de tejado. Las orugas tienen diez patas, a veces doce; pero las de la extremidad del abdomen nunca faltan. Su modo de andar les ha valido el nombre de agrimensoras, o geómetras. Cuando quieren ir hacia adelante, apóyanse primeramente con las patas anteriores o escamosas; en seguida elevan el cuerpo a modo de un anillo, de manera que se aproximan sus extremidades; luego se apoyan con las patas traseras, levantan las delanteras, se enderezan, adelantan la cabeza y van a buscar otro punto de apoyo con las patas delanteras, repitiendo esta misma maniobra sucesivamente. En estado de reposo es su actitud muy extraordinaria: cogidas únicamente por las patas traseras en las ramas de las plantas, queda su cuerpo en suspenso en el aire, en línea recta y en completa inmovilidad: así su color como las asperezas de su piel las asemejan del todo a dichas ramas, con las cuales forman por su dirección un ángulo de cuarenta y cinco grados: en tan extraña posición se mantiene esta oruga durante largas horas, y basta días enteros. Las crisálidas son casi enteramente descubiertas, o a lo menos el capullo es sumamente delgado y muy escaso de seda. Comprende esta tribu las Falenas propiamente tales. 8.º Las Deltoides; se diferencian de las Geómetras por sus orugas provistas de catorce patas, y que doblan o arrollan las hojas de las plantas. Las alas del insecto perfecto forman con el cuerpo una especie de delta; las antenas son pectíneas, o guarnecidas de pelos. Constituyen el género Herminia. 9.º Las Polillas: son las nocturnas más pequeñas de la familia. Sus orugas son lisas, tienen diez y seis patas, y el andar recto. En vez de vivir en las partes externas de los vegetales, como los precedentes grupos, se mantienen ocultas en habitaciones en forma de vaina, que se fabrican con la sustancia de que se alimentan, la cual se llevan consigo, o bien la pegan de modo que permanezca inmóvil. Llaman falsas polillas a las que tienen su vaina fija; y polillas a las que las arrastran consigo. Estas últimas atacan los tejidos de lana, la crin, los cueros, etc. que cortan con sus mandíbulas para hacerse vainas; con que causan grandes perjuicios en las colecciones zoológicas, cuya conservación se descuide algún tanto. Comprende esta tribu las Botys, las Aglosas, las Gallerias, las Alucitas, las Polillas y las Adelas. 10.º Las Fisipenas, que por otra parte son semejantes a las polillas: diferéncianse no obstante, lo mismo que de todas las demás tribus, por la particular estructura de las alas; todas cuatro, o a lo menos dos, se ven hendidas en toda su longitud, formando a manera de ramas, provistas de barbillas en sus bordes; y tienen una semejanza a un abanico plumas. Las orugas tienen diez y seis patas, y viven en las hojas o flores, sin construirse vaina. Esta tribu se compone del género Pteroforo.

El COSO LIGNIPERDA (Cossus ligniperda, FABR.). Es una mariposa nocturna de más de una pulgada de largo: es cenicienta, con rallitas negras muy numerosas en las primeras alas, que forman pequeñas ramificaciones entreveradas de blanco. El extremo posterior del tórax es amarillento, con una línea negra. Su oruga es muy gruesa, de color rojizo, con fajas transversales de un colorado sanguíneo: los estigmas son de un matiz herrumbroso, con su contorno algo más claro. Vive en el interior del leño de sauce, encina, y más particularmente en el olmo. Desembucha un humor craso, fétido, contenido en especiales reservorios, el cual según toda probabilidad le sirve para ablandar la madera de que se alimenta. El contacto del aire produce en dicha oruga una impresión desagradable, pues si la obligamos a salir de su escondrijo, al punto se fabrica una telilla para ponerse a cubierto debajo de la misma, hasta que pueda penetrar de nuevo en el árbol.

Dicha larva es el objeto de un escrito excelente que publicó Pedro Lyonnet en 1762 bajo el título de Tratado anatómico de la oruga del sauce. Este naturalista contó hasta 228 músculos en la cabeza de esta oruga; 1647 en el cuerpo; 2166 en el aparato digestivo, y entre todos 4041 músculos: todas las demás particularidades anatómicas de este insecto están circunstanciadas con esta misma exactitud; júzguese pues del tiempo, y constante determinación, o fuerza de voluntad, que necesitó ese autor para llevar a cabo su obra. En la actualidad, solo un libro tenemos, que pueda serle comparado; y es la Anatomía descriptiva del abejorro: su autor Hércules Straus.

BOMBYX GRAN PAVÓN (Saturnia pyri, BORCKAUSEN). Es el lepidóptero mayor de Europa, supuesto que la abertura de las alas coge 5 pulgadas. Tiene el cuerpo pardo, con una faja blanquizca en el extremo anterior del coselete; las alas son redondas, pardas y como polvoreadas de ceniciento, con una mancha ocular negra en el centro de cada una; córtala un rasgo transparente; rodeado de un cerco leonado oscuro, y de un semicírculo blanco, de otro rojizo, y finalmente de un cerco negro. Diferénciase el macho de la hembra en que no tiene el cuerpo tan grueso; las antenas más pectíneas, con sus artículos, divididos en dos ramas. La oruga vive en el olmo, el fresno, el peral, el albérchigo; es gruesa, y tiene más de tres pulgadas de largo; su color es un verde tierno, con tubérculos azules, y de cada uno salen siete pelos recios y desiguales. Dichos tubérculos son en número de cuatro en el primero y último anillos y de seis en todos los demás. Las patas escamosas son de color leonado, y las membranosas verdes, con una semiluna negra situada encima de la corona, la cual es herrumbrosa. Los estigmas son blancos, orillados de negro. Para transformarse en crisálida, se hila esta oruga un capullo pardo, en agosto, debajo de los rebordes de las paredes o de los techos, o bajo de las eminencias de los árboles, cuyo capullo es muy duro, gomoso y tiene la figura de una pera. Este recio y apretado tejido de seda fuera una prisión perpetua para el bombyx, si la oruga no tuviera la previsión de dejar abierto uno de los extremos. No obstante, para impedir la entrada de enemigos externos, esta hábil obrera construye en frente de dicha abertura, con un hilo muy fuerte, dos especies de embudos, encajado el uno dentro del otro, y del todo semejantes, según observa Reaumur, a las nasas que se usan para la pesca. Tales embudos son en efecto para los insectos externos, lo que las nasas para los peces que quieren salir de ellas, y para la mariposa, lo que las mismas nasas para los peces que a ellas quieren entrar. La crisálida, que posteriormente termina en un pincelito de pelos recios y desiguales, es cilíndrica, parda, con el estuche de las antenas, la parte superior del coselete y las incisiones del abdomen de un matiz más claro. El gran pavón nace hacia el 10 de mayo, después de la transformación de su oruga; aunque a veces, no obstante, su nacimiento es tardío, no efectuándose hasta setiembre, y hasta dos o tres años después de la construcción del capullo.

BOMBYX DEL MORAL (Bombyx mori, LIN.). Su oruga es la más conocida de todas bajo la denominación de gusano de seda. El Bombyx del moral tiene las alas blancas, con dos o tres rayas oscuras y transversas, y una mancha semilunar en las superiores que son algo arqueadas en figura de hoz, y les sobresalen las inferiores cuando el insecto está en reposo; las antenas son pardas y pectíneas. Los huevos de este bombyx pueden conservarse mucho tiempo con tal que se les preserve de la humedad, y puesto que se junte gran cantidad en un mismo paquete; en cuyo caso sucede que se alteran hasta el punto de ser improductivos. Para que nazcan las larvas, es necesario que durante ocho o diez días sufran los huevos un calor progresivo o creciente, desde 15 a 27 grados del termómetro centígrado. Entonces su color ceniciento se vuelve blanquizco y las larvas empiezan a salir, siendo su longitud en el instante de su nacimiento de 1 línea y un cuarto; su cuerpo es liso grisáceo; su alimento consiste en hojas de moral. Viven en estado de oruga por espacio de unos treinta y cuatro días, durante cuyo tiempo mudan la piel cuatro veces. A la aproximación de cada muda, se aletargan y dejan de comer, abstinencia que aumenta más su hambre luego de efectuada la muda. Especialmente durante los cuatro últimos días que preceden a su metamorfosis es su voracidad indecible: cuando comen hacen un ruido que se asemeja al de un recio chubasco. El día décimo de su cuarta edad dejan de comer, y se disponen a convertirse en crisálidas: en cuyo caso las vemos trepar a las ramas de los hacecillos que ponen encima de ellas los que crían estos gusanos. No tardan los gusanos en quedar fijos, y echan en torno de sí una multitud de hebras finas, y suspendidos en medio de esta red, van hilando su capullo dando vueltas continuamente sobre sí mismos en todos sentidos, y arrollando así en torno de su cuerpo la hebra que va saliendo de la hiera que forma la perforación de su labio. Las diferentes vueltas de esta hebra única se pegan entre sí, de lo que resulta un envoltorio de figura ovoidea, de un tejido sólido, ya amarillo, ya blanco. La construcción del capullo exige cuatro días, y el estado de crisálida dura de 18 a 20 días. El insecto perfecto, para agujerar su capullo, humedece uno de los extremos por medio de cierto humor particular que saca de su boca; en seguida aprieta la cabeza fuertemente en el punto humedecido y reblandecido. La hembra no tarda en poner los huevos, cuyo número asciende a veces a quinientos, y en seguida muere, después de haber vivido veinte días en estado perfecto.

Los labradores que crían gusanos de seda no dejan más que un cierto número de crisálidas que acaben sus metamorfosis; y matan las demás ahogándolas en un horno medianamente caliente, a fin de impedir que agujereen su envoltorio; pues al hacer el agujero el bombyx rompería el hilo de que consta el capullo y luego fuera imposible devanarlo. Cada capullo está formado de una sola hebra de longitud inmensa y de extremada finura. Para devanarlo lo mojan en agua caliente, la que disuelve el gluten que adhiere entre sí las diferentes vueltas de la seda; luego se juntan varias hebras en un solo hacecillo, el que por medio de máquinas apropiadas se arrolla en una broca y compone una sola hebra de seda hilada.

El torcido que es la seda más fina, consta de cuatro de dichas hebras. Llaman filadiz la materia hilada con la borra y las películas del capullo, que de antemano se han cardado.

La seda era conocida de los romanos en el siglo sexto anterior a la era cristiana; la pagaban a peso de oro a los persas, quienes la compraban a los chinos, para venderla luego en Europa. El Emperador Justiniano, que se indignaba de ver que los persas eran dueños de este artículo importante de comercio, así por mar como por tierra: empeñó a los cristianos de Abisinia, que se habían dado al comercio y a la navegación, a que comprendieran el de la seda; pero estos tuvieron la cordura de evitar la desigual concurrencia que Justiniano les proponía, pues conocieron que los persas, como más inmediatos a los mercados de la China, tenían sobre ellos muchas ventajas. «Justiniano, dice Gibbon, de quien sacamos estos pormenores, se afligía viendo el mal éxito de su negociación, cuando un acontecimiento inesperado llegó a colmar sus deseos: habíase predicado el Evangelio a los Indios, y los misioneros cristianos seguían los pasos del comercio hasta el extremo del Asia. Dos monjes persas, que habían hecho una larga mansión en la China, habían examinado con la más detenida atención los vestidos ordinarios de los Chinos; las manufacturas de sedería, y los millares de millares de gusanos de seda, cuya cría fue un tiempo confiada a las reinas. Conocieron que era imposible trasportar unos insectos de tan corta vida; pero no dudaron de que sus huevos podrían perpetuar su especie en un clima distante. Fueron a Constantinopla, y comunicaron su proyecto a Justiniano, quien anduvo pródigo con ellos en regalos y en promesas. Volvieron pues a la China, y lograron burlar la celosa vigilancia de los naturales; y después de haber ocultado dentro de una caña huevos de gusanos de seda, lleváronse en triunfo esta parte de las riquezas del Oriente. Recurríase al calor del estiércol para hacer nacer los huevos; alimentaron a los gusanos con la hoja del moral, y estos insectos vivieron y se multiplicaron en un clima extraño. Muy pronto los romanos igualaron a los chinos en el arte de criar los gusanos y de trabajar la seda; pero la industria de la Europa moderna ha aventajado a la de la China y de Constantinopla.

El BOMBYX CECÍGENO (Saturina ececigena, HUBNER). Tiene las alas de color amarillo claro, con el corte rosáceo, y una faja transversal; en la hembra son enteramente rosáceas. Esta especie se encuentra en otoño en Carniola y en Dalmacia.

imagen

Orugas procesionarias en su nido, ocupado por una larva de Calósomo.

El BOMBYX PROCESIONARIO (Bombyx procesionea, FABR.). Tiene así el cuerpo como las alas de color ceniciento; de estas, las superiores tienen junto a su base dos rayas oscuras, y otra negruzca algo más allá de su parte media; la tres son transversales. Las orugas tienen el cuerpo velludo, ceniciento oscuro, con el dorso negruzco, y algunos tubérculos amarillos. Viven en república en las encinas, de cuyas hojas se mantienen. En sus primeros tiempos no construyen sino ligeras telillas, y cambian a menudo de domicilio sin salir no obstante del árbol en que nacieron; y solo después de su tercera muda, a principios de junio, se fabrican una habitación fija de 18 a 20 pulgadas de longitud, sobre unas 5 ó 6 de anchura, de forma redondeada en ambas extremidades, y pegada verticalmente al agujero, ya cerca de las raíces, ya a 8 ó 10 pies de altura. Este nido está formado de un tejido apretado, impermeable, dividido interiormente en varias comparticiones o galerías de seda, todas las cuales desembocan en una sola abertura practicada en la cúspide del nido. Esta especie de habitaciones por lo regular solamente se encuentran en las encinas situadas a la entrada de los bosques, o a poca distancia de los senderos. A veces se ven tres o cuatro de estos nidos en una misma encina. Si nos paseamos a orillas de un bosque a la caída de un día sereno de junio, podremos gozar de la vista de las evoluciones que emiten estos insectos después de puesto el sol. Dirijamos la vista al agujero practicado en la parte superior del nido, y veremos salir por él primero una oruga, que se adelanta con precaución, como para explorar el terreno; síguela otra inmediatamente, y tras esta sale una tercera; en seguida viene una fila compuesta de dos orugas que se hallan en contacto entre sí y con la que las precede; viene en pos otra fila de tres individuos, seguida de otra formada por cuatro, y de otras de cinco, de seis, etc., todas perfectamente alineadas; y guardando entre sí un contacto perfecto, acomodan todos sus movimientos a los de la primera oruga que abrió la mancha y que va delante: he ahí porque se les ha dado el nombre de procesionarias. Si el guía hace alto, párase todo el batallón; si emprende otra vez la marcha, todas siguen si toma algún rodeo, toda la línea hace lo propio. Cuando estas orugas llegan a una rama llena de hojas tiernas, veremos como se disponen a forrajear: estréchanse las filas, dóblanse o triplícanse, se reparten entre dichas hojas, de modo que no dejan las orugas ningún espacio entre sí, sino que permanecen en recíproco contacto en toda la extensión de sus cuerpos. Terminada la comida, emprenden otra vez el camino hacia el nido; para ello pónese una oruga en movimiento, y la sigue inmediatamente otra, y tras esta otras varias de frente: organízanse nuevos pelotones, se arreglan, se ponen en formación regular, y el batallón entero desfila en el mismo orden que observó a la salida del nido. Si queremos examinar el interior de su habitación, debemos guardarnos de tocar los despojos y los nidos de estas orugas, como no sea con la mayor precaución; porque siendo los pelos de que están cubiertas secos y muy quebradizos, penetran con facilidad debajo del epidermis, y producen una inflamación muy dolorosa, la cual únicamente halla alivio frotando la parte con perejil. -Al tratar de los coleópteros, hemos hablado ya del Calosomo inquisidor y del Calosomo sicofanta, cuya larva especialmente se introduce en los nidos de las procesionarias y las devora.

El BOMBYX HOJA SECA (Bombyx quercifolia, LIN.). Es de color rojo, más o menos oscuro y violáceo en su extremo; hace las alas inclinadas a modo de tejado, las superiores cruzadas por tres líneas negruzcas y undulantes; y las inferiores señaladas con otras dos líneas semejantes, y posteriormente dentadas; las antenas son pectíneas y curvas: este insecto ha tomado la denominación de Hoja seca, por los dientes de las alas que se asemejan, no precisamente a una hoja de encina, sino a otra de un árbol cualquiera, seca y marchita. Su oruga tiene el vientre complanado, y vive en los árboles frutales, en el espino cerval, en el sauce, etc. Pasa el invierno y se metamorfosea en junio del año siguiente, para permanecer en estado de ninfa por el único tiempo de tres semanas. La crisálida está encerrada en un capullo de seda blanda, polvoreada en el interior de atomillos de color blanquizco.

El BOMBYX LIBREA (Bombyx Neustria, LIN.). Es amarillento, con una faja o dos rayas transversales de color pardo leonado en la parte media de las alas superiores. La hembra pone sus huevos al rededor de las ramas, en forma de brazalete o de anillo. La oruga es longitudinalmente listada de blanco, de azul y de rojizo; y de allí el nombre de librea: viven en sociedad estas orugas en los frutales.

El BOMBYX DISPARATADO (Bombyx dispar, LIN.). Pertenece a los falsos bombyx; su trompa es corta o casi nula, e impropia para la succión. El macho es más pequeño que la hembra; sus alas superiores son pardas, con rayas negruzcas y serpentinas; la hembra es blanquizca, con algunas rayas negras y manchas en las mismas alas, la multitud de pelos que lleva en el abdomen le sirven para cubrir sus huevos. Su oruga en ciertos años causa grandes estragos en los frutales; y muy a menudo la hallamos entre las arrugas de la corteza. Es necesario cogerla con precaución, pues produce suma comezón en las manos y en la cara. Efectúa su metamorfosis en julio; y la ninfa se convierte en insecto perfecto a las tres semanas.

El BOMBYX PUDIBUNDO (Bombyx pudibunda, OCHSENHEIM.). Igualmente pertenece a la tribu de los falsos bombyx. La parte superior, de las primeras alas es ceniciento-blanquizca con algunas rayas transversales y unduladas, y a más, una serie de puntos marginales pardo-negruzcos; las segundas alas son inferiormente blanquizcas, con una fija parduzca, sinuosa, y que es como continuación de la línea posterior de las primeras alas: las caras inferiores de las cuatro alas son del mismo matiz que las inferiores de las segundas, con un punto céntrico lo mismo que una faja posterior de color negruzco. La oruga es verde-manzana, o verde-amarillenta, con las incisiones segunda, tercera y cuarta del dorso, de un negro aterciopelado, seguidas de dos líneas de manchas longitudinales negras, en las cuales primero se ven cuatro pinceles amarillos o blancos, luego unos tubérculos de los que nacen como garzotas de pelos amarillos iguales tubérculos vemos en los costados, y las dos vejiguillas de detrás del dorso son rojizas. El undécimo anillo está provisto de un hacecillo de pelos rojizos inclinado hacia atrás: todas las patas tienen el extremo rojizo; el vientre es negro; los estigmas blancos con el contorno negro. Esta oruga vive en los árboles, y se fabrica un capullo blando, aunque de un tejido denso, de color amarillento. La crisálida es cilíndrico-cónica, negro-pardo-lustrosa, con las incisiones de un color más claro; los anillos traseros son rugosos y velludos, y el abdomen termina en una punta algo gruesa y guarnecida de pelos rojos.

El BOMBYX DE TRES JOROBAS (Bombyx tritophus, OCHSENHEIM.). Llámanle también Dromedario, y pertenece igualmente a la tribu de los falsos bombyx. Sus primeras alas son de un color pardo nebuloso, con su raíz, la parte media del borde interno, y una faja paralela al borde posterior, de un amarillo subido; las segundas alas son de un blanco sucio, con una línea negra en el ángulo posterior interno; las caras inferiores de las cuatro alas son pardo cenicientas, con una línea sinuosa más clara, algo más allá del medio de las alas superiores, y una semiluna negruzca en el disco de las inferiores. La oruga es lisa, verde, con tres gibas cónicas en medio del dorso y una undécima eminencia obtusa en el undécimo anillo; su cabeza es pardo-oscura. La crisálida es cilíndrica-cónica, pardo tirante a castaño, y termina por su extremo posterior en varios pequeños garfios.

La MATRONA (Chelonia matronula, FABR.). También pertenece a los falsos bombyx: la cara superior de las primeras alas es de color de café, con unos tres cuartos anteriores del corte de las mismas de un matiz más subido, con cinco manchas amarillas consecutivas, de las cuales la exterior, que es la más pequeña, forma como un punto; vese además una mancha amarilla de figura trilobulada hacia el ángulo interno de dichas alas. La cara superior de las segundas es de un amarillo subido, con cinco manchas negras, de las cuales la del centro tiene la figura de un albaricoque, y las dos externas son más prolongadas, aunque desiguales, y dispuestas a modo de una faja transversal. Las caras inferiores de las cuatro alas son de un amarillo sucio, con manchas negruzcas; las alas superiores tienen, a más de esto, algunas manchas blanquizcas, correspondientes a las amarillas de la cara superior. El coselete es del mismo color de las primeras alas, con unas charreteras amarillas y un collar de dos rayas rojas. El abdomen es de color de carmín, con una serie longitudinal de seis a siete manchas negras en el dorso y fajas transversales pardo-cenicientas en el vientre. Las antenas son pardas y filiformes en ambos sexos. La oruga es muy velluda, y el color general de su cuerpo es pardo-negruzco con tubérculos rojizos, del mismo color que las patas. Los pelos son pardo-rojizos, cuyo matiz se va aclarando hacia las puntas. Pasa el invierno, y vive en el avellano, el tilo, etc. Este hermoso insecto abunda al norte de Alemania, y se encuentra a veces en la Lorena.

La MARTA (Chelonia Caja, GODART). Tiene las alas superiores pardo-rojizas en su cara superior; desigualmente divididas por líneas blancas, que cruzan en todas direcciones; las alas inferiores son coloradas, con cinco o seis manchas negro-azuladas; el abdomen es superiormente colorado, con una serie de manchas negras. La oruga es negra, con pelos, rojos en cada lado y tubérculos azules dispuestos en anillos. Llámanla Erizo porque cuando la tocan se arrolla. Vive en la planta mercurial, en la ortiga, etc.

La QUELONIA PÚDICA (Chelonia pudica, ESPOR.). Es una de las más lindas especies del género Conchas, así llamadas porque las alas de la mayor parte de estas nocturnas preséntanse llenas de manchas que se asemejan a las conchas de las tortugas. La cara superior de las primeras alas es de un blanco levemente encarnado, con una multitud de manchas negras, desiguales y triangulares. La cara superior de las segundas alas es enteramente encarnada en la hembra; con manchas pardo negruzcas en el corte, y hacia delante del borde posterior. Las caras inferiores de las cuatro alas son semejantes a las superiores, aunque el color es algo más claro; el coselete es negro, con un ancho collar y dos listas longitudinales de un blanco rosado. El abdomen tiene su parte superior también rosada, con una hilera de manchas dorsales negras, lo mismo que su extremidad; la cara dorsal es pardo-negruzca, con los bordes de los anillos de color amarillento. Las antenas son negras, con pelos en el macho, y casi filiformes en la hembra. Vive en la grama.

La CONCHA DE CÓRCEGA. (Trichosoma corsicum, RAMBURE). Tiene las alas superiores de fondo negro, cruzado por varias líneas sinuosas; ya de color de rosa, ya de un blanco-amarillento; las inferiores son de un amarillo-leonado, con una faja marginal negra, la cual rodea algunas manchas, más o menos separadas unas de otras. Esta linda especie se encuentra en Córcega, y aparece durante el mes de abril.

La DIGRANURA AHORQUILLADA (Bombyx furcula, LIN.). Pertenece a la sección de las aposuras. Tiene el coselete ceniciento con fajas negruzcas; las alas superiores grises, con puntos negros en ambas extremidades; varias líneas undulantes oscuras, y una ancha faja también oscura, orillada de una doble línea negra y amarilla en el medio; el abdomen es gris, con los bordes de los anillos blancos. La oruga es de un verde tierno, con puntos de color de herrumbre; la cabeza negra, las patas exteriormente escamosas, y la corona de las patas membranosas sonrosada. Tiene en el dorso, empezando desde el cuarto anillo hasta la cola, un rombo pardo-purpúreo, con anchos bordes amarillos, el cual se junta a una mancha triangular, también parda, que ocupa la porción dorsal de los tres primeros anillos. Sus estigmas son negros, con el contorno de color de herrumbre; la cola es hueca en forma de tubo, y entreverada de negro y de verduzco, y abraza otra cola ahorquillada, pero muy corta y del todo negra. Su vientre es a veces sin manchas, otras se extiende por el mismo una faja parda. En estado de reposo la cabeza se recoge en el primer anillo, cuyos dos ángulos superiores son negros y en forma de orejas de gato. El tercer anillo es algo elevado y forma giba. Esta extraña oruga vive en el álamo y el sauce; construye junto al tronco un capullo oblongo y muy duro, cuyo color se confunde con el de la corteza. La crisálida es cónico-cilíndrica y pardo-amarillenta. El insecto vuela en abril y mayo: encuéntrase en toda la Francia.

La NOVIA (Noctua sponsa, LIN.). Tiene las alas superiores cenicientas, con fajas transversales pardo-negruzcas; rayas angulosas, unas negras y otras grises, y una serie de puntos negros rodeados de blanco junto al borde posterior. Las alas inferiores son de un colorado muy vivo superiormente, con dos fajas negras, de las cuales la anterior es angosta y sinuosa presentando la curvatura en su origen. Esta especie es muy común en las grandes encinas.

La NOCTUAL DEL HELECHO (Eriopus pteridis, TREITSCH). Tiene las primeras alas de un hermoso color encarnado superiormente, con tres fajas transversales pardo-rojizas; las segundas alas son grises en sus caras inferiores, con el borde leonado y recortado. Encuéntrase esta especie en Hungría, y en el Sudoeste de Francia.

La NOCTUAL DE FRIVALDSJKY (Heliothis Frivaldsjkyi, DUPONCHEL). Tiene las alas superiores de un violado brillante, y de apariencia metálica con cambiantes y una faja blanca muy estrecha; las alas inferiores son de un hermoso negro, y cruza su parte media una ancha faja blanca. Encuéntrase en los montes Balcanes.

La NOCTUAL PERLA (Timia margarita, HUBNER). Tiene las alas primeras purpúreas en su cara superior, con una ancha faja dorada, y una mancha plateada ocupa el centro; las segundas alas son amarillo-pajizas y lustrosas en ambas caras. Este insecto, del cual Boisduval hizo el tipo de su género Timia no es acaso, dice, una noctual; antes bien debiera unirse a los Bombyx.

La NOCTUAL MIA (Plusia mya, HUBNER). Tiene las primeras alas de un rojo brillante en su cara superior, que está sembrada de manchas plateadas: las segundas alas son ceniciento-negruzcas. Esta especie vuela en julio, y se encuentra en los Alpes de Saboya.

La NOCTUAL METICULOSA (Noctua meticulosa, LIN.). Tiene el coselete moñudo; las alas desigualmente recortadas en su borde posterior; las primeras tienen en su cara inferior, y hacia su raíz, un tinte rojizo; hacia la parte media del borde anterior hay un doble triángulo rojo y pardo al rededor de una mancha. La oruga vive en la pimpinela, el absintio, etc.; es lisa, tiene diez y seis patas de color verde claro, con fajas blancas a lo largo del dorso, ocúltase de día, y no sale más que de noche para ir en busca de alimento; por lo cual ha recibido la denominación de meticulosa la especie a que pertenece. Observando esta Noctual, fue cuando vio Reaumur el modo como los insectos chupones pueden nutrirse con materias sólidas. Para impedir al insecto que se moviese mientras estaban sacando su dibujo, le presentó un pedacito de azúcar; y al momento esta falena se calmó, aplicó la trompa a la sustancia que se le ofrecía, y se quedó tan mansa que Reaumur, a beneficio de una lente, pudo examinarla a su sabor situándola en cuantas posiciones le convenían. Por el canal de la trompa, que era transparente, vio un líquido que descendía de la boca para humedecer y disolver el azúcar; el cual luego después de haber pasado del estado de cristalización al de jarabe líquido, el insecto lo chupó y Reaumur pudo verlo subir por el canal central de la trompa. Este curioso experimento, que podemos repetir en la mayor parte de las mariposas diurnas, es de una ejecución facilísima, pues basta colocar el insecto en el azúcar. Hecho esto, no tarda en desarrollar la trompa y aplicarla a dicha materia. Entonces podemos dejarlo suelto, pues no tornará el vuelo hasta estar saciado del almíbar.

La NOCTUAL PSI (Acronycta psi, OCHSENHEINER). Es de color ceniciento; el coselete moñudo; la cara superior de las primeras alas presenta varias manchas negruzcas, cuya figura es semejante a la letra de los griegos. La oruga vive en la mayor parte de los frutales, y principalmente en el olmo, en los alrededores de París; es medio velluda, y corre longitudinalmente por toda la extensión del dorso una lista amarilla, la cual se ve interrumpida en el cuarto anillo por una pirámide carnosa, negra, provista de pelos. Dicha lista amarilla se halla situada entre dos negras que se extienden de cada lado del cuerpo, señaladas además con varias manchas coloradas, dos en cada anillo empezando desde el cuarto. Cada una de estas fajas negras se ve orillada por una línea blanca, en la cual están situados los estigmas: las partes inferiores son de color gris amarillento; y el penúltimo anillo se eleva en punta obtusa. La cabeza es pardo-negruzca. Esta oruga adquiere toda su magnitud a fin del verano, y entonces se retira en la tierra, o en el hueco de algún árbol para tomar la forma de crisálida: el insecto perfecto no nace hasta el mes de junio del año siguiente.

La NOCTUAL EXOLETA (Xylina exolela, TREITSCHKE). Tiene las alas lanceoladas, arrolladas, desnudas, pardo-cenicientas, con cuatro puntos marginales blancos. La oruga es lisa, verde, cuajada de puntitos, y vive en las legumbres. La crisálida es parda.

La NOCTUAL DEL GORDOLOBO (Cuculia verbasci, OCHSENHEINER). Tiene el coselete muy elevado; las alas posteriormente dentadas; las superiores de un color pardo subido, con estrías longitudinales más oscuras, y dos semilunitas blancas hacia el lado interno. Esta especie habita en Europa. La oruga es lisa, gris, puntuada de amarillo y de negro: vive en el gordolobo y la escrofularia. La crisálida es amarilla con los estigmas negros.

La NOCTUAL DE LA LECHUGA (Cucullia lactucae, ESPER.). Tiene las primeras alas estriadas, lanceoladas, blancas, con listas sinuosas de color blanco, e inferiormente pardas. Las alas inferiores tienen el disco blanco. La oruga es negra; sus anillos blancos en los costados, y en el dorso llevan una serie de manchas leonadas: su cabeza es negra, y anteriormente presenta una línea bífida blanca.

La NOCTUAL DEL ASTER (Cucullia Asferis, FABR.). Tiene las alas enteras, estriadas, cenicientas, con sus bordes negros; en el exterior lleva tres puntos negros. Esta especie tiene el tamaño y aire de la Noctual del gordolobo: vive en el Aster de China.

La NOCTUAL PARTEMAS (Brephos Notha, HUBNER). Esta especie vuela a la mitad del día; y a principios de la primavera la hallamos en los claros y orillas de los bosques. Las primeras alas son inferiormente pardo-oscuras, polvoreadas de grisáceo, con el centro de la superficie más o menos teñido de color de herrumbre, y señalado con dos líneas blancas: las segundas alas son leonadas superiormente, con una gran mancha triangular y una faja terminal pardo-negruzcas. La oruga es verde amarillenta; y presenta a lo largo del dorso siete líneas oscuras, dos de ellas más anchas, con puntos amarillentos, colocados de dos en dos en cada anillo. Los estigmas son blancos con el contorno negro; vive en el abedul, la encina, etc. Sufre su metamorfosis a fines de junio, y pasa el invierno en estado de ninfa. La crisálida es larga, cilíndrica, de color pardo-castaño, y termina en dos espinas cónicas muy divergentes.

La GEÓMETRA PLUMOSA (Fidonia plumistaria, ESPER.). Es esta una hermosa falena, cuyas primeras alas son de un amarillo claro, con cuatro fajas transversales formadas por la aglomeración de grandes puntos negros; las inferiores son amarillas, cruzadas por una línea curva, negra y algo undulante, y por una hilera de puntos negros. Las antenas del macho son en extremo plumosas, y el vuelo diurno. Encuéntrase esta especie al mediodía de Francia en mayo y setiembre.

imagen

La Geómetra plumosa.

La GEÓMETRA DENTADA (Geometra dentaria, LEN.). Tiene las alas grises entreveradas de amarillo; sus primeras alas llevan una ancha faja negra con los bordes exteriormente blancos y dentados. Esta especie vive en Europa.

La PIRAL DE LA VID (Pyralis vitis, FABR.). Tiene las alas superiores de color verduzco subido, con tres fajas oblicuas, negruzcas, de las cuales la tercera es terminal. La oruga causa inmensos daños en los viñedos. Pertenece esta especie a la tribu de las Torcedoras, que arrollan las hojas en forma de barquillo por medio de hebras de seda que tienden a lo largo de los bordes de la hoja, a fin de que les suministren alimento y abrigo.

La PIRAL VERDE LISTADA (Pyralis prasinaria, FABR.). Inferiormente es de un hermoso verde blanquizco. En las primeras alas se ven dos líneas oblicuas; y las segundas son blancas. Su oruga vive en la encina, y se construye en las hojas un capullo en figura de esquife al revés.

La HERMINIA HOCICUDA (Herminia rostralis, LATREILLE). Pertenece a las Deltoides. Sus alas son ceniciento-negruzcas, con manchas y una línea transversal de un matiz más claro, y tres puntos salientes negros. En verano vive en los bosques. La oruga de esta falena es dobladora de hojas: constrúyese un abrigo que se asemeja a una caja complanada, y cuya prominencia o relieve con respecto a la superficie de la hoja no pasa regularmente del diámetro del cuerpo de la oruga; consiste en un velo de extremada finura, tendido y pegado a todo su contorno debajo de la superficie de la hoja, más o menos doblada en este punto. Retirada la oruga debajo de esa tienda de seda, aliméntase allí del parénquima de la hoja, contenido en la red que se forma por el entrecruzamiento de las nervosidades y de pequeñas fibras, las que jamás roen estas orugas, como tampoco al epidermis que reviste la cara de la hoja, opuesta a aquella que sirve de morada a nuestro insecto.

La AGLOSA DE LA GORDURA (Phalena pinguinalis, LIN.). Tiene las primeras alas de un gris de ágata, con rayas y manchas negruzcas: encuéntrase en las casas y en los muros. La oruga es lisa, pardo-negruzca y lustrosa: las sustancias crasas o mantecosas constituyen su alimento. Reaumur la llama falsa polilla de los cueros; porque también roe esta materia, lo mismo que las cubiertas de los libros. Construye una vaina a modo de un tubo largo, que arrima al cuerpo en que ella vive. Linneo afirma, y lo mismo han experimentado médicos muy dignos de crédito, que alguna vez se ha hallado en el estómago humano, produciendo en tal caso gravísimos accidentes.

La GALLERIA DE LA ACERA (Galleria cereana, FABR.). Tiene 5 líneas de largo, el color ceniciento, con la cabeza y el tórax más claros y con manchitas pardas a lo largo del borde interno de las alas superiores. Llama a esta oruga Falsa polilla de la cera. Causa grandes estragos en las colmenas, atravesando los panales; y a medida que adelanta, fabrica un tubo de seda cubierto con sus excrementos.

La POLILLA DE LAS TAPICERÍAS (Pyralis tapezana, FABR.). Tiene las primeras alas negras, con su extremo posterior blanco, lo mismo que la cabeza. La oruga roe los paños y tejidos de lana: ocúltase debajo de una especie de bóveda o medio tubo que forma con sus partículas, y que alarga a medida que va avanzando.

La POLILLA DE LOS PAÑOS (Tinea sarcitella, FABR.). Es gris plateada, con un punto blanco a cada lado del tórax. La oruga se encuentra también en los paños y ropas de lana; entretejiendo con seda las partecillas roídas, se fabrica con ello una vaina inmóvil, la cual sabe alargar y ensanchar a medida que va creciendo.

La POLILLA DE LAS PELETERÍAS (Tinea pellionella, FABR.). Tiene las alas superiores de un gris plateado, con uno o dos puntos negros en cada una. La oruga vive en un tubo de fieltro en las peleterías, cuyos pelos corta en su raíz, destruyendo las pieles con suma rapidez. Estas dos especies, que tan bien saben fabricarse vestidos con la lana o el pelo de otros animales, suministran, no obstante, la seda para coser y aforrar la estofa de que se hacen el vestido. Oigamos lo que sobre su maravillosa industria refiere el célebre Carlos Bonnet de Ginebra, a quien tenía por corresponsal nuestro ciego Huber, gloriándose de ello al dirigirle sus admirables cartas sobre las abejas. Pocos insectos hay que tengan más derecho a nuestra admiración que aquellos que saben fabricarse vestidos, lo mismo que nosotros, y acaso mucho antes que nosotros. También ellos nacen desnudos; pero apenas acaban de nacer que ya trabajan para vestirse. No todas las polillas lo hacen de un modo uniforme, ni todas emplean las mismas materias; habiendo acaso más diferencia bajo este aspecto en las modas de las polillas pertenecientes a diversas especies, que entre las de los diversos pueblos de la tierra. La forma de los vestidos de nuestras polillas domésticas (la de las peleterías y la de los paños) es la más consciente, pues corresponde a la forma de su cuerpo: consiste en una vainita cilíndrica, abierta por ambos extremos. El tejido es de fábrica de la polilla, y está formado por una mezcla de pelos y de seda; pero como no fuera bastante suave para el insecto, le pone un forro de pura seda. Las polillas nunca mudan de vestido; cuando crecidas llevan todavía el que vistieron en sus primeros días, pues saben alargarlo y ensancharlo hasta el punto conveniente. Para alargarlo no hallan la menor dificultad, pues no tienen que hacer más que añadir nuevos hilos y pelos a los extremos; pero el ensancharlo es ya otra cosa: ejecutan para ello, lo mismo que nosotros en igualdad de circunstancias; hienden la vaina por ambos extremos, y añaden luego dos remiendos de la anchura requerida. No inciden el tubo del uno al otro extremo, pues los bordes se separarían demasiado, y quedarían al descubierto; solo abren de cada lado hasta cerca de la mitad de la longitud total; y así, en lugar de dos remiendos o añadiduras, ponen cuatro: los hombres no lo harían de otro modo. Su vestido es del mismo color de la ropa en que se cogieron. Si la polilla de vestido azul pasa a un paño encarnado, las añadiduras serán de este último color; y si pasa a estofas de distintos colores se construirá un traje de arlequín. Los mismos pelos que le sirven para el vestido lo suministran el sustento. No deja de ser extraño que los digieran, pero lo es más aún que los colores no sufran alteración alguna en la digestión. Los pintores pudieran sacar de nuestras polillas polvos de todos colores, y hasta de todos los matices de un mismo color. Hacen las polillas varios viajitos, y las que se establecen en las pieles, no gustan de andar por entre largos pelos, así es que cortan cuantos les salen al paso, y puede decirse que adelantan siempre con la hoz en la mano. De cuando en cuando descansan, y entonces sujetan su vaina por medio de unos hilos. Todavía la sujetan con mayor firmeza cuando deben sufrir su metamorfosis, pues en este caso cierran exactamente ambos extremos, para adquirir en mayor seguridad la forma de crisálida, y en seguida la de mariposa.

La POLILLA DE FRENTE AMARILLA (Tinea flavifrontella, FABR.). Tiene la cabeza leonada; las alas superiores cenicientas y sin manchas; las inferiores blancas. Esta especie es aquella que tantos daños ocasiona en las colecciones y museos de historia natural.

La POLILLA DE LOS GRANOS (Tinea granella, FABR.). Tiene las antenas cortas; la cabeza blanco-amarillenta, cubierta de largos pelos; las alas superiores jaspeadas de gris, de pardo y de negro, y elevadas por detrás. Esta especie es una plaga para los graneros de trigo. La oruga junta varios granos con seda, y con ellos se construye un tubo, del cual sale de cuando en cuando para roer el trigo.

La ADELA DE REAUMUR (Adela Reaumurella, FABR.). Es negra, con las primeras alas doradas y sin manchas; las antenas tres o cuatro veces más largas que el cuerpo; viven en los bosques, en las hojas de los árboles. La vaina de la oruga se ve en su exterior cubierta de pedacitos de hoja sobrepuestos y formando una especie de falbalaes.

El PTEROFORO DE CINCO DEDOS (Pterophorus pentadactylus, FABR.). Pertenece a las fisipenas, y forman la décima y última tribu de las nocturnas. Sus alas son de un blanco de nieve, las superiores están divididas en dos porciones, y las inferiores, en tres.

El PTEROFORO HEXADÁCTILO (Pterophorus hexadactylus, FABR.). Esta especie es la más bonita de su género; sus primeras alas están divididas en ocho nervosidades con barbillas, y las inferiores en cuatro; cuyas doce nervosidades se adhieren recíprocamente por sus barbillas, en términos que al parecer solo componen una ala continua, que se abre y cierra como un abanico. La oruga vive en la madreselva, con cuyas flores se alimenta. El insecto perfecto es raro en las ciudades; pero en otoño llena las casas de campo, donde se la encuentra hasta corriendo por los cristales de las ventanas.

No dejaremos a los lepidópteros sin dar antes algunas instrucciones sobre el modo de recogerlos y conservarlos. Como estos insectos no pierden sus colores aun cuando se desequen, puede formarse con ellos hermosísimas colecciones; que con algún cuidado son de una duración indefinida. Los aficionados a la entomología, apenas reúnen otras colecciones que de lepidópteros y de insectos con estuche. Estos se cogen y conservan aún más fácilmente que los primeros; pues hasta después de haberlos punzado en el élitro derecho, entre el segundo y tercer par de patas, hacerlos desecar, y alinearlos en una caja con fondo de corcho.

No se alarmen las almas sensibles por el dolor que puede causarles el alfiler que los mantiene clavados en la caja, pues téngase entendido que, hallándose la sensibilidad de los insectos repartida entre muchos centros conforme ya hemos dicho, pierde en intensidad lo que gana en extensión, en términos que un insecto puede vivir un año clavado por un élitro. Una colección de lepidópteros exige más cuidado y paciencia, que la de los coleópteros, y a más, no puede durar sin alguien que la conserve con esmero. El coger simplemente una mariposa ya es cosa que tiene sus pelillos, pues debe sorprendérsela cuando está posada, o cogerla al vuelo; y no hay que pensar en tocarla con los dedos, pues esto cuando menos la deslustra y marchita; y al menor contacto se desprenden las sutiles escamillas que constituyen toda la hermosura del insecto. Así pues, para coger una mariposa es menester emplear una redecilla; instrumento que se compone de una especie de bolsa de crespón o gasa, adaptada a un cerco de hierro de 10 pulgadas de diámetro: este cerco se divide en dos partes iguales, que ajustan entre sí, y tienen un tornillo metido en un mango de dos pies y medio de longitud.

Para coger una mariposa cuando se halla parada en una flor, es preciso acercarse con precaución; ocultándole con mucho cuidado la sombra de la redecilla; dirígese esta de derecha a izquierda horizontalmente; y cuando la mariposa se halla ya en la bolsa, se da vuelta pronto a la mano, de modo que se cierre la entrada; en seguida se obliga al insecto a que vaya a un rinconcito de la red, se coge entre el dedo pulgar y el índice por los lados del coselete, y se le clava el alfiler en el centro de esta parte, entre las patas del segundo par. También se cogen las mariposas al vuelo. Si se hallan en el suelo, se las pone debajo del aro de la red; luego se levanta la gasa para obligar al insecto a subir. Si este se hallase posado en el tronco de un árbol, o en una pared, se coge de abajo arriba, cuidando de dar de repente una vuelta en el aire, a fin de que la bolsa quede cerrada.

Cogido ya el insecto, es menester prepararlo; y para ello, a fin de gozar de toda su belleza, se extienden horizontalmente sus alas, dándoles casi la actitud del vuelo; pero si se quiere que esta operación tenga buen éxito, se necesita que el insecto conserve aún toda su ductilidad, la cual desaparece algunos días después de muerto. Para restituírsela, se le clava en un disco de corcho, y se pone en una vasija llena de arena húmeda, cubriéndolo con una campana de cristal. El vapor acuoso que se desprende luego debajo de esta campana, pronto penetra el cuerpo de la mariposa, y la reblandece lo suficiente a las veinte y cuatro horas para poder dar a las alas la inclinación que se quiera. Entonces se arregla su posición. Para esto se toma una tablilla de madera tierna, en cuyo centro habrá una ranura de 6 líneas de profundidad, y de anchura proporcionada al grosor del cuerpo del insecto. Clávase en medio de la ranura el alfiler que traspasa el cuerpo de la mariposa; luego con una aguja muy fina se pincha debajo de la nervosidad más gruesa cerca del cuerpo, y se arreglan sucesivamente las alas superiores, hasta que su extremo sobrepasa algo de la cabeza. Igualmente se acomodan las inferiores de madera que las superiores las cubran algún tanto. Cuando se hallan bien colocadas las cuatro alas, se comprimen entre dos tiras de papel, cuyos extremos se sujetan en la madera con alfileres, o mejor con agujas de coser provistas de una cabeza de cera. Después se quitan las agujas, y se arreglan las patas, luego las antenas, y por fin la trompa. Cuando se colocan las crepusculares y las nocturnas, débese procurar todo lo posible que la crin escamosa que guarnece el borde externo de las segundas alas pase por la corredera que hay en las primeras; así se tira de ambas alas a un tiempo, lo cual nos dispensa de pinchar en las inferiores.

Pasados algunos días, el insecto está del todo seco; se coge con precaución, después de haberle quitado las tiras de papel, y se pone en la caja con fondo de corcho. Es muy útil que el papel que cubre el interior de la caja se haya pegado con cola disuelta en alguna decocción amarga, pues es el único medio de impedir que los insectos extraños agujereen dicho papel; sin cuya precaución los dermestes, antrenas, barrenas, etc. que lograsen introducirse en la caja, se alojarían en el corcho, del cual saldrían para destruir los insectos que se desean conservar.

Para evitar el inconveniente de abrir con demasiada frecuencia las cajas, es muy útil ponerles un cristal que permita ver los insectos sin tenerlos expuesto al polvo, y sobre todo a la invasión de la polilla, cuyas orugas son aún más perjudiciales que las larvas de los coleópteros; pues consumen las alas de las mariposas en la construcción de sus estuches o vainas.

Pero el medio más seguro de obtener insectos lepidópteros enteramente frescos, consiste en criar uno por sí mismo las orugas; a más de que hay ciertas especies nocturnas que es imposible obtenerlas de otra manera. La cría de las orugas constituye un ramo muy interesante de historia natural; aunque prescindiendo de los pormenores didácticos, diremos solo que es indispensable observar con cuidado en que planta vive la oruga que se quiere alimentar, para suministrársela de la misma especie; luego es necesario colocarlas en cajitas agujereadas en uno de sus lados para dar paso al aire; y cubiertas de vidrio en su cara superior para que pueda penetrar la luz. El fondo se cubrirá de tierra, para que las orugas puedan hundirse en ella, supuesto que sea tal su hábito, al querer efectuar su metamorfosis. La tapadera podrá quitarse, para renovar la planta siempre que sea necesario. También se pone en la caja una redomita de cuello angosto, llena de agua, en que se sumerge el tronco de las ramas destinadas a alimentar la cría. Una vez la oruga ha adquirido ya su mayor desarrollo, se transforma en crisálida, y entonces queda la cría terminada, pues no exige ningún otro cuidado. En el plazo prefijado por la naturaleza, el insecto perfecto rompe su envoltorio y se presenta bajo su última conformación: sus alas, al principio blandas, húmedas y dobladas, antes de dos horas adquieren toda su extensión; si al cabo de este tiempo el insecto no está bien desenvuelto, habrá abortado. No debemos apresurarnos a clavarle el alfiler, aun cuando su salida a luz se haya efectuado a pedir de boca, pues las alas se encresparían y nunca tomarían su verdadera forma.

Las colecciones de lepidópteros son bastante raras en Francia; y la mayor parte solo presentan a la vista una reunión de especies anónimas, amontonadas sin orden y confusamente en cajas con cristales. No están bastante persuadidos de que un insecto sin nombre es un cuerpo sin alma. Pero si el individuo que tenemos delante, ofrece la completa indicación de su especie formulada por Linneo, y comprobada por nosotros mismos en su obra, esta comprobación nos pone en relaciones con ese inmortal naturalista, estableciéndose entre nosotros a la distancia de siglos una especie de correspondencia simpática, cuyo fiel y seguro mensajero es la mariposa que hemos encontrado, y que Linneo describió hace ya cien años, cual si hubiese estado pensando en nosotros. Su texto, que hemos cotejado con el insecto en la mano, y que sin él fuera una letra muerta, centuplica por su parte también el valor del individuo que poseemos, haciéndole fácil de reconocer; de modo que este viene a ser como un regalo del autor. Es menester haber probado el placer que resulta de la posesión de una especie bien determinada, para formarse una idea de los deliciosos éxtasis del entomologista posesor de 45 especies de zigenias europeas, y a quien falta solamente una para poseer el género completo. No conozco una satisfacción igual a la que experimenta el aficionado al confrontar especies recién adquiridas, y colocarlas en la caja, llenando los sitios que desde mucho tiempo las estaban aguardando. Especialmente cuando arregla su colección según un nuevo orden, o que inspecciona sus insectos a fin de asegurarse de su perfecta conservación: entonces es preciso verle dulcemente hostigado por el demonio de la propiedad, examinando las cajas con inquietas miradas; limpiar y arreglar con paciencia el coleóptero polvoriento o fuera de su sitio; descubrir y exterminar la larva que buscó asilo en el abdomen de uno de aquellos insectos cuyo retiro ha descubierto un montoncito de polvo restos de su festín. El entomologista que es dueño de una colección bien clasificada y coordinada no conoce el fastidio: cada día revista sus batallones silenciosamente alineados, llamando a cada soldado por su propio nombre, con una memoria digna de Artajerjes Mnemon. Pásanle las horas rápidas, tiene un sueño ligero y es muy madrugador; por otra parte las plácidas emociones que su afición le produce hacen circular libremente su sangre y conservan su salud. La contemplación de la naturaleza le inspira benevolencia; su alma desconoce las pasiones tristes y deprimentes: su ambición, sus intrigas y hasta sus celos, son del todo inofensivos, lo mismo que sus gustos: no tiene más odio que a los Ptinos, Dermestes, Carcomas o Barrenas y Polillas que llevan el estrago a sus dominios: su ánima es superior a los contratiempos; en términos, que mejor que al poeta pudiera aplicársele lo que dice Horacio, que se ríe de la bancarrota, de la fuga de los esclavos; y... iba a continuar, de los incendios;16 pero hubiera dicho mal, pues esta última desgracia es la única capaz de hacer en el entomologista profunda mella. Conozco a cierta persona, a quien hace algunos años que le quitaron brutalmente un destino de jefe de administración, el cual desempeñaba en uno de los ministerios de Francia. El repentino tránsito de una vida activa a una completa ociosidad debía serle funesta; y conoció que se iba en gran manera deteriorando su salud: pero su médico le regaló una caja de Capricornios y de Buprestes (de los cuales solo algunos estaban señalados con un Fabricio), con el objeto de que confrontase las especies que llevaban etiqueta, y determinase las que carecían de tal requisito. Comprobó el enfermo desde luego las primeras con la ayuda de su médico, para acostumbrarse al lenguaje científico: este ejercicio le mantuvo ocupado sin gustarle mucho; después se puso a estudiar las especies sin nombre. La primera le interesó poco, pues creyó que la casualidad le había hecho adivinar lo justo; la segunda le dejó sorprendido; la tercera, le lisonjeó y dejó satisfecho; la cuarta le irritó por medio de dificultades que logró vencer; la quinta lo llenó de júbilo; y desde que llegó a este punto, el médico le abandonó como a hombre curado: en efecto, nunca había digerido mejor, ni gozado más tranquilo y dulce sueño, ni de más claro discurso, que desde que renunció a sus ambiciones.

Decíamos, pues, que las colecciones metódicamente ordenadas son muy raras, tanto que acaso en todo París no hay una docena. La de Mr. Boisduval es la más completa y mejor clasificada: contiene todas las especies de que hace mención su catálogo, y por la misma se arreglan las demás para la determinación de las especies. Pero la más hermosa de toda Francia, y acaso de toda Europa, es la de Mr. Pierret, hijo. El autor de esa colección quiso que toda ella se compusiese únicamente de insectos nacidos a su vista, y él mismo ha recogido y criado las origen que le proporcionaron sus lepidópteros. Con esto sus insectos presentan una perfecta integridad y brillo. El menor defecto en las antenas o en los palpos, la más ligera arruga en las alas; y la falta más insignificante defecto en las escamillas, es un motivo de exclusión: hay en ella un lujo, una simetría y exquisita limpieza, que hace que dicha colección no solo es el museo de un sabio, sino la obra de un verdadero artista.