Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
 

51

M. MENÉNDEZ PELAYO (Historia de las ideas estéticas en España, in O. C., III, Santander, 19623, p. 409) ha fatto di lui un romantico non in accordo col proprio tempo, quasi uno di quegli «innovadores que llegan antes de tiempo». L'improprietà di un simile giudizio è così palese che ci dispensa dal commentarla. Noteremo piuttosto che tale incerta posizione è condivisa più o meno da altri studiosi: M. S. OLIVER, La poesía española y la Revolución francesa, in Los españoles en la Revolución francesa, Madrid, 1914, I, pp. 153-155; AZORÍN, Álvarez Cienfuegos, in «Blanco y Negro», 7-X-1928 (si può leggere in O. C., Madrid, 19632, VIII, pp. 86-89). Altri critici si negano la possibilità di intendere il vero significato culturale di Cienfuegos, pianificando in un indistinto romanticismo tutta la cultura spagnola fra 700 e primo 800: I. L. MAC CLELLAND, The Origins of the Romantic Movement in Spain, Liverpool, 1937, pp. 329-335; M. COSSÍO, Impudor lírico: Cienfuegos, in Poesía española, notas de asedio, Buenos Aires, 1951, pp. 124-125; P. ROMERO MENDOZA, Siete ensayos sobre el Romanticismo español, Cáceres, 1960, I, pp. 131 e 134.

 

52

Egli fu sostanzialmente un teista come Meléndez Valdés (cfr. R. FROLDI, op. cit., pp. 121-122).

 

53

Si vedano ad esempio i saggi di J. L. Cano che peraltro contengono spunti e giudizi pregevoli: J. L. CANO, Cienfuegos y la amistad, in «Clavileño», 34, 1955, pp. 35-40; Cienfuegos poeta social in «Papeles de son Armadans», VI, 1957 pp. 248-270; Un centenario olvidado: Cienfuegos, in «Revista de Occidente», II, 1964, pp. 366-369; Un prerromantico: Cienfuegos, in «Cuadernos Hispano-americanos», CXCV, 1966, pp. 462-474.

Pericolosamente irrigidito in un astratto schematismo ci sembra il concetto di preromantismo e la sua attribuzione a Cienfuegos in A. MAS, Cienfuegos et le préromantisme européen, in Mélanges à la mémoire de Jean Sarrailh, cit., II, pp. 121-137. A completamento delle indicazioni bibliografiche, segnaliamo qui un saggio in cui si nota la volontà di accertare la singolarità della voce poetica di Cienfuegos: J. RUIZ PEÑA, La inflamada voz de Cienfuegos, in «Escorial», XIV, 1944, pp. 117-125.

 

54

R. FROLDI, op. cit., pp. 89-90, 132 e 138-139.

 

55

Cfr. C. CORONA, Revolución y reacción en el reinado de Carlos IV, Madrid, 1957; J. MARÍAS, La España posible en tiempo de Carlos III, Madrid, 1963; R. HERR, España y la revolución del siglo XVIII, Madrid, 1964.

 

56

Cfr. l'ode En elogio del General Bonaparte con motivo de haber respetado la patria de Virgilio (in Poesías, pp. 31-32).

 

57

J. L. CANO, Cienfuegos durante la invasión francesa, cit.

 

58

Cfr. R. FROLDI, op. cit., pp. 24-28.

 

59

S'osservino ad esempio queste frasi tratte dal Discurso ch'egli pronunciò il 20 ottobre 1799, all'atto del suo ingresso nell'Accademia (in Memorias de la Academia Española, Madrid, 1870, I, pp. 352-367): «la vanidad nacional, tan pueril, pero más funesta que el espíritu de paisanaje, ha hecho que cada nación mire como enemigas hasta las lenguas de sus convecinas. Por este amor de la patria tan mal entendido, tan diametralmente opuesto a la humanidad, los puristas han levantado el grito contra toda voz tomada del extranjero, por más que ordene recibirla la necesidad imperiosa. Esta hipocresía de patriotismo ha sido causa de que una nación deprima hs escritos y los descubrimientos de todas las otras; de que exagere sus propias riquezas literarias; de que, mirándose en la cumbre de la sabiduría, se aletarguen sus ingenios, se pervierta el gusto, y, a fuerza de imposturas, se eternicen con la ignorancia los odios nacionales y el espíritu de división entre los hombres» (pp. 360-361); «¿No es absurdo el pretender que se hable siempre como se habló en otro tiempo? ¿No es un delirio el modelar los estilos de todos los hombres por el de un corto número que vivieron en un siglo más privilegiado? (p. 361); «recomiendan un absurdo los que dicen que debemos imitar a los buenos autores» (p. 359); «Cultivando nuestra lengua al paso que cultivan la suya los otros pueblos, todas se prestarán de día en día nuevos auxilios, se hermanarán más y más, vendrán a ser como una sola: y la virtud, fiando la seguridad de su trono a las armas de la razón, vendrá a ser señora universal del mundo entero» (p. 365).

 

60

S'osservi che nella raccolta di poesie ch'egli pubblicò nel 1798, non raggruppò per generi (anacreontiche, epistole, canzoni ecc.) le sue composizioni.