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Arriba Notas y comentarios

Nosotros


Sully Prudhomme.- Esta revista también quiere arrojar su humilde manojo de siemprevivas sobre la tumba del poeta. No es un juicio el que pretende dar a continuación. Sólo son dos palabras de homenaje a la memoria de ese sutil y melancólico poeta con cuya desaparición pierde el mundo latino uno más de sus buenos líricos.

Sully Prudhomme dijo en sus versos muchas cosas bellas y suaves. La mayoría de sus libros fueron las obras de un solitario que gustó de replegarse sobre sí mismo para analizar una a una las fibras más recónditas de su alma.

Su sensibilidad excesiva debió hacerle padecer mucho.

«J'ai voulu tout aimer et je suis malheureux...».



La mayor parte de sus poemas fueron breves meditaciones de una tristeza penetrante, que más que por la música del verso nos interesan por el placer intelectual que nos produce la revelación de esas intimidades que todos llevamos en nosotros.

Pero en él, psicólogo sutil y tierno, hubo también un humanitario, un convencido creyente en la ciencia y en el progreso. Fue también un pensador y como tal derramó ideas a manos llenas en sus versos, de un tinte siempre más filosófico a medida que él fue avanzando en la senda de la vida. Sus poemas de más largo aliento, La Justice y Le Bonheur fueron ya no sólo las obras de un poeta sino también de un filósofo.

Los jóvenes lo negaron. Es la ley que eternamente se reproduce. Pero en su tumba, fresca aún, no es posible mantener esas negaciones sólo admisibles en el ardor de la lucha. Un poeta no excluye a otro. Sully Prudhomme no excluye a Samain como la gloria de Verlaine no ofusca la de Hugo. En el templo del Arte todos caben.



El viaje de Roberto J. Payró.- Uno más que se marcha a visitar otras tierras.

Forman legión ya los artistas y estudiosos de este país idos a   —208→   Europa a cosechar experiencia y conocimientos. Payró es uno más de la útil falange. Y él lleva consigo al partir condiciones de las que acaso la mayoría de los viajeros hallase desprovista: lleva consigo una amplia experiencia adquirida en sus largos años de brega en el periodismo; un profundo conocimiento de la vida, de los hombres y sobre todo del país, y a más un vivo deseo de aprender y de hacerse nuevos puntos de vista, nuevos criterios en esos nuevos horizontes que se le abrirán.

A través del mar la revista envía su saludo a este fuerte e incansable trabajador.



Presente griego.- Todos conocen los incidentes asaz divertidos a que dio lugar ese impagable concurso dramático del Teatro Nacional, realizado a fines del año pasado. Falló el jurado y a raíz del veredicto se enardecieron los ánimos, formándose bandos, armándose alborotos callejeros y discutiéndose las obras premiadas con un entusiasmo poco común en las esteras de nuestra mansa literatura.

Ahora la dirección de la revista ha resuelto publicar en ese número la obra que recibió el primer premio. Ya calmados los ánimos, podrán todos los interesados formarse un juicio definitivo sobre la obra, con toda la tranquilidad que la lectura permite. La dirección por su parte no cree oportuno emitir al respecto. Cree, sí, de todos modos, no inútil la publicación de este drama, que, aparte sus méritos, tiene el precedente envidiable de haber levantado en torno suyo una cierta polvareda. Su autor no necesita presentación. Sus muchas obras anteriores, recibidas con general favor por el público y la crítica, lo han colocado entre nuestros autores dramáticos de primera fila. En cuanto a este drama, juzguen los entendidos...



Erratas.- En la Oda a Rubén Darío del Señor Alfredo Arteaga se ha incurrido en un grave error de imprenta que no podemos pasar por alto.

En la página 145, los versos 20, 21 y 22 deben decir:


al Verbo que al espíritu sustenta;
que no matan el fuego, la cruz ni la cicuta;
al Verbo que derriba iniquidades;



El buen criterio del lector, salvará los otros errores de menor importancia que contenga el número.



    Libros recibidos

  • -Marcelo del Mazo, Los Vencidos.
  • -Francisco Capello, Petrarca.
  • -F. Enrique D. Sisson, Grisailles el Vitraux.