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ArribaAbajoEntretenimiento I

Sobre las várias disposiciones que tienen los Terrenos en diferentes partes de la tierra; y los efectos que ésta ocasiona en los temperamentos, no menos que en las produciones.


Es admirable la naturaleza en todas sus obras, y participan de esta prerrogativa con singular recomendacion las distintas disposiciones que dió á los territorios, supliendo con la hermosa, variedad, en que los dispuso, las ventajas que dexó de franquearles en las recomendaciones de los lugares que les destinó. Por este medio repartió sus apreciables dotes tan generalmente, que al paso que se esmeró en ostentar su fecundidad con los mas pingues, no dexó de comunicar sus prodigios á los que parecía tener menos ventajas; bien fuese por la situacion en que están, ó por los accidentes que concurren en ellos. Acostumbrados á aquello primero en que nos criamos, se nos hace dificil comprehender, que los Países que no conocemos puedan ser diferentes de ellos; ó que siendolo participen de las propiedades que son regulares en los que habitamos: sin exceptuarse de estas dudas los sugetos mas instruídos, los mas aplicados, y estudiosos, ni aun los que miden los arcános de la naturaleza con la especulacion. Todos incurrimos en esta flaqueza, como efecto indispensable de nuestra limitacion; y esto procede de que lo que se considera con las luces del entendimiento puramente, no hace la misma impresion que lo que se toca desde luego con los sentidos, y pasa de ellos al convencimiento del alma. La Zona Torrida hace muchos años que se conoce habitada: pero no hace tantos que entre los hombres Sábios y Físicos consumados, se comprehendió, que no solamente era habitada, sino que hay en ella regiones dilatadisimas, en que se experimentan los efectos de la frígida, y de la templada. No se ignoraba que habia montañas en las inmediaciones de la Equinociál, pero no se comprehendía bastantemente que la menos densidad del ayre moderaba de tal modo los efectos de los rayos del Sol, quando están mas perpendiculares sobre la tierra, que pudiese ser esto un equivalente á la obliquidad que tienen, quando este Astro se halla mas separado del Zenith, y que produzca nieves, hielos, y frialdad por este medio, como en las Regiones que se acercan ácia los Polos. Tampoco se alcanzaba á comprehender, que en los parages en donde el ayre llega á tener una dilatacion tan considerable, que a corta diferiencia es la mitad de la que por naturaleza tiene sobre la superficie total de la tierra, considerada llana como lo están los Mares, pudiese haber vivientes. No entendian que pudiese haber parage en donde perennemente se experimentasen los efectos de los quatro tiempos del año, sin que en la duracion de los dias y las noches hubiese variacion sensible. Tampoco podian concebir los que habitan en aquellas partes, en donde ni el frio, ni el calor molestan, que se pudiese resistir á la alternativa continua de Invierno con frios excesivos, y de Verano con calores extremados. A unos les parece cosa rara la igualdad de los dias y de las noches, sin ignorar la razon que lo dispone asi; y á otros, sin carecer de la que hay para la desigualdad, les parece que será penosisimo á la vida acomodarse a unas noches largas, y pasar despues á tenerlas aun mas cortas que lo fueron los dias en aquella precedente estacion.

Muchas otras cosas se hacen dificiles á la credulidad, hasta que la experiencia fecundiza las idéas de la comprehension, y desvanece la repugnancia en lo que parece menos regular. La naturaleza, próvida en todas sus obras, sembró el Mundo de maravillas, sin sujecion á la limitacion de los entendimientos: siendo ella misma la que con facilidad enseña la concordancia que les dió, distribuyendolas con tal igualdad, que lo que parece mas raro en unas partes, es comun en otras. Por este término vienen á quedar iguales entre sí, sin que tengan que embidiarse, porque en todas se vive con regularidad; y la vida, que es la prerrogativa mas principal de las criaturas, no tiene ventajas en los Países que logran una Primavera continua, sobre los otros, en donde entre el Estío, el Otoño, y el Invierno, componen las tres quartas partes del año. En todos subsisten las gentes y los animales, y las particularidades de los climas benignos no tienen privilegio para alargar la vida, respecto de los que habitan en otros llenos de molestias y pensiones. Los rigores del calor son tan propios á los que se habitúan á ellos, como los destemples del frio á los que están acostumbrados a sobrellevarlos; y como si la naturaleza hiciese fuego de sus accidentes, iguala entre sí los temperamentos mas distantes dentro de una misma region, colocando en los ardores de la Zona calurosa las frialdades de las partes glaciales. Esta sola circunstancia basta para que no cause repugnancia lo que parece menos conforme, pues á vista de unir los dos extremos mas opuestos, queda persuasible todo lo demás: si los propios hechos no lo demostrasen, no se creería que podrian estár unidos baxo de un mismo distrito el calor y la frialdad, el fuego y el hielo: las llubias abundantes y la esterilidad de las nieves, sin mas distancia que los separe, que la elevacion; pero la naturaleza, maestra de los mayores prodigios, se gobierna por leyes tan sábias, y tan próvidas que lo abraza todo.

Los Países remotos, y particularmente los de las Indias, ministran cosas bien raras al juicio de los que las registran de lejos, y se harían repugnantes si ella misma no enseñase el convencimiento de la posibilidad. Debemos llamar aquellos Países el Mundo moderno, á distincion de las otras partes que estaban conocidas, en lo que alcanza la memoria de los hombres; pues aunque las partes Orientales del Asia, y las Meridionales del Africa lo fueron por los Européos, mucho despues que el resto, hay sobradas noticias de que en los mas retirados siglos se traficaba á ellas, siendo regular, que hallandose contiguas, ó unidas entre sí las Naciones, de unas en otras penetrasen hasta lo mas retirado, no sucediendo lo mismo con las Indias Orientales, porque mediando un ambito de Mar bien dilatado, que las separa del Africa y de la Europa por la parte Occidental ,y del Asia por la Oriental, no habia para con ellas la misma proporcion que tienen las otras. Ni hay memoria alguna que indique con bastante seguridad esta comunicacion, aunque se quiera buscar su noticia en las historias mas antiguas. De aqui viene, que quanto se reconoce en ellas es nuevo, causando tanta estrañeza, como si en realidad se hubiese pasado de un mundo á otro. Nace de aqui el nombre que se le dio desde luego de Nuevo Mundo; porque de un modo era nuevo para los que habitaban en las otras partes; y de otro lo era por las particularidades que encierra en todo genero de cosas, como se reconoce en la forma y disposicion de los terrenos: en las diversas produciones que tiene, segun la naturaleza de los temperamentos: en los temples varios, que no son semejantes entre sí: en los animales de la tierra; y en los volatiles del ayre, no menos, que en las otras cosas. Esto llega á ser tan extraordinario, que en aquel Nuevo Mundo se deben considerar dos, el uno dentro del otro, como lo indican las dos regiones opuestas, que se experimentan en un mismo espacio: la una calidisima, y la otra muy fria, sin dexar de participar ambas de una propia direccion de los rayos del Sol; y como si estuvieran apartadas de una quarta parte del Globo, se experimentan Climas, Phenomenos, y efectos enteramente diversos y encontrados: pues se vén los de las partes medias del Africa, y los de las mas Septentrionales de la Europa, que es quanto puede observarse de mas raro en la naturaleza.

Muchos hombres sábios y curiosos se han dedicado con aplicacion al conocimiento del Mundo, por el de sus produciones; con cuyo designio han formado Gavinetes prolijos y abundantes de quanto se produce en sus distintas Regiones, y se cria en los particulares Territorios de ellas: cuyo trabajo dá solo conocimiento de una parte de lo raro, sin extenderse á dár luz de las principales particularidades, que consisten en la física de la corteza, ó parte exterior del Globo, que es en la que reside la propiedad y causa primitiva de las produciones. Estas se hacen recomendables por su particularidad al juicio de los que no tenian noticias de ellas, y quedan preocupados de la misma novedad, sin penetrar el origen, interin que no lo desentrañan: para ello se requiere una aplicacion prolija, y examinar las causas, que son el fundamento de quanto se observa de mas estraño. Las produciones, en las tres clases en que los Físicos dividen la naturaleza, dán luz de lo que puede formar la convinacion y concurso de los climas; pero dexa en confusion la parte mas principal, que es la matríz en donde se imprimen sus influjos, para que resulten de ello las produciones: esto es lo que debieran haber explicado; pero escasos de noticias no han podido pasar adelante con sus deseos.

Los Gavinetes de Historia Natural son sin duda los Archivos de la naturaleza, en donde la curiosidad registra lo admirable, y lo raro que se encuentra en diversas partes del Mundo: esta especulacion no es suficiente para dexar satisfechos los designios del entendimiento en el empeño de conocer fundamentalmente la causa de la variedad. La naturaleza es admirable en sus produciones, y tal se reconoce generalmente; pero el confesarlo asi, no la hace mas comprehensible. Descubrense los efectos en la diversidad sin alcanzarse el origen; y hay infinidad de maravillas que las perciven los sentidos, sin que el entendimiento se detenga á considerarlas: del mismo modo en otras cosas se detiene poco la reflexion, por no poder encontrar lo que encierran de raro, ó de particular: naciendo de esto, que continuamente se trabaja en investigaciones, por cuyo medio se adelantan los descubrimientos, aunque sin llegar á vér el fin.

El Mundo nuevo tiene muchas cosas estrañas para los de las otras partes, y entre ellas hay algunas tan escondidas al juicio, que no se pueden explicar sus causas de un modo que convenza: de este número son los Minerales de plata, que siendo especial patrimonio de aquellos Países, son raros en lo restante del Mundo, sin que la circunstancia de haber montañas elevadas, ni la del calor y el frio, ó la humedad y la sequedad sean las unicas de donde dependa, porque en las otras hay los mismos accidentes, sin ser comunes como allí los Minerales de este metal. Otras cosas hay que parecen particulares de aquellas Regiones, pero en correspondiencia faltarán en ellas algunas, que lo son en las que no participan de las suyas: para ello no hay mas razon física que lo enseñe, que la de haberlo dispuesto asi el Autor de la Naturaleza, no siendo posible penetrar sus arcános mas allá de lo que alcanza la comprehension del entendimiento; pues aunque se quieran hacer composiciones de temperamentos y de terrenos, de vientos y de humedades, nunca llegarémos á formarlas con tal precision, que no se encuentre alguna semejanza en los que carecen de esas produciones; y se reputan por raras, nacido de estár acostumbrados á otras que se diferencian de ellas. Algunos Físicos trabajaron mucho en explicar la causa de la corpulencia de unas Naciones respeto de otras, que son pequeñas: del color negro de los que habitan la mayor parte del Africa, y de la blancura de las que viven en las mas Septentrionales, ó Meridionales del Globo; y despues de parecerles haber adivinado las leyes ocultas de la naturaleza, se vén precisados á conocer que con qualquier accidente se desvanece lo mas esencial del sistéma, demostrando, que quanto se establecía como seguro, se halla desacreditado por la experiencia: continuamente se palpan estos desengaños con los quales se viene en conocimiento de la facilidad que acompaña los juicios, quando se separan de ella; y que para acertar no hay otro camino que el de llevarla por guia, y razonar con la misma.

Las causas primitivas de quanto se registra sobre la tierra, se explican bastantemente por las reglas comunes; pero luego que se encuentra nueva observacion que desdiga, varían enteramente los principios; y de aqui se origina, que el juicio mas bien fundado se hace falible.

La direccion de los rayos del Sol sobre la tierra debe ser causa del mas, ó menos calor; y nos fundamos en la propiedad que tienen de calentar, y el modo de penetrar la athmosphera para hacer su impresion: sin embargo de ser este un principio innegable, alguno de los accidentes del segundo orden, como sucede en las Indias Occidentales hace que varíe en parte; y no solo dexan los rayos directos, o perpendiculares de causar el calor que correspondía, sinó que se experimenta frialdad, con todos los efectos, que son consecuentes á ella; de cuyo modo aquel principio, tan seguro a nuestro juicio, muda con la casualidad de concurrir otra causa accidental que modifica su fuerza. A este simil sucede con los vivientes de todas especies en los vegetales y en los minerales, siendo preciso para no errar en los juicios, gobernarse por la observacion, sin atender á los principios de la theórica, que determinan lo que debería suceder, segun las reglas generales, pero sin el total acierto en los efectos que son correspondientes á los accidentes casuales que intervienen.

En las partes que se hallan fuera de la Zona calurosa se observa, que quando el Sol está mas inmediato al Zenith, se experimentan los calores grandes; y quando está mas apartado, los frios y los hielos. Este principio, y la circunstancia de suceder lo contrario en el ámbito de la tierra, en donde debia experimentarse el mayor calor, son la señal mas convincente de que allá existen otras causas, que apartan la naturaleza de su orden comun; y que su Autor quiso subordinar los entendimientos de las criaturas, limitandolos para que no pudiesen penetrar enteramente los arcános de la Providencia, aun en las cosas mas palpables.

Es reparable que los mayores entendimientos, despues de un trabajo constante de toda la vida, se hallen de este modo contenidos por uno de los accidentes extraordinarios que sobrevienen, sin que el discurso, acostumbrado á trabajar sobre las cosas de la naturaleza, les ministre las luces necesarias para el acierto; y que quando discurrian tener baxo del dominio de sus idéas la clase general de las cosas del mundo, se hallen engañados, careciendo aun en muchos casos de la comprehension de lo mas trivial. Causó novedad á varios sábios del primer orden el vér que se podia vivir sin mayor incomodidad en donde el ayre era tan ligero, que discrepaba muy poco de la mitad del peso que tiene en la superficie total del Globo. Las razones en que fundaban esta opinion, se hallaban apoyadas sobre principios regulares de física, con varios experimentos; pero no tenian presente que la naturaleza se sirve de otros medios distintos de los que alcanza la comprehension humana para obstentar sus providencias. Tambien admira, y no sin sobrado fundamento, que en la Zona Torrida, inmediato á la Equinocial haya parages en donde las gentes sean de una blancura y hermosura, de colores tan particular, que no tengan que emvidiar en ello á los Países mas señalados de la Europa ó del Asia; y que los accidentes del temperamento no influyen en ellos, como sucede en otras partes en donde son de color menos blanco: los que concurren en unos hacen variar la regla general de los otros, y estas son las providencias admirables de la naturaleza. Muchas otras cosas se notan en aquellos parages, que no son menos estrañas que las antecedentes; y si hasta aquí no se ha tenido puntual conocimiento de ellas, es por no haber habido quien se dedicase á observarlas, y hacerlas comunicables con la extension y prolixidad que merecen, despreciandose este genero de noticias en aquellos parages, porque la principal atencion la arrastran unos incentivos que lisongean la inclinacion de las gentes.




ArribaAbajoEntretenimiento II

El orden y disposicion en que están los Terrenos de las Indias Occidentales, y de la notable variedad que hay en ellos.


Se reconocen de ordinario, por las particularidades que se notan en los efectos, los atributos de las causas: asi sucede en la naturaleza, que por las obras se hacen perceptibles las singularidades de su providencia; y lo confirma la variedad que reyna en ellos, sin apartarlas de las leyes precisas para la subsistencia. Si las cosas fuesen en sí iguales, sin discrepancia, no habria motivo para que tubiese que admirar la especulacion, ni para hacer comparacion de unas con otras. La uniformidad es de ordinario poco recomendable á los sentido, porque no se distingue en ella cosa que sobresalga y llame la atencion: por el contrario, la variedad suspende la atencion á la primer vista de los objetos, que no siendo semejantes tienen una misma perfeccion, sin ser dable discernir qual sea mas completa en su especie. Una montaña y un valle son dos cosas diferentes; y si en la primera admira la especulativa la corpulencia y las desigualdades de que se compone, no se recrea menos en la llanura é igualdad del segundo; pero un llano dilatado, donde se pierde la vista, molesta tanto como una serranía continuada; y parece que en ésta y en aquel hace falta la variedad, para que los objetos se diversifiquen, y no sean siempre unos mismos. En la tierra dispuso la naturaleza llanuras, montañas, valles, desigualdades, riscos, lagunas, rios caudalosos, arroyos, fuentes, y aun dió á la tierra varios coloridos para que no fuese todo una misma cosa, y que la alternativa de unas con otras hiciese mas completa la obra. A esta semejanza no hizo las partes de la tierra con rigorosa igualdad; pero le dió á cada una cierta forma en su estructura, ó en las produciones que le señaló, por donde se distinguiese de las demás. Esto lo hizo sin apartarse de las reglas generales que guardó con todas, cuya circunstancia es otro aditamento muy recomendable. La parte Meridional de las Indias Occidentales, conocida por América Meridional, se diferencia de las otras sensiblemente en sus dilatadas llanuras, y en sus elevaciones considerables, que tienen el nombre de Cordilleras, siendo tan espaciosas, que parece haberse dispuesto un pedazo de mundo superior al otro, en bastante altura, y dentro de él, tan desemejantes entre sí, que quasi no se parecen; porque lo material de los territorios, la disposicion, y simetría de sus partes, las estaciones del año, los temples, las produciones, y los animales, todo es diverso, ó se halla encontrado: siendo muy particular que en un propio continente, y no á muchas leguas de distancia, sea Verano en una parte, mientras es Invierno en otra; y al contrario, que los arboles que produce el un territorio, sean tan distintos de los del otro, como si entre ellos mediasen centenares de leguas; y que en los frutos, animales, y aves suceda esto mismo. De aquí resulta poderse conceptuar, segun queda dicho, como dos Mundos distintos dentro de uno.

El ambito de la Zona Torrida, que es el que hay desde el un Tropico al otro, coje toda la Isla de Cuba, la de Santo Domingo, con otras; y la Ciudad de la Habana se halla á muy corta diferencia debaxo del de Cancer, estendiendose hasta Morro-Moreno, cerca de la Bahía de Mexillones, al Súr, cosa de un grado del Puerto de Cobija, en las costas del Mar del Súr, y Países del Reyno del Perú. Los climas que se reconocen en estos 47 grados, son muchos, y la vária disposicion de los territorios lo mismo: á cuyo respecto son las produciones, sin que esto siga un orden preciso, por el qual los que se acercan mas á la Equinocial sean los mas cálidos: ni por el contrario mas moderados de las influencias del Sol los que se hallan mas próximos á los Tropicos; cuya disonancia no la alcanza la especulacion de la física, sin el auxilio de la experiencia, mediante que en el orden natural correspondia, que el calor mas intenso estubiese en la medianía del espacio que anda el Sol en el discurso del año, y que fuese moderandose, á medida que se aparta de aquel punto: esta contrariedad hace rara la cosa, originandose de ello el deseo de averiguar la causa, porque lo estraño, segun el orden natural de las cosas, mueve la curiosidad á descubrir el origen que tiene, y á penetrar los secretos de que se sirvió la naturaleza para apartarlo de las reglas comunes de su providencia.

No son todos los territorios del espacio del Globo, segun se ha dicho, semejantes: hay en él Países muy baxos, otros que son alguna cosa altos, respecto de aquellos, y otros que son altisimos: de estas diversas graduaciones procede despues la variedad de temperamentos, que son la causa accidental, ó segunda de la dispariedad que se experimenta en ellos. La Isla de Cuba, considerada por sus Costas, es en mucha parte baxa, y en parages tanto, que parece estár igual con el Mar, lo que se nota particularmente en los que llaman Cayos. Por lo interior de ella se vén montes y alturas; pero no son estos de una elevacion, comparables con otros, que hay en distintas partes de la tierra. La Isla de Jamayca, que dista poco de la de Cuba, y está á la parte del Súr, es alta en forma de montañas, desde las orillas del Mar, para su interior; haciendose reparable, que en un ámbito tan corto como el que las divide se encuentre esta dispariedad, pues en dias claros se vé desde la primera la de Jamayca. Las Costas de la América Meridional, que miran ácia el Norte, son en lo general de una altura regular, descubriendose en ellas ácia lo interior montañas medianas, y en ciertos distritos serranías tan altas, que se dexan vér de mucha distancia: siendo tanto lo que se elevan, que hallandose poco apartadas del Equinocial están cubiertas de nieve, excediendo aquel punto de la athmosphera, en donde se forma la congelacion. En las partes Occidentales de la América Meridional, que es de las que se ha de tratar principalmente, se vé de todo; pero las tierras que se reputan por baxas, no lo son tanto, como se ha dicho de la Isla de Cuba y Golfo Mexicano. Las Costas que siguen por el Occidente del Mar de Cartagena, desde Honduras, por Yucatán, Golfo de México, dando la buelta por la Luisiana y Florida y las que corren ácia la Nueva Inglaterra por el Canal de Bahama, son igualmente baxas, y rasas en tanto grado, que parecen á un nivél con el Mar, asi como los Cayos de la Isla de Cuba.

Esta parte de la América Meridional y Occidental es principalmente la que representa el particular fenómeno de la disigualdad en territorios, y consequente á ellos en los climas y produciones, debiendose mirar como dos Países diversos en uno mismo. El ambito que mira ácia el Mar del Súr es baxo, formando como una faxa, que corre desde el Chocó en 7, ú 8 grados de la parte del Norte de la Equinociál, hasta los 26, ó 28 de la del Súr, cuya anchura es con variedad desde 8 hasta 20 leguas, ensanchandose en unos parages mas que en otros. Desde donde fenecen estas llanuras baxas empiezan las serranías que llaman Cordilleras, elevandose tanto, que parece ir á rematarse con las nubes. Allá en lo alto forman otro País, interrumpido en lo dilatado de sus distancias de varias montañas y quebradas; y éste se estiende en lo largo, todo lo que tiene aquella América, pero en lo ancho es con variedad de 30 á 50 leguas: al fin de ellas, por el lado del Oriente, buelven á descender las serranías para formar otro País baxo, que es el que corre desde su pié hasta las orillas Orientales de la misma América en el Brasíl; siendo ésta á la que allá se le dá el nombre de Montaña de los Andes, nacido de dos razones: la una, porque, aunque es País baxo, no faltan en él montes, ni dexa de ser escabroso y desigual en partes: la otra, por ser poblado de bosques espesos, que es á lo que por allá dán el nombre de montaña, aun quando el suelo es llano. De esto se vé, que en lo interior de aquella América hay una faxa de territorio sensiblemente mas alto que todo el resto, y mas que los Países habitados de las otras partes del Mundo, porque su elevacion es tanta, que excede á las que se conocen en ellas, como lo tienen demostrado los experimentos y medidas que se han hecho para su averiguacion.

En esta parte alta de la América hay luego otros cerros, que se levantan de su suelo á unas alturas considerables, lo mismo que sucede en los Países mas conocidos de Europa; pero en la parte poblada alta, que les sirve de base, hay Provincias, y aun Reynos de mucha extension y gentío: hay tambien en ella despoblados dilatados; y como si fuese otra tierra distinta de la baxa, varía todo allí en tanto grado, que quasi no hay cosa que sea igual del uno con el otro; debiendo ser asi, porque variando el clima, varían todas las produciones de la tierra. Es conveniente para la inteligencia segura de esta tierra superior, no equivocar la que llamamos parte poblada alta, con la mayor elevacion que tienen los montes y serranías que se levantan de ella; y para esto se debe suponer, que la parte habitada tiene de altura, respecto de las tierras baxas que están inmediatas al Mar, 4536⅔ varas; pero las cumbres de las montañas, que nacen de la misma planicie alta, tienen mas de 6600 varas, y consequentemente respecto de aquella 2100. Asi se establecerá haber tres graduaciones de tierra, que son la baxa, que está contigua al Mar: la alta, que está en lo corpulento de la Cordillera, ó Serranía; y la mas alta, que son las montañas que se levantan de ésta. Si estas alturas fuesen con poca diferiencia semejantes á las de las montañas de que se tiene noticia en las otras partes del Mundo, no darían asunto para que se reputasen por cosa rara; pero no es asi, su elevacion excede á lo que conceptuaba el juicio, originandose de ello lo estraño y particular que se nota, y la diversidad de cosas nada comunes que proceden de este principio.

En el territorio baxo domínan los areniscos, y esto sucede en distancias bastante dilatadas: hay tambien algunos espacios de tierra limosa. Como no faltan montañas en algunos parages, hay en ellas canteras, y toda especie de tierras, como es regular en todos los Países que tienen extension. En la parte alta, que asi la nombramos mirada en total, no faltan espacios bien grandes de arena, infiriendose de ello no poderse absolutamente atribuír á la inmediacion del Mar los largos terrenos de esta especie. Parece que la naturaleza anduvo jugando con sus obras: al disponer aquella parte del Mundo, y que para interrumpir el orden de los climas formó un pedazo de tierra sobre otro, sin diferenciarlos mucho en la especie; pero poniendo tan elevado el uno, que tubiese semejanza con los que están mas apartados.

La tierra alta se dilata con corta diferencia tanto como la baxa, corriendo desde las partes que corresponde á las Costas de Caracas, Sta. Marta, Cartagéna, y el Chocó hasta muy cerca del Estrecho de Magallanes; pero con una particularidad, y es, que asi como lo mas ancho de la América está en la Equinocial, y sus inmediaciones, es tambien lo mas ancho, y alto de la tierra alta en este parage. La tierra de esta América, mirada en su totalidad, vá estrechandose á proporcion que corre para el Súr, y lo mismo le sucede á la parte alta; pero hay otra particularidad mas, y es, que desde los 30 grados, Súr en adelante, el clima es correspondiente á las mutaciones de la Zona templada, en las divisiones de Invierno y Verano; y como menos necesario de allí en adelante suplir con la altura lo que falta á la naturaleza del clima, fue haciendo algo mas baxa la alta de lo que está en la Equinocial: de modo, que ésta que puede figurarse como una colina de muchos centenares de leguas, vá siendo mas estrecha, y menos elevada, quanto se acerca mas á las partes Meridionales: lo qual es regular en este modo, porque de lo contrario sería intratable, por lo muy frio en tiempo de Invierno; pues si la tierra de la Equinocial, por razon de su mucha elevacion, es fria de continuo, conservandose cubiertos de nieve todo el año los cerros, si esta altura, en la Zona templada, en donde hay Invierno y Verano fuese la misma, se duplicarian las causas de la frialdad con la obliquidad de los rayos del Sol, y sería intolerable por la mucha nieve y hielos que la cubrirían; y asi, próvida la naturaleza en sus obras, se manejó en ésta de tal modo, que disminuyó la causa accidental que puso allá para que en nada hubiese exceso. En aquellas cordilleras de la parte mas al Súr no se han hecho experiencias del barometro, como en las de la Equinocial, y solo puede congeturarse por el juicio prudente de la vista, y por lo que indica el grado de frialdad en el Verano: convendría mucho asegurarlo con observaciones formales. No se trata en esto de lo que se elevan las otras montañas y serranías sobre la tierra alta, porque en aquellas, como que no las disponia para que fuesen habitables, dexó de ceñirlas á la regla que guardó en las segundas; y asi se vé, que quando en las Provincias que están entre los Trópicos son tratables en todos los tiempos las serranías altas, las que están de los 30 grados en adelante, no lo son en el Invierno, porque la abundancia de la nieve, que cubre la tierra, no lo permite.

No son comparables aquellas dos tierras alta y baxa, con las que se vén en las demás partes del Mundo; porque aunque en todas hay serranías dilatadas, y en sus alturas y valles no faltan Poblaciones, sin embargo de las nieves que caen en ellas en sus tiempos, no se encuentran las llanadas estendidas, que en las de allá, siendo tales, que estando allí no parece hallarse sobre los pinaculos de la tierra; y asi, los nacidos en aquellas eminencias, que no han salido de su pátria, juzgan que toda la parte habitable del Globo está en la misma altura, ó nivél, sin figurarse la gran distancia perpendicular que el Mar está mas profundo que ellos; y al contrario, los que nunca subieron á aquellas cumbres no pueden comprehender la diformidad de la mole de tierra que se halla levantada sobre la planicie regular del Mundo, costando de muchos centenares de leguas en lo largo, y de bastantes en lo ancho.

La tierra está en aquella parte alta entrecortada de aberturas, ó quebradas, segun allí las nombran, de una anchura muy grande; siendo estas el ámbito que dexan entre sí unas llanuras, ó serranías, con las del lado contrario; y son tales, que tomadas por el ayre tienen algunas dos leguas, ó mas de anchura: éstas van estrechandose tanto, quanto son mas profundas, y por lo mas hondo es por donde corren los rios, llevando su cauce á corta diferiencia por la medianía; y en la parte baxa de los Quebradones, por los dos lados, dexa otras llanuras de competente extension. Lo notable es, que las bueltas y tortuosidades que hacen los rios, corresponden á las que forman las alturas de los dos lados; de tal modo, que si se llegasen á juntar, se ajustarian exactamente la una con la otra, y formarían un territorio seguido, sin rotura alguna. Estos rios ván continuando su carrera siempre por entre aquella caxa de montañas hasta salir al terreno baxo, y de allí al Mar; pero el cauce que forman en esta segunda parte es de poca profundidad, hallandose á corta diferencia como en la superficie de ella: de esto se puede colegir, para formar verdadera idéa, que quanto son mas elevadas las cordilleras, los cauces de los rios son mas profundos: la abertura de las tierras es mas ancha por la parte de arriba, y en lo profundo son asimismo mas espaciosas las llanadas que acompañan al rio, que es á lo que allí dán el nombre de valles, á imitacion del que tienen los Países de la parte baxa de la América, que los distinguen con el propio nombre, á distincion de la habitada alta, que llaman Sierra.

En la Provincia de Angaraez, entre los muchos juegos de la naturaleza, que son tanto mas vários y maravillosos, quanto son los Países mas espaciosos y dilatados, se observa una cosa bien particular: consta aquella Provincia, que es la que pertenece al Gobierno de Guancavelica, de varias doctrinas, ó partidos: en una de ellas, que se llama de Conaica, hay un Pueblo pequeño, llamado Viñas: en la distancia que corre desde éste hasta el principal Conaica, que es de 9 leguas, se pasa á las 5 de ellas un cerro, nombrado Corosunta: baxase de éste y se entra en una abertura, por donde corre el rio que llaman Chapilancas; éste, por espacio de media legua, va encallejonado por una caxa, cuya anchura es de 6, á 8 varas, y mas de 40 de altura, sin ensancharse sensiblemente por la parte superior mas que por la de abaxo: por este suelo, que en donde se angosta ocupa el rio todo su ancho, vá el camino que conduce al Pueblo de Conaica, y solo en los ámbitos donde la anchura es de las 8 varas que quedan dichas, se transíta por la una de las orillas, y se atraviesa 9 veces, buscando aquella en donde se aparta del murallon que forma la caxa; lo qual sucede principalmente en donde hace bueltas, ó recodos, porque en donde vá derecho no tiene mas anchura que la precisa para darle paso al agua. Esta caxa, ó cauce está cortado en peña viva con tanta precision, que las desigualdades del un lado entrantes, corresponden á las del otro lado salientes, como si aquella altura se hubiese abierto expresamente, con sus bueltas y tortuosidades, para darle tránsito á los aguas por entre los dos murallones que la forman; siendo tal su igualdad, que si llegasen á juntarse se endensarían uno con otro, sin dexar hueco. El caminar por allí no tiene peligro, porque siendo peña sólida no hay el de que se desprenda alguna parte al tiempo de andarlo, y el agua no lleva tanta rapidéz que ocasione peligro: con todo esto causa horror, y se estremece el cuerpo de verse encerrado en aquella estrecha caxa, cuya elevacion, y la perpendicular guardan no menos que la correspondiencia de partes salientes del un lado, y entrantes del otro, que parece indican quererse juntar en cada instante para bolver al primitivo ser que tubieron.

Esta abertura es un modelo de las grandes quebradas, dando á entender lo que fueron en los principios, quando su profundidad no era mayor que la que tiene ella, y que entonces los costados, que al presente están con regular declivio, serían perpendiculares, ó poco menos, como sucede con ésta; pero que á medida que el curso del agua fue profundandolos, y haciendolos mas hondos, se han ido derrumbando por lo alto, no pudiendo mantenerse perpendiculares, en cuyo modo han ido buscando la inclinacion que tienen. A esta semejanza es regular, que con el curso del tiempo, y el efecto que las llubias, los hielos, y el Sol hacen en los cuerpos mas duros y recios, vaya desmoronandose la de Chapllancas, y pierda la igualdad de anchura que ahora tiene de alto á baxo, habiendola conservado mas que otras por la circunstancia de ser de piedra dura, y no hallarse interpolada con betas de tierras, faciles á moverse; pero asi como debemos persuadirnos á que solo la frotacion del agua ha socabado aquella madre hasta el punto en que al presente se vé; el tiempo que reduce á arenas los peñascos mas compactos y duros, irá haciendo el proprio efecto para ensancharla por la parte de arriba, de lo qual se vén bastantes señales en los pedazos menudos de piedra que hay en el cauce, y en los que se encuentran en la planicie quando el arroyo sale de la montaña á territorio mas ancho.

Sea por efecto de la frotacion de las aguas, que se haya formado aquel cauce profundo, hasta el estado que tiene al presente, ó por el de algun terremoto que abrió la montaña, para que el arroyo, que antes iba por otra parte, entrase por allí, no tiene duda que esta abertura es posterior á la disposicion en que quedaron las tierras despues del Diluvio; y que á su exemplo, las quebradas disformes que hay en aquella parte alta de la América, las ha formado el tiempo con la frotacion que hace la rapidéz de las aguas, pues se observa, que en la fuerza con que corren quasi todos los rios de aquella parte, arrastran peñasquerías extraordinarias de grandes, y en parages dexan en medio del cauce vestigios de lo que profundizan, á modo de dados, de un tamaño excesivo, por no haberlos podido dividir con la misma facilidad que el resto. En el Rio de Iscuchaca, cerca del Lugar del mismo nombre, hay uno de estos, cuya figura es precisamente como la de un dado, teniendo fuera del agua, quando el rio está baxo, de 7 á 8 varas, y por cada lado, en quadro, como 12; para que este, y otros menores, que hay en los rios, de diferentes figuras, quedasen asi, es preciso, que el agua haya ido descarnando las piedras y arenas que estaban contiguas á ellos, y arrastrandolas los hayan dexado desmembrados por todas partes, en cuya forma se mantendrán hasta que profundizando mas, encuentre por su raíz algunas betas de materia endeble, las penetre, deshaga, y debilite su subsistencia: despues de tenerlo vencido en una de las grandes crecientes, en que de las 8 varas solo queda fuera como una, lo arrancará, y hará correr, con cuyo movimiento, y el choque que hace contra otras peñas menores, se irá rompiendo, y se reducirá á partes mas pequeñas que rueden con menos dificultad: á esto debe atribuirse verse aquellos rios en todo su cauce, y en las orillas mas cercanas al agua llenas de peñasquería suelta, y de tamaños tan disformes, que no es posible moverlas con las fuerzas humanas. Para que se pueda formar idéa de la profundidad que tienen aquellas quebradas, respecto del territorio, ó suelo habitable de la parte alta de la América, será bien citar algunas experiencias que lo manifiesten. La Villa de Guancavelica se halla fundada en una quebrada, que forman várias cordilleras de cerros: en ella se mantiene el Mercurio dentro del tubo del Barometro en 18 pulgadas, 1½ línea, siendo el medio entre 1¼ y 1⅓, que es la mayor variacion que se experimenta allí: segun ésta, es su altura sobre el nivél del Mar 1949 toesas, ó 4536⅔ varas. En lo alto del cerro de la Mina de Azogues, que todavia es habitable, habiendo otros inmediatos que le superan otro tanto, como él supera á Guancavelica, se mantiene el Mercurio en 16 pulgadas: su altura sobre el nivél del Mar es 2337⅔ toesas, ó 5448 varas, con que desde la planicie alta del cerro de la Mina, hasta el suelo en donde está fundada Guancavelica, hay 912⅓ varas, que se han profundizado por los varios rios que baxan por aquel cerro despues del Diluvio, los quales ván á juntarse con el de Guancavelica, que lleva su origen de otra parte que llaman el Ycho.

En el Pueblo de Iscuchaca, que dista cosa de una legua del de Conaica (y es del propio partido,) y de Guancavelica 8, la altura del Mercurio es 19 pulgadas, y 10 líneas, que corresponden á 1575 toesas, respecto del Mar, ó 3668 varas: aquel suelo está mas baxo que el de Guancavelica, 857 varas; y el Rio de Iscuchaca, en su quebrada, ha profundizado toda esta cantidad; pero el de Guancavelica entra en él, y en el parage en donde se hace la union está mucho mas baxo que en Iscuchaca: con que allí la escavacion de las aguas ha sido desde lo alto del cerro de la Mina 1769⅔ varas, y además todo lo que se halla mas baxo que en Iscuchaca.

El terreno, ó planicie, en donde está el Pueblo de aquel nombre, es mas alto que las aguas del rio, quando éstas se hallan en su altura regular de 10 á 12 varas, siendo desigual en extension, como despues se dirá: con que las aguas han hecho esta segunda escavacion sucesivamente, hallandose sobradas señales de ello, y lo son el que por la parte que está cercana al cauce del rio se halla la misma peñasquería suelta que hay en aquel, no dexando duda, que corrieron por su nivél en otros tiempos, y que a fuerza de desmembrar las partes del suelo lo han ido profundando.

Como abundan aquellos territorios de rios, no habiendo abertura de tierras, ó de montañas por donde no corra alguno, sucede, que en los parages en donde hacen union, la llanada de su cauce es mas dilatada que en los otros, porque el cerro, ó eminencia que se halla en él con curso, parece haberse disminuído en la parte donde habia de formar la punta, á efecto de lo que las aguas han ido robandole por uno y otro lado, á medida que le han profundado. Estas llanuras están en forma de graderías, unas mas altas que otras, como que se fueron disponiendo con casualidad, á medida que las quebradas fueron haciendose mas profundas. Al contrario sucede en las partes donde los rios llevan el curso algo derecho, que quasi no tienen extension las orillas altas; y siendo en estas en donde los caminos se hallan cortados, en el poco declivio de las pendientes, son muy estrechos y peligrosos, pues apenas tienen la anchura precisa para que pueda sentar los pies un animal. En donde el rio hace vuelta tiene mas capacidad la llanura de la orilla alta, pero no tanta como en donde hay union de rios; y es la causa, porque el dár vueltas las aguas se esplayan mas que quando ván línea derecha, y comen la punta de las eminencias por el lado que rodéan, ó que hace como centro á la vuelta que toman.

De lo que queda dicho se puede colegir toda la elevacion que tiene la parte alta, ó serranía de la América, respecto de la baxa; y que en ella misma hay parages profundos, á modo de senos, que tienen, como se ha explicado, 1769⅔ varas perpendicularmente, y mucho mas, con estensión suficiente para poblaciones, y sembrados de muchas especies, pero se halla entrecortada con estas aberturas, ó quebradas disformes, unas mas profundas y anchas que otras: debiendo entender, que á imitacion de lo que queda explicado, es toda aquella parte del Mundo, que se particulariza en ello.

Para el asunto presente es indiferente que aquellas grandes quebradas, ó aberturas sean la obra de los rios, ó formadas por otra causa: lo que se intenta explicar es, que al respecto de la mucha elevacion que tiene aquella tierra, son mas profundas, y mas anchas; no siendo comparables con ellas las de las otras montañas que se conocen en las demás partes del Mundo, porque exceden á las mas afamadas en altura, y en muchas leguas en la extension de lo ancho.

Dexemos ahora las altas Cordilleras de aquella parte de la América, y pasemos á examinar algunos de los Países que ván acercandose ácia la Equinocial, y desde allí se dilatan por el Emisferio del Norte, en los quales, aunque se encuentra alguna semejanza, no dexan de tener bastante disparidad. En la parte de Guayaquil, que ésta en 2 grados, 11 minutos Súr, poco mas, cuyo rio es uno de los caudalosos de las costas de la América del Mar del Súr, son las tierras tan llanas y baxas, que se inundan, por espacios dilatados de muchas leguas en el tiempo de las llubias, que es lo que llaman Invierno; y empieza allí en el mes de Diciembre, quando el Sol está en el Trópico de Capricornio, por causa de la llanura del terreno: los rios no tienen pendiente sensible, y con las llubias, que son muy copiosas, crecen saliendo de madre; y con poco que se levanten sobre el nivél regular, es suficiente para que cubran la tierra en el modo que vá dicho, y asi se camina en cabalgaduras por dentro del agua, dirigidos de los que son prácticos, sin que exceda la altura en unos parages mas que en otros. La tierra es limosa, y está pobladisima de árboles, que con la abundancia de la humedad y el calor, crecen, y se hacen fornidos en corto tiempo. En los otros territorios baxos, que siguen de allí para el Súr, no es tanta la igualdad, y la poca elevacion, que dén lugar á que se inunden las tierras, que por lo general son de arena; de modo que se diferencian en estas dos circunstancias de la mas, ó menos altura, y en la calidad.

Las altas Cordilleras siguen quasi hasta la vecindad del Mar del Norte, en las Costas que corren desde Cumaná ácia Portovelo, y dán la vuelta por el Golfo de Honduras; pero los parages adonde concluyen, hasta las orillas del Mar, el territorio es baxo en bastante distancia, en partes anegadizo, y en otras con alguna mas elevacion que les liberta de ello; pero generalmente los de las cercanías de los Rios caudalosos, como el Orinoco, Madalena, el Sinú, el Chocó y los demás, las llanadas tienen mas leguas de extension, y sus orillas empiezan por ser tierra muy baxa, que en algunos se mantiene mas que en otros, sin salir de aquel nivél: no faltan Naturalistas que piensen que los rios caudalosos ván extendiendo la tierra con el limo, y las otras materias que arrastran, depositandolas en las orillas del Mar por su desembocadura, y que alejan el Mar de las orillas antiguas; originandose de esto, que la parte mas inmediata á él es la mas baxa, y que entrando algunas leguas á lo interior, vá levantandose el nivél alguna cosa. Otros han pensado diversamente; pero de qualquier modo que suceda, es constante que los grandes rios de aquella parte, antes de salir al Mar, corren grandes distancias por parages muy llanos, y que en las inmediaciones á él son tan baxos, que luego que crecen los cubren enteramente con sus aguas.

Otro tanto sucede por la parte del Oriente de aquella América, desde el Orinoco, hasta el Rio de la Plata; y asi, la parte alta de que se habla está rodeada de una faxa de territorios baxos, los que por este ultimo lado aun tienen mas anchura que por el Occidente, pues corresponden á él las Pampas de Buenosayres, que son dilatadisimas, y las del Paraguay, y el Tucúman; pero como estos Países se hallan distantes del Mar, no se inundan, y su nivel es de alguna mas altura.

La Isla de Curazao, que ocupan los Holandeses, es alta, al modo de un pan de azucar: la de Jamayca es de serranía bien elevada; y estando cerca de la de Cuba, sus inmediaciones al Mar son baxas y rasas por la parte del Súr, y se anegan muchas en los aguajes que ocasionan los temporales. Las tierras montañosas y altas están ácia el centro de ella, y no son muy elevadas: la parte del Poniente, por el lado del Norte, es baxa, y la del Oriente alta, haciendo montañas, aunque tampoco son éstas comparables en la altura, con mucha diferiencia, á las de la América Meridional, segun se dixo antes. La Isla de Santo Domingo es alta, en la mayor parte, y ácia el lado del Occidente escarpada; y asi se vé, que la naturaleza parece que no guardó regla fixa en las disposiciones que les dió, para que no hubiese uniformidad, pues en distancias cortas varió las cosas de una misma especie.

La Florída, y las tierras que corren desde ella ácia el Norte, en lo que ocupa la Nueva Inglaterra, hasta llegar al Rio San Lorenzo, son Países, por lo general, llanos, dilatandose en esta forma ácia lo interior algunas leguas, hasta las Montañas de Apalaches, que corren del Súr para el Norte, y están apartadas de las costas de Virginia y Carolina de 25 á 30 leguas. Lo mismo sucede con las que corresponden al Seno Mexicano en toda su circunferencia; y las tierras altas se hallan por lo comun distantes de la Marina, de modo, que parece que la naturaleza quiso colocar las que tienen elevacion ácia el centro de los espacios de tierra, haciendo tan rasas y iguales las que se aproximan al Mar, que en muchas se representasen como que empiezan á salir de él, pues no son pocas las que por largos espacios quedan sumergidas en las crecientes, y solo se descubren en las menguantes. En las costas de la Habana, por la parte del Súr, es bastante comun en los que llaman Cayos; pero donde se hace mas perceptible es en la Ensenada de Panzacola, y la Luisiana, cuya circunstancia dá motivo á detenemos en su explicacion.

Son tan baxas las tierras de la desembocadura del Rio Misisipi, que mucha parte de ellas están anegadas, y solo se conocen por los carrizales que sobresalen: por esta razon aquellas, y quasi todas las costas contiguas son dificiles para llegar á ellas, porque el Mar las confunde, no pudiendo reconocerse estando algo apartados: otras quedan sobre el agua en las menguantes, y debaxo en las crecientes: esto sucede hasta 15 leguas mas adentro de la boca; y de allí para adelante es tan corta la diferiencia, que para embarazar que el agua las bañe, quando el rio está crecido, levantan diques, ó murallones de tierra de toda la altura que toman aquellas, segun lo tiene enseñado la experiencia de muchos años. A corta diferiencia sucede esto en quanto aquel rio corre para el Norte, pasando de 550 leguas las conocidas. Esto no obstante, se vé que el País mas distante del Mar es algo mas alto que el que está inmediato; de la propia cantidad que el rio tiene su pendiente, resultando de ello no ser tan ordinario el anegarse; pero es poca cosa lo que quedan mas altas que el agua en las crecientes.

A esta semejanza aquel dilatado espacio, que corre ácia el Poniente y el Norte, es de llanuras muy grandes, entrecortadas de rios, que juntandose unos con otros ván al fin á descargar las aguas al Misisipi, y de algunas montañas salpicadas en la larga extension. En este modo siguen hasta ir muy al Poniente á encontrar las montañas elevadas de la América Septentrional, que corresponden ácia el Mar de California, y por el Norte de esta; siendo centenares de leguas de tierras baxas y llanas las que se cuentan desde las Serranías de Apalaches, hasta donde empiezan aquellas montañas Occidentales: en esta conformidad puede mirarse la parte de América, que corre desde los 25 grados de latitud para el Norte, dividida en dos partes: la mas dilatada del Súr al Norte, y del Oriente ácia el Occidente, llana en ámbitos espaciosos, muchos de estos de territorio baxo, y dividida por muchos rios, y por montes salpicados; y la otra, que corresponde al Mar Occidental de la Calífornia alta, de terreno elevado,al modo del de el Perú, siendo ésta la que compone los Reynos de Nueva-España, Nueva-Galicia, y Nueva-Vizcaya; y aunque estos son bien anchurosos, no tienen comparacion con la parte que vá desde sus pendientes hasta la Serranía Occidental de los Apalaches, y desde la Oriental de ésta al Occeano, por las costas de la Nueva-Inglaterra.

Aquella parte de territorio elevado ácia el Mar de California, del qual no se tiene conocimiento para poder hacer juicio de su altura sobre el nivél del Mar, ni tampoco de lo que se estiende en lo ancho de Oriente á Occidente, es la continuacion de la América Meridional, que despues de haberla ocupado en su medianía desde el Súr ácia el Norte, hasta cerca de las costas de Caracas, Santa Marta, y parte del Dariél, se comprimen: pasan por el Reyno de Tierra-Firme y Ismo de Panamá, en donde ván reducidas á una cordillera estrecha, y no muy alta; y despues, siguiendo por la Provincia de Goathemala, vuelven á estenderse, y tomar elevacion, continuando asi por las Provincias de los Reynos de Nueva-España, hasta perderse en los Países del Norte de aquella América, que están desconocidos por no haber llegado á ellos los descubrimientos.

En esta América domínan mas las llanuras y territorios baxos que las tierras elevadas, lo que no sucede en la Meridional, no obstante de las muchas que tiene desde Buenos-Ayres, hasta el Tucumán, y por la parte de los Rios Grande Marañon, Orinoco, y otros, que son caudalosos, y de bastante anchura, pues las tierras altas se estienden todo lo que se ha dicho, y ocupan la parte interior y centro de aquel dilatado espacio de Mundo.

El Rio Misisipi no tiene conocido origen, ni se sabe el curso que trae hasta los 43 grados; pero por las relaciones de las Naciones de Indios, que habitan aquellos territorios mas interiores, se deduce que viene de las partes de Occidente, y que nace en las cordilleras de Montañas, que corresponden ácia el Mar, mas arriba de California, cuyos Países, aunque son continente con los Reynos de Nueva-España, no se han reconocido bastantemente, y asi son confusas las noticias que se han adquirido en este asunto. Se ofrece una reflexion bastante curiosa, y es, que en el Perú, los parages á donde menos se ha internado el empeño de los Descubridores, son los Países llanos que hay desde las faldas Orientales de la Cordillera ácia el Occeano, porque entre ellas y los del Brasíl hay territorios muy estendidos, que se mantienen en el primitivo estado que les dió la naturaleza, habitados de Indios, tan incultos y distantes de la civilidad, que viven como las fieras, y solo se diferencian de ellas en la figura. En la América Septentrional son conocidos los dilatados espacios de llanura, que corren desde las límites Occidentales del Occeano en la Nueva-Inglaterra, hasta las Montañas de Apalaches, en los que continúan desde estas hasta el Rio Misisipis, y en los que ván desde este Rio hasta las que forman la cordillera de la parte Occidental; pero las otras que corresponden á estas llanuras, y á las Provincias de la Nueva-Inglaterra, hasta la latitud del Canadá, se hallan tan desconocidos como las llanuras del Perú entre los Rios Orinoco y Marañon: entre éste y el Rio Grande, y siguiendo hasta Buenos-Ayres, y el Súr, no encontrandose mas motivo para lo uno que para lo otro; porque si en la Septentrional se quisiere atribuir á lo frígido de aquellas montañas, por hallarse desde los 37 grados, hasta los 46: en la Meridional los ámbitos desconocidos corren desde las inmediaciones de la Equinocial hasta Buenos-Ayres, y Estrecho de Magallanes; y no ofreciendose el impedimento de lo frígido, ni el de lo áspero y escabroso de las cordilleras, no hay otra mas que la de no haberse cumplido el término que hay en todas las cosas, para que se penetre á unos y á otros para que se conozcan.

Las cordilleras de los Andes, en la América Meridional, estaban habitadas por gentes cultas, y segun sus leyes y costumbres, civilizadas; por esto se entró en ellas, y se conquistaron con facilidad. Las llanuras que desde aquel Mundo alto corren hasta el Brasíl, lo están por Naciones barbaras y feroces, que no conocen ningun genero de civilidad, y por esto ha sido dificil introducirse en ellas, establecer algun trato sociable, y llegar á conocer lo que son. Esto mismo sucede en las montañas de la Septentrional, y permanecerán asi unas y otras, hasta que corriendo mas el tiempo se vayan insensiblemente abriendo caminos por donde se facilite la comunicacion, y se venga á saber con certeza lo que contienen en calidad de gentes, de animales, de plantas, y de otras cosas particulares, que no sean comunes á las demas partes del Mundo.

Debaxo de las aguas parece que el suelo, ó fondo de ellas imita en lo llano, y en las desigualdades la disposicion que tienen las tierras que se hallan fuera de ellas; y asi en aquellas partes, donde los territorios son muy rasos, baxos, y que siguen con igualdad largos espacios, los que están contiguos á ellos debaxo del agua son en la misma forma; y esto es á lo que en la Nautica se llama Sonda, porque en bastante distancia de la tierra visible, ó superior á las aguas, se encuentra el suelo, ó fondo, y la cantidad de agua se vá disminuyendo poco á poco hasta la orilla. Asi se experimenta en las costas de la Florída, en la Ensenada de Panzacola, y en todo lo que se conoce baxo de el nombre de Seno Mexicano, que comprehende las costas de Campeche, hasta las de Honduras. No es asi en donde hay tierras elevadas inmediatas al Mar, ó poco distantes, porque en sus orillas se halla mucha profundidad, y asi en las del Mar del Súr no se encuentra sonda, siendo preciso estár á la vista de tierra, y algo cerca para hallar el fondo. Las llanuras del fondo del Mar son tan iguales como las de la tierra, enseñandolo asi los Placeres, que son parages donde hay poca profundidad: el de la Vibora se atraviesa por la parte del Oeste del Cascavel, y se andan sobre él 12 leguas del Súr al Norte, siendo tal la igualdad del suelo, que en esta distancia no baxa de 12 brazas, ni llega á completar 13; pero luego que se sale de él se conoce, y se aumenta de repente la profundidad en tanto grado, que no se encuentra el fondo con 50 brazas. De esto puede colegirse, que si las aguas baxasen de toda la cantidad que lo cubren, se descubriría una llanada, que tendría de largo del Norte para el Súr las 12 leguas que se han dicho, pero ésta se hallaría al modo de las tierras altas de la América Meridional, en lo alto de unas eminencias, respecto de las profundidades que la rodean.

Navegando desde la Trinidad al Batabano, se hace la mayor parte de este camino por Placer de poca profundidad, por cuya causa solo pueden ir por allí. Embarcaciones pequeñas. Entre las várias profundidades que se vén en él, hay un tramo, que llaman el quebrado de Cayo Cacao, sobre el qual solo hay 11 pies: las Embarcaciones, que necesitan agua de éste, ván arrastrando la quilla sobre él; y si no fuese tan igual no sería practicable, porque habiendo de hacer camino por espacio de hora y quarto, quedarían estancadas, si hubiese en su distancia algunas desigualdades donde el agua disminuyese: en sus inmediaciones es la profundidad desde 12 hasta 20 pies, y sin aumento siguen asi distancias de 3, ó 4 leguas. A la semejanza de estas llanuras, que están debaxo del Mar, son las de la misma Isla de la Habana, hallandose tan iguales, que se anegan con las llubias, por no tener pendiente alguna para que corran las aguas.

De las alturas y llanadas dilatadas que hay sobre las tierras altas de la América, ó de aquel Mundo empinado, se ha venido con la idéa á dár una noticia de las que están cubiertas de un pielago dilatadisimo de aguas, para que se admire la providencia del Autor Supremo en el orden de semejanza que guardó en ciertas cosas, al paso que en otras quiso que no se pareciesen, y tambien que la variedad no fuese regla fixa que hubiese de prevalecer en todo.