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ArribaAbajoEntretenimiento V.

Sobre los distintos temperamentos de la parte alta de la América, efectos que producen, y causas de lo que allí se experimenta contra el orden general de las otras partes.


No son iguales los temperamentos en aquella parte elevada de la tierra: hay en ellos de todas clases, segun la altura y disposicion de los territorios. A proporcion de aquella son los hielos mas constantes en el Verano, y las nieves y granizos mas comunes en el Invierno; y quanto mas se desciende van siendo mas calurosos, y menos regulares los frios. Aquellas grandes profundidades por donde corren los rios, que por allá llaman quebradas, y dice el nombre lo que en realidad se representa, son lugares que tienen todos los accidentes de la Zona Torrida. El ayre tiene mas densidad que en los otros, y el calor del Sol lo imprime en él con mas eficacia que en donde está mas ligero: el abrigo de las eminencias, que forman aquellas concavidades, contribuye á que la reberveracion sea fuerte; y de una y otra causa resulta, que los calores son sensibles, y que la tierra lo dé á entender en sus produciones.

La profundidad, ó quebrada de Iscuchaca, de la que se ha dado yá alguna noticia, no es de las mas profundas, y consiguientemente su temperamento no es tan cálido como en otras. En los meses de Verano, el termómetro, colocado dentro de las viviendas, está en 11 grados, y su mayor variacion en lo mas entrado del dia es 1½ grados, subiendo hasta 12½. En el Invierno se halla desde 14 hasta 16, sucediendo esto constantemente en todos los años. Esta diferiencia, que tiene del temple de Guancavelica, aunque no es grande, causa efectos muy sensibles en animales y vegetales, de tal modo, que al llegar á la mitad de la cuesta por donde se baxa, se sienten los movimientos de la dilatacion sensiblemente, porque no correspondiendo todas las partes de la organizacion con igual prontitud, hay alguna sofocacion mas, ó menos grande, que se manifiesta en zumbido pronto de los oídos, y torpeza de este sentido, en el hormigueo de las extremidades del cuerpo, y en otras señales semejantes, no dexando duda proceder de lo que se dilata la sangre, sin dár tiempo á que los vasos tomen la correspondiente extension. La ropa que se lleva del otro temperamento pesa, é incomoda; y á este respecto, parece haberse salido de un Invierno, y estár en un Verano repentino. Esta mutacion sucede en el espacio de 8 leguas, que son las que hay de un parage á el otro, y se andan en otras tantas horas, ó en menos tiempo: con que no es menester mas tiempo que este para transferirse de los hielos al calor, ó de un Invierno de frios rigorosos á un Verano, cuyos calores, aunque en realidad son moderados, no dexan de ser sensibles para los que se hallan habituados al clima frígido del otro parage.

Las produciones de la tierra son el termómetro y regla de aquellos temperamentos. En los frígidos, como Guancavelica, solo se crian Pampas, que es lo que en Europa llaman Batatas de Irlanda. La Cebada crece, pero no dá grano, y allí no prevalecen los Arboles frutales de ninguna especie. En Iscuchaca grana la Cebada, se produce el Trigo, y tambien el Maiz, que requiere temperamento de mas calor que aquel grano: allí subsisten los Sauces, y los Cedros: hay otras especies de Arboles, y las faldas de aquellas pendientes están pobladas de Arbustos, que no se encuentran en los territorios altos.

A esta semejanza, en otras profundidades mas baxas que aquella, el calor se aumenta tanto, que se cria la caña del Azucar, cuya planta requiere mucho calor para madurar; y los Arboles de climas cálidos dán todo genero de frutas, propias de ellos, como los Platanos, las Piñas, Aguacates, ó Paltas, Guabas, por otro nombre Pacaes, y todo genero de raíces y legumbres. En estos lugares profundos no falta la division de tiempos, pero la diferiencia de unos á otros no es grande: sin embargo de ello, las mañanas antes de salir el Sol son frias mas de lo que corresponde á un temperamento de Primavera regular; y en el Verano no dexa de sentirse el hielo alguna vez, que aunque no es grande, es suficiente para no dexar de hacer daño á las plantas.

Dentro de un territorio de cortas leguas se vén alli los quatro Tiempos del año constantemente: en uno, los frios rigorosos del Invierno: en otro, las delicias de la Primavera, sin las molestias del Otoño; y en otro, los calores fastidiosos del Verano, y las produciones de la Zona Torrida. Esto sucede siendo notable el tenerlas trastornadas, mediante que quando el Sol se halla mas distante del Zenith, se experimenta el Verano, como queda prevenido; y quando está mas próximo, y que debería calentar mas, es el Invierno. De esto sacamos que la naturaleza no se sujeta á reglas precisas, y que tiene reservadas providencias para invertirlas, sin interrumpir el orden necesario para la subsistencia.

En la corta distancia de 10 leguas, que es todo lo que puede mediar entre el territorio baxo y el alto, se vé el extraordinario fenómeno de estár encontrados los tiempos. Parece deberse mirar esta circunstancia como una de las mas raras particularidades que hay en aquellos Países. La diferencia de altura, y las profundidades encaxónadas y abrigadas pueden ocasionar, como se ha explicado, el mas, ó menos frio, y el grado de calor mas activo, pero la contrariedad de tiempos es cosa mas singular. El Invierno es en el terreno baxo en los meses de Junio, hasta Noviembre, que es en el que corresponde, por la carrera que lleva el Sol en aquel tiempo en los Signos Septentrionales; pero que en este propio tiempo sea Verano, cuya estacion es diametralmente opuesta en la parte alta, sin que medie entre las dos mas distancia que la que hay desde el uno al otro por aquel tránsito inclinado de las montañas por donde se vé, parece repugnante á la conprehension, no menos que el que la naturaleza los distinguió tan por entero, que no hubiese cosa en ellos que tubiese semejanza. Las nubes continuas y las Garuas causan el Invierno en la parte baxa: las nubes con las llubias, nieves, y granizos lo causan igualmente en la alta, sucediendo lo contrario en el Verano; y asi es consiguiente, que quando abaxo el tiempo es claro, lo sea arriba obscuro, y á este modo anden opuestas las estaciones.

La floxedad de los vientos Sures, y tal vez la suspension de ellos, por intérvalos de algunos dias, causa la nube que encubre el Sol en la costa y parte baxa; porque no habiendo viento que las mueva, están los vapores humedos, que se lebantan de la tierra, parados. Esta nube no se pone tan alta, como lo está la parte superior de la tierra, deteniendose á una determinada elevacion. Los vientos Sures, que son los continuos en aquellos Mares, llamandose asi aunque toquen algo del Sudoeste, pierden la fuerza en la parte baxa de la athmósphera, manteniendola en la que está mas alta; y corriendo por un espacio superior á las nubes, igualan con el nivél de la tierra alta, y corren por ella sin embarazo. En este modo, no solo no dán lugar á que se formen allí nubes, sino que siendo constantes las disipan, haciendolas correr para la parte opuesta. Por el contrario, en el Verano de la tierra baxa, los vientos corren con fuerza inmediatos á su superficie, disipan las nubes y los dias son claros. Estos vientos no se levantan entonces á toda la elevacion que necesitarian para bañar la alta, y dominando entonces con variedad los de tierra, dán lugar á que se formen las nubes, que se hagan densas, y que ocasionen llubias; pero como en la rarefaccion que el ayre tiene allí, agregada á la abundancia de partículas nitrosas, que por su sutileza se levantan hasta aquella altura, ocasionan el frio, que es comun en todo tiempo: nace de ello, que lo que habia de ser agua se congela unas veces en granizo, otras en nieve, y no pocas mezclado esto con el agua. Los vientos Sures, en aquellas partes, son lo mismo que los Nortes en el Emisferio Septentrional: limpian la athmósphera, son frios, porque corren de las partes Meridionales, y el Sol se halla en aquella estacion en la mayor distancia del Zenith: todas estas causas concurren para que se experimenten hielos; siendolo tambien para que estando en la sombra se sienta frio, y pasando al Sol calor: con los hielos se endurece la tierra, comprimiendose sus poros: la reflexion del Sol debe ser mayor entonces, que quando sus rayos hieren una superficie esponjosa; y á esto se debe atribuir, que el Sol de Puna sea mas activo é insoportable que el de los territorios templados, ó cálidos en donde todos los cuerpos están dilatados, y sus porosidades son mayores que en el otro caso. Del mismo modo, los poros del cuerpo se hallan cerrados con el frio: la actividad del Sol no encuentra disposicion para la transpiracion, y el efecto del calor es mas sensible en las partes externas, que las quema, ó achicharra, que los de temperamentos que son verdaderamente cálidos. Otra particularidad tiene el Sol de Puna, y es, que aunque parece que abrasa, y estando parados es inaguantable, no causa sudor, ni es suficiente para ello el que se agite el cuerpo; regularmente la causa es por la frialdad que conserva el ayre, la qual comprime los poros, no dandoles lugar á que transpiren con facilidad; de suerte, que de una parte se siente el calor por la reflexion de los rayos del Sol, por otra el frio, que es natural en la ligereza de aquella athmósphera; y en esta contrariedad de climas, á un mismo tiempo padece la naturaleza, y sobrevienen las incomodidades que quedan dichas, pues si pudiese desahogarse descansaria, asi como sucede en los temperamentos cálidos.

Sin otra causa mas que los vientos Sures, y la forma en que reynan, parece estár explicada la de las estaciones encontradas en aquellos parages, y la de los Inviernos frios en la mediainía de la Zona Torrida, entre la Equinocial, y el Tropico de Capricornio, contra lo que debia suceder si solo se atendiese á la proximidad del Sol, pero su influencia se modera con las otras causas, y en donde el calor debia ser continuo es moderado, respecto del que hay en otros parages. La diferiencia de alturas, y el abrigo de las aberturas, ó quebradas son causa, aun allí mismo, para la variedad en los climas; bien que las estaciones no son encontradas, como sucede respecto del País baxo.

El temperamento de la Luisiana, en el Verano, es mucho mas cálido, sin comparacion, que el del territorio baxo del Perú, y que el de las profundidades del alto; y no obstante este mas calor, la Caña de Azucar prevalece en él con dificultad, quando en estos otros se cria regularmente: la causa de ello es, que en los meses de Verano, en la Luisiana, no tiene todo el tiempo que necesita para completar el periodo de la vegetacion, interrumpiendola los frios y hielos alternados del Invierno. En el otro País no sufre estas alteraciones, porque la desigualdad del temperamento entre el Invierno y Verano no es grande, y necesitando allí el término de tres años para ponerse en estado de madurez, no le perjudica el temperamento de los del Invierno que intervienen: lo que en la Luisiana no puede ser, mediante que entre dos Veranos median hielos que la secan y detienen el curso de la vegetacion, siendo preciso que crezca y tome madurez en el tiempo que dura el Verano.

Por medios opuestos sigue la naturaleza cierto régimen de semejanza, y parece conformarse unos climas con otros, aunque estén muy apartados. En la Luisiana alternan en el Invierno dias de tanto calor, que pudieran tomarse por Verano de otras partes; pero en el Verano no alternan dias de hielo, y los tiempos, segun queda dicho, están en continua variacion de frio y calor. En el Verano de la parte alta del Perú sucede lo propio. Los dias de hielo, que son los de Verano, están interrumpidos con otros de Invierno, al modo de aquel País, porque suspendiendose la fuerza de aquellos, siguen inmediatamente las llubias, nieves, y granizos, que son señales de Invierno, y el temperamento se halla igualmente en la misma agitada alternacion que la que tiene allá. Lo que esto tiene de particular no es la cesacion de un temperamento, para que le suceda otro mas moderado en su especie, sino el exceso de pasar repentinamente del uno al otro en extremos opuestos.

El Verano de la parte alta del Perú dá la ultima sazon á los frutos, pero si se adelanta los pierde enteramente. Puestos en sazon, durante el Invierno, con las llubias y la moderacion del frio, luego que empiezan los hielos, desde el primero se agostan, y al tercero están enteramente secos, haciendo el hielo y el Sol de Puna lo que habia de resultar solo del calor del Sol: de esto nace, que quando sobrevienen los hielos, antes que hayan tomado toda la madurez que conviene, se secan fuera de tiempo, y quedan sin sustancia. Los efectos del hielo son mas prontos que los del Sol, porque en el término de uno, ó dos dias hacen con las mieses lo que el Sol por grados en el discurso de muchos.

En las profundidades no son los hielos los que perfeccionan las cosechas, porque aunque alcanzan algunos, segun queda explicado, no son fuertes, ni continuos; pero quando empieza la estacion de ellos en lo mas alto, siendo los dias claros está el Sol descubierto, y calienta lo bastante para que se perfeccionen, y por esto su total maduréz la tienen del calor del Sol. De este modo se vé alli el raro fenómeno de que en una parte se hace por efecto del frio, lo que en otra procede del calor, siendo en todas á un mismo tiempo.

Los efectos del hielo y de la sutileza del ayre son tan sensibles, que se perciben igualmente en los cuerpos y en los metales. Los ayres son secos y sutiles, estos causan tal aridéz que las partes delicadas del cutis se rajan, y particularmente los labios, poniendose doloridos, y brotan sangre: las manos se ponen asperas y escamosas, y en las articulaciones de los dedos, por la parte superior de ellos, son las escamas mas gruesas que en el resto, tomando un color renegrido, que permanece, sin que el lavarse de continuo lo quite: á esto llaman Chuño, que es palabra de la Lengua de los Indios, y significa cosa arrugada y curtida con el frio. Observase en los metales la penetracion del hielo en aquella athmósphera, y lo manifiestan las campanas, que generalmente se rajan, sin que las liberte de este mal la precaucion de darles mas grosór que el que se acostumbra de ordinario. Esta, que no se vé tan comun como alli en otras partes donde hay hielos mas fuertes, prueba que concurre á ello á demás la sutileza del ayre, ó su menos densidad.

La frialdad del clima en el Verano precave alli de corrupcion, siendo de tal modo, que los pescados que se cogen en el Mar de 50, ó 60 leguas, se llevan y se comen tan frescos y buenos, como si se estuviese en la misma orilla de él. No solo se usa de ellos quando llegan, despues de haber hecho viage largo, sino que se guardan el tiempo que se quiere, y se encuentran siempre en aquel mismo estado que tuvieron al principio. Para esto tienen la precaucion de hacer las pescas de parte de tarde, y luego que llegan con él á las Playas lo abren para sacarle las tripas, y puesto en las banastas caminan por el País baxo la primer noche, de modo que al amanecer hayan llegado á las primeras alturas de la Puna: estando allí no tienen peligro de que se dañe, porque recibiendo la primer helada del nuevo temperamento, queda asegurado para conservarse todo el tiempo que se quiere. El pescado en esta forma está endurecido; quando se quiere usar de él se pone en agua por espacio de media hora, lo qual se hace para que se deshiele, y buelva á su estado natural, en cuyo modo buelve á que dár como si se acabase de sacar del Mar. La diligencia de deshelarlo es tan precisa, que sin ella no se le puede separar la escama, ni cuece, quedando siempre duro y empedernido; pero puesto en agua fria, que es la del tiempo, se liquidan las partes que están coaguladas, y queda flexible y docil: en agua tibia, ó caliente no se deshiela como en la del tiempo. Lo mismo que con el pescado sucede con las carnes y las frutas: las primeras duran quanto se tarda en consumirlas, sin que disminuyan su bondad: las segundas se conducen de las profundidades, ó de otros territorios baxos, que llaman calientes, y con el beneficio del hielo se mantienen sin sobrevenirles corrupcion. Lograse la ventaja de que no habiendo en las partes altas fruta alguna, se consiguen las mejores, porque todas ellas están heladas naturalmente. Era el Invierno no disfrutan de esta comodidad aquellos Países, embarazandolo la abundancia de las llubias, que son frequentes, como queda dicho.

Aunque en el Invierno es aquel País tan llubioso, que son raros los dias en que no suceda, es el ayre seco en todos tiempos: suelen las paredes de las casas estár manando agua, que se introduce por las porosidades de los materiales, y los suelos estár humedos durante el tiempo de las llubias, sin que por esto se reconozcan los efectos de ella, ni en la salud, ni en los metales, que uno y otro se conservan sin alteracion. Al contrario sucede en el territorio baxo: las llubias son cortisimas, pues consisten en aquellas menudas que no llegan á formar gotas sensibles, y sin embargo es el ayre humedo con exceso, no pudiendose conservar las cosas de hierro, ó acero sin que desde luego los entre el moho, á cuyo respecto sucede con las demás. Los Países calidos son por lo general llobiosos, y se experimentan todos los accidentes de ello. Esta diferiencia que hay con el territorio alto no puede proceder de otro principio, que de la diferente densidad de la athmósphera, que en donde lo es mas, tiene disposcion para contraher las particulas menudisimas del agua, y al contrario no las admite en donde es mas ligero. Esto procede de no tener bastante cuerpo para mantener las fluctuantes, y asi sucede que se precipitan convertidas en llubias, dexando el ayre libre de ellas. Asi como el calor del Sol en aquellas elevaciones se siente de distinto modo que en los Países baxos, el frio se hace sensible de otra suerte que en los climas que naturalmente lo son, por la obliquidad de los rayos del Sol. Luego que se sube del País baxo, siente el cuerpo un desconsuelo tan extraordinario, que es mayor que el frio: ningun abrigo es suficiente para moderarlo; el calor del fuego no lo corrige, ni el abrigo de la cama mas bien preparada y mejor mullida basta para mitigarlo. Esto, que dura algunos dias, hasta que la naturaleza se acostumbra, molesta aun mas en la noche que en el dia; y los efectos de la frialdad, sin embargo de los abrigos exteriores y de las precauciones que se toman, se hace sentir en lo interior del cuerpo á semejanza del frio, que precede en las calenturas tercianarias. La razon de ello puede ser la mudanza repentina de un clima templado á otro frio; y no habiendo tenido en tan breve tiempo el suficiente para que los poros se compriman en la correspondencia que conviene, las partículas frígidas se introducen con libertad, y hieren las fíbras delicadas de los nervios, causando una sensacion extraordinaria, que ocasiona la displicencia del cuerpo; y por esta causa ni basta el abrigo, ni el calór, ni la agitacion para evitarlo. Esta incomodidad dura 20, ó 30 dias, hasta que poco á poco se disminuye, y la naturaleza se habitúa al clima. La misma novedad en los principios buelve en lo succesivo por el lado opuesto. Acostumbrada la naturaleza á aquel temperamento, no se le hace despues tan sensible el frio, como sucede en las partes donde entre el Verano y el Invierno hay muchos grados de diferiencia. Las casas tienen poquisimas precauciones. En el vestuario, aunque regularmente se trahe el de Invierno, no es con la duplicacion que parece pedirlo la destemplanza del ayre. No se usa de fuego para calentarse, y á este respecto se vive como si se estuviera en una Primavera, sin faltar aquellas señales que convencen lo contrario en el chuño de las manos, en las aberturas de los labios, y la aridéz del cutis, verificandose en ello la disposicion que tiene la naturaleza para acomodarse sin molestia á los distintos temples quando son continuos.

Por lo que queda explicado debe entenderse variar aquellos temperamentos á proporcion de la mayor elevacion en que se hallan, ó de la profundidad en que están, y que en esta parte se diferiencia la tierra alta de las restantes, pues las reglas, que son comunes, se vén totalmente variadas en tanto grado, que las estaciones, los tiempos, y los efectos son diversos: allí es Invierno, quando correspondia ser Verano: reinan los vientos contrarios á los del País baxo: llueve mucho, y es el ayre seco: hiela, y entonces es quando se maduran las mieses, ó á lo menos toman el ultimo grado de perfeccion, aunque son pocas las especies que pueden prevalecer: y ultimamente, el frio y el calor se sienten de distinto modo que en las demás partes, el uno abrasando, y el otro obrando en lo mas interior del cuerpo.

Las personas que no están habituadas á traficar por allí, además de la novedad que experimentan en los primeros dias de frio, están expuestas á otra mas molesta y extraordinaria; esto es, el Maréo de la Puna, siendo raros los que se libertan de él. Consiste en un mal tan incómodo y penoso como el del Mar, guardando el orden de los accidentes que son comunes en aquel. La cabeza se desvanece, y se acalora con fuertisimos dolores: á esto acompañan nauséas y fatigas, que producen vómitos viliosos, el cuerpo descaece y siente la falta de fuerzas, que es regular, y tambien suele acarrear calentura: el alivio que hay en ello es el vómito; pero algunos llegan á ponerse tan abatidos, que dieran cuidado, sino se tubiese certeza de que todo el mal no es otra cosa que Maréo. Dura esta incomodidad uno, ó dos dias, y despues quedan buenos. No es en todos igual; segun la disposicion de las personas es mas, ó menos grave, pero es raro el que no lo padece. Despues de haberlo pasado una vez no es regular que repita quando se buelve á transitar por Puna, yendo á ella del País baxo, ó de otras partes, cuyo temperamento, es cálido. Este accidente no puede atribuirse al frio, porque si solo fuese esta la causa, sería comun en todos los parages donde lo hace, y es preciso que proceda de la qualidad del ayre, bien sea por su ligereza, ó por otra que no está bien conocida. En el territorio alto de la parte de Quito, que no lo es menos que el de la parte del Perú, no se reconoce tal mal, siendo distinto de el de en Paramarse, ó á lo menos no se experimentó quando se hicieron las Observaciones, y por esto no se trata de él; pero en la parte que conduce á aquellas otras es general, observandose tambien que las personas que son propensas á él en el Mar, lo son en las Punas, y al contrario no lo padecen las que allí no lo han experimentado, bien que nunca dexan de tener novedad. En las altas montañas de la Europa, y en las de las otras partes de la sierra, no dexa de sentirse algo que se parece á esto, particularmente por las personas delicadas; pero no son los efectos tan sensibles y graves, ni tan generales como allá, procediendo en estas partes de la rarefaccion del ayre y el frio que se experimenta en las alturas, cuyas dos circunstancias es preciso que causen algunas alteraciones.

Otro accidente se observa con los animales en aquel clima, y es, que quando suben de las planicies á los cerros, ó Punas, como del parage en donde se halla alguna Poblacion, á los que le circundan, es tanto lo que se les comprime la respiracion, que sin embargo de hacer varias pausas para que tomen aliento, suelen de repente caerse, y quedar muertas. Las gentes de allí llaman á esto pasarles la veta, pretendiendo que generalmente por todas aquellas Serranías no faltan vetas de minerales de algun metal, y que de ellos se exhalan, por las porosidades de la tierra, partículas de Antimonio, de Azufre, de Arsénico y otros, atribuyendoles estos accidentes. Semejante opinion tiene en su contra, que si fuese asi, los que ván montados en las bestias experimentarían el mismo daño, y tambien aquellas quando están paradas; pero no sucede esto, porque ni los unos, ni los otros reciben mal; y es de creer, que la causa sea la sutileza del ayre, ayudada de algun otro cuerpo que se halle esparcido en él, sin salir inmediatamente de los poros de la tierra. Hay para ello tambien la circunstancia de no tener probabilidad que se encierren minerales en lo interior de todas las alturas, ó montañas en donde sucede esto, por no reconocerse señal exterior que lo indíque, y que para que fuese asi, sería preciso que todo aquel terreno alto en muchos centenares de leguas estuviese contaminado de ellos, sin que hubiese cerro, ó eminencia en donde no se hallase alguna.

Hay tambien otra razon que se opone, siendolo que, si los minerales causasen este accidente, sería comun en Europa en los muchos parages que los hay, sin que por ser de plata, de azogue, ó de otro metal dexase de suceder, pues se encuentran de todas especies. Mirada la opinion por otro sentido, no es tampoco persuasible, porque aquellas gentes son muy escasas de luces en estas materias, no teniendolas de la densidad, ó ligereza del ayre, ni conociendo los efectos que de ello pueden seguirse, y faltandoles estos principios mal pueden determinar la causa con certeza; y asi lo executan en lo que está mas aparente á su comprehension, que es las Minas, persuadiendose á ser tan comunes, que no se puede romper la tiera por alguna parte en donde dexen de encontrarse. Sus conocimientos de phísica subterranea, no obstante ser el exercicio de muchos las Minas, son tan escasos, que por lo general carecen aun de los mas vulgares principios; y asi para ellos el ayre de aquellas elevaciones, y el de la parte baxa es uno mismo en propiedades, sin pasar de aqui: no conocen lo que es elasticidad, densidad, ni gravedad. Tambien los racionales experimentan, quando son nuevamente entrados en aquellos climas, algo, que tiene semejanza con lo que queda dicho de los animales, porque al andar sienten una fatiga á modo de sofocacion que les molesta mucho, obligandoles á hacer largas pausas, y esto sucede aunque sea por terreno llano, para lo qual no hay otra causa que la sutileza del ayre; pero á proporcion que los pulmones se ván habituando á aquella athmósphera, vá siendo menos, bien que siempre que se intenta subir alguna cuesta se encuentra la dificultad, no siendo posible practicarlo, como se hiciera en otra parte, en donde la athmósphera tuviese la densidad regular.

Por la misma razon de ser el ayre ligero es propicio para los Asmáticos, que contrahen la enfermedad en otra mas densa. Conocen allá ésta por el nombre de Ahogos, y es bastante comun: por esto los que la padecen en el País baxo procuran irse al alto, en donde, aunque no sanen del todo, viven sin molestia. Por el contrario, los que la padecen en el País alto se hallan bien pasando al baxo, y asi la mudanza de athmósphera de mas á menos densa, y de menos á mas, es medicamento seguro para este genero de achaque, cuya noticia podia ser util en la Medicina, embiando los enfermos de unos parages á otros, aunque la diferiencia de altura no fuese tan considerable como aquella.

Alguna cosa de esta dificultad en la respiracion, se reconoce en los territorios altos de la Provincia de Quito, pero no es tanto como en la otra parte, debiendose atribuir á la circunstancia de estár la una en la Equinocial, ó muy cerca, y la otra no: de esto nace la opinion comun, de que las Punas del Perú son mas rígidas y fuertes que las otras; debiendose entender, que lo que se dice de las de Guancavelica es general en todas las otras que corren ácia el Súr.

Para la mejor inteligencia, antes de concluir este Entretenimiento, es conveniente advertir, que lo que llaman Puna en el Perú, es lo mismo que Páramo en el Reyno de Quito, y que todo aquel País frígido descampado, en donde no se habíta, ó no hay poblaciones, tienen el propio nombre, bien que hay unas Punas mas altas que otras, segun se hallan mas elevadas. De aqui proviene darles á los Soles fuertes la denominacion de Soles de Puna, la misma que á los vientos frios, desapacibles, é incómodos.