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Nuevas lápidas romanas de Tarragona

Emilio Hübner

Fidel Fita Colomé (S. I.)





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1

Fechada en 14 del corriente, he recibido del Dr. D. Emilio Hübner la doctísima respuesta que voy á leer.

Sr. D. Fidel Fita.-Madrid.

Mi distinguido amigo: Hace muy pocos días que, gracias á la amabilidad del Sr. D. Angel del Arco, digno director del Museo Provincial de Tarragona, disfruto y tengo en manos un calco de la insigne lápida Tarraconense, cuyo texto, según lo había leído el Sr. Morera, fué publicado por V., en letras cursivas y con breve adnotación acertada, en el Boletín de Octubre de este año (pág. 335, nota 1). Merece una publicación ad hoc, si es posible con fotografía del calco, porque contiene informaciones interesantes   —393→   y que, como lo observó V. desde luego, en parte se oponen á todo ensayo de interpretación.

La lápida fué pedestal de una de las numerosas estatuas de los sacerdotes del más alto culto provincial, los flámines de la provincia, colocadas en el área del templo de Augusto (C.I.L. II Nr. 4188 hasta 4260 y 6092 hasta 6100). Sabido es que á los epígrafes de estos pedestales debemos informaciones importantes geográficas é históricas. Fué encontrado, como escribe el Sr. del Arco, en las excavaciones que verifica el Ilmo. Cabildo de la Catedral para rebajar el pavimento de una puerta de la basílica -no muy lejos, pues, del lugar en que fué colocado en tiempos antiguos- y fué aprovechado en la Edad Media para labrar el basamento de una columna de gusto bizantino, destruyendo para ello parte de la inscripción. Mide 0,75 m. de alto y 0,42 de largo, faltándole, por la barbarie del lapicida, una parte del costado derecho. Las letras, cuya altura desde 0,06 m. en el primer renglón disminuye hasta 0,03 en el último, son claras, esculpidas con todo esmero, y corresponden al carácter bien conocido de la escritura epigráfica de la última parte del siglo segundo y principios del tercero, como lo muestra, por ejemplo, la gran base de León del año 216 p. C. (C.I.L. II 2663, en mis Exempla scripturae epigraphicae Nr. 658). Y que ésta, en efecto, es la época en la cual se grabó el texto del epígrafe Tarraconense, lo prueba su contenido, como luego se verá.

Para completar las letras, que á todos sus renglones faltan en su final á la parte derecha, sirve, hasta cierto punto, la observación evidente que no pocos de los renglones, que son el 4, 5, 6 y 10, 11, 12, se prestan á suplementos indudables, de modo que el espacio puede calcularse con exactitud. No todos los renglones fueron escritos hasta el fin, quedando un espacio no escrito en el uno, que es el 3, de al menos dos letras; en el otro, que es el 9, uno de al menos cuatro letras. Sin embargo, en los demás no hubo espacio vacío. Anticipando esta observación, voy á proponer el texto con suplementos, que someto á la aprobación de V., y que explicaré en algunas anotaciones que siguen:

  —394→  

Inscripción latina

Corresponde á la época, que entre la preposición y el substantivo no haya puntos (inre, renglón 5; inquinque, renglón 9). Perspicua es, en el renglón 3, la sigla particular para el convento, símbolo tipográfico (una c inversa), conocida por otros seis epígrafes Tarraconenses indicados en el índice del vol. II del Corpus (pág. 1174); y son los números 4198, 4200, 4236, 4242, 4452, 4457. Las letras compuestas en los renglones 7, 9 y 10 también son de costumbre en esta época.

Léase, pues, el texto así:

M(arco) Iulio Q[uir(ina) Se]reniano Ado[pti]vo, ex (conventu) Lucens[i], omnit(us) ho[norib(us)] in re publi[ca sua] functo, sa[cerdoti] Romae et Au[gustor(um)...* leius maris[.. ad]lecto in qui[n]que decuri(as) equit(um) Romanor(um) [a divo] Commodo, f[iamini)] p(rovinciae) H(ispaniae) c(iterioris), patrono [bene merenti].

En el primer renglón, después de la Q, el calco no muestra un punto, sino el resto del pie de una letra, que no fué ni F ni L, sino más bien una V. Por eso no puede suplirse Q(isinti) f(ilio), sino el nombre de la tribu Q[uir(ina)], frecuentísima en toda España, y precisamente en pueblos de la antigua Galicia y Asturias,   —395→   como en Aquae Flaviae, Asturica, Bracara, Flavia Augusta, Juliobriga, los Limicos, Segontia, Tritium (véase el índice del vol. II, pág. 1134). Que Sereniano no indicó el nombre de su padre, lo hizo tal vez porque no era ingenuo ó ciudadano romano. El cognomen de Marco Julio ya lo ha completado V. acertadamente, comparando la inscripción de su hijo, que nos ha conservado sólo la síloge de epígrafes Tarraconenses del ilustre arzobispo de Tarragona, Don Antonio Agustín, y que luego repetiré.

Después de los tres nombres con la tribu del flamen, la costumbre de los otros epígrafes de esta clase suele poner la indicación de su origen, nombrando la población en la cual hubo de funcionar en los altos oficios municipales antes de subir al grado más elevado de flamen ó sacerdos de la provincia en Tarragona. Siguiendo esta costumbre, V. me ha propuesto como suplementos del renglón segundo y del tercero las palabras:

ADObr. lema | VO

Fueron los Lemavos una tribu de los Gallegos antiguos en esta misma región, y hubo allí una población antigua, que muy bien pudo haber pertenecido al convento Lucense, y cuyo nombre sólo el geógrafo de la edad del emperador Claudio, Pomponio Mela nos ha conservado, escribiendo (III, 13): in Artabris sinus, ore angusto admissum mare non angusto ambitu excipiens, Adrobricam (así escriben los códices) urbem et quattuor amnium ostia incingit: duo etiam inter accolentes ignobilia sunt, per alia duo Naris (ducanaris los códices) exit et Libyca. Tomó Mela esta noticia exacta y fidedigna, como otras semejantes, de una obra de Varrón, intitulada Ora maritima, que á su vez siguió en ella á menudo la grande obra histórica y geográfica del célebre filósofo griego de la época de Cicerón y Pompeyo, Posidonio de Apamea. De esta misma fuente griega sacó Estrabón su informe sobre esta ciudad, llamándola sólo, sin indicar su nombre particular, el puerto de los Ártabros (III 3, 5 pág. 154 Casaub., /Arta/brwn limh/n); y de Estrabón repitieron lo mismo Agatémero (II, 16) y Tolomeo (II 60, 2). Ninguna inscripción, hasta ahora, ha venido á completar estos testimonios escasos. Del río Naris hay otra memoria, aunque algo   —396→   desconocida, en los Egivorri cognomine Narini de Plinio (III § III; Namarini los códices); el río Libyca, forma tomada de la fuente griega, no se cita por otros autores. El único testimonio, pues, del nombre antiguo del puerto de los Ártabros, da la forma Adrobrica, creo en vez de Ardobrica ó, antiguamente, Artabrica de los Ártabros; pero no Adobrica, como lo tienen los textos incorrectos de Mela. Docto y sutil como es, sin duda alguna, el suplemento propuesto por V.; sin embargo, tengo que combatirle, no sólo por la forma del nombre de la población, ya establecido, pero mucho más aún por el obstáculo material del espacio. Al final del renglón segundo no hay más lugar que para tres letras.

Verdad es, que frecuentemente al lado del convento jurídico, representado por el flamen de la provincia, se indicó también, en los epígrafes, la población particular, en la cual había sido magistrado. Pero sin cierta circunstancia esta indicación sobraba; y es, cuando coincidió con el lugar del convento. Así en la inscripción Tarraconense Nr. 4257 Marco Ulpio Reburro se dice ex(conventu) Bracar(um) Aug(ustano) omnibus h(onoribus) in r(e)p(ublica) sua functus, flamen p. H. c., y lo mismo dos flamínicas ex(conventu) Bracaraug(ustano) la una (Nr. 4236), y ex(conventu) Cluniensi la otra (Nr. 4198); porque Brácara y Clunia eran las capitales de sus conventos correspondientes. Y cabalmente del convento Lucense tenemos un ejemplo análogo en la inscripción, también Tarraconense, Nr. 4255, de Gayo Virio Frontón, que se dice flamen p(rovinciae) H(ispaniae) c(iterioris) ex(conventu) Lucensi, sin indicar otra población. Queda, pues, demostrado que en las letras ADO..... del segundo renglón no es preciso ver la indicación de un pueblo. Aprovechándome de esta circunstancia, propongo suplir, muy sencillamente, otro cognomen de Sereniano, siendo muy conocido que en esta época aun la nobleza municipal, á ejemplo de la de la capital á veces, no se contentaba de un solo cognomen, sino que hacía gala de dos y tres y aun más; de la cual costumbre los índices epigráficos ofrecen muchedumbre de ejemplos. Por eso he escrito ADOpti | VO; las tres letras suplidas cumplen exactamente el espacio, y la palabra Adoptivus, como tantos otros adiectivos, no tiene nada de particular como cognomen. Este mismo nombre creo que lo heredó de su padre   —397→   el hijo, cuyo epígrafe, á quien ya aludimos antes, es el siguiente (C.I.L. II, 4221):

Inscripción latina

M(arco) Iulio [Adopti]vo, M(arci) Iuli Se[reni]an[i] famini[s p(rovincie) H(ispaniae) c(iterioris) filio, p(rovincia) H(ispania) c(iterior) ob prae[ci]pu[am] patri[s eius] liberalita[tem.....]

Aprendemos de ella que Sereniano Adoptivo, el padre, era hombre rico, á quien Tarragona debió largos beneficios.

Los renglones 4 hasta 7 no ofrecen dificultad; creo que los suplementos propuestos con unanimidad por V. y por mí no encontrarán contradicción de ningún lado.

Pero ya sigue la gran dificultad, cuya resolución dejo á las mejores luces de V. Las letras del renglón 8, LEIVS · MARIS -distingo en el calco claramente los restos de la última S- no se ofrecen á ninguna explicación probable. Esperábamos la indicación de otro cargo, ó sea municipal ó militar, de Sereniano; como por ejemplo, el del praefectus orae maritimae (como C.I.L. II, 4138, 4217, 4224, 4225, 4239) ó del praefectus cohortis primae, ó sea secundae, et orae maritimae (C.I.L. II, 4264, 4266). Pero de ningún modo ni éste ni otro cargo cabe en las letras. Por esto concluyo: ó el grabador ha cometido una grave falta copiando el texto ofrecido por el que la concibió, ó nuestros conocimientos, digo más bien los míos, no alcanzan á descifrar el sentido de las letras en cuestión.

El cargo que viene indicado en los renglones que siguen (9 hasta 12): [ad]lecto inqui[n]que decuri(as) eq(uitum) Romanor(um) varía algo de la costumbre, que exige más bien adlecto in quinque decurias iudicum legitime Romae iudicantium (C.I.L. II,   —398→   4223) ó semejantes fórmulas, compuestas en el índice del vol. II (pág. 1115); porque solo las tres decurias primeras tuvieron el grado de caballeros, las otras dos no. Sin embargo, esta brevilocuencia no ofende.

En el renglón 11 creo que en la piedra hubo [a divo] Commodo, y no [ab imp(eratore)] Commodo; porque en el emperador vivo difícilmente pudo faltar el título de Augusto -ab imp. Commodo Augusto,- que no está.

Pertenece, pues, el sacerdocio de Marco Iulio Sereniano Adoptivo á los primeros años después de la muerte de Cómodo y de su sucesor Septimio Severo (193 hasta 211, p. C.)

Gracias cumplidas debemos á los Sres. Morera y del Arco por habernos proporcionado tan interesante texto epigráfico; y ojalá la casualidad nos depare nuevos monumentos que puedan derramar luz sobre la obscuridad que envuelve el sentido de las letras LEIVS · MARIS.

Berlín, 14 de Noviembre de 1894.

Emilio Hübner




2

En carta del 8 del corriente me escribía el Sr. Morera: «Al Sr. Hübner se le envía por este mismo correo otra impronta, por conducto del director del Museo, con quien ya está en relaciones. En caso de no recibirla el Sr. Hübner, me lo avisa V., pues entonces lo haría yo directamente.» Conste, pues, que al Sr. Morera corresponde no sólo la iniciativa de la publicación de la insigne lápida, sino también la participación en procurar su exacto conocimiento al estudio científico por medio de la difusión de improntas.

La impronta que me proporcionó y ofrezco á nuestro Museo, podrá servir de garantía á las observaciones que el Dr. Hübner, siempre amigo de la verdad, desea que junte yo á las suyas, sometiéndolas al alto criterio de esta Real Academia.

No estoy de acuerdo con él acerca del suplemento de la línea   —399→   primera. Sienta que «en este renglón, después de la Q, el calco no muestra un punto, sino el resto del pie de una letra, que no fué ni F ni L, sino más bien una V», y que «por eso no puede suplirse Q(uinti) f(ilio), sino el nombre de la tribu Quirina.»

No se ve, lo confieso, el punto de separación; mas no por otra causa sino porque está cortada, ó ausente, la porción de la piedra que lo pudo contener. El pie de la letra, que seguía á la Q, no es el de la V, que aparece completa en el mismo renglón; es el pie de la F, que da principio al renglón 6 con la palabra FVNCTO. Para convencerse de ello basta mirar con detención y con ojo armado de un buen lente por delante y por detrás la impronta. Además hay equidistancia de 0,25 m. en los dos espacios intermedios de las tres letras

O · Q · F

y de consiguiente no pudo faltar el punto de separación entre la Q y la F, ni entre esta última letra y la siguiente inicial del nombre de la tribu. Para designar este nombre, flanqueado de los puntos que le pertenecen, no queda más espacio que el de una letra, compuesta ó simple; y á buena cuenta pudo ser la Quirina ó la Aniense, que se expresan respectivamente por Q ó por A/ en diferentes lápidas1. Las demás tribus encajan harto difícilmente. La tribu Aniense era propia de Zaragoza, é ignoramos si lo fué de Celenis (Caldas de Reys), Iria, Brigantium (Betanzos) y otras ciudades del convento jurídico de Lugo. Á esta capital atribuye la tribu Galeria el Dr. Hübner en sus prolegómenos al Supplementum2; mas no creo preciso que la nueva lápida de Tarragona le haga mudar de opinión; porque, aunque admitamos su sabia y preferible explicación sobre el segundo cognomen de Sereniano, queda, como él lo reconoce, al fin del renglón 3, un espacio «de dos letras al menos» para colocar allí el nombre indicativo de la ciudad ó población que se cuestiona.

Ejemplos de semejante giro epigráfico tenemos en varias lápidas Tarraconenses.

  —400→  

4189.-ex conventu Carthag(iniensi), Attacc(ensi)

4203.-ex conventu Caesar(augustano) Ercavic(ensi)

4242.-ex Símbolo tipográfico Caesaraug(ustano) Karensi.

Conforme á este dechado, si buscamos un nombre apropiado para llenar el vacío propuesto, lo encontramos en CLE, esto es Cel(enensi) ó Cel(eno), de cuya recta expresión ofrecen buen argumento la inscripción 5250 y la presente de Tarragona en su renglón 9. Fué Aquis Celenis ciudad importante y episcopal en el siglo IV. En las actas del concilio Toledano I firmó Exuperantius de Gallicia, Lucensis conventus, municipii Celenis; y sabida es la fiera persecución que suscitaron los priscilianistas contra Ortígio, obispo de la misma ciudad, como refiere Idacio.

Poco puedo añadir con el objeto de resolver la dificultad suscitada por los renglones 6 y 7, que el Dr. Hübner y yo estimamos punto menos que insuperable:

ROMAE · ET · AV..........

LEIVS · MARIS......... AD

No sabiendo si maris es un vocablo entero ó parte componente de otro, queda campo abierto á mil suposiciones, con peligro y riesgo de no acertar en ninguna. Sin embargo, la profunda obscuridad algo se esclarece considerando que no es menester escribir Augustorum con todas sus letras, y que bastan para significar este genitivo sus tres primeras letras, como acontece en otra lápida (4248) de Tarragona. Después de AVG resta más que suficiente espacio para llenarlo con la palabra proef(ecto), y todavía posponerle una ó dos letras. No sería difícil que se ocultase bajo tan extraña forma la de una jefatura marítima, ó de sentido análogo al de las siguientes de Tarragona:

4224.-praef(ecto) cho(rtis) novae tironum orae maritumae.

4225.-praef(ecto) orae maritimae Laietanae.

4240.-praefec(to) chor(tis) pilatorum.

Alguna cohorte ó gremio de empleados en la marina oficial del Estado pudo existir que tomasen un nombre análogo al de Pilati, como lo sería el de Celeiusi, formado del griego xelhc, latín celox (saetía, nave ligera), en cuyo caso podemos rastrear una explicación   —401→   admisible3, por ejemplo, [praef(ecto) celeius(orum) maris [Bal(earici)], prefecto de la flotilla ligera del mar Baleárico. Saltan á la vista los grandes beneficios que ejerciendo semejante cargo pudo hacer Sereniano á Tarragona y á la costa mediterránea de toda la provincia, por los cuales obtuvo en la capital amplísimos honores de patrono muy benemérito.

En el último renglón, después de patrono, asoman clarísimos, á mi ver, los primeros trazos de una M. Leo, pues, patrono m[erentissimo], al tenor de una inscripción (2211) de Córdoba.




3

De otra inscripción, nuevamente descubierta en las excavaciones que mandó practicar el Ilmo. Cabildo de la catedral de Tarragona, me ha dado noticia y proporcionado calco el Sr. Morera. Se halla en un zócalo compañero del ya descrito, pues ambos sirven de basamento á las columnas de la puerta de Santa Tecla, que mira al cementerio viejo de la catedral, y aparecieron por efecto de haberse removido y separado la tierra, que en 1825 se tendió sobre el suelo del cementerio, sacada entonces del ensanche que se dió á la calle contigua de Vilamitjana. Así que los dos zócalos estaban, antes del año 1825, patentes á todo el mundo; y es maravilla que no hayan tentado en tiempos pasados la pluma de alguno entre tantos coleccionistas, aficionados á la epigrafía Tarraconense. Quizá lo picado y gastado de sus letras ó su baja situación en paraje tan fúnebre no les deparó la fortuna que hoy logran.

Las medidas del segundo zócalo son iguales á las del primero. Al revés de éste, está raído ó alisado por el lado izquierdo; y su inscripción sólo conserva parte del primer renglón, que se salvó del exterminio, y dice:

  —402→  

Inscripción latina

Tienen las letras de altura 0,05 m., como las del primer renglón del epígrafe de Sereniano, y son de la misma época. Probablemente es el pedestal dedicado oficialmente á Lucio Antonio Saturnino, hijo de Lucio, de la tribu Galeria, edil y duúmviro de Tarragona, y flamen de la provincia, á quien erigió otro pedestal (4194) su mujer Lucia Valentina.

Añade el Sr. Morera, que en las excavaciones del cementerio se han hallado dos sarcófagos sin inscripciones, pero marcados con las molduras y estrías, propias de los siglos III y IV. En el centro de la faz anterior de uno de estos sarcófagos se divisan rastros del monograma de Cristo

Símbolo tipográfico

¡Ojalá se rebajase el suelo y se prosiguiesen las excavaciones hasta el nivel del pavimento del ábside de la catedral! Ganaría en decoro todo el edificio, y la Ciencia se hallaría con tesoros, quizá de mayor transcendencia que los que acabo de describir.




4

Estudios de Arqueología. Disertaciones sobre las principales colecciones de objetos del Museo Arqueológico de Tarragona, por D. Angel del Arco y Molinero, individuo por oposición del Cuerpo facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios, Jefe del Museo Arqueológico de Tarragona, Licenciado en Derecho civil y canónico, Vocal de la Comisión provincial de Monumentos de la referida ciudad, etc., etc. Tarragona, 1894. En 8.º, pág. 112.

El autor ha publicado, este año, el Catálogo del Museo de Tarragona; más no contentándose de una simple reseña, dirige sus nuevos Estudios á ilustrar las principales colecciones y á divulgar la enseñanza que de ellas se desprende. Siete son las disertaciones y se titulan: I. El paganismo en Tarragona.-II. Sarcófagos paganos del Museo.-III. Mosáicos romanos.-IV. Campana   —403→   romana.-V. Barros saguntinos. VI. Estatuas bizantinas. Restos sepulcrales de Poblet.

En la última disertación el Sr. Arco da cuenta del feliz resultado que han tenido sus gestiones cerca del Ayuntamiento de la ciudad, logrando que sean entregados al Museo unos doscientos objetos, procedentes de las cámaras sepulcrales de Poblet, que estaban «hacinados en un sótano que de arresto municipal»; y recibiéndolos «bajo inventario, en el cual aparecen numerosos y bellísimos relieves, que se han colocado en toda la parte baja del salón de la Edad Media y en los claustros» del precitado Museo. Las estatuas bizantinas, de las que trata la sexta disertación, son cinco y de piedra franca, que se hallaron «al practicarse, hace ya muchos años, varias obras y excavaciones en el cementerio de la villa de Constantí, situada á 5 km. de Tarragona», que estima el autor labradas en el siglo XIV ó XV y sepultadas en los escombros de la iglesia de Constantí, destruída, ó volada, por el general español D. Juan de Garay en 1650.

Las cinco primeras disertaciones que se ciñen á la Arqueología pagano-romana llenarían bien su objeto si la traducción de las inscripciones no añadiese vigor á la fundada queja de Hübner sobre que «en libros, aún muy recientes, escritos á veces por autores de alguna reputación literaria, se descubran tantos y tan graves defectos, que ni la retórica más brillante, ni el patriotismo, digno por sí solo de encomio, pero muchas veces exagerado, pueden lograr el ocultarlo»4. El vocablo sacrum en inscripciones consagradas á varios númenes se hace concertar por el Sr. Arco con el nombre de ellas; y así traduce5: á Juno Augusta y Sacra; á Neptuno Augusto y Sacro; al Sacro Marte Campestre; á Silvano Augusto y Sacro; á Ysis6 Augusta y Sacra. En la disertación II, trabucando los oficios ó funciones de la dedicante y del encerrado en el sepulcro, expone así7 la inscripción 6123 de Hübner:

  —404→  

D · M
FVL · DOMI
TIA · SERVO
ROMVLO · BENE
MERENTI · FECIT

«Dioses Manes: Á Fulvia Domicia hizo esta dedicación su siervo Rómulo, por merecerlo bien



Tres páginas más allá, no aventurando la traducción, pero si alguna explicación, convierte en dos prenombres el nombre del difunto Cl(audio) Saturnino. «Este Cayo Lucio Saturnino, -dice con mucha formalidad8,- á quien se dedicó el sarcófago, no debió ser persona muy principal, á juzgar por su escasa magnificencia.» Poco después9 hace «cónsul de la legión VII gémina feliz al beneficiario consular Firmidio Ceciliano»; y en otra página10 «décimo centurión de la legión séptima gémina feliz», al que llama «Tulio» y fue en realidad Tito Aurelio Décimo. Ese hijo, heredado de intérpretes harto en boga, hará el Sr. Arco desaparecer de sus Estudios en la segunda edición, corregida y aumentada, que está disponiendo. En la pág. 84 da noticia de una elegante pátera de finísimo barro saguntino, de 0,25 m. de diámetro por 0,10 m. de alto, y es propiedad de D. Ricardo Nogués, secretario del Ayuntamiento de Tarragona. Su marca del fabricante S · R · F EICIS, ó sea S(uavis) R(asinii) Felicis, no se reproduce por otra ninguna de las 650 del Museo.

Madrid, 23 de Noviembre de 1894.

Fidel Fita





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