Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.

ArribaAbajo

Acto tercero



El mismo salón del acto segundo. Es de noche: hay una lámpara en la mesa.
Escena I
DIEGO.
�Ambición!... �Loca ambición!...
En duro trance me pones.
Nunca de mí se acordara
el buen rey, que de Dios goce.
Si al infante no obedezco, 2125
si ayudo a los ricoshombres,
me pierdo: pues el infante,
rey o regente se nombre,
siempre ha de ser quien nos mande:
y aunque la corona tome 2130
con gozo, querrá que el mundo
por justiciero le elogie;
y, no hay duda, el guardador
es la víctima que escoge...
�Dios tenga piedad de mí!... 2135
 
Escena II
DICHO, DON FERNANDO, FERNÁN GUTIÉRREZ, que salen por la galería izquierda.
DIEGO Señor... van a dar las doce...
y vendrán, y yo no sé
qué responder a esos hombres
cuando el niño me reclamen...
FERNANDO Lo que el deber os impone. 2140
Que sois guardador del rey,
y que vuestro honor responde
de su trono.
DIEGO                      Y si la reina,
que en partir está conforme,
pretende entrar, �le diré 2145
que os he entregado esta noche
su hijo, y que vos lo habéis
ocultado... no sé dónde?
FERNANDO Si tal decís; si se sabe
que estoy en Toledo, �pobre 2150
de vos!
DIEGO               Puesto que a la reina
no me dejáis que la informe
de que os llevasteis el niño,
�tenéis, señor, intenciones
de aceptar por fin el trono? 2155
FERNANDO Don Diego, nada os importe
lo que yo he de hacer: andad,
y no olvidéis esta orden.
La puerta de ese aposento
custodiar os corresponde, 2160
de modo que todos ellos
y aun la misma reina ignoren
que ya el niño no está allí.
DIEGO Pero, �y si entrar se proponen
a la fuerza?
FERNANDO                      Ballesteros 2165
tenéis que la entrada estorben.
DIEGO Y si trajeren los suyos,
�qué hago?
FERNANDO                     Morir como noble.
DIEGO (�Nunca de mí se acordara
el buen rey, que de Dios goce!) 2170
(Se entra muy turbado por la puerta derecha.)
 
Escena III
DON FERNANDO, FERNÁN GUTIÉRREZ.
FERNANDO �Conque podemos fiar
en ese alcaide?
GUTIÉRREZ                           Es mi deudo:
nadie puede suponer
que escondido en su aposento
el niño don Juan está; 2175
y el alcaide, yo os prometo
que antes perderá la vida
que revelarlo.
FERNANDO                         Estoy viendo
tales cosas en Castilla,
Fernán Gutiérrez, que pienso, 2180
�vive Dios!, que a responder
de mí mismo no me atrevo.
GUTIÉRREZ Confuso os miro, señor.
Con misterioso silencio
me mandáis que os acompañe, 2185
y de poder de don Diego
sacáis a vuestro sobrino
para ocultarlo de nuevo
en esa secreta estancia,
y me calláis vuestro intento. 2190
�Dudaréis también de mí?
FERNANDO No.
GUTIÉRREZ         Ya sabéis que son vuestros
mi voluntad y mi brazo.
�Qué queréis? �Que proclamemos
a don Juan? -Contad conmigo. 2195
�Queréis empuñar el cetro?
Contad conmigo también.
FERNANDO Lo sé. -Y a vos, compañero
inseparable y amigo,
que desde mis años tiernos 2200
juez de mis acciones todas
y hasta de mis pensamientos
constantemente habéis sido;
a vos revelaros puedo
la lucha terrible, atroz, 2205
que está trabada en mi pecho.
Fernán Gutiérrez, vos sois
testigo de mis esfuerzos
por conservar la corona
al legítimo heredero. 2210
A la amotinada hueste
sabéis que impuse silencio
y alejé de aquí: sabéis
que por instantes espero
gentes de armas de Aragón... 2215
GUTIÉRREZ �Que ya tardan!...
FERNANDO                               �Bien lo veo!
Sabéis que en tanto que llegan
aquí he venido encubierto
a velar por mi sobrino,
a defender sus derechos. 2220
Y en fin, sabéis que mi mente
nunca manchó el vil proyecto
de traidora usurpación.
GUTIÉRREZ �Ah, señor!...
FERNANDO                        Pues bien; yo siento
en mi interior una voz 2225
que me turba. -�Es voz del cielo
que mis sentidos despierta
y de su círculo estrecho
los eleva a otra región
de más altos pensamientos?... 2230
�O es voz del infierno acaso
que con sones halagüeños
quiere atraerme al abismo?...
�No sé!... �no sé! -Pero es cierto
que más alto cada vez 2235
me está gritando aquí dentro:
�Tú de virtudes privadas
vas a dar un alto ejemplo;
pero �acaso las virtudes
que Dios a un príncipe ha impuesto 2240
son las mismas que a un vasallo?
No; que tu deber primero
es atender a Castilla,
aunque tengas para hacerlo
que inmolar tu rectitud 2245
a la salvación del reino.�
Esto escucho.
GUTIÉRREZ                          �Y vos, señor?...
FERNANDO Yo, Hernando, vacilo y tiemblo.
Para salvar a Castilla,
�qué apoyo hallar me prometo 2250
en esa infeliz mujer
que ha de partir el gobierno
conmigo? -Ya la habéis visto
tímida, débil, cediendo
a la más leve amenaza. 2255
Visteis también el empeño
con que estorbar intentó
que saliese de Toledo
contra el ejército infiel;
negando su asentimiento 2260
para pedir a las Cortes
el servicio, y permitiendo
que yo de mis propias rentas
sustentase a los guerreros.
�Y he de gobernar así?... 2265
�O he de abandonar el puesto
y ver impasible hundirse
el trono de mis abuelos?...
GUTIÉRREZ �Razón tenéis! -Y pues ya
vuestro designio penetro, 2270
diré a los grandes...
FERNANDO                                   �Tened!
GUTIÉRREZ �Dudáis?
FERNANDO                   Es que al propio tiempo
allá en el fondo del alma
otra voz en ronco acento
me repite sin descanso: 2275
��Usurpador!� -Y es el eco
de la voz de fray Vicente,
que desde el cercano reino
de Aragón ya me parece
que está en mi mente leyendo, 2280
y que lanza sobre mí
la maldición de los cielos.
GUTIÉRREZ Pues si aún vaciláis, señor,
�cuál ha sido vuestro objeto,
decidme, en apoderaros 2285
de don Juan?
FERNANDO                        Es que no quiero
que se resuelva su suerte
y la suerte de este imperio
por flaqueza de la reina
o por traición de don Diego. 2290
Él lo entrega: ella sucumbe
si la amenazan de nuevo.
Teniendo el niño en mis manos,
será el fin de este suceso
obra de mi voluntad; 2295
mío el lauro, o mío el yerro.
GUTIÉRREZ �Y esa voluntad cuál es?
FERNANDO No lo sé, �viven los cielos!
Hacer feliz a Castilla...
dejar a mi hijo un cetro 2300
en recompensa de aquel
que le ha robado el perverso
usurpador de Aragón...
Caiga el anatema eterno
sobre él... Desplómese el trono 2305
bajo su planta; y en fuego
de la diadema real
se trueque el dorado cerco
que abrase la frente vil
de ese tirano soberbio. 2310
�Justo Dios!... �Y yo he de hacer
lo mismo que en él condeno?
Las fieras imprecaciones
que estoy aquí profiriendo
son las que ese niño un día 2315
lanzará desde el destierro
contra mí... contra mis hijos...
�Infamia atroz! �Me estremezco!
�Y esa gente de Aragón
que no llega! �Este silencio 2320
de fray Vicente, que nada
me ha contestado!...
GUTIÉRREZ                                     Y el tiempo
vuela, señor... esta noche
es forzoso resolveros.
La hora se acerca; y en breve 2325
vendrán aquí... -Pasos siento...
�Ellos serán!..
(Mirando por la galería derecha.)
                           Ellos son.
�Qué resolvéis?
FERNANDO                             Esperemos.
(Se va por la galería izquierda.)
 
Escena IV
FERNÁN GUTIÉRREZ, DON FADRIQUE, EL OBISPO, GRANDES, que salen por la galería derecha.
FADRIQUE Esta es la sala, señores.
Aquí con el mensajero 2330
del rey de Aragón, en breve
al condestable veremos.
UN GRANDE �Quién está allí?
OTRO GRANDE                              Es el valido
del infante.
OTRO GRANDE                       Cierto.
OTRO GRANDE                                    Cierto.
OTRO GRANDE Fernán Gutiérrez; no hay duda. 2335
FADRIQUE Guárdeos Dios.
GUTIÉRREZ                             Salud deseo
al conde de Trastamara.
UN GRANDE Conque ya veis, esto es hecho.
Vais a llevar al infante
la nueva de este suceso, 2340
y a noticiarle que es rey
de Castilla.
FADRIQUE                      Y fuera bueno
que le añadierais también,
porque no se olvide de ello,
que lo es por elección 2345
de los grandes.
UN GRANDE                            �Por supuesto!
�Cómo ha de olvidarlo nunca!
FADRIQUE Y si acaso llega un tiempo
en que lo olvide, nosotros
recordárselo sabremos. 2350
UN GRANDE Ya están aquí.
 
Escena V
DICHOS, EL CONDESTABLE, EL CONDE DE URGEL, que salen por la galería derecha.
EL CONDESTABLE                           Ricoshombres
de Castilla, aquí estáis viendo
al ilustre aragonés
que viene con el intento
que ya os dije. -Mas oíd: 2355
si la salvación del reino
reclama este sacrificio,
vea el mundo que lo hacemos
respetando el infortunio;
y que cumplimos a un tiempo 2360
como buenos castellanos
y leales caballeros.
(Al conde de Urgel.)
Antes, pues, que en vuestras manos
al tierno niño entreguemos,
jurad como embajador, 2365
y en nombre de vuestro dueño
don Jaime, conde de Urgel...
URGEL Del rey de Aragón.
EL CONDESTABLE                                   Es cierto:
del rey de Aragón. -Jurad,
cual si lo jurara él mesmo, 2370
que don Juan será por él
tratado con el respeto
debido a su regia cuna.
URGEL Lo juro.
EL CONDESTABLE                También queremos
que en su nombre nos juréis 2375
que no intentará ponerlo
en el trono de Castilla
por fuerza de armas, a menos
que el rey don Fernando intente
hacer valer sus derechos... 2380
URGEL �Sus derechos no! Sus locas
pretensiones.
EL CONDESTABLE                        Lo concedo:
sus pretensiones al trono
de Aragón por igual medio.
FADRIQUE O también cuando nosotros 2385
se lo exijamos, si el nuevo
rey se negase a guardarnos
las franquicias y los fueros
que a los grandes corresponden.
URGEL Así lo juro.
EL CONDESTABLE                      Y yo acepto 2390
en mi nombre, y el de todos,
tan solemne juramento.
Ahora bien, Fernán Gutiérrez,
entrad y decid, os ruego,
a la reina que aquí aguardan 2395
se digne favorecerlos
con su presencia los grandes
reunidos.
(Fernán Gutiérrez saluda y entra por la puerta izquierda.)
 
Escena VI
DICHOS, menos FERNÁN GUTIÉRREZ.
EL CONDESTABLE (Al conde de Urgel.)
                 Esto es hecho.
Al dar las doce el reloj
de la torre, un escudero 2400
marchará con orden vuestra
a hacer que entren en Toledo
los jinetes que trajisteis,
porque, escoltados con ellos,
en la litera real 2405
partáis los tres con silencio;
y al nuevo sol, proclamamos
a don Fernando ante el pueblo.
 
Escena VII
DICHOS, LA REINA, FERNÁN GUTIÉRREZ.
(Fernán Gutiérrez sale por la puerta izquierda y da paso a la reina, que al ver a los grandes se para.)
LA REINA �Ay! �Aquí están!... �Ellos son!...
Se acerca el terrible instante... 2410
�Y no parece el infante!...
�No llegan los de Aragón!
Cuando en él, y sólo en él
para resistir confío,
así me deja, �Dios mío! 2415
�Incertidumbre cruel!
�Y cómo me respondió
de la lealtad de don Diego,
si yo misma escuché luego
que aquí don Diego ofreció 2420
que a mi hijo entregaría?
�Me confundo! -�Y qué hago ahora?...
�Gran Dios! �Va a sonar la hora!...
Redoblarán su porfía...
�Y cómo hacer resistencia, 2425
si nadie en mi apoyo viene?...
URGEL (A los grandes, que están en el lado opuesto.)
Acabemos... �Qué os detiene?
EL CONDESTABLE Confieso que la presencia
de esa mujer desgraciada,
que fue reina de Castilla 2430
y de su reino y su silla
se ve en un punto arrojada,
en tan solemne momento
conmueve mi corazón,
y al contemplar su aflicción 2435
enternecido me siento.
(Al obispo.)
De vos, don Sancho, quizá,
cual ministro del Señor,
con resignación mayor
la propuesta escuchará. 2440
Tomad.
(Le presenta un pergamino.)
SANCHO                No, que a toda ley
a vos os toca, �por Dios!
Sois el condestable vos,
testamentario del rey...
Y además: que en esta empresa 2445
sois quien la voz ha llevado,
y así...
URGEL             �Basta de altercado!
�Timidez extraña es esa!
Dadme.
(Quiere tomarlo.)
EL CONDESTABLE               Eso no. -Un extranjero
no le ha de imponer la ley 2450
a la viuda de mi rey.
Iré yo mismo primero,
(Se acerca a la reina.)
�Señora!...
LA REINA                    �Llegó la hora!...
�Vais la infamia a consumar?
�Oh Dios!...
EL CONDESTABLE                       Si os dignáis mirar 2455
nuestros semblantes, señora,
ellos os podrán decir
que, al dar este triste paso,
lo sentimos tanto acaso
cual vos lo podéis sentir. 2460
Mas este duro servicio
demanda el público bien.
Mostraos grande vos también:
consumad el sacrificio.
LA REINA �Tan pronto queréis que sea? 2465
EL CONDESTABLE Dentro de breves instantes
debéis partir. -Pero antes,
y para que el mundo vea
que vos, como así es verdad,
atenta al común sosiego, 2470
os rendís a nuestro ruego
con entera voluntad,
será cuerda prevención...
LA REINA �Qué?
EL CONDESTABLE (Presentándole el pergamino.)
             Que pongáis vuestra firma
en esta acta que confirma 2475
vuestra magnánima acción.
LA REINA �Mi firma!... �Y qué dice ahí?
EL CONDESTABLE Nada dice que os asombre:
lo que ya sabéis. En nombre
de don Juan decís aquí 2480
que con entero albedrío
renunciáis a la corona,
cediéndola en la persona
de don Fernando su tío.
LA REINA �Yo?... �Nunca!... �Jamás!... 2485
EL CONDESTABLE �Señora!...
LA REINA                   �Hasta aquí pudo llegar!
EL CONDESTABLE Pues �qué os importa firmar
lo que vais a hacer ahora?
FADRIQUE �En tan poca estimación
la fama vuestra tenéis, 2490
que en esa firma no veis
salvada vuestra opinión?
�Preferís que el mundo diga,
si no firmáis ese escrito,
que algún oculto delito 2495
en vos el reino castiga?
LA REINA �Hable el mundo!... �Yo me río
de cuanto pueda creer!
Lo que no quiero es perder
el amor del hijo mío. 2500
Sin ese escrito cruel,
donde al ver mi firma es llano
que maldecirá la mano
que le arrojó del dosel,
quizá consiga yo un día 2505
que disculpe mi flaqueza
pintando vuestra fiereza,
haciendo que mi porfía
más firme y tenaz parezca,
mi constancia encareciendo... 2510
En fin, mintiendo, mintiendo,
para que no me aborrezca.
�Queréis en mi corazón
con esa horrible venganza
matar hasta la esperanza 2515
de conseguir mi perdón?
EL CONDESTABLE Si decirle os proponéis
que con violencia tan cruda
de aquí os echamos, �quién duda
que añadir también podréis 2520
que a firmar se os obligó
usando de igual violencia,
sin que vuestra resistencia
fuera bastante?...
LA REINA                               �Eso no!
Vosotros tenéis poder 2525
para arrojar fácilmente
del trono a un niño inocente
y a una infelice mujer,
seres que el cielo abandona,
y de vuestra fuerza usando 2530
sacarlos de aquí arrastrando
y robarles la corona.
Pero no hay poder humano
que al ente más débil venza
a que su oprobio y vergüenza 2535
trace con su propia mano.
EL CONDESTABLE Reina, por piedad, no así
dejéis el tiempo pasar;
y sabed que sin firmar
no habéis de salir de aquí. 2540
LA REINA �Nunca saldré!
EL CONDESTABLE                          Bien está:
nadie os forzará, señora:
vos no saldréis, en buen hora:
mas vuestro hijo saldrá.
(Hace ademán de dirigirse hacia la puerta de la derecha.)
LA REINA �Mi hijo!... �No!... �Deteneos!... 2545
EL CONDESTABLE Sólo le veréis partir,
pues os negáis a cumplir,
señora, nuestros deseos.
LA REINA �Hombres viles!... -Digo mal:
hombres no: tigres seréis, 2550
que un hijo robar queréis
del regazo maternal...
EL CONDESTABLE Nunca fue tal nuestro intento:
mas vos lo queréis...
LA REINA                                   �Yo!
EL CONDESTABLE                                            Vos;
y a nuestro pesar...
LA REINA, ap.                                 (�Gran Dios!... 2555
Acaso en ese aposento
a guardar al hijo mío
el infante se ocultó,
y no abrirá.)
EL CONDESTABLE                       �Firmáis?
LA REINA                                          No.
(En su protección confío.) 2560
(El condestable, oída la repulsa de la reina, se llega a la puerta de la derecha y llama.)
EL CONDESTABLE �Diego López!
(La reina tiene fijos con ansiedad los ojos en la puerta; ábrese ésta, y aparece Diego López.)
 
Escena VIII
DICHOS, DON DIEGO.
DIEGO                          Vedme aquí.
LA REINA (�No es él!... �No es él! �Dónde está?
�Mi esfuerzo se agota ya!
�Qué más exige de mí?)
EL CONDESTABLE Don Diego, llegó el momento. 2565
Juntos aquí estáis mirando
a los grandes, esperando
el exacto cumplimiento
de la palabra que disteis.
A don Juan nos entregad. 2570
DIEGO Pronto estoy... Mas recordad
que a las doce me dijisteis.
(Ganar tiempo me conviene...
Imposible es la defensa...
Pero el infante �en qué piensa, 2575
que en tal conflicto me tiene!)
EL CONDESTABLE (A la reina.)
Ya lo oís: cortos instantes
os restan de vacilar.
Las doce van a sonar.
LA REINA (Con desesperación.)
Quizá mis sollozos antes, 2580
mis gemidos de dolor,
llenando el lóbrego espacio,
del fondo de este palacio
me traigan un defensor.
�Pensáis que a ese inicuo bando 2585
no hay hombre que ponga miedo?
Aún hay alguno en Toledo...
que quizá me está escuchando.
Noble y leal corazón
en cuya virtud aún creo, 2590
ven a lograr el trofeo
de esta generosa acción.
Ven, acude antes que suene
la hora fatal en mi oído...
(La campana del alcázar da las doce.)
�Ay!... �Las doce!
DIEGO                               (Soy perdido.) 2595
LA REINA �Nadie en mi defensa viene!
EL CONDESTABLE �Don Diego, oís? -Vamos presto.
LA REINA Aguardad...
EL CONDESTABLE (A la reina.)
                      No nos sigáis.
LA REINA �Tened!... �tened!...
EL CONDESTABLE                                 �Qué mandáis?
LA REINA Dadme ese escrito funesto. 2600
EL CONDESTABLE Tomad.
(Se acerca a ella y le presenta el pergamino.)
LA REINA                Ya es fuerza que ceda...
(Firma y se lo devuelve.)
Ahí tenéis. -Hijo querido,
perdón... todo lo has perdido...
sólo tu madre te queda.
(Entra precipitada por la puerta de la derecha.)
 
Escena IX
DICHOS, menos LA REINA.
EL CONDESTABLE �Al fin triunfamos! Tomad, 2605
Fernán Gutiérrez, y así
que los dos salgan de aquí,
a los reales marchad.
(Le entrega el pergamino.)
 
Escena X
DICHOS, UN ESCUDERO.
ESCUDERO Señor, un fuerte escuadrón
a las puertas se presenta 2610
y entrar en Toledo intenta.
URGEL �Es de Aragón?
ESCUDERO                             De Aragón.
EL CONDESTABLE (Al conde de Urgel.)
El vuestro será...
URGEL                              No hay duda.
De mi prolija tardanza
receloso, aquí se lanza 2615
a darme amparo y ayuda.
EL CONDESTABLE Andad pronto; que entre luego.
(Al escudero, que se va.)
Id vos, y vuestra presencia
logre calmar su impaciencia.
(Al conde de Urgel, el cual se va, calándose la visera.)
Entremos. -Venid, don Diego. 2620
(Entran por la puerta de la derecha, llevándose a Diego López, que los sigue con la mayor turbación. Así que desaparecen, se dirige Fernán Gutiérrez a la galería izquierda, y sale por ella don Fernando.)
 
Escena VI
FERNÁN GUTIÉRREZ, DON FERNANDO.
FERNANDO �Firmó?
GUTIÉRREZ                  Firmó: vedlo aquí.
(Le entrega el pergamino.)
FERNANDO Mano tan débil que firma
este escrito vergonzoso,
�podrá regir a Castilla?
GUTIÉRREZ Vuestro tesón ya es inútil. 2625
Todo a que cedáis conspira.
Perded, señor, la esperanza
de que Aragón os asista
con gentes de armas.
FERNANDO                                    �Por qué?
GUTIÉRREZ Porque un emisario envía 2630
para alentar a los grandes
a que la corona os ciñan.
FERNANDO �Justo Dios!...
GUTIÉRREZ                         Amedrentado
don Diego les facilita
la entrada, y en este instante 2635
por las estancias vecinas
buscando al niño estarán.
Si despechados registran
el alcázar, si le encuentran,
y ciegos se precipitan, 2640
roto el lazo del respeto,
a dar a su empresa cima...
FERNANDO �Conque no hay remedio ya?
�Conque atajados se miran
todos los caminos, todos!... 2645
GUTIÉRREZ Uno os queda.
FERNANDO                          Sí, el que guía
a la usurpación, al crimen,
el que mi pecho horroriza...
Y en él siento que me arroja,
aunque el alma lo resista, 2650
una fuerza incontrastable...
�Mas oh!... �Los cielos me inspiran!
Su luz resplandece... y veo
la senda por donde limpia
sabré conservar mi fama 2655
y salvar de su ruina
el trono de mis mayores.
Tú que ves, sombra querida
de mi rey, el noble intento
que mi corazón anima, 2660
dame tu perdón y ayuda.
Ese cetro que me obligan
a tomar, vara de hierro
será que la frente altiva
de esos soberbios quebrante... 2665
inexorable cuchilla
que ancho camino abrirá,
regado con sangre inicua,
por donde el niño inocente
vuelva al trono de Castilla... 2670
A ese trono en que yo mismo
he de colocarle un día...
A ese trono que mi brazo,
con la protección divina,
sabrá alzar sobre cimientos 2675
que firmes y eternos vivan.
GUTIÉRREZ �Oh alma grande y generosa!
Señor, la fausta noticia
corro a anunciar...
(Óyese a lo lejos un toque de clarín.)
FERNANDO                                 Aguardad.
�Qué es eso?
GUTIÉRREZ                       Es la comitiva 2680
del enviado aragonés,
que al alcázar se aproxima
a custodiar la litera
real.
FERNANDO           �Y si Dios me envía
el auxilio que esperaba! 2685
Fernán Gutiérrez, aprisa
bajad; y si son los míos,
dad por señal que repita
segunda vez el clarín,
y defended las salidas 2690
del alcázar: yo os aguardo
en esa estancia contigua.
(Fernán Gutiérrez se va apresurado por la galería derecha. Don Fernando desaparece por la de la izquierda. -Óyense en la habitación de la derecha los gritos de la reina.)
 
Escena XII
LA REINA, EL CONDESTABLE, DON DIEGO, DON FADRIQUE, LOS GRANDES.
LA REINA, dentro. �Asesino! �Dónde estás?...
No me detengáis...
(Saliendo.)
EL CONDESTABLE (A don Diego.)
                                  �Qué indigna
traición es esta, don Diego? 2695
LA REINA �Dejadme salvar su vida!
Yo le hallaré.
EL CONDESTABLE (A don Diego.)
                         �Quién le tiene?
FADRIQUE (Al mismo.)
�Quién?
LA REINA                 Aunque tenga yo misma
que demoler piedra a piedra
estas murallas. -Daos prisa. 2700
Venid. -Decidme: �qué ocultos
subterráneos, qué guaridas
hay aquí? �Dónde lleváis
a perecer vuestras víctimas?
EL CONDESTABLE Señora, �qué estáis diciendo? 2705
FADRIQUE (A don Diego.)
Aclarad vos este enigma.
DIEGO No me culpéis.
LA REINA (A don Diego.)
                           Traidor, tiembla.
Va a presentarse a tu vista
el infante, que está aquí,
y a castigar tu perfidia. 2710
TODOS �El infante!
LA REINA                       Sí, el infante...
�Hermano!... �Hermano!...
(Dando gritos.)
EL CONDESTABLE                                              �Delira!
LA REINA No responde... -Si he cedido
a vuestros ruegos sumisa,
si la renuncia he firmado, 2715
si veis que estoy decidida
a partir, �qué más queréis?
Vuestro rencor necesita
verter su sangre, �verdugos!
-�Por qué? -Yo a remotos climas 2720
me iré con él... Sí, muy lejos;
donde no tengáis noticia
de su existencia siquiera...
Pero su vida... �su vida!...
(Cae sin conocimiento en el sillón. -Óyese más cerca el segundo toque del clarín.)
EL CONDESTABLE �Ese clarín!
FADRIQUE                      Caballeros, 2725
registremos con activa
diligencia este palacio.
EL CONDESTABLE Yo entretanto la salida
haré custodiar.
FADRIQUE                            Corramos.
(Dirígense a la galería derecha. Aparece a la entrada de ella Fernán Gutiérrez con soldados aragoneses, que cierran el paso, cruzando las lanzas.)
 
Escena XIII
DICHOS, FERNÁN GUTIÉRREZ, SOLDADOS.
GUTIÉRREZ �Atrás!
TODOS              �Qué es esto?
EL CONDESTABLE                                      �Qué miran 2730
mis ojos! �Fernán Gutiérrez!
FADRIQUE Mientras yo la espada ciña,
nadie mis pasos detiene.
(Todos ponen mano a la espada.)
EL CONDESTABLE Hernando, �qué significa
esta traición? �El infante 2735
dónde está?... �Quién os envía?
(Ábrese la puerta del foro y se ve el trono: don Fernando está en pie delante de la silla real: a uno y otro lado los reyes de armas con el pendón de Castilla.)
 
Escena XIV
DICHOS, DON FERNANDO.
FERNANDO Ricoshombres, caballeros,
aquí vuestro rey está.
TODOS �Él es!
EL CONDESTABLE              �Y en el trono ya!
FERNANDO Envainad esos aceros. 2740
EL CONDESTABLE �Cediendo a nuestro clamor,
venís el trono a ocupar!
FERNANDO Yo vengo aquí a ejecutar
la voluntad del Señor.
�Sí! -Con respeto profundo, 2745
grandes, doblad la rodilla:
heraldos, gritad: �Castilla
por el rey don Juan segundo!
(Baja rápidamente del trono, y deja ver sentado en él al niño don Juan segundo con corona y cetro. La reina, que ha ido poco a poco volviendo en sí, da un grito y corre a abrazar a su hijo, quedando arrodillada ante el trono. Los grandes se ponen en pie.)
TODOS �Señor!...
FERNANDO                 �Vana resistencia!
Ya la aragonesa gente 2750
que me envía fray Vicente
tenéis en vuestra presencia.
Mirad qué os está mejor:
si no elegís el camino
de jurar a mi sobrino 2755
por vuestro rey y señor,
haré por Dios justiciero
escarmiento tan cruel,
que quede memoria de él.
Todos aquí, y yo el primero, 2760
doblemos con sumisión
a sus plantas la rodilla.
(Dobla la rodilla: los grandes lo imitan.)
�Salud al rey de Castilla!
(Fray Vicente, que ha aparecido un momento antes a la entrada de la galería derecha, se acerca a don Fernando, seguido de los grandes de Aragón, y tomando la corona real, que le presenta un paje, la coloca en la cabeza del infante.)
 
Escena XV
DICHOS, FRAY VICENTE.
FRAY VICENTE �Salud al rey de Aragón!
FERNANDO �Qué es esto!
FRAY VICENTE                        Dios galardona 2765
la virtud. Renunciáis vos
aquella corona, y Dios
os envía esta corona.
FERNANDO �Padre! �Es sueño!
FRAY VICENTE                                 No lo es.
Los nueve jueces nombrados 2770
por los tres grandes estados
del imperio aragonés
oímos en Caspe ya
con sumisión reverente
la voz del que solamente 2775
tronos quita y tronos da;
y el fallo solemne dando,
que el pueblo acata cual ley,
alzamos por nuestro rey
al infante don Fernando. 2780
FERNANDO �Y el conde de Urgel?
FRAY VICENTE                                       Del trono
lanzado y del reino fue;
pero ya Aragón se ve
libre de su fiero encono.
FERNANDO �Cómo?
FRAY VICENTE                 Llegaba mi gente 2785
a este alcázar, y un guerrero
con ademán altanero
penetrar no les consiente.
Insisten ellos, y él
alzándose la visera: 2790
�Yo soy�, les grita; �y él era!
TODOS �Él era!
FRAY VICENTE              El conde de Urgel.
En vuestro poder está.
FERNANDO En Aragón nos veremos.
FRAY VICENTE Pues allá, señor, marchemos: 2795
un trono os espera allá.
(La reina, que ha bajado a su hijo del trono, se acerca con él al infante.)
LA REINA Permitid antes, hermano,
a esta madre, a este inocente
que su gratitud ardiente
sellen en tan noble mano. 2800
(Quiere besársela: don Fernando se lo impide.)
FERNANDO Esa gratitud, señora,
probádmela de otro modo.
LA REINA Mi vida... mi sangre... todo...
�Qué queréis?
FERNANDO                           Sabréislo ahora.
Grandes, acercaos a mí. 2805
(Los grandes, que estaban retirados, se acercan en ademán respetuoso.)
Lo que en recompensa quiero
es que en la cruz de este acero
me juréis, señora, aquí,
que por vos no ha de saber
nunca el rey este atentado: 2810
que no empiece su reinado
empezando a aborrecer.
Si así lo hacéis, os prometo
que este escrito no verá
en que vuestra firma está. 2815
(Presentándole el pergamino.)
Acaso celo indiscreto,
más que deslealtad traidora,
origen del yerro ha sido:
dése ya todo al olvido.
Ellos también desde ahora 2820
en fe de sentirlo así,
juran eterna lealtad.
Señora, llegad; llegad,
amigos. -�Lo juráis?
LA REINA y LOS GRANDES, asiendo las manos del infante.
                                   Sí.
FERNANDO De vuestros votos sinceros 2825
salgo fiador, castellanos:
jurasteis como cristianos;
cumplid como caballeros.
(Les presenta el niño: los grandes se arrodillan ante él.)
EL CONDESTABLE �Castilla a don Juan se humilla!
FERNANDO Contento parto a Aragón. 2830
FRAY VICENTE (Extendiendo las manos sobre ambos.)
�Dios eche su bendición
sobre Aragón y Castilla!

Arriba