En otro tiempo Atenas la primera, | |||
ciudad famosa, descubrió los frutos | |||
a los mortales desafortunados, | |||
y les dio nueva vida, y les dio leyes, | |||
y la primera dio dulces consuelos | 5 | ||
contra las desventuras de la vida; | |||
cuando produjo al mundo el varón sabio, | |||
de cuya boca la verdad salía, | |||
y de cuyas divinas invenciones | |||
se asombra el universo, y cuya gloria, | 10 | ||
triunfando de la muerte, se levanta | |||
a lo más encumbrado de los cielos. | |||
Porque viendo este hombre que ya habían | |||
todo lo más preciso los mortales | |||
para vivir y conservar la vida; | 15 | ||
que tenían riquezas abundantes, | |||
y honor, y gloria, y bien nacidos hijos; | |||
pero que no dejaban de angustiarse | |||
y gemir como esclavos en prisiones, | |||
llegó a entender que todo el mal venía | 20 | ||
del mismo vaso, que teniendo vicio | |||
malea lo que se echa más precioso; | |||
ya porque permeable y sin asiento | |||
no se llena por mucho que se le eche, | |||
ya porque el interior todo emporcado, | 25 | ||
con su negro veneno inficionaba | |||
cualquier cosa en el vaso contenida. | |||
Limpió, pues, los humanos corazones | |||
con la verdad; les limitó el deseo, | |||
les curó sus cuidados y temores, | 30 | ||
y declaroles la naturaleza | |||
del sumo bien, a que aspiramos todos, | |||
y el camino más fácil y más corto | |||
para llegar a él derechamente; | |||
y demostroles cuáles son los males | 35 | ||
a que sujeta a los mortales todos | |||
el poderío de Naturaleza, | |||
y que asaltan al hombre acometiéndole, | |||
o por acaso o necesariamente, | |||
según Naturaleza dispusiera; | 40 | ||
les dijo por qué lado debe el alma | |||
a sus asaltos resistir invicta, | |||
y probó cuán en vano ella fomenta | |||
de ordinario en el fondo de sí misma | |||
las zozobras de tristes aflicciones; | 45 | ||
así como los niños temerosos | |||
se recelan de todo por la noche, | |||
así nosotros, tímidos, de día | |||
nos asustamos de lo mismo a veces | |||
que despavorir suele a los muchachos; | 50 | ||
preciso es que nosotros desterremos | |||
estas tinieblas, y estos sobresaltos, | |||
no con los rayos de la luz del día, | |||
sino pensando en la Naturaleza; | |||
mi voz la cantará con nuevo aliento. | 55 | ||
Y como te enseñé que el edificio | |||
del Mundo era finible, y que tenía | |||
principio el cielo, y que los seres todos | |||
que nacen y nacieron es preciso | |||
que necesariamente se disuelvan, | 60 | ||
oye lo que me falta descubrirte, | |||
puesto que la esperanza de mi triunfo | |||
me animó a que subiese sobre el carro | |||
brillante de la gloria, y nuevo aliento | |||
me han dado los obstáculos que había. | 65 | ||
Y los demás fenómenos que observan | |||
en el cielo y la Tierra los mortales | |||
tienen suspensas con pavor sus almas, | |||
las humillan con miedo de los dioses, | |||
y las tienen cosidas con la tierra, | 70 | ||
puesto que la ignorancia de las causas | |||
los fuerza a sujetar Naturaleza | |||
al imperio de dioses y a ponerles | |||
en sus manos el cetro, y se imaginan | |||
que algún poder divino hace las obras | 75 | ||
cuyo primer resorte ellos ignoran; | |||
porque los que estuvieren persuadidos | |||
de que los dioses viven descuidados, | |||
sino obstante se admiran de las causas, | |||
en especial de aquellas apariencias | 80 | ||
que encima de nosotros se descubren | |||
en la región etérea, nuevamente | |||
caen en su inveterado fanatismo, | |||
y nos ponen tiranos inflexibles, | |||
a quienes para colmo de miseria | 85 | ||
les conceden poder ilimitado; | |||
ignorando qué cosa existir puede, | |||
cuál no puede, y los límites precisos | |||
que la naturaleza ha señalado, | |||
en fin, a la energía de los cuerpos, | 90 | ||
por lo que más y más se descaminan. | |||
Si no desechas semejantes yerros | |||
teniendo por indignos de los dioses | |||
y ajenos de su calma estos cuidados, | |||
vendrán a tu presencia de continuo | 95 | ||
estas santas deidades resentidas; | |||
no porque capaz sea de enojarse | |||
la majestad suprema de los dioses, | |||
y deseen coléricos vengarse | |||
con ejemplar castigo de los hombres; | 100 | ||
sino porque estarás muy persuadido | |||
que en el seno de un plácido reposo | |||
revuelven las venganzas en su pecho; | |||
no entrarás en los templos de los dioses | |||
con pacífico pecho, ni es posible | 105 | ||
que aquellos simulacros emanados | |||
de sus augustos cuerpos te presenten | |||
sus divinas imágenes con calma; | |||
¡ya ves cuán triste vida te amenaza! | |||
Aunque sabiduría por mis labios | 110 | ||
te ha explicado verdades infinitas | |||
para alejar de ti tan dura suerte; | |||
otras muchas me faltan todavía, | |||
y tengo yo además que engalanarlas | |||
con lindos versos; tengo que explicarte | 115 | ||
los diversos fenómenos del cielo; | |||
cantaremos también las tempestades, | |||
y las causas y efecto de los rayos, | |||
porque, supersticioso, neciamente | |||
en regiones diversas no repartas | 120 | ||
el cielo para ver, todo temblando, | |||
de qué parte salió el alado fuego | |||
o hacia dónde tiró precipitado, | |||
y cómo por las tapias se introduce, | |||
y cómo sale de ellas victorioso. | 125 | ||
Pues todos son efectos naturales, | |||
que atribuyen los hombres a los dioses | |||
porque no pueden penetrar las causas. | |||
Caliope, diestra musa, que a los hombres | |||
alivias, y recreas a los dioses, | 130 | ||
ven a instruirme tú de mi corrida | |||
hacia la ruta de carrera ilustre, | |||
para ceñir, guiándome tú ahora, | |||
de corona inmortal mi sien gloriosa. | |||
Tan sólo se estremecen con el trueno | 135 | ||
las azuladas bóvedas celestes, | |||
cuando agitadas por contrarios vientos | |||
se chocan mutuamente etéreas nubes | |||
por las altas regiones remontadas; | |||
pues no viene el tronido de aquel lado | 140 | ||
que hay sereno en el cielo; pero cuando | |||
las nubes condensadas se amontonan | |||
en una parte, allí con mayor fuerza | |||
suele sentirse el tormentoso ruido. | |||
Además, que no pueden ser las nubes | 145 | ||
de una masa tan densa como piedras | |||
y vigas; ni tampoco tan sutiles | |||
como la niebla y humo, pues debieran | |||
caer en fuerza de su mucho peso | |||
en el caso primero como piedras; | 150 | ||
si tuvieran la misma consistencia | |||
que tiene el humo, no pudieran ellas | |||
contener los granizos y las nieves. | |||
En la inmensa llanura de los aires | |||
hacen también un ruido semejante | 155 | ||
al de los grandes lienzos que se agitan | |||
por entre las columnas y las vigas | |||
de nuestros coliseos; otras veces, | |||
rasgadas por la furia de los vientos, | |||
imitan el sonido delicado | 160 | ||
que hace roto el papel entre los dedos, | |||
como en el trueno puedes observarlo; | |||
o el ruido de un vestido que hay colgado, | |||
o de una hoja volante que los vientos | |||
en fuerza de sus golpes repetidos | 165 | ||
agitan y remueven por los aires. | |||
También sucede a veces que las nubes | |||
en lugar de chocarse por delante | |||
se comprimen de lado, y van raspando | |||
por medio de encontrados movimientos | 170 | ||
lo largo de su cuerpo, de do nace | |||
aquel sonido seco que magulla | |||
los oídos, y dura mucho tiempo, | |||
hasta que se ven libres de aquel lazo. | |||
Otra causa hay también por la que el trueno | 175 | ||
nuestro mundo conmueve en ocasiones | |||
con estremecimientos tan horribles | |||
que parecen las bóvedas del mundo | |||
por todas partes reventar deshechas | |||
con repentino golpe; cuando entrado | 180 | ||
de pronto el huracán impetuoso | |||
en medio de las nubes allí brega; | |||
rápido torbellino que condensa | |||
la nube con esfuerzos redoblados, | |||
la estrecha por los lados, y la ahueca; | 185 | ||
pero cuando por fin abrieron paso | |||
su impetuosidad y su violencia, | |||
con horrible estampido sale el viento; | |||
no es maravilla, cuando el mismo ruido | |||
de un estallido igual da muchas veces | 190 | ||
una simple vejiga llena de aire. | |||
También puede explicarse de otro modo | |||
aquel ruido que excitan en las nubes | |||
los vientos; porque vemos de ordinario | |||
que las nubes presentan superficies | 195 | ||
de ramificación larga e incierta; | |||
luego deben hacer el mismo ruido | |||
que las hojas y ramas de una selva | |||
cuando son de los cierzos agitadas. | |||
Puede también la furia de los vientos | 200 | ||
reventar una nube si la embisten | |||
directamente con furioso aliento; | |||
la experiencia nos dice cuánta fuerza | |||
debe tener su soplo por arriba, | |||
cuando aquí bajo, siendo más suave, | 205 | ||
echan a tierra el árbol más erguido | |||
y arráncanle de cuajo fácilmente. | |||
Hay también en las nubes como olas | |||
que deben, estrellándose con furia, | |||
producir un murmullo tan profundo | 210 | ||
como el que hace un gran río y océano | |||
cuando es por las tormentas agitado. | |||
También del rayo los ardientes fuegos, | |||
cuando de nube en nube van cayendo, | |||
quizá vienen a dar en nube acuosa, | 215 | ||
donde mueren con ruido semejante | |||
al chirrío del hierro caldeado, | |||
cuando rápidamente le metemos | |||
desde la misma fragua en agua fría; | |||
pero si árida nube coge al rayo, | 220 | ||
se inflama de repente con gran ruido; | |||
de esta manera el fuego provocado | |||
con torbellino de furiosos vientos | |||
se extiende por los montes coronados | |||
de laureles al punto consumidos; | 225 | ||
no hay cuerpo combustible que devore | |||
el fuego con un ruido más terrible | |||
que el árbol consagrado al dios de Delfos. | |||
Por fin, el hielo haciéndose pedazos, | |||
y el granizo cayendo hacen retumben | 230 | ||
las nubes a lo lejos, cuando el viento | |||
las junta y amontona semejantes | |||
a las montañas, y por fin quebradas, | |||
caen en tierra revueltas con granizo. | |||
También relampaguea si las nubes | 235 | ||
arrojan mucha ignífera semilla | |||
en fuerza de su choque, a la manera | |||
que sacudiendo un pedernal con otro, | |||
o dando con un hierro, se ve entonces | |||
brillar la luz y chispear de lejos; | 240 | ||
y el relámpago ya vieron los ojos | |||
cuando llegan los truenos al oído; | |||
porque hieren más pronto los objetos | |||
la vista que el oído, como puedes | |||
observarlo tú mismo, si te pones | 245 | ||
a ver cortar al leñador las ramas | |||
superfluas de algún árbol con el hacha; | |||
pues le verás primero dar el golpe | |||
que llegue a tus orejas el sonido; | |||
el relámpago vemos asimismo | 250 | ||
antes que percibamos el sonido, | |||
siendo uno y otro a un tiempo y siendo hijos | |||
del mismo choque y de la misma causa. | |||
También explicaré de otra manera | |||
por qué de rauda luz bañan la tierra | 255 | ||
las nubes y sus fuegos tembladores | |||
hacen brillar durante la borrasca. | |||
Luego que el viento acometió a la nube, | |||
y agitándola siempre, como dije, | |||
logró ahuecarla, y recogerla al centro, | 260 | ||
con movimiento rápido se inflama; | |||
porque vemos nosotros abrasarse | |||
todo cuerpo movido con presteza, | |||
y aun la bala de plomo derretirse | |||
en un gran trecho, cuando el remolino | 265 | ||
inflamado rasgó la obscura nube, | |||
desparrama sus fuegos de repente | |||
lanzados de la nube con esfuerzo, | |||
obligando a cerrar los ojos; luego | |||
óyese el estampido, que la oreja | 270 | ||
hiere más tarde que la luz los ojos; | |||
todos estos efectos ciertamente | |||
suponen nubes densas, que arrojadas | |||
sean también con ímpetu admirable. | |||
No dejes engañarte de tus ojos, | 275 | ||
que no te enseñan más desde aquí bajo | |||
que la extensión y anchura de las nubes, | |||
más bien que el grueso de ellas y su altura. | |||
Para desengañarte, considera | |||
las nubes parecidas a unos montes | 280 | ||
que los vientos trasponen por los aires | |||
en dirección contraria; o sí los vientos | |||
yacen en sus entrañas sepultados, | |||
verás amontonadas estas nubes | |||
unas sobre otras por los altos montes, | 285 | ||
apretarse entre sí por las alturas. | |||
Entonces podrás tú formar idea | |||
de sus masas enormes; ver en ellas | |||
especies de cavernas fabricadas | |||
en rocas suspendidas, y los vientos, | 290 | ||
cuando llenan su centro dando muestras | |||
de tempestad, se indignan en las nubes | |||
al verse dentro de ellas encerrados, | |||
como lo hacen las fieras en sus jaulas; | |||
resuenan a lo lejos sus bramidos, | 295 | ||
por todas partes quieren escaparse, | |||
desprenden de la nube unas semillas | |||
de fuego, que amontonan y revuelven | |||
en lo interior de sus ardientes hornos, | |||
hasta que ya por fin rasgan la nube | 300 | ||
y en torrentes de luz huyen los vientos. | |||
Los rápidos relámpagos que vuelan | |||
hacia la tierra, fuegos transparentes | |||
más brillantes que el oro, tal vez deben | |||
su nacimiento a la sustancia misma | 305 | ||
de las nubes, que dentro de sí encierran | |||
precisamente una abundante copia | |||
de moléculas ígneas; en efecto, | |||
cuando ningún humor tienen las nubes, | |||
por lo común es su color brillante | 310 | ||
así como la llama; porque debe | |||
también la luz del sol precisamente | |||
comunicarlas infinitas partes | |||
para estar encendidas de este modo | |||
y hacerlas brotar fuego; cuando el viento | 315 | ||
amontonó estas partes en un sitio, | |||
y comprime la nube fuertemente | |||
por donde ellas están amontonadas, | |||
exprime de la nube estas semillas | |||
de fuego, las esparce, y las obliga | 320 | ||
a arder con los colores de la llama. | |||
También relampaguea si las nubes | |||
están enrarecidas; cuando el aire | |||
agitando la nube dulcemente | |||
sus partes va ensanchando y disolviendo, | 325 | ||
es preciso que caigan por sí mismas | |||
las semillas de fuego causadoras | |||
del relámpago entonces sin estruendo, | |||
sin destrucción y sin causar terrores. | |||
Además, los efectos de los rayos | 330 | ||
dicen cuál sea su naturaleza; | |||
las señales que dejan en los cuerpos | |||
que consumieron, los vapores densos | |||
del azufre que exhalan nos demuestran | |||
que son de fuego, no de aire o de agua; | 335 | ||
abrasan además las fuertes torres, | |||
y con rápida llama hacen cenizas | |||
los edificios; la Naturaleza | |||
este fuego voraz formó de intento | |||
de sus fuegos más vivos y sutiles; | 340 | ||
ninguna cosa puede resistirle; | |||
por medio de las casas pasa el rayo | |||
con tanta valentía y ligereza | |||
como el grito y la voz; él atraviesa | |||
las peñas y metales; cobre y oro | 345 | ||
derrite en un momento, y de repente | |||
disipa el vino sin lesión del vaso, | |||
porque tal vez llegando a introducirse | |||
su calor fácilmente en las paredes | |||
del vaso, las afloja y enrarece | 350 | ||
y echa por todas partes los principios | |||
del vino adelgazándolos primero; | |||
el mismo sol hacerlo no podría | |||
en todo un siglo; tanta es la ventaja | |||
del poderío activo de los rayos. | 355 | ||
Ahora te explicaré sin digresiones | |||
cómo se forma el rayo, y cómo adquiere | |||
una fuerza capaz de hender las torres, | |||
derribar casas, arrancar las vigas, | |||
demoler las memorias de los hombres | 360 | ||
y dejar a los mismos hombres muertos, | |||
sin vida echar por tierra los ganados | |||
y muchas destrucciones semejantes. | |||
De las nubes espesas y apiñadas | |||
por las altas regiones nace el rayo; | 365 | ||
ninguno viene de sereno cielo, | |||
ni las nubes ligeras los despiden; | |||
como nos lo declara la experiencia | |||
cuando vemos cubrirse la atmosfera | |||
de espesas nubes en aquel momento | 370 | ||
en que la tempestad prepara el rayo; | |||
parece que han salido las tinieblas | |||
del Aquerón, a un tiempo, obscureciendo | |||
la cavidad inmensa de los cielos; | |||
nos cubre horrible noche con su manto; | 375 | ||
pende el terror encima de nosotros. | |||
También alguna vez la negra noche, | |||
como río de pez que descendiese | |||
del cielo por el mar, sobre sus ondas | |||
cae tan precipitada, y a lo lejos | 380 | ||
derrama las tinieblas; tras sí arrastra | |||
la tempestad, preñada de huracanes, | |||
de rayos y de fuegos y de vientos | |||
tan furibundos, que en la tierra tiemblan | |||
los hombres y se meten en sus casas. | 385 | ||
Es creíble que tengan mucho cuerpo | |||
las nubes borrascosas que se forman | |||
sobre nuestras cabezas; pues la tierra | |||
en noche obscura no se sepultara | |||
si multitud de nubes por encima | 390 | ||
toda la luz del Sol no la robaran; | |||
las lluvias abundantes no podrían | |||
hinchar los ríos e inundar los campos, | |||
si no estuviera la región etérea | |||
llena toda de nubes elevadas. | 395 | ||
Fuegos y vientos hay por todas partes, | |||
de cualquier lado truena por lo mismo, | |||
y salen los relámpagos; ya he dicho | |||
que tienen mucha ignífera semilla | |||
todas las nubes en su centro hueco; | 400 | ||
que los rayos del Sol y sus ardores, | |||
las aumentan también precisamente. | |||
Cuando el viento amontona en un paraje | |||
todas aquellas nubes, saca de ellas | |||
infinitas moléculas de fuego, | 405 | ||
con las cuales él mismo se revuelve; | |||
el remolino entonces prisionero | |||
en la nube se agita, y allí aguza | |||
el rayo en medio de esta fragua ardiente. | |||
El viento, pues, se enciende de dos modos; | 410 | ||
por actividad propia, o por contacto | |||
de fuego; y cuando ya de esta manera | |||
se encendió él a sí mismo, o recibiera | |||
la impresión de la llama, presto el rayo | |||
rompe la nube; entonces de improviso | 415 | ||
luces resplandecientes va esparciendo | |||
por todas partes, y hórrido estallido | |||
se deja oír, como si caminaran | |||
sobre nosotros, rotas de repente, | |||
las bóvedas del cielo; todo el globo | 420 | ||
retiembla entonces, y de polo a polo | |||
por todo el firmamento corre el trueno; | |||
porque a la vez se agitan y retumban | |||
todos juntos entonces los nublados, | |||
y de este general sacudimiento | 425 | ||
nace una lluvia tan copiosa y fuerte, | |||
que parece que quiere convertirse | |||
en agua todo el cielo, y que de nuevo | |||
se va a anegar la Tierra con diluvio; | |||
tanto asusta el sonido de las nubes | 430 | ||
que se rompen a un tiempo, y de los vientos | |||
que braman agitados, y del rayo | |||
que reluce volando por los aires. | |||
También un viento externo e impetuoso | |||
viene a caer sobre una nube espesa | 435 | ||
do está el rayo formado, la que abierta, | |||
deja caer de pronto el torbellino | |||
de aquel fuego que rayo le llamamos; | |||
esto también sucede a otros nublados | |||
según las direcciones de los vientos. | 440 | ||
Puede también acontecer a veces | |||
que, sin estar el viento aún encendido, | |||
sin embargo se inflame en largo trecho; | |||
que en su misma carrera se despoje | |||
de aquellos elementos más groseros | 445 | ||
que no pueden pasar por la atmosfera, | |||
y que del aire mismo tome al paso | |||
las más finas moléculas, que le hagan | |||
inflamarse volando envuelto en ellas; | |||
como bala de plomo se escandece | 450 | ||
en su carrera cuando va dejando | |||
los principios más fríos en el aire, | |||
y semillas de fuego en él recoge. | |||
La inflamación, en fin, puede que nazca | |||
del mismo choque; cuando el viento frío | 455 | ||
sin fuego azota, entonces por ventura | |||
saca la violencia de su golpe | |||
moléculas de fuego de sí mismo | |||
y del cuerpo chocado, como cuando | |||
un pedernal herimos con el hierro | 460 | ||
salen las chispas, y aunque el hierro es frío | |||
sabe la colisión sacar semillas | |||
refulgentes de llama; pues lo mismo | |||
debe encender el soplo de los vientos | |||
los cuerpos que sacude, si inflamable | 465 | ||
es la naturaleza de estos cuerpos; | |||
sin ser un temerario no se puede | |||
enteramente asegurar que el viento | |||
tan rápido bajando desde arriba | |||
sea del todo frío; y si en su curso | 470 | ||
no se inflamó, debe llegar al menos | |||
entibiado y revuelto en algún fuego. | |||
La rapidez del rayo y golpe fuerte | |||
y su caída vïolenta nacen | |||
de su natural ímpetu; encerrado | 475 | ||
en las nubes, y allí, cobrando fuerzas, | |||
con nuevo brío intenta salir de ellas; | |||
cuando el nublo no puede resistirse | |||
a este aumento de ímpetu, se escapa | |||
con una prodigiosa ligereza | 480 | ||
el fuego destructor, como las piedras | |||
lanzadas por las máquinas terribles. | |||
Junta también a esto ser el rayo | |||
de finos y sutiles elementos; | |||
y con esta figura no es tan fácil | 485 | ||
hacerle resistencia, pues se cuela | |||
y se insinúa por lo más estrecho; | |||
no puede cuerpo alguno con su choque | |||
detener su raudísima carrera. | |||
Además de que todo cuerpo grave | 490 | ||
por natural impulso tiende abajo, | |||
pero si la impulsión se junta al peso, | |||
su rapidez se dobla, y se acrecienta | |||
aquel ímpetu suyo de contado. | |||
El rayo así con estas fuerzas dobles | 495 | ||
debe quitar del medio en un instante | |||
cualquier estorbo que se encuentre al paso, | |||
y proseguir su marcha sin pararse. | |||
En fin, la longitud de su caída | |||
más y más acelera el movimiento, | 500 | ||
que siempre va creciendo; y aumentando | |||
su ímpetu, vigora los ataques, | |||
sus divergentes átomos juntando | |||
y dirigiendo todos sus esfuerzos | |||
hacia el punto común a donde corre. | 505 | ||
También quizá viniendo hacia nosotros | |||
quita de paso el rayo al aire mismo | |||
corpúsculos que puedan darle fuerza | |||
y acelerar su golpe impetuoso. | |||
Hay muchos cuerpos que penetra el rayo | 510 | ||
sin daño alguno de ellos, porque encuentra | |||
conductos que atraviesa velozmente; | |||
hay otros que destruye y descompone, | |||
porque viene a atacar directamente | |||
las moléculas que unen su tejido; | 515 | ||
él con facilidad derrite el cobre | |||
y hace que hierva el oro en un instante, | |||
porque de átomos lisos y sutiles | |||
se forma el rayo, los que fácilmente | |||
dentro de estos metales se introducen, | 520 | ||
y desatan sus nudos al momento | |||
y todas sus lazadas desaprietan. | |||
En el Otoño y en la Primavera, | |||
cuando se abren las flores por los campos, | |||
el palacio encumbrado de los cielos | 525 | ||
de fulgentes estrellas se estremece | |||
por todas partes más a la continua; | |||
se estremece también toda la tierra, | |||
porque en Invierno faltan muchos fuegos, | |||
y los vientos se calman en Estío, | 530 | ||
y las nubes no tienen tanto cuerpo. | |||
En estaciones medias, pues, concurren | |||
todas las varias causas de los rayos; | |||
vienen a ser los límites comunes | |||
do el frío y el calor se están tocando | 535 | ||
agentes necesarios de los rayos, | |||
que entrambos introducen la discordia | |||
en la naturaleza, y con gran ruido | |||
el fuego encienden de las tempestades | |||
y enfurecen el aire con los vientos; | 540 | ||
porque el fin del Invierno y el principio | |||
de Estío son los que hacen el Verano; | |||
por lo cual deben el calor y el frío, | |||
principios entre sí tan encontrados, | |||
luchar y revolver todas las cosas. | 545 | ||
El Otoño, que forma la salida | |||
del Estío y la entrada del Invierno, | |||
debe observar las riñas y pendencias | |||
del frío y del calor; guerras del año | |||
pueden llamarse entrambas estaciones; | 550 | ||
no es extraño que se hagan muchos rayos | |||
entonces, y que el cielo se alborote | |||
con tempestades, porque la discordia | |||
está continuamente fomentada | |||
con llamas y con vientos y con nublos. | 555 | ||
Así se indaga la naturaleza | |||
del ignífero rayo y sus efectos; | |||
no consultando vanas predicciones | |||
de los toscanos para hallar indicios | |||
del secreto consejo de los dioses; | 560 | ||
o de dónde salió el alado fuego, | |||
o hacia dónde tiró precipitado, | |||
de qué modo se entró por las paredes | |||
y cómo sale de ellas victorioso, | |||
o qué daño presagia su caída. | 565 | ||
¿Por qué, si Jove y las demás deidades | |||
estremecen las bóvedas celestes | |||
con sonido terrífico, y arrojan | |||
los rayos por doquiera que les place; | |||
por qué de parte a parte no dividen | 570 | ||
el pecho del malvado que se entrega | |||
a odioso crimen descaradamente, | |||
y las llamas del rayo vaheando | |||
dan a los hombres documento horrible? | |||
¿Por qué más bien revuelven en sus llamas | 575 | ||
al inocente a quien maldad no arguye, | |||
y a quien súbitamente le circunda | |||
el fuego celestial en remolino? | |||
¿Por qué, además, emplean su trabajo | |||
contra las soledades vanamente? | 580 | ||
¿Es por ejercitar mejor sus brazos, | |||
o por asegurar mejor sus golpes? | |||
¿Por qué sufren se emboten en la tierra | |||
los que despide el padre de los dioses? | |||
¿Por qué de ellos él mismo se despoja, | 585 | ||
y para sus contrarios no los guarda? | |||
En fin; ¿por qué no lanza Jove el rayo | |||
y nunca mueve tempestad de truenos | |||
cuando hay serenidad por todo el cielo? | |||
¿Cuando acaban las nubes de formarse, | 590 | ||
monta entonces en ellas por ventura, | |||
por dirigir sus tiros más de cerca? | |||
¿Por qué razón contra la mar asesta? | |||
¿Por qué hiere las ondas, estas masas | |||
líquidas, estos cuerpos fluctuantes? | 595 | ||
Si quiere nos guardemos de los rayos, | |||
¿por qué no deja verlos desde lejos? | |||
Y si quiere cogernos descuidados, | |||
¿por qué truena de modo que podamos | |||
evitarlos? ¿A qué son los retumbos, | 600 | ||
tinieblas y murmullos que preceden? | |||
¿Puedes tú concebir que los dispare | |||
al mismo tiempo por distintas partes? | |||
No puedes refutarlo, sin que niegues | |||
una experiencia tan frecuente y cierta. | 605 | ||
Es preciso que pueda caer el rayo | |||
al mismo tiempo por distintos lados, | |||
como vemos que llueve y caen las lluvias. | |||
¿El rayo asolador por qué derriba, | |||
en fin, los templos santos de los dioses, | 610 | ||
estas habitaciones suntuosas; | |||
y rompe sus estatuas bien labradas; | |||
y roba a sus imágenes el culto | |||
con golpe violento? ¿Por qué ataca | |||
de ordinario los sitios elevados, | 615 | ||
y vemos en las cumbres de los montes | |||
más bien que en otra parte sus vestigios? | |||
Por lo que te he explicado de los rayos | |||
es fácil conocer de qué manera | |||
sobre la mar se arrojan desde arriba | 620 | ||
los tifones, que présteres clamaron | |||
los griegos atendiendo a sus efectos. | |||
Por qué bajan a veces desde el cielo | |||
sobre la mar como en columna larga, | |||
y todo alrededor bullen las ondas | 625 | ||
agitadas con soplo impetuoso; | |||
y las naves entonces sorprendidas | |||
por el vertiginoso meteoro | |||
están expuestas al mayor peligro; | |||
y la causa es que el viento algunas veces | 630 | ||
no teniendo potencia suficiente | |||
para romper la nube que ha embestido, | |||
la baja poco a poco hacia las aguas | |||
como columna echada desde el cielo, | |||
o más bien como masa disparada | 635 | ||
de arriba abajo por robusto brazo, | |||
la cual sobre las ondas se extendiese; | |||
cuando rasga la nube, el viento se entra | |||
con ímpetu en la mar, y en ella excita | |||
un hervor increíble; porque entonces, | 640 | ||
sin cesar agitándose la manga, | |||
baja a la par la nube, que se presta | |||
a cualquier movimiento de la bomba; | |||
y así que la extendió sobre las aguas | |||
el vértice de pronto se zabulle, | 645 | ||
hace toda la mar un hervidero, | |||
mueven sus olas espantoso ruido. | |||
El mismo torbellino que en el aire | |||
juntó los elementos de la nube, | |||
se envuelve algunas veces dentro de ella, | 650 | ||
imitando las mangas por la tierra; | |||
y cuando al suelo se bajó la nube, | |||
rasgándose, vomita de su cuerpo | |||
un remolino, un huracán furioso. | |||
Mas siendo estos fenómenos muy raros | 655 | ||
a causa del obstáculo que oponen | |||
en la tierra a los vientos las montañas, | |||
deben ser más frecuentes en los mares, | |||
que son tan extendidos y patentes. | |||
Los nublados se forman cuando muchos | 660 | ||
angulosos corpúsculos, volando | |||
sin cesar en la atmósfera, se juntan | |||
entre sí de repente, y se condensan | |||
a pesar de sus débiles uniones; | |||
sólo son al principio nubecillas; | 665 | ||
empero todas juntas apiñadas, | |||
y entre sí reunidas, van creciendo, | |||
y los vientos las llevan de manera | |||
que nace de ellas tempestad furiosa. | |||
Y cuanto más vecinas a los cielos | 670 | ||
tienen también sus cumbres las montañas, | |||
tanto más una niebla amarillenta | |||
y una especie de humo siempre espeso | |||
las obscurece; porque cuando empiezan | |||
a tomar consistencia los nublados, | 675 | ||
sin que puedan aún verlos los ojos, | |||
los vientos los conducen y aglomeran | |||
sobre la cima de elevado monte; | |||
cuando, por fin, después se reunieron | |||
en mucho mayor número apiñados, | 680 | ||
condensados los vemos elevarse | |||
desde la húmeda cumbre por los aires; | |||
puesto que la razón y la experiencia | |||
dicen ser el teatro de los vientos | |||
aquellos sitios que hay más elevados. | 685 | ||
Además quita la Naturaleza | |||
también muchos corpúsculos de encima | |||
de todo el mar, como nos lo declaran | |||
las ropas que tendemos en la playa | |||
poniéndose mojadas; luego es claro | 690 | ||
que contribuyen las emanaciones | |||
de este salado flúido agitado | |||
al acrecentamiento de las nubes. | |||
Vemos también que de los ríos todos | |||
y de la misma tierra se levantan | 695 | ||
unas nieblas y cálidos vapores | |||
cuyas exhalaciones se remontan | |||
por el aire, y los cielos obscurecen, | |||
y con sus reuniones insensibles | |||
forman espesas nubes; pues las olas | 700 | ||
de la sustancia etérea las empujan | |||
por la parte de arriba, y condensadas | |||
cubren casi las bóvedas azules. | |||
Puede también que vengan de otros mundos | |||
a reunirse en éste aquellos cuerpos | 705 | ||
que forman los nublados y tormentas; | |||
porque te he dicho que es inumerable | |||
el número de atómos, y el todo | |||
ser también profundísimo; no ignoras | |||
de cuánta ligereza, están dotados | 710 | ||
los átomos, y cuán rápidamente | |||
suelen correr espacio inmensurable; | |||
por lo que no es extraño que al momento | |||
cubran la tempestad y las tinieblas | |||
colgadas en el aire mar y tierra, | 715 | ||
y las montañas; pues los elementos | |||
encuentran siempre entradas y salidas | |||
por donde quiera en todos los conductos | |||
del éter, y por todas las lumbreras | |||
del mundo, por decirlo de este modo. | 720 | ||
Ahora te explicaré cómo se aumentan | |||
las aguas de la lluvia en nubes gruesas, | |||
y cómo desde allí caen en la tierra. | |||
Y es preciso ante todo persuadirte | |||
que se levantan con las mismas nubes | 725 | ||
infinitas moléculas de agua | |||
de todo cuerpo, y a la par se aumenta | |||
con la misma sustancia de la nube, | |||
del mismo modo que el sudor, la sangre, | |||
y cualquiera otro líquido del cuerpo | 730 | ||
crece a la par por todos nuestros miembros. | |||
Los nublados a veces también cargan | |||
de las aguas marinas, semejantes | |||
a vellones de lana suspendidos | |||
cuando son conducidos por los vientos | 735 | ||
sobre la superficie de los mares; | |||
también de todo río se levanta | |||
el agua hacia las nubes; pero cuando | |||
estas semillas de agua, acrecentadas | |||
de todas partes con emanaciones | 740 | ||
tan grandes y diversas, se juntaron | |||
y las condensa el soplo de los vientos, | |||
entonces determina su caída | |||
doblada fuerza; la presión de vientos | |||
y la copia de nubes apiñadas, | 745 | ||
las cuales gravitando unas sobre otras | |||
hacen caer las lluvias dilatadas. | |||
Cuando además los vientos enrarecen | |||
los nublados, o cuando son disueltos | |||
por el calor del sol, que hiere encima, | 750 | ||
humor pluvioso entonces van soltando, | |||
y corren gota a gota como cera | |||
que se va derritiendo puesta al fuego. | |||
Es copiosa la lluvia si las nubes | |||
experimentan esta doble fuerza, | 755 | ||
la presión de su peso y de los vientos; | |||
y suele durar mucho, y encerradas | |||
suele tener las gentes en su casa, | |||
cuando están muy espesos los nublados, | |||
y cuando unos sobre otros se amontonan, | 760 | ||
y se derraman hacia todas partes, | |||
cuando toda la tierra restituye | |||
el mismo humor con sus exhalaciones. | |||
Cuando entre oscura tempestad embiste | |||
con sus rayos el Sol lluviosa nube | 765 | ||
que enfrente de sí tiene, se descubren | |||
en medio de las nubes tenebrosas | |||
los colores del Iris varïados. | |||
De otros meteoros que se forman | |||
y crecen combinados en las nubes, | 770 | ||
como la nieve, vientos y granizo, | |||
las escarchas y el hielo que endurece | |||
las aguas, y refrena la corriente | |||
de los ríos, es fácil que comprendas | |||
sus efectos y causas si entendieres | 775 | ||
las propiedades de los elementos. | |||
Pon atención en conocer la causa | |||
ahora de los temblores de la tierra; | |||
y debes persuadirte sobre todo | |||
que el globo interiormente como fuera | 780 | ||
está lleno de vientos; de cavernas, | |||
de lagos, precipicios y peñascos, | |||
de rocas y de ríos escondidos, | |||
cuya corriente impetuosa arrastra | |||
las peñas sumergidas en su madre; | 785 | ||
la razón, pues, exige que la tierra | |||
se asemeje a sí misma en todas partes. | |||
Supuestas de antemano estas nociones, | |||
tiembla la tierra por su superficie | |||
con motivo de haberse desplomado | 790 | ||
en su interior grandísimas cavernas, | |||
que viene a demoler por fin el tiempo; | |||
como que enteros montes se arrüinan, | |||
cuyo sacudimiento pronto y fuerte | |||
extiende los temblores a lo lejos; | 795 | ||
cuando un carro que no es de mucho peso | |||
hace temblar todos los edificios | |||
que están al paso, no retiemblan menos | |||
todos los sitios del contorno cuando | |||
arrastran los corceles arrogantes | 800 | ||
las llantas de las ruedas bien herradas. | |||
También puede caer al cabo de años | |||
una masa disforme de la tierra | |||
en un lago vastísimo, y el orbe | |||
vacilar tal vez puede con motivo | 805 | ||
del movimiento que excitó en las aguas, | |||
así como en el suelo no está inmóvil | |||
el vaso lleno de una agua agitada | |||
hasta ponerse toda en equilibrio. | |||
Cuando, además, el viento recogido | 810 | ||
entre las cavidades interiores | |||
de la tierra se arrojó violento | |||
sobre una parte, y con sus fuerzas todas | |||
hace presión en las cavernas hondas, | |||
inclínase la tierra hacia la parte | 815 | ||
donde el viento dirige sus esfuerzos, | |||
y las casas entonces que hay encima | |||
inclínanse también cuanto más altas, | |||
cuanto más se avecinan a los cielos; | |||
y perdiendo el nivel salen las vigas, | 820 | ||
y amenaza venirse todo al suelo. | |||
Y temen presumirse si ha prescrito | |||
Naturaleza un paso a la rüina | |||
y destrucción total del mundo entero, | |||
cuando ven su gran mole pronta a hundirse. | 825 | ||
Si los vientos aliento no tomasen | |||
nada capaz sería de enfrenarlos, | |||
ni detener su furia destructora; | |||
mas como se sosiegan alternando, | |||
y vuelven al ataque nuevamente, | 830 | ||
y se ven rechazados con ventaja, | |||
amenaza la tierra desplomarse; | |||
ella se inclina y otra vez se alza; | |||
y pierde el equilibrio, y con su peso | |||
otra vez le recobra; por lo mismo | 835 | ||
toda cosa vacila más o menos | |||
según su elevación, pues las más bajas | |||
casi no sienten el temblor de tierra. | |||
También pueden causar estos temblores | |||
un viento impetuoso, un grande soplo | 840 | ||
de fuerza introducido de repente, | |||
o nacido del seno de la tierra, | |||
que después que se entró en las cavidades | |||
del globo, con tumulto anticipado | |||
entre inmensas cavernas va bramando | 845 | ||
y se revuelve mucho y no se escapa | |||
por fuera de la tierra hasta que la abre | |||
y con su gran violencia la divide, | |||
y forma en ella abismos anchurosos; | |||
de esta manera fue Sidón tragada, | 850 | ||
obra de tirios, y en Peloponeso | |||
también Egina. ¡Ay, cuántas ciudades | |||
esta erupción furiosa de los vientos | |||
y el temblor de la tierra han destruído! | |||
¡A cuántas los horribles terremotos | 855 | ||
han hundido debajo de la tierra, | |||
y con sus ciudadanos juntamente | |||
cuántas otras los mares sepultaron! | |||
Pues si el viento no llega a romper fuera, | |||
su soplo impetuoso se divide | 860 | ||
por todos los conductos de la tierra | |||
y en sus entrañas férvidas excita | |||
un temblor general, del mismo modo | |||
que cuando se introduce por los miembros | |||
interiormente el frío, y los sacude, | 865 | ||
nos hace tiritar a pesar nuestro; | |||
con un doble terror vagan las gentes | |||
por la ciudad entonces asustadas, | |||
pues sobre su cabeza ven la muerte, | |||
debajo de los pies también la temen; | 870 | ||
temen que caiga derrumbado el techo, | |||
temen disuelva la Naturaleza | |||
las bóvedas del globo de repente, | |||
de par en par abriendo estos abismos | |||
anchurosos, queriendo trastornada | 875 | ||
con sus mismas rüinas rellenarlos. | |||
Por lo cual, aunque vivan persuadidos | |||
de ser incorruptibles cielo y tierra, | |||
y destinados a existencia eterna, | |||
la vista de un peligro tan urgente | 880 | ||
introduce pavor y desconfianza | |||
en sus almas a veces, y les hace | |||
temer no huya la tierra en un instante | |||
con dirección al báratro profundo, | |||
y que el gran todo caiga detrás de ella, | 885 | ||
y que no reste más de todo el mundo | |||
que un cúmulo confuso de rüinas. | |||
Ahora debo explicar precisamente | |||
cómo la mar no sabe qué es aumento. | |||
Admíranse de que la mar no aumenta | 890 | ||
su volumen jamás con tantas aguas | |||
como corren a ella y tantos ríos | |||
como por todas partes desembocan; | |||
junta las tempestades y las lluvias | |||
que sobre mar y tierra caen a un tiempo | 895 | ||
además de sus propios manantiales; | |||
¿dejarán, sin embargo, de admirarse | |||
si consideran que estas aguas juntas, | |||
con el mar extendido comparadas, | |||
vienen a ser apenas una gota? | 900 | ||
Roba el calor del sol una gran parte, | |||
pues vemos secan sus ardientes rayos | |||
en un instante la mojada ropa; | |||
será su acción más fuerte y más activa | |||
sobre la faz inmensa de los mares; | 905 | ||
aunque el sol tome una porción muy corta | |||
de cada sitio de por sí, no obstante | |||
debe robar en extensión tan grande | |||
cúmulo inmenso de marinas aguas. | |||
Cuando con furia el mar barren los vientos | 910 | ||
se llevan tras de sí gran parte de agua; | |||
porque es frecuente a veces en la noche | |||
ver que se ponen secos los caminos | |||
y endurecido el lodo con su soplo. | |||
Además te enseñé que los nublados | 915 | ||
atraen a sí las aguas de los mares, | |||
y por la haz de la tierra las esparcen | |||
cuando llueve sobre ella, y cuando llevan | |||
los vientos por la atmósfera las nubes. | |||
Por fin, supuesto que es la tierra un cuerpo | 920 | ||
lloroso, que la mar contigua ciñe | |||
por todas partes, recibir no puede | |||
el mar en sí las aguas de la tierra | |||
sin que reciba aquésta al mismo tiempo | |||
las saladas del mar, que ciertamente | 925 | ||
se filtran por el seno de la tierra, | |||
y se recogen y se juntan todas | |||
donde tienen los ríos nacimiento, | |||
y fluyen dulcemente por la tierra, | |||
por donde, una vez rota, facilita | 930 | ||
que con líquido pie corran las aguas. | |||
Explicaré al presente por qué causa | |||
vomita a veces Etna por sus bocas | |||
las llamas en espeso torbellino; | |||
la tempestad de fuego, dominando | 935 | ||
con estrago en los campos sicilianos, | |||
no hizo mirar a los vecinos pueblos; | |||
no volviendo la vista a los torrentes | |||
de chispas y de humo, que cubrían | |||
la atmósfera a la vez, les daba pena, | 940 | ||
de pávido cuidado hinchiendo el pecho, | |||
esperando los nuevos infortunios | |||
que la Naturaleza preparaba. | |||
Si de tales fenómenos deseas | |||
tener conocimiento, es necesario | 945 | ||
que des una ojeada vasta y grande | |||
sobre Naturaleza, y que sus partes | |||
a la vez consideres todas juntas, | |||
acordándote siempre que el gran todo | |||
es infinito, y que supone poco | 950 | ||
el cielo comparado al universo; | |||
y que es el hombre imperceptible cosa | |||
si se compara con el orbe entero. | |||
Si tú penetras bien este principio, | |||
si te convence una verdad tan clara, | 955 | ||
ya no te admirarás de muchas cosas. | |||
¿Se admira acaso alguno de nosotros | |||
si le abrasa a cualquiera ardiente fiebre, | |||
u otra cualquier enfermedad aguda | |||
se extiende por sus miembros doloridos? | 960 | ||
Porque se hinchan los pies en un instante, | |||
el más vivo dolor coge los dientes, | |||
y ataca alguna vez los mismos ojos; | |||
de San Antón el fuego va creciendo, | |||
y extendiéndose abrasa todo el cuerpo, | 965 | ||
sin admirarse, porque se conocen | |||
de muchos cuerpos las emanaciones; | |||
y las exhalaciones de la tierra | |||
y el aire infecto son muy suficientes | |||
para dar ser y rápidos progresos | 970 | ||
a las enfermedades más terribles. | |||
Así se ha de creer que este gran todo, | |||
como infinito, suministra al cielo | |||
y a la tierra los átomos capaces | |||
de estremecer el globo de repente, | 975 | ||
de recorrer en raudo torbellino | |||
el mar y tierra, y de lanzar por Etna | |||
copiosos fuegos, de inflamar el cielo; | |||
el mismo cielo sí puede inflamarse | |||
tan fácilmente como caen las lluvias | 980 | ||
a mares en la tierra cuando llegan | |||
a juntarse en la atmósfera las aguas. | |||
Pero me dirás tú que estos incendios | |||
son muy considerables; lo confieso; | |||
así como parece grande un río | 985 | ||
a quien no vio jamás otro más grande; | |||
y así un árbol, un hombre y todo cuerpo | |||
de la especie que quieras son disformes | |||
para aquel que no ha visto otros mayores; | |||
cuando nada suponen estos cuerpos, | 990 | ||
aunque juntes el cielo, mar y tierra, | |||
si con el Universo se comparan. | |||
Pero expliquemos hora de qué modo | |||
la llama enfurecida en un instante | |||
de las vastas hornazas de Etna sale. | 995 | ||
Lo primero, está hueco todo el monte | |||
por su parte interior; sobre cavernas | |||
de pedernales casi está fundado; | |||
así que, las cavernas todas tienen | |||
vientos y aire, no siendo otra cosa | 1000 | ||
el viento más que el aire conmovido; | |||
y cuando este elemento furibundo | |||
llegó a inflamarse, y ha comunicado | |||
su ardor a los peñascos y a la tierra, | |||
en torno de la cual sin cesar gira | 1005 | ||
y saca de ellos con veloces llamas | |||
fuego devorador; él se levanta | |||
y se arroja derecho por las bocas | |||
de la montaña, y a lo lejos echa | |||
la llama y la ceniza, y sale envuelto | 1010 | ||
entre humo espeso y negro, y juntamente | |||
lanza piedras de peso extraordinario; | |||
sin que te quede duda ser efectos | |||
del ímpetu furioso de los vientos. | |||
En gran parte la mar, además, baña | 1015 | ||
las faldas de este monte, y las azota | |||
con sus olas, y luego se retira; | |||
por debajo de tierra las cavernas | |||
desde la misma mar se comunican | |||
con las altas gargantas de este monte; | 1020 | ||
no podemos dudar que entran los vientos | |||
por estas bocas, y que se dirigen | |||
soplando interiormente hacia la cumbre; | |||
y por esto se ven volar las llamas, | |||
y van a dar muy lejos los peñascos | 1025 | ||
y las nubes de arena se derraman; | |||
hay en la cima unos embudos anchos | |||
por do escapan los vientos, que los griegos | |||
cráteras llaman, a los que nosotros | |||
llamamos las gargantas o las bocas. | 1030 | ||
Para algunos fenómenos no basta | |||
dar una explicación; antes precisas | |||
son otras muchas, para hallar alguna | |||
entre ellas verdadera; por lo tanto, | |||
si ves tú desde lejos el cadáver | 1035 | ||
de algún hombre tendido sobre el suelo, | |||
es preciso decir todas las causas | |||
de la mortalidad para que sepas | |||
la causa de la muerte de aquel hombre; | |||
porque no puedes decidir si ha muerto | 1040 | ||
de muerte dada a hierro o por el frío, | |||
o por enfermedad o con veneno; | |||
en general sabemos que él ha muerto | |||
por una de las causas que he nombrado; | |||
mas sólo los testigos oculares | 1045 | ||
pueden decir la causa verdadera; | |||
así también estamos indecisos | |||
sobre muchos fenómenos que vemos. | |||
Crece el Nilo y rebosa por los campos | |||
en el Estío, siendo el solo río | 1050 | ||
que hay en todo el Egipto, y va regando | |||
las campiñas en medio de calores; | |||
o bien porque reinando en el Estío | |||
etesios vientos, soplan aquilones | |||
contra el embocadero, y la corriente, | 1055 | ||
y su curso retardan y recrecen | |||
las aguas, y se llena todo el río, | |||
y le hacen que se pare; ciertamente | |||
el soplo de estos vientos se dirige | |||
contra el curso del río, porque vienen | 1060 | ||
etesios vientos de constelaciones | |||
frías del polo boreal, y el Nilo | |||
tiene su nacimiento en las regiones | |||
del Mediodía, en los ardientes climas | |||
que el sol visita en medio de su curso, | 1065 | ||
entre los hombres negros y tostados. | |||
Grandes bancos de arena tal vez forman | |||
al agua un dique en el embocadero | |||
cuando el mar agitado con los vientos | |||
hacia adentro la arena va metiendo, | 1070 | ||
por lo que es menos libre su desagüe, | |||
y la madre está menos inclinada, | |||
y se refrena el ímpetu del río. | |||
Por fortuna quizá en su nacimiento | |||
las lluvias son también más abundantes | 1075 | ||
en aquella estación en que las nubes | |||
juntas al Mediodía son llevadas | |||
por los vientos etesios a aquel lado, | |||
las cuales se amontonan apiñadas | |||
sobre la cumbre de elevados montes | 1080 | ||
y la presión del peso las esparce. | |||
Tal vez puede venir esta creciente | |||
de los montes alzados de la Etiopia, | |||
cuando el sol, abrasando con sus rayos | |||
a la naturaleza, hace que bajen | 1085 | ||
las nieves derretidas a los campos. | |||
Al presente diré qué cosa sean | |||
aquellos sitios y funestos lagos | |||
que se llaman avernos; este nombre | |||
al principio les dieron con motivo | 1090 | ||
del efecto que causan, porque matan | |||
en general las aves; cuando vienen | |||
volando por encima de estos sitios | |||
directamente, de volar se olvidan | |||
y, perdiendo sus alas los resortes, | 1095 | ||
torciendo la cabeza caen sin fuerzas | |||
precipitadas en la tierra, o agua, | |||
quizá conforme a la naturaleza | |||
de aquel averno que las da la muerte. | |||
Cual es el que hay en Cumas y en Vesubio; | 1100 | ||
fuentes cálidas son las que vaporan | |||
un humo espeso; y otro semejante | |||
hay también en los muros atenienses, | |||
en el remate de la ciudadela, | |||
cerca del templo de tritonia Palas; | 1105 | ||
do las roncas cornejas jamás llegan | |||
aunque las brinde el humo de las aras. | |||
Huyen tan azoradas las cornejas, | |||
no los vivos enojos de Minerva, | |||
que con su vigilancia provocaron, | 1110 | ||
según lo cantan los poetas griegos; | |||
antes bien los vapores de este sitio, | |||
muy suficientes para hacer se vuelvan. | |||
También cuentan que en Siria hay otro averno | |||
do los mismos cuadrúpedos no pueden | 1115 | ||
sus pasos dirigir sin que al momento | |||
los haga el vaho caer muertos en tierra, | |||
así como si fueran conducidos | |||
a inmolarlos a dioses del Infierno. | |||
Efectos naturales, pues, son todos, | 1120 | ||
y se puede atinar bien con sus causas | |||
sin presumir que sean estos sitios | |||
mucho más bien las puertas infernales | |||
por do los dioses del obscuro imperio | |||
atraen quizá las almas de los muertos | 1125 | ||
sobre la orilla de Aquerón; conforme | |||
a la opinión común de que la simple | |||
aspiración de los ligeros ciervos | |||
saca de sus guaridas las serpientes. | |||
Recuerda la doctrina que he inculcado, | 1130 | ||
a saber, que la tierra en sí contiene | |||
un número muy grande de elementos | |||
configurados de distinto modo; | |||
que hacen vivir al hombre muchos de ellos; | |||
que otros engendran las enfermedades | 1135 | ||
y aceleran su muerte; también dije | |||
más o menos análogos ser todos | |||
a conservar diversos animales, | |||
según sus diferentes contexturas | |||
y su naturaleza muy diversa | 1140 | ||
y elementales configuraciones; | |||
entran muchos hiriendo los oídos; | |||
despidiendo otros un olor ingrato, | |||
con gran molestia hieren el olfato; | |||
otros evita el tacto, otros la vista, | 1145 | ||
y son otros al gusto desabridos; | |||
la experiencia te enseña cuántos cuerpos | |||
producen en el hombre sensaciones | |||
ingratas y molestas y penosas. | |||
Hay árboles que tienen una sombra | 1150 | ||
cargada de moléculas dañosas, | |||
la cual causa dolores de cabeza | |||
muy fuertes a cualquiera que se tiende | |||
debajo a descansar sobre la yerba. | |||
Del Helicón en la elevada cumbre | 1155 | ||
hay un árbol también que mata al hombre | |||
con el olor infecto de sus flores; | |||
y nacen todas estas producciones | |||
de la tierra, porque ella en sí contiene | |||
gran copia de semillas combinadas | 1160 | ||
de modos infinitos y diversos, | |||
con cuyas secreciones alimenta | |||
cada individuo de por sí la tierra. | |||
Y recién apagada la luz echa | |||
un olor de su pábilo, que afecta | 1165 | ||
desagradablemente nuestro olfato, | |||
adormece los hombres y los tumba | |||
como si padecieran la epilepsia; | |||
y se cae la mujer adormecida | |||
con el olor subido del castóreo; | 1170 | ||
y la obra delicada se desliza | |||
de entre sus tiernas manos si le huele | |||
al tiempo de pagar menstruo tributo; | |||
además también hay otras sustancias | |||
que aflojan el sistema de los miembros | 1175 | ||
y el alma recogida bambolean; | |||
en fin, si te estuvieres mucho tiempo | |||
en un baño caliente, o te sumerges | |||
en el mismo saliendo de la mesa, | |||
¡cuánto no hay que temer el que te caigas | 1180 | ||
en medio de las aguas sin sentido! | |||
Y el activo vapor de los carbones | |||
¡qué pronto se introduce en el cerebro | |||
si no bebemos agua de antemano! | |||
Golpe de muerte da el olor del vino | 1185 | ||
a aquel hombre que tiene consumidos | |||
todos sus miembros en la ardiente fiebre. | |||
¿No ves también cómo en la misma tierra | |||
nace el azufre y el betún que exhalan | |||
un olor penetrante? Por fin, cuando | 1190 | ||
con el hierro en la mano van los hombres | |||
rasgando las entrañas de la tierra | |||
para buscar las venas de oro y plata, | |||
¿qué vapores no salen de la mina? | |||
¿Qué olores tan mortales no se exhalan | 1195 | ||
de este rico metal que yace en ella? | |||
¿No ves la cara y tez descolorida | |||
de los míseros que andan condenados | |||
por la ley a trabajos tan penosos? | |||
¿Cuán en breve perecen no has oído | 1200 | ||
y cuán corto es el plazo de su vida? | |||
Así, es preciso que la tierra exhale | |||
todos estos vapores esparcidos | |||
por fuera en las llanuras de los aires. | |||
Así deben también avernos sitios | 1205 | ||
echar de sí mortíferos vapores | |||
a las aves; los cuales se levantan | |||
desde la misma tierra por los aires, | |||
y parte de la atmósfera envenenan, | |||
y cuando llega allí volando el ave, | 1210 | ||
la ponzoña invisible la entorpece | |||
allí su movimiento, y cae derecha | |||
donde el vapor dirige su caída; | |||
do, ya precipitada, el mismo tufo, | |||
entonces más activo, lanza fuera | 1215 | ||
de sus miembros los restos de la vida; | |||
porque el primer ataque sólo excita | |||
en el ave unas ciertas convulsiones; | |||
pero ya que una vez están caídas | |||
las aves en las fuentes ponzoñosas, | 1220 | ||
allí el último aliento de la vida | |||
exhalan de ponzoña circundadas. | |||
Puede también que estas exhalaciones | |||
enrarezcan la masa de aire puesta | |||
entre la tierra y aves, de manera | 1225 | ||
que esté casi vacío aquel espacio; | |||
cuando vienen volando por encima | |||
de estos sitios las aves, al momento | |||
en medio del vacío inútilmente | |||
mueven las alas, ni su esfuerzo ayuda | 1230 | ||
alguna reacción, porque, no hallando | |||
más apoyo en el aire, y no pudiendo | |||
sostenerse en sus alas, las obliga | |||
con su peso a caer naturaleza; | |||
y ya tumbadas dentro del vacío, | 1235 | ||
por los poros del cuerpo echan el alma. | |||
Está más fría el agua de los pozos | |||
en el Estío, porque enrareciendo | |||
el calor a la tierra, prontamente | |||
disipa por los aires las semillas | 1240 | ||
de fuego que tal vez en sí contiene. | |||
Cuando más caldeada esté la tierra, | |||
tanto más fría debe estar el agua | |||
escondida en su seno, y al contrario, | |||
cuando aprieta, condensa y une el frío | 1245 | ||
toda su superficie, debe entonces | |||
por esta compresión hacer que se entre | |||
en lo hondo de los pozos todo el fuego | |||
que haya diseminado por la tierra. | |||
Junto al templo de Ammón hay una fuente | 1250 | ||
que está helada entre día, según dicen, | |||
y caliente de noche; mucho admiran | |||
los hombres esta fuente, y se persuaden | |||
que oculto el Sol debajo de la Tierra, | |||
la calienta al instante que la noche | 1255 | ||
cubre la Tierra con terrible sombra; | |||
pero esta explicación es muy contraria | |||
a la filosofía verdadera; | |||
porque si el Sol, que tanta fuerza tiene | |||
sobre nuestras cabezas levantado, | 1260 | ||
por contacto inmediato no ha podido | |||
siquiera calentar la superficie, | |||
¿cómo debajo de los pies podría | |||
por medio de una masa tan espesa | |||
como la tierra hacer hervir el agua | 1265 | ||
y en ella introducir su ardiente fuego, | |||
cuando el ardor apenas de sus rayos | |||
penetra las paredes de las casas? | |||
¿Del fenómeno, pues, cuál es la causa? | |||
Es que la tierra está más esponjosa | 1270 | ||
y que en ígneas semillas más abunda | |||
junto a la fuente que por más afuera; | |||
cuando en sus sombras húmedas la noche | |||
el orbe sepultó, la tierra al punto | |||
que cerca el manantial se va enfriando, | 1275 | ||
y encógese como si la apretaran | |||
con la mano, de modo que en la fuente | |||
exprime las partículas de fuego | |||
de que ella está impregnada, y comunica | |||
al agua aquel calor que experimentan | 1280 | ||
el tacto y paladar; cuando los rayos | |||
de Sol nacientes de seguida abrieron | |||
los poros de la Tierra, y su tejido | |||
enrareció la mezcla de sus fuegos, | |||
se vuelven a su asiento primitivo | 1285 | ||
las partículas ígneas, y se cuela | |||
todo el calor del agua por la tierra; | |||
fría está así la fuente por el día. | |||
Por otra parte, herida el agua entonces | |||
por los rayos del Sol, y enrarecida | 1290 | ||
con sus trémulos fuegos, es preciso | |||
exhale los corpúsculos de fuego | |||
que ella contiene, así como despide | |||
las moléculas frías otras veces, | |||
y deshace los hielos que la ataban | 1295 | ||
y como prisionera la tenían. | |||
También hay una fuente de agua fría, | |||
sobre la cual, echando alguna estopa, | |||
se enciende y echa llamas de repente, | |||
y una tea se prende de este modo, | 1300 | ||
y va luciendo en medio de las aguas | |||
por do su luz nadante el aire impele; | |||
sin duda porque el agua de esta fuente | |||
contiene en sí muchísimas semillas | |||
de fuego, y es preciso que reciba | 1305 | ||
de aquella tierra que es como su lecho | |||
un montón de partículas de fuego, | |||
que subiendo a lo alto se derraman | |||
por toda el agua, y por defuera a un tiempo | |||
se exhalan, y se esparcen por los aires; | 1310 | ||
pero no son tan vivas las semillas | |||
que puedan calentar la misma fuente. | |||
Una impulsión secreta determina | |||
todas estas moléculas dispersas | |||
a salir pronto fuera y congregarse | 1315 | ||
por encima del agua; de este modo | |||
el agua dulce de la fuente Aradia | |||
corre y aparta las saladas ondas | |||
de alrededor; y en otras muchas playas | |||
ofrece el mar recursos semejantes, | 1320 | ||
gratos a los sedientos marineros, | |||
manando el agua dulce entre saladas. | |||
Pues por un mecanismo semejante | |||
las partículas ígneas salir pueden | |||
entre las ondas, y lanzarse fuera | 1325 | ||
para encender la estopa; luego que ellas | |||
allí están reunidas, y se pegan | |||
a la sustancia de la tea, al punto | |||
se prenden fácilmente, porque tienen | |||
gran número de partes inflamables | 1330 | ||
las estopas y teas por su parte. | |||
¿No ves cómo la lámpara que acaba | |||
de morir, si la arrimas a otra que arde, | |||
antes de ser tocada arde de nuevo? | |||
Pues lo mismo sucede con la tea; | 1335 | ||
ahora no trato yo de muchos cuerpos | |||
que se inflaman de lejos con la misma | |||
impresión del calor, antes que llegue | |||
a tocarlos de cerca el mismo fuego; | |||
luego de aquella fuente los efectos | 1340 | ||
pueden ser explicados de este modo. | |||
Empezaré tratando yo al presente | |||
por qué ley natural al hierro puede | |||
atraer esta piedra que los griegos | |||
magnética llamaron en su lengua; | 1345 | ||
por qué tienen el nombre de Magnesios | |||
los pueblos y el país donde se encuentra. | |||
Admíranse los hombres de esta piedra, | |||
porque viene a formar una cadena | |||
de pendientes anillos unos de otros; | 1350 | ||
a veces se ven cinco y más anillos | |||
que van en línea recta descendiendo, | |||
y los agitan los suaves aires, | |||
y uno debajo de otro asido cuelga; | |||
y ellos se comunican mutuamente | 1355 | ||
la virtud atractiva de la piedra; | |||
tanto su actividad llega a extenderse. | |||
Antes que estos fenómenos explique | |||
tengo yo que sentar muchos principios | |||
para decir la causa verdadera; | 1360 | ||
sólo podemos arribar a ella | |||
por medio de grandísimos rodeos; | |||
presta, pues, atención a mis palabras. | |||
Debes tener presente desde luego | |||
que todos cuantos cuerpos vemos lanzan | 1365 | ||
perpetuamente unos derramamientos, | |||
unas emanaciones que nos hieren | |||
los ojos, y producen en nosotros | |||
la sensación de ver; y los olores | |||
no son más que continuas emisiones | 1370 | ||
de ciertos cuerpos; como emana el frío | |||
de flúidos, y emanan los calores | |||
del Sol, y de la mar la sal que roe | |||
los edificios que hay en las riberas; | |||
cuando nos paseamos en la playa, | 1375 | ||
de continuo nos zumban los oídos, | |||
y un salino vapor entra en la boca | |||
hiriendo el paladar; jamás miramos | |||
preparar el agenjo sin que al punto | |||
el amargor sintamos; luego envían | 1380 | ||
todos los cuerpos siempre emanaciones | |||
de toda especie, las que se dirigen | |||
a todas partes sin reposo alguno | |||
y sin cesar jamás, pues de continuo | |||
tenemos sensaciones, y podemos | 1385 | ||
ver, y oler y oír a cada instante. | |||
Te volveré a traer a la memoria | |||
lo porosos que son todos los cuerpos; | |||
un principio que ya te he demostrado | |||
en el Canto primero del poema, | 1390 | ||
que nos da a conocer muchas verdades; | |||
mas sobre todo explica de tal suerte | |||
el fenómeno extraño que pretendo | |||
declararte ahora mismo, que no puedo | |||
prescindir de probarte nuevamente | 1395 | ||
que de todos los cuerpos conocidos | |||
no existe uno siquiera que no tenga | |||
su tejido mezclado con vacío. | |||
Las bóvedas chorrean en las grutas | |||
un humor que destilan gota a gota; | 1400 | ||
mana el sudor por todo nuestro cuerpo; | |||
crece la barba y pelos en los miembros. | |||
Repartido el sustento por las venas, | |||
sostiene y acrecienta los extremos | |||
de nuestro cuerpo, y aun las mismas uñas; | 1405 | ||
también sentimos que el calor y frío | |||
penetran por el cobre, y por la plata | |||
y por el oro su impresión sentimos | |||
cuando tenemos una copa llena; | |||
por último, atraviesan los sonidos | 1410 | ||
el espesor de la pared, y se entran | |||
por ellas el olor, calor y frío; | |||
traspasan aun de hierro la coraza | |||
que ciñe todo el cuerpo del guerrero; | |||
vienen de fuera las enfermedades | 1415 | ||
casi por lo común; y los contagios, | |||
que nacen de la tierra, o en el aire, | |||
así como se forman se disipan | |||
en un instante, porque no hay un cuerpo | |||
que no encierre vacío en su tejido. | 1420 | ||
Añádase que las emanaciones | |||
de los cuerpos no tienen todas ellas | |||
unas mismas sensibles cualidades | |||
ni igual analogía con los cuerpos | |||
sobre los cuales obran; ante todo | 1425 | ||
el sol cuece la tierra y la deseca, | |||
mientras derrite el hielo y con sus rayos | |||
hace que corran de los altos montes | |||
nieves amontonadas, y liquida | |||
con su mismo calor, en fin, la cera; | 1430 | ||
también disuelve el fuego cobre y oro, | |||
mientras contrae y encoge carne y cueros; | |||
a la verdad el hierro caldeado | |||
adquiere un nuevo grado de dureza | |||
cuando le echan en agua; y al contrario, | 1435 | ||
endureciendo el fuego carne y cuero, | |||
el agua los ablanda; el acebuche, | |||
cuyo amargor es insufrible al hombre, | |||
es para las cabrillas más sabroso | |||
que el néctar y ambrosía. Por fin, huye | 1440 | ||
la mejorana el cerdo de ordinario, | |||
y teme toda clase de perfumes, | |||
porque son el veneno más activo | |||
para el cerdoso puerco los que a veces | |||
parece que nos vuelven a la vida; | 1445 | ||
por el contrario, empero, siendo el cieno | |||
la misma suciedad para nosotros, | |||
parece a los marranos lo más limpio, | |||
do se revuelcan todos sin hartura. | |||
Aún me falta sentar otro principio | 1450 | ||
antes que empiece a hablar de lo que he expuesto, | |||
y es que, teniendo muchos intersticios | |||
todos los cuerpos, no deben aquéllos | |||
ser entre sí del todo semejantes; | |||
antes debe tener cada uno de ellos | 1455 | ||
naturaleza y usos peculiares; | |||
porque los animales ciertamente | |||
tienen varios sentidos, y cada uno | |||
tiene su objeto propio; los sonidos | |||
por sus propios conductos se insinúan; | 1460 | ||
los sabores y olores van por otros | |||
que tienen ciertamente analogía | |||
con su naturaleza y su tejido; | |||
además, hay también emanaciones | |||
que penetran las piedras, y otras pasan | 1465 | ||
por la madera, y otras por el oro, | |||
y algunas por la plata y por el vidrio, | |||
porque los simulacros se introducen | |||
por los poros del vidrio, y se insinúa | |||
el calor en los poros de oro y plata; | 1470 | ||
y hay corpúsculos que entran más ligeros, | |||
y otros más tardos, por el mismo cuerpo. | |||
Arriba dije que estas diferencias | |||
son una consecuencia necesaria | |||
de la infinita variedad que ha puesto | 1475 | ||
y ha establecido la Naturaleza | |||
entre los intersticios de los cuerpos. | |||
Con tanta solidez establecidas | |||
todas estas verdades proemiales, | |||
es fácil explicar lo que buscamos, | 1480 | ||
de suyo descubriéndose la causa | |||
de la atracción del hierro; desde luego | |||
es preciso que emanen de continuo | |||
de la misma sustancia de la piedra | |||
infinitos corpúsculos, o sea | 1485 | ||
un activo vapor que con sus golpes | |||
dé raridad a aquel aire que media | |||
entre el imán y el hierro; cuando encuentran | |||
este espacio intermedio ya vacío | |||
se dirigen a él en el momento | 1490 | ||
los principios del hierro muy unidos; | |||
por lo que todo el cuerpo del anillo | |||
sigue la misma dirección; no hay cuerpo | |||
que tenga los principios más trabados | |||
que los del hierro, este metal tan firme | 1495 | ||
que casi es al calor inaccesible. | |||
No es maravilla, como dije antes, | |||
que la tendencia de sus elementos | |||
en número copioso hacia el vacío | |||
arrastren tras de sí todo el anillo; | 1500 | ||
así es en realidad, y siempre avanza | |||
hasta que toca con la misma piedra | |||
y se une con compases invisibles; | |||
obra el imán en todas direcciones; | |||
el vacío se forma en todas partes, | 1505 | ||
bien hacia arriba, bien lateralmente; | |||
los anillos vecinos al momento | |||
se inclinan al espacio enrarecido, | |||
conducidos de choques exteriores, | |||
pues su misma tendencia no podría | 1510 | ||
de esta manera unirlos en el aire; | |||
otra causa hay también que favorece | |||
a aquesta dirección, y que acelera | |||
el movimiento; y es que, apenas | |||
el aire se enrarece, y el vacío | 1515 | ||
por la parte de encima del anillo | |||
llega a formarse, en el momento el aire | |||
inferior, sacudiendo en el anillo, | |||
le impele por detrás en cierto modo, | |||
porque todos los cuerpos son batidos | 1520 | ||
sin cesar por el aire que los cerca; | |||
pero en esta ocasión hacen los golpes, | |||
avanzar el anillo, porque arriba | |||
hay un vacío para recibirle; | |||
cuando el aire que digo se ha esparcido | 1525 | ||
en los poros del hierro y se ha insinuado | |||
hasta sus más sutiles elementos, | |||
los impele y los hace que adelanten | |||
como el viento las velas y la nave. | |||
Deben, en fin, tener todos los cuerpos | 1530 | ||
el aire en su tejido, porque todos | |||
son porosos, y el aire de continuo | |||
los rodea y los toca; pues metido | |||
este fluido sutil dentro del hierro, | |||
se agita con continuo movimiento, | 1535 | ||
y por esto sacude en el anillo | |||
y por dentro sin duda le menea, | |||
y ya con él se inclina hacia el vacío | |||
al cual todas sus fuerzas encamina. | |||
También sucede alguna vez que el hierro | 1540 | ||
se aparta del imán; algunas veces | |||
le huye y le sigue alternativamente; | |||
hierro de Samotracia y limaduras | |||
he visto yo saltar y revolverse | |||
en un vaso de cobre si acercaban | 1545 | ||
esta piedra de imán por el asiento; | |||
el hierro parecía que impaciente | |||
huía de la piedra; hace que nazca | |||
tanta discordia el interpuesto cobre, | |||
porque sin duda las emanaciones | 1550 | ||
del cobre entonces se apoderan antes | |||
y poseen del hierro los conductos; | |||
las del imán, que vienen en seguida, | |||
todos los pasos hallan ocupados, | |||
y no pudiendo entrarse como antes | 1555 | ||
con precisión se arrojan sobre el hierro, | |||
y chocan con sus olas el tejido | |||
de este metal; la piedra así repele, | |||
y agita por el cobre el mismo cuerpo | |||
a que sin este obstáculo se uniera. | 1560 | ||
No debes extrañar que no produzcan | |||
el mismo efecto las emanaciones | |||
de piedra imán sobre los otros cuerpos; | |||
la pesadez de algunos, como el oro, | |||
los tiene inmobles; y otros, como el leño, | 1565 | ||
tienen poros muy anchos, por los cuales | |||
pasan emanaciones sin tocarlos | |||
y sin causar agitación en ellos; | |||
entre estas dos especies tiene el medio | |||
el tejido del hierro, al cual impelen | 1570 | ||
de esta manera las emanaciones | |||
de piedra imán cuando impregnado se halla | |||
de unas ciertas partículas de cobre. | |||
Sin embargo, el fenómeno que explico | |||
no es tan extraño en la naturaleza | 1575 | ||
que no pueda citar otras uniones | |||
tan íntimas como éstas; ves trabarse | |||
por medio sólo de la cal las piedras, | |||
y la cola de toro une las tablas | |||
tan fuertemente que antes faltarían | 1580 | ||
las vetas y las partes esenciales | |||
de la madera que esta unión faltase; | |||
gusta el vino mezclarse con el agua; | |||
la pez no puede hacerlo con su peso, | |||
ni con su levedad puede el aceite; | 1585 | ||
se identifica tanto con la lana | |||
la púrpura, que no puede quitarse | |||
de modo alguno su color, aun cuando | |||
se intente renovarle a fuerza de agua, | |||
aun cuando todo el mar quiera lavarle | 1590 | ||
y con todas sus aguas, desteñirle; | |||
el oro se incorpora con la plata | |||
con la ayuda del fuego, últimamente, | |||
y une el estaño cobres diferentes; | |||
¿y cuántas otras mezclas encontrara | 1595 | ||
tan íntimas como ésta si quisiera? | |||
¿Pues, cómo no? Porque no necesitas | |||
de tantas menudencias, y no es justo | |||
que emplee en esto yo un trabajo inútil; | |||
réstanos abrazar en un principio | 1600 | ||
muchos hechos a un tiempo; si dos cuerpos | |||
se encuentran con tejidos tan opuestos | |||
que a los huecos del vino correspondan | |||
eminencias del otro, su juntura | |||
es muy perfecta; así pueden juntarse | 1605 | ||
con especies de anillos y de anzuelos, | |||
como sucede en el imán y el hierro. | |||
Ahora voy a explicarte yo la causa | |||
de las enfermedades contagiosas; | |||
de estas plagas terribles, que derraman | 1610 | ||
sobre hombres y ganados de repente | |||
la mortandad. Primero enseñé arriba | |||
que en la atmósfera había una gran copia | |||
de corpúsculos, que unos dan la vida, | |||
enfermedad y muerte engendran otros; | 1615 | ||
cuando da ser Acaso a los postreros | |||
el aire se corrompe y se inficiona; | |||
la enfermedad activa y pestilente | |||
o de clima extranjero es transmitida | |||
por la vía del aire, como nubes | 1620 | ||
y tempestades, o del mismo seno | |||
de la tierra se engendra, cuando han sido | |||
corrompidos sus húmedos terrones | |||
con el calor y lluvias desregladas. | |||
¿No observas tú que la mudanza de aire | 1625 | ||
y la del agua la salud atacan | |||
del hombre que está lejos de su patria? | |||
Porque allí encuentra un aire diferente | |||
del que ha solido respirar en casa. | |||
¿Por ventura, no encuentras diferencia | 1630 | ||
entre la inglesa atmósfera y Egipto, | |||
por do el eje del mundo se ladea? | |||
¿Y no difieren entre sí los climas | |||
del Ponto, y el que llega desde Cádiz | |||
hasta los pueblos negros y tostados? | 1635 | ||
Como estas cuatro plagas se hallen puestas | |||
a cuatro vientos, como estén situadas | |||
bajo de cuatro climas diferentes, | |||
en situación tan sólo no difieren, | |||
sino también en el color y forma | 1640 | ||
de sus habitadores, y parece | |||
que están sujetos a distintos morbos. | |||
Es una enfermedad la elefancía | |||
que nace hacia las márgenes del Nilo, | |||
no en otra parte, en medio del Egipto; | 1645 | ||
en Ática las piernas adolecen, | |||
y los ojos enferman en Acaya, | |||
y otras tierras atacan otros miembros; | |||
del aire nacen estas diferencias; | |||
porque si el aire de extranjero clima | 1650 | ||
de peligrosa cualidad dotado | |||
se muda y va viniendo hacia nosotros, | |||
se arrastra lentamente como nube, | |||
altera y muda todas las regiones | |||
de la atmósfera por donde camina; | 1655 | ||
cuando llegó a la nuestra últimamente | |||
la corrompe, y así se la asimila | |||
y nos la hace contraria; se derrama | |||
este nuevo contagio y pestilencia | |||
al punto por las aguas, y se pega | 1660 | ||
a las mieses y humanos alimentos | |||
y a la comida y pastos de ganados; | |||
o se queda colgado algunas veces | |||
su contagio en el aire, y no podemos | |||
respirar este flúido mezclado | 1665 | ||
sin sorber su infección al mismo tiempo; | |||
coge la pestilencia de ordinario | |||
lo mismo al buey que a la balante oveja; | |||
¿qué importa que nosotros nos vayamos | |||
a otro clima mal sano y enfermizo | 1670 | ||
a una atmósfera nueva; que nos traiga | |||
naturaleza un aire pestilente | |||
y extranjeros corpúsculos que puedan | |||
con su pronta irrupción darnos la muerte? | |||
Unas enfermedades de esta especie, | 1675 | ||
causadas por mortíferos vapores, | |||
en los pasados tiempos devastaron | |||
los campos de los términos Cecropios, | |||
e hicieron los caminos soledades, | |||
dejaron la ciudad sin pobladores; | 1680 | ||
porque naciendo en lo interior de Egipto, | |||
después de atravesar vastos espacios | |||
de aire y de mar, por último se echaron | |||
y sobre el pueblo de Pandión cayeron; | |||
todos los habitantes a millares | 1685 | ||
se rendían al morbo y a la muerte; | |||
la enfermedad cogía la cabeza | |||
con fuego devoraz, y se ponían | |||
los ojos colorados y encendidos; | |||
estaba la garganta interiormente | 1690 | ||
bañada de un sudor de negra sangre, | |||
y el canal de la voz se iba cerrando | |||
en fuerza de las úlceras; la lengua, | |||
intérprete del alma, ensangrentada, | |||
débil con el dolor, pesada, inmóvil, | 1695 | ||
áspera al tacto; cuando descendía | |||
después aquel humor dañoso al pecho | |||
desde las fauces, y se recogía | |||
alrededor del corazón enfermo, | |||
entonces los apoyos de la vida | 1700 | ||
a un tiempo vacilaban, y la boca | |||
de adentro un olor fétido exhalaba | |||
como el de los cadáveres podridos; | |||
y las fuerzas del alma se perdían, | |||
y con su languidez tocaba el cuerpo | 1705 | ||
en los mismos umbrales de la muerte. | |||
Se juntaba a estos males insufribles | |||
una congoja de inquietud perpetua | |||
y una queja revuelta con gemido, | |||
y sollozar perenne noche y día, | 1710 | ||
que sin cesar los nervios irritando, | |||
envarando los miembros, desatando | |||
las articulaciones, consumían | |||
a los que sucumbían ya cansados | |||
a la fatiga. Las extremidades | 1715 | ||
de sus cuerpos no obstante parecían | |||
estar no muy ardientes, ofreciendo | |||
tibia impresión al tacto; al mismo tiempo | |||
estaba colorado todo el cuerpo, | |||
con úlceras así como inflamadas, | 1720 | ||
como si hubiera sido derramado | |||
fuego de San Antón sobre sus miembros. | |||
Un ardor interior los devoraba | |||
hasta los mismos huesos, y la llama | |||
en su estómago ardía como hornaza; | 1725 | ||
la más ligera ropa los ahogaba; | |||
al aire y frío expuesto de continuo, | |||
unos a helados ríos se tiraban | |||
a causa de aquel fuego en que se ardían, | |||
en las aguas más frías zabullendo; | 1730 | ||
desnudo el cuerpo se arrojaban otros | |||
en hondos pozos; con la boca abierta, | |||
ansiosos de beber, a ellos venían, | |||
y su insaciable sed no distinguía | |||
las aguas abundantes de una gota | 1735 | ||
cuando sus cuerpos áridos metían; | |||
ningún descanso el mal les otorgaba; | |||
tendido estaba el cuerpo fatigado; | |||
la medicina al lado barbotaba | |||
con temor silencioso; revolvían | 1740 | ||
noches enteras sus ardientes ojos | |||
a un lado y otro sin probar el sueño. | |||
Y muchos otros síntomas mortales | |||
se notaban también además de éstos; | |||
alma agitada de temor y pena, | 1745 | ||
sobrecejo furioso y hosco rostro, | |||
los oídos inquietos con zumbidos, | |||
viva respiración, o fuerte y lenta, | |||
cuello bañado de un sudor brillante, | |||
poca saliva como azafranada | 1750 | ||
y cargada de sal, de sus gargantas | |||
con fuerte tos apenas arrojada. | |||
Se aticiaban los nervios de las manos, | |||
los miembros tiritaban, y subía | |||
el frío de la muerte poco a poco | 1755 | ||
desde los pies al tronco; últimamente, | |||
al acercarse el tiempo postrimero | |||
tenían las narices encogidas | |||
y su punta afilada, ojos hundidos, | |||
huecas las sienes, la piel fría y ruda, | 1760 | ||
los labios abultados, resaltaba | |||
tirante frente; a poco fallecían; | |||
el sol octavo o nono los veía | |||
las más veces lanzar su último aliento. | |||
Mas si alguno escapaba de la muerte, | 1765 | ||
como a las veces sucedía, en fuerza | |||
de secreciones de úlceras malignas | |||
y de negros despeños, sin embargo, | |||
la misma podre y muerte le aguardaban, | |||
aunque más tarde; sangre corrompida | 1770 | ||
de su nariz corría en abundancia, | |||
con dolores muy fuertes de cabeza; | |||
todas las fuerzas, toda la sustancia | |||
del hombre así llegaban a perderse; | |||
si no salía el mal por las narices, | 1775 | ||
y si no ocasionaba esta hemorragia, | |||
atacaba los nervios, se extendía | |||
el morbo por los miembros, y cogía | |||
hasta las mismas partes genitales; | |||
y unos, temiendo la cercana muerte, | 1780 | ||
vivían por el hierro mutilados | |||
de su virilidad; privados otros | |||
de manos y de pies, quedaban vivos; | |||
y perdían, en fin, otros la vista; | |||
tan poderoso miedo de la muerte | 1785 | ||
cogió a estos infelices, y hubo algunos | |||
que perdieron del todo la memoria | |||
y aun a sí mismos no se conocían. | |||
Aunque en tierra yacían insepultos | |||
montones de cadáveres, las aves | 1790 | ||
y voraces cuadrúpedos huían | |||
su hedor intolerable, y no tardaban, | |||
si los probaban, en perder la vida; | |||
las aves, sin embargo, no salían | |||
impunemente por aquellos días, | 1795 | ||
ni dejaban las fieras alimañas | |||
las selvas por la noche; casi todas | |||
sucumbían al morbo y fenecían; | |||
principalmente los leales perros | |||
en medio de las calles extendidos | 1800 | ||
enfermos daban el postrer aliento, | |||
que arrancaba el contagio de sus miembros. | |||
Precipitadamente arrebataban | |||
sin pompa los cadáveres; no había | |||
allí un seguro y general remedio. | 1805 | ||
La pócima que había prolongado | |||
la vida a unos, a otros daba muerte. | |||
Pero allí lo más triste y deplorable | |||
era que algunos de estos infelices | |||
que se veían presa del contagio | 1810 | ||
se despachaban como criminales | |||
condenados a muerte, se abatían, | |||
veían siempre a par de sí la muerte, | |||
y en medio de terrores perecían. | |||
Multiplicaba empero las exequias | 1815 | ||
principalmente el ávido contagio, | |||
que no cesaba ni un instante solo | |||
de irse comunicando de uno en otro; | |||
porque aquellos que huían las visitas | |||
de dolientes amigos por codicia | 1820 | ||
de la vida o por miedo de la muerte, | |||
víctimas insensibles perecían | |||
dentro de poco tiempo, abandonados, | |||
necesitados y menesterosos, | |||
como lanar ganado y como bueyes; | 1825 | ||
mas los que no temían presentarse | |||
al contagio y fatiga se rendían, | |||
viendo que el pundonor y tiernas quejas | |||
de amigos moribundos precisaban | |||
entonces a llenar estos deberes. | 1830 | ||
Porque el más virtuoso ciudadano | |||
acababa la vida con tal muerte; | |||
y después de enterrar la muchedumbre | |||
de sus prendas más caras, se volvían, | |||
fatigados de llantos y gemidos, | 1835 | ||
a encamarse, muriendo de tristeza; | |||
por fin, en estos tiempos de desastre | |||
muertos o moribundos, o infelices | |||
que los lloraban, sólo se veían. | |||
Además, ya pastores y vaqueros | 1840 | ||
y el fuerte conductor del corvo arado | |||
enfermaban también, y los buscaba | |||
la contagión dentro de sus cabañas, | |||
y allí los daban muerte inevitable | |||
la pobreza y el morbo; se veían | 1845 | ||
a veces los cadáveres tendidos | |||
de los padres encima de los hijos, | |||
y los hijuelos el postrer aliento | |||
sobre padres y madres exhalaban. | |||
El contagio en gran parte provenía | 1850 | ||
de la gente del campo, que a millares | |||
a la ciudad enfermos acudían; | |||
todos los sitios públicos y casas | |||
estaban llenos; por lo mismo entonces | |||
con más facilidad amontonaba | 1855 | ||
apiñados cadáveres la muerte. | |||
Muchos de sed morían en las calles; | |||
y después de haber otros arrastrado | |||
hacia las fuentes públicas sus cuerpos, | |||
sin vida allí quedaban extendidos, | 1860 | ||
ahogados al sentir la gran dulzura | |||
que les causaba el agua que bebían; | |||
y las calles estaban ocupadas | |||
de unos lánguidos cuerpos medio muertos, | |||
hedïondos y sucios y andrajosos, | 1865 | ||
cuyos miembros podridos se caían; | |||
la piel sola tenían sobre el hueso, | |||
en la que ya las úlceras y podre | |||
habían producido el mismo efecto | |||
que hace la sepultura en el cadáver. | 1870 | ||
La muerte, en fin, llenó de cuerpos muertos | |||
todos los templos santos de los dioses, | |||
y estaban de cadáveres sembrados | |||
todos los edificios de deidades; | |||
los hicieron posadas de finados | 1875 | ||
los sacristanes; importaba poco | |||
la religión ya entonces y los dioses, | |||
porque el dolor presente era excesivo. | |||
Y se olvidó este pueblo en sus entierros | |||
de aquellas ceremonias tan antiguas | 1880 | ||
que en sacros funerales se observaban; | |||
andaba todo él sobresaltado, | |||
y en este general abatimiento | |||
cada cual enterraba a quien podía; | |||
y la necesidad y la indigencia | 1885 | ||
horrorosas violencias inspiraron; | |||
porque algunos gritando colocaban | |||
a sus parientes en la pira ajena, | |||
y poniéndola fuego por debajo, | |||
con mucha sangre a veces pendenciaban | 1890 | ||
antes que los cadáveres soltasen. |