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Memorias de D. Fernando IV de Castilla, tomo I, pág. 409.

 

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«Seine Werke erschienen zu Madrid in fol., im Jahre 1676. - Sein Leben schrieb der Mercedarier Fr. Petrus a S. Caecilio von Granada, zu Granada im Jahre 1629 erschienen, ferner Martin de Ximena Jurado in seiner Geschichte der Bischöfe von Jaën, Madr. 1654, fol.; s. Vida schrieben ferner Fr.- Felipe Colombo, «Epítome de la Vida del Santo Pedro Pasqual» Matrit. 1674 fol., und der gleichzeitige Fr. Johannes a Praesentatione, beide Mercedarier. - Wir müssen aber gestehen, dass fast Alles in den Berichten über Petrus Paschalis zweifelhaft zu sein scheint.» Gams, vol. cit., pág. 427. - La última aserción del sabio benedictino no dejará de parecer extraña. Nicolás Antonio, anotado por D. Francisco Pérez Bayer (Bibliotheca hispana vetus, tomo II, paginas 98-101, Madrid, 1788), y modernamente el Sr. Amador de los Ríos (Historia crítica de la Literatura española, tomo IV, páginas 75-85, Madrid, 1863), han abierto ancho camino para preparar la edición castellana de las obras del Santo, que no se ha hecho, y que ojalá tomase por su cuenta la Real Academia Española.

 

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El texto lemosín, valenciano ó catalán, de esta obra, se hallaba en un códice que vió y tradujo al castellano D. Justino Antolínez de Burgos, cuando era deán de Granada. Fué más tarde (años 1628-1637) obispo de Tortosa. No veo demostrada por Amador de los Ríos la necesidad de suponer que el Santo redactase su obra primeramente en castellano, porque no la compuso para los cautivos de una sola lengua, según se infiere del prólogo. Había entonces en Granada gran multitud de cautivos cristianos, procedentes de los Estados de la Corona de Aragón (Colección diplomática del rey D. Fernando IV, CLXIX), para cuya redención y canje dió instrucciones (16 Octubre, 1300) á su embajador el rey D. Jaime II. No conociéndose texto castellano primitivo, y sí tres códices del texto lemosín (uno manuscrito de mediados del siglo XIV), del cual dimanó la traducción italiana, que cita Nicolás Antonio, propendo á creer que el Santo destinó la Biblia parva á los cautivos que hablaban en lemosín, y á los que entendían el castellano los otros libros que redactó en esta lengua, y que la biblioteca del Escorial atesora. De la Biblia parva en lemosín se hizo una edición barcelonesa en 1492.

 

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En los códices «açí no (aquí no)»; la traducción italiana suprimió el «no», y para dar algún sentido á la frase propuso «così (así).» El sentido verdadero es el nombre, con que era conocido en Granada. Á su aciaga ventura y miserable conviene Carácter arábigo, que Pedro de Alcalá expone por hazino (triste), el cancionero de Baena, hasino, y el Diccionario de la Academia, hacino. Quizá fué Carácter arábigo haçino (bello).

 

35

Omito para no molestar la atención de la Academia el hacer extractos de las demás obras, que escribió al propio tiempo, doctísimas, y atesora manuscritas la biblioteca del Escorial.

 

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Escarnios

 

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No dice que enseñó, sino que aprendió en buenos autores la Teología y otras ciencias. Descontando los 35 años, resulta que algo antes del 1265 se dedicaba á semejante estudio. Afirma que la mayor parte de este intervalo fué invertida por él en el cultivo del saber eminente, y coincide con lo que indica en la Biblia parva: «com yo hagués legit per XXX anys de Theologia y altres sciences.»

 

38

Memorias de D. Fernando IV de Castilla, tomo I, pág. 411.

 

39

Ibidem, pág. 407.

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