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  —85→  

ArribaAbajoRetruco a Rosas por una infame calumnia que publicó en Buenos Aires respecto al señor general don José María Paz

[Retruco a Rosas]



    Gaucho embustero, mentís
brutalmente en cuanto hablás
contra del general PAZ,
y en lo demás que decís.
Pues de balde te aflijís,  5
ya tu carta es conocida,
y en todas partes sabida
la aflición en que te hallás;
y para apurarte más
yo te buscaré la vida.  10



  —86→  

ArribaAbajoJuan de Dios Oliva y otros dos gauchos orientales platicando el día 11 de junio de 1843 en el campamento del general don Frutos Rivera

[Diálogo que en el campamento del general Rivera tuvieron los gauchos orientales, Oliva, Zamora y Vicente, sobre las causas que produjeron la guerra de Rosas y Oribe contra la Banda oriental]45




JUAN DE DIOS

   Con que, mi amigo Vicente,
¿de adónde sale?, apiesé;
venga al fuego, arrimesé:
¿cómo le va?

VICENTE

Lindamente,
ño Juan de Dios: ¿cómo está?  5

JUAN DE DIOS

   Alentao, sin novedá,
amigo, hasta la presente.
—87→

VICENTE

   ¡Mire el diablo!, y se corrieron
de su salú malas mentas,
pues, en resumidas cuentas,  10
ha de saber que dijieron:
«a ño Juan de Dios lo han muerto»,
y yo creí que fuera cierto,
porque como usté es mansito
para las balas, lueguito  15
se lo asiguré a Ludueña.

JUAN DE DIOS

   ¡La gran p... ulida y risueña!,
eso ya es mucho decir:
¿si me andaré por morir?
    Escuche, amigo Zamora,  20
las mentas; porque una mora46
fría me sacó una achura
me creen en la sepultura
o en la cuchilla estirao,
cuando estoy tan alentao  25
y me siento tan güenazo.
    ¡Pero qué!, ¡quién hace caso!
Yo nunca creo en visiones,
ni excuso las ocasiones;
porque nada me hace estorbo  30
tratando de meniar corvo47.
—88→
    ¡Qué Cristo!, he de forcejiar
y me he de hacer aujeriar
una y diez veces, primero
que ver mi Patria, aparcero,  35
esclava de un asesino,
como ese vil argentino
que nos quiere suyugar.
¿No es esto muy rigular?

VICENTE

    Sí, amigo, ¡pues no ha de ser!,  40
y así los hemos de hacer
c... ejar a esos saltiadores
asesinos, forzadores,
y muy pronto...

JUAN DE DIOS

Deje estar
que luego hemos de acabar  45
con toda esa sabandija,
de siguro, y a la fija:
y a ellos se les hace broma,
pero si medio se asoma
Pacheco por la cuchilla,  50
frutos Rivera ni ensilla...
y en pelos me lo desloma48.
De balde anda matreriando;
aquí lo andamos ronciando
día y noche, ya lo ve.  55
    Además, andan a pie:
—89→
y así el viejo49 los apura;
luego después la flacura50,
que ya los tiene a gatitas,
y si no montan mulitas,  60
montarán en osamentas
o en rocines a la cuenta.

VICENTE

    Así ha de ser: pero, ¿ha visto
al tal Oribe? ¡Por Cristo!,
amigo, ¿quién pensaría,  65
que don Manuel nos traería
tal guerra y calamidá?
¡Un oriental!... ¡qué ruindá!,
costiarse de la otra banda,
porque ese Rosas lo manda  70
a trairnos la guerra a muerte;
¡ha visto cosa más fuerte!

JUAN DE DIOS

    Mesmamente: ¡es cosa cruel!,
pero el paisano Manuel,
hace una máquina de años  75
que nos preparó estos daños
y desgracias que recién
en nuestra tierra se ven.
    Doce años hacen cabales,
—90→
a que nos armó estos males;  80
y él solo por sinrazones
que en tiempo de los barbones
tuvo allá con don Frutoso,
ahora se viene furioso
contra inocentes paisanos:  85
que todos somos hermanos
y no lo hemos ofendido.
¿Qué causa, pues, ha tenido
para que venga tan cruel
unido a ese Juan Manuel,  90
a matarnos sin piedá?,
¿ha visto barbaridá
de esta laya? Velay mate:
y si quiere que relate
la causa sin que me entibie,  95
es menester que me alivie
con un cigarro, si tiene.

VICENTE

    Amigo, al pelo le viene:
tengo aquí, pero no es naco51,
sino una hostia de tabaco  100
que me dio un francés que masca;
tome... pite, y dele guasca.
Lárgueme a mí la caldera,
yo cebaré mientras quiera
cimarroniar; siga, amigo.  105
Gracias a Dios que consigo
el oírlo moralizar,
y que me quiera explicar
—91→
la causa de esta custión:
a pesar que la razón,  110
¿quién la tiene?...

JUAN DE DIOS

Le diré
ciertamente, creamé:
    En el año treinta y dos...
¿por julio?, sí, Juan de Dios;
estaba Frutos Rivera  115
de presidente, y afuera
por el Durazno52 se hallaba,
y Oribe entonces estaba
de comendante del puerto.
¡Como hay Dios!, esto lo es cierto.  120
    Vivíamos felizmente;
¿se acuerda, amigo Vicente?,
cuando por fatalidá
armaron en la ciudá
la primer revolución,  125
origen de esta custión.
    Fue en julio..., sí; el día tres:
pues me acuerdo que esa vez
se solevó53 un batallón
con el coronel Garzón  130
gritando: ¡muera Rivera!
    No hay duda que Oribe era
—92→
figurón en el motín:
pues todo se sabe al fin;
y aunque no se puso al frente,  135
he oído generalmente
una porción de ocasiones,
que los dos jefes Garzones,
como los dos Lavallejas,
de Oribe tenían quejas;  140
porque en aquella ocasión,
diz que les hizo traición
y que los abandonó
cuando él los comprometió
y los metió hasta el cuadril.  145
¡Mire si es partida vil
en don Manuel! -Adelante.
    Pues, señor, desde el istante
en que se alzó la pueblada,
luego le hicieron la armada54,  150
y a don Frutos se la echaron,
y por fortuna le erraron.
    Rivera estaba inorante
—93→
que le iban a echar el guante
con miras de asesinarlo;  155
y derechito a matarlo
fueron, ¿qué duda nos queda55?,
pues el capitán Ojeda
lo atropelló con Santana;
pero por una ventana  160
el Viejo fue tan feliz,
que se les hiso perdiz,
y en cuanto saltó de allí
cogió y se azotó en el Yi56.
    Yo no sé cómo está vivo  165
porque con un gomitivo
de Larruá se echó en el río:
si no es eso, ¡Cristo mío!,
ahí lo atrasan fieramente,
pero al fin llegó a su gente  170
que estaba del otro lao,
donde se puso alentao
y formó su reunión.
   Entre tanto, de mirón
Oribe se dejó andar,  175
y en cuanto vido flaquiar
a sus amigos, salió
y vino, y se recostó
a don Frutos, por si acaso.
   El Viejo que es tan güenazo,  180
no se dio por entendido,
y habiéndolo recebido
con la mejor voluntá,
—94→
le brindó con su amistá,
que Oribe se la almitió  185
y también se la juró.
    Siguió la revolución
flaquiando cada vez más,
hasta que don Frutos... ¡tras!,
le dio un golpe y la aplastó;  190
y a todos los aventó
a los quintos apuraos,
pues salieron a dos laos57
en cuanto nos divisaron,
y ahí no más se terminaron  195
la guerra y las disensiones
como en otras ocasiones.
    Don Manuel a la ciudá
cayó luego con Rivera
que en cuanto llegó de afuera,  200
en prueba de su amistá,
con gusto y sinceridá
lo hizo ministro de guerra,
que es un cargo en esta tierra
más grande que general;  205
y naides lo tuvo a mal.
    Lejos de eso, lo aplaudimos,
y los paisanos dijimos:
ya no habrá más anarquía,
pues marchan en armonía  210
Oribe y Frutos Rivera;
¡ah, tiempo!, ¡ojalá volviera!
—95→
    En fin subió don Manuel
a ministro, como he dicho;
y como santo en un nicho  215
don Frutos se veía en él.
Siguió fingiéndose fiel
don Manuel, en la aparencia,
porque ya la presidencia
de Rivera iba a cesar,  220
que era todo su anhelar;
desde que don JUAN ANTONIO58
salió llamando al demonio
y renegando de Oribe.
    En esto bien se percibe,  225
que don Manuel, al dejarlo
solo, trató de obligarlo
a disparar al infierno,
para subir al gobierno;
porque sólo Lavalleja  230
podría sacar la oreja59
a todo el que pretendiera
mandar después de Rivera.
    Y mesmo, así sucedió:
Lavalleja disparó  235
abriéndole la tranquera60
para que Oribe pudiera
conseguir sus pretensiones.
    Llegaron las eleciones,
que es lo mesmo que apartar  240
aquel que ha de gobernar:
—96→
y se nombran capataces,
o mozos todos capaces
de elegir el más mejor,
y Rivera por favor  245
lo señaló a don Manuel,
diciendo: que «sólo él
debia montar el potro,
y que después ningún otro
sería buen presidente».  250
Alvierta, amigo Vicente,
no faltó en esa ocasión
quién cruzara el mancarrón61
y le dijiera a don Frutos:
«¡Mire que muchos disgustos  255
le va a causar don Manuel!
No se empeñe usté por él».
    Entonces Frutos Rivera
les contestó, que: «cualquiera
hiciera la oposición;  260
que era libre la opinión
en ese particular;
(y dijo): me he de empeñar
para que Oribe gobierne,
aunque a mí no me concierne  265
meterme en el nombramiento»;
y otro le dijo al momento:
«pues yo me voy a oponer».
    «Amigo, lo puede hacer,
(contestó). No meta bulla;  270
y si sale con la suya
crea que lo sentiré».
—97→
    Pues cabalmente así fue,
que el hombre fiero se opuso;
pero Rivera que es buzo  275
y no se ahuga en los arroyos,
le largó todos los rollos
al lazo de su esperanza,
y lo soltó en la confianza
que al dar el Viejo un tirón,  280
la más fuerte oposición
él la haría sujetar,
y el suelo vendría a dar
ganando al fin la eleción.

VICENTE

    Tome, amigo, un cimarrón62,  285
no se le seque el garguero.
¡Ah, cosa linda, aparcero!,
¡eh, pucha, que está ilustrao
en todo lo que ha pasao!

JUAN DE DIOS

    Pues, señor, que lo nombraron,  290
y viera con qué alegría;
salvas y musiquería,
y también le repicaron:
por las calles lo aclamaron
las gentes de la ciudá,  295
—98→
y fue con temeridá
lo mucho que se alegraron.
    Así lo engolosinaron
en cuanto subió al poder,
cosa que no es bueno hacer  300
jamás entre los paisanos.
    Ese día, él dio las manos
a todos al despedirse:
y yo me acuerdo que al irse
del Fuerte, allí en un salón,  305
le dijo a la reunión
con una voz muy contrita:
«¡Compatriotas! Dios permita
que esta pública alegría
dure hasta el último día  310
que yo descienda del mando»;
y ya salió trompezando.
    De esta manera legal
largó el mando don Frutoso;
y Oribe lo hizo gustoso  315
comendante general.
    Salió Rivera a campaña;
y el diablo, amigo, quizás,
cuando todo estaba en paz,
vino a meter la zizaña  320
aunque no fue cosa extraña
la vuelta que Oribe dio,
pues luego se le cambió
al mirarse poderoso,
faltándole a don Frutoso  325
en todo a la buena fe.
—99→
    Lo primero que hizo fue
llamar a los emigraos
que él mismo dejó ensartaos:
y al momento de llegar,  330
a todos los hizo armar.
    Eso sólo fue un capricho
de don Manuel; pues me han dicho,
que don Frutos al salir
no le dejó de pedir,  335
y le rogó por su madre,
que «en caso que a su compadre
Lavalleja lo llamara,
tan de pronto no lo armara,
porque es viejito fogoso,  340
y pudiera rencoroso
guardarle un resentimiento
y darle algún sentimiento.
«Que le avisara al llamarlo
para venir a amansarlo,  345
y Rivera respondía:
Que el compadre volvería
a su rango y su valer,
como al mismo tiempo a ser
como de antes su aparcero  350
y su viejo compañero».
    Pues, vea: Oribe solito
lo hizo venir calladito,
y le dio una división63
con su segunda intención,  355
y los demás emigraos
—100→
toditos fueron armaos,
sin que don Frutos dijiera
ni una palabra siquiera,
porque no quiso hacer caso  360
y le sufrió el chaguarazo.
    Dígame, aparcero, ahora:
¿si acá el amigo Zamora
ve que usté y yo nos tiramos,
y de firme nos pegamos  365
hasta ojalarnos el cuero,
reparando el compañero
que usté al fin de la disputa
dispara hasta la gran p...
renegando contra mía,  370
y conmigo en armonía
queda Zamora en mi rancho,
y me hace después un gancho64
metiéndolo en mi cocina
a usté con su garabina,  375
sin avisarme «esto pasa»,
viviendo en mi mesma casa;
si de Zamora me quejo,
será una ofensa?...

VICENTE

¡C... anejo!,
eso sería chanchada.  380

JUAN DE DIOS

    Pues así fue la jugada
que a don Frutos le hizo Oribe.
—101→
    En seguida, va y escribe
unas cartas muy rabiosas,
que Rivera entre otras cosas  385
le asiguró65 por afuera,
y en todas decía que «era
don Frutos un salteador»;
y para hacerla mejor,
por órdenes terminantes  390
le quitó los comendantes
de cada departamento:
cosa que la hizo de intento,
y el mandar matar a Osorio66
como es público y notorio  395
por agraviar a Rivera,
que andaba por la frontera
sirviéndole a don Manuel,
después que se vio con él
y don Llambí en Cerro Largo67,  400
que tuvo su rato amargo
por no mostrarse ofendido,
que de no, ¿qué hubiera sido
de Oribe en esa ocasión?,
pues ya tenia razón  405
don Frutos para amolarlo,
y no hizo sino palmiarlo
mostrándole buen agrado,
para no verse obligado
a dar lugar a otros males,  410
ni armar guerra entre orientales;
—102→
hasta que al fin reventó,
porque Oribe lo hostigó;
y al llegar del Cerro Largo,
le mandó quitar el cargo68,  415
y que bajara lueguito
para agarrarlo mansito.
    Pero Rivera no es lerdo;
pues todavía me acuerdo
que allá le armó una ensilgada,  420
y le largó esta empalmada.
    Pues, señor, lo llamó a Luna69
que estaba allí por fortuna,
y le dijo que ensillase
y a la ciudá se largase,  425
fingiendo que con don Frutos
tenía grandes disgustos.
    Para esto mandó quitarle
una estancia, a fin de darle
todo el valor al moquillo,  430
y el viejo Luna que es pillo
se le agachó y del tirón
vino a dar hasta el Cordón,
y anduvo por ahí renguiando,
y en voz alta renegando  435
de Rivera, y qué sé yo.
    Oribe se la tragó;
porque lo mandó llamar,
y, al empezarlo a tantiar,
—103→
le ofreció que le daría  440
el Fuerte y la Polecía.
    Luna se mostró blandito,
y entonces don Manuelito
le hizo dar una partida70,
para que fuese en seguida  445
y a don Frutos le prendiera71
de atrás, aunque más no fuera.
    Salió Luna y del camino
al Viejo se lo previno;
y éste los hizo aguardar  450
con su escolta, y al llegar
les menió lata y estaño72,
y con este desengaño
Rivera se resolvió
en cuanto Luna volvió,  455
porque no es zonzo ninguno
tratando del número uno;
y porque entonces no vino
y se puso en el camino
a dejarse trajinar,  460
entró Oribe a alborotar:
«¡El indio Frutos se ha alzao!
¡Es un malevo!, ¡un malvao!,
¡que está haciendo reuniones!».
...................................
    Velay tiene las razones  465
porque al Viejo nos juntamos,
—104→
y en seguida nos topamos
allá en la Carpintería73.
    Yo no sé qué más quería
don Manuel esa ocasión.  470
Él era primer mandón;
toditos le obedecían;
las muchachas lo querían;
y ÉL ¡que es tan aficionao!,
que eso lo tiene atrasao.  475
    En fin, ese es cuento aparte:
sí, señor: por otra parte,
don Frutos no le faltaba,
al contrario, lo halagaba;
cuando en esto redepente,  480
de incapaz y de imprudente
con Rivera se trenzó,
y el Viejo lo castigó
en Yucutujá74, en el Yi,
y en Palmar, ¿no es así?  485
Entonces, dígame, amigo
(fijese en lo que le digo)
¿por qué venció don Frutoso?,
¿será por ser más buen mozo?
—105→
Claro es que no: luego ha sido  490
porque Rivera ha tenido
siempre más linda opinión,
y mejor disposición
que don Manuel, siete veces;
pues no precisa intereses,  495
porque todos lo hemos visto
que don Frutos sin un cristo
anduvo por Portugal
como una águila imperial75.
Cuando la traición de Raña;  500
que bien la pagó, el lagaña76,
mientras que Oribe tenía
todito cuanto quería:
armas, moneda, soldaos
y barcos por todos laos.  505
Con todos estos avíos
y los negros de Entre Ríos,
tristemente lo vencimos
cuatro gauchos que vinimos,
y él dice que con porteños,  510
con los cuales hizo empeños
Rivera por desbancarlo.
A ninguno fue a buscarlo
don Frutos; y si vinieron,
tan solamente lo hicieron  515
muy pocos esa ocasión,
y ¿sabe por qué razón?,
por muchísimas diabluras
que Oribe en sus calenturas
—106→
mandó hacer en la ciudá,  520
quitando la libertá
para escrebir en la imprenta,
y agarrando por su cuenta
a una porción de argentinos,
porque eran hombres ladinos77  525
y hablaban fiero de Rosas,
a quien ante todas cosas
Oribe empezó a adular,
queriendóselo ganar
por si acaso disparaba,  530
para ir a donde él mandaba
a someterse a ese güaso
degollador, ladronazo,
como lo hizo sin rubor.
¡Eso, sí, es buscar favor  535
de un porteño infame y ruin!
¿No es así, amigo Martín?

MARTÍN

   Cabal, amigo: pues no;
y si Rivera almitió
argentinos a su lao,  540
fue uno que otro desgraciao,
y cada uno conocido,
pues todos habían sido
compañeros en la guerra
—107→
del Brasil, cuando esta tierra  545
llegó a ser independiente;
y no era como esa gente
que viene con don Manuel,
degolladores sin hiel,
mashorqueros corrompidos  550
y diablos desconocidos,
coroneles, generales,
de allá de los federales,
y nada más que de allá.

JUAN DE DIOS

   Eso es la pura verdá;  555
Oribe se ha envilecido,
desde que se ha reunido
a esos viles saltiadores;
y él es uno de los piores...

VICENTE

    Amigo, no se caliente,  560
y lo pille el presidente
Rosín -mashorqui- legal.
Mire que es hombre formal,
y dicen...

JUAN DE DIOS

Calle, no diga;
que da dolor de barriga  565
oírlo llamar presidente.
    ¿Se acuerda, amigo Vicente,
cuando después del Palmar
los hicimos encerrar
—108→
dentro de la ciudadela?,  570
¿que esa vez casi se cuela
don Frutos en la ciudá,
y hace una barbaridá
si lo pilla a don Manuel,
que estaba con el cordel  575
(como quien dice) al pescuezo?

VICENTE

    ¿Y qué tenemos con eso?

JUAN DE DIOS

    ¡Qué hemos de tener!, aguarde:
pues, señor, en una tarde
que yo caí del Peñarol  580
antes de ponerse el sol,
vi un coche en el campamento;
ya andaba sonando el cuento,
y eran ciertos los rumores,
pues vinieron tratadores  585
a hacer la paz con el Viejo78,
y estuvieron en consejo
cuatro o cinco diputaos,
que vinieron bien delgaos
porque la carne escaseaba,  590
con todo, le dieron taba
al general, y por fin
—109→
largaron un boletín
en el que Oribe firmaba,
«que hasta hoy no más aguantaba,  595
pues como era inconveniente
el que fuera él presidente
para que la paz se hiciera,
se hacía José de afuera79,
muy contento y muy ufano,  600
escribiendo él de su mano
aquella renunciación
ante toda la nación»,
y no sé qué más decía.
    Pues, amigo, al otro día  605
alzó moño a la otra Banda,
y desde entonces ha que anda
nombrándose Presidente
a todo vicho viviente.
Y como el Restaurador  610
es gaucho de buen humor,
en cuanto fue, le dio cuerda,
y después lo echó a la... mi... licia;
y en esa mesma ocasión
mandó con la otra invasión  615
al pobre Pascual Badana;
y le reculó macana,
al Presidente corrido,
cuando éste debió haber sido
el general esa vez.  620
Pero Rosas, al revés,
—110→
lo mandó por los rincones,
de Entre Ríos y Misiones,
donde anduvo de ordenanza
de López: esto no es chanza.  625
    Se me hace que lo estoy viendo
a don Manuel; que leyendo
esta mi conversación,
dice así: «tiene razón
Juan de Dios: ¡si será el diablo!».  630
También dirá don Juan Pablo
el general: «es verdad»;
porque ésta es la rialidá:
créalo, amigo Martín,
anduvo así, hasta que al fin  635
Rosas lo mandó a esas tierras
de para arriba, a las guerras,
en donde le hizo servicios
y mandó hacer sacrificios,
piores que Poncio Pilatos,  640
de incendios y asesinatos,
robos y degolladuras,
reyunadas80 y forzaduras,
y agenció esos compañeros
que ahora trae, los mashorqueros,  645
con los que hizo esas hazañas;
y todavía, ¡qué entrañas!,
quiere su patria entregar,
¡a Rosas!, por gobernar
cuatro días a lo sumo,  650
—111→
porque luego, como el humo,
le quita el mando VIOLÓN81,
o cualquier otro ladrón
de esos que vienen con él,
y al presidente Manuel  655
me le sacan el pellejo
en cuanto chiste; eso es viejo.
    ¿O estará Oribe en la creencia
que hoy juega Rosas el resto,
para después de todo esto  660
largarle la presidencia?,
y que para el Vuecelencia
nos llena nuestra campaña
de mazorca, media caña,
refalosa, moño, cinta,  665
y sobre todo, la quinta
esencia del ladronicio?
Un hombre con tanto vicio,
tan cruel y tan ambicioso,
tan vil y tan revoltoso  670
como ese Restaurador,
que ha llenado de terror,
¡trece años, como un rabioso!
¡A propósito es el mozo!

VICENTE

   No, amigo, ya don Manuel  675
quisiera zafarse de él,
sacándose la manea.
Créalo, que tal desea:
—112→
pero está muy apretao,
abatido y ultrajao;  680
porque ya sin disimulo
le dicen, que es hombre nulo,
entre esos mesmos rosines,
tal son de bajos y ruines;
y ¿qué ha de hacer?, se sostiene,  685
pues más remedio no tiene.

ZAMORA

    ¿Por qué de ellos no se aleja,
como lo hizo Lavalleja,
y como lo ha hecho Garzón?
También esos hombres son  690
enemigos de don Frutos:
y por eso, ¿como brutos
han de venir contra nuestra?
En esto bien se demuestra
que sólo Oribe es malvao:  695
así se ve abandonao
aun de sus mesmos amigos,
que hoy están siendo testigos
de la triste situación,
miseria y desolación  700
en que su tierra ha sumido,
y ahí lo contemplan metido
entre taperas quemadas
y de cabezas cortadas,
lleno de peste y flacura,  705
enfermo de calentura
y rodeado de asesinos,
que los pueblos argentinos
y que la Banda oriental
—113→
han cercenado a puñal  710
por orden de don Ciriaco,
que así se llama ahora el Flaco.
Y el apellido también
se lo ha puesto, ¡ah, cosa fiera!
Alderete... ¡Si supiera  715
de a dónde lo fue a campiar!
Oiga, le voy a contar,
como Curro me ha contao,
que no es andaluz negao.
    Cuando las primeras guerras,  720
que apenas por estas tierras
indios había y chimangos,
cayeron los maturrangos82,
al mando de un tal Cortés,
que el rey de España esa vez  725
a Méjico lo mandó
y fue quien lo conquistó.
    Ahí vino de habilitao
un Alderete mentao
y más ladrón que Turpín  730
porque a un tal Guatimocín
que era el Rey de aquellos pagos83,
cuentan de que le hizo estragos
porque Alderete era moro,
y, por soliviarle el oro  735
al indio, lo atormentó
fiero y lo descoyuntó,
—114→
y cuando lo hizo cecina,
hasta le robó la china.
    Mire que bien ha elegido  740
de Alderete el apellido.
Con que así, amigo Vicente,
vea si estará caliente.

VICENTE

   Debe estar, porque sin duda
se le ha puesto peliaguda  745
la custión en esta vez,
y es preciso ver lo que es
ese ejército pueblero.
¡Qué soldados, aparcero,
esos Guardias Nacionales!,  750
¡qué gefes, y qué oficiales!,
¡y esos siete batallones
de morenos que son liones!
¡Ese Marcelino Sosa84!,
¡que canta la pegajosa  755
con su escuadrón todo el día!,
y lo que es pior todavía,
todita esa francesada
que al sentir la rosinada
se juntan como aguaciles,  760
atraviesan los fusiles
y a bayoneta calada
atropellan de coplada
cuando gritan: ¡Al avante!,
—115→
llevándose por delante  765
cercos, zanjas y palenque,
y los sacan a rebenque
a los rosines... ¡barajo!,
¡gente que les da trabajo!
    Luego de ahí, la italianada,  770
también gente desalmada:
¡eh, pucha, pero si viera!,
se topan con los de afuera;
y al grito de... ¡Sacramento!,
les atajan el aliento  775
a fuerza de bala y tiza;
y siempre muertos de risa.
Vea pues lo que ha ganao
Oribe cuando ha dejao
de ser paisano oriental  780
por ser rosín federal.

JUAN DE DIOS

   Como ya lo es, y se explica
desde que a todo le aplica:
¡Viva la Federación!,
que es decir en conclusión  785
Viva la Mashorca y Rosas.
¿A qué vienen esas cosas?,
si acá somos orientales,
gauchos todos liberales,
¿por qué nos pretende uñir85  790
y que nos haga morir
en el yugo ese tirano?
—116→
    No, amigo Ciriaco, en vano
son sus viles pretensiones:
arruine las poblaciones,  795
degüelle, saque maneas,
de su cuero las correas
han de salir algún día.
Ya ve que la gauchería
del viejo Frutos Rivera  800
le viene haciendo manguera.
Ande vivo, le aconsejo,
que ya para zonzo es viejo.
    Mire si está la estribera
sigura, porque pudiera  805
que se le corte un estribo,
y yo no he de andar esquivo
si lo pillo medio a pie,
pues la refalosa...

ZAMORA

¡Che!
Esa será la infinita  810
que le toquemos... ¡Ah, hijita!
En fin, vamos a ensillar,
que ya empiezan a tocar
los clarines.

JUAN DE DIOS

¡Ah, rosines!
    Siquiera fuese a la carga;  815
porque esa ha de ser amarga
y prontito... ¿No se le hace?
—117→

ZAMORA

    Amigo, quizás no pase
de quince días lo más.
Ya lo ve, como Aguarás86  820
anda don Frutos vichando.
Mírelo; ahí viene bajando
por la cuchilla...

VICENTE

¡Qué pingo!
¡Como de día domingo!

JUAN DE DIOS

   Amigo, así están toditos  825
delgados... y parejitos,
como para una pregunta
y agachársele en la punta,
mañana si Dios quisiera,
gritando, ¡viva Rivera  830
y el Gobierno Nacional!

ZAMORA

    ¡Viva!, ¡y nuestro general
Aguiar, y viva Medina,
que es amargo como quina!

VICENTE

    Y ¡vivan los coroneles  835
—118→
siempre patriotas y fieles,
Silva, Blanco y Estivao;
Viñas, Flores, y el mentao
Luna, y Báez, Cuadra, Camacho,
y Olavarría!...

JUAN DE DIOS

¡Qué cacho
 840
es, amigo, ese oficial!,
es buen mozo y ternejal
de lo lindo lo mejor.
¡Que viva el Rubio-valor!,
así lo hemos de llamar.  845

VICENTE

    ¿Y a PAZ?

JUAN DE DIOS

El manco de amar
de todos los orientales;
y a Pacheco, el Rubio..., males
de Rosas y los Ciriacos,
porque a todos los trai flacos.  850

VICENTE

    Y ¿a ese coronel mentao
del sombrero arremangao
que le llaman GARIBALDE?

JUAN DE DIOS

    Ese, amigo, ni de balde
se puede chanciar con él.  855
—119→
Es más bravo que un infiel,
y patriota el italiano:
ahí le tengo un rabicano
para dárselo cuando entre,
donde quiera que lo encuentre.  860

VICENTE

    Pues yo, amigo, al comodoro87
inglés le guardo mi moro88,
que es lo más que puedo hacer,
porque como a mi mujer
lo apreceo, esto es verdá,  865
pero es de mi voluntá
que él lo muente, si le agrada.
Siendo así... no he dicho nada.

JUAN DE DIOS

    Con que, será hasta la vista,
que ya me voy a la lista.  870
. . . . . . . . . . . . . . . . . . .
    Esto dijo Juan de Dios
del modo más agradable;
y luego se prendió el sable
montó a caballo y trotó.
Martín también se largó  875
para su escuadrón lueguito,
y Vicente al galopito
campo ajuera enderezó.



  —120→  

ArribaAbajoEl gaucho Jacinto Cielo

Con este título apareció un periódico en Montevideo, y en su primer número publicado el 14 de julio de 1843 les dirigió las salutaciones siguientes al público y a todos los periódicos que en aquellos días se publicaban en la plaza sitiada89


[Salutaciones del gaucho Jacinto Cielo al público de Montevideo y a los periódicos, El Nacional, El Constitucional, El Patriota Francés y El Britania, diarios que se publicaban entonces en Montevideo sitiado]


AL PÚBLICO


    Pueblo de todo mi afeto,
allá va Jacinto Cielo
echándose por el suelo
en prueba de su respeto:
que aunque rudo y gaucho neto,  5
venera a la sociedá;
de suerte y conformidá,
que si comete un error
al largarse de escritor,
no será de voluntá.  10

  —121→  

AL NACIONAL


    Un gaucho sin más caudal
que las bolas y el apero,
hoy sale de gacetero
paisano del Nacional:
como a viejo ternejal  5
y amigo de los paisanos,
le besa el gaucho las manos,
y le promete ayudar
a escrebir y proclamar
la ley contra los tiranos.  10

AL CUSTITUCIONAL


    Amigazo y compañero,
si me permite llamarlo:
dispense que al saludarlo
lo haiga dejao el tercero.
Un cariño verdadero  5
lo ofrezco con amistá,
pues me gusta su lealtá,
y respeto su saber
para hablar y defender
la Patria y la Libertá.  10

AL PATRIOTA FRANCÉS


    Aunque usté no es oriental,
señor patriota francés,
los gauchos sabemos que es
un patriota liberal,
—122→
y como es acidental  5
ser francés o americano,
lo estimo como a paisano,
porque dice quien lo entiende,
que usté muy lindo defiende
la causa contra el Tirano.  10

AL BRITANIA


    Señor Britania: un tesoro
es su modo de escrebir,
pues lo he oído trasducir,
y me ha parecido de oro
su pico; así es que lo adoro  5
por ser el primer inglés
que, clarito y sin doblez,
le ha dicho a don Mendevil
que fieramente servil
se ha mostrado de esta vez.  10



  —123→  

ArribaAbajoAl señor general don Ángel Núñez

[Súplica que desde su campamento en el Cerrito le hizo el general Oribe a su subalterno Ángel Núñez en campaña, pidiéndole qué comer]


A principios de julio de 1843 se hallaba el ejército sitiador de Montevideo tan hostilizado a retaguardia por las fuerzas orientales del GENERAL RIVERA, que el titulado Presidente Legal don Manuel Oribe tuvo que despachar con una fuerte división de caballería al general Núñez, encargándole muy especialmente, que del Departamento de la Colonia le remitiera tropas de ganado para abastecer al ejército, y también algunas yeguadas y potros para amansar, pero como el general Núñez anduvo muy lerdo para tales remesas, en un día apuradísimo, el Presidente legal le escribió la súplica siguiente, a la cual Núñez contestó con el parte de su derrota, que va a continuación.

Cerrito de la Victoria a 16 de julio de 1843.


    Núñez: ¡por Dios, Angelito!
¡Mandame ganao!, ¡ganao!,
porque estoy esperanzao
tan sólo en vos, hermanito.
Mandá ganao, te repito:  5
toros, novillos o vacas;
aunque se caigan de flacas
lo que yo quiero es ganao;
pues sino, desesperao,
me comeré las petacas.  10

MANUEL ORIBE.



  —124→  

ArribaAbajoLastimosísimo parte oficial, que desde la Colonia del Sacramento, le dirige el traidor general Núñez a su Presidente legal don Manuel Oribe, dándole cuenta de haber sido derrotado por el valiente coronel oriental don Venancio Flores en la Horqueta del Rosario el 18 de julio de 1843, día del aniversario de la Constitución de aquella República

[Contestación del general Ángel Núñez a su hambriento titulado Presidente legal de la República oriental]


Al excelentísimo señor Presidente legal de la República oriental del Uruguay, Brigadier General don Manuel Oribe y «Alderete».



¡Viva la Federación!
¡Muera el salvaje unitario
manco Paz!, ¡y el incendario
anarquista Pardejón!

    En la Horqueta del Rosario;  5
día del Universario
de nuestra Costitución,
¡nos han tocado el violón!

    Mi estimado Presidente;
participo a Vuecelencia,  10
que el día de nuestra ausiencia
se me acabó el aguardiente,
pues se largó mi asistente
—125→
aonde se hallaba Estibao90
y lo impuso de contao  15
de toda mi expedición,
resultando en conclusión
que el diablo se la ha llevao.

    Yo empecé a juntar potrada,
y toros, y algunas yeguas,  20
pero no me daban treguas
para remitirle nada;
pues toda la Salvajada
se alborotó a mi salida,
y me han tenido en seguida  25
tan sumamente apretao,
que nunca, nunca he pasao
susto más grande en la vida.

    Hasta que hoy de trasnochada
FLORES se me apareció,  30
y a Estibao se reunió
para darme una sabliada.
Yo aguardé la atropellada;
pero como no soy ñato,
en cuanto tomé el olfato  35
a pura gente resuelta,
ahí no más me les di güelta
haciendo ¡fus! como el gato.

    Crea, señor, que disparo
no por cobarde, sino  40
porque claramente yo
veo los bueyes con que aro:
—126→
pues entre su gente es raro
el hombre que medio aguante;
así fue que en el istante  45
que los salvajes cargaron,
mis rosines me llevaron
como a bagual por delante.

    Después de eso, disparamos
todos tan en confusión,  50
que soltamos el montón
de hacienda que rejuntamos;
pero por fin escapamos
yo y cuatro hombres, a lo sumo,
los demás se hicieron humo,  55
y me queda el sentimiento
que han ido a llevar el cuento...
¡a los infiernos!, presumo.

    Con que ansí, tenga paciencia,
mi querido general,  60
y si me he portado mal
dispénseme Vuecelencia.
Siento no hacer diligencia
ahora mesmo por ganao,
pero allá con bacalao  65
medio se puede aguantar,
porque yo de disparar
me siento muy escaldao.

ÁNGEL NÚÑEZ el guasquiao.



  —127→  

ArribaAbajo¡No se rían! Atención y ensebarse que hoy es el último plazo

[¡No se rían! Atención y ensebarse para sufrir el asalto del ejército de Oribe a Montevideo]


Trincheras, a 25 de agosto de 1843.



    Sabrán, paisanos, al fin,
que hoy veinticinco sin falta,
Alderete nos asalta,
y nos mete el espadín91.
Ahí vendrá Maza violín,  5
y esto no queda en amago,
¡luego verán el estrago
que nos hace don Ciriaco!
¡Ah, general currutaco!,
no lo pean, que es del pago92.  10

    Ésta es la última amenaza,
hoy mesmo se colarán.
—128→
cola alzada, los verán
sin mosquiar hasta la plaza.
Todos vienen de coraza,  15
y don Turpín93 con serrucho:
¡cuidao!, que ese barbarucho
es militar muy foguiao;
¡ya verán mozo alentao!
No lo pean, que es matucho94.  20

    Por supuesto, en el Cerrito
hoy naides come porotos,
para evitar alborotos
y hasta el más leve ruidito.
Ansí ordenó don Panchito,  25
y ese es como la Isidora
de bravo, y si se acalora,
¡el diablo que le resuelle!,
siendo ansí lo que atropelle...
no lo pean, que es manflora.  30

    Luego, desde la Estanzuela,
mandará veinte escuadrones
a enlazarnos los cañones
el general don Pajuela,
que no hay duda, se nos cuela  35
sin falta, esta tardecita:
¿o piensan que es mariquita?,
ya lo verán, si atropella
lo mesmo que una centella.
No lo pean a Vidita.  40

    Falta lo más peliagudo
—129→
y lastimoso del lance,
que se ha de ver cuando avance
¡don Violón el corajudo!
A ese lo espero, y no dudo  45
que sin falta, a la oración,
nos pega el atropellón.
con más gente que langosta:
ya verán si es poca bosta...
no lo pean a Violón.  50

JACINTO CIELO.