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200

IBN JALLIKAN, art. Suqayna. (N. del A.)



 

201

IBN YUBAYR, ed. Wright, pág. 19. (N. del A.)



 

202

MAQQARI, I, 79. (N. del A.)



 

203

DOZY, Recherches, 101. (N. del A.)



 

204

IBN JALLIKAN, art. Ibn Zuhr. (N. del A.)



 

205

Ibídem. (N. del A.)



 

206

MAQQARI, II, 274.- Ya comprenderán nuestros lectores que no participamos de la extraordinaria admiración de Abd al-Wahhab. Tal vez en el original árabe haya primores que no ha podido reproducir la traducción alemana, y menos aún la española. Con todo, el que hace esta última no da valor alguno a aquellos primores intraducibles para un traductor menos que mediano. La forma poética presupone un contenido, un pensamiento o sentimiento que también lo es, y que apetece una forma adecuada, y que la impone a quien traduce. Cuando no hay pensamiento ni sentimiento, sino hinchazón o puerilidad no puede haber forma tampoco, sino quizás una estructura extraña y complicada, o una vana y artificiosa combinación de palabras sonoras. Los lectores comprenderán cuán ingrata tarea es la de traducir de una lengua a otras estas composiciones vacías, o como si dijésemos hueras, pero que tienen su valor histórico y su lugar correspondiente en toda la literatura. Más trabajo da al traductor una composición de esta clase, aunque sólo conste de una docena de versos, que la magnífica elegía de Abu-l-Bakr, de Ronda, a la pérdida de Valencia, Córdoba y Sevilla. (N. del A.)



 

207

MAQQARI, I, 232. (N. del A.)



 

208

MAQQARI, I, 273. (N. del A.)



 

209

IBN JALLIKAN. (N. del A.)



 
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