La misma, en los Elogios del santo rey D. Fernando, Madrid, 1764, y Tyschen Elementale arabicum, 65. (N. del A.)
Memorias de la Real Academia de la Historia, IV, 40, etc. (N. del A.)
Memorial histórico español, IX, 60. (N. del A.)
Él mismo dice:
|
Y más adelante:
|
(Poesías de Oswaldo de Wolkenstein, publicadas por Beda Weber, págs. 58 y 22). Sería de desear que se publicasen las notas de viaje de Oswaldo. El siguiente pasaje de la historia de su vida, que, según el testimonio del biógrafo, está tomado de dichas notas, es bastante novelesco. «Oswaldo fue muy benévolamente recibido por el rey Bermejo. Grandes honores y costosos presentes recompensaron su arte y talento para cantar. Las damas árabes se sintieron entusiasmadas por el cantor tirolés. Y en efecto, no podía imaginarse más interesante contraposición que los cantares tiroleses de Oswaldo cantados por su voz varonil, y los romances arábigos llenos de indecible ternura y entonados por las bellas moriscas. Apenas se pasaba una tarde en que no hubiese tales conciertos. Oswaldo permaneció por allí largo tiempo estudiando bien las costumbres de los moros e imitando su modo de ser. Cuando volvió a Alemania, cantaba romances moriscos para divertir a su auditorio y hacía con gran propiedad el papel de un caudillo árabe» (Oswaldo de Wolkenstein y Federico el de la bolsa vacía, por Beda Weber, pág. 181.) (N. del A.)
MAQQARI, I, 94. (N. del A.)
IBN BATUTA, IV, 368. (N. del A.)
Scriptorum arabum loci de Abbadidis, ed. Dozy, 46. (N. del A.)
AL-HULLAT, 65. (N. del A.)
MAQQARI, II, 143. (N. del A.)
MIRCHONDO, Hist. Seldschuckidarum, ed. Vullers, 16. (N. del A.)